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de cine/Glosario
de cine
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Segundo
de Chomón: pionero y precursor
Segundo de Chomón fue uno de los directores pioneros del cine mudo.
Director, técnico de iluminación y
de fotografía, especialista en trucajes y revelado, pionero del cine
fantástico y del cine de animación fue una de las personalidades más
relevantes –y fascinantes– de los primeros treinta años de existencia
del séptimo arte y trabajó al lado de algunos de los directores europeos
más importantes del período.
Fue, junto a los hermanos Lumière, George Méliès y
Charles Pathé uno de los pioneros de la historia del cine. Impresionado
por el descubrimiento del cinematógrafo, viajó a París en 1897 para
poder estudiar el magnífico invento de cerca. A su vuelta a Barcelona
fundó un estudio para la coloración de películas. En 1906 fue contratado
por la empresa francesa Pathé, para la que realizó más de 100
cortometrajes. Chomón trabajó incansablemente en nuevos descubrimientos
técnicos y efectos especiales que luego aplicaba a sus películas
fantásticas. Sus colaboraciones en mitos del cine mudo como Cabiria
de Pastrone o Napoleón de Gance le hicieron ganarse el apodo de
«el Mèliés español». |
Segundo de Chomón, desconocido durante
años. Lo busqué y lo
encontré.
Hace unos años pude ver por fin
Napoleón de Abel Gance, de 1927, y a pesar de que la inmensa mayoría de
las técnicas innovadoras que fueron utilizadas para hacer la película,
son de Segundo de Chomón, no consta en los títulos de crédito de la
versión que ha llegado hace pocos años a las pantallas, en 1981,
restaurada, producida por Francis Ford Coppola. Pero se olvidan del
trabajo indispensable de Segundo de Chomón: primeros planos extensivos,
cortes rápidos, amplia variedad de tomas en cámara de mano, filmación en
exteriores, cámara subjetiva, multicámara, exposición múltiple, cámara
bajo el agua, proyección de múltiples pantallas, travelling a caballo o
en una bala de cañón, y otros efectos visuales.
He estudiado su existencia y sus
trabajos, he leído gran parte de loq ue se ha escrito sobre él,
fundamentalmente lo que ha hecho por su conocimiento el Gobierno de
Aragón.
En algunas enciclopedias de cine, ni
se le tenía en cuenta, sus inventos se los disputan aún otros cineastas
de la época. Me chocó encontrar su nombre varias veces seguidas en
títulos de crédito, casi escondidos, olvidados, y lo rastreé en
enciclopedia con poco éxito. |
Siempre que puedo hablo de
Segundo de Chomón |
Segundo de
Chomón y Ruiz (Teruel,
1871- París, 1929)
Nació en Teruel el 17 de
octubre de 1871. Hijo de un médico militar aficionado a la fotografía.
Cursó estudios
secundarios (parece ser que
obtuvo el título de ingeniero).
Se trasladó
a París a mediados de
1895, pocos meses antes de la presentación oficial del cinematógrafo Lumière,
en donde se casó con la actriz de teatro y vodevil Julienne
Alexandre Mathieu y nació su hijo Robert en 1897. Ese
mismo año abandonó la capital francesa para
alistarse como voluntario en la guerra de España contra los Estados
Unidos, en la que participó en acciones bélicas y llegó a ser oficial.
Cuando volvió a
Francia, su esposa Julienne había intervenido como actriz en algunas películas y
trabajaba en el taller de coloreado a mano de películas fotograma a
fotograma fundado por Georges Méliès en 1897. Chomón empezó a trabajar
en el taller de manera casi inmediata, preludio de la que será una de
sus obsesiones más grandes hasta el momento de su muerte: el cine en
color. Su habilidad y dedicación le llevaron a idear poco tiempo después
un revolucionario sistema de coloreado a mano conocido con el nombre de
«pochoir», que después, con ligeras evoluciones, fue patentado por
Charles Pathé con la denominación Pathécolor.
