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Los sistemas educativos en la memoria heterodoxa del cine europeo

 

2010. Los sistemas educativos en la memoria heterodoxa del cine europeo. Comunicar 35; 53-60.

2010. Education in European Cinema and Society’s Exclusion of the Young. Comunicar 35; 53-60.

 

Enlace con una entrevista sobre este artículo realizada por Lucas López para Radio ECCA

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía


El presente trabajo es un análisis del cine europeo en relación con la educación, los sistemas educativos y la vida en las aulas de profesores y alumnos. El cinematógrafo, desde sus comienzos, ha tenido una gran influencia en el establecimiento de la memoria colectiva europea, en especial, en la visión crítica que aporta al mundo de la pedagogía y la didáctica, que ha tratado casi desde sus inicios, en particular hacia los menores y adolescentes marginados. Se analizan brevemente y se presentan una serie de films que tienen que ver con la educación, las aulas, el rol de maestros, profesores, padres y educadores en relación con los niños, temas que han sido recurrentes en el cine europeo, expuesto en su mayor parte de forma crítica, en ocasiones satírica o de excepcional dureza. La exclusión, la marginalidad y el abandono, la manipulación de niños y adolescentes, los malos tratos y la dureza despiadada de algunos sistemas educativos, forman parte de la memoria colectiva de Europa con la ayuda de algunas denuncias del mejor cine que se ha realizado en el continente, planteando los más importantes interrogantes sobre la educación, sin solucionar por el momento, especialmente crítico con los sistemas educativos, los comportamientos de maestros y profesores, la escasez de didácticas adecuadas y heterodoxo en sus planteamientos y juicios.

This article analyses the portrayal of education in European cinema from the perspective of systems of education and the behaviour of teachers and pupils in the classroom. Since its very beginnings, cinema has played a significant role in forming the collective European memory, and has cast a critical eye over pedagogy and didactics, especially with regard to young outcasts. The article reviews a number of films whose subject is education, the classroom and the role of parents and teachers in educating children. Education and children is a recurring theme in European cinema, which examines its subject from a critical viewpoint that is some­times satirical and occasionally savage. The exclusion, marginalization, neglect and manipulation of children and adolescents, and the abuse and merciless severity of certain educational systems are all part of the collective European memory thanks to the con­demnation of some of the best films ever made in the continent. They ask pointed questions about educational systems, the beha­viour of teachers and inadequate didactics, as well as tackling the conflicts in a multiethnic society.

 

«El cine ni reemplaza la historia como disciplina ni la complementa. El cine es colindante con la historia, al igual que otras formas de relacionarnos con el pasado como, por ejemplo, la memoria o la tradición oral». (Rosenstone, 1997)

«La piel dura quisiera plantear esta pregunta: ¿Por qué se olvida tan frecuentemente a los niños en las luchas que emprenden los hombres?». (Truffaut, 1976)

«De todas las injusticias de la humanidad, la injusticia hacia los niños es la peor, la más despreciable. La vida no siempre es justa y nunca lo será». El profesor François Richet en la película La piel dura, de François Truffaut

Cuando Daniel Lefevre, el director de la escuela de Hoy empieza todo, irrumpe en el Ayuntamiento para hablar con el Alcalde, este le dice: «que los padres sean responsables» y Lefevre contesta «¿y qué hacemos con los niños?».

 

Desde finales del siglo XIX, el siglo XX y lo que llevamos del XXI, Europa ha filmado al completo sus gentes, costumbres, ideologías e historia. El cine primitivo filmó la realidad tal como la veía, la entrada de un tren a la estación o la salida de obreros de una fábrica, representaciones teatrales o circenses o la hazaña de un aviador: son documentos que acreditan una Europa vital y activa, con deseos de plasmar en imágenes lo que sucedía. Poco más tarde, se recrearon historias y nació el cine de ficción, de la mano de Alice Guy-Blaché, Georges Méliès, y otros. Los primeros filmes se consideran actualmente documentos históricos por excelencia. El cine de ficción ha representado en ocasiones la realidad de manera muy eficaz. Hoy, manejamos el concepto de docu-ficción, para explicar el modo en el que un cineasta nada entra las dos aguas, utilizando recursos de los dos tipos de cine

Pocos documentos se conservan del mundo de la educación en los primeros años del cine, salvo algunas filmaciones de aulas, niños jugando, etc. Sin embargo, la instrucción y la formación, aunque ligadas a la propaganda política, se tuvieron en cuenta en muchas ocasiones, Eisenstein, por ejemplo, tuvo muy clara la función instructora de sus películas, para las que utilizaban, desde el guión, planteamientos didácticos muy concretos.

