Volver a Educación y didáctica

Desarrollo de habilidades

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


Creatividad, arte y expresión Niveles creativos en la producción de medios El profesor creativo

 

 

Creatividad, arte y expresión en la formación


Todavía hay quien cree que el artista nace, no se hace, en contra de los que tienen claro que todo sentido artístico y creativo, es sobre todo producto de una experiencia que se debe fomentar con vistas a un mayor aprendizaje. Hace casi medio siglo, cuando comenzaron a tenerse en cuenta los nuevos descubrimientos tecnológicos, y fueron paulatinamente aplicándose a la acción educativa, el aprendizaje de lo artístico, fue en muchos casos dejado de lado, por una falsa interpretación de la psicología del aprendizaje, en parte debida a una aplicación excesivamente rígida de las doctrinas conductistas. Hasta ese momento se había manejado el concepto de didáctica casi como sinónimo de arte de enseñar. A partir de ahí se separaron los conceptos y lo intuitivo, la experiencia artística y la actitud amistosa del profesor se declararon de inferior categoría y se dio paso a unos estilos didácticos fundamentados exclusivamente en lo técnico, en lo racional, en la eficacia del logro y en lo que se podía medir «objetivamente».

La nueva tecnología de la educación y del aprendizaje, sustentada en corrientes psicológicas de otro tinte, que cuentan fundamentalmente con la persona del alumno como ser en formación permanente, analiza con diverso enfoque el tema de lo artístico. Se valora profusamente lo intuitivo, que tiene una dimensión más técnica, lo artístico, que necesita de la experiencia, y lo estrictamente técnico, que no puede darse sin el conocimiento en profundidad de los alumnos y de sus posibilidades creativas.

 Desarrollo de la sensibilidad

El sentido de lo artístico es permanente, y como tal debe potenciarse permanentemente, es decir en todo momento y nivel del sistema educativo. No se puede dudar que determinadas actitudes sobre todo ligadas a la mayor percepción sensorial se dan desde el nacimiento. Aún dichas actitudes se aprenden o se perfeccionan, y quien nace con facultades sensitivas excepcionales, si no las practica ni las desea perfeccionar, las deteriora o las pierde.

Es por ello por lo que todo el sistema educativo, desde preescolar hasta la universidad, debe plantearse consciente y eficazmente la promoción de la sensibilidad en sus diversas formas, con el fin de aportar a los alumnos los instrumentos necesarios para crecer en lo artístico y en lo creativo.

La sensibilización es el primer eslabón del aprendizaje, y sin ella es imposible llegar a niveles más altos del mismo. Podemos ser sensibles a determinados estímulos y no sensibles a otros. Es un problema de intencionalidad que se puede estudiar con el fin de promover en los alumnos actividades mediante las cuales pueden aprender a sensibilizarse ante situaciones para las que antes eran poco o nada sensibles. 

Desarrollo de la capacidad creativa

Todo los planes de estudios necesitan para su subsistencia de la capacidad creativa, ya que es necesaria la imaginación y el arte para hacer posible la globalización, no solamente en las actividades o materias llamadas artísticas, sino también en las ciencias experimentales, en los procedimientos heurísticos y en todos los métodos y técnicas necesarios para una didáctica eficaz y actualizada. Se trata de redescubrir la verdad para que el alumno repita en sí mismo los procesos creadores.

Inventamos todos los días, ya que inventar es descubrir lo oculto, aunque ya esté inventado por otros hace muchos años. El proceso de descubrir algo nuevo, es para el alumno un aprendizaje de condición indispensable para lograr sus capacidades de investigación. 

Desarrollo de la dimensión cognoscitiva

Durante años hemos criticado la excesiva acumulación de datos que obligábamos a acumular a los alumnos, y en muchos casos con buena intención, hemos pasado al otro extremo, al de no dar ni un solo dato ni promover apenas aprendizajes de tipo cognoscitivo. El problema está en el procedimiento utilizado para promover el aprendizaje y no en los mismos contenidos, en la mayoría de los casos. El arte, y el desarrollo de la dimensión artística necesita también de multitud de conocimientos, ya sean históricos, lingüísticos o técnicos, para poder expresarse.  El sistema educativo debe proponer a los alumnos dichos elementos.

El alumno aprenderá en mayor medida técnicas poéticas, pictóricas, dramáticas o musicales cuanto más las practique. La misión de la enseñanza es enseñar, es decir proponer alternativas variadas. El alumno debe experimentar, probar, participar, y sus conocimientos aumentarán haciendo posible así una mayor globalización de conocimientos y por lo tanto un crecimiento de su síntesis creativa.

Se cumplirán así los objetivos más importantes de la educación del arte, que son la producción de la obra artística y la contemplación recreativa de la mismas y de otras realizadas por diversos artistas.

Desarrollo de la dimensión expresiva

El alumno debe aprender a exteriorizar sus sentimientos y emociones, a través de variadas manifestaciones que componen el arte. El sentimiento se materializa a través de la pintura, de la expresión corporal y la dramatización, de la poesía, de la expresión literaria, o de la música, de la grabación de sus propios sonidos, de la filmación de sus experiencias, de la utilización de la tecnología de vanguardia para expresar sus sentimientos, deseos, conocimientos e informaciones. En el perfeccionamiento de la expresión, en la propuesta de nuevas alternativas, en el dar a conocer técnicas expresivas y en el apoyo a la comunicación interpersonal debe intervenir todo el sistema educativo.

