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La creatividad,
tanto individual como social, es la pieza clave para resolver los
problemas que se le plantean a la especie humana. Los nuevos caminos
de la evolución deben ser resultado de la solidaridad y la
interrelación. Los medios de comunicación, sustentados y promovidos
por las nuevas tecnologías incrementan imparablemente la posibilidad
de la interrelación humana mediante la conexión en redes –mentes
conectadas- que será más positiva si se apoya en un sistema de
valores desde el que las instituciones básicas de la sociedad
promuevan la aceptación participativa y crítica de los medios de
comunicación y de información. La creatividad, necesaria para buscar
soluciones se hace más eficaz cuanto más solidaria, conectada y
global sea. En las aulas se debe promover el uso de las nuevas
tecnologías, clave del futuro social, con el fin de preparar a las
generaciones venideras en el uso crítico de los medios como
instrumento y camino de interrelación humana, búsqueda de
información e instrumento de investigación y de aprendizaje. La gran
cantidad de ideas, contactos, informaciones conocimientos y
procedimientos que aporta la red serán la base de referencia para
aplicarse en la investigación, en el análisis de los datos, en la
búsqueda de nuevas informaciones y por lo tanto en el resultado
final, creativo en su procedimiento de búsqueda y en sus resultados.
«Sabemos que
existe una generación silenciosa, más interesada en la seguridad que
en la integridad, en la conformidad que en la actividad, en la
imitación que en la creación» Thomas J. Watson.
La necesidad de
abrir el círculo
Cada día con más
frecuencia, el mundo de la empresa, el de la ciencia, la sociedad en
general, debe hacer frente a actitudes y comportamientos llamados
genéricamente negativos. Se habla de estar a gusto, consigo mismo y
los demás, de asertividad y de autoestima. La necesidad de potenciar
la creatividad, patrimonio casi exclusivo hasta hace muy poco de
artistas y publicitarios, se hace extensiva a todas las actividades
de la sociedad. Ante la inseguridad que proporcionan los cambios
tecnológicos, la vertiginosidad de la sociedad de la información, la
exigencia de estar al día y el desasosiego que surge de la
incapacidad de dar y tener todas las respuestas, en infinidad de
ocasiones nos cerramos en el círculo del no hacer nada, de pensar
que nada es posible, de culpar a la sociedad, a los medios
tecnológicos, a los jóvenes, a las multinacionales o a la
globalización del planeta, de todos los males que nos aquejan. La
especie humana, y por lo tanto cada uno de sus individuos, tiene la
responsabilidad de su propio futuro. La salida del círculo necesita
un esfuerzo creativo y diversificado por parte de la sociedad y de
los individuos.
Cualquier
realización humana, para desarrollarse con éxito, necesita
plantearse creativamente la toma de decisiones. Las personas y los
grupos nos movemos entre dos posturas ambivalentes: por un lado la
ansiedad, el temor y el miedo a lo desconocido, por otra la
pretensión de cambios, la renovación, la necesidad de salir hacia
delante. Cuando en ocasiones, muchas veces, no predomina ninguna de
ellas, caemos en el círculo vicioso de la indecisión, aplicamos
inmediatamente los mecanismos de defensa correspondientes y nos
dedicamos a desvalorizar y fustigar con dedicación todo aquello que
no podemos superar. Son mecanismos inconscientes que utilizamos con
frecuencia. Sin embargo la necesidad de crear, de resolver problemas
y de investigar exige salir cuanto antes de las situaciones
negativas.
La creatividad es
una facultad cognoscitiva de todo ser humano. Desvalorizamos su
alcance integral cuando aplicamos exclusivamente su actuación al
mundo de la empresa, al de la publicidad, a la búsqueda de nuevos
mercados o a la competitividad económica y mercantil. Uno de los
mecanismos de defensa más comunes, para salvar el desconocimiento y
nuestra falta de implicación hacia el desarrollo de la facultad
creativa es el de adjudicar la experiencia creativa solamente a los
artesanos de las llamadas «bellas artes», la poesía o la pintura
(Martínez-Salanova, 2001), mientras el resto de los técnicos y
profesionales evitan otorgarse la responsabilidad personal
correspondiente, ya que crear exige dedicación y esfuerzo. La
creatividad no es patrimonio de los «artistas» sino que imbuye a
todas las personas y a todos los elementos cognoscitivos de los
individuos. No olvidemos que Einstein (físico), Poincaré
(matemático), o Newton (uno de los científicos más completos que se
conocen) y otros muchos técnicos, inventores e investigadores son,
hoy día, paradigmas y prototipos de personas creativas porque,
gracias a sus «intuiciones» y sobre todo a su esfuerzo, hicieron
posible el avance científico.
Reflexiones y
temores
Hay una conciencia
generalizada entre padres y educadores de que los nuevos medios
informáticos y cibernéticos no facilitan la creatividad, incluso que
la impiden o deterioran. ¿Son los niños ahora menos creativos porque
ven más la televisión?. ¿Somos menos creativos los adultos porque
leemos menos?. Recientes estudios demuestran que muchas personas se
van pasando gradualmente del televisor a Internet, ya que mientras
la primera no exige mayor atención, pudiéndose hacer varias cosas a
la vez o mantenerla como ruido de fondo, a Internet hay que
dedicarle la atención y el tiempo individualmente.
Por otra parte,
mientras que el uso de otros aparatos depende de economías
familiares, todo lo referente al mundo digital se considera de
primera necesidad. Existen ordenadores en red por todas partes y, si
bien el poder adquisitivo impide en algunos países el acceso
familiar y personal al ordenador, no es menos cierto que la
habilidad de los negociantes y las necesidades de sectores
carenciales han hecho proliferar en los países menos favorecidos los
lugares de encuentro en los que el ordenador, Internet, está al
alcance de todos, con tecnologías más actualizadas y de mejor
calidad que las que individualmente se pueden tener masivamente en
países desarrollados.
Por otra parte
está el clamor contrario al uso de la tecnología, como si fuera la
raíz de todos los males, o la búsqueda o encuentro de filosofías que
intentan explicar el inmenso impacto conectivo de las redes.
Excesiva, aunque interesante y digna de tener en cuenta, me parece
la denuncia que Alonso y Arzoz (2001) hacen en La nueva ciudad de
Dios de cómo el digitalismo, con su tono profético y redentor,
crea una especie de nueva religión, con todas las características de
los grupos de creyentes puritanos que fundan verdaderas ciudades
virtuales en Internet, paralelamente a lo que hace la literatura
llamada ciberpunk, o el cine, que eleva películas como Matrix o
La Guerra de las Galaxias a la categoría de mito religioso. La
difusión del modelo cultural estadounidense a través de Internet es
otro motivo de preocupación: el ciberespacio con su talante
individualista y competitivo se convierte en la cibermetrópoli de
las grandes corporaciones transnacionales.
El problema no es
de los medios sino, tal vez, de cómo se enfrentan. Alonso y Arzoz
abogan por la creación de foros laicos, desarrollando una
tecnociencia humanista, que lleve a discusión y debate las
consecuencias de los mitos tecno-herméticos en las culturas
producidas a partir del uso masivo, o por parte de la elite
cultural, de las nuevas tecnologías.
Otro de los
temores es que Internet se ha convertido en un fenómeno absorbente
que transforma a parte de sus usuarios en seres aislados de la
familia y de los amigos, que prefieren la realidad virtual a la
calle, reduciendo la participación en la sociedad más de lo que
antes hizo la televisión. La
familia no
considera el ordenador, ni el acceso a las redes como un instrumento
de trabajo o de relaciones, sino solamente como esparcimiento y
diversión. En el ámbito escolar, en nuestro país, es muy escasa la
utilización que se hace de los ordenadores, limitando su usanza a
algunos programas, que en muchas ocasiones solamente sirven para
facilitar la burocracia de los profesores. Es lamentable que no se
haya iniciado una reflexión pública sobre los beneficios o
perjuicios que el ordenador puede aportar u ocasionar.
Un hecho
incuestionable: las nuevas tecnologías están aquí
Hay, sin embargo,
un hecho incuestionable: el
ordenador ha venido para quedarse y forma ya parte de nuestro
hábitat, de nuestra cultura, de nuestro hogar y de nuestra familia.