Profesores en el cine los ha habido siempre, recordemos al peculiar profesor de El ángel azul, Der blaue Ángel, 1930, realizada en Alemania por Josef von Sternberg.y su versión inglesa, con algunos cortes, Blue Angel, 1931, que presenta al exigente y sexualmente reprimido profesor Immanuel Rath, interpretado por Emil Jannings, seducido por la cantante Lola (Marlene Dietrich). Está basada en la novela del mismo nombre escrita por Heinrich Mann. Una enseñanza secundaria basada en la represión y la dureza, que se ve superada por las emociones y sentimientos de alumnos y profesor, que llevan a éste al mayor de los ridículos y a su propia tragedia.

A partir de la segunda guerra mundial, las aulas, el rol de maestros, profesores, padres y educadores en relación con los niños, fue un tema repetido en el cine europeo, que ha servido de crítica, en ocasiones satírica, de la política oficial de los diversos países y de las normas y actuaciones de corrección pedagógica y política que las autoridades y el sentir común del mundo adulto manifestaban en cada momento. Son documentos que pueden tenerse en cuenta para conocer la historia europea.

Cero en conducta, Zéro de conduite, 1933, Francia, prohibido hasta 1945, de Jean Vigo, un canto al anarquismo infantil en la que el director recuerda su infancia escolar en internados, la historia de cuatro jóvenes estudiantes franceses que, sujetos a un estricto régimen en su escuela, deciden rebelarse contra la institución. El filme tuvo una gran influencia en Los cuatrocientos golpes, Les quatre cents coups, de Truffaut.

Fue el neorrealismo italiano y más aún la nouvelle vague francesa, quienes dieron preponderancia a la educación, las escuelas y los profesores, con los que fueron muy críticos. Ladrón de bicicletas, Ladri di biciclette, 1948, de Vittorio de Sicca, o Los cuatrocientos golpes, Les quatre cents coups, pueden ser consideran tanto cine documental, reflejo real de una época, como film de ficción que parten de lo autobiográfico, de consideraciones muy cercanas a la realidad, filmadas en exteriores, con actores en ocasiones desconocidos, gente de la calle, que a muestran la vida tal y cómo era. Los ridículos profesores de anacrónicos métodos, fueron filmados en Amarcord, 1973, por Federico Fellini que recuerda su infancia y adolescencia, a sus compañeros de colegio y a los profesores con sus manías y paranoias.

José María Gutiérrez Santos  realizó Arriba Hazaña, en 1978, sobre los disturbios en un colegio de religiosos provocados por los métodos represores de sus profesores en plena España franquista.

Louis Malle realizó en 1987 Au revoir, les enfants, igualmente sobre dramáticos recuerdos de la infancia, en 1944, como interno en un colegio católico en momentos de la invasión nazi a Francia, y en su amistad con un niño judío.

La lucha de una madre contra los servicios sociales para que les sean devueltos sus hijos es tratada por Ken Loach en 1994, en el film Ladybird, ladybird, producida en el Reino Unido. Es un drama inspirado en un suceso real, que relata la dureza de la administración pública cuando antepone el cumplimiento de la ley a la reunificación familiar que solicita una mujer que intenta rehacer su vida.

 

El cine como memoria de la marginación infantil.

Uno de los mayores desafíos de la educación en todos los tiempos es la educación de niños en situación de marginalidad. En nuestros países civilizados, también en Europa, siguen apareciendo niños que, por su abandono, malos tratos, encarcelamiento o aislamiento, tienen todas las características de los niños salvajes, ya estudiados y clasificados por Linneo.

