Las etapas para escribir un guión
Para estructurar un mensaje es imprescindible saber qué se quiere expresar a
través de él. Aquí entra en juego la cantidad de conocimientos del guionista
sobre lo que escribe. El guionista antes de dar un orden al mensaje debe
tener su mente repleta de información sobre el tema.
El
conocimiento puede venir de muchas fuentes: la experiencia personal, el
trato con los demás, la lectura de prensa o literatura, el visionado de
fuentes audiovisuales o el acceso a información de las grandes redes
informáticas. Todo ello puede englobarse en una labor investigadora y dentro
de ella una labor de documentación. Se habla de investigación porque tanto
las entrevistas personales como la visita a hemerotecas forman parte de
ella.
Cuando se escribe un guión se hace
en varios tiempos que corresponden a diferentes escalas o tramos de un
guión.
«Sinopsis». Es un resumen muy
breve del relato, que sirve para que el productor se fije en la idea. Suele
tener unas pocas páginas, cinco o seis.
«Redacción novelada o
Tratamiento». Es la redacción del relato como si fuera una descripción
novelada, de forma lineal en cuanto a la visión que la futura película va a
dar. Puede tener entre cuarenta y sesenta páginas.
«Guión literario o continuidad
dialogada», cuando la redacción novelada se convierte en secuencias y
escenas, en las que los diálogos y la explicación de los lugares de acción,
lugar y tiempo son especificadas con claridad. No es necesario que tenga más
de ciento treinta páginas.
«Guión técnico»: No todos los
directores lo exigen y es muy variada su forma de realización. Su base es el
«Guión literario», que se divide en planos, escenas, secuencias, siendo en
realidad un montaje en borrador. No tiene por qué tener más de ciento
cincuenta páginas. |