El
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de cine
Su primer trabajo
destacable data de 1822, un
proyecto de más de 200 grabados con los que ilustraría el
libro Genera of Shells, del naturalista
Jean-Baptiste Lamarck. |
Anna Atkins, pionera
Anna Atkins era una mujer de la época
victoriana que se negó a seguir el papel que tenían asignado las
mujeres. Gracias a su padre llegó a ser una respetada botánica y está
considerada como la primera fotógrafa de la historia.
Su familia tenía amistad con Sir John
Herschel, el famoso matemático y astrónomo, que inventó la cianotipia
(1842), ese proceso fotográfico que se reconoce por las tonalidades
azules, fruto de la reacción del hierro de la fórmula con la luz
ultravioleta. Resulta que la primera persona que lo llevó a la práctica
fue precisamente Anna Atkins.
Gracias a la cianotipia fue capaz
de registrar con suma precisión los detalles intrincados de las
diferentes algas que había recogido en la costa de su país.
Hizo un libro que no
dudó en dar a la biblioteca de su pueblo natal el 14 de octubre de 1843.
Es fascinante el trabajo de esta mujer
pionera de la fotografía. Fue capaz de fusionar
ciencia y arte ya en siglo XIX,
persiguiendo un objetivo totalmente
didáctico. Sus cianotipos podrían pasar por obras de arte
contemporáneas. En cuanto a la estructura de cada imagen, parecen muy
sencillas ( lo exige el fundamento científico que origina la propia
pieza) pero en conjunto se descubren bajo una
armonía y una contundencia visual
asombrosas.
Pese a que su condición de
mujer le impedía formar parte de la
Royal Society of London for Improving
Natural Knowledge, lugar de encuentro en el que los
científicos debatían acerca de sus inventos; su padre le pasaba sus
apuntes sobre las conferencias y Anna seguía con atención los
avances que surgían en la fotografía.
Anna,
seducida por la botánica, también tenía buena mano para
dibujar. Hacía primorosos dibujos y grabados de flores y plantas pero
aún con su paciente virtuosismo no lograba plasmar con exactitud los
delicados detalles de los elementos con los que trataba .
En 1842 John Herschel, amigo de la
familia, inventa el proceso de la cianotipia. Un proceso
fotográfico de positivado directo en el que la solución sensible es una
mezcla de ferricianuro potásico y citrato amónico, y Anna con
visionaria audacia intuye que ese proceso sí puede solucionar sus
problemas al aplicarlo para reproducir por contacto las delicadas
plantas.
Atkins se escribía
regularmente con William Henry y Fox Talbot, inventor del calotipo. Este
usaba empleaba un papel sensible a la luz recubierto con nitrato de
plata que, cuando estaba expuesto a la luz, registraba luz y sombras.
Anna
fotografió sus cientos de algas británicas y, entre 1843 y
1853, publicó su primera obra
científica, British Algae:
Cyanotype Impressions y autofinanció 400 copias de la misma.
Aunque a menudo se menciona
The pencil of nature (1844), de W.
H. Fox Talbot, como el primer libro que incluyó imágenes fotográficas,
Atkins se le adelantó por un año con
British Algae. El hecho de que firmase con
sus iniciales -A.A.- fue, en ocasiones,
erróneamente interpretado como «Autor Anónimo»…
Atkins continuó publicando libros con
ayuda de Anne Dixon (prima de Jane Austen), entre ellos una
biografía de su padre.
Según explica Hans
Rooseboom, comisario de fotografía del Rijksmuseum de Amsterdam,
“Podemos decir que Atkins fue muy concienzuda en su labor y también
competente. Usó papel de muy buena calidad, por eso las imágenes
están en tan buen estado a día de hoy, y se convirtió en una experta a
la hora de calcular el tiempo que el papel necesitaba exponerse al sol
para que las imágenes fueran lo más claras posible. Teniendo en cuenta
han pasado 170 años, las imágenes resultan modernas y los
artistas de hoy en día aún utilizan este proceso para crear su trabajo”. |
Anna Atkins. La
primera mujer fotógrafa. (1799-1871)
Fue una botánica
inglesa, la primera persona en publicar un libro ilustrado
exclusivamente con imágenes fotográficas, Fotografías de las algas
británicas, documentando helechos y otras plantas, cuyas ilustraciones
eran copias azuladas o cianotipos. Por su serie British Algae, de 1843,
Anna Atkins es considerada como la primera mujer fotógrafa.