Toda novedad
genera temores. Cuando el libro se hizo masivo, también se consideró
un peligro para la educación y la creatividad. El comienzo del siglo
XXI ha estado inmerso en los avances vertiginosos que producen las
nuevas tecnologías. El pensamiento, la filosofía, la biología -todas
las ciencias- se han visto influenciadas, mediatizadas y ayudadas
por el imparable avance del mundo de los ordenadores y su extensión
en redes por el orbe. El ciudadano de los países industrializados
convive desde su nacimiento con las nuevas tecnologías. En los
países del tercer mundo, aún dominados gracias a la sociedad
informatizada, sus ciudadanos están lejos del acceso mayoritario al
mundo digital. No obstante, la sociedad informatizada se hace más
accesible cada día a todos los habitantes, directa o indirectamente,
social y colectivamente o individualmente, ya sea mediante
ordenadores, móviles, juegos de ordenador o máquinas que están a
disposición, cada día, de un mayor número de ciudadanos del mundo.
Las posibilidades
tecnológicas aumentan infinitamente los espacios de almacenamiento
de la memoria individual y colectiva de la humanidad, facilitan la
organización de las ideas y memoria, hacen vertiginosa la búsqueda
de la información, relacionan los datos y documentos en tiempos cada
vez más cortos y operan con millones de informaciones en tiempos
vertiginosos. Qué no hubieran inventado Newton o Einstein en la edad
de la cibernética.
De la mente total
-global- a las inteligencias en conexión
Las teorías
cognitivas aportan a la humanidad conceptos y reflexiones que
obligan a desarrollar profundamente comportamientos nuevos de cara a
la resolución de problemas humanos. Uno, importante, definitivo, es
el concepto de proceso integrador de la mente humana, su relación
con el entorno y el estudio de los códigos que permiten a cada
individuo aprender, almacenar información, recuperarla, transferirla
a situaciones complejas y crear nuevas situaciones del pensamiento.
La cantidad de información y su almacenamiento significativo
provocan la recuperación más fácil de la información y permiten
realizar procesos completos que integran la misma mente humana y el
entorno, haciendo posible la creatividad.
Somos dados a
concebir la creatividad como algo acabado, ya sea poesía o pintura o
cualquier otro producto. Dejamos así a la creatividad reducida a la
categoría inferior del estereotipo. Maslow comenta que damos por
supuesto que un poeta es más creativo que un cocinero o que un
matemático o ingeniero, porque a su producto le hemos dado un valor
más intelectual más duradero, más espiritual, cuando en realidad lo
válido no es tanto el producto final sino el proceso cuyo resultado
se da en el individuo mismo.
La creatividad es
un proceso de formulación de hipótesis, de verificación de las
mismas y de comunicación de los resultados, convirtiéndose así en un
proceso investigador que se desarrolla dentro del mismo individuo.
Descartamos desde este punto de partida la afirmación de que hay
individuos que nacen creativos. La personalidad creativa se hace, no
nace.
Para Guilford
(1950), creatividad significa innovación valiosa, término
universalmente aceptado. Las situaciones nuevas fuerzan a respuestas
y soluciones antes desconocidas, que dan respuestas a problemas
nuevos o antiguos, o mejoran las soluciones ya existentes.
El ser humano
clasifica los objetos y acontecimientos (Bruner, 1978), de forma
significativa, como un modo de entender discriminativamente lo que
le rodea. Las posibilidades humanas de conocer no se agotan en la
conceptualización sino que van más allá: la especie humana es capaz
de unir conjuntamente conceptos en generalizaciones de causa y
efecto, es decir, es capaz de codificar (combina conceptos y
generalizaciones), que se relacionan «ad infinitum» con otros
códigos y otras generalizaciones, hasta tener sistemas de códigos.
Cada materia, disciplina, teoría o tópico tiene una estructura
propia y determinada, formada por sistemas de códigos.
A medida que un
código se edifica sobre otro código, el que aprende adquiere
crecientemente «amplios» conocimientos de una materia. Esto es, ve
continuamente un creciente número de conceptos y generalizaciones
relacionados. Cuanto más genérico o generalizado sea un sistema de
códigos, más útil será para el que aprende. En la medida en que las
conexiones cerebrales se hacen más numerosas se amplía el ámbito de
acción de las informaciones, que se integran más unas con otras en
el cerebro totalizando la información y dando posibilidad de
integrar una inmensa mayoría de conocimientos. Esta actividad
neuronal facilita el aprendizaje de otros conocimientos. Quien más
sabe más aprende. La aportación de las nuevas tecnologías, desde el
libro (Ong, 1997) a la imagen, los multimedia digitales o Internet,
apoya la capacidad humana de codificar y realizar conexiones entre
las mismas neuronas del cerebro humano, entre personas y entre
personas y ordenadores a través de redes.
La relación
integral en el cerebro humano, de sus descubrimientos o invenciones,
es muy importante para explicar las relaciones entre el cerebro y
otras memorias, ya sean de otras personas o de la inmensa cantidad
de información que se acumula en almacenes digitales. La
inconmensurable cantidad de datos que se poseen, tras un arduo
trabajo de reflexión, de búsqueda, de análisis y de investigación
produce, en situación de reposo casi siempre, el salto intuitivo
(Bruner), el hecho creativo que surge generalmente de manera súbita
como resultado del proceso del pensamiento. Para finalizar el
recorrido, es necesaria la revisión de lo hallado, de lo inventado,
de lo resuelto, que se refuerza en el momento en que quien aprende
considera valiosos sus hallazgos y válidas sus hipótesis.
La velocidad de
las máquinas, la capacidad de almacenar información de la era
digital, la velocidad y eficacia en la búsqueda, provocan más
rápidamente los saltos intuitivos, ya que la creatividad se da no
tanto por la calidad sino por la cantidad de las ideas, y es el
cerebro humano el que las selecciona, las filtra, las vuelve a
codificar, las utiliza y las relaciona con otras para crear la idea
de calidad que se ajuste a las necesidades previstas.
Esta experiencia
se hace más rica cuando se hace total, integrando las experiencias
de otras personas, ya sea oralmente, por escrito, personalmente o a
través de redes.
A la conexión
total de experiencias e ideas Levy (1994) las denomina «inteligencia
colectiva» y Kerckhove (1997) «inteligencias en conexión», porque
establecen, facilitado por las comunicaciones en red, un proceso
doble, que suma o acumula las experiencias y memorias de la gente en
una especie de cerebro mundial, global, al que por otra parte cada
cerebro individual se acomoda, se integra en sí mismo
(Martínez-Salanova 2001) se reacondiciona y reorganiza tomando las
pautas de este nuevo sistema.
La memoria
digital, por llamar de alguna forma a la que nos procura la
informatización de los conocimientos proporciona mayores
posibilidades creativas, ya que existen mayores medios para
establecer sinapsis, conexiones no solamente entre las neuronas de
un mismo individuo, sino con las incalculables informaciones que
cada individuo puede almacenar en su memoria propia, en la memoria
de su ordenador o las que puede buscar por la red. Si a esto se
añaden las posibilidades interpersonales de relación -la creatividad
organizada de que hablaremos más tarde- de transferencia de
información entre otros individuos que piensan y crean, que a su vez
están utilizando incontables memorias y relaciones por toda la red,
aumentamos las relaciones creativas hasta límites que el propio
Bruner, los saltos intuitivos de Bruner, o lo que los creativos
llaman el fenómeno ¡ajá! no hubiera podido prever. Si a la memoria
de nuestro cerebro, la liberamos mediante sistemas informáticos, es
decir, confiamos al ordenador el almacenamiento de la incalculable
memoria, la rapidez de acceso a la información, la velocidad con las
que realiza las conexiones, hace operaciones y trasmite los
resultados, podremos aumentar nuestras capacidades personales
convirtiendo al ordenador en un instrumento más de nuestro cerebro y
aumentando por tanto nuestras posibilidades creativas.
Internet consigue
para el género humano una mayor independencia mental (Kerckhove), al
convertirse en una extensión de sus capacidades físicas y proyectar
más allá de la mente las rutinas y hábitos mentales que se han
desarrollado aprendiendo a leer y escribir y delegando parcelas de
trabajo a las máquinas.
Despejar temores
en una sociedad tecnificada
La sociedad debe
alejar los temores que le acosan sobre una posible injerencia y
dominio de la tecnificación y apoyarse en situaciones de cambio,
creativas. Internet, y las redes que de ellas dependen, democratizan
la información; abren mundos a los que antes era imposible acceder.