A partir de la película El pequeño salvaje, L’enfant sauvage, realizada en 1960 en Francia por François Truffaut, fotografiada por Néstor Almendros, entramos en la problemática educativa de la socialización, en momentos en que la discusión era muy viva en Europa. El mismo Truffaut fue un niño marginado, delincuente juvenil, huésped de instituciones correccionales y desertor del ejército francés, que se salvó por su afán lector y sus afición al cine, fue adoptado por el crítico André Bazin y Janine, su esposa, de los que recibió el afecto y cariño que le había faltado en su familia, y protección ante el sistema legal que lo perseguía.

El film se basa en los escritos del médico-pedagogo Jean Itard, que luchó para insertar a Víctor, un niño de unos doce años encontrado en los bosques de Aveyron en la sociedad francesa de comienzos del siglo XIX, consiguió ser su mentor y acreditar ante el reconocido psiquiatra Pinel, que Víctor podría llegar a ser civilizado e independiente. La figura de Víctor, en el filme de Truffaut, refleja exactamente la fascinación que los «salvajes» ejercen sobre los «civilizados» y plantea el debate sobre cómo educarlos.

Truffaut empleó para L’enfant sauvage técnicas procedentes de campos diversos, como la voz en off del documental o los cierres de iris del cine mudo, planteó con esta película la sustitución del Hombre Natural que defendían las tesis rousseaunianas por el Hombre Moral, forjado a partir de un largo proceso integrador y dotado de un sentido de la justicia incuestionable.

Se plantean en este film varios de los graves problemas sin solucionar de la pedagogía y de la investigación: ¿extraer a la persona de su entorno o dejarlo en su ambiente natural, el bosque?, ¿introducirlo a la fuerza en un ambiente hostil, la sociedad parisiense?, ¿internamiento o socialización en familia? (Itard, 1802), ¿anteposición de la investigación al individuo?, ¿instruir o educar?, ¿son innatos o adquiridos el comportamiento y las ideas que definen a los seres humanos?, ¿cuál es el efecto del contacto social durante los años de formación?, ¿se puede superar la carencia de su socialización en los primeros años?, ¿el retraso que manifiestan algunos niños es causa de patologías cerebrales o puede ser producido por un prolongado aislamiento?, ¿se puede instruir a las personas desde cualquier etapa de la vida o existen momentos biológicos determinantes para el aprendizaje?, ¿afectos o dureza para mejorar el aprendizaje?, ¿cómo se adquiere el sentido de los valores morales? (Itard, 1801). Muchos de estos interrogantes que presenta Truffaut en el film se los hacen quienes se dedican a la pedagogía.

En Les quatre cents coups (Francia, 1958), François Truffaut inicia un retrato de Francia desde los años 60, (en cuatro películas, de ella hasta L´amour en fuite, 1979) a través de las desventuras cotidianas de un niño de doce años, Antoine Doinel, encarnado por el actor Jean Pierre Léaud, desencantado del mundo de los adultos: su padre es un fracasado; a su madre, que intentó abortar porque era un hijo no deseado, la descubre con un amante; sus profesores tampoco se ocupan de él, los funcionarios de la justicia y psiquiatras sólo burocratizan su función. Tras hacer «novillos» en el colegio y efectuar un pequeño robo, será internado en un reformatorio, del que se escapará para ver el mar (François Truffaut, 1971). A lo largo de las cuatro películas podemos ver evolucionar al personaje: el niño desatendido, pasando por su noviazgo, matrimonio y divorcio final. Es un retablo en la que se refleja con actitud crítica una sociedad europea plagada de dobles raseros, de incapacidades y de mentiras.

