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Utilizar el cine
en las aulas no se hace por simple juego, ni por entretenimiento, ni tan
siquiera como un instrumento didáctico más. El cine tiene el valor en sí
mismo de ser trasmisor de dramas humanos. Desde sus inicios, los relatos que
cuenta el cine han afectado a generaciones de personas mediante sus
argumentos, sus contenidos, sus imágenes y sus ideas. El cine es cultura
popular, arte y espectáculo. Las tramas y los temas del cine pueden y deben
ser llevados a las aulas como elemento reflexivo y, por ende, orientador de
comportamientos. En este artículo se presentan algunas pautas para utilizar
el cine en las aulas y se fundamenta su necesidad e importancia en la
función orientadora. Se incide en el valor de aprender de los otros, en la
importancia del análisis de películas, en la introducción en los grandes
temas que trata el cine y en su importancia en la adquisición de la
sensibilidad hacia valores expresivos, cognoscitivos y creativos.
«Nosotros
hemos dicho mentiras. Usted, medias mentiras. Un hombre que dice mentiras,
como yo, tan sólo oculta la verdad. Pero un hombre que dice medias mentiras,
no sabe donde está la verdad» (Claude Rains en Lawrence de Arabia).
«…lo que
al cine interesa, mucho más que las realidades que muestra un documental, es
un drama humano, algo que le pasa a alguien, con argumento; ficción con los
caracteres que tiene forzosamente la vida humana» (Julián Marías).
«Quien
controle el cine controlará el medio de influencia más poderoso» (Edison)
«La
belleza de tu film no estará en las imágenes sino en lo inefable que ellas
desprenderán» (Robert Bresson).
¿Qué
valores aporta el cine actual a los jóvenes?. ¿Cuáles son los modelos que el
cine trasmite a jóvenes y adolescentes?. Estas preguntas me las hicieron
hace unos meses en un debate televisado. Es difícil responder a ellas, pues
para conocer la repercusión que realmente ejerce el cine sobre la juventud y
la adolescencia es necesario, con anterioridad, disponer de información
sobre la asistencia al cine de una amplia muestra de jóvenes de diversos
niveles y características. En una reunión con jóvenes, hace pocos días,
descubrí con sorpresa que, de treinta, solamente siete habían ido al cine
alguna vez. No hace mucho, una joven licenciada universitaria, me dijo, en
una clase en la que trabajamos con el film El pequeño salvaje, de
Truffaut, que era la primera película en blanco y negro que veía. Los datos
de primera mano, en mi caso, no son demasiado alentadores.
Tras varias
décadas en las que los espectadores, fundamentalmente los jóvenes, dejaron
de acudir a las salas cinematográficas, se aprecia en la actualidad un
aumento sustancial en las personas que acuden al cine, prioritariamente
gente joven. Cierto es que las películas a las que acude la mayor afluencia
de espectadores son las de acción, las de terror, aquellas en las que
predominan los efectos especiales, o películas de aluvión, como las dos
películas de Torrente, que con su humor grosero, desenfadado y violento,
caen muy bien a una gran parte de la juventud española. Otras películas, por
su repercusión mediática, la fama de sus actores o el afecto que crean en la
juventud, llevan a los jóvenes a las salas cinematográficas. Es el caso del
film Los Otros, de Amenábar que ha supuesto todo un record de
taquilla para una película española.
No podemos
dejar de tener en cuenta que las formas de presenciar el cine han cambiado
sustancialmente. Antes se veía una película y, tal vez, ya no se volvía a
ver. Quedaban los recuerdos, con lo que ello conlleva de poso en el
comportamiento, de profundización nostálgica, y por lo tanto de incidencia
constante en la conducta. Hoy todo es rápido, vertiginoso, las películas se
ven en la pequeña pantalla mientras se realizan otras actividades, el
recuerdo es poco duradero, se desestima la reflexión sobre la imagen.
