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Ni uno menos
Deserción escolar en los países más pobres
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
La
educación de los niños en los países pobres
(Tomado de un artículo de Eva
Jenkner y Arye L. Hillman publicado por el Fondo Monetario
Internacional)
Teniendo en cuenta que la
educación es un derecho reconocido y considerando los beneficios
para la sociedad cuando los niños son educados, el estado
debería soportar el costo, especialmente en el caso de los niños
pobres. En un mundo ideal, la educación primaria sería universal
y financiada públicamente, y todos los niños podrían ir a la
escuela más allá de la posibilidad o la voluntad de pagar de los
padres. La razón es simple: cuando algún niño no adquiere los
conocimientos básicos para actuar como un miembro productivo y
responsable de la sociedad, la sociedad en su conjunto -sin
hablar del niño individual- pierde. El costo de educar niños es
ampliamente superado por el costo de no educarlos. Los adultos
que carecen de los conocimientos básicos tienen mayores
dificultades para encontrar empleos bien pagados y para escapar
de la pobreza. La educación para las niñas tiene beneficios
sociales especialmente sorprendentes: los ingresos son más altos
y las tasas de mortalidad materna e infantil son más bajas en el
caso de las mujeres educadas, quienes también tienen más
libertad personal para realizar elecciones.
Pese a los avances considerables
en las últimas dos décadas la asistencia a la escuela en los
países más pobres del mundo no es universal en absoluto. Según
el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, a fines de
2003, alrededor de 113 millones de niños en el mundo no estaban
inscritos en la escuela.
La administración pública
puede no disponer de los recursos necesarios para ofrecer una
educación gratuita para todos, ya sea porque existe una gran
economía en la sombra que no paga impuestos y la base tributaria
es pequeña, o porque la administración y la recaudación fiscales
son ineficaces. Y, en muchos países (con frecuencia los mismos),
el estado no maneja bien los recursos que tiene. Los fondos se
administran mal y la falta de eficiencia o directamente la
corrupción pueden impedir que los recursos lleguen a las
escuelas. La voluntad política de dar una educación universal
también puede estar ausente en las sociedades no democráticas,
si las elites gobernantes temen que una población educada esté
en mejores condiciones de cuestionarlas. Si bien corregir estas
deficiencias es obviamente una prioridad, llevará tiempo. |
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Ni uno menos.
Yi ge dou bun eng shou/Not one less
1999. China. 106
min.
Director:
Zhang Yimou
Producción: Yu Zhao.
Montaje: Ru Zhai.
Diseño de producción: Juiping
Cao.
Vestuario: Huamiao Tong.
Reparto:
Minzhi Wei,
Huike Zhang, Zhenda Tian, Enman Gao, Zhimei Sun, Yuying Fen, Fanfan
Li, Zhang Yichang, Xu Zhanqing, Liu Hanzhi, Ma Guolin, Wu Wanlu, Liu
Ru, Wang Shulan, Fu Xinmin, Bai Mei. Actores no profesionales
interpretando unos personajes basados en ellos mismos.
Premios:
León de Oro en el Festival de Venecia
Sinopsis:
Narra la historia de una niña de trece años, Wei Minzhi, que se ve
obligada a sustituir durante un mes a su maestro, por orden del
alcalde, en un pequeño y aislado pueblo de las montañas. El profesor
le deja un trozo de tiza para cada día y la promesa de que le dará
10 yuan si ningún estudiante ha abandonado la escuela a su regreso.
Sin embargo el revoltoso Zhang Huike abandona la clase para ir a la
ciudad en busca de trabajo y la abnegada Minzhi se conjurará para
traerlo de vuelta.
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Métodos para evitar
la deserción escolar
La película
Ni uno menos está basada en la novela del escritor chino
H Xiangsheng, que durante su juventud fue maestro rural.
Wei Minzhi, una joven
de apenas 13 años que debe enseñar a niños casi de su misma edad después
que el maestro Gao Enman se ausenta para cuidar a su madre enferma. Lo
que para cualquiera hubiera representado un fracaso anticipado, para
Minzhi es el reto de lograr que sus estudiantes aprendan en la escuela,
se apropien de ella y permanezcan. En medio de la duda y la inseguridad
de enfrentarse a lo desconocido y a pesar de su corta edad, de los pocos
recursos de la escuela y su entorno y del rechazo de sus estudiantes,
los motiva a alcanzar sus metas. Una fiel demostración de una debilidad
hecha fortaleza.
