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Recursos gráficos
Los textos de esta son del libro
«Medios,
recursos y tecnología didáctica para la formación profesional
ocupacional»
escrito por los
profesores José Ignacio
Aguaded
y Enrique Martínez-Salanova y
publicado en
1998
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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Una
educación participativa que intenta aproximarse a la realidad del entorno
social de los alumnos, no puede ignorar la importancia que supone el uso de
los diferentes medios de comunicación y los valores didácticos que éstos
aportan como forma de integración de la enseñanza en el contexto cotidiano.
Nadie
duda hoy del alto poder de atracción que los tebeos han tenido desde hace
varias décadas y siguen teniendo aún entre el mundo infantil y juvenil. En
el mundo de los adultos se valora cada día más tanto por la atracción que el
tebeo produjo cuando se era niño o adolescente como por la calidad,
movimiento cinematográfico y narrativa visual que aporta a la cultura de
personas en educación, y cómo no, en diversión permanente. Afirma Ezquiaga
que si «los docentes supiésemos utilizar este recurso en el aula como medio
de desarrollo cognitivo, afectivo y social, y no sólo de distracción,
conseguiríamos aquella ilusión didáctica de instruir deleitando».
Breve recorrido histórico
El
cómic, tebeo o historieta es un medio narrativo de comunicación social,
donde se cuentan historias y sucesos, combinando generalmente imágenes y
textos en un mensaje global. Los textos suelen ir siempre subordinados a las
imágenes, que pueden aparecer sin palabras (historietas mudas), sin por ello
perder su valor comunicativo. Generalmente, textos e imágenes se combinan,
formando una unidad de comunicación sintética superior, que es más que la
simple suma de ambos códigos.
Los
antecedentes del medio se remontan, según Azcárate, a los retablos
medievales donde aparecía ya la imagen de forma secuencial. Pero es en el
siglo XVIII cuando se van a popularizar, rondando por las calles unos
papeles aleluyas, que no eran más que unos pliegos gráficos con una
finalidad esencialmente jocosa y lúdica. A finales del siglo pasado,
coincidiendo con la universalización de la escuela gratuita y pública y el
comienzo del acceso de grandes masas sociales a la educación, va a
cristalizar este nuevo género de expresión. Fue el periodismo americano el
que los popularizó como medio narrativo de comunicación social, con el
objeto de atraer mediante las ilustraciones a nuevos lectores. Outcault pasa
por ser el fundador de la historieta moderna con las aventuras y peripecias
de un personaje de los arrabales neoyorkinos, Yellow Kid.
El
género evoluciona considerablemente durante este siglo, alcanzando en
nuestro país un fuerte impulso en la década de los años sesenta y setenta,
convirtiéndose en no sólo un lenguaje de expresión infantil, sino también en
un canal de comunicación para la población adulta.
El lenguaje del medio
El tebeo
emplea un lenguaje «sui generis», combinando gráficos y textos, con un
desarrollo temporal secuencializado y sincronizado para narrar historias de
diversas temáticas. Posee una estructura narrativa basada en un código
lingüístico propio y una serie de imágenes, subdivididas en unidades
recuadradas, llamadas «viñetas». Existen en la actualidad un conjunto de
convenciones codificadas y recursos que facilitan la lectura y fundamentan
la inteligibilidad del relato. «Cartuchos», donde se encierran los textos
narrativos; «globos» o «bocadillos» que contienen las conversaciones y
monólogos de los personajes, líneas cinéticas portadoras del tiempo,
onomatopeyas, metáforas visuales, ideogramas, convenciones icónicas, líneas
dinámicas... El lenguaje del cómic se ha ido formando progresivamente desde
el siglo pasado y denota un complejo proceso de expresión cultural con un
gran poder de atracción. El mundo infantil y juvenil encuentran en este
lenguaje expresivo un canal atractivo y motivante de iniciación a la lectura
y la comprensión del relato secuencializado. El mundo de los adultos, o bien
ya conoce el medio y es en cierta forma adicto a él, o puede iniciarse en su
lectura en edad tardía mediante su utilización como significativo vehículo
transmisor de mensajes.
Desde
los inicios del cómic, éste ha estado estrechamente vinculado a otros medios
de comunicación audiovisuales, con los que comparte múltiples elementos
comunicativos. El cine, la novela, la pintura y las artes plásticas, la
prensa, los relatos y las novelas... guardan una estrecha vinculación con
este medio que progresivamente ha ido evolucionando hacia un sofisticado
arte gráfico-icónico que incluye los más variados planteamientos y
temáticas. Actualmente el cómic, según Lourdes y Sonsoles Fernández, es un
lenguaje con una identidad, estética y características propias.
Desde
hace varios años ha entrado con fuerza en escena el cómic japonés: Manga,
con toda su carga de violencia y movimiento. En el tebeo japonés, como en el
europeo, hay sexo y violencia, y también aventuras y romanticismo; hay
mangas para pequeños y para mayores; hay mangas eróticos y pornográficos; en
cuanto contenidos no es ni mejor ni peor que lo que conocíamos hasta ahora.
La clave
de una introducción tan profunda de imágenes japonesas en occidente está en
el sentido del ritmo, el dominio del movimiento, aún en el comic, y el
lenguaje cinematográfico con el que trabajan guionistas y dibujantes, y que
han acercado lenguajes y transformado la forma de hacer comics en occidente.
El manga
es un lenguaje gráfico muy ligado a las formas narrativas de la televisión y
el cine; un manga es un story board al que se añaden algunas palabras
alrededor de los dibujos, mientras que el tebeo europeo está más ligado a
las formas narrativas propias de la literatura.
Si ha
ello se añade la diversidad de secuencias, la técnica del dibujo, la
resolución de formas, tramas y colores, deberemos reconsiderar nuestra
opinión y analizar si del comic japonés solamente hay que rechazar lo
violento, o intentar utilizarlo y aprender de su dinámica.
El cómic como expresión
cultural
Entre la
población infantil y juvenil, el tebeo sigue siendo un medio de comunicación
de notable aceptación. Los chavales compran los comics por iniciativa propia
y encuentran en ellos un medio de ocio, evasión y aprendizaje. Para los
adultos es medio de distracción, de comunicación y puede convertirse con
facilidad en instrumento didáctico.
Muchos
docentes, en cambio, rechazan el cómic como medio de aprendizaje -más que
por el propio lenguaje, por las temáticas que se han asociado a este medio
audiovisual-, considerándolo como modelos de una cultura pobre, con clichés
preestablecidos, tipos antisociales, con presencia de personajes marginados,
violentos, con repetición constante de esquemas de argumentación, aventuras
poco «instructivas», violencia, sexo, afianzamiento de roles tradicionales
(hombre valiente/mujer bella...), etc.; en definitiva, una pobreza cultural
que lo ha relegado como «subgénero» de poca estima social.
Es
cierto que estos clichés han estado y siguen presentes en los tebeos, que
soportan a veces altas cargas de ideologización y formas de vida
distorsionadas. Pero también es verdad que dentro del género, cabe una
amplia multiplicidad de propuestas que recogen no sólo temas violentos,
marginales y antisociales, sino también fino humor, aventuras novelescas,
divertidas historietas, mensajes responsables de interés social, etc.