Sin embargo,
los modelos humanos que apreciamos, se siguen dando más desde la televisión
que en el cine. Es la televisión la que incide realmente en la sociedad, la
que con mayor fuerza aporta cultura y costumbres, creando movimientos de
opinión y de comportamiento. Fenómenos como los de Operación Triunfo,
o Gran Hermano, son característicos del negocio televisivo. En cuanto
al cine, nuestros jóvenes se pegan más a las series de televisión ya sea
nacional o norteamericana que a una película, que no deja de ser un
espectáculo pasajero. Es la televisión, donde los jóvenes ven el cine, la
que realmente integra y desintegra los valores culturales, la que repercute
en la vida ciudadana y la que, por ende, incide en los cambios culturales.
Alrededor de la televisión se crean además modelos familiares de
comportamiento, pues tanto le sirve a un joven de modelo humano el
protagonista o la protagonista de una serie juvenil como ver a su padre todo
el día pegado al televisor, adicto al fútbol o dominando el zapping.
El cine,
para que incida de alguna forma en la cultura juvenil, y por tanto sea
vehículo o cauce de reflexión para la trasmisión o crítica de los valores,
debe ser trabajado independientemente de la parrilla televisiva. Bien sea
llevando a los jóvenes al cine, a la sala cinematográfica, o mediante el
vídeo, una forma más eficaz ya que permite reunir grupos, analizar los films
y trabajar sobre sus contenidos.
Las
preguntas con las que iniciaba este artículo podrían enunciarse resumidas en
estas: ¿qué se puede hacer para que los jóvenes aprendan a ver cine? ¿cómo
analizar el cine para que la juventud se inicie en el debate crítico sobre
comportamientos y conductas que están presentes en el cine?.
Analizar las
películas
El cine es
un medio de comunicación y por tanto es necesario interpretar sus resultados
para descubrir qué es lo que nos quiere comunicar. Una película se compone
de millones de elementos diferentes que en su conjunto, forman una narración
con posibilidad de múltiples y variados comentarios y reflexiones. Como todo
relato, una película utiliza técnicas que hay que conocer, descubrir e
interpretar para que los mensajes lleguen a nosotros de la forma más
parecida a como pretenden quienes han realizado la película.
Una película
no basta con verla. Hay que analizarla con ojo crítico con el fin de sacarle
todo el partido posible, para comprenderla mejor y valorar el cine como
contador de historias, como transmisor de valores y como portador de arte y
de conocimientos.
En el cine,
además, se dan muchas y muy características formas de contar las historias.
La mayoría de ellas tienen que ver tanto con el argumento como con la manera
de situar los planos, de mover la cámara y de utilizar el sonido. Analizar
la actuación de los protagonistas y muchos otros factores, que no solamente
indican cuál es el mensaje de la película o de cada secuencia, nos enseñan a
ver cine. Cuando se ve una película con elementos de juicio se le encuentra
mayor sentido.
No cabe la
menor duda de que con una película en las aulas pueden realizarse multitud
de actividades. La película puede utilizarse como medio de iniciación al
lenguaje en general y al lenguaje cinematográfico en particular. Si los
alumnos ya están familiarizados con ello, lo que se puede hacer es leer,
estudiar e interpretar la película y, si es posible, investigar sobre su
entorno, sus características principales y llevar la película a situaciones
didácticas relacionadas con otros conocimientos.
Cine
español joven
En los
últimos años, en nuestro país se han presentado varias películas realizadas
por gente muy joven que aportan una visión propia de la sociedad y del cine.
Son óperas primas que expresan la voluntad de los jóvenes cineastas de
hacerse notar a través del lenguaje y la expresión cinematográfica.
Las
películas que gustan a los jóvenes, aunque puedan escandalizar a los adultos
por su planteamiento, su lenguaje y los escenarios en que se mueven,
responden a problemáticas y modos de comportamiento actuales. A través de
ellas se exponen e identifican los problemas juveniles y al mismo tiempo los
adultos pueden adentrarnos en sus vidas y lenguajes, enterándose cómo es un
botellón por dentro, qué se cuece ideológicamente en la juventud o cuál es
la visión que se tiene de los adultos, padres y profesores.
Haré
referencia a algunas películas de cine joven español que tratan sobre
problemas de los mismos jóvenes, que pueden ser de interés para tratar en
las aulas y generar interesantes debates.
