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¿Cuándo aparece el cine en tu
vida profesional? ¿Con qué finalidad?
El cine lo llevo en la mochila desde que nací, ya mi
abuelo, que participó en el primer cine club de Logroño, en 1936, y mis
padres, eran grandes cinéfilos. Desde niño vi cine y siempre que pude me
metí en las trastiendas del cine, en los rodajes, Calle Mayor, de
Bardem, y otras muchas. A los quince años me inscribí en un Cine Club,
en Logroño, y ahí llegó ya mi afición al cine, sus técnicas y su
industria. Tuve la suerte con unos veinte años de conocer y conversar en
París con Truffautt y Albert Lamorisse, director de El globo rojo,
película que nos subyugó, y así vimos de refilón a Agnès Varda, y
participamos en algunos rodajes, como espectadores y en alguna ocasión,
de extras.
Cuando comencé a dar clases de Antropología, en Chile,
una de las primeras cosas que hice fui integrar el cine, como documento
etnológico, y también filmábamos lugares y costumbres que después
trabajábamos en el aula. Todo muy amateur pero me permitió conocer los
rudimentos de la filmación y el montaje, muchos años trabajé con la
moviola en diferentes momentos de mi vida.
Nunca he dejado de utilizar el cine en mis clases, tanto
desde sus aspectos tecnológicos como temáticos, y he iniciado en el cine
a infinidad de alumnos. Cine clubs, escritos, artículos….
¿Qué importancia le das al cine
como recurso didáctico en la formación del profesorado?
Para mí, el cine ha sido imprescindible en mis clases,
como instrumento didáctico, como documento, incluso histórico a veces,
como generador de contenidos y debates.
Por si no se me entiende lo que quiero decir sobre
documento histórico, no me refiero a películas históricas, que también
puede ser, pongo el ejemplo de “Ladrón de bicicletas”, importante
documento sobre la posguerra europea en Italia, y se me ocurre también
“Mi tío Jacinto”, de Vadja, la posguerra en Madrid, donde los mismos
exteriores, personas, situaciones y contexto son un verdadero
documental.
¿Qué importancia le das a la
alfabetización audiovisual del profesorado?
Lo audiovisual impregna actualmente la sociedad, está en
calles y domicilios, empresas y lugares de diversión. No puede faltar en
las aulas y por lo tanto, no debe faltar en la formación de profesores.
Y los profesores deben conocer en profundidad los procesos
comunicativos, sus medios de transmisión, desde la palabra a la
fotografía, el cine o las redes, de la misma forma que se adiestran en
el lenguaje oral y escrito deben conocer y practicar el lenguaje
cinematográfico.
¿Qué importancia les das a la
alfabetización audiovisual del alumnado?
Digo lo mismo que he contestado para los profesores, es
esencial integrar en las aulas el proceso de la comunicación y todo lo
que entraña. Destacar que los programas y artefactos, son medios que van
pasando, que quedan obsoletos pronto, y que el proceso de la
comunicación en el aprendizaje tiene una importancia especial,
ineludible, independiente de los nuevos descubrimientos tecnológicos,
que siempre serán los vehículos de la comunicación y que es necesario
conocer y manipular con el fin de integrarlos adecuadamente al sistema
educativo.
¿Qué formación debería tener todo el
alumnado que quiere dedicarse al mundo de la enseñanza?
Una formación completa y en profundidad en la materia que
impartirá, y un énfasis indispensable en la didáctica, una disciplina
olvidada y en ocasiones rechazada por muchos profesores. En ella
incluimos la comunicación y todas sus técnicas. Las asignaturas de
didáctica general y didácticas especiales son, en general, muy
desprestigiadas, cuando son la clave de enseñanzas y aprendizajes, y en
ellas tienen plena cabida todos los recursos y elementos audiovisuales.
¿Crees que la alfabetización
audiovisual debería ser transversal a todas las áreas del currículo?
Debe ser, claro, no hay asignatura, área o disciplina que
no deba tener como sustento de aprendizaje lo que es el conocimiento
audiovisual. Como documento de estudio, punto de partida de la
investigación, elemento motivador, sistema de difusión y cauce para un
feed back en el aprendizaje. Debiéramos trabajar con ahínco por una
enseñanza trasversal, reducir el enciclopedismo, integrar conocimientos,
ideas, valores y comportamientos. La integración plena de las nuevas
tecnologías facilitará la trasversalidad.
En tu opinión, ¿qué papel crees que
deberían jugar los festivales de cine escolar en la producción creativa
de los centros escolares?
