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Aprendizaje, percepción y comunicación
©
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
Los textos de esta son del libro
«Medios,
recursos y tecnología didáctica para la formación profesional
ocupacional»
escrito por los
profesores José Ignacio
Aguaded
y Enrique Martínez-Salanova y
publicado en
1998
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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El proceso de aprendizaje
El proceso de aprendizaje es una experiencia individual para cada persona.
El aprendizaje se realiza siempre que se modifica el comportamiento de un
individuo; cuando piensa o actúa en forma diferente, cuando ha adquirido
nuevos conocimientos o nuevas habilidades, etc. La finalidad principal de
los materiales audiovisuales, los recursos didácticos en general y los
medios de comunicación es facilitar el comportamiento en orden a la
consecución de los objetivos; por esto es necesario servirse de la
psicología del aprendizaje para que sus principios guíen la planificación de
dichos materiales y puedan luego dar resultados efectivos. Desgraciadamente
la teoría del aprendizaje como cuerpo doctrinario ha contribuido muy poco
directamente para el diseño de los audiovisuales. Por esto lo único que
puede ofrecerse son algunos principios y aplicaciones de carácter general.
1. Teorías del aprendizaje
Conductistas.
Las teorías del aprendizaje se pueden agrupar en dos grandes ramas. Una, la
llamada conductista o conexionista interpreta el comportamiento humano
como conexión entre estímulos y respuestas. Este es el patrón de aprendizaje
E-R. Cada reacción específica es una respuesta exacta a una sensación o
estímulo específicos. La palabra oral o escrita, las imágenes sencillas y
todos los materiales audiovisuales son estímulos. Para determinados
propósitos algunos son estímulos más eficaces que otros.
Muchas enseñanzas son del tipo estímulo respuesta. Este concepto está
implícito en la enseñanza programada según la orientación de B.F. Skinner.
En este como en otros nuevos enfoques de la enseñanza, el énfasis se pone en
el alumno y sus respuestas. En la enseñanza programada cada secuencia de
aprendizaje se divide en pequeños pasos que suponen una respuesta apropiada
para cada estímulo; a esto sigue el conocimiento inmediato de los
resultados. El saber que se ha respondido correctamente constituye el
refuerzo o premio de saber que se ha alcanzado el éxito en cada respuesta
correcta. Actualmente en esta dinámica entran todos los aprendizajes
propuestos por aplicaciones informáticas programadas los programas
informáticos para aprender sin ayuda del profesor, y muchas de las prácticas
que se realizan a partir de los ordenadores.
Cognitivas
La segunda rama agrupa a varias teorías: organicistas, estructruralistas,
gestaltistas o teorías cognoscitivas. La característica común de estas
teorías es sostener que el proceso cognoscitivo es el fundamento básico del
comportamiento humano; por proceso cognoscitivo entienden la intuición,
conceptualización, capacidad de relación y habilidad discursiva. En
didáctica se pone énfasis en cómo se aprende y no en qué se aprende,
formalismo. Las acciones humanas se consideran determinadas por una cierta
calidad intelectual y especialmente por la habilidad de establecer
relaciones. Los psicólogos que sostienen estas teorías creen que en cada
nueva percepción el objeto o fenómeno es percibido en forma diferente porque
la estructura cognoscitiva del sujeto está organizada de diferente manera;
ya que cada una de las percepciones modifica la estructura psíquica.
Principios del aprendizaje
Muchos psicólogos han destacado los puntos en que todas las teorías del
aprendizaje están de acuerdo. A su vez dos autores, especialistas en medios
audiovisuales han dado interpretaciones prácticas de algunos de estos
principios psicológicos C.R. Carpenter, un psicólogo y Edgard Dale, un
pedagogo. Se presentan enseguida sus diez principios; los siete primeros de
Carpenter y los tres últimos de Dale. Dale es el autor de la pirámide en la
que presenta la gradación de los diversos recursos en relación con el
aprendizaje, la motivación y la experiencia.
1. Importancia de la motivación para el alumno. La tarea básica más
importante y más persistente del profesor debe ser descubrir, fomentar y
acrecentar el proceso motivacional y sus fuerzas; interiores, necesidad,
deseo y entusiasmo de aprender.