Víctor
García León, de 20 años de edad, realizó el año pasado la película
Más pena que gloria,
de la que el mismo director dice que aunque no es un film autobiográfico sí
es una película que habla de él y de sus amigos. «Me he vengado de mis
profesores, de mi dentista, de mis ex novias, de las que no quisieron ser
mis novias. Nos hemos vengado de todos los que nos han humillado alguna vez.
Una venganza, eso sí, que no pretende molestar a nadie». Algunos de estos
directores huyen de la onda de sus padres, evitan temas antiguos para ellos,
como la república, o la Guerra Civil o la Transición, que ideológicamente no
conocen y a través de cuyos temas les es más difícil expresarse.
Salvador
García Ruiz dirigió en el año 2000 El otro barrio, a partir de una
novela de Elvira Lindo. Cuenta la relación entre un joven delincuente que
vive en un correccional y un abogado que recuerda su infancia sirve para
presentar los problemas de un importante sector de la juventud. Entre estos
personajes se establece una relación de mutuo intercambio enriquecedor que
hace que ambos vayan aprendiendo. Una gran dosis de credibilidad la da a
esta historia el que se eligió a jóvenes sin experiencia en cine para
interpretar a los jóvenes marginales.
El
cine que hay
El desafío
es analizar productos de calidad, tanto en su sentido cinematográfico como
en cuanto a las historias que presenta. Al lado de un cine comercial,
promocional y lleno de efectismo, se mantienen otros tipos de cine como el
de autor, el independiente, el que trabaja con escasos medios, el que no
depende de las grandes productoras, el que se fija normas estrictas para no
utilizar nuevas tecnologías, etc. Surgen movimientos independientes,
paralelos o contrarios a la industria oficial. Los países más pobres siguen
haciendo intentos de expresar mediante películas sus problemáticas, se
continúa luchando contra el poder político y el de la censura y se
encuentran productos de cine fresco, joven, que rezuma interés aunque no
alcance en algunas ocasiones la técnica de moda ni se exhiba en salas
comerciales.
El cine sigue vivo. Es osado
predecir que ya no se harán películas de calidad. Los tiempos cambian pero
aportan nuevos aires, nuevos medios, ideas frescas, problemas diferentes,
que azuzan al elemento creativo que tiene el cine a buscar caminos
diferentes. Los años decantarán los productos que merezcan pasar a la
historia del cine. Si vuelve la alegría a los productores, se arriesgará el
dinero con mejor fortuna y habrá menos miedo a crear obras de arte aunque el
beneficio comercial sea menor. De momento, disfrutemos, critiquemos y
aprendamos con lo que tenemos.
Enseñando
a ver cine
La
motivación hacia el cine se genera fundamentalmente viendo cine. Algunos
puristas –los he conocido–, intentan hacer entrar a niños y adolescentes por
lo que ellos llaman «buen cine». Si aplicamos al aprendizaje del cine los
principios fundamentales de la didáctica, debiéramos tener en cuenta que
todo se aprende desde el principio. Desde que el niño nace, ya en la
familia, es conveniente que esté cerca del cine, ya sea en la tele o
acudiendo a salas cinematográficas con sus padres.
Como en todo
proceso de aprendizaje se accede mejor al conocimiento yendo de lo conocido
a lo desconocido. Las aventuras y la fantasía están más cerca del niño.
Como todo
aprendizaje, el del cine necesita de experiencias, de afectos, de
motivaciones, de reiteración de hechos, de personas que contagien el
entusiasmo y de productos de calidad, entretenidos y lúdicos. Nos
introducimos en el cine, como en todo lo que es cultural de una manera
fundamentalmente inconsciente, pues como todo proceso de aprendizaje,
necesita de esquemas de comportamiento en los que prime la significación, la
diversión, la didáctica, la introducción lenta y serena, la repetición de
comportamientos y la satisfacción por los logros conseguidos.
