Introducción. El cine en el aula
Utilizar el cine en las
aulas no se hace por simple juego, ni por entretenimiento, ni tan siquiera
como un instrumento didáctico más. El cine tiene el valor en sí mismo de ser
trasmisor de dramas humanos. Desde sus inicios, los relatos que cuenta el
cine han afectado a generaciones de personas mediante sus argumentos, sus
contenidos, sus imágenes y sus ideas. El cine es cultura popular, arte y
espectáculo. Las tramas y los temas del cine pueden y deben ser llevados a
las aulas como elemento reflexivo y, por ende, orientador de
comportamientos.
El cine es un medio de
comunicación y por tanto es necesario interpretar sus resultados para
descubrir qué es lo que nos quiere comunicar. Una película se compone de
millones de elementos diferentes que en su conjunto, forman una narración
con posibilidad de múltiples y variados comentarios y reflexiones. Como todo
relato, una película utiliza técnicas que hay que conocer, descubrir e
interpretar para que los mensajes lleguen a nosotros de la forma más
parecida a como pretenden quienes han realizado la película.
Una película no basta con
verla. Hay que analizarla con ojo crítico con el fin de sacarle todo el
partido posible, para comprenderla mejor y valorar el cine como contador de
historias, como transmisor de valores y como portador de arte y de
conocimientos.
Cine y
evolución del lenguaje
El cine es, además, una forma diferente
de lenguaje. Un lenguaje que no estuviera en constante adaptación y
crecimiento, moriría. Los medios de comunicación deben enriquecer el
lenguaje oral y además, ellos mismos, adaptarse a las circunstancias
sociales y culturales de los pueblos en los que se insertan acrecentando y
mejorando así su propio lenguaje. El lenguaje de los medios es interactivo,
enriquecido por el avance imparable y vertiginoso de la nueva tecnología,
por lo que se hace imprescindible en el debate social y se convierte en
inexcusable vehículo de cultura.
Es necesario, por otra parte, desvelar
los mecanismos y mensajes ocultos en los medios de comunicación con la
finalidad de desarrollar en el alumnado una actitud crítica y reflexiva
frente a la imitativa y de crear una concienciación sobre los procesos de
manipulación ideológica y de transmisión de determinados estereotipos, entre
ellos los sexistas, en los que están implicados. Los medios de comunicación
imponen modas, transforman actitudes y comportamientos, propagan mensajes,
perpetúan mitos y conductas y consolidan unos determinados valores. Aquello
que no aparece en los medios, prácticamente no existe al no obtener un
reconocimiento público. El cine, como otros medios, ha evolucionado su
lenguaje al mismo tiempo y ritmo que lo ha hecho la sociedad. También en la
creación y ajuste de estereotipos. El tratamiento que se ha hecho de la
mujer en el cine ha pasado por todas las vicisitudes que su invisibilidad,
dependencia o su visibilidad e independencia ha recorrido en los últimos 100
años.
Estereotipos
y comportamientos
El cine y la televisión refuerzan y
legitiman todo tipo de estereotipos sobre la mujer. En ocasiones la
representan en papeles secundarios y tradicionales que tienen un efecto
sobre el alumnado que de manera acumulativa y repetitiva la ven así
representada configurando una imagen sobre la mujer anclada en el pasado. El
alumnado ve así sus horizontes limitados a los mismos roles de siempre.
Otras veces, cada vez más en el cine actual, sobre todo cuando hay cada vez
más mujeres directoras de cine, el papel de la mujer va tomando otra
importancia y el cine, con otra frecuencia, presenta a la sociedad una
visión crítica de le mujer dependiente o la de mujeres con clara
independencia.
Es muy difícil encontrar en el cine
películas que abiertamente traten el tema de la coeducación. Como mucho las
dan por hecha, en sistemas como el cine norteamericano, en el que desde
siempre se ve a niños y niñas juntos en las aulas, sobre todo de
adolescentes, salvo los colegios de elite, en los que se continúa
manteniendo la discriminación. Es como si la sociedad todavía no hubiera
asumido del todo la riqueza que la convivencia entre los géneros genera en
la educación, como si la normalización que vemos con serenidad en la vida
real, el cine no la haya asumido en aún en sus contenidos, o que diera mayor
juego cinematográfico la separación de sexos en las aulas, haciendo
películas sobre sistemas educativos ya trasnochados.