Mediante el cómic se pueden narrar historias y explicar procesos de
producción, haciendo más atractivo cualquier mensaje. El cómic tiene la
ventaja sobre cualquier otro medio en que todo vale en cuanto a
posibilidades creativas y estilos de producción. Las potencialidades
expresivas y comunicativas del cómic no han sabido aprovecharse en los
centros educativos.
Ante la
importancia de este medio gráfico visual, la alternativa no puede ser
ignorarlos como medio de lectura y expresión personal, sino integrarlos en
el aula, intentando explotar sus vertientes más positivas para el proceso de
aprendizaje. Analizarlos críticamente en el aula, dando espacios para su
lectura e interpretación y buscando pautas individuales y colectivas para la
comprensión global de sus mensajes, es sin duda también una labor
trascendental en cualquier acción formativa.
Utilización didáctica
Las
posibilidades de utilización del cómic en el aula son inmensas y dependen
tanto del interés que profesores tengan por hacer uso de un lenguaje
iconográfico, como de la motivación previa de los alumnos. En todo caso, el
uso de un lenguaje expresivo como éste, debe responder a una seria
planificación didáctica, donde se recoja explícitamente cuáles son las
intenciones educativas del uso del medio.
1. Lectura de comics y tebeos
Todos
los medios de comunicación ejercen una notable influencia. Integrarlos en el
aula debe responder esencialmente a la búsqueda de un ambiente propicio que
favorezca la reflexión de los alumnos sobre los códigos que emplean, sus
intenciones comunicativas y sus impactos en los lectores. Es cierto que este
proceso de captación reflexiva y crítica ha de estar adaptado a los
intereses de cada grupo o de cada individuo.
Hay una
amplia gama de historietas en el mercado, de los más variados estilos y
temáticas, algunos de ellos de una óptima calidad literaria y cultural.
La
lectura de comics en las aulas pueden ser un punto de arranque para el
comienzo de unidades didácticas, trabajos interdisciplinares, monografías de
aula... en definitiva, para potenciar un proceso globalizador de la
enseñanza que a veces difícilmente se alcanza con la parcelación del saber
de los libros.
Producción de comics
La
creación de tebeos e historietas en el aula se convierte, sin duda, en una
actividad interdisciplinar, con altas dosis de motivación para los alumnos.
La elaboración de un cómic supone poner en marcha un amplio conjunto de
mecanismos que afectan a las diversas áreas de cualquier acción formativa:
comunicación, formación, aprendizaje, relaciones humanas, orientación
profesional, entrevistas, idiomas, técnicas profesionales, prevención de
accidentes, seguridad en el trabajo, legislación …
La
confección de comics supone esencialmente poner a los alumnos en una
situación de productores de información para adentrarse en todo el proceso
de supone la comunicación desde su configuración en el plano del emisor,
hasta la recepción por parte del lector. Para profesionales que van a formar
a otros profesores es imprescindible conocer técnicas de elaboración de
comics.
Inicialmente los alumnos tendrán que comenzar a trabajar en equipo,
observando la realidad y situaciones cotidianas para de ellas entresacar la
trama que va a constituir su mensaje. Por ello desde el aula se debe
comenzar con un proceso de investigación y sus consiguientes fases de
observación, síntesis, recopilación y documentación.
Una vez
que se tiene seleccionada la historia, es preciso transformarla
lingüísticamente al lenguaje del tebeo, elaborando el guión, tanto
literario como técnico, incluyendo los textos narrativos, los descriptivos,
los diálogos, monólogos, soliloquios, e incluso anotaciones para incorporar
onomatopeyas, líneas cinéticas... en el guión técnico.
Simultánea o posteriormente, se habrá ido trabajando con la realización
icónica de los dibujos y las viñetas que acompañarán a los textos en
este lenguaje comunicativo.
La
siguiente fase es la secuenciación y montaje de todas las viñetas para
formar esa síntesis superior que es el relato.
Es
aconsejable comenzar esta fase creativa con la elaboración de comics que se
limiten a la recreación de historietas, ya elaboradas por otros alumnos, en
folletos publicitarios o comercializadas. Esta forma de trabajo inicial
tiene la ventaja de que no obliga a los alumnos a realizar todo este proceso
de creación al completo (textos, imágenes, secuencias, etc.), focalizándose
en aspectos concretos en primer lugar, para ir progresivamente centrándose
en las distintas fases.
En todo
caso, la elaboración de comics en el aula es un sistema sencillo, de fácil
creación y que fundamentalmente requiere muy pocos instrumentos técnicos,
sin dejar por ello de ser un óptimo medio de adentrarse en el mundo de la
comunicación audiovisual en todas sus fases y complejidad.
Un
proceso paralelo al de las historietas -que veremos a continuación- es el de
las fotonovelas educativas, que sustituyen los dibujos por fotografías de
elaboración propia o recortadas de impresos y revistas.
Integración en el proyecto
general formativo
La
lectura de imágenes, y en este caso las imágenes secuenciadas, en la
dinámica que genera el cómic, y la producción de guiones y viñetas ofrecen
un recurso motivador para interesarse por las diversas materias de cualquier
plan formativo, al mismo tiempo que introduce a los no iniciados, y refuerza
a los que lo conocen en el mundo gráfico visual de la historieta.
Es
posible elaborar historietas de casi todas las materias, al tiempo que se
trabaja con técnicas lingüísticas variadas: el diálogo, el monólogo,
expresiones coloquiales... La utilización didáctica de los tebeos en el aula
puede ir, por tanto, según reseñamos, desde la lectura de este medio de
comunicación social, seleccionando de la amplia variedad de historietas
existentes en el mercado, aquéllas que se presten a una mayor aplicación en
el aula, hasta favorecer desde esta dimensión, una lectura crítica del
medio, analizando junto con los alumnos, los clichés sociales y patrones que
aparecen en los tebeos comercializados, favoreciendo el conocimiento de los
mecanismos que estos medios ponen en juego.
Es
posible además, proponer desde el aula un conocimiento técnico del medio,
iniciando y profundizando con los alumnos tanto en los códigos visuales
(encuadres, planos, secuenciaciones, signos cinéticos, etc.) como en los
códigos verbales (cartuchos, textos, bocadillos...).
En el
caso de aprendizajes para la formación profesional ocupacional, el
conocimiento del cómic, puede tener, a diferencia de otros niveles o estilos
formativos, una finalidad en sí misma, por cuanto favorece el conocimiento
de las estructuras de la historieta y por ello sus posibilidades de
comunicación, al tiempo que prepara para futuras acciones profesionales en
el campo de la educación, la comunicación, la publicidad, o las relaciones
humanas, en los que el cómic es de utilización imprescindible.