François Truffaut, en 1976, denunció en La piel dura, L'Argent de Poche  la actitud de los adultos que no son capaces de percibir a los niños como personas: o son autoritarios o les ignoran; les inculcan el miedo y también la culpabilidad. En otras palabras, al haber perdido la inocencia y espontaneidad de los primeros años de vida, el adulto, a medida que endurece su corazón, hace blanda su piel; por el contrario, los niños tienen el corazón blando y la piel dura. (François Truffaut, 1976)

En el cine de Truffaut se contrastan las actitudes y los comportamientos que diferentes maestros, tutores o padres tienen con los niños y adolescentes, mientras en Les quatre cents coups  se presenta al profesor Richet (Jean-Francoise Stévenin) como agradable y dispuesto, flexible, se preocupa por sus alumnos, los conoce y aprecia, es a veces padre y a veces amigo, un ser humano cálido, que acompaña al alumno en algunos difíciles años de su vida, que contrasta con la maestra Petit (Chantal Mercier), maestra autoritaria e inflexible, a la que preocupa más la tarea y el contenido que los alumnos. En Le petit sauvage, chocan la actitud en ocasiones dura e inflexible del doctor Itard con el afecto maternal de Mme. Guérin.

En Europa se han filmado infinidad de películas sobre adolescentes o niños marginados, 7 Vírgenes, España, 2005, de Alberto Rodríguez sobre adolescentes que cumplen condena en un centro de reforma, una crítica a la respuesta social a tratamiento de adolescentes marginados.

Una denuncia a la sociedad que pone dificultades a un joven marginado con ilusiones de cambio es Felices dieciséis, Sweet Sixteen, dirigida por Ken Loach en 2002, en Reino Unido.

En Ratcatcher, 1999, Reino Unido y Francia, la directora Lynne Ramsay retrata el complicado mundo infantil en un suburbio de Glasgow, durante una huelga de trabajadores de la basura.

En Barrio, realizada en 1998 en España por Fernando León, tres adolescentes, se buscan la vida en las calles para intentar conseguir su gran sueño, salir del barrio y, como el protagonista de Les quatre cents coups, ver el mar.

En Clandestinos, realizada en España en 2007 por Antonio Hens, un joven que pasó la infancia y la adolescencia en reformatorios desde que fue abandonado cuando era niño, en una de sus huidas conoce a un terrorista de ETA que le inicia en actividades violentas.

 

La privación de la socialización por aislamiento

Werner Herzog realizó en Alemania 1975 la película El enigma de Gaspar Kauser, Jeder für sich und Gott gegen alle, sobre un personaje real que vivió a principios del siglo XIX.

Gaspar Hauser, fue la sensación de los medios a principios del siglo XIX. Criado en una cueva oscura, y sabiendo decir sólo una frase, llegó un día de 1824 a un pequeño pueblo alemán, convirtiéndose en una curiosidad científica: un humano casi adulto, sin lenguaje, con dificultades para moverse. Los doctores informaron que el joven ni era loco ni imbécil, pero que la separación por la fuerza del contacto con los seres humanos desde su infancia le habían influido en su desarrollo.

El muchacho pronto habló con fluidez y podía leer y escribir. Al cabo de un tiempo pudo realizar una completa declaración acerca de sus primeros años de vida. Siguió educándose y adquirió conocimientos de filosofía, latín y ciencias. La creencia popular sostenía que Gaspar era hijo ilegítimo de la casa real de Baden, apartado y mantenido encerrado a favor de otro heredero. Tampoco se ha llegado a saber sobre su evolución en sociedad a más largo plazo, pues falleció asesinado cinco años después de ser encontrado.

Anselm von Feuerbach, un famoso abogado que estudió el caso de Gaspar Hauser y defendió la teoría del heredero suplantado, confirma que se convirtió en tema de discusión y debate tanto desde el ángulo filosófico y psicológico como político y moral. El autor registró la aberración como un delito hasta entonces nunca registrado, el «delito contra el alma», el que atenta a fondo contra el alma de un hombre. En el estudio de Feuerbach se constatan dos delitos perpetrados en la persona de Gaspar, el de detención ilegal y el de abandono.