La sociedad tampoco avanza a pasos
agigantados. Una sentencia del Tribunal Supremo acaba de dictaminar que
separar a las niñas y los niños en el sistema educativo no vulnera el
principio de igualdad. Un debate que no es nuevo y que, en los últimos
meses ha ido creciendo con posturas a favor y en contra de personas expertas
en psicología y educación, que en el reino Unido ha dado lugar a retrocesos
conforme a leyes anteriores, que se basa en las diferencias de madurez entre
niños y niñas. Quienes de forma más contundente defienden esta postura son
organizaciones de corte conservador.
La mujer en
el cine. El estereotipo femenino
La crítica feminista frente a la
filmografía hace una crítica a la postura patriarcal en el cine y a la
repetición de esquemas estáticos, como la heteronormatividad en las
representaciones narrativas cinematográficas, aparte de emprender un
cuestionamiento a un sistema estructurado a partir de los roles femeninos y
masculinos. “Estos análisis subrayan la idea de que las imágenes y los
estereotipos que se asignan a los papeles femeninos están plasmando el juego
binario de imágenes positivas versus imágenes negativas: madre/prostituta,
la femme fatale/ la chica buena...” “Así pues, las mujeres pululan entre
imágenes ancladas en el juego binario de la representación occidental. Esto
es, el discurso cinematográfico, principalmente el llamado cine narrativo
clásico, tiende a través de su estructura narrativa y representacional a
dividir el papel de la mujer en: mujeres negociables (madres, hijas,
esposas...) y mujeres consumibles (prostitutas, vampiresas, golfas...) y
coloca a las primeras por encima de las segundas, estableciendo así una
jerarquía de valores en los papeles otorgados.” (Begoña Siles Ojeda)
Bourdieu explica que «el esfuerzo para
liberar a las mujeres de la dominación, o sea, de las estructuras objetivas
y asimiladas que se les imponen, no puede avanzar sin un esfuerzo por
liberar a los hombres de esas mismas estructuras que hacen que ellos
contribuyan a imponerlas» (Bourdieu, 2000). El cine está mayoritariamente en
manos masculinas. Los valores como el poder, el sexo, la violencia o el
dinero aparecen legitimados en la pantalla. Jesús Ibáñez distingue,
interpretando las ideas de Levi-Strauss, entre mujeres negociables y
consumibles. Las primeras serían aquellas conservadas para el intercambio,
las castas, "cuya penetración sería un incesto", mientras que las segundas
serían aquellas que no poseen valor alguno dentro de ese sistema de
intercambio; es decir, mujeres que sólo tienen valor de uso, pero no de
cambio.
La mujer malvada
Esta representación de la mujer
estereotipada como la malvada y la seductora versus la inocente, es
reflejada en la representación de la mujer vampiresa (vamp) en diversas
películas. Metrópolis (Fritz Lang, 1926), por ejemplo. Simone Signoret
interpreta a la diabólica Nicole de Las Diabólicas (Les diaboliques, 1955).
Bette Davis se ganó el título de perversa en La loba (The little foxes,
1941) de William Wyler, la madre castradora de Psicosis (Psycho, 1960). El
cine español de los últimos años ha realizado varias películas en la que
presenta a la mujer malvada, como la melliza Victoria Abril, en Demasiado
corazón (1991), de Eduardo Campoy.
La mujer que
cumple su función social
La función que cumple la mujer en la
sociedad; es decir, el rol de la mujer y la construcción de su
representación en relación con un sistema patriarcal que la encasilla en
términos de su función de ser mujer en la sociedad: o sea, mujer
heterosexual, virgen, esposa y madre
La mujer, objeto
de deseo o la mujer fetiche.
