Hoy CineHistoria presenta al Profesor Martínez-Salanova, y se complace en difundir la obra de un militante defensor de la aplicación didáctica del Cine.
CineHistoria: Buenos días, D. Enrique. Díganos: ¿Qué le animó a investigar sobre las relaciones entre Cine y Educación?.
Enrique Martínez-Salanova: He sido toda mi vida, desde pequeño, un enamorado del cine y de sus entresijos. Como espectador, primero, la primera película que recuerdo es Garbancito de la Mancha (1945), de José María Blay. Más tarde, intenté entrar en sus entresijos, como extra, siempre que he podido, en Calle Mayor (1956), de Juan Antonio Bardem, era un niño que corría por allí, aunque probablemente en el montaje fui descartado entre otros celuloides. Pasé de ahí a los “cine clubs”, en los que tomé contacto con el cine no comercial y me aficioné a ver lo que hay tras las películas. El cine me ha dado mucho, he aprendido mucho con él, y sobre todo me ha abierto ventanas, me ha servido para entrar en mundos, que después he seguido estudiando. Trabajé más tarde varios años en el guión y realización de documentales didácticos y de antropología. Llevo más de treinta años dando clases. El llevar el cine a las aulas y el de investigar sobre ello venía dado. Además, una de mis especialidades en pedagogía, la tecnología de la educación, me lo hizo estudiar técnicamente, analicé y descubrí los esfuerzos didácticos y las técnicas de los directores por hacer llegar al espectador sus emociones (Eisenstein, Hitchcock y otros muchos) que me hicieron aprender mucho para presentar de otra forma mis clases, buscar otros métodos, aplicar la creatividad y la técnica de la imagen a la transmisión del conocimiento. Me ha preocupado que en las aulas entre el cine, el mundo de la creatividad y todo aquello que pueda promover nuevas ilusiones, emociones y dar paso a la curiosidad y al conocimiento. En mis clases no faltan nunca las películas. Más abajo explicaré cómo las utilizo. He investigado sobre el cine y la didáctica, y sobre las ficciones del cine, y he logrado aunar dos grandes pasiones, el cine y la didáctica, no extrañas ni al Arte, ni a la Historia, ni a la Fotografía, ni a la Antropología, ni a la Filosofía, ni a ningún conocimiento ni idea.
CineHistoria: ¿Defiende Ud. la incorporación del Cine en el currículo educativo español? Si es así, en qué condiciones.
Enrique Martínez-Salanova: Es imprescindible que el cine pase a formar parte del currículum. Merecería una asignatura en algún lugar de primaria y bachillerato. Si no es así, debiera, por lo menos, encontrarse inmerso en los currículum junto a la enseñanza del mundo audiovisual. Participo junto a un amplio grupo de expertos en el estudio de la necesidad de potenciar la enseñanza del audiovisual en las aulas. Llevamos varios años aportando ideas para que el Ministerio de Educación valore la importancia del audiovisual y lo integre en los currículum de Primaria, Secundaria y en la formación del profesorado. Aun así, aun si no estuviera en los planes de estudio, es forzoso tenerlo en cuenta como enseñanza trasversal, desde la enseñanza infantil hasta la Universidad. El cine es técnica, arte, magia, ritmo y expresión, aporta visiones diferentes sobre la problemática humana, es ficción y documento, pone a los espectadores en contacto con el mundo, el invisible, que puede aumentar, el cercano, que lo hace significativo, y el más lejano, al que trae ante los ojos del espectador. Estoy convencido de que algunas asignaturas es imposible impartirlas sin hacer uso del cine.
CineHistoria: ¿A qué niveles de la Enseñanza se dirigen Ud. y, por extensión, el proyecto que abandera el Grupo Comunicar?.
Enrique Martínez-Salanova: El «Grupo Comunicar» está presentes en todos los niveles de la comunicación, la enseñanza y el aprendizaje, formal y no formal. Lo formamos comunicadores, periodistas y profesores de todos los niveles y estilos. Llevamos más de veinte años incidiendo en la formación de profesores, publicando libros y revistas, casi setenta publicaciones hasta el momento, reuniendo expertos en encuentros y congresos, participando en investigaciones y en todo tipo de ocasiones en que la educación y la comunicación lo requieren. Nuestra revista «Comunicar», que ya va por el número 29, es la muestra de que todo esto va adelante, que existe una excelente respuesta en nuestro país, y que internacionalmente se valora nuestro trabajo.
