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Creatividad,
arte y expresión en la formación
Todavía hay quien cree que el
artista nace, no se hace, en contra de los que tienen claro que todo
sentido artístico y creativo, es sobre todo producto de una experiencia
que se debe fomentar con vistas a un mayor aprendizaje. Hace casi medio
siglo, cuando comenzaron a tenerse en cuenta los nuevos descubrimientos
tecnológicos, y fueron paulatinamente aplicándose a la acción educativa,
el aprendizaje de lo artístico, fue en muchos casos dejado de lado, por
una falsa interpretación de la psicología del aprendizaje, en parte
debida a una aplicación excesivamente rígida de las doctrinas
conductistas. Hasta ese momento se había manejado el concepto de
didáctica casi como sinónimo de arte de enseñar. A partir de ahí se
separaron los conceptos y lo intuitivo, la experiencia artística y la
actitud amistosa del profesor se declararon de inferior categoría y se
dio paso a unos estilos didácticos fundamentados exclusivamente en lo
técnico, en lo racional, en la eficacia del logro y en lo que se podía
medir «objetivamente».
La nueva tecnología de la
educación y del aprendizaje, sustentada en corrientes psicológicas de
otro tinte, que cuentan fundamentalmente con la persona del alumno como
ser en formación permanente, analiza con diverso enfoque el tema de lo
artístico. Se valora profusamente lo intuitivo, que tiene una dimensión
más técnica, lo artístico, que necesita de la experiencia, y lo
estrictamente técnico, que no puede darse sin el conocimiento en
profundidad de los alumnos y de sus posibilidades creativas.
Desarrollo
de la sensibilidad
El sentido de lo artístico es
permanente, y como tal debe potenciarse permanentemente, es decir en
todo momento y nivel del sistema educativo. No se puede dudar que
determinadas actitudes sobre todo ligadas a la mayor percepción
sensorial se dan desde el nacimiento. Aún dichas actitudes se aprenden o
se perfeccionan, y quien nace con facultades sensitivas excepcionales,
si no las practica ni las desea perfeccionar, las deteriora o las
pierde.
Es por ello por lo que todo
el sistema educativo, desde preescolar hasta la universidad, debe
plantearse consciente y eficazmente la promoción de la sensibilidad en
sus diversas formas, con el fin de aportar a los alumnos los
instrumentos necesarios para crecer en lo artístico y en lo creativo.
La sensibilización es el
primer eslabón del aprendizaje, y sin ella es imposible llegar a niveles
más altos del mismo. Podemos ser sensibles a determinados estímulos y no
sensibles a otros. Es un problema de intencionalidad que se puede
estudiar con el fin de promover en los alumnos actividades mediante las
cuales pueden aprender a sensibilizarse ante situaciones para las que
antes eran poco o nada sensibles.
Desarrollo de la capacidad creativa
Todo los planes de estudios
necesitan para su subsistencia de la capacidad creativa, ya que es
necesaria la imaginación y el arte para hacer posible la globalización,
no solamente en las actividades o materias llamadas artísticas, sino
también en las ciencias experimentales, en los procedimientos
heurísticos y en todos los métodos y técnicas necesarios para una
didáctica eficaz y actualizada. Se trata de redescubrir la verdad para
que el alumno repita en sí mismo los procesos creadores.
Inventamos todos los días, ya
que inventar es descubrir lo oculto, aunque ya esté inventado por otros
hace muchos años. El proceso de descubrir algo nuevo, es para el alumno
un aprendizaje de condición indispensable para lograr sus capacidades de
investigación.
Desarrollo de la dimensión cognoscitiva
Durante años hemos criticado
la excesiva acumulación de datos que obligábamos a acumular a los
alumnos, y en muchos casos con buena intención, hemos pasado al otro
extremo, al de no dar ni un solo dato ni promover apenas aprendizajes de
tipo cognoscitivo. El problema está en el procedimiento utilizado para
promover el aprendizaje y no en los mismos contenidos, en la mayoría de
los casos. El arte, y el desarrollo de la dimensión artística necesita
también de multitud de conocimientos, ya sean históricos, lingüísticos o
técnicos, para poder expresarse. El sistema educativo debe proponer a
los alumnos dichos elementos.
El alumno aprenderá en mayor
medida técnicas poéticas, pictóricas, dramáticas o musicales cuanto más
las practique. La misión de la enseñanza es enseñar, es decir proponer
alternativas variadas. El alumno debe experimentar, probar, participar,
y sus conocimientos aumentarán haciendo posible así una mayor
globalización de conocimientos y por lo tanto un crecimiento de su
síntesis creativa.
Se cumplirán así los
objetivos más importantes de la educación del arte, que son la
producción de la obra artística y la contemplación recreativa de la
mismas y de otras realizadas por diversos artistas.
Desarrollo de la dimensión expresiva
El alumno debe aprender a
exteriorizar sus sentimientos y emociones, a través de variadas
manifestaciones que componen el arte. El sentimiento se materializa a
través de la pintura, de la expresión corporal y la dramatización, de la
poesía, de la expresión literaria, o de la música, de la grabación de
sus propios sonidos, de la filmación de sus experiencias, de la
utilización de la tecnología de vanguardia para expresar sus
sentimientos, deseos, conocimientos e informaciones. En el
perfeccionamiento de la expresión, en la propuesta de nuevas
alternativas, en el dar a conocer técnicas expresivas y en el apoyo a la
comunicación interpersonal debe intervenir todo el sistema educativo.