“objeto de deseo” que soporta pasivamente
la mirada activa del varón (en algunas películas de Hitchcock, como La
ventana indiscreta, de 1958. Marlene Dietrich es el máximo fetiche en el
ciclo de películas de von Sternberg
La mujer que
busca al príncipe azul
Es Blancanieves y tantas otras. El final
de la chica suele ser el éxito, cuando la chica finaliza el camino (de él) o
el fracaso, cuando sufre el engaño del hombre.
La mujer
heroína.
Que disputa las heroicidades del hombre,
desde Los peligros de Paulina/Nioca en España, de los años 30, hasta las
patrióticas Agustina de Aragón, o las últimas heroínas del cine actual, con
Angelina Jolie a la cabeza.
Una serie de
películas que pueden servir para trabajar el tema de la Mujer en el cine
Flores de otro
mundo, de
Icíar Bollaín
, 1999, sobre la mujer emigrante.
«Tres historias que hacen girar la trama alrededor de los sentimientos
que desatan los problemas de la inmigración, el choque de culturas y el
mundo rural. Lejos del grito fácil y plano del cine de denuncia, Bollaín
explora estos universos desde el único punto de vista que realmente vale la
pena: el de las personas que viven en ellos. De la directora han dicho que
lo mejor de su estilo es la "transparencia". En Flores de otro mundo, los
personajes van urdiendo sus redes de soledades, complicidades, intimidades y
desencuentros con una naturalidad pasmosa. Quizás la transparencia no es
sino el pudor de una artista sensible: silencio, se vive». (Ángel Peña)
Gaby, una historia
verdadera, Gaby, a True Store,
1987, de Luis Mandoki. Adaptación de la biografía de Gabriela Brimmer,
poetisa y escritora que nació con una parálisis cerebral que le impedía
cualquier movimiento o expresión, salvo su pie izquierdo.
Pena de muerte,
Dead Man Walking.
1995, de Tim Robbins, Inspirada en una historia real sobre la profunda
relación surgida entre una monja y un condenado a muerte.
Solas,
1999, de Benito Zambrano, que nos
cuenta una historia de soledad y amor, de frustraciones y sensibilidad de
dos mujeres y algún hombre.
Thelma y Louise,
1991, de Ridley Scott,
sobre dos mujeres que inician un
viaje con aires de fin de semana liberador... que acabará marcando su
destino
El color púrpura,
1985, de Steven Spielberg,
cinco mujeres maltratadas
que van adquiriendo su independencia a pesar de todas las fatalidades, malos
tratos y discriminaciones.
Educando a Rita,
Educating Rita,
1983, de Lewis
Gilbert, un canto a la libertad en la educación y un recorrido por la
dependencia que cada uno de los protagonistas tiene de sus criterios y
experiencias. En los últimos momentos de la película se nos permite adivinar
que tanto la alumna como el profesor se han ayudado a cambiar mutuamente y
se han liberado.
Gorilas en la
niebla,
1988, de Michael Apted. En las montañas de Ruanda, la antropóloga
norteamericana Dian Fossey vive en las más primitivas condiciones decidida a
establecer contacto con los gorilas salvajes y salvarlos de la extinción.
Es el papel de una mujer investigadora en situaciones de máxima adversidad.
Erin Brokovich,
2000, de Steven Soderbergh
la verdadera historia de una mujer que lucha como una
leona para encontrar trabajo y dar de comer a sus hijos.
No sin mi hija,
Not Without My Daughter,
1991, de Brian Gilbert,
la mujer que lucha en una
cultura adversa cuando el dominio
de las costumbres del hombre prevalece sobre el de la mujer.
Los peligros de
Paulina,
1947, dirigida por George Marshall, sobre una de las
primeras mujeres en el
cine de acción, que se convirtió en heroína en los años de 1914 en el lejano
oeste.
Calle Mayor,
1956, de Bardem, sobre una mujer engañada en una ciudad de provincias por un
grupo de jóvenes de “buena familia”.
La tía Tula,
1954, de Picazo, mujer soltera, sacrificada y reprimida, según la obra de
Unamuno.