Hizo parte de trabajo
con su padre, John George Children, químico, minerólogo y zoólogo,
distinguido por el mineral childrenita y la pitón de Children
australiana (Antaresia childreni).
Anna Atkins nació en una familia de la
alta burguesía británica y creció en la contradictoria sociedad
victoriana. Su madre nunca se recuperó del parto y murió poco después
pero mister Children educó a su hija en un ambiente intelectual
poco usual para la época. Desde muy joven sintió el
gusanillo de la ciencia natural a la que dedicó toda su vida.
Su matrimonio no fue impedimento para seguir con sus investigaciones, lo
cual tampoco era muy común.
Tanto William Henry Fox Talbot, creador
del calotipo -con el que podía tomar «dibujos fotogénicos»-,
como John Frederick William Herschel creador del cianotipo –con
el que plasmaba la realidad en fotografías azul cian-; eran amigos de
los Children y les enviaron muestras de sus inventos.
Anna Atkins logró
conseguir un trabajo minucioso, perfecto y precioso en el que unieron la
botánica, la fotografía y el dibujo. Su talento y genialidad la llevaron
a ir más lejos de lo que hasta ese momento solo era demostrado por una
máquina, superando las expectativas de los escépticos. Su trabajo fue el
primer intento de plasmar imágenes de la forma más objetiva posible,
traspasando el ámbito científico hasta hoy, y logrando ser un aporte a
la ciencia, las artes y la estética.
En 1825, Anna se casó con John Pelly
Atkins -hombre de negocios e impulsor del ferrocarril en Inglaterra- e
hizo construir un herbario junto a su nueva casa en el que secaba y
preservaba cada nueva planta pero se lamentaba de
no poder compartir sus hallazgos con
una audiencia mayor.
El nacimiento de la fotografía, a
partir de los años 30, y su incipiente desarrollo en el mundo de la
ciencia, no fue acogido por todos los coetáneos de Anna Atkins de la
misma manera. Entre la sociedad de la época existía una cierta
reticencia hacia la fotografía y los grandes ilustradores y copistas
veían en el nuevo sistema de reproducción un claro peligro para su
futuro. Anna Atkins se apartó.
Cuando el médico
británico William H. Harvey publicó el ‘Manual de Algas Británicas’;
a Atkins le pareció que al libro le faltaba material visual. Harvey
enumeraba y describía una serie de nuevos especímenes de algas pero
sin ilustraciones o dibujos que los acompañaran. Atkins decidió
crear su propia versión e hizo cianotipos para plasmar las algas en
imágenes. Así nació el primer fotolibro de la historia:
Photographs of British Algae: Cyanotype Impressions.
Su trabajo fue el primer intento real
de aplicar la fotografía con el fin de reproducir y repetir imágenes
con un claro objetivo científico.
Aunque Atkins ha
pasado a la historia por sus fotos hechas a mano, lo cierto es que
sí que llegó a tener una cámara de fotos: en una carta a Talbot
después de su presentación en la Royal Society, su padre afirmaba
haber encargado una cámara para Anna.
Es de suponer que
Atkins utilizaría su cámara en múltiples ocasiones y para diferentes
tipos de trabajos, pero esas fotos jamás se han encontrado.
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Cianotipia
John Herschel
La
Cianotipia es un antiguo procedimiento fotográfico monocromo, que
conseguía una copia del original en un color azul de Prusia,
llamada cianotipo (blueprint, en inglés). El astrónomo inglés Sir John
Herschel inventó este procedimiento en 1842. Aunque Herschel lo ideó,
fue la botánica británica Anna Atkins, la que lo puso inmediatamente en
práctica.
El
proceso utiliza dos compuesto químicos: Citrato de amonio y hierro y
Ferrocianuro de potasio. De su mezcla resulta una solución acuosa
fotosensible, que se utiliza para recubrir un material (normalmente
papel). Una imagen positiva se produce exponiéndola a una fuente de
luz ultravioleta (como la luz solar) con un negativo. La luz
ultravioleta reduce el hierro (III) a hierro (II). A esto le sigue una
reacción compleja del hierro (II) con ferrocianuro. El resultado es una
sustancia insoluble al agua, de color azul (cian) (ferricianuro ferroso)
conocido como azul Prusia o Turquesa.