El «delito contra el alma es separar a un hombre de los otros seres racionales y de la naturaleza, dificultar su acceso a un destino humano y privarle de alimentos espirituales. Es el más criminal de los atentados puesto que va dirigido contra el patrimonio más auténtico del hombre, su libertad y su vocación espiritual». (Von Feuerbach, 1997):

En el caso de Gaspar, Feuerbach defiende que fue la privación social, a causa de la soledad, el motivo de su retraso evolutivo. Convencido de que el hombre no nace sino que se hace, se esfuerza en restituir a su pupilo los bienes espirituales sustraídos durante la infancia, para devolverle íntegro y desarrollado a la ciudad. (Martínez-Salanova 2009).

 

La exclusión de la escolarización. Padre Padrone.

Padre Padrone (Italia. 1977), dirigida por Paolo y Vittorio Taviani, se basa en la novela autobiográfica de Gavino Ledda. Un joven pastor se libera de la tiranía de su padre que lo arrancó de la escuela. Hay en la película una terrible secuencia en que se muestra al padre entrando furioso en el aula de su hijo y llevándoselo a la fuerza a la montaña para convertirlo en pastor. Es un padre brutal que aterroriza a los otros niños de la clase y al profesor. A los otros niños les dijo: «Hoy le ha tocado a Gavino, mañana os tocará a vosotros». Con 18 años Gavino dejó a su familia y el campo y se enroló en el ejército. Allí estudió y se licenció como sargento experto en electrónica. En 1961 consiguió terminar la enseñanza media, y entró en la universidad de Roma. Hoy día es uno de las grandes lingüistas italianos, autor de numerosos textos.

El conflicto entre Gavino y su padre es el pretexto para un cuadro de alcances más amplios: una crítica del silencio, de la carencia de educación, de la absoluta dependencia, que no se circunscriben a un personaje, y ni siquiera a un lugar determinado del mundo, sino que siguen presentes en muchas zonas de Europa. (Ledda, 1977). Al mismo tiempo es una mirada al futuro, a la liberación de la esclavitud por la educación, a la igualdad de oportunidades, a la posibilidad de todos de acceder a los niveles más altos de la educación.

 

Internados y centros de reeducación

El cine ha tratado con frecuencia el problema de los internados, hospicios y reformatorios: El internamiento o desinternamiento de menores continúa como debate de absoluta actualidad.

El problema de los niños abandonados en reformatorios y su posterior educación está tratado en la literatura desde antiguo y recogido por el cine primitivo, relacionado con la formación hacia la delincuencia y en algunos casos su posterior salvación a manos de una familia adinerada. Un adiestrador de delincuentes es el ciego de «El lazarillo de Tormes», que enseña la picaresca de la supervivencia en una sociedad hostil a la marginación. Es maestro de carteristas Fagín, el ratero especialista que con didácticas muy precisas enseñó a robar a Oliverio en «Oliver Twist».

El niño del orfanato es maltratado sin sentido, o entregado a empresarios si escrúpulos que les enseñan un oficio a costa de una vida de esclavos. Innumerables versiones, muchas de ellas en los primeros momentos del cine, se han realizado de la novela de Charles Dickens.

Entre ellas, son interesantes de analizar Oliver Twist, realizada en el Reino Unido en 1948 por David Lean, Alec Guinnes interpretaba a Fagin, en un relato negro de la triste y patética situación de los niños de bajo nivel social, en una época oscura como la descrita en la novela. Oliver es castigado, manipulado, vendido, perseguido y azotado en un mundo de ladrones y canallas. Oliver es valiente, ingenioso y sabe sobrevivir ante tanta maldad. Al final, obtiene el premio tanto sufrimiento, el amor de la familia que siempre había deseado.

Otro film de interés, musical, es Oliver, de Carol Reed, 1968, Reino Unido, película que obtuvo 5 Oscar.

La última película sobre la novela es Oliver Twist, coproducida por Reino Unido, República Checa, Francia e Italia en 2005 y dirigida por Roman Polanski, es una gran parábola moralista. Es más correcta políticamente en cuanto al antisemitismo de la obra de Dickens y se hace más ambigua y menos maniquea sobre la maldad o bondad de los personajes, incluido el propio Fagin (Ben Kingsley), al que concede sus momentos de vacilación y  ternura.

