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El autor presenta el cine, la imagen en movimiento, como elemento
imprescindible para conocer, asumir, analizar y profundizar en los valores
que pretende la sociedad actual. Lo plantea desde una perspectiva filosófica
y ética sin olvidar la relación que en el cine se da entre técnica, estética
, comunicación y pensamiento. La propuesta se hace desde el primer momento
para que el profesor utilice el cine en las aulas como elemento didáctico,
pero sobre todo como instrumento de análisis del fenómeno humano y su
relación con los comportamientos y valores.
"Este ojo extrahumano nos traerá la verdad. Ve más profundamente que
nosotros. Más grande, más pequeño, más deprisa, más despacio. Lo han
prostituído haciéndole ver como nosotros pensamos. Pero yo lo dejo solo,
libre, y él me trae lo que ve con precisión matemática. Verá usted las cosas
de una manera distinta, con nuestro sexto sentido"
De la película "El Sexto sentido" (1928), española, muda, dirigida por
Sobrevila.
"El
cine no tiene nada que ver con el teatro; los que lo creen se equivocan. Es
absolutamente original. En “La quimera del oro”, destrozo un cojín; las
plumas bailan, blancas, en la pantalla negra. En el teatro tal efecto sería
imposible de obtener. Por lo demás, ¿qué habría añadido de vivacidad la
palabra a esta escena?. El arte cinematográfico se parece más a la música
que cualquier otro. Cuanto más trabajo, más me sorprenden sus posibilidades
y más convencido estoy de que aún no conocemos nada de él."
(Charles Chaplin, julio 1929)
1. La verdad y el engaño de las sábanas blancas.
1.1.
La
leyenda de Laertes.
Cuenta la leyenda que Laertes, hijo de Príamo y de Artemisa, defendía
Atenas, durante la regencia de Pitaco de Mitilene, contra la incursión de
los Lacios. Observando la superioridad numérica de estos, y sospechando un
ataque nocturno, se le ocurrió una ingeniosa idea: utilizando las antorchas
que en el Partenón iluminaban la estatua de Venus, y recogiendo por la
ciudad de Atenas todas las sábanas de lino que encontró, hizo una especie de
pantalla que circunvalaba la Acrópolis. Colocó unos cuantos soldados y
varias antorchas por cada uno. Al moverse los soldados ante las antorchas se
creó un efecto visual de tal fuerza, que los defensores parecieron a los
asaltantes muchos más que los reales. Las sombras multiplicadas engañaron a
los Lacios, no se atrevieron a atacar y se logró que Atenas no fuera
destruida durante la noche. Al día siguiente, tras llegar los refuerzos que
esperaba, Laertes consiguió la victoria. Moraleja de la leyenda: Con buenas
dosis de ingenio, antorchas y unos trapos puedes engañar a tus amigos y
enemigos.
Como yo les he engañado, a ustedes, tal vez, con este cuento: El monumental
cuento, que no leyenda, que les he contado. Si algún lector no se ha dado
cuenta de la patraña que les he metido es porque estamos acostumbrados a
creernos absolutamente todo.
Les refiero lo más patente y grueso del engaño:
Los Lacios nunca cercaron Atenas. Los pobres Lacios fueron antecesores
primigenios de los romanos y, que se sepa, nunca invadieron ni siquiera las
costas de Grecia. Laertes, que exista constancia, nunca estuvo en Atenas;
fue rey de Ítaca y padre de Ulises. A Príamo se le considera como el último
rey de Troya, es decir, enemigo de los griegos; las Artemisas (ya que
fueron dos las famosas), reinaron en Halicarnaso. La segunda se desposó con
Mausolo, el del famoso panteón. Pitaco de Mitilene, sí vivió en Atenas, pero
como legislador y filósofo, no como regente, en el siglo VI a. C., y no pudo
conocer el Partenón, ya que este se construyó alrededor del quinientos antes
de Cristo, es decir, cinco siglos y medio después; el Partenón, estaba
dedicado a Atenea y no a Venus. Para que se fíen ustedes de los autores de
artículos. ¿Laertes engañó a los Lacios como les he engañado yo a ustedes?.
Espero que no. Algún erudito se habrá dado cuenta inmediatamente del camelo.