En la base de la
creatividad está el conocimiento, el esfuerzo, la memoria y las
aptitudes previas. Todo ello puede ser más fácil debido a la nueva
tecnología (Martínez-Salanova 2001), ya que el salto intuitivo,
fenómeno estrictamente creativo, se da hoy día con más celeridad que
antaño, debido a las experiencias más veloces que tiene el cerebro,
provocado en gran medida por la experiencia informática y los apoyos
y ayudas que esta proporciona.
La solución de los
grandes problemas del mundo necesita no solamente de la intención de
los que dominan los recursos sino de grandes dosis de creatividad
-romper infinidad de círculos viciosos- para equilibrar la
efervescencia económica y social, suprimir las grandes bolsas de
pobreza, repartir solidariamente los recursos, defender el planeta
de las agresiones medioambientales, luchar por ampliar el espacio de
los derechos humanos, ganar la batalla contra muchas enfermedades y
conseguir la solución de otros muchos problemas que desafían la
estabilidad de las relaciones y abocan a la especie humana a un
futuro desesperanzador y lleno de negativos augurios. En un sistema
familiar o educativo es necesario romper círculos viciosos mejorando
los vínculos entre profesores y alumnos, eliminando los estereotipos
de las sociedades localistas, evitando las actitudes y relaciones
xenófobas, optimizando en fin las conexiones entre personas tanto
cercanas como lejanas, adquiriendo conciencia global de que la toma
de decisiones vitales y creativas puede estar más cerca gracias a
las conexiones múltiples entre los miembros del planeta.
Creatividad y
tecnología. Riqueza cultural
La especie humana
avanza gracias a los adelantos tecnológicos (Carbonell 2002), que
integran a toda la especie en el mismo contexto, en un proceso que
sigue en marcha y que nos humaniza (nos convierte cada día más en
especie humana). Carbonell, arqueólogo, que ha analizado los
rudimentos tecnológicos de nuestros antecesores en Atapuerca, lleva
30 años trabajando con ordenadores, intercambiando modelos de
trabajo e información por correo electrónico con arqueólogos de
universidades de todo el mundo. Carbonell divide en tres etapas la
evolución del hombre: en la primera dominaba la diversidad
biológica, en la segunda en la diversidad cultural y en la que se
inicia ahora, con Internet, la tercera, «la integración de la
diversidad, que no supone el dominio del pensamiento único «sino lo
contrario, la suma de la riqueza de todas las culturas».
Internet permite a Carbonell, al igual que a millones de
científicos, técnicos, literatos, fotógrafos -profesionales de todo
tipo- colgar en la red sus trabajos o hallazgos y, casi al instante,
compararlo con lo que realizan colegas de investigación o de trabajo
de cualquier lugar del mundo valorando así sus descubrimientos en
tiempo real y recibiendo opiniones que permiten poner en común todos
los proyectos de investigación del planeta y avanzar
retroactivamente junto a otros investigadores en el conocimiento de
un modo que resultaría inconcebible sin Internet.
Edgar Faure y sus
colaboradores, ya en el año 1974 indicaban en su conocido informe
Aprender a ser que «los profesores tienen cada vez menos como
tarea única el inculcar conocimientos y cada vez más el papel de
despertar el pensamiento. El maestro, al lado de sus tareas
tradicionales, está llamado a convertirse en un consejero, un
interlocutor; más bien la persona que ayuda a buscar en común los
argumentos contradictorios, que la que posee las verdades
prefabricadas; deberá dedicar más tiempo y energías a las
actividades productivas y creadoras; interacción, animación,
comprensión y estímulo»
Con Internet
(Castell, 1998) se rompe la idea de una educación basada en la
«transmisión de paquetes de conocimientos acumulados», ya que la
información aumenta de forma exponencial, para convertirse en cómo
ser capaz de acceder a la red, cómo obtener de ella el máximo
provecho y, sobre todo, cómo utilizar el volumen ingente de datos
accesibles.
Tanto Faure y sus
colaboradores, como Castell coinciden al afirmar que en la era de la
globalización, el desafío en la educación está en enseñar a aprender
y aprender durante toda la vida y no solamente en las edades
tradicionalmente asignadas para ello. Estar al día es una de las
claves en las que se fundamenta el aprendizaje en una sociedad
tecnificada, en la que las personas tendrán que cambiar y adaptarse
para vivir no en un mundo diferente, sino en varios que se irán
creando sucesivamente. La idea, antigua idea de la UNESCO, de
promover a escala planetaria la formación continua y la educación
permanente, se refuerza con la nueva situación tecnificada del mundo
y su avance imparable y vertiginoso.
La llamada
tecnológica provoca en el individuo humano la entrada en un mundo
diferente, pleno de alternativas, inacabable, apasionante e
impredecible. Es el primero de los motivos internos del aprendizaje,
la curiosidad, que tal y cómo afirmaba Bruner promueve la
exploración de alternativas y sirve de base al espíritu científico.
La incertidumbre que generan las nuevas tecnologías, que para muchos
es causa de ansiedad, se puede convertir en el motor del
aprendizaje, de la búsqueda de soluciones nuevas, y por ende en la
principal fuerza motivadora del aprendizaje.
Entre el individuo
y el medio (tras el cual hay infinidad de otros individuos y otros
medios), se genera una competencia o comprensión afectiva, en una
acción recíproca que lleva a la identificación con el medio, con los
valores que representa. Se sacia así la profunda necesidad humana de
responder a los otros y de obrar conjuntamente con ellos en pos de
un objetivo.
Las conexiones
han existido desde los albores de la humanidad, con el trasvase de
experiencias que los grupos humanos han realizado durante sus
migraciones y conquistas, convirtiendo la cultura en un rico y
mestizo entreverado de pensamientos y formas de vida. El mayor
contacto cultural, sin embargo, desde la invención del alfabeto en
occidente se produjo (Kerckhove) cuando el lenguaje se encontró con
la electricidad en el telégrafo. El desarrollo de las conexiones
llega hasta Internet y continuará sin duda en el futuro
proporcionando una revolución lingüística relevante en el ámbito
global, que incidirá en la cultura y en la filosofía y estructurará
nuevas formas de conocimiento. Una nueva dimensión en la experiencia
global hace necesarios nuevos caminos en la consecución de las
habilidades cognoscitivas de los ciudadanos, en la experimentación y
el análisis, en la invención de infinidad de síntesis creativas que
permitan cambios e innovaciones en la relación entre las personas,
los objetos y el mundo.
La creatividad
organizada
Jhon Lewis (1962)
por su lado y Theilard de Chardin (1971) por el suyo, a partir de
experiencias e investigaciones muy diferentes, llegaron a la
conclusión, hace más de 50 años, de que el próximo paso evolutivo de
la especie humana era, o la solidaridad o el descalabro total, la
destrucción del mundo. Prevalecían hasta ese momento las tesis de
Darwin -el mundo, excesivamente poblado, soliviantado y tecnificado
se abocaba al círculo vicioso de la lucha por las especies- en el
que el «todos contra todos», algo inherente a las especies animales,
y por lo tanto a la humana, es el motor del desarrollo y evolución
de las especies. Los dos filósofos, desde encontradas posiciones
intelectuales, filosóficas y religiosas, rompieron el círculo
vicioso con la afirmación de que es necesario buscar nuevas
soluciones creativas y salvar, en un nuevo paso evolutivo, a la
humanidad y al planeta. Es la llamada a la solidaridad que Francisco
Ayala, académico y Premio Príncipe de Asturias de las letras,
resumía no hace tanto tiempo literariamente «no hay otro dilema ante
el que hoy nos hallamos: o bien un salto gigantesco hacia una
ordenación superior de la vida o, si no, su hundimiento catastrófico
en el caos».
La innovación
constituye en principio la creación o adaptación de nuevos
conocimientos y su aplicación para la resolución de problemas.
Durante mucho tiempo se pensó que bastaba con una buena base
científica para poner en marcha el proceso innovador, que era
suficiente formar y preparar investigadores científicos para
conseguir la inyección de conocimiento de interés en el ámbito
social, científico o económico. Sin embargo, esto no es del todo
cierto, ya que las simples capacidades y la formación individual no
soluciona los problemas comunes. Es necesario integrar los
conocimientos, trasvasar las informaciones, trabajar en equipos
multiprofesionales y conectarse con pensadores e investigadores de
todo el mundo para recorrer el gran mar de la comunicación. La
navegación por la gran cantidad de opiniones, de nuevas ideas y
experiencias surgidas a partir de la puesta en común de
descubrimientos, de las sugerencias e iniciativas de personas
normales -no de elite científica o política- aportará la voz de los
que no están en la cúpula del poder, de los medios de comunicación o
de la ciencia.