Pionero del cine español,
aplicó su enorme imaginación al desarrollo del nuevo medio. Fundó la
primera productora de cine española «Macaya y Carro» y de un taller de
coloreado y rotulado en los que experimentaba los primeros filmes
científicos. En España fue el creador del género zarzuelístico en el
cine.
Fue a finales de 1900 cuando
Segundo de Chomón decidió dedicarse plenamente a la actividad
cinematográfica en dos vertientes: como especialista en la impresión de
títulos españoles para las películas extranjeras que se importaban y en
el coloreado a mano de las copias de filmes de intención fantástica o
espectacular; a esas dos vertientes añadiríase en seguida otra tercera:
la de realizador y operador al mismo tiempo.
Se dedicó
con gran interés a la realización de filmes con una especial
predilección por los trucajes y los efectos, como Choque de trenes
(1902), combinación de filmaciones de trenes reales con elaboradas
maquetas, Pulgarcito (1903) o Gulliver en el país de los
gigantes (1904), adaptaciones de los populares cuentos de Charles
Perrault y Jonathan Swift, respectivamente, filmes con trucos bastante
avanzados para la época.
En esos años participó
activamente en espectáculos modernistas coordinados por Adrià Gual, que
incorporaban el cine a otras manifestaciones artísticas en la Sala Mercè
de Barcelona. Investigando las relaciones entre el cine y el teatro,
Chomón experimentó en estos espectáculos las posibilidades del cine
sonoro, con un grupo de actores escondidos detrás de la pantalla que
ponían voz y sonido a las imágenes proyectadas. Con Eclipse de sol
(1905), Chomón introduce en España el «paso de manivela», es decir, la
filmación fotograma a fotograma, que permite en los intervalos de la
filmación la alteración de la posición o la desaparición de los objetos
situados delante la cámara. El otoño de este mismo año, 1905, Chomón
vuelve a París.
Fue contratado por Pathé para
competir con Georges Méliès realizando numerosas películas fantásticas.
Chomón encontrará en
la Pathé todo lo necesario para investigar y poner en práctica sus
innovaciones técnicas y su pasión por la experimentación, que irán desde
la filmación fotograma a fotograma, los planos zenitales y los
movimientos invertidos hasta los encadenados, la utilización de los
caches, las tomas de diferentes proporciones y las sobreimpresiones. La
libertad que tenía Chomón en la Pathé y las excepcionales condiciones de
trabajo de la compañía (empezando por el coste muy reducido de la
película virgen) explican en buena parte la frenética actividad del
cineasta español en diversos campos, no sólo en dos de los géneros de
más éxito en la época, como son los filmes «fantasmagóricos» y las
escenas de transformaciones, sino también en el terreno de la animación,
con títulos como El castillo encantado (1908) y El sueño del cocinero
(1909), los muñecos articulados y las
sombras chinescas, apartado en el que destacan Ladrones nocturnos (1905)
o La casa hechizada (1906), filme precursor de las transparencias,
técnica que consiste en proyectar imágenes en una pantalla situada
detrás de los actores.
Como director o como
operador y responsable de los efectos especiales para otros directores
de la compañía, el trabajo de Chomón en la Pathé brilla especialmente en
los filmes de carácter fantástico, los filmes «fantasmagóricos» (a veces
también llamados «feéricos»), poblados por brujas, diablos, infiernos,
dragones y cavernas, fantasmas, castillos, monstruos y pesadillas, y
también en los filmes «de transformaciones», más alegres y coloristas,
de ambientes y personajes más positivos, con hadas, fantasías arábigas,
viajes planetarios, equilibristas orientales y apoteosis florales. Entre
estos destacan especialmente La gallina de los huevos de oro (Albert
Capellani, 1905), El hijo del Diablo (Charles Lucien-Lépine, 1906),
Satán se divierte (1907) y El hotel eléctrico (1908), muy influenciada
por un trabajo anterior del norteamericano James Stuart Blackton, The
haunted hotel (1906).