Durante 2009, en Irlanda se han presentado pruebas por parte de la comisión gubernamental de Maltrato Infantil de presuntos abusos sexuales, emocionales y físicos cometidos a 2.500 niños en escuelas, orfanatos, hospitales y reformatorios católicos desde 1940 (algunos desde 1914) hasta el día de hoy. El gobierno irlandés y la Iglesia católica pidieron perdón y ha dimitido algún obispo. Sin embargo, este hecho monstruoso fue ocultado durante décadas a pesar de haber sido denunciado en la novela autobiográfica de Patrick Galvin, «Song for a raggy boy», que dio lugar a la película Los niños de San Judas, Song for a raggy boy, producida en 2003 por Irlanda, Reino Unido, Dinamarca y España y realizada por la directora Aisling Walsh, que cuenta el maltrato sufrido en el internado de San Judas, regentado por religiosos, hacia 1939, en el que los profesores de ese centro se ceban materialmente contra los alumnos cuando faltan a la más mínima regla que establece el reformatorio,

El tema principal es la libertad de pensamiento y de expresión, en un marco perturbador y oscuro. Este tipo de historia debe ser contada, y lo hace el cine para escándalo de políticos y eclesiásticos que ocultaron la verdad.

En Las hermanas de la Magdalena, The Magdalene sisters, realizada por Peter Mullan y producida por Reino Unido e Irlanda en 2002, se narran los castigos físicos, psíquicos y morales a los que se sometía a las mujeres y jóvenes acogidas bajo la tutela de los conventos de la Magdalena, en Irlanda, gestionados por las hermanas de la Misericordia. El último convento de la Magdalena cerró sus puertas en 1996.

En Los niños del coro, Les Choristes (Francia, Suiza. 2004), dirigida por Christophe Barratier el director extrae del olvido la realidad de los correccionales en Francia en 1949, tras la guerra mundial, en una Francia llena de conflictos sociales y de pobreza, en que muchos niños eran huérfanos de guerra, y otros de familias de precaria economía. En ella se perfilan dos antagónicos modos de ver la realidad, y por lo tanto dos visiones de la enseñanza, que permiten comprobar las ventajas del diálogo educativo sobre la imposición del castigo. Mathieu, es un ejemplo del educador que intenta llegar a las personas, en este caso desde la música, y desde ahí sacar lo mejor de ellas mismas.

 

La manipulación de las conciencias y de los comportamientos

Anthony Asquit y Leslie Howard realizaron en 1938 en el Reino Unido el film Pigmalión, basado en la obra de teatro de Bernard Shaw. Un erudito profesor intenta como experimento profesional convertir a una humilde vendedora de flores casi analfabeta en una respetable dama de la alta sociedad. Recibió en 1938 un Óscar al mejor guión.

La confianza que los demás tengan sobre alguien puede darle alas para alcanzar los objetivos más difíciles. Ésta es la base del efecto Pigmalión. Como en la mitología, el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otro individuo afectan de tal manera a su conducta que el segundo tiende a confirmarlas. Lo real es que no siempre se cumple el efecto al completo.

Dennis Gansel en 2008, inspirado en sucesos que tuvieron lugar en 1967, en Estados Unidos, hizo La ola, Die Welle. Localizó el film en Alemania. Narra los experimentos didácticos de un profesor de historia durante cinco días. El hecho se le fue de las manos y debió suspenderlo, pues la idea inicial, hacer comprender a sus alumnos los aspectos negativos de la autocracia, obtuvieron el resultado contrario con trágico desenlace. El filme obtuvo un gran éxito en el Festival de Sundance.

Pone en cuestión temas como la libertad de cátedra, la libertad de expresión, la manipulación y la utilización de ciertos métodos didácticos. La película constata los peligros que genera la capacidad de un líder carismático, un profesor, que conduce la potencial rebeldía juvenil hacia un uso irregular de la unidad, la amistad, la lealtad, el sacrificio y la confianza, poniéndolos al servicio del fanatismo.