El
cine es drama humano
El
fundamento de la narrativa cinematográfica está en dar a conocer situaciones
humanas. Al cine le interesa algo más que las realidades que muestra un
documental. Al cine le interesa «el drama humano», algo que le pasa a
alguien, con argumento. La ficción debe responder a los caracteres que tiene
forzosamente la vida humana. El cine se adentra, inventa, reproduce o
investiga sobre la vida humana y sus conflictos, acerca de los odios y los
amores de las personas, analizando con detenimiento los mecanismos que
mueven a la especie humana. El cine contribuye al conocimiento de las
personas, porque si hay un elemento diferenciador que determina la actitud
ética de un cineasta ante el relato cinematográfico, éste es la mirada, el
punto de vista que adopta y desde el cual cuenta la historia.
El cine es un
rico entreverado de situaciones
En la
didáctica de la transversalidad, cualquier medio de comunicación, y en
concreto el cine, se hacen necesarios, al aglutinar elementos de difícil
cohesión en otras situaciones y circunstancias.
El cine
posee una historia ligada íntimamente al último siglo. Es arte y técnica,
lenguaje e imagen, documento y diversión, fantasía y realidad. El cine es
además cantera inagotable de relatos y de temas, de creatividad y de
estética cultural.
El cine es
fuente riquísima de información y de cultura, que permite entrar realmente
en el estudio de nuestra sociedad y en el de otras realidades culturales
cercanas o lejanas. Cuando el cine comenzó, los primeros espectadores tenían
la posibilidad de ver París, Roma o Tokio sin moverse de una butaca. Hoy,
nuestros niños y adolescentes, y nosotros mismos, llenos de imágenes,
saciados de información, no necesitamos tanto. Por esta misma razón es cada
día más importante realizar nuevas lecturas de la imagen, darle nuevos
valores e interpretaciones y enfrentarlas con ojo crítico.
Cada día se
realizan más esfuerzos por presentar al espectador imágenes, ideas,
sentimientos y opiniones que causen impacto a la cultura de finales de este
siglo. La tecnología de la imagen hace posible hoy recrear situaciones e
historias impensables hace pocos años. Estamos acostumbrados a ver la
televisión, y algunas espantosas catástrofes en directo. Por ello pedimos al
cine cada vez mayor verismo e inmediatez.
El cine ha
hecho incursión en todas las materias y ciencias y se ha valido así mismo de
todas ellas para sobrevivir y crear. Por esta razón es de relativa facilidad
su utilización como elemento de búsqueda de problemas humanos y de análisis
de los comportamientos ficticios o reales de otras personas, con el fin de
general un análisis de los propios.
La
orientación humana a partir del cine
Lo que se
puede realizar con el cine en las aulas no cabe la menor duda de que está en
relación con las aspiraciones de cada grupo de alumnos y tiene mucho que ver
con el nivel de los mismos. Es conveniente integrar el cine, la imagen en
movimiento, en las actividades de clase en todos los niveles, pero es de
fundamental importancia tenerlo en cuenta en la enseñanza para adolescentes
y en los niveles educativos superiores para los más pequeños. No es un juego
solamente ni un mero entretenimiento, ya que el cine se ha infiltrado, sobre
todo a través de la televisión, en nuestra forma de vivir, y no nos podemos
permitir el lujo de dejar de utilizarlo en las aulas.
El valor de la
sensibilidad
Ver cine
asiduamente, aplicando la capacidad de observación, disfrutando del
espectáculo así como de los argumentos, la actuación de los actores y las
mil y una formas de comunicación que un film entraña, beneficia la
adquisición y perfeccionamiento de las capacidades perceptivas y por lo
tanto los instrumentos de codificación, asimilación y recuperación de los
conocimientos, potenciando el pensamiento crítico. El sentido de lo
artístico es permanente, y como tal debe potenciarse permanentemente, es
decir en todo momento y nivel del sistema educativo. No se puede dudar de
que determinadas actitudes, sobre todo ligadas a la mayor percepción
sensorial, se dan desde el nacimiento. Aún dichas actitudes se aprenden o se
perfeccionan, y quien nace con facultades sensitivas excepcionales, si no
las practica ni las desea perfeccionar, las deteriora o las pierde.
Es por ello
por lo que todo el sistema educativo, desde los más pequeños hasta la
Universidad, debe plantearse consciente y eficazmente la promoción de la
sensibilidad en sus diversas formas, con el fin de aportar a los alumnos los
instrumentos necesarios para crecer en lo artístico y en lo creativo. El
cine aporta elementos sensibles. Su carácter eminentemente visual y sonoro,
su disposición para relatar de manera diferente al relato oral, la mezcla de
situaciones y los procedimientos para contarlas lo convierten en un
componente de importancia necesario para percibir y agilizar los mecanismos
de la percepción.