El trabajo técnico de
Chomón brilla también con luz propia en la monumental recreación de la
pasión de Jesucristo producida por la Pathé en la misma época,
La vie et
la passion de Nôtre Seigneur Jesuschrist (Lucien Nonguet, 1906-1907),
formada por 43 cuadros (escenas) diferentes. Chomón se encargó de todos
los trucajes, con momentos muy conseguidos para la época, como la imagen
de Jesús caminando por encima de las aguas, la transfiguración, la
ascensión o la anunciación a los pastores, y también de la fotografía y
los movimientos de cámara, consiguiendo realizar diversos travellings
montando la cámara sobre ruedas de patines.
A partir de 1912 trabajó en
Italia, en la Itala Film.
La
vertiente artística de la productora corría a cargo del director
Giovanni Pastrone (1883-1959), que contrató a Chomón como operador y técnico en efectos especiales por la
desorbitada cifra de mil liras al mes (los operadores más bien pagados
de Italia cobraban en la época poco más de 150 liras al mes). Chomón no
sólo vuelve a contar con absoluta libertad, sino que es el director de
su propio equipo técnico, formado por cuatro personas, y centrado de
manera específica en el trabajo de fotografía, iluminación y trucajes de
las producciones de los directores de la compañía, entre los que destaca
por encima de todos el propio Pastrone, máximo responsable de una de las
mayores superproducciones del cine mudo italiano, Cabiria, (1914), filme de tres horas ambientado a finales del siglo III a.C.
En Cabiria , Chomón se encarga no sólo de la realización y filmación de
maquetas, de los efectos de iluminación más complicados, de los efectos
especiales y de las principales tareas de revelado y positivado, sino
también de los movimientos de cámara. La utilización sistemática y
elaborada del llamado carrello (origen del actual travelling), es decir,
la cámara en movimiento, es uno de los principales rasgos distintivos de
Cabiria, que muestra así un cambio de actitud respecto a la lógica
visual adoptada por el cine hasta entonces y que se traduce en lo que
diversos críticos e historiadores han llamado «la conquista del
espacio».
Filmó en Marruecos y Túnez.
Los directores más importantes de la época como Zecca, Pastrone y Gance
se lo disputaban. Su último trabajo fue la colaboración técnica en el
Napoleón de Abel Gance. Murió en París el 2 de mayo de 1929. |
La casa encantada (1906)
Satán se divierte (1907)
La gallina de los huevos
de oro 1905 |
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El hotel
eléctrico. Prodigio del cine de animación
El hotel eléctrico
-1905- (una de
las obras maestras de Chomón), planteaba muchas dificultades, felizmente
resueltas por el realizador aragonés. Estamos en los tiempos de las
técnicas avanzadas y en este hotel se ha suprimido el servicio de
criados. Todo se hace mediante maquinarias. Se oprime un botón y
aparecen unas manos que manejan un cepillo para lustrar los zapatos,
otro botón deshace la maleta, otro, viste al caballero. La electricidad
es la magia que realiza los trabajos del hombre. El humor y el ingenio
(también el asombro), eran las peculiaridades más acusadas de El hotel
eléctrico, rodada en Barcelona en 1906.
De
unos 140 metros de duración, es la película más
conocida de Chomón, y recoge buena parte de su repertorio de trucos,
muchos de los cuales continúan resultando sorprendentes hoy en día. El
filme presenta a un matrimonio que llega a un revolucionario hotel en el
cual todo se realiza de forma automática: las maletas van por sí solas
hasta el ascensor y del ascensor hasta la habitación: pañuelos, camisas
y pantalones se van colocando ordenadamente dentro del armario, los
zapatos del hombre se deshacen solos y son limpiados por un cepillo
dotado de vida propia; un peine peina por sí solo el cabello de la mujer
(papel interpretado por la mujer de Chomón, Julienne). Las cosas
empiezan a ir mal, no obstante, cuando el operario del hotel encargado
de la animación de los objetos comienza a manipular los controles bajo
el efecto del alcohol y el hotel se convierte en una casa de locos en el
cual todos los objetos se mueven solos. |
Lo que aportó Segundo
de Chomón al cine
Creó el «paso de
manivela». Según
Fernández Cuenca, «Blackton realizó
para la Vitagraph su película , en la que se veía a
objetos inanimados desplazándose por sí solos. El filme tuvo mucho éxito
en Estados Unidos y no tardó en llegar a Francia, en donde produjo
sorpresa y entusiasmo. Los productores franceses, al ver la
película The Haunted Hotel,
quedaron atónitos ante
el prodigio, al que en seguida dieron el nombre de movimiento americano.