¿O no?.
El cine es fantasía y ficción, ilusión y quimera, sueño y visión, artificio
y realidad. Sus resultados pueden plantear problemas y cuestiones, cambiar
conductas, puede establecer controversias y originar mensajes. El cine,
como el cuento que he intentado hacerles tragar a ustedes, también, además
de sábanas y luces, puede tener moralejas.
El cine se nutre para sus historias de la realidad o de la fantasía, e
indiscutiblemente del pensamiento. Mi ficción, por ejemplo, puede tener su
base en otra realidad u otra leyenda, o haber recurrido a una historia
parcialmente existente. En Argentina, sin ir más lejos, se tiene por cierto
que Lavalle, general rebelde a la corona española, rodeado en cierta ocasión
por los realistas, y viéndose perdido dada su inferioridad numérica, vistió
de noche los cactus de la zona con los uniformes de los soldados, y puso
pies en polvorosa mientras sus enemigos, confundidos, creyendo que eran
infinidad de soldados de verdad no se atrevieron a atacar. En la madrugada,
cuando se dieron cuenta, los sitiados tenía ya una noche y muchos kilómetros
de ventaja por medio. El Cid también, según la leyenda, y gracias al engaño,
ganó batallas después de muerto.
Esta invención mía sobre Laertes y el Partenón, hubiera podido ser el guión
de una película, y seguramente nos la hubiéramos tragado, sobre todo con
unos cuantos efectos especiales de categoría. Además, entre las sábanas, las
antorchas y las sombras chinescas, el cuento chino (por lo de chinescas) nos
da pie para hablar del cine y de las imágenes, siempre intencionadamente
falsas pero no por ello menos importantes en su propósito.
1.2.
De la
ilusión y el anacronismo al pensamiento.
Charles Chaplin podía contar en el cine historias que el teatro no le
permitía. Esto se deba a la fuerza y versatilidad de las imágenes, a la
capacidad de trucar, de superponer; en definitiva, de engañar, de crear el
espectáculo y la ilusión que posee la imagen filmada. Así podía trasmitir
sus mensajes.
En la película “Cleopatra”, sus exteriores fueron rodados en Almería,
podemos descubrir cómo el interior de un palacio romano en Egipto, se
convierte en su exterior en la Alcazaba de Almería, mitad musulmana mitad
cristiana. De un paso se han saltado trece siglos. Ocurrió más o menos con
el castillo de Peñíscola en el Cid, o la ambientación medio gótica,
bizantina, renacentista que Pasolini le da a su “Evangelio según San Mateo”.
El cine es así, porque lo que importa a muchos directores es la historia, el
núcleo temático, la diversión y el espectáculo. Les preocupa menos el
anacronismo o la afinidad con la realidad, que la obra de arte, el
espectáculo o la transmisión de determinado mensaje. En la mayoría de los
casos hay que ser muy entendido y sagaz para descubrir los cuentos, las
trapacerías, los embaucamientos y los engaños con los que nos seduce el
cine.
El poder de fascinación que tiene, es el que potencia el mensaje que sus
imágenes esconden. El cine juega admirablemente con la verdad y la mentira.
La terrible y apasionante escena de la escalera de Odessa, en “El Acorazado
Potemkim”, de Eisenstein, es una secuencia falsa llena de planos verdaderos.
Una masacre así no pudo durar casi diez minutos en la realidad. Para mostrar
didácticamente a los espectadores la terrible secuencia, el director debe
ralentizar, retener, recrearse, engañar, para testimoniar eficazmente lo que
significa la violencia del poder armado contra ciudadanos desarmados. Si
además, lo sabemos por la historia, esa matanza nunca ocurrió en Odessa, más
nos incita a la reflexión el poder de la historia, aunque sea falsa en este
caso, pero que ha hecho correr ríos de tinta y horas de controversia sobre
la violencia contra las masas. Porque estos hechos, aunque no ocurrieran en
Odessa han sucedido de forma similar y siguen ocurriendo en otros lugares
del mundo. A Eisenstein le cautivó la plástica de la imagen de la escalera,
las luces y las sombras, el movimiento de las masas, y lo utilizó para
presentar el mensaje que deseaba. Como dato, quiero destacar que el resto de
la historia, como en la mayoría de los casos, es casi cierta. Existió
realmente el motín del Acorazado Potemkim, pero la historia no acabó bien:
Los marinos fueron apresados poco después en Ucrania por la armada del Zar y
condenados a muerte.