De la edad de los
inventos a la de la creatividad
La horizontalidad
en las relaciones humanas, da lugar a la participación creativa,
recurso necesario para la resolución de problemas. El cambio se
inició a partir de los años cincuenta del siglo XX. La creatividad
se consideraba un hecho individual y espontáneo. Hoy es un hecho
global que necesita de la colaboración y de la multiplicación de las
informaciones. La facilidad creciente de la comunicación mediática
convierte la creatividad en un fenómeno humano de tipo colectivo,
llamada ya genéricamente «creatividad organizada», que permite
integrar y canalizar los esfuerzos individuales y aumentar el
impacto de los resultados que de ella se desprenden. Este proceso,
el paso de la invención individual a la compartida y solidaria se
debe a que los problemas que se le plantean al mundo y a la ciencia
son más complejos, están cada vez más interconectados y exigen
respuestas también más integradas. Lamentablemente, aún hoy es
habitual encontrar una educación tecnológica individualista y que
descuida el aspecto creativo de los individuos, evitando el esfuerzo
común y poniendo el énfasis del proceso de aprendizaje en la
asimilación memorística.
Propuesta 1:
Lograr la síntesis creativa
El mundo necesita
hoy más que nunca de creadores. La vertiginosidad de los cambios
exige respuestas rápidas y adecuadas, producidas sin duda por mentes
totales, equilibradas en sí mismas y conectadas con multitud de
otras mentes totales: es el cerebro global, el que pasa a través de
las redes, el que teje y desteje en la medida de las necesidades: el
que está atento a las necesidades del mundo, en un perpetuo feedback
que nada tiene que ver con el pensamiento único. Necesitamos
trasvase de información y equipos interdisciplinares, en los que
cada uno trabaja, piensa y crea en su ámbito pero que trasvasa,
piensa y crea en común con el resto.
La síntesis es el
resultado integrador de experiencias y aprendizajes anteriores. El
momento en el que una persona, -un grupo de personas- canaliza en
una sola idea, concepto, proyecto o hallazgo elementos trabajados
por separado; constituye un nuevo descubrimiento, y por lo tanto una
realidad distinta. Se generan nuevas construcciones intelectuales.
El «salto intuitivo» de Bruner, la «síntesis creativa» de Bloom, el
fenómeno «¡ajá!» de los creativos publicitarios es cada vez más
solidario y global.
«El momento
oportuno es una puerta abierta hacia infinitas posibilidades;
aprende a conocer este momento», decía Pitaco de Mytilene en el
siglo V antes de C. «Infinitas capas de ideas, imágenes y
sentimientos cayeron sucesivamente sobre vuestro cerebro, tan
dulcemente como la luz. Pareció que cada una sepultaba la anterior
pero, en realidad, ninguna había desaparecido», afirmaba
Baudelaire.
La primera necesidad metodológica se fundamenta en la interacción
interna y externa. La interna, entre las neuronas, experiencias y
comportamientos de un mismo individuo, interconectados para crear la
mente total, intentando el éxito de las conexiones, desechando las
soluciones condenadas al fracaso, erróneas o no prometedoras. La
externa, provocada por las conexiones múltiples entre los
individuos, tanto en equipos de trabajo cara a cara como a través de
la red.
La gran cantidad
de ideas, contactos, informaciones conocimientos y procedimientos
que aporta la red serán la base de referencia para aplicarse en la
investigación, en el análisis de los datos, en la búsqueda de nuevas
informaciones y por lo tanto en el resultado final, creativo en su
procedimiento de búsqueda y en sus resultados.
Propuesta 2:
Incrementar los lugares de búsqueda de información
Todas las ideas
son buenas para el hecho creativo, que como decíamos más arriba
necesita no tanto de la calidad como de la cantidad. Lo que parece
un contrasentido no es más que lógica pura. De la gran cantidad de
ideas, se pueden seleccionar por analogía algunas, y de ahí, por
asociación, se engendra la crítica o la idea contraria, o la opinión
complementaria o la solución de un problema. En el mundo de las idea
s no hay ninguna descartable a priori y todas las opiniones sirven.
Percibir nuevos puntos de vista, realizar las cosas de otra forma,
apreciar lo que otros hacen, promueve estrategias del pensamiento
diferentes y exige situarse en otros contextos, opiniones o lugares.
La búsqueda amplia, flexible y generalizada democratiza el acto
comunicativo al hacer extensiva la opinión y liberar el hecho
creativo.
La facilidad de
acceso a la información, la búsqueda interactiva de datos, la hipertextualidad
significa para Kerckhove el acceso interactivo a cualquier cosa
desde cualquier parte. La información se convierte así en ayuda para
la memoria y el almacenamiento, y por lo tanto para el
procesamiento, es decir, para la inteligencia.
Tanto el
investigador, como el que toma decisiones de empresa, como el que se
entretiene y divierte, tiene un objetivo al entrar en la red: busca
algo. Las posibilidades de búsqueda pueden ser muy amplias o muy
estrictas. En ambos casos nos encontramos muchas veces con lo que no
buscamos –a veces con lo que no queremos- pero la mayoría de las
veces una mente amplia, que domina los temas, una mente total ve
indicios de lo que busca en cualquier dato o palabra. Es cuestión de
tirar del hilo.
«Me consideras un
hombre culto y leído. Sin duda te equivocas, dijo Confucio. Tan solo
he agarrado el hilo que enlaza el resto».
Los lugares de
información están -siguen estando en los libros- pero a muchos de
ellos se puede ya acceder por Internet, en los periódicos, a los que
se accede por Internet, en las fotos y documentos gráficos, en el
contacto con otras personas. La información está en todo lugar, en
el cine, en los viajes, en los documentos, en la conversación oral.
Todo esto lo facilita la red de manera rápida y eficaz.
Propuesta 3. Buscar todas las conexiones posibles
Todo está
conectado, no creamos de la nada: simplemente relacionamos de
distinta forma elementos ya existentes, pues las formas de
creatividad surgen de una nueva actividad combinatoria (Bruner), de
situar los objetos en una nueva perspectiva.
La conectividad
la desarrolla el cerebro humano en su interior, relacionando
informaciones y procesándolas para dar respuestas creativas.
«Por osado que
sea investigar lo desconocido, mucho más lo es inquirir lo
conocido». Kaspar.
Las personas
establecen relaciones -se conectan entre sí- por diversidad infinita
de medios, trasmitiéndose información y creando nuevas situaciones
comunicativas. La red es, según Kerckhove, el medio conectado por
excelencia, la aplicación tecnológica explícita de la interacción
humana. La WWW añade otra dimensión a la conectividad con el
hipertexto, enlazando el contenido almacenado a su comunicación,
creando las
webness, los
enlaces mentales de las industrias de la inteligencia.
Hemos de
distinguir con Kerckhove entre lo colectivo -el grupo de individuos
conectados- y lo conectivo como forma personalizada de la
colectividad. Cada usuario de la red se une a ella consciente y
deliberadamente y puede dar lugar a una combinación entre la
individualidad y la preocupación por la trasmisión colectiva de
información.
Propuesta 4:
Solucionar los problemas con flexibilidad
«No deja de ser
un milagro que los modernos métodos de enseñanza no hayan sofocado
aún del todo el bendito afán por investigar; esta pequeña y delicada
planta, además de estímulo, necesita fundamentalmente libertad; sin
ella, su perdición es inevitable» (Einstein).
La imaginación es
una actividad mental que se basa en la percepción, en la memoria y
en el pensamiento. Mediante ella se reproducen imágenes –imaginación
reproductiva- y se crean asociaciones entre ellas –imaginación
productiva- conformando la base de la creatividad. Si las imágenes y
las ideas reproducidas son muchas -cuantas más mejor- se consigue la
fluidez de las ideas, relacionada con la solución múltiple de
problemas.
Generalmente
tenemos pocos modelos, escasos puntos de vista y precarios métodos
de trabajo, por lo que nos aferramos a lo conocido, a «lo que
funciona», esperando que la inspiración venga del cielo o de la
administración. «No queremos utopías pero esperamos figuras
mediáticas que tengan algo de Diana, de Ronaldo, de Teresa de
Calcuta, del subcomandante Marcos, del papa» afirma Ramonet,
director de Le Monde diplomatique, «alguien con carisma que venga
con un discurso de generosidad, porque la inmensa mayoría de la
humanidad está esperando una palabra de compasión, pues está
sufriendo...».