León Gaumont movilizó a sus técnicos para que a toda costa descubriesen
el sistema que permitía lograr tales juegos increíbles. Pathé,
sin embargo, no tenía que preocuparse, pues
era Segundo de Chomón el
inventor de aquella maravilla. Lo que los americanos llamaban one turn,
one picture y los italianos denominarían sin tardanza como giro ad uno,
era el paso de manivela creado por Chomón».
Se habló siempre de que
Chomón inventó el travelling,
que aplicó por primera vez en
La Vie et la Passion de N.S. Jésus-Christ.
El historiador y crítico italiano Lino Lionello Ghirardini, en su Storia Generale del Cinema (Milán, 1959),
dedica toda una página a la enumeración de los descubrimientos y
hallazgos del ilustre turolense. «El gran mérito de Pastrone (Piero
Fosco), fue parcialmente compartido -dice Ghirardini- por las
invenciones del operador del film, el español Segundo de Chomón, maestro
en efectos especiales, con las siguientes innovaciones: El travelling,
que ensaya el 5 de agosto de 1912 (ignora Ghirardini
que ya había sido utilizado por Chomón anteriormente), y sucesivamente perfecciona; la
aplicación estética de la luz artificial, que en Cabiria sirve
principalmente para «modelar» el rostro de los actores y crear
determinado ambiente o ciertos efectos especiales, como el que procede
de la iluminación desde la base de un decorado de dimensiones normales;
el uso funcional de la panorámica; el ritmo continuo de las tomas
cinematográficas y la fijeza de la imagen sobre la pantalla». Resulta
grato que sea un italiano quien haga justicia a Chomón, cuando tantos
intentos hubo de minusvalorar su trabajo o silenciar su colaboración.
Trabajó en un sistema de cine en color por
bicromía alterna. Desde 1923, asociado con el
ingeniero suizo Ernest Zollinger, trabaja en un sistema de cine en color
por bicromía alterna, que le supondrá la medalla de oro de la Exposición
Internacional de Fotografía, Óptica y Cinematografía de Turín. En 1926
se incorpora a la Societé du Film en Couleurs Keller-Dorian de París
para seguir investigando la posibilidad del cine en color, y a finales
de los años veinte colabora en algunas producciones francesas, entre las
que destacan La batalla (Edouard Emile Violet y Sessue Hayakawa, 1923),
la gran superproducción Napoleón (1927) de Abel Gance o El negro que
tenía el alma blanca (1926), del director español Benito Perojo, que
será su último trabajo para la gran pantalla.
Practicó e
innovó toda clase de efectos especiales. Fue el primero que
realizó cine científico y el de reconstrucción histórica, inventó el
género cómico de las persecuciones, utilizó con mucho éxito la unión
entre imagen real y maquetas, las sobreimpresiones sobre fondos
transparentes, construyó cámaras especializadas, desarrolló la técnica
del dibujo animado, coloreó a mano, fotograma a fotograma,
diseña
unas plantillas de celuloide que facilitaban este trabajo y conseguían
mayor precisión en la delimitación del color. Este sistema, con ligeros
cambios, fue patentado más tarde por la casa Pathé con el nombre de «Pathécolor». |
Le Scarabée
d’or
(The Golden Beetle,
1907)
Les kiriki 1907
La fée printemps
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El negro
que tenía el alma blanca
España, 1927
Director: Benito Perojo
Guión: Benito Perojo
Fotografía: Georges Asselin,
Segundo De Chomón
Intérpretes: José Aguëras,
Joaquín Carrasco, Andrews Engelmann, Valentín Parera, Concha Piquer,
Raymond De Sarka
Narra la historia de un negro descendiente de
esclavos que, procedente de La Habana, se instala en Madrid decidido a
hacerse un nombre entre los bailarines que animan las veladas de los
cabarets y teatros en los que pasan sus muchas horas de asueto los
señoritos de la Villa y Corte.