Lo más significativo
de esta maestra es el esfuerzo que hace para retener a los estudiantes;
sabe que el hecho de perder a uno solo de ellos le puede traer tantas
frustraciones como perderlos a todos, por eso cuando un estudiante
abandona la escuela para ir en busca de trabajo a la gran ciudad, asume
el reto de rescatarlo con persistencia, creatividad y dinamismo. El
desaliento que recibe de las personas con las que se va encontrando en
la búsqueda, el hambre, la inseguridad y hasta la impotencia en muchas
ocasiones frente al desafío de encontrarlo, son algunos percances e
incertidumbres que logra vencer en su travesía. Al final, la recompensa
de asumir el reto de recuperar «un solo niño» termina siendo mayor de lo
que se imaginó. |
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Zhang Yimou. El director
Director de cine chino, conocido
por sus dramas históricos de estética impecable. Políticamente
controvertido en su país nativo, las películas de Zhang han sido
aclamadas por la crítica extranjera y le han convertido en el director
más célebre de la llamada quinta generación del cine chino, que
comprende a aquellos directores cuyas carreras comenzaron tras la
Revolución Cultural proletaria de finales de la década de 1960. Nacido
en Xi´an, ciudad al norte de China, estudió en el Instituto de Cine de
Pekín con otros directores de la quinta generación, como Wu Tianming y
Chen Kaige.
Comenzó trabajando de operador de cámara
en películas tan aclamadas internacionalmente como
Tierra amarilla (1984, de Kaige).
Debutó como
director con Sorgo rojo
(1987), que obtuvo el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín, cuya
acción se desarrolla en una remota provincia del norte de China durante
las décadas de 1920 y 1930. La película destaca por sus bellas y
evocadoras imágenes de la naturaleza y por la magnífica interpretación
de la debutante Gong Li. A partir de ahí, actriz y director comenzaron
una larga y fructífera colaboración interrumpida en 2000 con
El camino a casa, esta vez
protagonizada por la joven actriz china Zhang Ziyi.
Zhang Yimou ganó el
premio al mejor director en el Festival de Cine de Cannes por su tercer
filme, La semilla del crisantemo
(1990), que se convirtió en la primera película china en ser nominada al
Oscar en la categoría de mejor película extranjera. Gong interpreta a
una joven campesina que es vendida al sádico dueño de una fábrica
textil, que muestra imágenes de un colorido y una sensualidad muy poco
comunes en el cine chino.
Sus otras películas también han sido
excelentemente acogidas, como La linterna
roja (1991), Qiu Ju, una
mujer china (1992), ¡Vivir!
(1994), La joya de Shanghai
(1995), Ni
uno menos (1999),
Happy Times (2001) y Hero
(2002). La mayoría de sus largometrajes han sido distribuidos por todo
el mundo, pero La semilla del crisantemo
y La linterna roja fueron
prohibidos en China. |
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El derecho a la educación
El derecho de que la
educación primaria debe ser gratuita para todos está contenido
principalmente en el
Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas, ratificado
por una mayoría de los países del mundo, que en su artículo 13 reconoce[1]
el derecho de toda persona a la educación:
Convienen en que la
educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por
los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Convienen asimismo en
que la educación debe capacitar a todas las personas para participar
efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los
grupos raciales, étnicos o religiosos, y promover las actividades de las
Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la paz.
La "enseñanza primaria
debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente";
La "enseñanza
secundaria, en sus diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria
técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a
todos, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la
implantación progresiva de la enseñanza gratuita";
la "enseñanza superior
debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad
de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la
implantación progresiva de la enseñanza gratuita";
Debe "fomentarse o
intensificarse, en la medida de lo posible, la educación fundamental
para aquellas personas que no hayan recibido o terminado el ciclo
completo de instrucción primaria";
"Debe proseguir
activamente el desarrollo del sistema escolar en todos los ciclos de la
enseñanza, implantar un sistema adecuado de becas, y mejorar
continuamente las condiciones materiales del cuerpo docente".
Además este mismo
tratado dice que los "Estados Partes en el presente Pacto se comprometen
a respetar la libertad de los padres y, en su caso, de los tutores
legales, de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las
creadas por las autoridades públicas, siempre que aquéllas satisfagan
las normas mínimas que el Estado prescriba o apruebe en materia de
enseñanza, y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación
religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."
La realidad
que presenta el film
La belleza del film de Zhang
Yimou consiste en su simplicidad. Es la historia de una niña
obstinada que pelea por su puesto e intenta mantener la clase
completa, luchando contra la pobreza extrema. Ella, poco más
grande que sus alumnos, se irá convirtiendo en una maestra real
lo largo del film.
