|
Bagaje personal y currículum
Si seguimos a rajatabla las
indicaciones que Maslow nos hace en su teoría sobre la personalidad
humana, y las diversas condiciones que hacen posible su aparición,
posiblemente afirmemos que «el pan es antes que la cultura», entendiendo
que para que aparezca una necesidad superior han debido ser satisfechas
todas las anteriores. No obstante, solamente los animales poseen a la
par las necesidades biológicas y las del aprendizaje, o lo que es lo
mismo: aprenden solamente lo que biológicamente necesitan. Tampoco deja
de tener su parte de razón Maslow cuando afirma que con necesidades
biológicas básicas sin resolver, difícilmente se puede conseguir
estadios superiores de la motivación hacia la solidaridad o hacia la
cultura. Sin embargo, no todo es tan simple.
Quizá el punto más criticado
en la teoría de Maslow sea el referente a la gratificación de las
necesidades fundamentales como condición de equilibrio y desarrollo
personal.
Si bien es cierto que en un
grado de marginalidad acuciante y acusada, es prácticamente imposible
desenvolverse en estadios superiores de cultura, no es menos cierto que
la actual crisis social, y sobre todo laboral exige a los individuos
superar con creces ciertas carencias para utilizar todo el esfuerzo
consciente en el acceso al mundo de la formación y de la cultura
polivalente.
Si el mismo Maslow reconoce
que «también es cierto que pueden surgir, ocasionalmente necesidades
superiores, después de la privación de otras básicas, en caso de
renuncia, ascetismo, persecución, sublimación…», ¿por qué no
conceder que se puede acceder a la formación en caso de necesidad
laboral extrema?.
La
formación del profesorado que orienta
Cuando se pretende formar a
otras personas hacia la búsqueda y mantenimiento del empleo, no podemos
olvidar que para el trabajo, la sociedad actual no solamente exige un
alto grado de tecnificación y profesionalidad, sino que además debe
existir una motivación muy elevada y una gran capacidad selectiva y
crítica.
Al profesor se le exige por
otra parte que disponga de los conocimientos, medios y recursos como
para transmitir conocimientos, motivar hacia el aprendizaje y enseñar a
aprender a buscar empleo
Las actuales corrientes
pedagógicas y sus formas didácticas de presentar la acción del profesor,
coinciden en que este es antes que nada orientador, facilitador,
animador y coordinador del aprendizaje de los alumnos.
La orientación es pues,
inherente a la acción docente y no se puede entender ni comprender esta
sin la finalidad educativa. Educar para qué. Aprender por qué razón.
Bagaje
personal y currículum
El Diccionario de la Real
Academia Española, define el Currículum vitae como «la relación
de los títulos, honores, cargos, trabajos realizados, datos biográficos,
etc., que califican a una persona». Sin embargo, es un hecho que un
maravilloso y pleno currículum en muchas ocasiones no es suficiente más
que para cubrir un expediente o llenar un hueco laboral. El término
proviene del latín curriculum. El verdadero currículum es la carrera o
curso de la vida, que no solamente se compone de títulos o acciones
comprobadas y comprobables, sino que además posee tras él un gran bagaje
de experiencias vitales, de compromisos reales y de actuaciones
responsables que no siempre se pueden verificar.
El término bagaje, que
proviene del francés, bagage, de bague, y este del escandinavo baggi,
paquete, entre otras acepciones, es el equipaje o conjunto de cosas que
se llevan en los viajes. Si le añadimos adjetivos como intelectual,
artístico, cultural, vital, etc., se puede definir como el conjunto de
conocimientos, noticias, costumbres, relaciones, experiencias, etc. de
que dispone una persona. En este sentido voy a referirme desde ahora en
adelante cuando utilice tanto en el texto como en los ejercicios el
término bagaje.
El que inicia a otros hacia
el mundo laboral no debe olvidar que es tan importante o más tanto
encontrar trabajo como conservarlo. El currículum vitae puede ayudar a
lo primero, pero el equipaje conseguido con el esfuerzo y la experiencia
es imprescindible para lo segundo.