2. Importancia del factor personal. Los materiales didácticos serán eficaces
en el grado en que resulten relevantes, significativos (plenos de
significado) para cada alumno. La producción y uso de materiales didácticos
debe basarse en criterios sobre su relevancia para los alumnos y esta
relevancia depende de las habilidades, grados de madurez, capacidad de
activar los intereses latentes; así como de las metas educativas que se
desea alcance cada uno de los alumnos.
3. Proceso de selección y la enseñanza audiovisual. Lo que se presenta a los
alumnos y lo que ellos aceptan y aprenden es muy diferente. Las cadenas de
comunicación, incluyendo la enseñanza deben entenderse como cadenas de
fenómenos entre cuyos principales eslabones operan filtros. El «output» o
respuesta será muy diferente del «input» o estímulo, ya que se interpone,
entre el material estímulo y la respuesta personal; toda la trayectoria
vital del sujeto.
4. Necesidad de organización. Más información puede ser asimilada y más
largamente retenida cuando los materiales audiovisuales son más
significativos, están más sistematizados y mejor organizados.
5. Necesidad de participación y práctica. El aprendizaje es actividad. La
acusación más generalizada contra los materiales y métodos audiovisuales es
la pasividad que se cree producen en el espectador por su falta de
participación y práctica. Pero se olvida que ver y oír son actividades,
percibir es actividad, pensar es actividad; usar símbolos, abstraer,
deducir, generalizar, inferir y sacar conclusiones son actividades
esenciales para el aprendizaje.
6. Repetición y variedad de estímulos. En general puede afirmarse que nada
absolutamente nuevo puede aprenderse efectivamente con una sola
presentación. La repetición refuerza el aprendizaje y lo hace más profundo y
duradero. La variedad de estímulos sostiene la atención, despierta el
interés y amplía los patrones de aprendizaje. La variedad de estímulos
también ayuda a los alumnos a generalizar y a aplicar más amplia y
seguramente lo aprendido. Repetición y variación proporcional y tiempo
necesario para aprender es absolutamente esencial para el aprendizaje.
7. Dosificación del material didáctico que debe presentarse. Uno de los
principios fundamentales del aprendizaje es que la calidad y cantidad de la
información debe estar de acuerdo con la capacidad de los alumnos. También
el número, complejidad y dificultades subjetivas que presenten los
materiales determinan en parte la dosis de su uso.
8. Claridad, interés y efectividad. Mientras más clara, más cercana, más
realista e interesante sea la presentación del estímulo, mejor será el
aprendizaje. Si el alumno no puede ver claramente el blanco, pocas
esperanzas puede tener de acertar con los tiros. El profesor debe asegurarse
de que el alumno conozca con claridad y desde el principio qué se espera de
él.
9. Transferencia de la enseñanza. La transferencia del aprendizaje no se
realiza automáticamente. Debe enseñarse a transferir lo aprendido a nuevas
situaciones. Los alumnos necesitan realizar prácticas dirigidas, para llegar
a hacer habitualmente la transferencia. Los profesores y productores de
materiales pueden ayudar a formar la capacidad de transferir de alumnos,
proporcionándoles gran variedad de contextos para los nuevos conocimientos;
enseñándoles a generalizar correctamente y a desarrollar actitudes
sistemáticas en el aprendizaje.
10. Conocimiento inmediato de los resultados. El conocimiento de los
resultados incrementa y perfecciona el aprendizaje. Debe informarse a los
alumnos sobre cómo realizar correctamente el aprendizaje, sobre sus errores
y sus aciertos. |
La percepción
La percepción es el proceso mediante el cual un individuo adquiere una
sensación interior que resulta de una impresión material hecha en los
sentidos. Esta sensación puede ser consciente o inconsciente. A la
percepción inconsciente, por estar bajo el límite de la consciencia, o
subconsciente, le llamamos percepción subliminal. Los ojos, los oídos, las
terminaciones nerviosas de la piel son el primer medio de contacto con el
medio ambiente. Estos y otros órganos de los sentidos son los instrumentos
de la percepción que recogen la información para el sistema nervioso; el
sistema nervioso la convierte en impulsos eléctricos que trasmite al cerebro
donde producen cadenas de reacciones eléctricas y químicas. El resultado es
la conciencia interna de un objeto o de un suceso. La percepción precede a
la comunicación y ésta deberá conducir al aprendizaje.