La
sensibilización es el primer eslabón del aprendizaje y sin ella es imposible
llegar a niveles más altos del mismo. Podemos ser sensibles a determinados
estímulos y no a otros. Es un problema de intencionalidad que se puede
estudiar con el fin de promover en los alumnos actividades mediante las
cuales pueden aprender a apreciar situaciones para las que antes eran poco o
nada sensibles.
El valor de la
creatividad
La cantidad,
variedad y calidad de las imágenes cinematográficas, la abundancia de
contenidos y temas, la gran variación en los estímulos, provocan
inmejorables ocasiones de acrecentar la creatividad provocando la asociación
de ideas casi inmediata, las reflexiones, el recuerdo y la memorización de
datos, propicios para incrementar el bagaje cognoscitivo y por lo tanto para
relacionar y crear nuevas formas de pensamiento.
El ser
humano necesita para su subsistencia de la capacidad creativa. Son
necesarias la imaginación y el arte para hacer posible la integración del
pensamiento, no solamente en las actividades o conocimientos llamados
artísticos, sino también en las ciencias experimentales, en los
procedimientos heurísticos y en todos los métodos y técnicas necesarios para
una didáctica eficaz y actualizada. Se trata de redescubrir la verdad para
que el alumno repita en sí mismo los procesos creadores.
Inventamos
todos los días, ya que inventar es descubrir lo oculto, aunque ya esté
inventado por otros hace muchos años. El proceso de descubrir algo nuevo es
para el alumno un aprendizaje de condición indispensable para lograr sus
capacidades de investigación.
El valor de lo
cognoscitivo
Durante años
hemos criticado la excesiva acumulación de datos que obligábamos a acumular
a nuestros alumnos y, en muchos casos con buena intención, hemos pasado al
otro extremo, al de no dar ni un solo dato ni procurar apenas aprendizajes
de tipo cognoscitivo. El problema está en el procedimiento utilizado para
promover el aprendizaje y no en los mismos contenidos, en la mayoría de los
casos. El arte, y el desarrollo de la dimensión artística, necesita también
de multitud de conocimientos, ya sean históricos, lingüísticos o técnicos,
para poder expresarse. El sistema educativo debe proponer a los alumnos
dichos elementos.
El cine
presenta temas, nombres, situaciones, argumentos, dramas, contenidos,
diversión, filosofías y tendencias, ideas, datos históricos, vestuarios,
localizaciones y paisajes, que aumentan las capacidades cognitivas. El
alumno aprenderá en mayor medida técnicas poéticas, pictóricas, dramáticas o
musicales cuanto más las practique. La misión de la enseñanza es enseñar, es
decir, proponer alternativas variadas. El alumno debe experimentar, probar,
participar y sus conocimientos aumentarán haciendo posible así una mayor
globalización de conocimientos y por lo tanto un crecimiento de su síntesis
creativa.
Se cumplirán
así los objetivos más importantes de la educación de lo estético y
artístico, mediante la confección de obras de arte, y la contemplación
recreativa de las mismas y de otras realizadas por diversos artistas.
El
valor expresivo
La especie
humana debe aprender a exteriorizar sus sentimientos y emociones, a través
de variadas manifestaciones que componen el arte. El sentimiento se
materializa a través de la pintura, de la expresión corporal y de la
dramatización, de la poesía, de la expresión literaria, o de la música y de
toda su gama de posibilidades. En el perfeccionamiento de la expresión, en
la propuesta de nuevas alternativas, en el dar a conocer técnicas expresivas
y en el apoyo a la comunicación interpersonal debe intervenir todo el
sistema educativo.
El cine se expresa de manera
diferente a la poesía o al teatro, a la pintura y a la literatura, a la
fotografía y a la música, siendo sin embargo el conjunto de todas ellas y de
muchas más artes y disciplinas.