Piedras,
2002, de Ramón Salazar, sobre
cinco mujeres que intentan vivir su existencia.
El milagro de Ana
Sullivan,
1962, dirigida por Arthur Penn. La historia real de una
mujer que con constancia
y eficacia ayuda a una sordomuda y ciega (Hellen Keller), a comunicarse.
Bailando en la
oscuridad,
2000, dirigida por Lars Von Traer,
la lucha de una mujer que
va perdiendo la vista en el mundo laboral
Madame Curie,
1943, dirigida por Mervyn LeRoy, la vida de la
investigadora y premio Nobel.
Binta, la gran idea,
2004, cortometraje de Javier Fesser forma
parte de la película «En el Mundo a cada rato», narra las historias de
unos niños de una aldea del senegal, una de ellas quiere ir a la escuela
y sus padres no se lo permiten.
La violencia
hacia la mujer en el cine
El cine, desde sus comienzos, ha filmado
con mucha dureza la violencia, que se ha visto acrecentada durante las
últimas décadas. La violencia filmada contra la mujer refleja una actitud
real de la sociedad, un documento fehaciente de la conducta humana y al
mismo tiempo una denuncia contra esa misma situación de indefensión
psíquica, física y cultural. Si bien es cierto que todo se ha filmado,
incluso la justificación de esa violencia, lo más normal es que el cine, con
sus duras imágenes en muchas ocasiones, saque a flote una situación para que
el espectador por sí mismo extraiga sus propias conclusiones, normalmente
negativas al maltrato a la mujer en lo que ser refiere a la violencia
física, no tanto, o mucho menos cuando la violencia es sexual o psicológica.
Otras veces, los mismos personajes de la
película, defienden a la mujer, o ellas se vengan por sí mismas. El
manantial de la doncella (Jungfrukällan, 1960), de
Ingmar Bergman, o Sin perdón, (Unforgiven, 1992)
de Clint Eastwood, son películas de castigo y venganza hacia quién maltrata
a una mujer, en el primer caso una doncella violada y asesinada por unos
bandidos, en el segundo caso basada en su totalidad en la venganza de unas
mujeres que contratan a un pistolero por unas lesiones brutales producidas a
una mujer en un burdel. Una película muy significativa es El color
púrpura (The color purple, 1985), de Spielberg, en el
que varias mujeres, maltratadas por sus maridos o amantes, van liberándose
paulatinamente gracias a su solidaridad, a la educación o a la lectura. En
muchos casos es la propia mujer la que hace su propia justicia Thelma
y Louise (1991), de Ridley Scott vengándose de los agresores e
imponiendo sus propias leyes. En cuanto a la violencia doméstica, el cine ha
reflejado siempre lo que la sociedad de cada época ha vivido. El cine ha
aceptado en ocasiones, como la propia sociedad, la figura decorativa o
sumisa de la mujer, la dependencia de ella hacia el hombre. En otros casos,
la mujer ha sido libre, dominante muchas veces, aventurera otras, malvada en
muchas. La mujer en el cine ha tocado todos los papeles.
El cine ha reproducido también el
lenguaje sexista, imponiendo la violencia que se transmite a través del
lenguaje, cuando se reproducen los comportamientos de una sociedad en la que
predomina la cultura y la ley del varón, cuando se presenta a la mujer como
simple objeto sexual, expresando la relación de desigualdad entre hombres y
mujeres, basando en la afirmación de la superioridad de un sexo sobre el
otro; de los hombres sobre las mujeres, presentando a las niñas como
personas que aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar…
aspectos que no llevan al éxito ni al poder y que son considerados
socialmente inferiores a los masculinos, quedando las mujeres reducidas al
espacio doméstico de la familia.