2.
Un
poeta de Almería nos cuenta cosas sobre el primer plano de un malvado y
Charlot el vagabundo.
Cuenta Julio Alfredo Egea, poeta de Almería, en una de sus maravillosas
prosas, de cuando era pequeño. Estaba en el cine, en su pueblo, con sábana
de verdad y proyector ruidoso. Veían una película de Charlot, perseguido
como casi siempre por un hombrachón mal encarado, de cejas intensamente
pobladas de maquillaje para dar sensación de mayor maldad. Los pequeños
estaban de parte de Charlot, el buen hombrecillo, y temían por su suerte. El
malvado le estaba alcanzando. De pronto, fuera de la sala de cine, en las
calles del pueblo se oyeron unos gritos. Algo importante pasaba. El operador
cinematográfico paró la película. La imagen se congeló ante los niños en un
primer plano de las facciones del grandullón con cara de odiosa furia. Esa
es la representación que durante años ha quedado a Julio Alfredo Egea.
Aquella noche era la del 18 de julio de 1936, y en las calles del pueblo ya
se mascaba el comienzo trágico de la guerra civil. La imagen congelada del
odio en una película cómica sirvió a una persona sensible como punto de
referencia reflexiva durante toda su vida.
3.
El engaño de la realidad o la realidad de la ficción.
“Esto ha dado extraordinaria vitalidad y fecundidad al cine, capaz de
aliviar la pesadumbre de la vida real, liberar al hombre hacia espacios
imaginarios, permitirle volverse a situaciones irreales a la vez que le
presenta realidades inaccesibles. No olvidemos que las verdaderas raíces del
cine se encuentran en su fabulosa capacidad de representación y recreación
de la vida humana.”
(Julián Marías, en su discurso de ingreso a la Academia de Bellas Artes de
San Fernando).
El cine es instrumento imprescindible para analizar la vida humana, valores
y contravalores. La multiplicidad de significados del cine, las
posibilidades de truco que da la imagen cinematográfica, convierte al
séptimo arte en un material didáctico impresionante. La imagen, tan
importante en la comunicación, es convertida por el cine en irreemplazable
medio de transmisión, de estudio, de investigación, de análisis y de
participación en las aulas. En todas las áreas de estudio, y en cualquiera
de los niveles de la enseñanza, se hace necesario el uso del cine como
apoyo, complemento o instrumento de trabajo. La transversalidad se hace
imposible sin contar con él, complementado con otros medios, dado el papel
que tiene en la sociedad como generador de opinión e integrador de cultura.
“La
influencia cultural determina el repertorio afectivo de una sociedad.
Proporciona un repertorio de significados, expectativas, metas, intereses y
valores. Cada cultura describe un mundo peculiar, que es el resultado de sus
preferencias, e intenta que cada uno de sus miembros se amolde afectivamente
al paisaje construido.”
(Marina)
No hay objeto de estudio que no haya sido alguna vez expuesto en algún medio
de comunicación, ni medio de comunicación que con mejor o peor fortuna, con
seriedad o superficialmente, no haya tratado los contenidos más importantes
que tienen que ver con todos los ramos del saber, del arte y de la ciencia.
Si la imagen en movimiento determina en gran medida la cultura de un pueblo,
dada la gran incidencia que tiene como impacto, el cine, sea visto en salas
cinematográficas, en vídeo o en televisión, marca profundamente el
repertorio afectivo de una sociedad, de los individuos, y por lo tanto de
los valores que la hacen reaccionar.
El cine, nuevo arte y tecnología del siglo XX, compendia todos los elementos
de la comunicación, convirtiéndose en elemento indispensable, tanto como
recurso didáctico como fundamento educativo para llegar a la investigación,
clave metodológica de los nuevos diseños curriculares y actividad
fundamental en la Universidad.