Los derechos
humanos en el cine
Imágenes,
noticias, fotografías, reportajes, películas, documentales y eslóganes nos
impactan jornada a jornada poniendo ante nuestros ojos la violación en todo
el mundo de los derechos fundamentales del ser humano. Pareciera que los
derechos no existen, sí las violaciones de los mismos. La noticia es o suele
ser precisamente ésa, la ruptura de las más elementales normas de
convivencia y solidaridad y no lo contrario. La solidaridad, salvo cuando
las situaciones llevan a límites terribles, no genera noticias.
Uno de los
últimos premios «Goya» al mejor cortometraje documental se lo llevó una
película de Silvia Munt, Lalia, sobre la vida del pueblo saharaui en
los campos de refugiados en Argelia. En infinidad de ocasiones, ciertos
países del tercer mundo nos sorprenden con la filmación de su existencia. A
veces son películas de muy buena calidad, realizadas con precariedad de
medios indiscutible, pero que no se exhiben en salas comerciales, por lo que
su difusión es mínima. Pueden ser proyectadas en la televisión en las
madrugadas de «la dos» o en cadenas de pago. Nos aportarían visiones muy
completas de la manera de vivir y dificultades de otros pueblos, etnias y
culturas, diferentes a la europea o norteamericana, que es el que continúa
dominando.
Veíamos hace
poco en un documental a occidentales que llegaron a tomar contacto con una
tribu amazónica y a los indígenas desconcertados ante la pregunta: ¿de quién
es esta tierra? La tierra no es de nadie en las antiguas culturas, todos la
defienden, y en ello radica la solidaridad. No existe el concepto de
propiedad de la tierra. Si entendiéramos la solidaridad como ellos,
evitaríamos la colonización sobre el medio-ambiente y nuestros patrones
culturales podrían ser más comunales.
La
importancia de analizar películas
El cine
aporta todos los pensamientos. Hace años que vi la película Padre padrone
(1997), italiana de Paolo y Vittorio Taviani. Desde entonces, cuando pude
hacerme con ella en vídeo, la utilizo con alumnos, mayores o menores, con el
fin de analizar la importancia de la educación, el esfuerzo para algunas
persona sde acceder a una escuela y la importancia del esfuerzo humano a
pesar de todas las dificultades. Es un película dura, con algunos pasajes
que algunos adultos han considerado escabrosos, y que hace unos años, la
primera vez que se pasó en televisión española causó más de un quebradero de
cabeza los directivos. Sin embargo es una historia tan real, que puede y
debe verse, más aún teniendo en cuenta que nuestros adolescentes ven
secuencias más duras y discutibles en cualquier serie juvenil de la tarde.
El film es una defensa de la escuela y de su necesidad, y un alegato contra
la dependencia absoluta, sea al padre o a la sociedad.
Padre
Padrone se basa en el
relato autobiográfico de Gavino Ledda, un joven pastor que se libera de la
tiranía de su padre, que lo arrancó de la escuela, hasta llegar a lingüista
y escritor, uno de los más conocidos de Italia. La película, siguiendo la
autobiografía de Ledda, presenta al hijo como un objeto posesivo del padre,
y la relación padre-maestro/hijo-esclavo. «Tu no eres el patrón de nadie»,
le dice furioso Gavino al padre. El comienzo de la película es una terrible
secuencia en que se muestra al padre entrando furioso en el aula de su hijo
y llevándoselo a la fuerza a la montaña para convertirlo en pastor. Es un
padre brutal que aterroriza a los otros niños de la clase y al profesor. A
los otros niños les dijo: «Hoy le ha tocado a Gavino, mañana os tocará a
vosotros».
Gavino estuvo en el monte hasta
los 18 años, en que dejó a su familia y el campo y se enroló en el ejército.
Allí estudió y se licenció como sargento experto en electrónica. En 1961
consiguió terminar la enseñanza media y entró en la universidad de Roma. Hoy
día es uno de los grandes lingüistas italianos, autor de numerosos textos
sobre literatura y lenguaje..
