Pintura. Metropolitan Museum de New
York
Los rituales de iniciación del hombre
para el disfrute de la sexualidad.
Mujeres en una escena de banquete. Tumba de Nakht. Dinastía
XVIII, hacia 1390 a.C.
Grafitis realizados por obreros de una tumba sin
terminar encargada por Senenmut:.
Hatshepsut y
Senenmut
|
A partir de la creación del mundo para los antiguos egipcios
Todo estaba sumido en
la más lúgubre oscuridad. En un momento incierto, de la nada surgieron las
aguas primordiales del Nun, el no-ser. Entonces todo el universo se cubrió
por una gran extensión de agua: se había dado el primer paso hacia la vida.
El dios solar Atum, se auto creó viniendo a dar luz a un mundo recién nacido
en donde solamente estaban él y las aguas primordiales. En un acto reflejo,
en un deseo de compartir su vida con más personas y dar pie a una dinastía
de dioses, el dios Atum se masturbó dando vida a los dioses Shu, el aire, y
Tefnut, el agua. A su vez, de éstos nacieron Geb, la tierra, y Nut, el
cielo. Relatado de una forma tan brusca, los sacerdotes del templo solar de
Heliópolis, cerca de El Cairo, han dejado para la posteridad el nacimiento
del mundo y de sus elementos principales. Partiendo de una base tan
libidinosa, no es de extrañar que los antiguos egipcios vieran en el sexo
una elemento de lo más normal en sus vidas cotidianas.
Procreación, fertilidad y erotismo
El
arte, los textos y la propia religión, nos advierten de que los antiguos
egipcios daban al sexo la importancia que se merecía.
El acto sexual, según las evidencias disponibles, se
representó de una manera natural, en dibujos y pinturas (especialmente en ostraca y papiros), escultura (en piedra, barro o cerámica) y objetos de fayenza
(estatuillas y "objetos fálicos"). En cambio, la "cerámica erótica"
es casi inexistente
en el Valle del Nilo, aunque en
la colección de erotica aegyptiaca de el Museo Egipcio de El Cairo, se cuenta un fragmento de vaso
de terracota, con un hombre y una mujer en el acto del
coito vaginal).
En los albores de la civilizacion egipcia, o sea al periodo pre-dinástico y nos encontramos una
serie de estatuillas de mujeres desnudas, estas estatuillas eran de
barro o marfil se puede apreciar que se marcan muy bien los atributos
femeninos, haciendo hincapie en la zona pubica, y
hombres dotados
de un enorme pene interpretados como un llamamiento claro a la fertilidad.
Un caso peculiar es el de la prostitución. Según los historiadores, en la
llamada Época Predinástica (en el período comprendido entre el año 4500 y el
3000 a. C.), esta tuvo al parecer un carácter sagrado. Diversos grabados nos
muestran cómo se realizaban ceremonias religiosas casi orgiásticas, en las
que las sacerdotisas se estimulaban incluso con objetos con formas fálicas.
Estas mujeres eran las llamadas palácidas, destacaban por su belleza y su
origen aristocrático, y su finalidad era la de participar en los rituales de
la siembra para estimular el mítico poder fertilizador del río Nilo.
Las llamadas "figuras eróticas", la mayor cantidad de piezas
representa "figuras (humanas, divinas/sobrenaturales) fálicas", esto es,
seres (humanos o no) siempre itifálicos. Ocasionalmente, la entidad
itifálica posee un miembro viril de proporciones descomunales, que es
sostenido por uno o más personajes subalternos o por su compañera (p.ej.,
grupo CGCairo 27359)[5]. Asimismo,
existen "figuras vaginales" en las que, sin mostrar una posición erótica
precisa, se reconoce fácilmente la "actitud obscena"; mujeres
sentadas exhibiendo genitales muy marcados o reclinadas en posiciones
"provocativas". Aquí deben destacarse los llamados "grupos obscenos",
integrados generalmente por una pareja humana teniendo sexo o en poses
sensuales; p.ej., una mujer de pie que toma el falo desproporcionado de su
compañero sedente.
