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La tecnología en las aulas
©
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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La tecnología en las aulas
La tecnología de la educación
es la suma total de las actividades que hacen que la persona modifique
sus ambientes externos (materiales) o internos (de comportamiento). Una
aplicación sistemática de los recursos del conocimiento científico del
proceso que necesita cada individuo para adquirir y utilizar los
conocimientos.
Cuando superficialmente se
habla de «nuevas tecnologías», estamos empleando incorrectamente un
adjetivo, ya que lo nuevo lo confundimos con lo último, «el último grito
en aplicación de técnicas». En tecnología de la educación, en primer
lugar como hemos dicho en varias ocasiones, no hay que confundir
máquinas o artefactos con aplicación de tecnologías, que tienen más que
ver con la organización de medios y recursos que con los mismos medios.
El recurso no tiene por qué pasar de moda, o ser utilizado mientras
esta dure como es costumbre hacer. Un recurso puede ser eterno si la
mente que lo utiliza posee la creatividad planificadora adecuada para
hacerlo útil. El método socrático seguimos utilizándolo, con distintos
contenidos, igual que usamos la pizarra, o el libro. Una enciclopedia en
CD-ROM o en Internet no pierde su carácter de enciclopedia; lo que cambia es su forma
de utilización, la facilidad y velocidad en el manejo, la calidad,
movilidad y sonorización de sus ilustraciones.
Utilización de multimedia
Hoy día no podemos
expresarnos en relación con las tecnologías audiovisuales, ligadas a los
medios de comunicación sin referirnos a los «medios cruzados» o
«multimedia» que consisten en el uso simultáneo o sucesivo de varios
recursos audiovisuales. Actualmente el término «multimedia» se intenta
reducir a un conjunto de aparatos informáticos que conforman entre ellos
una unidad operativa. Se restringe así el sentido, confundiendo la parte
con el todo. No debemos olvidar que el término multimedia, utilizado ya
en tratados del año 1965 se refería a cualquier utilización conjunta de
medios audiovisuales. Todavía estamos lejos de tener en las aulas todos
los medios informatizados, y debemos recurrir complementariamente, a lo
analógico y a lo digital, al vídeo, a la sonorización, a la
ínter-actuación en Internet.
Una aplicación realista del
concepto de «multimedia» es la preparación de equipos formados por
varios tipos de materiales que desarrollan un tema concreto. El equipo
contiene música, imágenes, films,
objetos tridimensionales, grabaciones
y laboratorios para adiestramientos psicomotrices, o enseñanza de
lenguas extranjeras. Los diaporamas son multimedia ya que usan sonido e
imagen, a partir de
programas informáticos, pero no debemos olvidar sistemas muy creativos,
de hace unos años, pero que no por las nuevas tecnologías deben perder
vigencia. La planificación y programación para esta clase de
presentaciones es por otra parte muy exigente por lo que tiene éxito
solamente en el caso de muy cuidada preparación. |
Los avances
tecnológicos en educación
Los últimos diez años han
sido extraordinariamente fecundos en avances tecnológicos aplicables a
la educación para poder ofrecer lo mejor y lo más importante en
experiencias para los alumnos y hacer esto extensivo a un número cada
vez mayor. Está absolutamente comprobado que el uso de los «multimedia»
mejora el aprendizaje de los alumnos y al mismo tiempo reduce el tiempo
de instrucción y los costos de la enseñanza.
Los alumnos necesitan para su
futuro profesional de la utilización de los medios tecnológicos, ya que
varían enormemente en su habilidad de percepción y aprendizaje; por lo
tanto, en los requerimientos didácticos individuales. Algunos aprenden
fácil y rápidamente a través de informaciones orales o impresas y con un
mínimo de experiencias más directas. La mayoría requiere experiencias
más concretas que incluyan los medios audiovisuales.
Hay muchos factores
culturales que afectan el aprendizaje; por tanto los alumnos necesitan
de una amplia gama de experiencias que incluya aspectos reales,
representaciones visuales y símbolos abstractos. Las nuevas necesidades
y expectativas laborales que el alumno tiene aconsejan una mayor
participación del mismo en el aprendizaje mediante los métodos activos
de investigación y experimentación.
Los programas educativos
necesitan ser apreciados en términos de eficacia y flexibilidad de
aplicación en cuanto a tiempo, personal y recursos de que se disponga.
