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La orientación profesional

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


Bagaje personal y currículum

¿Qué hay detrás de nuestros comportamientos?

 

 Bagaje personal y currículum


Si seguimos a rajatabla las indicaciones que Maslow nos hace en su teoría sobre la personalidad humana, y las diversas condiciones que hacen posible su aparición, posiblemente afirmemos que «el pan es antes que la cultura», entendiendo que para que aparezca una necesidad superior han debido ser satisfechas todas las anteriores. No obstante, solamente los animales poseen a la par las necesidades biológicas y las del aprendizaje, o lo que es lo mismo: aprenden solamente lo que biológicamente necesitan. Tampoco deja de tener su parte de razón Maslow cuando afirma que con necesidades biológicas básicas sin resolver, difícilmente se puede conseguir estadios superiores de la motivación hacia la solidaridad o hacia la cultura. Sin embargo, no todo es tan simple.

Quizá el punto más criticado en la teoría de Maslow sea el referente a la gratificación de las necesidades fundamentales como condición de equilibrio y desarrollo personal.

Si bien es cierto que en un grado de marginalidad acuciante y acusada, es prácticamente imposible desenvolverse en estadios superiores de cultura, no es menos cierto que la actual crisis social, y sobre todo laboral exige a los individuos superar con creces ciertas carencias para utilizar todo el esfuerzo consciente en el acceso al mundo de la formación y de la cultura polivalente.

Si el mismo Maslow reconoce que «también es cierto que pueden surgir, ocasionalmente necesidades superiores, después de la privación de otras básicas, en caso de renuncia, ascetismo, persecución, sublimación…», ¿por qué no conceder que se puede acceder a la formación en caso de necesidad laboral extrema?.

La formación del profesorado que orienta

Cuando se pretende formar a otras personas hacia la búsqueda y mantenimiento del empleo, no podemos olvidar que para el trabajo, la sociedad actual no solamente exige un alto grado de tecnificación y profesionalidad, sino que además debe existir una motivación muy elevada y una gran capacidad selectiva y crítica.

Al profesor se le exige por otra parte que disponga de los conocimientos, medios y recursos como para transmitir conocimientos, motivar hacia el aprendizaje y enseñar a aprender a buscar empleo

Las actuales corrientes pedagógicas y sus formas didácticas de presentar la acción del profesor, coinciden en que este es antes que nada orientador, facilitador, animador y coordinador del aprendizaje de los alumnos.

La orientación es pues, inherente a la acción docente y no se puede entender ni comprender esta sin la finalidad educativa. Educar para qué. Aprender por qué razón.

Bagaje personal y currículum

El Diccionario de la Real Academia Española, define el Currículum vitae como «la relación de los títulos, honores, cargos, trabajos realizados, datos biográficos, etc., que califican a una persona». Sin embargo, es un hecho que un maravilloso y pleno currículum en muchas ocasiones no es suficiente más que para cubrir un expediente o llenar un hueco laboral. El término proviene del latín curriculum. El verdadero currículum es la carrera o curso de la vida, que no solamente se compone de títulos o acciones comprobadas y comprobables, sino que además posee tras él un gran bagaje de experiencias vitales, de compromisos reales y de actuaciones responsables que no siempre se pueden verificar.

El término bagaje, que proviene del francés, bagage, de bague, y este del escandinavo baggi, paquete, entre otras acepciones, es el equipaje o conjunto de cosas que se llevan en los viajes. Si le añadimos adjetivos como intelectual, artístico, cultural, vital, etc., se puede definir como el conjunto de conocimientos, noticias, costumbres, relaciones, experiencias, etc. de que dispone una persona. En este sentido voy a referirme desde ahora en adelante cuando utilice tanto en el texto como en los ejercicios el término bagaje.

El que inicia a otros hacia el mundo laboral no debe olvidar que es tan importante o más tanto encontrar trabajo como conservarlo. El currículum vitae puede ayudar a lo primero, pero el equipaje conseguido con el esfuerzo y la experiencia es imprescindible para lo segundo.

 

Ejercicio sobre currículum y bagaje cultural


Objetivo del ejercicio:

Valorar los conocimientos que el alumno posee sobre las necesidades iniciales que un orientador hacia el empleo debe poseer y provocar las primeras reflexiones sobre su situación.

Fase 1. Individualmente, lee el texto «Bagaje y currículum»

Enumera una serie de elementos que deben poseer los profesores u orientadores hacia el empleo:

Con relación a su currículum vitae

Con relación a su experiencia profesional

Con relación a sus comportamientos comunicativos

Con relación a sus habilidades docentes

Fase 2. En grupo de trabajo. Máximo cinco personas.

Con el grupo de trabajo, a partir de planteamientos individuales, realiza un listado de conocimientos, experiencias y posibilidades que se consideran necesarias para transmitir conocimientos de orientación.

Establecer algunos comportamientos que no suelen constar en el currículum

Enumerar una serie de objetivos que interesa lograr en la acción formativa

Realizar una síntesis de lo que el grupo opina. Si es posible, no llegues a votación. Es conveniente el consenso del grupo

Fase 3. Debate de todo el grupo

El profesor debe explicar que durante el curso se irán dando respuesta a muchos de los interrogantes planteados en este ejercicio inicial. Es conveniente que las dudas se planteen.