Por
último, podemos también iniciar a los alumnos en la creación de comics y en
la producción de mensajes a partir de este medio gráfico-visual. En este
sentido, conviene aclarar que no debe ser ésta la primera actividad a
realizar, en cuanto que es necesario, previa o simultáneamente, que se
conozca el lenguaje del medio y sus propios mecanismos. El proceso de
creación de comics, como cualquier medio audiovisual, está sometido a un
desarrollo que va desde la selección del tema inicial, su correspondiente
documentación, a la realización de los guiones literarios y técnicos,
elaboración gráfica de viñetas (realización icónica), secuenciación, montaje
y edición de las maquetas, así como la fase de impresión y distribución
entre los lectores finales.
La
creación de comics en las aulas favorece el trabajo de investigación,
ofreciendo una fuerte motivación, implicando el proceso de enseñanza en un
aprendizaje significativo -y por tanto- dentro de las nuevas corrientes
psicológicas del aprendizaje funcional.
La
combinación del lenguaje icónico y verbal permite favorecer un desarrollo
integral de diferentes dimensiones de la personalidad, en una síntesis
interdisciplinar. Como afirman profesores de la
UNED (1986), con el cómic, los
personajes -y a través de ellos los propios alumnos- hablan (expresión
lingüística), se mueven (expresión dinámica), se expresan con gestos y
muecas (expresión dramática), se relacionan (expresión social), se ubican en
contextos (expresión natural), etc.
Los
objetivos de la utilización didáctica del cómic en el aula deben responder
siempre a esa necesaria lectura crítica y creativa que en la actualidad se
ha de desarrollar para no ser auténticos «analfabetos icónicos» en la
sociedad de la comunicación audiovisual. |
Según
Santos Guerra (1984), «comunicarse no es sólo recibir mensajes, ser meros
espectadores del mundo». En la actualidad, miles de imágenes llegan a
nuestras casas, lugares de trabajo, zonas de ocio... invadiendo nuestras
intimidades y modelando nuestras formas de conducta y comportamiento
personal y social. Desde las aulas, es posible y necesario desarrollar
estrategias que permitan a nuestras alumnas y alumnos responder de forma
crítica y creativa a estos mensajes. La fotonovela, utilizada
didácticamente, es un medio de comunicación más, de notables posibilidades
pedagógicas.
Los
avances tecnológicos han supuesto importantes transformaciones en las
técnicas de creación, impresión y distribución de los medios de
comunicación. La fotonovela ha sido hasta ahora un medio con connotaciones
sociológicas negativas, debido más a las temáticas de las que ha sido
soporte, que al género y canal de comunicación propiamente. Es necesario,
descubrirla como estrategia comunicativa que responde también a otras
alternativas temáticas, más acordes con las necesidades de los adultos.
Características del medio
La
fotonovela, al igual que la historieta, es una trama narrativa que combina
textos con imágenes -en este caso, fotografías, frente al cómic que empleaba
dibujos gráficos- utilizando viñetas, secuencias y la interrelación
sincronizada del elemento gráfico con el lingüístico. La conjunción de lo
visual con lo gráfico secuencializado da lugar a la especificidad de este
medio de comunicación.
Al igual
que los tebeos, su nacimiento se produce en ambientes populares, obteniendo
una rápida difusión entre las capas sociales de niveles culturales más
bajos. Respondiendo, por ello, a las propias demandas de estos sectores, se
convierte en un género espontáneo, de poca calidad literaria, con contenidos
estereotipados, pobreza lingüística y centrado en temas de aventuras
sentimentales, amoríos y terror.
Poco a
poco va adquiriendo sus peculiaridades que lo diferencian del cómic y de las
narraciones cortas. De esta forma, dirigida a las masas de nivel cultural
más bajo, constituida por lectores poco dados a la reflexión, la fotonovela
va convirtiéndose en una de las formas canalizadoras de la literatura
popular y de grupos marginales, que ven en este medio un canal propio de
expresión e identificación.
En la
décadas de los 50 y 60, en algunos países europeos y especialmente
hispanoamericanos, las fotonovelas consiguen tiradas millonarias y un amplio
público lector. En todo caso, mantienen como constantes del género los
clichés estereotipados, en cuanto a temáticas -centrada esencialmente en
asuntos sentimentales, aventuras y terror- y la pobreza lingüística con un
vocabulario encorsetado, pobre y basado fundamentalmente en estructuras
coloquiales, e incluso jergas marginales y vulgares.
Hoy día
ha decaído bastante la influencia de este medio como tal, pasando contenidos
y estructuras a la televisión, que con audiencias millonarias mantiene entre
emisoras públicas y privadas casi una decena de «culebrones», que imponen a
su modo un nuevo tipo de colonización, ésta vez desde América Latina. En la
mayoría de los casos, no son más que variantes de un mismo tema, llevado y
traído hasta sus últimas consecuencias infinitas veces, hasta el punto de
que son los mismos actores los que van cambiando de camisa, traje y
escenario constantemente en las diferentes novelas.
Técnicas de utilización
didáctica
Las
fotonovelas como lenguaje expresivo, tienen infinitas posibilidades de
utilización en el aula. Pese a haberse identificado el género con unas
temáticas específicas, muy próximas a lo marginal y al semianalfabetismo,
este medio de comunicación, como tal, no exige un determinado contenido y
una específica configuración ideológica y social. Es posible por ello, desde
las aulas potenciar este medio como recurso óptimo para el desarrollo de las
capacidades expresivas y críticas de los alumnos y alumnas, combinando
simultáneamente el mundo de la imagen con el lenguaje verbal y gráfico.
El uso
de este recurso en la educación tiene fundamentalmente una doble finalidad.
En primer lugar, enseñar a los alumnos a ser críticos con un medio que está
ahí, en la sociedad. Se trata en definitiva, de fomentar el descubrimiento
de los mecanismos de manipulación que los medios ponen en funcionamiento. Y
por otro lado, la utilización didáctica del medio debe favorecer también una
propuesta creativa. Realizar fotonovelas educativas se convierte en una
experiencia apasionante, incluso para los propios profesores que en cursos
de formación se han visto en el compromiso de elaborarlas.
1. Lectura
El
aprovechamiento en la formación profesional ocupacional de la literatura
gráfica y los recursos visuales que ofrece secuencias múltiples de imágenes,
sin duda tiene como principal objetivo motivar a los alumnos hacia la
comunicación a partir de la imagen y de su lectura como actividad
intelectual básica del proceso de aprendizaje.
La
lectura crítica de este medio de comunicación tiene necesariamente que
desterrar los tópicos convencionales al uso y realizar alternativas
creativas paralelas. No se trata sencillamente de que los alumnos lean
subproductos culturales sin más; quizás ni siquiera tengan que ser leídos
éstos o sólo analizados para descubrir los códigos sociales que ponen al
uso. Esta actividad analítica ofrece enormes virtualidades para percibir el
poder de manipulación y las propias cosmovisiones que las tradicionales
fotonovelas ponen en juego.
Además,
desde el aula se puede fomentar la lectura de otros tipos de fotonovelas,
elaboradas por alumnos en acciones formativas anteriores, como alternativa a
las clásicas comercializadas. En éstas con toda seguridad, aparecerán temas
más próximos a su entorno y a su mundo de vivencias y profesional.