Hay dos principios de la percepción especialmente importantes. Primero, el
fenómeno de la percepción está constituido por muchos mensajes sensoriales
que no se dan separadamente sino estructurados en patrones complejos. Estos
llegan a formar la base del conocimiento que la persona adquiere sobre el
mundo que le rodea. Segundo, un individuo reacciona solamente a una pequeña
parte de los estímulos del medio en un momento dado. Elige aquella parte del
universo que quiere experimentar, o que atrae su atención en ese momento
(por esto, debemos diseñar materiales que atraigan y conserven la atención
del alumno). La percepción es una experiencia personal y única. No es
exactamente igual para dos personas. Un hecho puede percibiese en forma de
experiencias pasadas, de motivación presente y de vivencias actuales.
De lo anterior se puede concluir que mientras que cada percepción es única e
individual; las series de percepciones realizadas en común por diferentes
personas pueden relacionarse hasta llegar casi a identificarse. Si se rodea
una escultura, los ángulos de visión cambiarán a medida que se cambie de
posición; si después otra persona camina alrededor de la misma escultura y
la mira desde los mismos ángulos obtendrá sin duda diferentes percepciones
individuales; pero la serie en su totalidad será para las dos personas más o
menos la misma. Por lo tanto, una serie de percepciones individuales nos
capacita para ponernos de acuerdo con los demás sobre lo experimentado,
aunque las experiencias individuales sean ligeramente diferentes.
La producción de imágenes, tanto fijas como móviles, el lenguaje icónico,
oral o gestual, descansan sobre el principio de que se aprende
fundamentalmente de lo que se percibe y que series de experiencias auditivas
y visuales cuidadosamente diseñadas, pueden ser experiencias comunes que
modifiquen favorablemente el comportamiento. No obstante, muchas conductas
surgen de experiencias del inconsciente. Los comportamientos son conscientes
o no, pero la raíz proviene de percepciones subliminales.
Así pues, cuando se diseñan materiales icónicos o audiovisuales es muy
importante procurar percepciones que estén de acuerdo con la experiencia
anterior del alumno y con su situación presente. Tanto los elementos
componentes como la forma de tratar el tema (narración, dramatización,
interrogación, etc.) o el nivel del vocabulario, la calidad y el número de
ejemplos, la combinación de la narración con la imagen, la técnica de dibujo
y otros factores pueden, todos y cada uno, contribuir a obtener éxito en la
percepción; y así lograr una comunicación más efectiva que lleve a la
realización del aprendizaje. |
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La percepción subliminal
Todos hemos notado la capacidad de determinados sonidos para producir
reacciones totalmente incontroladas en nuestro organismo. Si nos referimos a
los ejemplos más próximos está demostrado que la música rock, con el
predominio de la percusión y escuchada por lo general, con niveles de
volumen muy elevados, altera el ritmo cardiaco y produce descargas
hormonales que determinan reacciones similares a las provocadas por el
consumo de sustancias estimulantes.
W. B. Key realizó un estudio de los sonidos subliminales camuflados en la
banda sonora de la película «El exorcista»: gritos de cerdos agonizantes,
ronroneos de gatos, gemidos de hombres y mujeres, zumbidos de un enjambre de
avispas... El propósito del director con la inclusión de estos sonidos
enmascarados era provocar reacciones instintivas en el espectador de miedo,
asco, nerviosismo...
El 24 de abril de 1978, Le Point publica la noticia de que H. Becker había
descubierto y patentado una máquina electrónica para luchar contra el robo
en los mercados y grandes almacenes. Una de las pruebas sobre la que se
informaba y que se había llevado a cabo en un supermercado portaba un
mensaje subliminal, enmascarado por la música, grabado y repetido
constantemente: «Yo seré honrado, no robaré; si robo me descubrirá la
policía e iré a la cárcel». Los robos descendieron de forma espectacular.