La fluidez de
asociación se da en referencia al establecimiento de relaciones
entre ideas, cosas u objetos, que a su vez dan lugar al pensamiento
analógico, que se estructura de manera trasversal, como los
brain-workers,
o trabajadores del conocimiento, una nueva figura nacida en la
empresa norteamericana a la sombra de la sociedad de la información.
Los brain-wolkers son capaces de expresar con simplicidad los
sistemas complejos, con el fin de asociarlos con sistemas conocidos,
transfiriendo experiencias de otros campos de la ciencia o de la
experiencia, convirtiendo en sencillo lo que es complicado,
estableciendo relaciones fluidas entre los complejos proyectos y
programas, manteniendo la flexibilidad innovadora con el fin de
anticipar y resolver problemas.
Las aplicaciones
creativas de la fluidez en la resolución de problemas han logrado
que pensadores y científicos trabajen en ocasiones utilizando una
lógica diferente a la tradicional, que reproduce las formas de
pensamiento de los seres humanos. Ya hace varios años se aplica en
la matemática, en la empresa, en la resolución de problemas
complicados lo que se ha dedo en llamar la «lógica difusa». La
lógica clásica es muy precisa, la lógica difusa -o borrosa- no.
Intenta copiar la forma en que los humanos toman decisiones y
trasmite a las máquinas la manera de trabajar con información
imprecisa. Se basa en la verificación objetiva de que no todo es
blanco o negro, o verdadero o falso, o A o B. Aunque en un principio
se pensó, a finales de los años 80 del siglo XX que tuviera
aplicaciones solamente en el campo de la lingüística, de las
relaciones humanas o de las ciencias sociales, se ha visto con
sorpresa que la mayoría de las experiencias en investigaciones y
procedimientos con lógica difusa se están realizando en el campo de
la ingeniería de consumo: electrodomésticos, ascensores, el metro,
incluso en los sistemas de seguridad de centrales nucleares.
«Nuestros problemas no se pueden resolver en el mismo nivel mental
que teníamos cuando los creamos» (Albert Einstein).
La flexibilidad se
opone radicalmente al concepto de rigidez, y sirve para determinar
la habilidad de buscar la solución en campos distintos. En el mundo
de la enseñanza se hace necesaria la correspondencia flexible entre
ideas, conceptos, relaciones y soluciones.
Cuando trabajamos
con los medios es necesario tener en cuenta que todos ellos proceden
de los mismos orígenes y la capacidad de transvase de información y
de tecnología que desarrollan. Existe una gran dependencia entre sus
contenidos, una indiscutible versatilidad de sus cauces de
distribución y de comunicación y una considerable maleabilidad de
sus contactos y relaciones. La literatura aporta sus argumentos al
cine y el cine devuelve a la literatura una determinada vitalidad y
estructuras narrativas diferentes, La fotografía y la pintura se han
prestado infinidad de elementos narrativos, como las distintas
formas de captar el movimiento; el cómic y el cine se aportan
mutuamente infinidad de argumentos, de encuadre y de ritmo, además
de su estructura icónica y narrativa. La televisión, por otra parte,
recibe elementos de todos ellos, introduciendo los medios en el
entorno familiar y provocando así una síntesis muy limitada, aunque
compleja, de las posibilidades. Las redes, al mismo tiempo, hacen el
recorrido inverso, pues nacen en el entorno individual y de ahí
parten para extenderse hacia el mundo con infinitas posibilidades.
Propuesta 5.
Trabajar con originalidad y con nuevos recursos
«El medio de salir
es a través de la puerta. ¿Por qué nadie quiere utilizar esta
salida?» Confucio.
La originalidad,
como decía Dewey, no está en lo fantástico, sino en el nuevo uso de
cosas conocidas. Somos originales cuando mediante procesos
cognitivos logramos descubrimientos o asociaciones singulares,
individuales, propias de uno mismo. Para ser original hay que
esforzarse en resolver los problemas por métodos propios, sin buscar
soluciones dadas, clichés o estereotipos.
Para ser original
hay que estar al día, hay que poseer una mente global, en la que se
practique tanto la reflexión reposada como la reacción imprevista e
intuitiva. La visión diferente de una misma realidad exige
profundizar en esa realidad con datos y experiencias propias. A
mayor experiencia se da una mayor y mejor capacidad de interpretar
la realidad de forma diferente. Situarse en la visión u óptica de
otras personas, en el lugar de otros, significa mejorar la capacidad
de interpretación de los hechos. Mientras los acontecimientos
suceden de una forma, la historia nos los ha escrito de otra y el
cine nos los cuenta de otra. El historiador, cuando analiza
documentos de una época determinada, lo hace con su propia
concepción de la realidad. Si esta concepción es limitada su
interpretación será pobre y restringida. Las múltiples posibilidades
interpretativas de un documento o hecho, proporcionan mayores
posibilidades de cotejar y revisar y por lo tanto darán con mayores
probabilidades la oportunidad de conseguir la realidad.
«Cuatro personas habíamos visto lo mismo, pero lo habíamos
interpretado de manera distinta. O sea, que no habíamos visto lo
mismo. Cada uno de nosotros puso en funcionamiento un esquema
sentimental diferente» (Marina). Si esas cuatro personas trabajan
juntas sobre sus diferentes apreciaciones, posiblemente estén más
cerca de conseguir la realidad que si permanecen en su concepción
individual.
Ante un mismo
hecho producimos respuestas diferentes, no solamente personas
diferentes sino la misma persona en dos momentos distintos del día,
ante situaciones cercanas en el tiempo o en épocas distintas de la
vida. Cada momento proporciona su realidad y por lo tanto su
originalidad. Es necesario producir respuestas inusitadas, encontrar
nuevas relaciones entre las cosas, los objetos, las personas, los
conceptos y sus significados, entre las experiencias vividas y los
descubrimientos científicos y tecnológicos. Es necesario procurar
algo que con frecuencia es infravalorado por los eruditos: la
frescura y la inventiva.
Para inventar es
necesario predecir, ser capaz de analizar el pasado y conocer el
presente. Como decía Maquiavelo «para predecir lo que ha de suceder,
antes hay que observar lo que ha ocurrido anteriormente». Buscar lo
impredecible es buscar la realidad, desconectando los objetos de los
productos, las causas de los efectos, en una actividad metafórica,
no causal, en apariencia ilógica.
Las cosas son las de siempre, no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que
nos falta es conocer lo antiguo y relacionarlo con las nuevas formas
de pensamiento, los hechos tal y cómo van sucediendo, los nuevos
descubrimientos tecnológicos y los problemas actuales. Charles
Chaplin decía que el verdadero significado de las cosas se encuentra
al decir las mismas cosas con otras palabras.
Cuando la
revolución tecnológica entra en nuestras casas, en nuestras aulas,
en nuestras empresas, aplicamos con el fin de defendernos, como
decíamos más arriba, todos los mecanismos de defensa posibles para
no dejarnos apabullar. Castell afirma que muchos docentes saben
menos de Internet que sus alumnos, lo que les origina una gran
inseguridad y un fuerte rechazo al cambio, al mismo tiempo que se
ven superados por un mundo que cambia sus esquemas de valores.
La capacidad para
redefinir las ideas, y conceptos, de encontrar en los objetos o en
las personas nuevos usos o facetas es lo que da pistas para
solucionar los problemas que se presentan. Si se quiere conocer la
realidad, como decía Saint-Exupery: «Para
ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada».
Para Lledó (1997),
el mayor prodigio de la revolución tecnológica –más bien ontológica-
es haber empapado el mundo de idealidad, de imágenes, de visiones.
No hay que estar presente en los lugares para acceder a ellos. El
cine y la fotografía nos traen los mundos a nuestra cercanía, el
CD-Rom o Internet nos permiten acceder a documentos originales de
bibliotecas, entrar en museos, analizar obras de arte. Sin embargo
la realidad no es la virtual, ni las imágenes. La realidad hay que
buscarla constantemente a partir de los datos que poseamos, sean
imágenes reales o virtuales, documentos escritos o comentarios
orales. La realidad debe ser «hablada», dice Lledó, desde el
lenguaje del que hace imágenes, pinta cuadros o realiza películas.