Son un aliciente muy importante, y aúna elementos claves
de la enseñanza y el aprendizaje, pues moviliza a alumnos y profesores
al mismo tiempo en una práctica constante, que necesita teoría y
actividad, puesta en escena, interpretación, manejo de aparatos, diseño,
guión, montaje…. En fin, infinidad de habilidades que es necesario
activar, que motivan hacia la acción y el aprendizaje, mueven hacia lo
profesional… Para presentarse a un festival de cine escolar se trabaja
además durante todo el curso, lo que incita a buscar elementos
transversales que permitan seguir los programas escolares.
¿Por qué animarías al profesorado a
utilizar piezas audiovisuales como recurso didáctico en su práctica
docente?
Durante toda mi vida docente he utilizado el cine en las
aulas, no sabría ahora dar clase sin hacerlo. Hace falta, por supuesto,
querer hacerlo, no es una perogrullada, aprender a hacerlo, y trabajar
concienzudamente para lograrlo. Hay cortometrajes muy adecuados, que
permiten integrarlos en una sola sesión de clase, o buscar segmentos de
películas que ayuden a la comprensión o al debate.
Encuentro que es muy importante incluir también
largometrajes, verlos en una sesión y después trabajarlos en el aula,
tal vez por segmentos. Hablar de segmentos, cortometrajes y
largometrajes… He dado a veces una asignatura de pedagogía, utilizando
un largometraje, que sirve como punto de partida, como elemento de
debate, como análisis cinematográfico… y luego hay que continuar, si es
basada en personajes reales, investigar sobre el personaje y su entorno,
sus escritos, sus modelos, la época… nos encontramos así muchas
sorpresas. Y seguir investigando sobre los personajes y sus ideas, la
época, las corrientes ideológicas… Generalmente he trabajado con
películas que tuvieran una base real, para poder investigar luego sobre
ellas y sus personajes e ideas. Hay cientos de películas con estas
características y grandes posibilidades, buen cine además.
¿Habría algún proyecto de la
multitud que has participado que le guardas un cariño especial?
Sí, un cariño especial tengo por mis inicios en llevar el
cine a las aulas, sin medios, sin cámaras, sin infraestructura… Tuve que
ingeniarme, estudiar bastante, lograr los medios y recursos, mucha
imaginación y entusiasmo… Filmábamos en comunidades campesinas e
indígenas, en la zona araucana de Chile. Requería una gran preparación
para comenzar y que nos ayudaran en revelado y montaje, aprendí todo de
la moviola más rudimentaria. Luego se llevaba a las aulas, análisis,
profundización, crítica cinematográfica, y vuelta a las comunidades
filmadas a verlo, valorarlo y otra vez vuelta a comenzar. Los
participantes, protagonistas, encantados y a por más.
Otro momento de mi vida, como un regalo, fue mi
participación en el programa Barrio Sésamo, me hizo aprender mucho sobre
los guiones para TV y todo lo que ello conlleva.
¿Qué perfil crees que debería
tener el profesorado del siglo XXI?
Lo primero que pediría a un profesor es su
profesionalidad. Hay quien la entiende como cumplir con tiempos y
horarios y poco más, y no, es necesario, además del conocimiento
suficiente, una dedicación, un interés absoluto porque el alumno se
interese y aprenda, si no, ¿para qué estamos?…, basarse en el
aprendizaje del alumno es primordial, tener en cuenta la didáctica, en
la que se insertan imprescindiblemente los medios audiovisuales y las
redes.
¿Qué elementos creativos,
imaginativos o icónicos expresan mejor los niños y adolescentes al hacer
cine?
Los niños son más libres, y juegan, los adolescentes se
motivan con facilidad para hacer cine, del que puede venir su futuro, o
por lo menos serle de utilidad en cualquier tipo de profesión o empresa.
Es una ambivalencia, hay que conjugar creatividad libre y sentido de los
proyectos técnicos, libertad y rigurosidad, espontaneidad y disciplina.
Recuerdo aquella niña de unos siete años a la que le costaba adecuarse a
las normas de rodaje, cada vez que oía un disparo, ella se caía en
redondo al suelo, muerta, que ya me he muerto seis veces, decía, que no,
solamente te tiras al suelo cuando te lo diga el director….
¿Por qué animaríais al personal
docente, actual y futuro, a utilizar el cine y el lenguaje audiovisual
como herramienta didáctica en los centros educativos?
El lenguaje audiovisual es muy importante, como cualquier
otro lenguaje, la música, la escritura, la pintura, la danza… son formas
de expresión. Cada uno de ellos tiene su tradición, su historia, sus
formas de expresión y sus técnicas. El lenguaje audiovisual anima, y
niños y jóvenes entran en él con facilidad, lo aplican con creatividad y
pueden crecer añadiendo diferentes y nuevas formas de expresión.