La demanda de empleo, exige una preparación que obliga al conocimiento
de todo aquello que tiene que ver con la sociedad de la información, las
nuevas tecnologías, la multiplicidad y variación profesional, la
interacción de recursos, y en fin, de todo aquello que facilita la
inserción laboral y profesional.
Los profesores, utilizando
las nuevas tecnologías, pueden liberarse para realizar trabajos de
orientación. Los nuevos patrones didácticos en los que se tiene en
cuenta las nuevas tecnologías y los medios de comunicación para mejorar
el aprendizaje suponen nuevas funciones de los profesores. No es el
profesor el que debe proporcionar toda la información, ya que esta se
puede presentarse más eficazmente por los medios apropiados, ya sea para
proporcionarla a grandes grupos o para que cada alumno la amplíe por sí
mismo en forma individual o para ser usada en un pequeño grupo de
discusión. Los profesores ya como individuos, ya como equipos se
encuentran liberados de trabajos rutinarios y pueden hacer el trabajo
verdaderamente profesional y creativo, la orientación de los alumnos que
hasta ahora se había descuidado. Este trabajo de orientación y guía
supone: amplia participación en la planificación y producción de
materiales audiovisuales para adecuarlos a las necesidades de los grupos
o de los individuos a que van destinados.
El uso de la tecnología para
mejorar la comunicación obliga a cambiar los métodos rutinarios por
otros más ágiles para alcanzar las metas educativas. La gran resistencia
del personal docente a estos cambios se debe a que, el romper con la
rutina perturba una situación habitual. También, inexactamente se cree
que los nuevos medios deshumanizan la enseñanza, desplazan a los
profesores y que la educación en consecuencia se hará autómata sin la
calidad humana que le da la comunicación entre profesor y alumno.
En la actualidad, con el
aumento de las disciplinas de estudio, del contenido de las mismas, la
especialización y el aumento de la demanda profesional, lo que realmente
sucede y de lo que generalmente se olvidan los educadores, es de que la
verdadera humanización y el sello personal sólo pueden conseguirse con
el uso adecuado de los recursos tecnológicos, que liberan al profesor
del trabajo rutinario y de la mera transmisión de información, para
permitirle realizar el trabajo de orientador y guía en la formación de
sus alumnos. |
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La planificación de la enseñanza teniendo en cuenta la tecnología
Los nuevos patrones
didácticos descritos anteriormente requieren una planificación cuidadosa
y detallada que generalmente se descuida en los procedimientos
tradicionales. Ahora, debe atenderse no solamente a la asignatura,
contenido y diferencias individuales de los alumnos sino a otros muchos
factores que influyen para el éxito del proceso del aprendizaje.
Reuniendo todos estos elementos, podemos desarrollar una planificación o
Diseño sistemático de la enseñanza. Uno de los elementos indispensables
del diseño, es la previsión, organización y producción de recursos
didácticos.
Los especialistas en el uso
de los medios deberían trabajar con los profesores para ayudarles a
desarrollar planes o diseños didácticos para sus clases diarias, para
unidades de trabajo o para un curso completo. El éxito de estos diseños
didácticos exige una planificación cuidadosa y un afrontar con realismo
muchos problemas que deben ser resueltos. Esto no se logra por
casualidad e improvisación; sino que supone un método riguroso que el
profesor conoce aquello sobre lo que debe actuar, toma las decisiones
oportunas y realiza sistemáticamente la acción.
Los medios que deberán usarse
en «el diseño» son los que requieran los objetivos, el contenido y los
métodos. Los medios no son suplementarios a la enseñanza, ni su soporte:
son el estímulo mismo. A la luz de este concepto no puede aceptarse la
concepción obsoleta de los medios como auxiliares, ayudas. Debe pues
determinarse cuáles medios, cómo y cuándo van a proporcionar las
experiencias más efectivas y eficaces para los alumnos.
Así como diferentes objetivos
requieren diferentes clases de aprendizaje, así también los recursos
para ser adecuados necesitan corresponder a las tareas requeridas.
Ciertos medios pueden ser mejores que otros para ciertos propósitos
(sonido o impresión; película en movimiento, Internet). En otros
casos, uso del equipo disponible, conveniencia de los costos y otros
muchos factores pueden ser los determinantes de la elección.