Para Cabrera
Infante (1997) sin embargo, la visión del cine está en los ojos de
quién mira, del espectador, al contrario que Lledó, para quien el
cineasta nos ofrece las imágenes interpretadas, «imágenes ya
miradas para nuestra mirada, ya habladas para nuestras
palabras».
La
cantidad, variedad y calidad de las imágenes, la abundancia de
contenidos y temas, la gran variación en los estímulos, provoca
inmejorables ocasiones de acrecentar la creatividad provocando la
asociación de ideas casi inmediata, las reflexiones, el recuerdo y
la memorización de datos, propicios para incrementar el bagaje
cognoscitivo y por lo tanto para relacionar y crear nuevas formas de
pensamiento.
El ser
humano necesita para su subsistencia de la capacidad creativa. Son
necesarias la imaginación y el arte para hacer posible la
integración del pensamiento, no solamente en las actividades o
conocimientos llamados artísticos, sino también en las ciencias
experimentales, en los procedimientos heurísticos y en todos los
métodos y técnicas necesarios para una didáctica eficaz y
actualizada. Se trata de redescubrir la verdad para que el alumno
repita en sí mismo los procesos creadores.
Toda realidad es
un prisma con infinitas caras. Todo se puede ver de otra forma,
desde otro ángulo, con otra mirada. Dar vuelta a las cosas supone
ponerse en el lugar de otros. Todo tiene su lado bueno, positivo,
humorístico.
Inventamos todos los días, ya que inventar es descubrir lo oculto,
aunque ya esté inventado por otros hace muchos años. El proceso de
descubrir algo nuevo es para el alumno un aprendizaje de condición
indispensable para lograr sus capacidades de investigación.
El futuro hay que
«realizarlo» día a día, pues el pasado, en el que nos basamos, ya se
ha ido. La responsabilidad de mantener la dinámica evolutiva de la
especie humana está en nuestras manos. Es necesario mirar al futuro
previendo situaciones, adelantando nuestra preparación a los
acontecimientos. Ibsen, el dramaturgo decía: «Yo sostengo que está
en lo justo la persona que más estrechamente está unida con su
futuro».
La capacidad de
predicción del futuro basándonos en las experiencias personales y
colectivas es uno de los distintivos más importantes de la especie
humana (Martínez-Salanova, 2000) y sobre todo de los individuos
creativos. La capacidad de crear es la que va a defender a la
sociedad de los poderes fácticos, del poder de una sociedad
consumista y del dominio de los mass media, educando a los
individuos en el espíritu crítico.
Propuesta 6. Estar
a gusto consigo mismo y con los demás
Las personas
creativas son capaces de tolerancia, de asumir sus propias
incapacidades, de buscar soluciones sin traumas, ni frustraciones,
ni radicalismos. Los grupos humanos sanos buscan la realidad
solidariamente, captan globalmente los problemas y se enfrentan a
ellos desde multiplicidad de ángulos y de diversos puntos de vista.
Todo puede tener muchas soluciones. Lo importante es que la que se
elija responda a intereses de la colectividad, respetando las
minorías y sus culturas.
Los grupos humanos
creativos no se angustian por los graves desafíos que provoca la
sociedad de la información y la globalización. Al contrario, los
percibe más bien como una invitación a realizar esfuerzos de orden
superior, en los que primen la propuesta común de alternativas y la
elaboración consensuada de resultados y proyectos de futuro.
Los investigadores de la creatividad, Bruner (1978), Maslow (1975),
Torrance (1976) o Guilford (1979), coinciden en afirmar que la
higiene mental es necesaria para la creatividad, Lo cierto es que en
las personas creativas se acusan rasgos emocionales estables,
precisión en la concreción de la realidad, capacidad para
relacionarse amistosamente, espontaneidad y calor en el trato con la
gente. El resultado de un buen estado de salud psíquica, libera
energías que con frecuencia se traducen en procesos creativos. «El
individuo creativo es un individuo sano que se realiza», decía
Maslow. Educar para innovar garantiza la supervivencia de las
culturas y por lo tanto genera colectividades más sanas.
El hombre que no
lleva música en sí mismo
ni se emociona
con la trenza de dulces sonidos,
es propenso a la
intriga, el fraude y la traición.
(Shakespeare, El mercader de Venecia, Acto V, escena I.)
La creatividad conlleva un cambio sustancial en la estructura de la
personalidad, ya que solamente los actos personales que provocan
realización personal son causa de actos creativos. Para Maslow,
creatividad es lo mismo que salud psíquica o auto realización. Vista
desde un sistema de valores la persona creativa reconoce la dignidad
fundamental de toda persona, incluida ella misma, respeta las
opiniones de los demás y desde la seguridad que le otorga su
autoafirmación, se abre totalmente. El verdadero desafío frente al
próximo milenio (Savater) no es el de si habrá espacio o cosas para
todos, sino si habrá conciencia humana para todos. El ciudadano que
actualmente participa en Internet (Cebrián) se mueve entre dos
extremos: el del anarquista moderno, el que cree que no debe pedir
permiso a nadie para decir lo que quiera y quienes piensan en el
«Gran hermano», cuando muy poca gente va a controlar las
infraestructuras de telecomunicación.
Es necesario que busquemos un equilibrio, pues Internet es la gran
oportunidad, por el momento, para trasmitir y beneficiarse
democráticamente de la información.
Los Estados deben
velar para que se mantengan las condiciones de igualdad de
oportunidades en el acceso a la información y al mismo tiempo se
vele por un correcto y democrático uso de la red.
De hecho, en el
ámbito general de la formación, el concepto de interacción empieza a
primar sobre el de linealidad.
Propuesta 7.
Elaborar reflexivamente
El mundo de la
información a raudales de los medios de comunicación, del zapping,
de la inmediatez de la noticia, domina actualmente sobre la palabra
y el libro, ya que no exigen mayor esfuerzo intelectual ni necesitan
de compra ni almacenamiento. El cine, la televisión, la información
o los contactos proporcionados por las redes, abren ventanas al
mundo pero es difícil que proporcionen la oportunidad de un
planteamiento sereno.
«Tomé un
curso de lectura rápida y fui capaz de leerme La guerra y la paz
en veinte minutos. Creo que decía algo de Rusia» (Woody Allen).
Somos intérpretes más que filósofos (Castell,
1998), ya que el Estado acción se convierte, sin desaparecer, en el
Estado Red, con millones de datos analizados pero sin pensamiento,
sin reflexión metafísica.
Un planteamiento filosófico no surge por generación espontánea. Para
elaborar una teoría sobre el comportamiento humano en los medios de
comunicación son necesarios años de asentamiento y profundización.
Trabajamos con intuiciones originales que hay que comprobar. La
elaboración supone disciplina y esfuerzo. El acto creativo hay que
tecnificarlo, darle forma, valorarlo y relacionarlo con otras
realidades, presentarlo de forma aceptable, comunicarlo. Séneca
decía que ningún hombre ha llegado nunca a ser sabio por casualidad.
Para que haya creación e imaginación hay que ser muy disciplinado en
el trabajo y el estudio.
En la fase final de verificación y de producción de procesos
creativos, el mundo de la nueva tecnología igualmente facilita
habilidades y recursos, dibujo, textos, proporciones, y
formulaciones a personas a las que antes estaban negadas por sus
carencias o falta de experiencia.
Propuesta 8.
Sensibilizarse hacia los problemas
La persona
creativa es receptiva al mundo de los objetos, ante los problemas y
ante los demás. La observación de imperfecciones es lo que mantiene
al individuo en actividad creativa, lo que le obliga a estar en
constante disposición de buscar nuevos caminos o diversas
respuestas. «¿Por
qué nos alegramos en los casamientos y lloramos en los funerales?.
Porque no somos la persona involucrada», decía Mark Twain.
Sensibilidad significa conocer desde dentro los problemas,
responsabilidad, adentrase en los acontecimientos, curiosidad e
investigación. Cuantas más puertas y ventanas se abren mayores
posibilidades hay de buscar nuevos caminos y mundos diferentes.
Nuestros antepasados no muy lejanos salían a la calle para ver la
realidad, tenía interés asomarse a ella. Siempre pasaba algo. Ahora
la calle son los medios de comunicación, por los que recibimos
información del mundo y de nuestro pueblo.