La
lectura de fotonovelas, ya comercializadas, ya elaboradas por los alumnos,
puede ir acompañada de trabajos creativos sobre las mismas. Al igual que en
las historietas, profesores y alumnos pueden adentrarse a transformar los
textos, las imágenes, a intercalar nuevas viñetas, a modificar el orden de
secuencias, a elaborar nuevos comienzos o finales, a alterar el papel de los
personajes... En este sentido, es la creatividad de los alumnos y de los
propios docentes la que ha de establecer el límite.
2. Realización de fotonovelas
didácticas
Para la
elaboración de fotonovelas didácticas, se puede partir de textos o
fragmentos adaptados de hechos reales, de obras literarias ya editadas, o
bien de textos de libre creación, en los que se reflejen experiencias
profesionales, anécdotas, hechos sucedidos en lo social o en lo político,
con los que el proceso creativo es más completo, además de recoger
problemáticas más cercanas a sus vivencias y necesidades.
Según
García Matilla, la primera fase consiste en la elaboración del guión,
de manera que el texto literario inicial -ya original ya entresacado de
algún libro- se adecue al medio, organizando el texto en secuencias
narrativas que se apoyen en las acciones que van a ser representadas en las
viñetas. Las estructuras lingüísticas deben ser breves y estar siempre
supeditadas a la imagen, para no ser redundantes respecto a éstas.
Todo
ello se ha de materializar en el guión técnico, donde se han de
visualizar, al menos con notaciones, los escenarios, ángulos y planos de las
tomas fotográficas que se realizan, adaptando el guión literario a las
imágenes que se van a insertar. Hay que partir de la base de que la
sincronización de imágenes y textos es una tarea que requiere una cierta
práctica y adaptación puesto que los primeros problemas con los que nos
podemos encontrar son la redundancia de textos e imágenes, la dificultad de
encontrar estructuras lingüísticas breves que se adapten a los bocadillos,
el hallazgo de imágenes que respondan a los textos, etc. En el guión técnico
hay que recoger ya los contenidos definitivos, así como todas las
acotaciones necesarias en cuanto a planos, ángulos, personajes, paisajes,
etc.
La
siguiente fase, una vez que se cuenta con el guión técnico, es la
realización, al igual que si se tratara de la grabación de un film
cinematográfico o televisivo. En este plan de trabajo hay que elaborar o
adecuar los escenarios, organizar el «atrezzo» y captar las tomas
fotográficas correspondientes o de búsqueda de imágenes en manuales y textos
que nos puedan valer para el guión. Es necesario, si se sigue todo el
proceso completo, elaborar planes de producción de imágenes, control de
personajes, escenarios, etc., adaptándolo siempre a las posibilidades que
desde el propio centro y aula se cuenten.
La
realización de los globos, bocadillos y cartelas con sus textos
correspondientes bandas gráficas, así como la delineación y rotulación,
constituyen la primera parte del montaje, que se completa con la
inclusión de las fotografías elaboradas en la fase anterior. El ajuste
inicial de textos e imágenes requiere siempre algunos retoques para fusionar
adecuadamente los elementos básicos de este medio de comunicación.
La
composición definitiva de las páginas a través de las «maquetas» pone punto
final al período previo a la impresión, que en función de las
distintas posibilidades con que se cuente se realizará bien con fotocopias
en el propio centro o con offsset en una imprenta profesional.
La
distribución de los ejemplares impresos dará fin a este ciclo con la
lectura por parte de los destinatarios de las historietas gráficas-visuales
elaboradas por los alumnos.
En todo
caso, es el proceso final y no el producto lo que, desde el punto de vista
educativo, tiene interés, puesto que no se trata de producir ejemplares de
gran calidad que puedan competir con los comercializados. En el proceso de
aprendizaje, la actuación gira en torno a que los alumnos, a través de esta
amplia estrategia de investigación -que supone el seguimiento de todas las
fases de confección de una fotonovela didáctica- descubran las posibilidades
interpretativas y expresivas de un género que sin duda es inicio al mundo
audiovisual, sin necesidad del empleo de artilugios electrónicos que desvíen
o perjudiquen el dominio didáctico del medio.
El
proceso de realización sigue, como hemos visto, los pasos de todo medio
audio-gráfico-visual y pretende, con una fórmula sencilla -que no requiere
ninguna instrumentación técnica complicada para su realización-, adentrar a
los alumnos en una lectura crítica y creativa de los medios. Eso sí, al
igual que en los otros lenguajes audiovisuales, es conveniente que antes del
proceso de «escritura» con el medio, los alumnos conozcan previa o
simultáneamente, al menos, los principales recursos lingüísticos y gráficos
del mismo.
Integración en los planes
formativos
La
integración de la fotonovela educativa en los planes formativos de la
formación profesional ocupacional ofrece múltiples posibilidades de
actuación por las posibilidades que la fotografía tiene en la información
gráfica en relación con las diferentes profesiones, el desarrollo de
estrategias creativas y publicitarias y el aprendizaje de la lectura crítica
de la información gráfica.
La
fotonovela didáctica es un recurso para que alumnos se acerquen con mayor
interés y motivación a un problema, suceso, incidente o supuesto, desde una
perspectiva gráfica y motivadora, secuencializando la narración,
diseccionando sus aspectos más significativos, analizando su estructura y
facilitando así soluciones, resultados proyectos o propuestas de acción
práctica.
Para
ello es necesario interrelacionar situaciones, transcribir de un lenguaje
comunicativo a otro (del visual al gráfico y viceversa), trabajando con la
cámara fotográfica como medio de comunicación y como instrumento para un
mensaje global verbo-icónico, etc. En definitiva, invención de historias,
adaptaciones técnicas de sincronización entre imágenes y palabras, tomas
fotográficas de la realidad «real» o «ficticia», montajes y secuenciación
temporalizada con tensión dramática, impresión y distribución son fases de
un complejo proceso de aprendizaje que este medio de comunicación nos
ofrece. |
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El
cartel publicitario e informativo nace vinculado a las grandes urbes. Según
Azcárate, fueron factores económicos, urbanísticos y estéticos los
responsables de su nacimiento. Las calles urbanas y sus entornos cada vez
más densos y poblados gestaron el escenario ideal para la proliferación de
los grandes carteles murales, que con la combinación sintética de imágenes
con textos, han tenido como principal misión la de informar y convencer.
Tamaños
cada vez más gigantes, formatos impactantes y atractivos, colores intensos y
llamativos, imágenes insólitas o manipuladas... han ido progresivamente
caracterizando a este sistema de comunicación que invade ya todos los
rincones de nuestro hábitat cotidiano: carreteras, teléfonos públicos,
solares abandonados, buzones postales personales, parabrisas de vehículos,
farolas, etc. El impacto urbano del cartel mural no ha encontrado
competencia en el resto de los medios de comunicación, dada su especificidad
y sus entornos singulares.
En la
actualidad, pocos ciudadanos reconoceríamos nuestras ciudades si
desapareciera de un plumazo la «marea» audio-gráfico-visual, a la que
estamos sometidos cuando pisamos el umbral de nuestra puerta. Parece como
que casi todo es válido para anunciar y anunciar mensajes publicitarios que
nos incitan a comprar hoy para tirar mañana y volver de nuevo, en un círculo
vicioso, a comprar al día siguiente.