El cine se convierte en ojo fiel y memoria crítica de los hechos del siglo
XX. Las películas reflejan situaciones, modos de vivir y de sentir, que
convierten el celuloide en documental de una época determinada. Las
películas realizadas desde el nacimiento del séptimo arte, con temática y
localización en este siglo, determinan una forma de ver la realidad en cada
momento, se adecuan a las formas, filosofías y maneras de pensar de cada
tiempo y son, de alguna forma, los cronistas que nos permiten conocer cómo
han ocurrido los hechos de los últimos cien años. Es impensable entender lo
que ocurrió y cómo se vivía en la Europa de la posguerra sin ver películas
como "Ladrón de bicicletas", o "Los cuatrocientos golpes". Podemos conocer
la ideología dominante en la España del posfranquismo viendo películas de la
época. “Raza”, película cuyo guión realizó el mismo Franco con seudónimo de
J. de Andrade, es de vital importancia para conocer los valores en los que
nos movimos varias generaciones de españoles.
De la misma forma podemos entender la propaganda de Hitler, la entrada de
los norteamericanos en la segunda guerra mundial, la revolución rusa
(Octubre de Eisenstein), las filosofías existencialistas, la vida social
norteamericana, japonesa, vietnamita o británica, etc.
En cuanto a documentales, el siglo XX lo ha filmado casi todo. Desde la vida
de los esquimales en el primer cuarto de siglo -Nanuk el esquimal, de
Flaherty- a los que realiza la National Geographic, la NASA, y multitud de
organismos, empresas y Organizaciones no gubernamentales en la actualidad.
El llamado "cine de época", intenta rememorar épocas y episodios,
pensamientos y sucesos, que pueden también ser analizados y cotejados con lo
que se conoce desde otro tipo de documentos. Nada hay que descartar, ya que
en cine, todo se puede y debe debatir y cuestionar. La labor del profesor
será orientar los trabajos para que sean eficaces en orden a la adecuación
de currículum, contenidos y métodos de trabajo. Las obras cinematográficas
basadas en W. Shakespeare, que han tenido generalmente muy buena fortuna en
sus adaptaciones, pueden ser cantera inagotable no solamente para el estudio
de la historia, lengua y literatura, idioma inglés, etc., sino también para
analizar valores o contravalores como la amistad, los celos (Otelo), la
ambición por el poder (Ricardo III), o los entresijos de la política
(Enrique V).
4. Cine, televisión y vídeo
Es difícil descubrir un solo tema o núcleo de contenidos que no esté tratado
de alguna forma en el cine. Siempre es posible encontrar películas o
documentales, que permitan su utilización como punto de partida en un
debate, o como rasgo, dato o documento en una investigación o estudio.
Sin embargo, el cine como tal, es decir el cine cuyo soporte material se
basa en el celuloide es cada vez más difícil de utilizar, dada la dificultad
y coste económico que entraña la búsqueda de proyectores, operadores y
películas. Al mismo tiempo cada vez se hace más fácil y eficaz la tecnología
que nos permite ver el cine a través del vídeo o la televisión. Por esta
razón en esta comunicación, siempre que se hable de cine, se entenderá que
indistintamente podemos estar relacionándolo con su sucedáneo el vídeo, y en
un futuro inmediato con cualquier otro soporte adecuado, como el CD-ROM, que
sustituirá y superará al vídeo en breve.
En vídeo se ha publicado casi todo lo que en el cine hay de importante.
Podemos analizar la infancia marginada con “El Chico”, de Charles Chaplin,
la educación con “El pequeño Salvaje” de Truffaut, los valores por los que
se mueve determinado tipo de juventud por “Historias del Kronen”, de
Armendariz, o la dureza de la familia, la educación y la superación personal
en “Padre Padrone”, de los hermanos Taviani. Podríamos citar cientos de
films de todas las épocas, algunos que se están estrenando actualmente, en
los que la historia que se cuenta y las imágenes que la sustentan se
confunden en un maremagnum de estética, ideas, arte y contenidos.
5.
La vida humana, el cine, y el principio de la investigación en las aulas
“…lo que al cine interesa, mucho más que las realidades que muestra un
documental, es un drama humano, algo que le pasa a alguien, con argumento;
ficción con los caracteres que tiene forzosamente la vida humana.”.(Julián
Marías)
La imagen en movimiento, sus mensajes, sus ideas técnicas y sus contenidos
son elementos de indiscutible valor y de indispensable estudio en las aulas.