Se han
encontrado varias pinturas eróticas en los restos del antiguo burdel de Deir-el Medina. Pero
las más célebres son las que representan a la reina Hatshepsut practicando
el coito anal con uno de los hombres más poderosos de su corte, un
arquitecto y alto funcionario llamado Senenmut. A día de hoy sabemos por
algún escrito que él estaba profundamente enamorado de su soberana, y
parece ser que sus contemporáneos pensaban que la relación entre ambos era
íntima. Estos grafitis fueron realizados por los obreros de una tumba sin
terminar encargada por Senenmut. Irritados porque no les pagaba su sueldo,
los trabajadores se vengaron de su empleador caricaturizándole desnudo y
practicando el sexo con la reina. Hoy día, algunos historiadores creen que
la hija de Hatshepsut, Neferuna, pudo ser fruto de ese amor adúltero.
Mujeres en la taberna
Más frecuentes que los
burdeles eran las llamadas “casas de cerveza”, donde tanto hombres como
mujeres disfrutaban de la conversación y de esta bebida, tan popular en
Egipto que los faraones tuvieron que incluirla en el menú de sus obreros.
Hay que señalar que las mujeres que allí se reunían para “tomar copas” no
eran prostitutas. Aunque la preeminencia del varón era evidente en la
sociedad egipcia, ellas gozaban de una cierta libertad si se compara con su
situación en otras sociedades antiguas. Y entre sus libertades estaba la de
gozar de la vida social, de la bebida y de sus consecuencias. Resulta
conveniente decir que la embriaguez también parece que era una realidad
entre la población femenina. De hecho, hay una tumba tebana en la que se ha
encontrado un grabado que muestra a una mujer ebria que vomita mientras es
atendida por una sirvienta.
Seth, el dios
violador
Un caso especial es la
homosexualidad. Los historiadores no tienen indicios suficientes para saber
si era aceptada con naturalidad o si, por el contrario, provocaba rechazo.
Conocemos, por ejemplo, en el terreno de la mitología que Seth, el dios de
la fuerza bruta, forzó a Horus, deidad celeste, lo que provocó la
humillación de este.
En el ámbito de la vida
cotidiana, las referencias a las relaciones entre personas del mismo sexo
son escasas. Una de las pocas que existen es un texto conocido como
El demandante de
Menfis.
Cuenta la historia de un rey llamado Neferkara que cada noche acudía a casa
de Sasenet, uno de sus generales. |
Ostracones
En arqueología se emplea el término ostracon para designar los
trozos de cerámica (o fragmentos calcáreos) que se utilizaban como
borradores para aprender a escribir o pintar. Los ostracones son muy
numerosos y son una fuente de información muy útil.
En el
Antiguo Egipto el término se aplica a los fragmentos calcáreos, o de
cerámica, sobre los que los escribas o los aprendices esbozaban sus dibujos
o textos, para evitar el alto coste del papiro.
A la izquierza, bajo
estas líneas, Muchacha
con laúd; caliza, altura 10,5 cm, Deir el Medina, Excav. de
B. Bruyére (1934), Din. XIX-XX. Piso Superior, JE63805, Museo
de El Cairo. Se trata de un ostracón singular y único en su
género que muestra a una muchacha o intérprete de laúd en
una perspectiva que rompe o se aparta de los cánones
establecidos por el arte egipcio. La chica medio desnuda
vista en escorzo superior.
|
|
La diosa
Hathor
La
diosa con más tradición en este sentido fue Hathor,
identificada con un sinfín de divinidades femeninas locales
lo que provocó una difusión abrumadora de sus seguidores.
Esta diosa era protectora de las mujeres, protectora de las
fiestas, la bebida, el amor y toda clase de desenfrenos de
los que solía participar un egipcio en vida. Los griegos la
identificaron con su Afrodita. De forma muy similar, el dios
Bes, posiblemente de origen extranjero -fenicio o nubio-,
era el patrón de las alcobas conyugales, de los bailes, las
fiestas y protector de las parturientas junto a la divinidad
femenina Tueris. Se le representaba de frente como un enano
grueso y barbudo, sacando la lengua y en ocasiones tocando
algún instrumento. |
Tres flautistas en la tumba del noble tebano Nakht (1400 a.