El maestro rural Gao (Gao Enman)
no cobra su sueldo desde hace seis meses, y su máxima posesión
es una cajita de tizas. Los alumnos llevan su pobreza con cierta
alegría y tres de ellos duermen con el maestro en la parte de
atrás de la escuela, pues no tienen hogar propio.
El maestro se ve obligado a
viajar para cuidar a su madre enferma por un mes, y contratan un
suplente, que resulta ser una niña-adolescente de 13 años (Wei
Minzhi), que toma el trabajo solo por el dinero, pero que
intenta enseñar a unos niños a leer y escribir. Su trabajo
consiste en copiar partes del libro en la pizarra y sentarse en
la puerta a evitar que nadie se vaya de la clase, ya que el
maestro le advirtió que quería tener los mismos 28 alumnos a su
vuelta… «Ni uno menos». Así deberá perseguir a los alumnos por
la ciudad, a que se ven forzados a escapar para trabajar.
Ayudada por los medios de comunicación y un extraño conductor
logrará rescatar al alumno perdido, y Yimuo aprovechará para
mostrar las grandes diferencias de la China actual, el campo, la
ciudad, y sus diferentes miserias. |
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Ni uno menos. Una campaña del gobierno colombiano para que los niños
queden en la escuela
Este es el compromiso de la campaña «Ni Uno Menos», que desarrolla el
Ministerio de Educación Nacional de Colombia, y que busca sensibilizar y
movilizar a todos los actores educativos para que no dejen que los
menores abandonen la escuela. Para esto se invita a docentes y
directivos a que hagan un seguimiento permanente a sus alumnos, apoyados
en sus padres. Invita ver al estudiante como un ser humano con
condiciones y necesidades propias, y para conseguir sus objetivos se
requiere de un trabajo intersectorial (que involucre esfuerzos del
sector educativo, autoridades y padres). Esta campaña va dirigida a
todos los actores sociales.
Durante los últimos
tres años, Colombia ha hecho un enorme esfuerzo por aumentar la
cobertura y mejorar la calidad de la educación, con la plena convicción
de que esta es una de las herramientas de equidad social más poderosas y
que, a través de ella, se pueden generar las condiciones para el
bienestar de los colombianos y la construcción de un país en paz.
Con el principio de
llevar la escuela y los maestros a dónde están los niños, desde el 2002,
a través de estrategias como la reorganización del sector y la
contratación de la prestación del servicio educativo con entidades
idóneas, públicas o privadas, el Ministerio de Educación, en conjunto
con las Secretarías de Educación departamentales, distritales y de
municipios certificados, ha logrado la creación de 1.085.000 nuevos
cupos en educación Básica y Media.
Si bien el esfuerzo es
importante, a medida que el país se acerca a coberturas universales se
deben redoblar las acciones porque es más difícil encontrar a aquellos
niños que están por fuera del sistema educativo, ya sea porque
pertenecen a poblaciones dispersas y de difícil acceso, por la
precariedad y condiciones de pobreza, o por particularidades cada vez
más complejas que exigen ayudas y atención especial.
Por ello, entre 2005 y
2006, los recursos disponibles se orientan a buscar aquellos niños que
necesitan atención -entre los cuales están poblaciones rurales, étnicas,
con discapacidad y en situación de desplazamiento-, y una vez
registrados, se organiza la oferta del servicio de manera que se
apliquen metodologías flexibles y se
les brinde una educación pertinente y de
calidad.
A estas acciones, que
exigen la implementación de métodos cada vez
más creativos, se une un desafío mayor: si los niños, niñas y
jóvenes que ya están en las escuelas y colegios permanecieran en las
aulas hasta finalizar sus estudios, en el corto plazo se podrían mejorar
los resultados obtenidos hasta el momento. La cifra es contundente,
cinco de cada cien estudiantes abandonan la escuela. De 2004 a 2005
fueron 418.692 los desertores, casi 70.000 menos que en el período
anterior, representando una deserción del 5%. Si se logra retener al
menos la mitad de los niños que en el momento están desertando,
prácticamente se estaría cumpliendo con la mitad de la meta para el año
2006 de ampliación de cobertura.
Es cierto que son
muchos menos los niños los que salen de las escuelas que aquellos que
entran, pero si todos permanecen, con el mismo esfuerzo que ahora
realizan las Secretarías de Educación, el impacto y los beneficios para
la sociedad serían mil veces mayores. La disminución significativa,
entre los años 2004 y 2005, del 28%, de los estudiantes desertores entre
grados Sexto y Séptimo, es un ejemplo claro de que sí es posible
lograrlo.