Es una de las estrategias interdisciplinares por excelencia, vía para lograr
la transversalidad, y al mismo tiempo base y fundamento de análisis y
estudio de cualquiera de las áreas de un programa de trabajo. El cine
refleja la totalidad, pues su fundamento es contar dramas humanos con
tecnologías y lenguajes diversos a los tradicionales. El cine, como comenta
MacLuhan en “El aula sin muros”, complementa conocimientos, integra ideas y
lenguajes. El cine puede hacer comprender mejor una obra de teatro, un drama
escrito, y al mismo tiempo puede incitar a leer la obra literaria que ha
servido de base al film.
El cine es el gran desconocido por demasiado cercano. En los primeros años
de su historia se proyectaban las películas en barracas de feria; por ello
era rechazado por la gente "culta". Más tarde se hicieron cargo de él los
intelectuales, descubriendo las posibilidades artísticas y culturales, y
desarrollando el pensamiento cinematográfico. En el cine lo poseemos todo:
el espectáculo, la aventura, el arte y el razonamiento. tenemos dónde
elegir, pero hay que entrar en él con seriedad, con investigación y con
esfuerzo, ya que aporta a la cultura unas formas de comunicación y de
lenguaje que de otra manera y por otros caminos sería imposible conocer y
aplicar en las aulas.
Aún así, los primeros tiempos del cine sirven para analizar toda aquella
vida que se apreciaba desde diversas ópticas tras el ojo de la cámara, esa
cámara que presenta las cosas con otra visión. En “El sexto sentido”, de
Sobrevila, la cámara ve la realidad de modo diverso al del ojo humano, que
hay detalles o situaciones que no puede apreciar. El cine nos introduce
tanto en la pequeñez de los elementos, convirtiéndolos en importantes como
en los inconmensurables espacios transformándolos en accesibles y
entrañables.
La tecnología puesta al servicio del mensaje, ha metamorfoseado al cine, lo
ha hecho ineludible para conocer filosofías, pensamientos, historias,
lugares, modos de vida y costumbres.
6.
Un pequeño lugar en la oscuridad que abre muchos mundos
“Podríamos decir que el mundo, el mundo real, se ha ido acercando a lo que
antes había sido el mundo cinematográfico, de manera que vivimos la realidad
con ojos que han sido adiestrados para ello por el cine. El mundo real
termina en la pantalla, y en ella empiezan mundos imaginarios; pero podemos
considerarla también como una ventana por la cual podemos ver posibilidades
de nuestra propia vida y una manera nueva de estar en el mundo.”
(Julián Marías)
En la didáctica de la transversalidad, cualquier medio de comunicación, y en
concreto el cine, se hacen necesarios, al aglutinar elementos de difícil
cohesión en otras situaciones y circunstancias.
El cine posee una historia ligada íntimamente al ultimo siglo. Es arte y
técnica, lenguaje e imagen, documento y diversión, fantasía y realidad. El
cine es además cantera inagotable de relatos y de temas, de creatividad y de
estética cultural.
El cine es fuente de información y de cultura, que permite entrar realmente
en el estudio de nuestra sociedad y en el de otras realidades culturales
cercanas o lejanas. Cuando el cine comenzó, los primeros espectadores tenían
la posibilidad de ver París, Roma o Tokio sin moverse de una butaca. Hoy
nuestros niños y adolescentes, y nosotros mismos, llenos de imágenes,
saciados de información, no necesitamos tanto. Por esta misma razón es cada
día más importante realizar nuevas lecturas de la imagen, darle nuevos
valores e interpretaciones, enfrentarlas con ojo crítico. Por otra parte,
cada día se realizan más esfuerzos por presentar al espectador imágenes,
ideas, sentimientos y opiniones que causen impacto a la cultura de finales
de este siglo. La tecnología de la imagen hace posible hoy recrear
situaciones e historias impensables hace pocos años.
El cine ha hecho incursión en todas las materias y ciencias y se ha valido
así mismo de todas ellas para sobrevivir y crear. Por esta razón es de
relativa facilidad su utilización como elemento transversal del aprendizaje.