C.) |
Papiro funerario de
la reina Henut-tawy. El dios de la tierra Geb se hace una
autofelación para generar más divinidades con su semen.
Tercer Período Intermedio, dinastía XXI, 1000 a. C. Museo
Británico de Londres. |
Una joven asiste a su señora en la
tumba de Rekhmira (TT100) del Valle de los Nobles. Es la
única representación de un trasero en la pintura egipcia.
XVIII dinastía ca. 1450a. C. |
(1292-1075 a. C.)
Reconstrucción |
El Papiro de Turín
Se encuentra en el Museo Egipcio, en
Turín, y también se conoce como Canon Real o Papiro de Turín. Es un rollo de
papiro de 170 centímetros de largo y 40 de ancho, y está roto en 160
fragmentos, fechado en época de Ramsés II (1292-1075 a. C.) y
descubierto en 1822 en Deir El-Medina, cerca de Luxor, una población que albergaba a gran cantidad de
obreros que trabajaron en el Valle de los Reyes. Junto a él aparecieron
trozos de cerámica y piedra también con dibujos eróticos. El papiro no se
dio a conocer hasta el año 1973 por su alto contenido erótico.
La importancia
fundamental del papiro es que menciona los nombres de los faraones que
reinaron Egipto, pero también los dioses que les precedieron, los
semidioses, y los seguidores de Horus. Contiene los nombres reales de todos sus
gobernantes, incluyendo los faraones menores y los usurpadores.
Los dos tercios de la izquierda están ocupados por una docena de escenas
sexuales muy explicitas; prostitutas trasportando el cuerpo de un hombre,
agotado después de mantener relaciones, acoplamientos en posturas dignas de
un equilibrista, hombres de penes enormes y mujeres de gran belleza. Se supone que las imágenes narran las aventuras de un visitante a uno de
los burdeles de Tebas. Se pueden ver imágenes de grupos de bailarinas
prácticamente desnudas que ejecutan enigmáticas danzas. Se conoce que en
todas las fiestas de la clase alta había bailarinas y acróbatas que iban
desnudas o vestidas con redes de pescador decoradas con perlas. No se sabe con seguridad pues los textos que las
describían apenas se conservan.
Son varias las representaciones de mujeres que practican el sexo
mientras sostienen instrumentos musicales en sus manos, lo que hace pensar
que quizá esta fuera una de las habilidades de las prostitutas para atraer
clientes. Y junto a ellas aparecen figuritas que reproducen a arpistas que
apoyan el instrumento musical en desproporcionados penes.
El significado e interpretación que debe darse a esta vasta tipología
erótica está muy disputado. De este papiro siempre
se reprodujo el registro superior, de carácter "satírico", omitiéndose pudorosamente el importante registro inferior, que enseña
la única representación conocida de un prostíbulo en tiempos faraónicos.
Allí, los altos dignatarios de la corte y los grandes sacerdotes retozan con
prostitutas profesionales, exhibiendo sus penes erectos y de tamaño
desproporcionado, quizás como una burla a su incontinencia -porque nos
parece obvio que, en este caso, el descomunal tamaño de sus miembros viriles
no tiene el mismo sentido que en las "figuras obscenas" -. Cada uno de los
personajes ilustrados está acompañado por un breve texto que reproduce el
diálogo amoroso; p.ej., una de las prostitutas le dice a su pareja, quien la
penetra por detrás mientras ella se apoya sobre sus extremidades: "¡Ven y
hazme el amor por atrás!": ¡una frase que pareciera salida de algún
video-porno moderno! Este notorio documento, actualmente muy fragmentado
pero magistralmente reconstruido, lamentablemente es de procedencia
desconocida. Dado el contenido y el estilo, tanto artístico como epigráfico,
y gracias a que contamos con muchos diseños eróticos sobre ostraca
que provienen de la villa obrera de Deir el Medina (Tebas Occidental), que
están bien datados en el Reino Nuevo Tardío (Período Ramésida en adelante),
al igual que el papiro en cuestión (fechado en el reinado de Ramsés II), no
es improbable que este último también provenga de la región tebana, y,
porqué no, de la mano de algún artista-escriba asignado a aquella villa
obrera o a los templos funerarios soberanos de la orilla occidental.
|
Reconstrucción de escenas del Papiro de Turín |
332 a 30 aC
Músicos eróticos.