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Niveles de la producción de
medios
La producción local de
materiales puede realizarse en cualquiera de los siguientes niveles:
Nivel técnico o de preparación
Primero, en el nivel técnico
interesan solamente las técnicas de preparación: Montaje de las láminas
en cartón o en tela, toma de las fotografías en película para
transparencias, fotocopiado de una página impresa, filmaciones en vídeo
o cine, grabaciones en audio, utilización de programas informáticos,
etc.; son ejemplos de mecanismos de preparación de materiales. Aun
cuando ya se tenga un propósito en mente, las actividades anteriores
requieren un mínimo de planificación y deben seguir el proceso de
rutina. Muchas personas empiezan con este nivel la producción de
materiales para continuar con los demás niveles. Cuanto más domine un
profesor las técnicas de producción, con más facilidad va a poder
diseñar los medios y trasmitir a sus alumnos los aspectos creativos y de
motivación.
Nivel creativo o de producción
Un nivel superior al técnico
es el creativo. Aquí se requiere decisión sobre los materiales que van a
producirse. La adecuada planificación es un presupuesto importante de la
producción. La producción supone un ordenamiento de actividades más
complejas que las de la mera preparación. El diseño y producción de un
periódico, de un mural, de un diaporama, de una serie de transparencias
para retroproyector, de un vídeo para ilustrar un tema, etc.; son
ejemplos de materiales producidos en el nivel creativo. Las habilidades
desarrolladas en el primer nivel se traducen en instrumentos para este
segundo.
Nivel de diseño o de concepción
La producción de materiales
audiovisuales sistemáticamente integrados dentro de la actividad
educativa para alcanzar objetivos específicos puede estar comprendida
dentro del diseño o planificación didáctica. En este nivel los
materiales son estudiados dentro del marco de la planificación didáctica
para el aprendizaje colectivo o individual. Las habilidades
desarrolladas en los dos niveles anteriores se utilizan aquí en
funciones de mayor transcendencia. |
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El profesor creativo
La gente piensa raras veces
en los profesores como profesionales creadores. El auténtico
aprendizaje, es creativo. ¿Por qué, entonces, no considerar también como
tal al profesor que lo dirige?. Por la propia naturaleza de su profesión
los profesores tienen que comportarse en la forma característica de la
persona creativa. Deben darse cuenta de lo que sucede en la clase y ser
sensibles a ello. A fin de ser eficaces, deben percibir las necesidades
de sus alumnos y conocer aquello por lo cual se sienten motivados y
capacitados para aprender.
Los profesores han de ser
flexibles, capaces de enfrentarse constructivamente con hechos
imprevistos, con cambios de última hora en programas y planes, y con
nuevas situaciones que se originan en las actividades de sus alumnos y
desconciertan a la dirección. Deben ser espontáneos, capaces de
reaccionar rápidamente y con confianza ante los acontecimientos.
Aprendizaje y enseñanza creativos
Definimos el «proceso de
aprendizaje creativo» como una forma de captar o ser sensible a los
problemas, deficiencias, lagunas del conocimiento, elementos pasados por
alto, faltas de armonía, etc.; de reunir una información válida; de
definir las dificultades o de identificar el elemento olvidado; de
buscar soluciones; de hacer suposiciones o formular hipótesis sobre las
deficiencias; de examinar y reexaminar estas hipótesis, modificándolas y
volviéndolas a comprobar, perfeccionándolas y finalmente comunicando sus
resultados. Esta definición describe un proceso humano natural en cuyas
etapas están implicadas fuertes motivaciones.
Hay momentos en los procesos
educativos en los que el alumno, por especial sensibilidad hacia algunos
problemas, detecta lagunas en la información, deficiencias o
incongruencias que pueden crear en ese momento el sentimiento de algo
incompleto, de que la clase o el curso no va bien, o que no es práctico.
Es cuando se provocan las mayores tensiones. Cuando así sucede, el
alumno se encuentra incómodo porque reconoce una necesidad. Cualquiera
que sea el calificativo que empleemos, necesita descargar su tensión. Si
no sabe dar una contestación correcta a esta inquietud, o si sus formas
habituales de respuesta son inadecuadas, tratará de hallar las posibles
explicaciones, tanto en el archivo de su propia memoria como en otras
fuentes: libros o experiencias ajenas eludiendo al profesor.
El alumno adulto buscará
soluciones alternativas, tratando de evitar los tópicos y las respuestas
obvias (también erróneas o impracticables), investigando,
diagnosticando, manipulando, volviendo a ordenar, reconstruyendo y
haciendo conjeturas y aproximaciones. Hasta que estas conjeturas o
hipótesis no quedan probadas, modificadas y reexaminadas, el que aprende
se siente incómodo. Sigue motivado para continuar tratando de
perfeccionar su respuesta hasta que le parezca satisfactoria, tanto
estética como lógicamente.
La tensión permanece mientras
el alumno no comunica sus resultados a los demás. A esto lo denominamos
«proceso de aprendizaje creativo», porque implica una producción de
información o desarrollo de habilidades nuevas y en cierta medida
originales para el individuo que aprende.
La potenciación didáctica de la creatividad.
El proceso de aprender
creativamente lleva consigo motivaciones humanas tan fuertes y
estimulantes como las siguientes:
Implicación personal en algo
significativo.
Curiosidad y deseo de saber
ante lo que sorprende, lo inacabado, la confusión, la complejidad, la
falta de armonía, la desorganización y otras cosas por el estilo.
Simplificación de la
estructura o diagnóstico de una dificultad por medio de una síntesis de
la información conocida, formando nuevas combinaciones o identificando
fallos.
Elaboración y divergencia,
planteando nuevas alternativas, nuevas posibilidades, etc.
Posibilidad de juzgar,
evaluar, contrastar y comprobar.
Desechar las soluciones
condenadas al fracaso, erróneas o no prometedoras.
Elegir la solución más
adecuada haciéndola atractiva y estéticamente agradable.
Comunicar los resultados a
otros. |