7. La magia de la imagen en movimiento integra todos los niveles de la
educación
Lo que se puede realizar con el cine en las aulas no cabe la menor duda de
que está en relación con las aspiraciones de cada grupo de alumnos y que
tiene mucho que ver con el nivel de los mismos. Es conveniente integrar el
cine, la imagen en movimiento, en las actividades de clase en todos los
niveles, pero es de fundamental importancia tenerlo en cuenta en todas las
enseñanzas medias y en los niveles superiores de la enseñanza primaria. No
es solamente un juego o un mero entretenimiento, ya que el cine se ha
infiltrado, sobre todo a través de la televisión, en nuestra forma de vivir,
y no nos podemos permitir el lujo de dejar de utilizarlo en las aulas. El
profesor responsable de formar - educar -, debe aprender a "coger el toro
por los cuernos", evitando la fácil y cómoda postura de tachar de infantil
la utilización del cine y otros medios de comunicación o de pensar que son
una pérdida de tiempo en detrimento de la "ciencia pura".
8. Los contenidos y valores que aporta el cine
Los contenidos que sobre cine se pueden llevar a las aulas pueden ser tan
variopintos y dispares como el mismo cine: La historia del cine es la
historia del siglo veinte; su base es la literatura, el comic, y otras
artes. Al mismo tiempo el cine aporta al comic, a la la literatura y a otras
artes lo que es inherente al cine, el movimiento, y otras formas de relatar
los hechos. Aporta el documental, técnicas, ambientación, procesos distintos
de trabajo, decorados, vestuario, producción, dirección, interpretación,
filmación, montaje y sonorización, doblaje y efectos sonoros, efectos
especiales y trucos. El cine aporta además contenidos, costumbres, ciencia y
tecnología, artes y pensamiento.
9.
Caperucita Roja. La estética de la ética.
Los valores, las ilusiones, los sentimientos y las opiniones, los presenta
el cine con un lenguaje propio y creativo. Las actitudes no se presentan de
la misma forma en el cine de los inicios, mudo, estrafalario en gestos, en
blanco y negro, que cuando llegan el sonido, el color, y las nuevas
técnicas. Cada época tiene sus propios recursos interpretativos,
transmisores de mensajes.
Una nota de color rojo en el vestido de una niña judía, en la película en
blanco y negro “La lista de Schindler”, de Spielberg provoca inmediatamente
preguntas al espectador. La estética se pone una vez más al servicio de la
transferencia de mensajes. La pregunta la contesta el mismo libro que sirve
de base a la novela: una de las niñas protagonistas de toda la historia, a
la que le gustaba vestir de rojo, y una decisión del director de respetar
plásticamente ese capricho de la pequeña judía. Sin embargo nadie está
imposibilitado de hacer elucubraciones por su cuenta. En esa escena, en el
color rojo de caperucita, como llamaban a la niña sus familiares hay quién
ha visto el deseo de libertad de un pueblo, que a pesar del llamativo color
no es visto por los nazis, la libertad, la pureza de la infancia en medio de
la infinita tragedia de unas gentes perseguidas. Y es que el cine, como toda
obra de arte, una vez que sale de las manos del autor su interpretación es
de dominio público; la subjetividad, el fenómeno humano, prima sobre todas
las demás consideraciones
Aunque depende fundamentalmente del nivel de alumnos con el que se trabaja
los procedimientos que pueden utilizarse deben iniciarse desde la visión del
mismo cine, aplicando las técnicas que el lenguaje cinematográfico nos
aporta para presentar de forma diferente los mensajes.
En las aulas se pueden realizar muchas actividades para conocer la estética
del cine. A partir de ver algunas películas de los primeros tiempos, es
conveniente investigar sobre el cine, su nacimiento, las técnicas más
primitivas, su influencia en la historia del siglo, etc. A partir de
películas elegidas según nivel e intereses de los alumnos, hay que entrar
tanto en el estudio de la temática y planteamientos como en su propio
lenguaje, técnicas, actores, director, etc. En grupos reducidos, poner en
práctica lo que se va aprendiendo, elaborando un guión cinematográfico,
montado una productora en pequeño y organizar la producción de una película.
Filmar la película en vídeo, y realizar el montaje, sonorización, etc.