Ejercicio sobre currículum y bagaje cultural
Objetivo del ejercicio:
Valorar los
conocimientos que el alumno posee sobre las necesidades
iniciales que un orientador hacia el empleo debe poseer y
provocar las primeras reflexiones sobre su situación.
Fase 1. Individualmente, lee el texto «Bagaje y currículum»
Enumera una serie de
elementos que deben poseer los profesores u orientadores hacia
el empleo:
Con relación a su
currículum vitae
Con relación a su
experiencia profesional
Con relación a sus
comportamientos comunicativos
Con relación a sus
habilidades docentes
Fase 2. En grupo de trabajo. Máximo cinco personas.
Con el grupo de
trabajo, a partir de planteamientos individuales, realiza un
listado de conocimientos, experiencias y posibilidades que se
consideran necesarias para transmitir conocimientos de
orientación.
Establecer algunos
comportamientos que no suelen constar en el currículum
Enumerar una serie de
objetivos que interesa lograr en la acción formativa
Realizar una síntesis
de lo que el grupo opina. Si es posible, no llegues a votación.
Es conveniente el consenso del grupo
Fase 3. Debate de todo el grupo
El profesor debe
explicar que durante el curso se irán dando respuesta a muchos
de los interrogantes planteados en este ejercicio inicial. Es
conveniente que las dudas se planteen.
Presentar la opinión
del grupo ante todos los compañeros
Debatir puntos
fuertes y débiles
Llegar a una síntesis
final |
|
|
Un antiguo debate contrasta
claramente las dos posiciones encontradas que han marcado las
diferencias entre los que afirman que toda conducta es predeterminada
genéticamente, o que todo es innato e impreso en los genes desde nuestra
concepción, y los que con la misma rotundidad afirman que todo es
adquirido, que las condiciones culturales conforman las conductas de los
individuos. A pesar de los abanderamientos, febriles en muchos casos,
por una u otra postura, cada día la biología aporta más datos que
permiten suponer que en la especie humana hay genéticamente más
información predeterminada de la que se sabía, y por otra parte, como
afirman las ciencias sociales, cada día es más difícil detectar en los
adultos la diferencia entre aquello con lo que se nace y lo que
realmente es adquirido.
En la práctica, mientras los
científicos aportan sus propias conclusiones, es mucho más sensato,
eficaz y seguro, pensar que todo es adquirido, ya que en el mundo de los
adultos, es prácticamente imposible diferenciar lo innato de lo
adquirido. El adulto es un ser «como es en ese momento», y como tal hay
que actuar con él.
Lo que
aprendemos
Aprender es, según la mayoría
de los expertos, cambiar de conducta con cierta permanencia. Desde este
punto de vista, casi todo el bagaje ideológico, cultural, social, de
valores o de necesidades, es adquirido. Los medios de comunicación, en
pleno impacto de una sociedad cuya base es la información homogeneizan a
todos los seres humanos. Es a través de esa situación de hecho desde la
que hay que descubrir los aspectos individuales de cada persona de la
especie humana y tomar decisiones en cuanto a sus necesidades de
aprendizaje.
Lo innato, en la práctica, no
deja de ser un sustrato, digno de tener en cuenta, pero que afecta muy
poco o nada, la propia personalidad del adulto en formación.
El aprendizaje lo definimos
como el cambio de conducta que con cierta permanencia se produce en los
individuos de la especie humana. Por esa razón las acciones formativas
deben poseer un sentido del reposo, de la estabilidad y de la reflexión
que permita que las cosas queden en la memoria a largo plazo, evitando
todo aquello que lleve a la rapidez, al aprendizaje memorístico y a
todas las actuaciones irreflexivas.