El cine aporta lenguaje, contenidos, filosofías, ideas,
paisajes, historia, valores…. Todo está filmado, es cuestión de buscar
la película adecuada para cada situación o momento. Y si se hace cine,
más aún, pues se conjugan ideas y lenguajes con la creatividad y la
técnica para desarrollarse.
¿Qué requisitos piensas que debe
tener un centro educativo para iniciar un proyecto audiovisual con
éxito?
Lo primero quererlo de verdad, y no es una simpleza…
Pienso que cada centro debe tener espacios y personas para desarrollar
lo audiovisual. Hay centros que conozco que así lo han montado, un salón
de actos adecuado a proyecciones, material para producir, un pequeño
plató con lo imprescindible… y el equipo de personas interesadas
preparándose para ello. Si el centro educativo promueve además
actividades, concursos o festivales, mejor. Nada sale de la nada, pero
cuando se comienza, siempre se aspira a más, y es necesario que se vaya
perfeccionando el sistema, pues el cine es una disciplina muy amplia,
que necesita de esfuerzo y renovación personal y técnica.
La alfabetización audiovisual una
tarea transversal que requiere de una formación profunda del
profesorado. ¿Quién debería responsabilizarse e implicarse en la
Formación del Profesorado en alfabetización audiovisual?
Gobierno y autoridades educativas debieran tomar cartas
en el asunto, no solamente del cine, sino de otras disciplinas
comunicativas.
Las universidades, poco hacen, aunque hay experiencias
interesantes, pero deben consistir en planes con organización desde
algún equipo preparado para ello y con materiales para llevarlo a cabo,
con espacios, salones y material actualizado. Los proyectos debieran
mantenerse en el tiempo y no ser fruto solamente de momentos puntuales.
Algo he dicho de los centros educativos, formación y
asesoramiento al nuevo profesorado, por experiencia sé que cuando un
profesor nuevo llega a un centro, si ve actividades consolidadas en lo
audiovisual, se integra con rapidez.
¿Qué aporta a la educación de los
niños y adolescentes hacer cine? ¿y ver cine?
Mucho, muchísimo. Hacer cine divierte, motiva, comenzar
desde muy pequeños inicia un proceso que luego es para toda una vida. En
una ocasión enviamos a un grupo de niños de no más de ocho años a hacer
fotografías con el móvil de basuras dejadas fuera de los contenedores y
de otros contenedores que no tuvieran basuras alrededor. Fue inolvidable
y aquellos niños y niñas aprendieron para toda la vida, tuvieron que
expresarse en clase y ver las diferencias, entrar en el mundo del
respeto y de los valores ecológicos.
Poco a poco, niños y niñas van adentrándose en una tarea
y en una forma de trabajo, conociendo nuevas formas de expresión, los
guiones, la actuación, las localizaciones, los decorados, el trabajo en
equipo, la diversificación de tareas, las técnicas y aparatos de
montaje, la posproducción, la exposición de lo filmado, el debate
generado, la evaluación de los resultados, la difusión…. Un mundo sin
fin que los puede llevar a una profesión o a conocer y utilizar los
recursos cinematográficos y audiovisuales en multitud de tareas de su
futuro, enseñanza, marketing, muestras y exposiciones….
Ver cine, si se hace desde las aulas y con criterios
educadores, también, entretiene, motiva, pone al niño o adolescente en
situación de aprendizaje. Debe estar muy clara para el profesorado la
intencionalidad, elegir la película y trabajarla antes y después de
verla, crear cauces de diálogo y debate, generar actividades para
trabajarla y, muy importante, buscar datos sobre la película, si está
basada en personajes y hechos reales, investigar sobre ellos, sacar
conclusiones, ver lo que hay de realidad o inventado en el film, y a
partir de ahí, trabajar los contenidos del programa del curso en el que
se está.
¿Cómo se salvan las principales
dificultades que se encuentran en las aulas para hacer cine?
Es muy complicado hacer cine en un aula que no tiene
correspondencia o apoyo del centro escolar. Aunque sí, lo hemos hecho a
veces con heroicidad y saltando algunos consejos y normas…. Si el centro
interviene, apoya y tiene un departamento, los problemas son de
preparación personal, de creatividad, de tiempo.
Ya lo he explicado más arriba, conozco centros donde se
han creado, ya hace años, estructuras que permiten apoyar el cine, desde
la proyección a la filmación, que se han preocupado de dotarse de los
elementos necesarios.
¿Qué propuestas le harías a la
Administración Educativa para apoyar la alfabetización y creación
audiovisual en los centros educativos?