Los
carteles también nos ofrecen la posibilidad de trabajarlos en la enseñanza
no sólo con su análisis a través de lecturas de imágenes, sino también
mediante la creación de producciones propias de los alumnos, desarrollando
sus destrezas intelectuales y manuales e interconexionando el lenguaje
icónico con el verbal.
Utilización didáctica
1. Análisis de murales y
carteles
El
bombardeo gráfico visual que en nuestra sociedad sufrimos, requiere
necesariamente una respuesta desde las aulas. Los alumnos han de ser capaces
de interpretar los mecanismos de información y manipulación que el lenguaje
de la imagen pone en funcionamiento. La alfabetización icónica requiere, por
ello un aprendizaje de los códigos y mensajes audio-gráfico-visuales.
La
lectura de carteles y murales en el aula, bien utilizando sus soportes
originales, bien mediante el análisis de las reproducciones -que suelen
aparecer también en formato reducido en otros medios de comunicación, como
periódicos, revistas o radio y televisión- debe llevar consigo el estudio en
profundidad de las técnicas de composición de imágenes, rotulación, artes
gráficas, lenguajes combinados, niveles de captación, secuencias y
temporalización.
En
resumen, se debe favorecer, desde los diversos aspectos o visiones en que se
divide la acción formativa una captación de todo el proceso comunicativo que
desde un nivel semiótico se pone en marcha: emisor, receptor, mensaje,
canal, código, contexto y referente tienen que ser los puntos de partida
para la lectura crítica de todo medio de comunicación, y especialmente para
aquéllos que ponen en juego diversos lenguajes simultáneamente. Desentrañar
y desmitificar sus mensajes a través de una lectura objetiva y también
subjetiva de éstos es, por tanto, una propuesta que responde a las
necesidades vitales de los alumnos como actuales y futuros ciudadanos,
sometidos a un consumo indiscriminado -y muchas veces inconsciente y no
siempre voluntario- de imágenes en todos los espacios de su hábitat
cotidiano.
2. Creación y elaboración de
carteles murales
El
proceso dinámico, activo y participativo de creación de carteles trae
consigo, según Coppen (1982), la adquisición de una serie de destrezas
intelectuales y manuales; la captación, aprendizaje y afianzamiento de un
conjunto de datos gráfico-visuales; la estructuración y organización del
pensamiento por medio de interconexiones de lenguajes alfabéticos e
icónicos, creando estructuras coherentes; el estímulo de la imaginación; y
por último, la modificación de nuestra conducta, preparándola ante la
batalla diaria de la persuasión y manipulación publicitaria inconsciente.
En la
elaboración de carteles, hay que tener presente el contenido que se quiere
transmitir; las imágenes que van a servir como soporte al mensaje,
estudiando los receptores de las mismas y qué diseños pictóricos son los más
idóneos, los tipos de grafías y su ubicación, los colores, las conexiones
entre textos e imágenes, la capacidad de impacto y sugestión... En
definitiva, la síntesis global del mensaje a transmitir y las capacidad de
alcanzar las respuestas esperadas.
En un
proceso de producción de carteles murales, los alumnos desarrollan destrezas
plásticas manuales, propias de estas áreas de conocimiento, pero al mismo
tiempo, al igual que en los otros medios audio-gráficos-visuales que
analizamos en este texto, ponen en funcionamiento un conjunto de habilidades
y aptitudes técnicas mucho más amplias que afectan interdisciplinarmente a
todo el proceso de aprendizaje. La puesta en marcha de una idea, su
gestación, su materialización en un diseño gráfico y visual, la anticipación
del impacto esperado en los receptores... implica un complejo proceso que
engloba desde conocimientos psicológicos y mentales, hasta prácticas de
diseño y manualizaciones.
El proceso de elaboración de
carteles
La gran
diversidad de murales, dado sus formatos, tamaños, soportes, etc. hace
imposible precisar los posibles materiales que se pueden emplear en su
ejecución material. Desde murales realizados en paredes exteriores, hasta
los realizados en franelógramas, pizarras de plástico, papel continuo,
tableros de corcho o simplemente en grandes hojas de papel... La variedad de
superficies es tal que la creatividad e imaginación de profesores y alumnos
tienen que tener vía libre y ponerse en marcha, estudiándose todas las
posibilidades de realización.
En todo
caso, al igual que en los otros medios, lo más importante no son tanto los
productos finales que se consigan sino la capacidad que ha tenido el proceso
para enseñar a los alumnos, mediante la creación de carteles, a captar todas
las fases que semiológicamente se ponen en marcha en la comunicación de
masas, con todos sus mecanismos de manipulación y tergiversación. Los
objetivos básicos de esta tarea son interpretar críticamente los mensajes y
procurar que se adapten a una acción profesional formativa determinada.
En
formación profesional relacionada con la comunicación, la educación, la
venta o la publicidad, el aprendizaje de la técnica del cartel, aproxima al
alumno a la creatividad y le capacita para expresar mensajes muy diversos.
La realización de montajes con medios informáticos le ayudará a realizarlos
con mayor precisión y facilidad. |
Prensa
en las aulas
El periódico en las aulas
Para
enseñar la actualidad, ¿qué mejor que un periódico? Estos papeles diarios
llenos de inexactitudes, improvisaciones, subjetivismos y publicidad patente
y encubierta, son al mismo tiempo unos buenos aliados didácticos, si se
saben usar.
Los
periódicos no son libros de texto, no se han hecho ni para enseñar
propiamente, pero a pesar de todo, una formación que no emplea la prensa
diaria, difícilmente podrá tener como objetivo el conocimiento de la
realidad y el entorno.
En los
periódicos cabe de todo, pero esa pluralidad de informaciones, esas
contradicciones permanentes son el mejor instrumento para ayudar a los
alumnos a partir de la vida misma, de la realidad social y profesional que
le rodea, para construir sus propias situaciones de aprendizaje. Los
asépticos y digeridos libros de texto, documentos y apuntes nos presentan
una realidad uniforme, sistematizada y estructurada y aparentemente neutral,
pero nada más lejos de una realidad como la que vivimos, llena de
incertidumbres.
El
palpitar cotidiano de la prensa puede ser analizado críticamente en las
aulas para fomentar en los alumnos lectores críticos y creativos.
Curiosamente la escuela tradicional que tanto ha potenciado los mensajes
escritos, no ha conseguido ni tan siquiera crear lectores asiduos. Nuestro
país, en índice de lectura de prensa diaria, se sitúa en los niveles más
bajos de Europa, lindando con algunos países surafricanos y asiáticos. El
nivel lector en España se situaba en el año 80 en 116 lectores diarios sobre
1000, mientras que en los países nórdicos se alcanzan cifras de 500/600 por
1000. La diferencia es clara y suscita su propio comentario.
Prensa y sociedad actual
Los
primeros sistemas gráficos de comunicación tardaban días en llegar a sus
puntos de destino, pasaban a veces semanas y meses antes que los lectores
pudieran tener en sus manos noticia de los hechos. Aún así, su influencia
era considerable ya que en muchas ocasiones era el único medio, aparte del
rumor, de tener información más o menos veraz de los hechos. Hoy día, la
prensa escrita sigue teniendo un notable poder informativo, aunque
compartido cada vez más con los nuevos medios tecnológicos de comunicación.