John
Herschel acuñó el
termino “Fotografía” y “negativo y positivo”, en 1842 |
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Olvido y redescubrimiento
de Anna Atkins
Cuando
Atkins murió en 1871, su nombre quedó en el olvido, aunque
algunas personalidades influyentes de su tiempo, incluido el
coleccionista de libros escocés William Lang Jr., reconocieron su logro.
En
1864, Lang leyó un artículo de Talbot sobre procesos fotográficos que no
eran de plata y que mencionaba el trabajo de Atkins, sin mencionar su
nombre. Lang, intrigado por la obra, se puso a buscar un ejemplar, algo
que no le resultó nada fácil hasta que dio con un vendedor de libros de
Londres al que se lo compró en 1888.
Lang,
sin embargo, todavía no estaba seguro de quién había sido el autor del
libro: Atkins había firmado su trabajo como “AA”, lo que hizo que muchos
llegaran a la conclusión de que esas iniciales significaban “Amateur
anónimo”.
Unas semanas después de que Lang publicara un artículo sobre el libro
sin mencionar a Atkins, un curador del Museo de Historia Natural de
Londres, escribió al editor de la revista para decirle que él también
tenía una copia del libro y que sabía que la autora era de la Sra. Anna
Atkins. |
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Las publicaciones
de Anna Atkins
British Algae: Cyanotype
Impresssions.
Está catalogado como el
primer libro publicado que utiliza un proceso fotográfico para las
ilustraciones, y representa un hito en el desarrollo de la
historia de la fotografía. En él se reproduce una colección de algas
que recogía ella misma o le proporcionaban sus amigos.
Cada libro, más bien diríamos cada álbum,
consta de unas 400 impresiones a un tamaño de 26×20 cm. la mayoría.
Lógicamente cada libro es diferente, no hay dos impresiones iguales,
puesto que Anna utiliza la cianotipia imprimiendo los objetos en
contacto directo, no hay negativo. Se dice que anteriormente intentó
reproducir sus plantas con la calotipia pero sin obtener buenos
resultados. El libro y las placas se conservan en la Biblioteca de Nueva
York.
En la Real Sociedad de Londres, se
conserva una copia con 403 páginas y 389 placas.
Se piensa que es la única copia existente
del libro tal y como la concibió Atkins, original, sin manipulaciones ni
posteriores
Imaginemos el ingente trabajo. Su obra
fue apreciada inmediatamente por sus coetáneos, pero aun así fue vetada
en sociedades científicas porque no aceptaban mujeres.
Anna quiso seguir con su colección y para
ediciones posteriores contó con la colaboración de otra mujer:
Anne Dixon, a la sazón prima
lejana de la novelista Jane Austin. Juntas publican en los años 50 estos
dos libros de helechos y plantas.
Anna Atkins, junto con Anne Dixon,
produjeron un total de tres volúmenes diferentes de fotografías en
cianotipia de entre 1843 y 1853. Hoy en día se conservan 17 ejemplares
en diferentes instituciones, algunos de ellos incompletos, pero todos en
buen estado de conservación, también debido a que los papeles están muy
bien procesadas en origen.
La intención de Atkins no era hacer una
obra artística pero su transcendencia
en el arte es evidente. No sólo fotográfico, los museos de arte
contemporáneo se la rifan, ya que también hizo colecciones de fotos
sueltas, y hay obra suya en el MOMA o en museo D´orsay entre otros. Su
transcendencia en otros fotógrafos cuya intención es meramente creativa
es también evidente. Cómo no acordarse de
Moholy–Nagy y ManRay que tanto
experimentaron con las técnicas de fotografía sin cámara.
La visión de sus fotografías nos hace
reflexionar sobre la delgada línea que separa muchas veces la fotografía
artística y la científica. Trabajos
fotográficos acometidos bajo un prisma científico se convierten en arte
porque quien lo contempla así los percibe. Las fotos de Anna
son precisas, pero también bellas, delicadas, de una sobriedad
estética a veces sobrecogedora y abrieron toda una nueva parcela de
experimentación fotográfica tanto en la ciencia como en el arte. |
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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