Si además de generar
los nuevos cupos se trabaja en forma paralela y complementaria en la
permanencia de los niños que ya lo tienen, la recompensa para el país
sería doble. Cada uno de los rectores y maestros de escuelas y colegios
tiene los nombres de sus alumnos, sabe dónde viven y conocen a sus
padres. Si alguno de ellos abandona la escuela
existe la posibilidad de ir a buscarlo. La invitación es para
todos los colombianos y la tarea es fácil de compartir: Ni uno menos. |
El primer ordenador
Taller de pantomima
Niños por la Paz
la aventura de vivirla
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La escuela necesitada
De un reportaje de
Miguel Bayón publicado en El país el 20 de febrero de 2006, a partir de
un informa que señala la urgencia de canjear deuda por educación a los
países pobres y mejorar las ayudas para la etapa primaria, dentro del
desamparo educativo del mundo pobre el fallo principal se centra en la
enseñanza primaria
La educación primaria
es la asignatura más pendiente de la tacaña ayuda oficial al desarrollo
(AOD) que los países desarrollados aportan a los países pobres. España,
entre 1999 y 2004 no fue una excepción, sino más bien todo lo contrario:
expresivamente, sólo el 1,5 % de la AOD bilateral española en ese
periodo se destinó a educación básica. El informe La AOD en educación a
examen. Un análisis de la cooperación española 1999-2004, hecho público
por las ONG Entreculturas y Alboan presenta un panorama que sólo puede
ser corregido, concluye el estudio, con "más dinero", "más y mejor AOD"
y "canjes de deuda por educación" con los países receptores.
El problema no es sólo
español, sino mundial. Siguen sin estar escolarizados en el planeta unos
100 millones de niños, de los que el 55% son niñas; mientras, 73
millones de menores de 10 años tienen que trabajar. Y en 89 países las
familias se lo piensan antes de mandar a los hijos (sobre todo a las
hijas) al colegio, porque las tasas de matriculación les resultan
prohibitivas. Aunque mundialmente se ha registrado un aumento de la
matriculación por la reducción o supresión de tasas, ha habido
retrocesos importantes en Arabia Saudí, Argelia, Congo, Irán, Omán,
Sudán, Tailandia y Tanzania. En África o Asia meridional el 40% de la
población adulta no ha salido aún del analfabetismo.
Para que las cosas
mejorasen, el personal docente tendría que aumentar un 20% anual en esos
países para que se alcanzara en 2015 la educación básica universal, uno
de los Objetivos del Milenio a que 189 países se comprometieron en 2000.
Un nivel básico de educación exigiría, según estimaciones de la ONU, por
lo menos cinco o seis años de enseñanza primaria de buena calidad.
Dentro del general
desamparo educativo del mundo pobre, el fallo principal se centra
claramente en la enseñanza primaria. Sólo el 2,6% de la AOD
internacional en 2003 se destinó a ese nivel educativo.
Cuantitativamente, el dinero dedicado por los países donantes a ese
concepto ha ido aumentando desde 1998: en 2003 eran 4.650 millones de
dólares y en 1990 ya se alcanzaban los 5.700 millones. En cualquier
caso, el 60% de la AOD va actualmente a tramos educativos superiores a
la enseñanza básica.
Las políticas de
cooperación internacional del periodo estudiado, entre 1999 y 2004,
expresa perfectamente ese abismo entre enseñanza básica y superior. En
el informe de Entreculturas y Alboan, la AOD española para educación
básica sólo supuso el 14% de lo destinado a cooperación educativa, y
únicamente el 1,5% de la AOD bilateral.
En cambio el 32,1% se
invirtió en enseñanza superior, es decir encaminada a la formación de
élites. El informe indica que ese apoyo a la educación superior está
compuesto "casi exclusivamente" por programas universitarios, y que su
peso "parece excesivo". El estudio resalta que la cooperación española
dedicó a enseñanza unversitaria el doble de fondos que a la básica, así
como 40 veces más recursos que a educación infantil, cuatro veces más
que a educación primaria, cinco veces más que a capacitación básica de
jóvenes y adultos y 20 veces más que a la enseñanza secundaria.
