En
los últimos cincuenta años, y de cara al siglo XXI, la sociedad ha sufrido
tal cantidad de transformaciones, que se han reestructurado todos los
sistemas educativos, principalmente aquellos que tienen que ver con la
formación de personas adultas y en especial con vistas a la búsqueda y
mantenimiento del empleo. Si el principal problema social, como se afirma
más arriba, en nuestro país es el paro, es imprescindible plantearse los
esquemas educativos con una meta final que refleje el gran problema, busque
soluciones de aprendizaje al mismo y prepare a la sociedad para asumir el
desafío de las políticas de empleo.
El
trabajo ha cambiado de sentido debido a la mayor tecnificación, a la entrada
de la mujer y de juventud más cualificada. Ha supuesto un desafío a los
responsables de la formación y a los mismos individuos por la competitividad
extrema en la que nos movemos, a la escasez de puestos de trabajo de nivel
general y la consiguiente especialización. Los profundos y radicales
cambios, provocan una necesidad de aprender y una situación de constante
reciclaje con el fin de estar al día.
Los obstáculos a la
formación para el empleo
El
mundo se ha informatizado. Esto significa una nueva filosofía global, que
redunda, tanto en una mayor facilidad para estar al día y disponer de los
recursos, como la pérdida de puestos de trabajo por causa de la disminución
de mano de obra humana. Las tecnologías de la información han transformado
la naturaleza del trabajo y la organización de la producción. Dichas
transformaciones están modificando profundamente la sociedad europea.
Evaluación como
optimización de los resultados del aprendizaje
La
evaluación no equivale a una sentencia que se dicta sobre la capacidad o no
del alumno y del profesor, sino de un mero control, destinado no a condenar,
sino a mejorar el trabajo de ambos, y en definitiva, a fin de que el
aprendizaje del alumno sea cada vez más seguro, eficiente y económico.
Didáctica para adultos en
función de «toda situación de aprendizaje»
Los
centros de adultos deben partir necesariamente de las «situaciones de vida»
en que se encuentran sus alumnos. La «situación» del alumno, empero, se
halla relacionada siempre con su profesión o con una posible profesión. «A
un trabajo que cambia continuamente, debe corresponder un perfeccionamiento
continuo». Para ello, lo más aconsejable es el empleo de una metodología
activa, basada, ya en la dinámica de grupo, en técnicas de creatividad y en
la participación en estructuras e instituciones de tipo social.
Desmitificación de la
tecnología
Las
tecnologías de la información deben entrar de forma ineludible en los planes
de formación de todos los niveles de la formación profesional ocupacional.
No debemos olvidar que la «materia prima» de la tecnología es la persona, la
mente humana, y no las máquinas. Y que tecnología es tanto el libro como
Internet. Actualmente, olvidamos en ocasiones las antiguas tecnologías
poniendo énfasis en el último grito del avance digital o técnico, aún a
sabiendas de que son de difícil utilización.
Educación permanente
El
aprendizaje debe percibiese como un proceso a lo largo de toda la vida, que
va más allá del tradicional sector de la «educación» y abarca muchas áreas
de la vida. En el trabajo y formación continua es importante para mejorar
las competencias de las personas. También forma parte integrante de la
promoción de la salud, de políticas de población y protección del medio
ambiente. No es posible un sistema de educación permanente si proponer a los
alumnos objetivos de Aprender a crear y de
Aprender a investigar.
La autodidaxia en la
programación
No
es posible plantearse una programación de procesos de aprendizaje para
personas adultas, sin tener en cuenta que el principal, indispensable
objetivo, es que aprendan a aprender. El aprendizaje, a partir de sus
propias experiencias vitales, debe seguir el camino de la investigación, con
el fin de que procesos y resultados sean una misma situación vital
significativa en sus vidas, y punto de partida para nuevas experiencias y
aprendizajes en el futuro.
El marco en el que se
deben mover los objetivos para la
educación de adultos
Para
poder plantearse cualquier tipo de programación educativa es necesario hacerlo desde la óptica de lo que los
adultos necesitan: Su propio desarrollo personal, la satisfacción de su
enriquecimiento integral, el reconocimiento de su propia estima, los nuevos
significados que adquiere la vida de trabajo, familiar y social, el
reconocimiento de los demás, el progreso en su propio trabajo y la búsqueda,
encuentro y mantenimiento de vida laboral.
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