Cultura,
cine y violencia hacia la mujer
Aunque en infinidad de películas la mujer
ha sido protagonista, tanto en dramas como en aventuras, el cine ha
reflejado documentalmente situación que la mujer ha sufrido durante el siglo
XX, quedando en muchas ocasiones en segundo plano o considerándose solamente
como compañera, novia o amante. La violencia hacia la mujer no solamente se
da en la pareja, el cine la filma en el trabajo, en forma de acoso, en la
calle -las prostitutas son casi siempre maltratadas por policías y chulos-
infinidad de películas reflejan la tortura y y las violaciones sexuales, la
persecución, la presión emocional, desapariciones, encarcelamiento e incluso
la muerte. El tratamiento pornográfico de muchas películas enaltece la
visión de la mujer como simple objeto de placer, llegándose en ocasiones al
asesinato filmado. Amenábar lo refleja magníficamente en su película
Tesis (1995).
El honor del
hombre, de la familia y del pueblo
Se da en casi todas las culturas y tiene
como fundamento el honor de la casa, de la familia y del hombre, no de la
mujer. La casa la representa el hombre, señor y dominador de la familia. El
cine refleja esta situación en infinidad de películas, siendo la mujer
castigada con la exclusión, la pena corporal, a veces la muerte. Un final
feliz suele ser el arrepentimiento de la mujer por su rebelión. Un ejemplo
significativo es la película española La aldea maldita (1929),
de Florian Rey, considerada como la mejor película española muda, de la que
el mismo director hizo una segunda versión sonora en 1942.
Algunas
películas
En Zorba el griego, 1964,
de Michael Cacoyannis una mujer muere apedreada por no ajustarse a la
cultura de su pueblo. Está basada en hechos reales de la sociedad religiosa
mediterránea de principios del siglo XX, en una isla griega.
La reina de los bandidos,
Bandit Queen, película india de 1994, del director Shekhar
Kapur, cuenta la historia real de una leyenda viva de la India: la proscrita
y temida Phoolan Devi. Casada siendo todavía una niña, fue repudiada por su
marido y sufrió continuas vejaciones, y violaciones de varios hombres. Un
año después apareció al frente de una banda de bandidos y se vengó de todos
los que habían abusado de ella. Perseguida por la policía, acusada de
diversos crímenes, se convirtió en una leyenda para las castas bajas y las
mujeres. Pactó su rendición y sufrió condena durante diez años.
Posteriormente se introdujo en la política que ejerció hasta que fue
asesinada en 2001. Fue luchadora incansable por la liberación y la defensa
de las mujeres en la India
Te doy mis ojos,
2003, de Icíar Bollaín, que aborda en ella el maltrato a la mujer. Icíar
Bollaín acerca de tal manera al personaje, que el espectador siente el miedo
en el cuerpo, al igual que la mujer, que cada noche se pregunta con ansiedad
de qué humor volverá su marido. Te doy mis ojos no sólo habla de la víctima,
sino también del agresor y para ello, Bollaín recrea las sesiones de
terapia. También muestra el entorno de la víctima, con una madre que
consiente, una hermana que no entiende y un hijo que calla.
Sólo mía, de Javier Balaguer, 2001. Es un retrato de la posesión enfermiza.
Los malos tratos se han convertido en un gravísimo problema para la
sociedad. Cada vez es mayor el número de mujeres que sufren en sus carnes la
sinrazón de auténticos criminales que disfrazan sus fechorías tras la
cortina de los celos o la inseguridad. Este filme retrata unos hechos que
desgraciadamente nos son familiares.
Para
analizar una secuencia. Del guión de Solo mía. Secuencia 11
Dormitorio Ángela-Joaquín. Interior-noche
Ángela y Joaquín entran en el dormitorio.
ÁNGELA se quita pendientes y pulseras. Joaquín comienza a desnudarse con
gesto serio.
JOAQUÍN . La verdad, no entiendo a qué ha
venido eso.
ÁNGELA . (Sorprendida) ¿El qué?
JOAQUÍN . Esa actitud tuya tan
prepotente.
ÁNGELA . No te entiendo...
JOAQUÍN . "Dejaré de trabajar cuando me
canse". Qué bonito.
ÁNGELA . Yo no lo he dicho así.
JOAQUÍN . Pues así ha sonado. Tu pobre
madre intenta ayudarte y menuda respuesta recibe.