En sentido estricto, podríamos hacer una distinción entre las imágenes y los
sonidos subliminales puros, que en ningún caso podremos captar
conscientemente y que, por lo tanto, tienen que estar elaborados por una
tecnología especial; y aquellos otros que están escondidos, con la
intención le que sólo los captemos inconscientemente, aunque si estamos
advertidos podemos descubrirlos y observarlos con claridad. En
ambos casos el objetivo es el mismo, burlar nuestra capacidad de percepción
consciente, y por ello la mayoría de los expertos se inclinan en atribuir la
denominación de subliminal a unos y otros mensajes.
El profesor José Lorenzo González ofrece una definición muy ajustada de la
percepción subliminal: «Se denomina percepción subliminal a la captación de
un estímulo que, por diversas circunstancias, como la baja intensidad, falta
de atención o breve duración del mismo, alcanza la representación
consciente. El nombre de la percepción subliminal, atendiendo al significado
de la palabra alude solamente a la captación de estímulos por debajo del
umbral sensorial mínimo y, por extensión a los que se hayan por encima del
umbral absoluto superior».
Más tarde amplía el concepto: «...Sin embargo, en la práctica, percepción
subliminal y percepción inconsciente, por lo general se toman de forma
equivalente. Cuando esto sucede el umbral al que se alude no es el
sensorial, sino el del reconocimiento consciente. Con el fin de evitar toda
ambigüedad, los psicólogos prefieren hablar de un umbral de consciencia. En
este contexto, percepción subliminal, se toma como sinónimo de percepción
inconsciente».
La clave fundamental hoy en día sobre lo subliminal es el silencio. El
subliminal como mensajes dirigidos a una velocidad superior a la que puede
captar el ojo humano y que sin embargo, según las teorías serían capaces de
impactar directamente sobre el cerebro y que además serían bombas de
relojería colocadas sobre nuestro subconsciente que nos harían un mes
después, tres meses después, cinco meses después, actuar de una forma
determinada.
En laboratorios de psicología experimental es posible encontrar numerosos
trabajos sobre los efectos producidos en las personas por los estímulos
subliminales. Los científicos que han estudiado este tema consideran
demostrado que los mensajes visuales o sonoros, transmitidos por debajo del
umbral de percepción, pueden llegar al cerebro sin que sean advertidos
conscientemente por los sentidos. En diferentes países, un grupo
significativo de psicólogos y psiquiatras han desarrollado numerosas
investigaciones que avalan esta conclusión.
José Lorenzo González, en su libro «Persuasión subliminal y sus técnicas»,
describe una serie de experimentos dirigidos a profundizar en los efectos de
lo subliminal: La primera investigación se debe a Pierce y Jastrow (1884)
quienes pretendían saber si los juicios de las personas sobre cual de dos
objetos era el más pesado, podían ser afectados por la presentación de
estímulos subliminales. Los datos obtenidos pusieron en claro que el
criterio con el que las personas juzgan espontáneamente el peso de una serie
de objetos puede ser cambiado subliminalmente sin que el sujeto sea avisado
de ello. «Si los criterios de evaluación pueden ser cambiados
subliminalmente, esto significa que cualquier comportamiento puede ser
manipulado. Muchos individuos podrían cambiar sus actitudes sobre la
moralidad de la guerra, de la embriaguez, de la traición o de la amistad»«.
Los resultados de la investigación sobre la percepción aseguran lo
siguiente:
Sin percepción consciente no puede haber comportamiento intencionado.
La percepción subliminal puede dar lugar a comportamientos no intencionados.
El comportamiento es la resultante de las experiencias pasadas y el punto de
partida para futuras percepciones.
El sujeto de la percepción y su mundo percibido no pueden existir
independientemente.
El sentido que el sujeto de la percepción da a las cosas depende de las
experiencias acumuladas anteriormente.
La percepción es una experiencia personal e intransferible.
Lo percibido es un eslabón entre el pasado, del cual recibe significado y el
futuro, al cual ayuda a interpretar.
Aquellas cosas, más frecuentes, más ligadas o más cercanas a las
experiencias personales son más fácilmente percibidas que otras inesperadas
y extrañas.
Como dos personas no pueden estar exactamente en el mismo lugar al mismo
tiempo, su visión del medio ambiente es diferente aunque la diferencia sea
muy pequeña.