Para Kerckhove,
el futuro puede y debe ser más una cuestión de elección que de
destino, ya que también la sensibilidad se conecta, conformando una
nueva estructura psicológica. Mediante los satélites, las mentes de
los humanos se relacionan a través del tiempo y del espacio,
La opción debemos realizarla entre todos, abarcando la información
sin olvidar salir a la calle a conocer o que pasa en nuestro
entorno, complementando la información que proviene de las redes, de
la televisión o de la prensa con la que proporciona la visión
directa y comunicativa con el entorno más cercano.
Víctor García León, de 20 años de edad, realizó en el año 2000 la película
Más
pena que gloria,
en la que
habla
de él y de sus amigos. «Me he vengado de mis profesores, de mi
dentista, de mis ex novias, de las que no quisieron ser mis novias.
Nos hemos vengado de todos los que nos han humillado alguna vez. Una
venganza, eso sí, que no pretende molestar a nadie». Es una muestra
de una generación de directores jóvenes que huyen de la onda de sus
padres, evitando temas antiguos para ellos. Buscan su expresión
fílmica en su propio entorno, barrio o cibernético y lo reproducen
en un film para entregarlo a la sociedad.
En
certámenes de prestigio por su calidad se premian constantemente
películas de los países más pobres, que siguen haciendo intentos de
contar en el cine sus problemáticas, su lucha contra el poder
político y el de la censura. Se encuentran así productos de cine
fresco, original, joven y comprometido que rebosa interés aunque no
se exhiba en salas comerciales.
Lo antiguo se
vuelve nuevo cuando se ve en un documental a unos occidentales que
llegan a tomar contacto con una tribu amazónica y a los indígenas
desconcertados ante la pregunta: «¿de quién es esta tierra?». La
tierra no es de nadie en las antiguas culturas, todos la defienden,
y en ello radica la solidaridad. No existe el concepto de propiedad
de la tierra. Si entendiéramos la solidaridad como ellos,
evitaríamos la colonización sobre el medio-ambiente y nuestros
patrones culturales podrían ser más comunales.
Los
medios de comunicación y el fácil acceso a la información pueden
insensibilizar a los usuarios y espectadores sobre problemas graves
de la humanidad, ya que todo se ve en directo, tanto lo real como la
ficción. Si no existe el análisis, es fácil que se cree una coraza
sobre los problemas y por ende sobre los valores. Sin embargo, la
sensibilización es el primer eslabón del aprendizaje, el lugar en
que la teoría cognitiva ubica la primera codificación, en la que la
persona receptora elige o rechaza -consciente o inconscientemente-
lo que su cerebro va a percibir. Sin el mecanismo de sensibilización
es imposible acceder al proceso de aceptación de información, y por
lo tanto llegar a niveles más altos del proceso de aprendizaje.
Podemos ser sensibles a determinados estímulos y no a otros. Es un
problema de intencionalidad que se puede estudiar con el fin de
promover en los alumnos actividades mediante las cuales pueden
aprender a apreciar situaciones para las que antes eran poco o nada
perceptivos.
Sin embargo, para ello debemos reforzar y ajustar nuestro sistema de
valores, ya que la inseguridad se hace carne con nuestra propia
responsabilidad como educadores. Para Marina (1997), «Toda
heurística, es decir, todo sistema de búsquedas o de resoluciones de
problemas que no puede probar todas las soluciones, sino que tiene
que elegir atajos, dejar de lado caminos posibles, arriesgarse
perdiendo seguridad para conseguir rapidez, ha de contener
forzosamente un sistema de valores».
Propuesta 9.
Educar para participar
Educar en la tecnología no es solamente educar para utilizar
máquinas. La tecnología, presente desde el primer instrumento que
realizó la especie humana, se caracteriza por su creatividad. Las
necesidades exigen objetivos, que para lograrlos demandan
planificación y técnicas. Los resultados deben finalmente ser
verificados, y vuelta a empezar (feedback) solucionando problemas.
La tecnología tiene que ver con ordenar lo que posee la mente humana
(Ong, 1997). El acto de ordenar y caracterizar el pensamiento es un
acto tecnológico que se manifiesta al exterior a través de hechos
tangibles: libros, máquinas, diagramas, programas, organigramas,
sistemas, etc., o lo que es lo mismo, lo que hasta ahora se ha dado
en llamar tecnología. No hay máquina sin pensamiento humano. De esta
forma aceptamos y comprendemos la idea de que el pensamiento humano
es la verdadera materia prima de la tecnología (Martínez-Salanova,
1981), sin la cual se haría imposible la manipulación de los medios.
Cuando confundimos tecnología con máquinas negamos la capacidad
cognitiva de los seres humanos. La participación, como vamos
apuntando a lo largo de todo esta artículo es la clave para
tecnificar la sociedad. Las máquinas ayudan a ello.
Llamamos
tecnología de la educación a la suma total de las actividades que se
realizan para que la persona modifique sus ambientes externos
(materiales) o internos (de comportamiento), o lo que es lo mismo,
una aplicación sistemática de los recursos del conocimiento
científico del proceso que necesita cada individuo para adquirir y
utilizar los conocimientos.
«Hemos pasado bruscamente de la edad de la piedra a la del circuito.
Mientras que la rueda transporta simplemente los apoyos y los datos,
el circuito establece relaciones entre los datos, y es el factor de
la retroacción. De una época de transmisión pasamos a una era de
retroacción, que es así mismo participación». (McLuhan, 1974)
Para educar en la
participación es necesario favorecer los cambios en los contenidos y
en los métodos. En primer lugar, la participación y la innovación
deben ser llevadas al aula. En la medida en que quienes se educan
tomen parte en la decisión sobre objetivos y métodos para
conseguirlos, se estimulará el sentido crítico y el alumno irá
adquiriendo una educación tecnológica que le capacitará como técnico
y como ciudadano.
La innovación está
en cambiar una educación basada exclusivamente en los contenidos por
otra que abarque también las relaciones humanas, las actitudes y la
participación. Un buen ingeniero debiera ser además buen creativo,
con el fin de que pueda responder a los problemas técnicos de la
sociedad, debiera ser capaz de trabajar en equipo, con el fin de
buscar más eficazmente las soluciones reales y deberá tener la
disposición de seguir aprendiendo solidariamente con el fin de dar
respuesta participativa a los problemas profesionales y sociales.
La participación
solidaria exige interactividad. Hoy, la nueva tecnología aporta los
mecanismos y condiciones necesarias para ejercerla y lograrla. No
hay excusas. Según Kerckhove, interactividad es la relación entre la
persona y el entorno digital definido por el hardware que conecta a
emisores y receptores mediante la metáfora tecnológica de los
sentidos.
El motor más
potente para la creatividad es la interacción entre las personas.
Las innovaciones tecnológicas permiten la total conexión entre
personas, alumnos, técnicos, investigadores y profesionales y
valorar qué relaciones deben ser hechas cara a cara y cuáles pueden
lograrse por correo electrónico, chat, videoconferencia o por medio
del uso de otras herramientas colaboradoras. Las herramientas, sin
embargo, no reemplazan la interacción humana, que debe estar
presente, cuando sea posible, en todo hecho tecnológico.
El profesor creativo en una sociedad mediática
Todo individuo
posee capacidades creativas. La capacidad creativa, en la forma en
que el individuo la posee es susceptible de desarrollarse en la
práctica. Por ello, el ejercicio de la creatividad debe hacerse en
el aula.
El profesor es el método -instrumento, método, medio y mensaje- pues
durante muchos años de la vida educativa de una persona, los
profesores son el único punto de referencia que la sociedad,
salvando a la familia, aporta al individuo humano. Tal posición
clave, en un proceso tan complejo y de altísima responsabilidad como
es colaborar con los niños, jóvenes y adultos en el desarrollo y
formación de su personalidad, inteligencia y capacidades físicas,
requiere una alta cualificación profesional unida a ciertas
aptitudes y actitudes personales.
Por otra parte, el papel del docente en el proceso educativo ha
cambiado o va modificándose, a la luz de los principios que inspiran
la pedagogía actual, en la que la actividad del alumno, sus
capacidades individuales y sus intereses, adquieren una mayor
preponderancia, pasando a ocupar el centro de gravedad del proceso
educativo que en otro tiempo estuvo vinculado más estrechamente a la
personalidad del maestro o a los contenidos de la enseñanza. El
grupo es utilizado como medio de formación. El esfuerzo del profesor
trata de orientarse más ampliamente a dirigir al alumno para que
éste recorra responsablemente el camino de su propio aprendizaje,
perdiendo importancia su labor transmisora de conocimientos que en
otros momentos ocupó la mayor parte de su actividad. Los nuevos
medios tecnológicos, con utilización en muchos casos de lenguaje
verbo-icónico, se convierten en preciosos auxiliares, modificando en
parte, la forma de realizar su trabajo.