Si alguien desea conocer al «Grupo Comunicar», sus actividades y publicaciones puede entrar en nuestra web: https://www.uhu.es/comunicar.
CineHistoria: ¿Cree que debería haber un único modelo teórico para la aplicación didáctica del Cine en el aula y, por qué no, fuera del aula?.
Enrique Martínez-Salanova: Son muchos los modelos teóricos que pueden aplicarse, tanto dentro, como fuera de las aulas. En la metodología didáctica nos movemos con infinidad de técnicas y estrategias de trabajo. Cualquiera de ellas es positiva para aplicar. Desde la más simple, ver una película y comentarla con mayor o menos énfasis, hasta plantear estrategias trasversales que se sumerjan en una película concreta, en un estilo o corriente cinematográfica, o que analicen lenguaje e historia del cine. Es un mundo tan amplio y la metodología de trabajo puede ser tan variada, que no me gusta ponerle moldes o encasillarla en modelos. Más tarde contaré alguno de los sistemas que empleo.
Como principio de didáctica general, es necesario ir de lo conocido a lo desconocido por los alumnos, comenzar por lo que ellos conocen, ver la película, sin interferencias ni clichés, disfrutarla sin corsés, después abrirla al debate. Es importante, siempre, que se disfrute de la película, que al mismo tiempo que se trabaja o aprende con una película sea posible entrar más en ese mundo. Cuando se entra, es más fácil analizar el cine, su trastienda y su lenguaje, los temas que presenta, las posibilidades que tiene y encontrar sus relaciones con el arte, el conocimiento, la técnica. Suelo ir a institutos, a reunirme con alumnos de bachillerato, establecer coloquios sobre películas. Es de una riqueza apasionante. Los jóvenes, que van al cine, generalmente sin demasiada complicación y con poca idea de complicarse la vida, cuando ven una película, antigua o moderna, en un ambiente diferente, en un contexto de debate, responden con claridad y sin prejuicios. Es una forma de iniciar en la educación sobre el cine y por medio del cine.
En Almería, se lleva una experiencia desde hace siete años, que bajo el nombre «Encuentros con Directores de cine», reúne cada veinte días aproximadamente, a un director de cine, que a veces viene acompañado de algún actor o productor, con el público. El director presenta su película, casi siempre del año en curso, y al final del film contesta a las preguntas de los espectadores. Cuando es posible, el director va a institutos o la universidad a comentar su película con alumnos. La actividad la coordina Ignacio Ortega, miembro del Grupo Comunicar y la financia Unicaja.
CineHistoria: ¿Qué opinión le merecen los nuevos métodos de enseñanza relacionados con las Tecnologías de la Comunicación (TIC)? ¿Cómo pueden casar con la enseñanza del Cine y con el Cine?.
Enrique Martínez-Salanova: Tendrían que casar. De momento, es complicado, pues se ha confundido TIC con ordenadores e Internet, los políticos prometen ordenadores en las aulas, pero no proclaman la necesidad de un verdadero aprendizaje de las mismas técnicas. Pareciera, además, que el cine y el audiovisual hubieran quedado obsoletos tras la llegada de otras tecnologías. Los actuales currículum que salen del Ministerio de Educación hablan de TIC, pero muy poco de los lenguajes en los que se basa su percepción. Del cine no se nombra nada, y de los audiovisuales, alguna pequeña referencia. Por otra parte, el profesorado que propone el Ministerio está siempre ligado a la informática, no al audiovisual. Proponemos, desde hace algunos años, que se especifiquen y valoren claramente los dos campos, y que se ponga en su lugar el mundo de la imagen, como imprescindible en los currículum de todos los niveles.
En cuanto a los métodos de enseñanza, las TIC son un apoyo importante. Nos obligan a ponernos al día, nos aportan la inestimable ayuda de comunicarnos en la red con nuestros colegas, nos hacen pensar, nos ayudan en la búsqueda de información, nos facilitan su almacenamiento y nos dan posibilidades didácticas para hacer llegar con más claridad los mensajes. Es importante ver, además, cómo cuando los alumnos deben buscar información, Internet no solamente les facilita la tarea sino que les entusiasma en la búsqueda y les enseña a saciar su curiosidad. Puedo dar ejemplos muy completos de todo esto.