Este enfoque de la enseñanza
y el aprendizaje que se desarrolla «específicamente», con relación a los
objetivos de comportamiento y para atender a las necesidades específicas
de los alumnos. En las aulas, es ya posible elaborar todos los
medios audiovisuales necesarios. Siempre
queda una puerta abierta para la producción propia de material
complementario con propósitos y aplicación concretas.
Los medios
son más que meros auxiliares del profesor
Los audiovisuales, otros
medios relacionados con ellos, los medios de comunicación en general y
los que se basan en tecnología informática, son mucho más que simples
auxiliares. Los medios de esta clase constituyen frecuentemente la
vanguardia del progreso educativo y cuando se usan con propiedad afectan
la estructura de planes y programas y lo que es más, llegan a modificar
la estructura íntima del proceso de aprendizaje. Estos medios son
esenciales para lograr una comunicación efectiva en la enseñanza a
grandes grupos y son el único medio de comunicación didáctica en muchos
programas para enseñanza individual o estudio independiente. |
Por qué muchos profesores no utilizan los medios de comunicación en las
aulas
La mayoría de los profesores
no entiende o no acepta el valor didáctico de los recursos
audiovisuales. Muchos creen que si no están frente a la clase, hablando,
exhibiendo o actuando; el aprendizaje no se realiza. Otros son
refractarios al uso de la imagen, ya que en una u otra forma la
consideran una «degradación» de la dignidad académica, dignidad que en
su punto de vista sólo puede mantenerse por la comunicación oral y la
lectura. Esta actitud es comprensible ya que «uno enseña como fue
enseñado» y los profesores, salvo contadas excepciones, han recibido una
educación basada en el verbalismo durante toda su vida y especialmente
en su preparación profesional o universitaria.
El uso de auxiliares visuales
tuvo sus dificultades en el pasado. Tanto el material como el equipo
debían ser solicitados con mucha anticipación. Las máquinas eran
difíciles de transportar y de operar; era necesario oscurecer totalmente
las aulas etc. Por estas y semejantes razones no valía la pena usar
frecuentemente películas o diapositivas.
El contenido de los
materiales comerciales, frecuentemente dejaba mucho que desear con
relación a las necesidades concretas de los profesores en un determinado
momento o circunstancia. La típica película educativa estaba demasiado
recargada de conceptos. Los alumnos no podían retener tal cantidad de
material ni en los casos en que estaba relacionado con la situación
inmediata. Posiblemente sólo una pequeña parte de la película contenía
el tópico que se estaba estudiando, pero resultaba muy difícil preparar
con anticipación la parte que debía ser usada; y tampoco a esta parte se
la presentaba como el profesor hubiera deseado.
Finalmente, la publicidad
engañosa o demasiado entusiasta y prematura de los materiales
audiovisuales hecha por vendedores y algunos profesores, unida a la
filosofía consumista de nuestra sociedad, sin haber realizado una
cuidadosa evaluación y experimentación, ha producido efectos adversos
para la aceptación y uso posterior de estos recursos.
Para muchos profesores,
desafortunadamente, los materiales audiovisuales han sido auxiliares,
accesorios, para ser usados si sobra tiempo y siempre después de haber
dado la clase verbalista y haber estudiado los libros de texto.
En muchas ocasiones, haciendo
verdad el refrán español de que lo mejor es enemigo de lo bueno, por
utilizar lo mejor, olvidamos lo bueno, es decir, por querer el último
grito tecnológico no usamos didácticamente multitud de posibilidades que
creativamente usadas pueden ser fuente idónea de aprendizaje. |
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Educomunicación. La formación en el tercer
milenio
Aprender a aprender
Aprender a conocer, a
penetrar en el significado de las informaciones
Aprender a hacer, a
prepararse para el trabajo y los tiempos de ocio y de desocupación
Aprender a convivir con los
demás, lo que supone unas actitudes y unos comportamientos de respeto,
de diálogo, y escucha, de tolerancia y de comprensión práctica de las
diferentes culturas.
Aprender a ser, como
aprendizaje que orienta hacia la construcción de la identidad personal y
que incluye como un ingrediente básico hacia la búsqueda de los
referentes de sentido para vivir y convivir.
Aprender a leer críticamente
informaciones, iconos, imágenes fijas y móviles, imágenes generadas por
ordenador, realidad virtual, y todo aquello que, además de la cultura de
la letra impresa, provenga del mundo de las nuevas tecnologías.
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