 

Niveles de la producción de medios


La producción local de materiales puede realizarse en cualquiera de los siguientes niveles:

 Nivel técnico o de preparación

Primero, en el nivel técnico interesan solamente las técnicas de preparación: Montaje de las láminas en cartón o en tela, toma de las fotografías en película para transparencias, fotocopiado de una página impresa, filmaciones en vídeo o cine, grabaciones en audio, utilización de programas informáticos, etc.; son ejemplos de mecanismos de preparación de materiales. Aun cuando ya se tenga un propósito en mente, las actividades anteriores requieren un mínimo de planificación y deben seguir el proceso de rutina. Muchas personas empiezan con este nivel la producción de materiales para continuar con los demás niveles. Cuanto más domine un profesor las técnicas de producción, con más facilidad va a poder diseñar los medios y trasmitir a sus alumnos los aspectos creativos y de motivación.

Nivel creativo o de producción

Un nivel superior al técnico es el creativo. Aquí se requiere decisión sobre los materiales que van a producirse. La adecuada planificación es un presupuesto importante de la producción. La producción supone un ordenamiento de actividades más complejas que las de la mera preparación. El diseño y producción de un periódico, de un mural, de un diaporama, de una serie de transparencias para retroproyector, de un vídeo para ilustrar un tema, etc.; son ejemplos de materiales producidos en el nivel creativo. Las habilidades desarrolladas en el primer nivel se traducen en instrumentos para este segundo.

Nivel de diseño o de concepción

La producción de materiales audiovisuales sistemáticamente integrados dentro de la actividad educativa para alcanzar objetivos específicos puede estar comprendida dentro del diseño o planificación didáctica. En este nivel los materiales son estudiados dentro del marco de la planificación didáctica para el aprendizaje colectivo o individual. Las habilidades desarrolladas en los dos niveles anteriores se utilizan aquí en funciones de mayor transcendencia.

 

El profesor creativo


La gente piensa raras veces en los profesores como profesionales creadores. El auténtico aprendizaje, es creativo. ¿Por qué, entonces, no considerar también como tal al profesor que lo dirige?. Por la propia naturaleza de su profesión los profesores tienen que comportarse en la forma característica de la persona creativa. Deben darse cuenta de lo que sucede en la clase y ser sensibles a ello. A fin de ser eficaces, deben percibir las necesidades de sus alumnos y conocer aquello por lo cual se sienten motivados y capacitados para aprender.

Los profesores han de ser flexibles, capaces de enfrentarse constructivamente con hechos imprevistos, con cambios de última hora en programas y planes, y con nuevas situaciones que se originan en las actividades de sus alumnos y desconciertan a la dirección. Deben ser espontáneos, capaces de reaccionar rápidamente y con confianza ante los acontecimientos.

Aprendizaje y enseñanza creativos

Definimos el «proceso de aprendizaje creativo» como una forma de captar o ser sensible a los problemas, deficiencias, lagunas del conocimiento, elementos pasados por alto, faltas de armonía, etc.; de reunir una información válida; de definir las dificultades o de identificar el elemento olvidado; de buscar soluciones; de hacer suposiciones o formular hipótesis sobre las deficiencias; de examinar y reexaminar estas hipótesis, modificándolas y volviéndolas a comprobar, perfeccionándolas y finalmente comunicando sus resultados. Esta definición describe un proceso humano natural en cuyas etapas están implicadas fuertes motivaciones.

Hay momentos en los procesos educativos en los que el alumno, por especial sensibilidad hacia algunos problemas, detecta lagunas en la información, deficiencias o incongruencias que pueden crear en ese momento el sentimiento de algo incompleto, de que la clase o el curso no va bien, o que no es práctico. Es cuando se provocan las mayores tensiones. Cuando así sucede, el alumno se encuentra incómodo porque reconoce una necesidad. Cualquiera que sea el calificativo que empleemos, necesita descargar su tensión. Si no sabe dar una contestación correcta a esta inquietud, o si sus formas habituales de respuesta son inadecuadas, tratará de hallar las posibles explicaciones, tanto en el archivo de su propia memoria como en otras fuentes: libros o experiencias ajenas eludiendo al profesor.

El alumno adulto buscará soluciones alternativas, tratando de evitar los tópicos y las respuestas obvias (también erróneas o impracticables), investigando, diagnosticando, manipulando, volviendo a ordenar, reconstruyendo y haciendo conjeturas y aproximaciones. Hasta que estas conjeturas o hipótesis no quedan probadas, modificadas y reexaminadas, el que aprende se siente incómodo. Sigue motivado para continuar tratando de perfeccionar su respuesta hasta que le parezca satisfactoria, tanto estética como lógicamente.

La tensión permanece mientras el alumno no comunica sus resultados a los demás. A esto lo denominamos «proceso de aprendizaje creativo», porque implica una producción de información o desarrollo de habilidades nuevas y en cierta medida originales para el individuo que aprende.

La potenciación didáctica de la creatividad.

El proceso de aprender creativamente lleva consigo motivaciones humanas tan fuertes y estimulantes como las siguientes:

Implicación personal en algo significativo.

Curiosidad y deseo de saber ante lo que sorprende, lo inacabado, la confusión, la complejidad, la falta de armonía, la desorganización y otras cosas por el estilo.

Simplificación de la estructura o diagnóstico de una dificultad por medio de una síntesis de la información conocida, formando nuevas combinaciones o identificando fallos.

Elaboración y divergencia, planteando nuevas alternativas, nuevas posibilidades, etc.

Posibilidad de juzgar, evaluar, contrastar y comprobar.

Desechar las soluciones condenadas al fracaso, erróneas o no prometedoras.

Elegir la solución más adecuada haciéndola atractiva y estéticamente agradable.

Comunicar los resultados a otros.