En el cine, las nuevas tecnologías hacen cambiar los modos de filmación, de producción y de proyección. Tenemos acceso a las películas de modos y formas muy diferentes, cambia el lenguaje y el tiempo cinematográfico, y los argumentos nos presentan nuevas visiones de dramas humanos, de la convivencia y de la estructura social, en la medida que reflejan y se hace documento del siglo XXI.
No hay que olvidar tampoco, que los jóvenes utilizan las TIC a su modo, filman con sus móviles, cuelgan en Internet lo filmado. Es una nueva forma de captar la realidad, a veces brutal y despiadada. ¿No podríamos orientar en esa captación de la realidad hacia objetivos y filmaciones más positivas, de documental y de ficción?. Se puede propiciar la realización de pequeños cortometrajes documentales o de ficción, en los que se utilicen los recursos que cada uno tiene en su mano.
CineHistoria: ¿Qué me dice del valor documental que el Cine encierra? ¿Es el Cine sólo testimonio de la Historia Contemporánea?.
Enrique Martínez-Salanova: El cine posee un importante valor documental. No solamente los llamados documentales, que no dejan de tener su gran dosis de ficción para presentar la realidad. El cine nació documental, los primeros momentos fueron escenas de la vida callejera y rutinaria. Aunque pronto nació la ficción, en ella se pueden apreciar los modos de vida, la cultura, las corrientes ideológicas y filosóficas, y la forma de encarar la realidad de una época. Hay también cine de tendencias y pensamiento, que puede hacer conocer una determinada ideología, arte o forma de expresión. Los historiadores de Shakespeare buscan con fruición lo que se filmó de su teatro a principios del siglo XX, son documentos de inapreciable valor para conocer el teatro de aquella época. ¿Cómo se puede conocer la posguerra europea sin Ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio de Sica, El tercer Hombre (1949) de Carol Reed, y otras muchas? ¿Y la revolución rusa sin Eisenstein y su Octubre (1927)?.
Puse a mis alumnos en una ocasión la película Raza (1941), de José Luis Sáenz de Heredia, con guión de Franco, para que conocieran el lenguaje verbal, los sentimientos y la ideología del Movimiento Nacional. A parte de que desde aquel día me miraron con más respeto por haber sobrevivido psíquicamente a aquella época, pudieron entender un poco mejor la necesidad de la transición a la democracia y el cine posterior de Saura y otros. También en las películas de tendencias antidemocráticas o fascistas, podemos encontrar la suficiente dosis de documento.
El testimonio filmado desde que se inventó el cine es inmenso, rico en situaciones, y de un valor incalculable para los historiadores. Algunas cinematecas se esfuerzan en salvar el material que se deteriora en sus almacenes. Son documentos riquísimos que dan fe de un tiempo, tanto de la realidad, como de la ficción.
CineHistoria: ¿Puede el Cine servir de ejemplo para enseñar a los alumnos episodios remotos del pasado de la Humanidad? Si es así, en qué medida y con arreglo a qué métodos.
Enrique Martínez-Salanova: Sí. En primer lugar, porque se pone en comunicación espectacular con una época que puede despertar el entusiasmo por ella. No obstante, el cine histórico necesita de análisis, estudio y debate. Cuando vi Alejandro Magno de Robert Rossen (1955), no tenía más de doce años. Fui posteriormente a la historia de César Cantú, la que había en mi casa, y descubrí que el guión estaba basado en ella. Leí más y me di cuenta de que en la película había abundantes carencias y errores. Desde esas fechas, analizo las películas de Historia para descubrir su cercanía o lejanía con lo que nos cuenta la historia. Lo mismo hice con Shakespeare tras ver Enrique V de Laurence Olivier (1944). Generalmente, las películas históricas están llenas de tópicos, inexactitudes y anacronismos. Así es el cine y es necesario adentrase en él, y de ahí, si un tema ha emocionado, ir detrás de él por otros medios para descubrir qué hay, lo real y lo falso, lo hipotético y lo posible, lo metafórico y lo poético, y compararlo con fuentes históricas, otros documentos, otras películas sobre el mismo tema.