La película
abre una puerta a la reflexión. Los hechos son universales, se dan en todos
los lugares, con mayor o menor fuerza. La película puede servir de base para
realizar un repaso reflexivo sobre la amistad, el conocimiento, el rechazo
de la injusticia, el derecho a la educación y los factores que lo
dificultan. El conflicto entre Gavino y su padre es el pretexto para un
cuadro de alcances más amplios: el silencio, la falta de educación, la
dependencia... no son temas que se circunscriban a un personaje, y ni
siquiera a un lugar determinado del mundo, esa Cerdeña donde transcurre la
acción de esta película.
Se puede
reflexionar sobre el derecho a la educación, la necesidad de la formación de
cara a la socialización y a la búsqueda de un trabajo, el maltrato de padres
a hijos, la dependencia de muchos niños de padres y maestros, la posibilidad
de salvar las barreras con otras oportunidades, la educación de adultos...
El valor de
aprender de los otros
Todos
aprendemos de todos. Un axioma repetido con frecuencia en la nueva pedagogía
se puede analizar en estas dos películas. Los cambios que se producen en los
alumnos ya los analizaba la educación tradicional. Los cambios que se
producen en los profesores, cada vez se van valorando más.
Una película
pudiera ser Educando a Rita (Educating Rita) realizada en 1983 por
Lewis Gilbert. Reflexión sobre la educación mutua entre alumnos y
profesores. En Educando a Rita, el profesor, un personaje anárquico y
borrachín, que se salta todos los esquemas y convenciones universitarias,
vuelve a ellas debido a las enseñanzas de una joven de barrio con poca
cultura pero con unos deseos obsesivos de cambiar, de ser otra persona. La
película entera es un canto a la libertad en la educación y un recorrido por
la dependencia que cada uno de los protagonistas tiene de sus criterios y
experiencias. En los últimos momentos de la película se nos permite adivinar
que tanto la alumna como el profesor se han ayudado a cambiar mutuamente y
se han liberado. Los dos personajes, sin pretenderlo, se ayudan mutuamente:
la joven, de pocos estudios, y con el único interés de completar su
educación para adquirir un título y disponer de un mayor status social,
encuentra a un profesor que le enseña a valorarse a sí misma por lo que es y
no solamente por lo que puede aprender. Esta nueva perspectiva creará
tensión en el matrimonio de la joven. El profesor, que tiene a su vez
problemas con la bebida y de identidad personal y profesional, descubre en
las actitudes y comportamientos de Rita, pautas para encontrar su camino.
En El
indomable Will Hunting (Good Will Hunting) realizada en 1998 por Gus Van
Sant, Will Hunting es un joven-prodigio autodidacta que trabaja en los
servicios de limpieza de un Instituto. Un profesor de matemáticas descubre
sus portentosas facultades e intenta que reconduzca su vida al mismo tiempo
que le incita a manifestar sus habilidades en su propio beneficio. Tras
pagar una fianza para que salga de la cárcel, el profesor consigue que
acepte el tratamiento de un psicólogo (Robin Williams) con el que entablará
un profunda relación. Al mismo tiempo se enamorará de una joven y la
relación con sus amigos, especialmente con uno de ellos, sufrirá una ligera
transformación. Tras muchos enfrentamientos, el joven y el psicólogo, ven
cambiadas sus vidas a partir del aprendizaje mutuo. Otra película que cuenta
varias historias, en las que todos aprenden de todos, trasvasando
información, valores y comportamientos.
Analizar
esta película es valorar las figuras de los profesores, de los alumnos, de
la novia, de los amigos, apreciando los cambios que se van produciendo en
las conductas de cada uno durante el desarrollo del relato.
El profesor
comprometido con el entorno
La lengua
de las mariposas,
realizada en España en 1999 por José Luis Cuerda, sobre un guión de Rafael
Azcona, es otra película de actualidad que permite un análisis interesante
de situaciones que tienen que ver con la educación. La base está en un poema
de Antonio Machado y a sus explicaciones sobre el lenguaje de las mariposas.