Lo que se
percibe de la realidad
La percepción es el proceso
mediante el cual un individuo adquiere una sensación interior que
resulta de la impresión material hecha en los sentidos. Esta sensación
puede ser consciente o inconsciente. A la percepción inconsciente, por
estar bajo el límite de la consciencia, o subconsciente, le llamamos
percepción subliminal. Los ojos, los oídos, las terminaciones nerviosas
de la piel son el primer medio de contacto con el medio ambiente. El
cerebro percibe por miles o millones de canales, los llamados
perceptores, que tanto son los denominados sentidos tradicionales como
cualquier otro lugar o forma de hacer que un estímulo penetre en el
cerebro.
La información pasa por
sistemas de codificación, que aceptan (motivación), o rechazan el
estímulo. El sistema nervioso convierte información en impulsos
eléctricos que trasmite al cerebro donde producen cadenas de reacciones
eléctricas y químicas. El resultado es la conciencia interna de un
objeto o de un suceso. La percepción precede a la comunicación y ésta
deberá conducir al aprendizaje.
El profesor no debe olvidar
que en el proceso cognitivo de cualquier aprendizaje existe lo que se
llama memoria a corto plazo, que es la que hace que actuemos con
informaciones recibidas en el momento, o que rescatamos del cerebro, del
consciente o del inconsciente, con el fin de trabajar con ella durante
cortos espacios de tiempo. Algunos científicos afirman que esta memoria
solamente está retenida durante espacios no mayores de media hora. Si
las clases duran más, es probable que esta memoria pueda retenerse mayor
espacio de tiempo, debido al debate, al interés momentáneo que despierta
una situación, o a la capacidad que el profesor tenga de mantenerla en
el interés del alumno. Para ello están las actividades de clase.
La memoria a largo plazo es
la que genera realmente aprendizaje, conductas duraderas. Sin las
actividades de las que hablábamos antes, es imposible que el alumno
logre «aprender». Sin embargo, no podemos considerar verdadero o eficaz
por lo menos, un aprendizaje si este no es capaz de ser transferido a
otras situaciones parecidas o incluso diferentes. El recuerdo, o lo que
es lo mismo, el rescate de la información de la memoria a largo plazo,
es lo que hace que los individuos reproduzcamos situaciones, provoquemos
acontecimientos o nos comportemos de una forma o de otra.
Hay dos principios de la
percepción especialmente importantes. Primero, el fenómeno de la
percepción está constituido por muchos mensajes sensoriales que no se
dan separadamente sino estructurados en patrones complejos. Estos llegan
a formar la base del conocimiento que la persona adquiere sobre el mundo
que le rodea. Segundo, un individuo reacciona solamente a una pequeña
parte de los estímulos del medio en un momento dado. Elige aquella parte
del universo que quiere experimentar, o que atrae su atención en ese
momento (por esto, debemos diseñar materiales que atraigan y conserven
la atención del alumno). La percepción es una experiencia personal y
única. No es exactamente igual para dos personas. Un hecho puede
percibiese en forma de experiencias pasadas, de motivación presente y de
vivencias actuales.
Lo que nos
mueve a actuar
Citando otra vez a Maslow, lo
que mueve a actuar a la especie humana, es fundamentalmente, igual que a
los animales, las necesidades primarias, las biológicas, alimenticias,
de abrigo y fisiológicas. No obstante, como se afirmaba anteriormente,
el mismo Maslow, se plantea el interrogante sobre la cantidad de casos y
situaciones que no confirman su propia regla. La especie humana es muy
compleja y los intereses de la misma, no responden a conductas
preestablecidas sino que pueden variar en función de parámetros en la
mayoría de los casos impensables.
En el caso concreto de los
intereses laborales, la generalidad de los alumnos que pretenden una
formación profesional ocupacional, intenta que su futuro trabajo
responda a intereses ligados a su propia preparación personal. Es lo
normal en cuanto a intereses, pero no en cuanto a posibilidades de
trabajo. Hace ya dos o tres décadas, los universitarios centroeuropeos y
nórdicos, sabían ya que su carrera, o sus carreras universitarias,
debían esperar en su futuro laboral, pues los puestos laborales de
diversas especialidades estaban saturados. Mientras podían acceder al
puesto de trabajo más ligado a sus estudios, trabajaban en «otra cosa»,
mientras se preparaban más y mejor para su futuro.