Frente a
la radio y a la televisión, que tienen la virtud de transmitir la noticia
prácticamente al instante de producirse, los periódicos centran más su
tratamiento de la actualidad desde un enfoque de mayor elaboración y
profundización de los hechos noticiables, ofreciendo a los lectores un medio
mucho más personalizado, que permite la reflexión y selección activa de los
receptores.
El medio
prensa ha ido sufriendo también en los últimos tiempos, tanto positiva como
negativamente, los embates de las nuevas tecnologías. Por un lado, los
nuevos medios han reducido su papel preponderante en el campo de la
comunicación, pero por otro, han facilitado que los modernos diarios salgan
a la calle después de un largo proceso tecnológico con profundas mejoras en
los sistemas de transmisión de la información, composición de páginas y
autoedición, maquinarias de impresión e incluso las propias redes de
distribución.
A pesar
de que, como hemos dicho, las encuestas hablan de que sólo existe un diez
por cierto de población lectora diaria de periódicos entre los españoles, no
por ello se ha dejado de comprobar el alto nivel de influencia y
sensibilización social que este medio de comunicación posee, y que algunos
definen como «cuarto poder». Sin embargo, en una sociedad pluralista y
democrática como la nuestra, la prensa desempeña también una labor crítica y
de análisis de la realidad social -esto es, lo que algunos han definido como
«contrapoder»- de enorme trascendencia para la convivencia de los
ciudadanos, el respeto de los derechos y deberes y la garantía de la
legalidad constitucional.
De la realidad a la noticia
Desde
que se produce un hecho llamativo y novedoso (que no siempre coincide con lo
que los ciudadanos pueden considerar como más importante y trascendente) que
se aparta de la realidad cotidiana, hasta que éste es conocido por el lector
a través de los periódicos, existe un intenso proceso de selección,
captación, redacción, maquetación, impresión y distribución de la noticia.
Fuentes
diversas de información (agencias informativas, corresponsales, testigos
presenciales, notas de prensa, servicios de documentación, archivos...),
diferentes responsabilidades en la redacción de los diarios (periodistas
redactores, fotógrafos, publicitarios, paginadores y diseñadores,
informáticos...), personal de la empresa, consejo de administración, junto
con los responsables del taller y máquinas y el equipo de distribuidores...
conforman parte de la compleja estructura de elaboración de un diario.
La
selección y el tratamiento de las noticias de actualidad se canaliza a
través de diferentes géneros periodísticos (noticias, reportajes, crónicas,
editoriales, entrevistas, opinión...), ordenadas en distintas secciones
fijas o variables según los diarios (internacional, nacional, regional,
local, economía, opinión, sociedad, sucesos, deportes, cultura, educación,
publicidad...). Todo ello se refleja en un todo armónico y singular que se
materializa en el periódico.
El
lenguaje periodístico a su vez se compone de la interrelación de elementos
gráficos y visuales. Titulación, paginación, fotografías, gráficos e
infografías... se combinan en el diario con los textos -cuerpos- para
ofrecer una unidad de comunicación autosuficiente e identificadora de una
línea editorial y de una estética específica.
Géneros periodísticos |
Información |
Opinión |
Noticia
Reportaje
Entrevista
Crónica |
Editorial
Columnas
Cartas
Criticas |
Géneros híbridos o mezcla de información/opinión |
La
información trasmitida en los periódicos está condicionada por una
determinada visión y óptica de la realidad que responde, tanto a los
planteamientos ideológicos y sociales del grupo editorial que como empresa
pone a la venta el diario, como a los condicionantes técnicos y comerciales
de su proceso de elaboración y distribución.
Los
lectores de un diario buscan en él fundamentalmente una confirmación -aunque
a veces también el contraste- de sus propias creencias y opiniones. Un
lectura crítica de los diarios debe conllevar por ello un análisis de los
mensajes periodísticos, desde una óptica semiótica que reflexione sobre los
ámbitos y condicionantes de todo el proceso de gestación de la noticia.
La prensa en la formación
La
introducción sistemática y planificada de la prensa en el aula ofrece, como
en los otros medios de comunicación analizados, una posibilidad de abrir los
conocimientos a la realidad social y al medio en los que los alumnos se
encuentran insertos: desde los hechos ocurridos en su propio entorno, hasta
acontecimientos regionales o internacionales de fuerte impacto social.
El
tratamiento de la actualidad ha sido uno de los puntos más débiles de la
enseñanza tradicional, que dedicaba prácticamente todo su esfuerzo al
conocimiento de las épocas pasadas, iniciando incluso los contenidos por los
hechos más remotos y por tanto menos motivadores para los alumnos, apelando
a criterios de lógica y temporalidad.
El uso
de la prensa en las aulas, desde una vertiente plural, crítica y creativa,
puede favorecer, como recurso, una mayor globalización e
interdisciplinariedad de los diferentes apartados o materias de una acción
formativa, permitiendo la interrelación de las materias y potenciando el
sentido crítico y la opinión reflexiva de los alumnos.
Frente a
los excluyentes manuales o textos, la prensa se nos presenta como un recurso
más para ampliar los registros lingüísticos de los alumnos, en sus
diferentes niveles de expresión y comprensión verbal. Pero además, la
prensa, en una adecuada programación de utilización didáctica, puede
desempeñar otras muchas funciones educativas.
Hace ya
algunos años, la prensa se utiliza en las aulas en todos los niveles
educativos; en la enseñanza de adultos puede ser recomendada como
conveniente; si lo hacemos desde la perspectiva de la formación profesional
ocupacional, debemos declararla como imprescindible.
Utilización didáctica
La
utilización
didáctica de la prensa se ha analizado tradicionalmente en tres
grandes ámbitos de utilización: como auxiliar didáctico, como objeto de
estudio y como técnica de trabajo.
El
periódico es un recurso que tiene la virtualidad de ser empleado en todas
las materias de una acción formativa y en todos los niveles educativos. Se
puede utilizar en técnicas de comunicación, orientación y búsqueda de
empleo, comercialización, marketing, cálculo mercantil, idioma, situación y
contexto socioeconómico y laboral, mercado común, educación… Existen
múltiples experiencias de utilización didáctica, en la mayoría de los casos
con resultados sorprendentes de motivación del alumnado y aprendizaje
multidisciplinar y crítico. El periódico además puede ser analizado como
objeto de estudio en sí mismo. Fuentes de información, géneros
periodísticos, secciones de la prensa, tipos de periodistas y medios,
publicidad, maquetación y diseño... son materia de análisis no tanto como
conocimiento de una profesión particular, sino cuanto adquisición de
informaciones válidas para desvelar los procesos y productos informativos.
Por
último, como veremos ahora, la prensa puede emplearse como técnica de
expresión personal y creativa de los alumnos. Convertir este medio en un
sistema propio de información, permite favorecer la existencia de una
plataforma comunicativa para la comunidad educativa. Taller de noticias,
periódicos murales y prensa son posibilidades dentro de este nivel de
explotación.