ÁNGELA . Le he dicho lo que pensaba. Nada
más.
JOAQUÍN . ¿Y te parece poco? ¿Crees que
tu postura es razonable?
ÁNGELA . ¿Tan raro es querer trabajar?
JOAQUÍN . En tus circunstancias, sí. Eres
una mujer embarazada y tienes que empezar a pensar en tu hijo.
ÁNGELA . Pero si todavía faltan cuatro
meses.
JOAQUÍN . Lo dices como si fuera una
eternidad y está a la vuelta de la esquina.
ÁNGELA . Qué exagerado eres.
JOAQUÍN . Y tú qué irresponsable. No ha
nacido el niño y ya estás descuidándolo.
ÁNGELA . Joaquín, por favor.
JOAQUÍN . Es verdad. Te comportas como
una niña caprichosa, no como una mujer casada.
ÁNGELA . No es verdad.
JOAQUÍN . Claro que sí. Te tomas a guasa
lo de tu embarazo. ¿Que el niño se resiente porque yo trabajo? ¡A mí que mas
me da!
ÁNGELA. No es cierto, pero si me
encuentro bien no tengo por que quedarme en casa todo el día, ¡digo yo!...
JOAQUÍN . Pensaba que teníamos claro el
fundar una familia. Tener hijos y todo eso, pero veo que no es así.
ÁNGELA . Sí que lo es. ¿Pero qué tiene
que ver trabajar un mes más o menos con todo esto?
JOAQUÍN . Prioridades. ¿Sabes lo que
significa? Poner en primer lugar lo más importante: Tu hijo, tu marido, tu
familia.
ÁNGELA . Tú todo lo dices por mí, ¿no?
JOAQUÍN . A ver si se te aclaran un poco
las ideas. y si no, no haberte casado.
ÁNGELA . Yo me he casado porque he
querido.
JOAQUÍN . (Mira bajo la almohada.) No
está mi pijama. A ver, doña oficinista, ¿donde lo has metido?
ÁNGELA . No me grites...
JOAQUÍN . ¡Tanto trabajar para afuera y
luego la casa hecha un desastre! .
ÁNGELA. No es mi culpa...
JOAQUÍN . ¡No, es mía! ¡Mira, a lo mejor
es buena solución que cuando llegue a casa me ponga a limpiar y lavar!
¡Seguro que así funcionábamos mejor!
JOAQUÍN. Eso sí, con la "fortuna" que
ganas, apañaos íbamos a ir.
Sale. ÁNGELA se sienta sobre la cama con
semblante triste. Mira hacia el suelo. Instantes después, Joaquín vuelve, y
se sienta junto a ella.
JOAQUÍN . Perdóname. (La coge la mano.)
Es que tengo tantas ganas de tener ese crío... (Le acaricia la cara.) Seguro
que serás la mejor madre del mundo. (Se abrazan.)
Para
analizar dos secuencias de Flores de otro mundo
Secuencia 12 (La comida en casa de Damián)
Madre: Esto se ha quedado sin
caldo.
Patricia: No hace falta más
caldo, así está bien...
Damián: Hola.
Patricia: Hola... ¡Janay!...
¡Ponte la servilleta!
Damián: No tienen caldo.
Patricia: Las habichuelas se
hacen así, mi vida.
Madre: Las judías de toda la
vida de Dios se hacen con caldo. ¿Tú quieres patatas, hijo?
Secuencia 24 (En el invernadero de Alfonso. Acaba de llegar
Marirrosi.)
Este diálogo es una clave
para entender el título (y la película).
Alfonso: Mira...
Marirrosi : ¿Qué son ?
Alfonso: Orquídeas.
Marirrosi: Ah, ¡qué bonitas!
Alfonso: Es la primera vez
que las planto, ¿sabes ?
Marirrosi: ¿De dónde son ?
Alfonso: Africanas...
Marirrosi: ¿Y tú crees que
crecerán aquí ?
Alfonso: Cuidándolo, crece
todo.
Marirrosi: ¿Tú crees ? |
Bibliografía
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