Después de cada actividad desarrollada es conveniente siempre el rescatar lo
que ha quedado en el alumno con el fin de reforzar el aprendizaje,
consolidar lo realizado, revisar las posibles lagunas, reflexionar sobre la
actividad y proponer nuevas actividades motivadas por la anterior. Para ello
se puede realizar lo siguiente: Realizar individualmente o por grupos un
comentario escrito de la película, hacer un comic sobre el tema o alguno de
sus aspectos más significativos, representar alguna de las escenas, comparar
con el cine actual, hacer un perfil escrito de cada uno de los personajes
importantes.
10. La ética de la estética o las posibilidades en el análisis de una
película
No cabe la menor duda de que con una película en las aulas pueden realizarse
multitud de actividades. La película puede utilizarse como medio de
iniciación al lenguaje en general y al lenguaje cinematográfico en
particular. Si los alumnos ya están familiarizados con ello, lo que se puede
hacer es leer, estudiar e interpretar la película.
Para poner un ejemplo, vamos a dar sugerencias sobre qué hacer con una
película. Elegimos la película
El tercer hombre, de Carol Reed, realizada en 1949. El guión lo
escribió Graham Greene a partir de una novela suya del mismo nombre, aunque
fue transformado tanto por el director como por imposiciones de Orson Welles.
Los intérpretes principales son Orson Welles, Joseph Cotten y Alida Valli.
Síntesis argumental: En la Viena de 1945, controlada por las cuatro
potencias aliadas, se mueve un personaje (el tercer hombre) entre las
distintas zonas, dedicado a la venta ilegal de medicinas adulteradas. Un
amigo norteamericano va a visitarlo, enfrentándose con su corrupción, el
mundo clandestino en el que vive y su entorno, hasta que decide denunciarlo
a la policía.
10.1- Análisis argumental: el relato
Para facilitar el trabajo posterior es conveniente comenzar por el esquema
argumental. El primer paso es preguntar al alumno por las primeras
impresiones recibidas, comentar el relato, descubrir la línea narrativa, los
personajes principales y qué papel juegan, etc. Es conveniente hacer un
gráfico o mapa conceptual de la naración.
A partir de ahí se descubre el mensaje e idea central. Realizar una
valoración del mismo.
10.2. Análisis literario
Analizar la novela, en este caso "El tercer hombre" de Graham Greene. Es
conveniente que los alumnos la lean completa, con análisis de textos
incluido y orientaciones del profesor.
Se puede analizar el guión cinematográfico, realizado también por Graham
Greene y compararlo con las imágenes filmadas apreciando las diferencias. En
el caso de esta película, se puede presentar el texto añadido, tanto por el
director como por Orson Welles, para comparar el guión original con el
resultado final. Cuando de la película que analicemos no podemos encontrar
el guión original, se recomienda hacerlo a partir de alguna secuencia clave.
Es interesante además realizar juicios de valor sobre la relación entre
narración literaria, mensaje descubierto por los alumnos, y la técnica
empleada por el director para la puesta en escena de la obra.
10.3. Análisis de técnicas y lenguajes cinematográficos
El cine tiene una identidad propia, una historia, un lenguaje determinado y
una tecnología que avanza constantemente, y que necesariamente ha de ser
profundizada. Por ello hay que tener en cuenta y analizar cada uno de sus
elementos: Planos, fundidos, encuadres, movimientos de cámara, luz, color,
sonido, interpretación, música y comentarios, técnicas de montaje, actores,
director, etc.
La película "El tercer hombre", en concreto, se caracteriza por la profusión
y diversidad de información de narrativa cinematográfica hecha evidencia en
la dificultad y barroquismo de sus encuadres, enfoques y heterogeneidad de
planos, que se adaptan plenamente a la narrativa literaria.
Comparar lo literario con lo cinematográfico, ya que es una película basada
en idea literaria. Destacar los diferentes planos, movimientos de cámaras,
picado y contrapicado- fijarse especialmente en la vista aérea desde la
noria- y destacar la unión entre lenguaje cinematográfico y lo que dice el
texto.