En Educando a Rita, Educating Rita, (Reino Unido. 1983), dirigida por Lewis Gilbert, un profesor anárquico y borrachín (interpretado por Michael Caine), que se salta todos los esquemas y convenciones universitarias, se ve cuestionado por las comportamientos de una joven peluquera de barrio con poca cultura (interpretada por Julie Walters) pero con unos deseos obsesivos de cambiar, de ser otra persona. La película entera es un canto a la libertad en la educación y un recorrido por la dependencia que cada uno de los protagonistas tiene de sus criterios y experiencias. En los últimos momentos de la película se nos permite adivinar que tanto la alumna como el profesor se han ayudado a cambiar mutuamente y se han liberado de sus esquemas previos.

 

El compromiso del profesor en momentos difíciles

La lengua de las mariposas (España, 1999), dirigida por José Luis Cuerda, muestra a un profesor con compromiso pedagógico. Un maestro de ideas republicanas en un pueblecito perdido, en los albores de la Guerra Civil Española. La película plantea la especial relación que une a un adulto y a un menor, que gusta de aprender y descubrir. El maestro (Fernando Fernán Gómez), con sus buenas artes, se esfuerza por entrar en un mundo en el que aporta sus experiencias como maestro y sus ideas como republicano. Un resumen terrible es la última secuencia, la cara de frustración al ver a su alumno que le lanza piedras cuando va, camino del fusilamiento, detenido por los falangistas.

La película trata de muchos temas: la amistad, la escuela, la infancia, la iniciación a la vida, y también del miedo, el terror, las miserias de la condición humana… Los acontecimientos históricos que están detrás determinan claramente la vida de los personajes, tal y como queda claro al final. Durante toda la cinta se observa un aire de nostalgia por la libertad, la esperanza y el cambio social que supusieron las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza y la Segunda República española, («Gracias a la República podemos votar las mujeres», dice la madre de Moncho) y una denuncia de la bestialidad irracional de los que la derrocaron.

Billy Elliot, Reino Unido, 2000, dirigida por Stephen Daldry, es un cuento ambientado en un entorno muy real, un poblado minero en momentos en que el gobierno de Margaret Thatcher imponía su dureza contra los huelguistas. No podía ser más duro el ambiente para un niño que, en vez de boxear, quiere bailar. La historia está contada con sensibilidad, estilo musical, con momentos memorables como la rabieta bailada de Billy Elliot por las calles hasta que se topa con un muro. Billy Elliot remite al triunfo de la perseverancia y la dedicación de una manera verosímil, con personajes humanos, no arquetípicos. Su familia está presentada con sobriedad, en el ambiente de hostilidad y dureza laboral y social en el que se desarrolla la trama. La profesora de ballet que lo anima, aunque sugiere sin interferir, quiebra la dureza familiar y el niño cumple su sueño.

 

La responsabilidad social de la escuela

La escuela tiene responsabilidades sociales. No solamente aquellas asignadas por ley o las que antropológicamente le corresponden como uno de los pilares de la cultura de los pueblos. La escuela debe asumir la responsabilidad de ayudar a modificar actitudes básicas y mejorar la vida en la comunidad en la cual está ubicada, preocuparse por el bienestar social de los alumnos sin olvidar el de sus familias, acoger a niños de diferentes culturas y características, aceptar la integración y las diferencias en lo étnico y en lo médico, procurar la eliminación de barreras físicas y culturales para padres y alumnos, promover buenas prácticas ambientales, ayudar y educar a las familias a que tomen sus propias responsabilidades educativas y exigir a las administraciones públicas que asuman sus propias responsabilidades sociales. (Loscertales, 1999).