1. La prensa como recurso e
instrumento didáctico
Pocos
recursos didácticos podemos encontrar con la versatilidad, accesibilidad y
facilidad de uso que poseen los periódicos como complemento didáctico, junto
con otras fuentes de información, para el proceso de enseñanza y aprendizaje
de los alumnos.
Los
periódicos ofrecen en sus páginas las informaciones más diversas, llamativas
y a veces disparatadas, que podamos imaginar. Cuando el lector hace el
ejercicio mental de abrir las páginas de un diario sabe muy limitadamente
qué es lo que se va a encontrar en su interior; quizás sea la curiosidad
insaciable y la búsqueda de lo nuevo lo que mueva a muchos ciudadanos a
«consumir» diariamente los periódicos.
Los
diarios, como hemos dicho anteriormente, no están pensados ni elaborados
para el ámbito educativo. Inexactitudes, incorrecciones gramaticales y
lingüísticas, exageraciones, visión parcializada, atención exclusiva en lo
sensacionalista y sorpresivo... además de la propia estructura del diario,
no nos facilita una cómoda adaptación al marco educativo. Con ello, no
queremos indicar -como es fácil suponer- que se ignoren las posibilidades
educativas de este instrumento de aprendizaje, sino más bien acentuar que la
sola presencia de los periódicos en las aulas, no es garantía de un correcto
uso de los mismos. La planificación e intervención de los profesores -así
como el conocimiento que éstos tengan de sus mecanismos y estructuras-, se
hace vital para que este medio de comunicación social adquiera funciones
pedagógicas y didácticas, que incidan positivamente en el proceso de
aprendizaje.
Rotger y
Roque (1982) señalan que la prensa como auxiliar didáctico puede desempeñar
diferentes funciones en el aula. En primer lugar, cumple una finalidad
informativa, comentando y opinando sobre la realidad cotidiana y los
acontecimientos diarios, y por tanto, acercando la realidad educativa al
entorno y a la calle. Los periódicos también desarrollan una función
compensadora ya que, frente a la insistencia de otros recursos en lo formal,
lo sistemático y lo neutral, los diarios ofrecen a las aulas un medio
dinámico, contradictorio e implicado normalmente en opciones ideológicas y
sociales concretas. La prensa además desempeña una función de apertura al
medio y complementaria como soporte de la práctica totalidad de las
materias.
La
principal excelencia que, a nuestro parecer, tiene este medio de
comunicación en su integración en el marco educativo como auxiliar de
aprendizaje, es su polivalencia de uso, tanto desde una óptica vertical como
horizontal.
La
educación de adultos ha visto desde siempre en la prensa un instrumento
ideal, no sólo para la iniciación a la alfabetización gráfica, sino para la
introducción de este tipo de alumnado en la reflexión crítica sobre la
realidad circundante. La formación profesional exige un nivel de
especialización curricular que requiere tratamientos más específicos e
intensivos en el uso de los medios de comunicación. En este sentido, la
prensa puede enfocarse especialmente hacia actividades monográficas y
modelos investigativos.
2. La prensa como objeto de
estudio y análisis
La
lectura de la prensa en el aula tiene necesariamente que ir acompañada, de
forma directa o indirecta, de manera deductiva o inductiva, de un
conocimiento de los medios de comunicación.
El
aprendizaje consciente de los mecanismos, estructuras y factores internos de
la prensa, en la medida que éstos repercutan en las posibles
interpretaciones de los diarios, es un requisito previo para toda lectura
crítica y creativa de los medios. Sólo en la medida que los alumnos
comprendan el proceso de gestación de la información, es posible entender
una captación de los sentidos e intereses que se mueven en el mundo de la
comunicación, que es necesario interpretar y reinterpretar para resguardarse
de las manipulaciones y tergiversaciones patentes y latentes.
El
estudio del medio en sí requiere el análisis de la estructura periodística:
¿cómo se elabora un periódico?, ¿cuáles son las fuentes de información?,
¿qué condicionantes ideológicos y sociales determinan la información de los
diarios?, ¿cómo se organizan estructuralmente los periodistas del diario?,
¿a qué lectores principalmente se dirige?; pero además es necesario estudiar
el producto, el periódico que llega a manos de los lectores: ¿cuáles son los
hechos que se destacan?, ¿cómo se organizan los contenidos?, ¿qué elementos
gráficos e icónicos se ponen en juego?, ¿qué léxico y procedimientos
lingüísticos prevalecen?, ¿cómo se refleja la línea editorial?, ¿qué
análisis comparativos pueden hacerse con otros diarios?...
El nivel
de actividad que puede generarse con el periódico en el aula es
prácticamente ilimitado y depende esencialmente de la toma de conciencia de
la importancia de que alumnos tengan un conocimiento de los medios de
comunicación, como lenguajes esenciales para interpretar la realidad de
nuestro mundo. Pero además es necesaria la propia preparación de los
profesionales de la educación, la planificación didáctica, la flexibilidad
de los programas, la adaptación a las necesidades de los alumnos y de la
acción formativa concreta y la disponibilidad de recursos...
Como
puede fácilmente entenderse del propio espíritu de este libro, no se
pretende desde el aula impartir unos conocimientos profesionalizados sobre
el mundo periodístico; no se trata de crear periodistas en poco tiempo. El
mundo de la prensa nos debe interesar en la medida en que seamos conscientes
de la necesaria alfabetización comunicativa que los alumnos tienen que
poseer para desenvolverse en la vida de una forma consecuente, crítica y
responsable.
3. La prensa como estrategia
de trabajo y técnica creativa
Junto a
la utilización de la prensa como instrumento para el aprendizaje y como
recurso para el conocimiento e interpretación crítica de los medios de
comunicación, los periódicos pueden tener también un uso en el aula como
técnica de expresión personal, como canal de comunicación autónoma, como
elemento expresivo en manos de los alumnos para canalizar ideas,
sentimientos y opiniones, y ser cauce de su propia experiencia vital. Se
puede encontrar en este recurso de aprendizaje un medio para la expresión de
informaciones y noticias, así como críticas, sugerencias y aportaciones que
de alguna forma impliquen a todo el colectivo comunitario.
Los
movimientos de las Escuelas Nuevas o activas, surgidas a principio de siglo
en Europa son los antecedentes del uso de la prensa como medio de expresión
en las aulas. La concepción didáctica del alumno como principio y eje de
toda la actividad educativa exige una adaptación de toda la planificación y
programaciones a los intereses y necesidades de los alumnos, una búsqueda de
la creatividad y la actividad como principios motores del aprendizaje y un
necesario acercamiento al entorno y la comunidad. Célestin Freinet es,
dentro de estas corrientes pedagógicas, el pionero en impulsar el empleo de
la prensa, no sólo como auxiliar de otras asignaturas y materias, sino como
parte integrante del método y de la técnica de aprendizaje.