En cuanto a
distribución geográfica, la ayuda bilateral española en educación se
destinó sobre todo a Latinoamérica (60%); a África fue el 15%. El 32% de
la ayuda quedó concentrado en seis países: Marruecos, Colombia, Perú,
Venezuela, Bolivia y Ecuador, es decir en países que el Índice de
Desarrollo Humano de la ONU define como de nivel medio-bajo. Por el
contrario, sólo el 2,16% de los fondos llegó a los países menos
desarrollados.
El origen de los
fondos corresponde en un 71,2% a la Administración central, en especial
del Ministerio de Asuntos Exteriores (con el nuevo Gobierno socialista,
el ministerio se transformó en Asuntos Exteriores y Cooperación).
El informe señala
críticamente que, no obstante, el 21% de la AOD en educación se vehiculó
a través de créditos reembolsables, los famosos FAD (Fondos de Ayuda al
Desarrollo), instrumento muy criticado por las ONG por entender que se
trata de ayuda condicionada a intereses políticos o comerciales
españoles.
Las ONG son
protagonistas claros en la ayuda de educación. Los Ayuntamientos
canalizan la totalidad de su ayuda a través de las ONG, y las
Comunidades Autónomas en un 83%. En cambio, la cooperación centralizada
sólo lo hace en un 16%. La tercera parte de toda la AOD de educación
pasa por las ONG. En enseñanza superior, la Universidad gestiona los
programas de becas y doctorados.
¿Qué puede cambiar con
las nuevas orientaciones y el Plan Director 2005-2008? Hay un compromiso
gubernamental de destinar un 25% de la AOD bilateral a educación, un 8%
del cual iría a enseñanza básica. Para ello, los fondos de cooperación
dedicados a educación tendrán que triplicarse respecto al periodo objeto
del informe. |
La pobreza en un mundo caracterizado por la
desigualdad
Nuestro mundo se caracteriza por una gran pobreza en
medio de la abundancia. De un total de 6.000
millones de habitantes, 2.800 millones —casi la
mitad— viven con menos de 2 dólares diarios, y 1.200
millones —una quinta parte— con menos de 1 dólar al
día; el 44% en Asia meridional. En los países ricos,
los niños que no llegan a cumplir cinco años son
menos de uno de cada 100, mientras que en los países
más pobres una quinta parte de los niños no alcanza
esa edad. Asimismo, mientras que en los países ricos
menos del 5% de todos los niños menores de cinco
años sufre de malnutrición, en las naciones pobres
la proporción es de hasta el 50%.
Se han registrado no obstante importantes avances y
graves retrocesos en indicadores cruciales de la
pobreza distintos del nivel de ingreso. En la India
ha ascendido sustancialmente el número de niñas que
asisten a la escuela; en el estado más adelantado
del país, Kerala, la esperanza de vida es mayor que
en otros lugares del mundo con niveles de ingreso
varias veces superiores (como la ciudad de
Washington). Pero en los países de África más
castigados por la epidemia del VIH/SIDA, como
Botswana y Zimbabwe, uno de cada cuatro adultos está
infectado, los que quedan huérfanos a causa del SIDA
se están convirtiendo en una abrumadora carga para
los mecanismos tanto tradicionales como formales de
protección, y pronto se esfumarán todos los
progresos de la esperanza de vida conseguidos desde
mediados del siglo XX. Las diferencias existentes a
nivel mundial en las tasas de mortalidad infantil
—en África al sur del Sahara son 15 veces mayores
que en los países de ingreso alto— dan una idea de
las enormes divergencias existentes.
Hay asimismo grandes discrepancias en los distintos
niveles subnacionales y en el caso de las minorías
étnicas y de las mujeres. El crecimiento beneficia
en grado muy distinto a las diferentes regiones de
un país. En México, por ejemplo, el nivel global de
pobreza experimentó un descenso, aunque modesto, a
principios de los años noventa, pero la pobreza
aumentó en la región sudoriental del país, que es
más pobre. También hay desigualdad entre diferentes
grupos étnicos de muchos países. En algunas naciones
africanas las tasas de mortalidad infantil son más
bajas en los grupos étnicos que detentan el poder
político, y en los países latinoamericanos la tasa
media de escolarización de los grupos indígenas no
llega en muchos casos a las tres cuartas partes de
la que se observa en los grupos no indígenas. Por
otra parte, la situación de las mujeres sigue siendo
más desfavorable que la de los hombres. En Asia
meridional, el número de años que las mujeres
asisten a la escuela es aproximadamente la mitad del
correspondiente a los hombres, y en el nivel
secundario las tasas de matrícula femeninas sólo
equivalen a dos tercios de las masculinas. (Datos
tomados de Intervida)
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