Todo comienza hoy, Ca commence aujourd'hui (Francia. 1999), dirigida por Bertrand Tavernier es cine social, rodado con técnica documental, con algunos actores profesionales y otros tomados directamente del medio educativo. En un pequeño pueblo del norte de Francia, el 30% de los 7.000 habitantes está en paro a causa de la crisis de la minería. El director y profesor de la escuela infantil decide seguir la lucha tradicional de aquellas poblaciones mineras contra la burocracia y la administración, toma cartas en el asunto, y solicita la ayuda de la comunidad y de los padres de sus alumnos. Su trabajo como docente será cuestionado. Refleja toda la problemática de una pequeña comunidad industrial: paro, alcoholismo, desestructuración familiar, abusos... y sobretodo la falta de esperanza en el futuro que aflora de cada uno de estos problemas. De este modo la escuela se convierte en un lugar donde los más pequeños pueden escapar de la cruda realidad que les envuelve.

Para acentuar el efecto documental de la película, que crea una gran verosimilitud, el director utiliza con frecuentemente planos-secuencia y travellings con la cámara al hombro. Es una crítica de la indiferencia y burocratización del sistema de asistencia social, de las autoridades que miran a otra parte, de los ciudadanos que piden ayuda y bendicen el comunismo, pero cuando pierden los beneficios votan a un partido de ultraderecha, de un sistema pasivo, despreocupado de la realidad y más interesado en informes y tecnicismos que en los problemas diarios. Por otra parte, es una película optimista, que llama a la responsabilidad de todos los integrantes de la comunidad, que muestra la posibilidad de mejorar el sistema desde dentro.

 

Los conflictos en una sociedad multiétnica

Europa se ha convertido en una sociedad multiétnica. El cine lo refleja en decenas de películas. Laurent Cantet, convencido de que el aprendizaje de la democracia puede implicar ciertos riesgos, realizó Entre los muros, Entre les murs (2008. Francia), una crónica de la vida en un aula europea actual, 25 personas de diferentes nacionalidades que no han elegido estar juntas, pero que deberán trabajar entre cuatro paredes durante un año escolar. En el film, como en Europa, hay alumnos de distintas etnias, lenguas y religiones que aprenden a respetar las diferencias y en la que aporta cada uno lo mejor de su cultura para que surja una sociedad futura en la que el respeto, la igualdad y la tolerancia sean la nota predominante.

La realidad de las aulas en un pequeño pueblo de la región de Auvergne, en el norte de Francia., la muestra el documental Ser y tener, Être et avoir (Francia, 2002), de Nicolas Philibert. El film retrata todos los aspectos que suceden en un aula: contenidos académicos, resolución de conflictos, aprendizaje de valores, normas, educación emocional, juego y disfrute, esfuerzo, disciplina, convivencia, diversidad… No es un film de ficción, pues muestra la vida de personajes reales que viven al compás de una cámara que parece inexistente, pero casi fabula al captar la esencia de cada personaje.

 

Referencias

Itard J. (1802): Des premiers développements du jeune Sauvage de l'Aveyron. Paris, Goujon fils.

Itard, J. (1955): Memoria e informe sobre Victor de l’Aveyron, Mémoire sur le premiers développements de Victor de l’Aveyron (1801). Comentarios y traducción de Rafael Sánchez Ferlosio. Madrid, Alianza Editorial.

Ledda, G (1977): Padre Padrone: L’educazione di un pastore. Milano. Feltrinelli

Loscertales, F. (1999): Estereotipos y valores de los profesores en el cine. Comunicar 12. pp. 37-45.

Martínez-Salanova, E. (2009): Representaciones cinematográficas sobre el Derecho a una educación obligatoria, sin exclusiones, digna y solidaria. El derecho a la educación como lo ha tratado el cine, en Bermuz M. J., (coord.). El cine y los derechos de la infancia”. Valencia. Tirant lo Blanch. 105-134.

Martínez-Salanova, E. (2009): Cine y educación.

/cineyeducacion/educacionycinetemas.htm

Rosenstone, R. (1997): El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de la historia. Prologado por Ángel Luis Hueso. Barcelona, Ariel.

Truffaut, F (1971): Prefacio de las Aventures d'Antoine Doinel. París. Éditions Mercure de France

Truffaut, F (1976): Las películas de mi vida. Bilbao. Mensajero.

Von Feuerbach, A. (1997): Gaspar Hauser: un delito contra el alma del hombre. Madrid. Asociación Española de Neuropsiquiatría.