Creo que entre todas las preguntas lo he contestado.
1. Querer hacerlo
2. Incluirlo en los programas escolares
3. Crear planes a medio y largo plazo
4. Apoyar iniciativas
5. Dotar de materiales
6. Valorar los resultados
7. Evaluar lo realizado y animar a seguir mediante el
apoyo a festivales, concursos, etc…
Biografía de Enrique
Martínez-Salanova
Nací en Logroño, La Rioja, España, en 1942, y soy
profesor, pedagogo, antropólogo y tecnólogo de la Educación,
educomunicador, escritor y dibujante. Dirijo actualmente la revista
Aularia, de educomunicación y soy miembro activo de Amnistía
Internacional.
Durante muchos años he sido profesor de tecnología educativa,
antropología de la educación, didáctica y comunicación e imagen en
universidades iberoamericanas y españolas. Fui miembro fundador y
durante veinticinco años vicepresidente del Grupo Comunicar. y
subdirector de la Revista Comunicar. En 2018 recibí el premio
"Educomunicador", por toda mi trayectoria.
He trabajado en todos los niveles de la enseñanza, incluida la educación
de las personas adultas, la formación profesional ocupacional y la
formación de profesores. Durante algunos años trabajé con infancia
marginal, director provincial en Almería, del servicio de atención al
menor y del hogar provincial y Presidente del equipo de adopción. Fundé
y fui director durante doce años, del Instituto Andaluz de Estudios
Empresariales.
He diseñado multitud de cursos y sistemas de formación, entre ellos,
Master para carreras tecnológicas, Metodología para la formación
semipresencial para Educación Permanente de Adultos de Andalucía, un
Plan de formación a distancia para Educación de Adultos de la República
Dominicana y una gran diversidad de cursos on-line para Formación del
Profesorado, Técnicas de Estudio, Educación en Medios y Cine y
educación.
Realicé trabajos de Diseño on-line de Proyectos de
Enseñanza-Aprendizaje, y he dado multitud de conferencias en Congresos
nacionales e internacionales, cursos de didáctica para profesores,
Cursos en Máster de Educación y Medios, y he asesorado proyectos y
experiencias didácticas para parques temáticos, museos y exposiciones.
He escrito infinidad de guiones para aplicaciones didácticas
audiovisuales.
He participado con frecuencia como jurado en festivales internacionales
de cine infantil y juvenil y en otros que tienen que ver con el cine y
los Derechos Humanos. Investigo y publica actualmente sobre creatividad
y medios de comunicación, fundamentalmente en lo que hace referencias a
nuevas tecnologías de la comunicación y de la imagen.
He trabajado en los medios de comunicación, como director de la revista
«Aularia», de educación y comunicación creativa, como redactor de
prensa, dirigido suplementos de educación en varios periódicos,
guionista en el programa «Barrio Sésamo» de Televisión Española, y
ejercí como creativo y dibujante publicitario durante varios años. Me
impliqué directamente en la realización de varios documentales de cine
etnográfico y con frecuencia ha participado en la elaboración de guiones
para programas de televisión.
En el campo del cine, he publicado numerosos artículos en revistas,
impartido conferencias, cursos y talleres de trabajo. He utilizado toda
mi vida el cine en mis clases y he entusiasmado por las imágenes a
infinidad de alumnos y amigos. Soy autor del libro «Aprender con el
cine, aprender de película. Una visión didáctica para aprender e
investigar con el cine». Editado por el «Grupo Comunicar» en 2002.
Actualmente estoy en un proyecto de educomunicación para la Universidad
Popular Celia Viñas, seleccionando textos de los clásicos y sugiriendo y
orientando actividades para su profundización. Para ello, dibujo viñetas
sobre los personajes más relevantes. El Quijote, El Lazarillo de Tormes,
Mío Cid… Nunca he dejado de dibujar viñetas y cómics, con los que
colaboré en publicaciones, revistas y páginas Web. He sido dibujante y
creativo publicitario, ilustrador de cuentos infantiles y de textos
formativos, impresos y on-line. He realizado una gran parte de los
diseños de portadas de las revistas Comunicar y Aularia, así como
infinidad de carteles para congresos y actos culturales. Con frecuencia
colaboro en revistas, y realizo portadas de libros y revistas, carteles
y dípticos.
He publicado numerosos libros, artículos, ensayos y trabajos ligados a
la educación y a la antropología. Se pueden destacar los textos de
didáctica, metodología del trabajo en el aula y de utilización de los
recursos didácticos, el cine y los medios de comunicación. También
numerosos relatos y una novela, El tricornio estofado.
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