La importancia de la música de Anton Karas, en cítara, es otro elemento que
se convierte en cómplice de la narrativa literaria y visual. La música
escolta toda la película, haciéndose protagonista tanto en los créditos
iniciales como en el acompañamiento del personaje principal, presentándolo o
despidiéndolo. Es la música la que juguetea durante la secuencia de la
noria, componiendo actitudes de los personajes, texto literario, y
alejándose cuando se aleja el personaje.
10.4. Análisis histórico y social
Es una inmejorable película para apreciar la guerra y sus consecuencias,
conocer la problemática de la Europa posterior a la guerra mundial, la lucha
de los bloques, la separación de zonas y sus consecuencias inmediatas:
estraperlo, tráfico y corrupción, así como la burocratización de las
instituciones.
La comparación con situaciones actuales puede surgir de inmediato.
10.5. Análisis ético y búsqueda de valores
Para realizar un análisis ético-ideológico se puede utilizar toda la
película. Sin embargo, como muestra he elegido la secuencia de la noria en
el parque de atracciones, que es clásica en el cine.
Síntesis argumental de la secuencia.
El tercer hombre, mientras da vueltas la noria, intenta convencer mediante
argumentos y amenazas a su amigo de la necesidad del negocio antes que nada,
justificando así una visión corrupta de la vida. Se entremezclan
sentimientos, valores, justificación de la muerte ajena, ideología política,
etc.
Es importante analizar esta secuencia al completo. Nos podemos fundamentar
en los aspectos claves. La poca importancia de la vida humana para lograr
los propósitos del protagonista, la carencia de sentimientos, la utilización
de cualquier medio para lograrlo, y la justificación de determinada visión
política de la vida.
A partir de ahí es imprescindible el debate. Comparar con situaciones
actuales, cómo se justifica la corrupción y el asesinato, introducirse en el
concepto de democracia, valorando lo que afirma el personaje que interpreta
Orson Welles, etc.
10.6. Para no quedarse en el debate.
Muchas veces, y sobre todo por imposibilidad en tiempos pasados de entrar
más a fondo en el mundo del cine, nos hemos quedado en el debate ideológico,
técnico, literario o conceptual. Hoy ya es posible, al tener a nuestro
alcance la tecnología del vídeo, incluir en el aula otras posibilidades.
Podemos acercarnos al cine haciendo semblanzas o perfiles de las actitudes
morales y éticas de cada personaje. Compararlos con personajes conocidos,
noticias de actualidad o situaciones que el alumno conozca. Todo lo que se
realice se puede plasmar en un mural o en un resumen con vistas a un dossier
final.
Los periódicos y revistas son cantera inagotable de información sobre cine.
Actividades complementarias pueden ser recortar datos, noticias de
periódicos que tengan que ver con la corrupción, la falta de respeto por la
vida, etc., y otros que tengan relación con sucesos en los que la vida se
respete, se haga algo por los demás, Organizaciones no gubernamentales
(ONG), etc.
Una última actividad que resume de alguna forma todas las anteriores es la
producción de cine, documentales, pequeñas películas con argumento, teatro
filmado. La producción permite conocer desde su interior los procesos de
realización, la utilización intencionada de la imagen y las posibilidades
que tiene el cine de reflejar situaciones humanas y sociales.
Sugerencias
Hacer lista de películas cuyo argumento se base en valores o
contravalores:
Pena de muerte, violencia, paz, drogas, hacer el bien, presentar
situaciones reales o ficticias en las que se manifieste el
sufrimiento de los pueblos, comportamientos de la juventud,
actividades políticas, derechos humanos, pensamiento o cultura, arte
y estética, discriminación o valoración de marginados, de la mujer,
relativo a la educación, a la libertad, a la religión, respeto y
defensa del medio ambiente, racismo o xenofobia, familia, etc. |
Algunas películas sugeridas y una pequeña aproximación al tema
El Chico, de Charles Chaplin (1921), relación con la infancia
marginada..
El nacimiento de una nación, de Griffith (1915), apología del
racismo.
Calle Mayor, de Bardem (1956), sobre la falta de respeto a la mujer.
El ladrón de bicicletas, de Vitorio de Sica (1948), la situación de
necesidad.
La piel dura, de Truffaut, (1976), educación y marginación.
La naranja mecánica, de Kubrik (1971), violencia contra violencia.
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PELÍCULA: El tercer hombre, de Carol Reed. |