Es la última colaboración en el cine de Segundo
de Chomón, con la secuencia onírica en la que Concha Piquer
sueña con un gigantesco simio. |
La voyage
dans la lune (1909)
Segundo de Chomón
Une excursión incoherente 1910
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Pionero de la animación (Resumido
de
Xavier Berenguer)
El año oficial del
nacimiento del cine es el 1895, pero el nacimiento del cine de animación
se produjo unos diez años más tarde, el 1905.
En el París de Chomón
florecían las vanguardias artísticas y también las cinematográficas.
Allí vivía un dibujante de comics, Emile Cohl, que al ver la casa
encantada de Blackton imaginó nuevas posibilidades para aquel tipo de
cine. Con la misma técnica del registro fotograma a fotograma, Cohl
realizó a continuación Fantasmagoria, film que tiene el valor de
abrir la animación al campo del grafismo. Mientras que en el film de
Blackton la animación es subsidiaria de argumentos y de escenarios
reales, Cohl, en cambio, abre el camino de la fantasía y de los mundos
oníricos. Cohl, además, no animaba objetos sino caracteres autónomos con
personalidad propia, de ahí que se le considere el precursor específico
de los cartoons.
Winsor McCay era
también un dibujante de comics, autor de una famosa tira del New York
Herald, el pequeño Nemo. Además de dibujar, McCay se dedicaba a
escribir y a producir teatro de vodevil. Buscando variedad y
originalidad para sus espectáculos, McCay se interesó por el cine de
animación y se puso en contacto con el propio Blackton. El resultado fue
el estreno, en 1911, de un vodevil en el cual, en un momento dado, sobre
una pantalla aparecía el popular Nemo en movimiento, con alma.
Más allá de los
materiales puestos delante de la cámara (objectos, monigotes
articulados, figuras de barro, siluetas o acetatos) la clave del género
iniciado por Chomón, Blackton, Cohl y McCay reside en el mecanismo de
control del paso de la manecilla de la cámara mediante el cual se podía
trucar el tiempo y el movimiento de les imágenes.
En el cine normal
el movimiento de les imágenes es persistente, la película tiene la
facultad de registrarlo; cada fotograma es un instante congelado de este
movimiento. En cambio, en el cine de animación el movimiento no existe
previamente sino que se crea durante la proyección. De aquí la habilidad
esencial requerida a un animador: saber imaginar el movimiento.
Norman MacLaren lo expresó diciendo que el cine de animación es, sobre
todo, "el movimiento dibujado, no unos dibujos que se mueven".
Con la invención del
paso de manecilla Chomón estableció los principios fundamentales de la
animación. Después Cohl los aplicó al campo gráfico, y estableció las
bases de lo que con los años se convertiría en la poderosa industria de
los dibujos animados -o de las animaciones dibujadas. McCay, por
su parte, representa la ambición artística de la animación, una ambición
que desgraciadamente ha tenido muchos menos seguidores.
Estos precursores del
cine de animación son también los precursores de la animación por
ordenador, que es la forma contemporánea del género. Los principios son
exactamente los mismos; sólo cambian, se podría decir, las apariencias.
Puestos a escoger un
único padre del cine de animación, este sería Segundo de Chomón,
porque está claro que lo inventó más o menos al mismo tiempo que
Blackton, pero hizo un uso del mismo mucho más variado. Además, en el
legado de Chomón hay otras importantes contribuciones al cine, como ser
el precursor del travelling, un excelente oficio como director de
fotografía y una obra extensa e imaginativa.
Además, Chomón sería
el abuelo de la animación por ordenador. En su film La
licuefacción de los cuerpos duros, de 1909, se ve un actor que se
deforma y se convierte primero en un monigote de alambre y al final en
una masa informe. |
©
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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