Presentar la opinión del grupo ante todos los compañeros

Debatir puntos fuertes y débiles

Llegar a una síntesis final

 

¿Qué hay detrás de nuestros comportamientos?


Un antiguo debate contrasta claramente las dos posiciones encontradas que han marcado las diferencias entre los que afirman que toda conducta es predeterminada genéticamente, o que todo es innato e impreso en los genes desde nuestra concepción, y los que con la misma rotundidad afirman que todo es adquirido, que las condiciones culturales conforman las conductas de los individuos. A pesar de los abanderamientos, febriles en muchos casos, por una u otra postura, cada día la biología aporta más datos que permiten suponer que en la especie humana hay genéticamente más información predeterminada de la que se sabía, y por otra parte, como afirman las ciencias sociales, cada día es más difícil detectar en los adultos la diferencia entre aquello con lo que se nace y lo que realmente es adquirido.

En la práctica, mientras los científicos aportan sus propias conclusiones, es mucho más sensato, eficaz y seguro, pensar que todo es adquirido, ya que en el mundo de los adultos, es prácticamente imposible diferenciar lo innato de lo adquirido. El adulto es un ser «como es en ese momento», y como tal hay que actuar con él.

Lo que aprendemos

Aprender es, según la mayoría de los expertos, cambiar de conducta con cierta permanencia. Desde este punto de vista, casi todo el bagaje ideológico, cultural, social, de valores o de necesidades, es adquirido. Los medios de comunicación, en pleno impacto de una sociedad cuya base es la información homogeneizan a todos los seres humanos. Es a través de esa situación de hecho desde la que hay que descubrir los aspectos individuales de cada persona de la especie humana y tomar decisiones en cuanto a sus necesidades de aprendizaje.

Lo innato, en la práctica, no deja de ser un sustrato, digno de tener en cuenta, pero que afecta muy poco o nada, la propia personalidad del adulto en formación.

El aprendizaje lo definimos como el cambio de conducta que con cierta permanencia se produce en los individuos de la especie humana. Por esa razón las acciones formativas deben poseer un sentido del reposo, de la estabilidad y de la reflexión que permita que las cosas queden en la memoria a largo plazo, evitando todo aquello que lleve a la rapidez, al aprendizaje memorístico y a todas las actuaciones irreflexivas.

Lo que se percibe de la realidad

La percepción es el proceso mediante el cual un individuo adquiere una sensación interior que resulta de la impresión material hecha en los sentidos. Esta sensación puede ser consciente o inconsciente. A la percepción inconsciente, por estar bajo el límite de la consciencia, o subconsciente, le llamamos percepción subliminal. Los ojos, los oídos, las terminaciones nerviosas de la piel son el primer medio de contacto con el medio ambiente. El cerebro percibe por miles o millones de canales, los llamados perceptores, que tanto son los denominados sentidos tradicionales como cualquier otro lugar o forma de hacer que un estímulo penetre en el cerebro.

La información pasa por sistemas de codificación, que aceptan (motivación), o rechazan el estímulo. El sistema nervioso convierte información en impulsos eléctricos que trasmite al cerebro donde producen cadenas de reacciones eléctricas y químicas. El resultado es la conciencia interna de un objeto o de un suceso. La percepción precede a la comunicación y ésta deberá conducir al aprendizaje.

El profesor no debe olvidar que en el proceso cognitivo de cualquier aprendizaje existe lo que se llama memoria a corto plazo, que es la que hace que actuemos con informaciones recibidas en el momento, o que rescatamos del cerebro, del consciente o del inconsciente, con el fin de trabajar con ella durante cortos espacios de tiempo. Algunos científicos afirman que esta memoria solamente está retenida durante espacios no mayores de media hora. Si las clases duran más, es probable que esta memoria pueda retenerse mayor espacio de tiempo, debido al debate, al interés momentáneo que despierta una situación, o a la capacidad que el profesor tenga de mantenerla en el interés del alumno. Para ello están las actividades de clase.

La memoria a largo plazo es la que genera realmente aprendizaje, conductas duraderas. Sin las actividades de las que hablábamos antes, es imposible que el alumno logre «aprender». Sin embargo, no podemos considerar verdadero o eficaz por lo menos, un aprendizaje si este no es capaz de ser transferido a otras situaciones parecidas o incluso diferentes. El recuerdo, o lo que es lo mismo, el rescate de la información de la memoria a largo plazo, es lo que hace que los individuos reproduzcamos situaciones, provoquemos acontecimientos o nos comportemos de una forma o de otra.