En consecuencia, dos personas no pueden atribuir exactamente el mismo
significado a las cosas observadas pero las experiencias comunes tienden a
producir una significación participada la cual hace posible la comunicación. |
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La Comunicación
La
percepción lleva a la comunicación. En toda comunicación, simple o compleja
se realiza una secuencia semejante a esta.
Este esquema explica que el mensaje (al nivel mental), generalmente de tipo
informativo, originado por una fuente o comunicador (el cerebro del
individuo) es codificado, puesto en una forma transmisible (un pensamiento
se verbaliza al ser convertido en ondas sonoras, o signos escritos).
El mensaje codificado pasa a través de un transmisor (impresión, grabación,
película, televisión) camino apto, canal (aire, onda, papel, luz, etc.) a un
receptor (los sentidos de una persona, ojos, oídos, nervios táctiles) donde
el mensaje es descodificado (convertido por el sistema nervioso en símbolos
mentales) a su destino final (cerebro del receptor).
Para que la comunicación sea eficaz se necesita la actividad del receptor;
que reacciona contestando, preguntando o actuando mental o físicamente. Hay
una respuesta del receptor al comunicador que completa el ciclo, es la
retroalimentación (feedback).
La retroalimentación permite al comunicador, que dio origen al mensaje,
corregir las posibles omisiones o errores en la transmisión del mensaje, o
mejorar la codificación y el procedimiento de transmisión e incluso, ayudar
al receptor en la descodificación del mensaje.
Hay otro elemento adicional que debe incluirse en este esquema de
comunicación:
El ruido, que es toda perturbación que interfiere o
causa distorsión en la transmisión del mensaje El ruido puede producir un
impacto muy serio en la comunicación al grado de determinar su fracaso. La
estática en una emisión radiofónica es un ejemplo simple de ruido. Un
relámpago puede ser un ruido perturbador para una persona que esté leyendo
un libro. Imágenes imprecisas o erróneas en una película pueden constituir
un ruido fatal. El ruido también puede ser producido en la intimidad del
receptor, y destruir así un proceso de comunicación que había tenido una
transmisión satisfactoria, por ejemplo, la falta de atención. Incluso
experiencias conflictivas del pasado pueden actuar como una fuente de ruido
inhibidor; recuérdese la importancia del pasado individual para influir
sobre la percepción. Los ruidos y barreras nebulosas de cualquier grado
deben ser tenidos en cuenta como obstáculos que hay que vencer.
En ocasiones no puede evitarse en la planificación el factor redundancia que
se usa frecuentemente para vencer ruidos evidentes o previsibles. La
redundancia se refiere a la repetición de la transmisión de un mensaje a
través de diferentes canales para superar o evitar la interferencia del
ruido. Ejemplos de redundancia se pueden dar en la actividad, cuando se
proyecta un material visual y al mismo tiempo se distribuyen copias impresas
del mismo para estudio o cuando se presentan múltiples aplicaciones de un
mismo principio en diferentes contextos.
Por la práctica en el uso de materiales audiovisuales se llega a entender
dónde y cuándo son adecuados como canales de comunicación dentro del proceso
de movimiento del mensaje del emisor al receptor; y cómo deben relacionarse
los diferentes elementos de la comunicación con los factores de ruido y
redundancia, para conseguir éxito en los esfuerzos por comunicarse
efectivamente.
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Barreras de la comunicación
El que desea dar una orden, o comunicar una información, o persuadir a
alguien mediante una comunicación, debe tener muy en cuenta todos los
elementos que pueden impedir que dicha comunicación sea interpretada como el
emisor lo desea. Hay barreras de muchos tipos:
Físicas. Los ruidos del momento, la
lejanía, los obstáculos: paredes, etc. la mala acústica del local, imágenes
deficientes (radio, TV, etc.).
Fisiológicas. La sordera u otros
defectos físicos, la mala expresión de sonidos.
Semánticas. Cuando el mensaje se puede
interpretar de muy diversas formas. Si yo digo: «Vino a la mesa», se puede
interpretar: «él llegó a la mesa» o también «lleva vino a la mesa».
Psicológicas. Los estados de ánimo de
emisor y receptor, la vergüenza, el miedo, los prejuicios, el valorar
demasiado a la propia persona.
Culturales. La distinta formación y
cultura, ser de distintos países, hablar con términos técnicos a los no
técnicos en esa especialidad. |
©
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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