La visión de la película Troya (2004), de Wolfgang Petersen, nos hizo entrar en la Odisea y la Ilíada y descubrir, por ejemplo, entre otras muchas cosas, que la guerra de Troya duró al menos 10 años, y no quince días, como parece indicar la película. Leímos críticas de Grecia sobre la desacertada ambientación, el inadecuado vestuario y la exagerada libertad para adaptar los textos clásicos. No obstante, los alumnos, a partir del film, entraron realmente en los textos que sirvieron de base a la leyenda y a la película.
CineHistoria: ¿Es, pues, el Cine, susceptible de incorporarse en el aula como materia auxiliar de la Historia?.
Enrique Martínez-Salanova: Estoy convencido que sí. Hay cine histórico, como hay novela histórica, bueno y malo, pero a partir del cual se puede seguir el hilo de la Historia. En algunos casos, el cine puede ser solamente motivador, en otros, verdadera referencia documental. Es muy cotizada El hombre elefante, de David Lynch (1980), muy bien documentada, que sigue los textos de la época, un caso médico real en la Inglaterra victoriana, para estudiar la historia de la medicina, por ejemplo. Existe, también, el cine etnográfico, para conocer costumbres y culturas, y las recreaciones de épocas pasadas, en algunos casos, muy bien realizadas, que pueden tomarse como documento visual para comprender mejor las construcciones, monumentos, vivienda, vestuario y costumbres de otras épocas. En todo caso, el cine también tiene historia, ligada absolutamente a la del siglo XX, a sus tendencias y movimientos políticos e ideológicos, a sus costumbres y tecnología. Solamente por ello, sería conveniente que fuera asignatura en Historia.
CineHistoria: ¿Qué actividades sugiere Ud. en el actual contexto educativo?.
Enrique Martínez-Salanova: Te cuento el método que generalmente utilizo en mis clases para futuros profesores. Ejemplo. El pequeño salvaje, de François Truffautt, que a veces presento a mis alumnos para conocer la pedagogía de una época determinada, principios del siglo XVIII. En primer lugar, se presenta el film en su contexto histórico, pedagógico y fílmico. Se ve la película. Posteriormente, en grupos no mayores de cinco, se analiza la película apoyándose en una guía de trabajo, tanto en sus aspectos fílmicos (director, lenguaje, “Nouvelle vague”, etc.), como temáticos. Más tarde, cada grupo expone su informe, y se genera un debate con todo el grupo. En días posteriores, se investiga sobre el Doctor Itard, su importancia en la pedagogía y en la educación de niños con problemas de habla, sus métodos y resultados, la educación en la época, las aportaciones que hizo para el futuro, las diversas corrientes que se observan en la película, etc. Se puede llegar hasta donde se desee. Es de inmensa importancia que los alumnos se den cuenta de que la película está basada, y sigue en algunos momentos paso a paso los textos del Dr. Itard, al mismo tiempo que como película de ficción, se permite licencias, anacronismos e inexactitudes, que es importante que el alumno descubra. Finalmente, los alumnos realizan un trabajo individual que abarca, tanto la temática pedagógica, como los aspectos cinematográficos de la película. Tanto en mi texto «Aprender con el cine, aprender de película», como en mi sitio web, «Cine y educación», expongo multitud de sugerencias y posibilidades para trabajar con el cine. Nada hay cerrado, no obstante, y la creatividad y el conocimiento fílmico de los profesores deben ponerse al servicio de la didáctica para conseguir los mejores logros.
CineHistoria: Y, por último, ¿Tiene Ud. previsto publicar alguna obra en lo sucesivo?.
Enrique Martínez-Salanova: Tengo muchas cosas entre manos, alguna de ellas, muy avanzadas, no siempre de cine. Estoy trabajando en un tema que me apasiona, que es la relación entre los medios, también el cine y la educación para la paz. No sé cuándo saldrá, pues antes que eso, hay otros temas pendientes y de urgencia que me tienen bastante atareado. La página web «Aula Creativa/Cine educación» es también un desafío maravilloso que hay que tener actualizada y que me quita tiempo para otras publicaciones: /.
CineHistoria: Muchas gracias, D. Enrique, ha sido un placer hablar con usted.