Hay dos principios de la percepción especialmente importantes. Primero, el fenómeno de la percepción está constituido por muchos mensajes sensoriales que no se dan separadamente sino estructurados en patrones complejos. Estos llegan a formar la base del conocimiento que la persona adquiere sobre el mundo que le rodea. Segundo, un individuo reacciona solamente a una pequeña parte de los estímulos del medio en un momento dado. Elige aquella parte del universo que quiere experimentar, o que atrae su atención en ese momento (por esto, debemos diseñar materiales que atraigan y conserven la atención del alumno). La percepción es una experiencia personal y única. No es exactamente igual para dos personas. Un hecho puede percibiese en forma de experiencias pasadas, de motivación presente y de vivencias actuales.

Lo que nos mueve a actuar

Citando otra vez a Maslow, lo que mueve a actuar a la especie humana, es fundamentalmente, igual que a los animales, las necesidades primarias, las biológicas, alimenticias, de abrigo y fisiológicas. No obstante, como se afirmaba anteriormente, el mismo Maslow, se plantea el interrogante sobre la cantidad de casos y situaciones que no confirman su propia regla. La especie humana es muy compleja y los intereses de la misma, no responden a conductas preestablecidas sino que pueden variar en función de parámetros en la mayoría de los casos impensables.

En el caso concreto de los intereses laborales, la generalidad de los alumnos que pretenden una formación profesional ocupacional, intenta que su futuro trabajo responda a intereses ligados a su propia preparación personal. Es lo normal en cuanto a intereses, pero no en cuanto a posibilidades de trabajo. Hace ya dos o tres décadas, los universitarios centroeuropeos y nórdicos, sabían ya que su carrera, o sus carreras universitarias, debían esperar en su futuro laboral, pues los puestos laborales de diversas especialidades estaban saturados. Mientras podían acceder al puesto de trabajo más ligado a sus estudios, trabajaban en «otra cosa», mientras se preparaban más y mejor para su futuro.

La necesidad de cambiar los intereses cuando existe conflicto

En toda Europa, incluido nuestro país, se reproduce ya el esquema citado anteriormente. Ni la universidad, ni la Formación Profesional, ni ningún otro estudio, aseguran el trabajo «per se». El puesto laboral, hay que lograrlo, en muchas ocasiones en ámbitos y aspectos muy diferentes a lo que la persona desea. Se crea en este caso un conflicto de intereses muy grave, que obliga a cambiar los intereses si no se quiere llegar a una total frustración.

Intereses no son la misma cosa que deseos, ganas o caprichos. Tienen que ver con la realidad total de los individuos. «No tengo ganas de trabajar», o «no puedo trabajar en lo que me gusta», son intereses encontrados con «debo trabajar para sobrevivir». La necesidad está en trabajar para vivir. La especie humana posee una gran capacidad de adaptación, ya que tiene cerebro para cambiar sus propios intereses, necesidades y objetivos, es decir, al contrario que los animales, puede aprender desligándose de las necesidades primarias.

Las experiencias profesionales

Las experiencias profesionales, la historia, la vida de las personas, los trabajos y ocupaciones anteriores, las aficiones, los gustos, las diversiones y los juegos, en definitiva la cultura de los individuos, son la base de su futura responsabilidad, de los resultados eficaces de su vida y la causa de que los empleos puedan mantenerse en un futuro.

Nadie, en ningún curriculum vitae, expresa la simpatía, el don de gentes, los carismas personales, la idiosincrasia de una persona, o lo que la diferencia y caracteriza de las demás. Sin embargo, todos esos bienes corresponden al bagaje cultural de una persona.

La experiencia abarca, en el ser adulto, la totalidad de sus vivencias, ya que cualquier situación vivida y almacenada, puede ser transferida como aprendizaje en otros momentos o situaciones vitales. En «cualquier» situación laboral, «cualquier» experiencia puede ser definitiva para aplicar o transferir una conducta, conocimiento, afecto o movimiento.

Polivalencia

El ser humano es, por definición y necesidad, polivalente. Somos animales racionales, y mantenemos vivo, tanto nuestro espíritu de supervivencia como la necesidad de ser solidarios. En nuestra memoria se insertan millones de informaciones almacenadas durante muchos años en millones de neuronas. Las relaciones, conexiones entre ellas, hacen al ser humano diferente a otras especies.

Cuanto más integrada está la mente humana, mayores posibilidades de respuesta vital tienen los individuos para acceder a la formación, al aprendizaje y al empleo. Una vez conseguido este, la mayor cantidad de habilidades, logra una mayor posibilidad de acciones y por lo tanto un mayor grado de aspiraciones laborales.

Si establecemos relaciones entre los conceptos, las experiencias de todo tipo, los afectos, las actitudes y los movimientos, nos convertimos en seres con mayores capacidades de supervivencia, de afecto y de actividad laboral

Las relaciones interpersonales.

La comunicación entre los seres humanos es clave para la búsqueda y aceptación en el empleo y para el mantenimiento en el mismo. Sin embargo, no debemos pensar solamente en ello, ya que sin comunicación interpersonal, difícilmente podremos comunicarnos con nosotros mismos, es decir, reflexionar. La clave de las relaciones con otras personas está en nuestra formación personal, en la capacidad de pensamiento, reflexión, formación y autoevaluación.

El sistema comunicativo es parte del sistema general que nos proporciona la probabilidad de cumplir con la sociedad en que vivimos.