Un maestro de ideas republicanas enseña en un pueblecito perdido, en los
albores de lo que sería la trágica Guerra Civil Española. La película
plantea, como muchas otras, esa especial relación que une a un adulto y a un
menor, Don Gregorio -Fernando Fernán Gómez– maestro ya viejo, y su alumno,
Moncho –Manuel Lozano– el niño que gusta de aprender y descubrir. El
maestro, con sus buenas artes, se esfuerza por entrar en un mundo en el que
aporta sus experiencia como maestro y sus ideas como republicano. Su trabajo
se sintetiza en la última secuencia, en el rostro anonadado de frustración
del maestro al ver al alumno que le lanza piedras cuando, detenido por los
falangistas, es llevado probablemente ante el pelotón de ejecución. Don
Gregorio enseña a Moncho con dedicación y paciencia toda su sabiduría en
cuanto a los conocimientos, la literatura, la ética, los comportamientos, la
naturaleza y la relación con las chicas. Sin embargo el trasfondo político
marca toda la historia. La política y la guerra se interponen entre las
personas y desembocan, indefectiblemente, en la tragedia.
El análisis
de esta película es necesario para docentes, ya que plantea la iniciación a
la cultura, la dificultad en la transmisión de los mensajes que tienen que
ver con los valores, al mismo tiempo que su responsabilidad e implicación en
la sociedad en la que viven. Lo que lleva tiempo y esfuerzo en trasmitir se
puede trastocar en cuestión de segundos.
Una
interesante película francesa, Hoy empieza todo, de 1999, dirigida
por Bertrand Tavernier presenta a un profesor de la escuela infantil,
Daniel, comprometido con los problemas de un pequeño pueblo del norte de
Francia, en el que un 30% de los 7.000 habitantes está en paro a causa de la
crisis de la minería. Un día, la madre de una de las alumnas, llega borracha
a la escuela, sufre un colapso y deja allí a su bebé y a su hija de cinco
años. El profesor decide tomar cartas en el asunto, y solicita la ayuda de
la comunidad y de los padres de sus alumnos. Su trabajo como docente será
cuestionado.
Sugerencias Didácticas
Se
proponen varias películas cada una de ellas relacionada con la
violación y/o defensa de unos derechos de las personas. Dar pautas
para la búsqueda de ideas, el inicio de vías de investigación y, si
es posible, la elaboración de un dossier completo sobre los Derechos
Humanos.
Una
actividad posible para los mayores es la filmación de un
cortometraje o spot publicitario en el que se proponga un mensaje de
defensa de alguno de los derechos humanos.
Un
lugar en el mundo (1991), de Aristaráin, sobre el derecho a luchar
por la tierra y a manifestarse en conciencia.
Pena
de muerte (1995), De Tim Robins, sobre el derecho a la vida y la
lucha contra la pena de muerte.
La
lista de Schindler (1993), de Spielberg, sobre el derecho a un trato
digno, la denuncia del genocidio y la valoración del riesgo en la
defensa de la vida..
Bwana (1996), de Imanol Uribe. El derecho a la igualdad de las
etnias y a un trato justo y digno a emigrantes y minorías.
El
color púrpura (1985), de Spielberg, sobre los derechos de la mujer,
sobre todo a un trato digno y a la educación.
Amistad, 1997, de Steven Spielberg, sobre el tráfico de esclavos.
El
expreso de medianoche (Midnight express 1978), de Alan Parker, sobre
el trato en las cárceles turcas.
Garage Olimpo, 1999, de Marco Bechis, sobre torturas en la represión
argentina.
La
historia oficial, 1985, de Luis Puenzo, sobre niños desaparecidos en
Argentina.
La
milla verde (The green mile), 1999, de Frank Darabont, el trato en
el corredor de la muerte, en Estados Unidos.
La
vendedora de rosas, 1998, de Víctor Gaviria, sobre la vida de los
niños de la calle en Colombia.
Saïd,
1998, de Lorenzo Soler, la vida de los emigrantes marroquíes en
Barcelona.
Welcome to Sarajevo, 1997, de Michael Winter Bottom, odio racial en
Los Balcanes.
Flores de otro mundo, 1999, de Iciar Bollain, sobre la acogida de
trabajadoras emigrantes en un pueblo español. |
Bibliografía
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E.
(1995): «La manipulación de la imagen en vídeo, esencial para transmitir
el mensaje didáctico», en Hoy ya es mañana, Tecnologías y Educación:
Un diálogo necesario. Publicaciones M.C.E.P., Cuadernos de cooperación
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