La
utilización del enfoque periodístico en la escuela exige, según Rotger y
Roque (1982), una nueva actitud ante el hecho educativo. La apertura al
entorno, la flexibilización de los programas, la aceptación de la pluralidad
de ideas y opiniones, el fomento del espíritu crítico... aparecen
ineludiblemente como aspectos claves en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La
explotación didáctica de la prensa como técnica de trabajo creativo, puede
ser estructurada en diferentes niveles, en función del grado de autonomía de
los alumnos, los soportes empleados e incluso la misma esfera de
intervención. Proponemos brevemente tres grandes bloques de actuación:
a)
El
banco de noticias,
que consiste en la recreación de los textos periodísticos por parte de
alumnos, recortando titulares, textos, fotografías, elementos gráficos, etc.
para realizar montajes y recomposiciones personales y grupales a partir de
la propia cosmovisión del adulto, esto es, nuevos mensajes comunicativos.
Los alumnos de esta forma reinterpretan el caudal informativo que les llega
de los medios, convirtiéndose ellos también en no sólo meros receptores,
sino en sujetos protagonistas que ofrecen una respuesta positiva por medio
de una reelaboración consciente y personal. El valor fundamental de esta
propuesta radica en que se trata de una vertiente creadora de la lectura
diaria de la prensa.
En este
sentido, es posible elaborar trabajos de una misma noticia a partir de su
seguimiento en un diario durante un período de tiempo más o menos extenso;
hacer estudios comparativos de una misma noticia en diferentes periódicos;
alterar el orden de las noticias, elaborar a partir de un periódico una
nueva portada, cambiar titulares, hacer nuevos sumarios, ampliar o reducir
noticias, alterar las fotografías... aparte de un sinfín de actividades
lúdicas que pueden favorecer no sólo una enseñanza más motivadora para los
alumnos, sino también más cercana a la realidad y a la globalización
interdisciplinar.
b)
El
periódico mural,
generalmente de ámbito intra-aula, supone un paso de profundización respecto
a lo que hemos denominado «taller de noticias», en cuanto que son ya los
propios alumnos los que elaboran -y no sólo recrean- las noticias,
utilizando técnicas de creación y composición periodísticas (entrevistas,
reportajes, crónicas, informes, noticias, documentos, críticas, opiniones,
etc.), junto con técnicas gráficas de diseño como titulaciones, fotografías
y dibujos, líneas y tramas...
El mural
periodístico en el aula puede ser un elemento motivador del grupo-clase,
puesto que su elaboración periódica supone la participación en una tarea
colectiva, que implica la actividad de todos. El trabajo en grupo, el
reparto de tareas, la obra colectiva -superando la competitividad tan
presente en la sociedad-, la investigación en equipos, la actividad
interdisciplinar globalizadora... son algunas de las virtualidades de este
medio de expresión de fácil uso en el aula.
Las
temáticas de los periódicos murales, su estructuración y soportes, el nivel
de participación de los alumnos, las secciones y técnicas empleadas en su
elaboración están siempre en función de las aptitudes de los profesores y
los medios con que se cuente. En realidad, la puesta en marcha de la prensa
mural depende menos de los medios que de la propia iniciativa de los
docentes y sobre todo, de la existencia de una reflexión previa sobre las
excelencias del medio para cubrir muchos objetivos educativos, así como -y
esto es muy importante- de una planificación de centro y/o aula donde se
especifiquen los objetivos y metodologías que se pretende con este recurso,
dentro de un proyecto global de actuación.
c)
El
periódico o revista realizado en el aula,
puede considerarse como la culminación de todo un largo proceso de
utilización didáctica de la prensa en el aula. Los alumnos seleccionan,
elaboran, redactan, editan y distribuyen; adquiriendo en la práctica
conocimientos del proceso de elaboración de los diarios, y por ende la
estructura de funcionamiento de todos los medios de comunicación.
Existen
múltiples y variados modelos de periódicos para realizar en el aula. Desde
revistas, números monográficos, hasta auténticos ejemplares de prensa,
subdivididos en secciones, que hacen uso de los distintos géneros
periodísticos con la finalidad de dar noticia de los principales
acontecimientos y sucesos del centro.
En
nuestra propuesta de uso de los medios de comunicación en las aulas, sólo
tiene sentido el uso de la prensa como instrumento de información de la
actualidad que imita -sin llegar a la copia simplona- a los auténticos
medios escritos. Independientemente de que se tengan también que buscar
mecanismos para dar a conocer productos literarios, gráficos y de otro tipo
realizados por los alumnos, la prensa en el aula, con sus peculiaridades,
debe responder a los criterios del medio: dar a conocer la actualidad,
centrada especialmente en la vida del centro. Por ello, el periódico debe
ser la culminación de todo un proceso de acercamiento y comprensión a los
medios de comunicación. En el fondo, el objetivo didáctico básico de toda
esta actividad no es sólo que los alumnos expresen con molde periodístico el
mundo formativo, sino especialmente que recorran el desarrollo que va desde
la realidad a la difusión de la noticia, para ser conscientes ellos mismos
del proceso comunicativo con sus implicaciones informativas y también
manipulativas.
Pero
además la utilización de la prensa como técnica de trabajo creativo y como
canal de expresión autónomo, permite dar un cauce privilegiado a la difusión
de ideas, opiniones, críticas y propuestas de los alumnos, canalizándolas a
otros foros y lectores y sobre todo a la reflexión personal de los mismos
autores. El periódico puede surgir como un elemento aglutinador de la
comunidad educativa, puesto que aunque el eje de este medio de comunicación
tienen que ser necesariamente los alumnos, ello no evita que los profesores
estén presentes también en este trampolín comunicativo, y por ello
educativo.
La
prensa en las aulas, al igual que los otros medios de comunicación
analizados, se caracteriza por su versatilidad de uso en prácticamente todos
los momentos del acto didáctico y en casi todas las materias. Los alumnos
han de buscar noticias, redactarlas, encuadrarlas en las secciones
específicas del medio (editorial, reportajes, opinión, noticias, publicidad,
entrevistas, humor, pasatiempos, publicidad, etc.), proceder a la
maquetación de las mismas (titulares, diseño, dibujos, rótulos,
mecanografía, etc.), realizar la impresión (según los diferentes sistemas:
offsset, fotocopia, copyprinter, multicopista, etc.) y establecer los
canales de distribución.
El
trabajo colaborativo en equipo, la potenciación del trabajo reflexivo e
investigador, el desarrollo de la redacción y expresión personal, la
preocupación por el proceso comunicativo y el impacto en los lectores, el
acercamiento del centro a la comunidad educativa ofreciéndoles una
plataforma informativa, la apertura de accesibles canales bidireccionales...
son algunas de las dinámicas que la prensa pone en marcha, centrándose en un
protagonismo discente que potencia la investigación y reflexión sobre el
medio como objetivo prioritario, conociéndolo, expresándolo y
transformándolo. Como decíamos con tintes poéticos en otro trabajo (1986),
la prensa no es más que una «invitación desde la escuela a la vida, un
interrogante constante sobre las limitaciones y posibilidades del ser
humano, un recuerdo permanente para que la escuela no olvide que es en la
vida donde radica la única posibilidad de hacernos más humanos». |
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