Todas estas
circunstancias reclaman un constante cambio en el perfil profesional
del docente para poder dar respuesta satisfactoria a las exigencias
cuantitativas de formación del ciudadano actual.
Para iniciar el
aprendizaje de la creatividad el profesor debe ser creativo, que en
la exposición de este artículo significa esfuerzo y planificación,
ser sensible a los problemas de los alumnos y de la sociedad,
conocedor de su entorno, abierto a todo tipo de técnicas y medios
ayuden al proceso de aprendizaje y a la clarificación del mensaje.
Las técnicas de
estudio, a las que tanta importancia damos en los últimos años, son
todas ellas técnicas de creatividad, ya que proponen alternativas
diferentes con resultados distintos para cada individuo, y a éste en
relación con cada materia o disciplina. Los medios, en muchos casos
son interactivos sin negar ninguno de los que proponen las nuevas
tecnologías.
Recuadro 1. El
profesor creativo
El profesor
creativo está al día en contenidos, sucesos y medios, Acepta todas
las ideas por inusitadas que parezcan y las lleva a reflexión
personal y a debate del grupo cuando es necesario. Respeta las ideas
fantásticas o poco frecuentes.
Hace ver a sus
alumnos que sus ideas son valiosas.
Introduce en las
aulas actividades no sujetas a evaluación.
Ayuda al alumno a
autoevaluarse.
Brinda
oportunidades para el aprendizaje espontáneo, que se da por propia
iniciativa del alumno.
Aplica el Brainstorming
o torbellino de ideas como elemento de sugerencia de ideas.
Utiliza las nuevas tecnologías como modo de buscar ideas, aportar
elementos visuales y sonoros y conectarse con otros mundos.
Incita a los alumnos a buscar nuevos caminos, nuevas formas de
expresión y de búsqueda de información.
|
Recuadro 2. La
motivación para aprender que proporcionan las nuevas tecnologías
El proceso de
aprender creativamente lleva consigo motivaciones humanas tan
fuertes y estimulantes como las siguientes:
Implicación
personal en algo significativo: la sociedad, el mundo de la imagen y
de los medios, la televisión, la sociedad de la información y la
cultura cibernética, hacen significativo (tiene importancia para el
que aprende) la entrada en las aulas -con carácter protagonista- de
las nuevas tecnologías.
El mundo de los
medios de comunicación y la entrada en el inconmensurable mundo de
las redes genera curiosidad y deseo de saber ante lo que sorprende,
lo inacabado, lo confuso, lo complejo, lo inarmónico y lo
desorganizado. Existe un interés natural por descubrir lo
desconocido, encuadrar y ordenar las cosas en la mente e investigar
la complejidad del mundo digital.
La gran cantidad
de información, en muchos casos falsa o cuestionable, hace al
investigador (también al aprendiz), introducirse en la apasionante
aventura de descubrir, cotejar, juzgar, evaluar, contrastar y
comprobar, con el fin de elegir los datos y las soluciones más
efectivas.
La libertad que da
el acceso a Internet, hace posible la entrada en mundos
desconocidos, en pensamientos que normalmente no están al alcance,
en textos o escritos difíciles de encontrar, en opiniones de la
gente de la calle, ideologías desconocidas.
La gran cantidad
de posibilidades, de conexiones, de accesos de la red proporciona
los caminos, métodos y datos necesarios para la simplificación de la
estructura o diagnóstico de una dificultad por medio de una síntesis
de la información conocida, formando nuevas combinaciones o
identificando fallos, elaborando nuevas alternativas y nuevas
posibilidades.
La red facilita la
comunicación de lo propio, la publicación de las ideas y
descubrimientos, los resultados de los trabajos, del pensamiento, de
la literatura a otros. Siempre hay alguien que está al otro lado.
|
Recuadro 3. El camino hacia la investigación a través de los medios
La investigación
se ha convertido en uno de los desafíos que la metodología didáctica
debe abordar para conseguir un aprendizaje integrado, útil para el
individuo y la sociedad, eficaz de cara al mercado laboral y
significativo en cuanto a la vocación persona y a la
profesionalización que requiere un mundo en constante tecnificación
al mismo tiempo que produce grandes bolsas de miseria y conflicto.
Los métodos didácticos deben ser acordes con la transformación
social, haciendo posible que desde la enseñanza de los más pequeños
prime la motivación, la creatividad y el fomento de la curiosidad,
hasta la enseñanza universitaria, en las que las técnicas de
investigación se conviertan en el hilo conductor del aprendizaje.
Si lo que se
pretende en todos los niveles del aprendizaje es que los alumnos
adquieran un razonamiento global e integrado de sus experiencias de
aprendizaje, necesariamente debemos proponerles experiencias de
trabajo que les permitan adquirir dicho razonamiento. La
consecuencia es que debe cambiar el estilo de presentación de los
contenidos, pasando de ser diferenciado por contenidos, ciencias,
materias o disciplinas, a ser unitario, es decir, interdisciplinar.
Esto supone un
cambio en la lógica de la enseñanza. Los contenidos deben
estructurarse de otra forma, integradamente, y los métodos y
técnicas para conseguir los objetivos deben a su vez ser
integradores. La relación entre objetivos, contenidos y métodos se
convierte en imprescindible.
El cine llevado al
aula, por ejemplo, puede servir de punto de partida y de estrategia
de trabajo por lo que tiene de lúdico y creativo por una parte y por
lo que posee de técnica, lenguaje, planificación, contenidos e
investigación por otra. El lenguaje vivo del cine permite presentar
a los alumnos estrategias que les pueden llevar desde la
percepción global, pasando por el análisis y la
síntesis, hasta la creación de algo distinto, la verdadera
síntesis creativa. El trabajo con el cine convierte las
actividades del aula en algo significativo, tangible y experimental.
La razón didáctica
de todo esto es que la motivación es el elemento primordial del
aprendizaje, ya que es configurada por la propia estructura
biológica, social, histórica y psicológica del que aprende.
Si añadimos a lo anterior que los medios que aportan las nuevas
tecnologías poseen su propio proceso de elaboración, su lenguaje y
sus sistemas de investigación y de procesamiento de datos, estaremos
ante verdaderas estrategias interdisciplinares que como tantas
otras, pueden aportar al proceso de aprendizaje los elementos
necesarios que ayuden a los alumnos a sintetizar-globalizar su
aprendizaje y ser fundamento de nuevos procesos. |
Recuadro 4.
Criterios (para que tengan en cuenta los adultos) sobre el uso del
ordenador por los niños
Aprender
informática y ciertos usos del ordenador antes que el niño.
Adelantarse a ellos.
Utilizar el
ordenador juntamente con el niño, interactuar con el ordenador con
el fin de favorecer el diálogo. Esto favorece el diálogo, el
aprendizaje, otorga seguridad al que aprende, incrementa la
convivencia familiar y no crea conciencia de que el lugar del
ordenador es un sitio que funciona fuera de la sociedad.
Seleccionar los
programas que ayuden a inculcar valores educativos, lúdicos y
solidarios.
Si hacen tareas
para el colegio, orientarle para que no copie indiscriminadamente,
sino que lo trasforme, utilice varias fuentes, lo complemente con
dibujos y otros elementos. Iniciarle en la investigación con los
medios.
Si se es profesor,
sugerir que se hagan las tareas en el ordenador, siguiendo criterios
determinados, orientaciones y modos de buscar y de investigar.
Controlar el trabajo y evaluar los resultados de lo que se hace en
el ordenador.
Recordar que en el
ordenador o en sus accesos y redes se puede encontrar y trabajar con
todo: textos, sonidos, música, dibujo, fotografía, imagen, vídeo,
etc.
Estimar, valorar y
promover desde la familia y las aulas las grandes e inmensas
posibilidades de la nueva tecnología.
Si se es profesor
procurar la interactividad. Muchos de los alumnos (cada día más)
tienen Internet en sus casas, o tienen acceso a la red por otros
medios. Utilizarlo para que se interconecten con el profesor y entre
ellos. Los trabajos y tareas de clase, enviados por correo
electrónico al profesor, animan a los alumnos a esforzarse y
motivarse. La corrección individualizada, complementada con las
tareas en clase, hace el contacto mucho más interesante y eficaz.
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