La
necesidad de cambiar los intereses cuando existe conflicto
En toda Europa, incluido
nuestro país, se reproduce ya el esquema citado anteriormente. Ni la
universidad, ni la Formación Profesional, ni ningún otro estudio,
aseguran el trabajo «per se». El puesto laboral, hay que lograrlo, en
muchas ocasiones en ámbitos y aspectos muy diferentes a lo que la
persona desea. Se crea en este caso un conflicto de intereses muy grave,
que obliga a cambiar los intereses si no se quiere llegar a una total
frustración.
Intereses no son la misma
cosa que deseos, ganas o caprichos. Tienen que ver con la realidad total
de los individuos. «No tengo ganas de trabajar», o «no puedo trabajar en
lo que me gusta», son intereses encontrados con «debo trabajar para
sobrevivir». La necesidad está en trabajar para vivir. La especie humana
posee una gran capacidad de adaptación, ya que tiene cerebro para
cambiar sus propios intereses, necesidades y objetivos, es decir, al
contrario que los animales, puede aprender desligándose de las
necesidades primarias.
Las
experiencias profesionales
Las experiencias
profesionales, la historia, la vida de las personas, los trabajos y
ocupaciones anteriores, las aficiones, los gustos, las diversiones y los
juegos, en definitiva la cultura de los individuos, son la base de su
futura responsabilidad, de los resultados eficaces de su vida y la causa
de que los empleos puedan mantenerse en un futuro.
Nadie, en ningún curriculum
vitae, expresa la simpatía, el don de gentes, los carismas personales,
la idiosincrasia de una persona, o lo que la diferencia y caracteriza de
las demás. Sin embargo, todos esos bienes corresponden al bagaje
cultural de una persona.
La experiencia abarca, en el
ser adulto, la totalidad de sus vivencias, ya que cualquier situación
vivida y almacenada, puede ser transferida como aprendizaje en otros
momentos o situaciones vitales. En «cualquier» situación laboral,
«cualquier» experiencia puede ser definitiva para aplicar o transferir
una conducta, conocimiento, afecto o movimiento.
Polivalencia
El ser humano es, por
definición y necesidad, polivalente. Somos animales racionales, y
mantenemos vivo, tanto nuestro espíritu de supervivencia como la
necesidad de ser solidarios. En nuestra memoria se insertan millones de
informaciones almacenadas durante muchos años en millones de neuronas.
Las relaciones, conexiones entre ellas, hacen al ser humano diferente a
otras especies.
Cuanto más integrada está la
mente humana, mayores posibilidades de respuesta vital tienen los
individuos para acceder a la formación, al aprendizaje y al empleo. Una
vez conseguido este, la mayor cantidad de habilidades, logra una mayor
posibilidad de acciones y por lo tanto un mayor grado de aspiraciones
laborales.
Si establecemos relaciones
entre los conceptos, las experiencias de todo tipo, los afectos, las
actitudes y los movimientos, nos convertimos en seres con mayores
capacidades de supervivencia, de afecto y de actividad laboral
Las
relaciones interpersonales.
La comunicación entre los
seres humanos es clave para la búsqueda y aceptación en el empleo y para
el mantenimiento en el mismo. Sin embargo, no debemos pensar solamente
en ello, ya que sin comunicación interpersonal, difícilmente podremos
comunicarnos con nosotros mismos, es decir, reflexionar. La clave de las
relaciones con otras personas está en nuestra formación personal, en la
capacidad de pensamiento, reflexión, formación y autoevaluación.
El sistema comunicativo es
parte del sistema general que nos proporciona la probabilidad de cumplir
con la sociedad en que vivimos. |