Periodo Ptolemaico. 305-30
aC |
El erotismo en el periodo ptolemaico. 332 a 30 aC.
La
dinastía ptolemaica es aquella fundada por Ptolomeo I Sóter, general de
Alejandro Magno. Esta dinastía gobernó en Egipto durante el período
helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a. C., en que se
convirtió en provincia romana. También se le conoce con el nombre de
dinastía lágida, pues Lagos se llamaba el padre (o presunto padre) de
Ptolomeo I.
Ptolomeo I estableció la capital de este reino en Alejandría, un pequeño
pueblo en aquella época que se transformó en el principal centro comercial e
intelectual de la antigüedad.
Esta dinastía adoptó desde el principio las costumbres egipcias y fue una
constante enemiga de la dinastía macedonia seléucida. Durante el reinado de
uno de sus monarcas (Ptolomeo V) fue cuando se publicó (en el 197 a. C.) un
decreto en tres tipos de escritura sobre una piedra negra que se conoce hoy
en día como Piedra de Rosetta. En
algunos momentos de su historia, la dinastía dominó Cirenaica (al noreste de
la actual Libia), así como el sur de Canaán y Chipre.
Su
último gobernante fue la célebre Cleopatra. Tras su muerte y la de su hijo,
Cesarión (Ptolomeo XV), la dinastía concluyó y Egipto fue anexionado por
Augusto al Imperio romano.
Es en
la época ptolemaica (a partir del 332 a. C.) cuando aparezca el
erotismo de forma abundante en la escultura grecoegipcia.
Grupo erótico. Alexandria. Época grecorromana.
Brooklyn Museum. |
Relieve de pareja copulando. tal vez exvoto
o un depósito de tumba. Brooklyn Museum |
|
El
dios Min. El Itífalo
Un itífalo (pene
erecto, del griego) es un amuleto colgante en figura de
pene que, según Plinio, colgaban los antiguos al cuello
de los niños creyendo que les preservaría de ciertos
males. Con el mismo objeto lo usaban los emperadores y
se ponía igualmente uno en los carros triunfales. Las
vestales también lo llevaban, y lo adoraban como a una
divinidad, persuadidas que las defendía de la envidia.
El dios Min,
egipcio, fue representado como hombre de piel negra o
verde manteniendo el falo erecto, sobre un pedestal, y
portando corona de dos largas plumas y flagelo. En
algunas ocasiones se representa como un toro negro o un
león. Era de las deidades egipcias más antiguas, su
culto se remonta a la época predinástica; procedía de
Coptos, cerca de la ruta caravanera del Uadi Hammamat
donde era el protector de los viajeros mercaderes y de
los mineros. Min era un dios lunar relacionado con el
calendario. Estaba vinculado a la realeza pues aseguraba
la abundancia. Se le consideraba hijo de Ra, o de Shu, y
Jentit-Iabet era su madre-esposa; formaba pareja con
Repit en Atribis, y con Aperetisis en la época griega,
siendo su hijo Kolanthes. También formaba tríada con
Kadesh y Reshep. En una estela del museo del Louvre se
le cita como hijo de Osiris e Isis.
Su iconografía ha
sido bastante estudiada gracias al gran número de piezas
arqueológicas encontradas hasta el día de hoy. Los
antiguos egipcios lo plasmaron como un hombre de una
sola pierna y un solo brazo que presentaba un gran falo
erecto. Esto hace referencia a la historia de Min antes
de convertirse en Dios. Min no puede marchar al combate
con el resto de hombres de su pueblo por ser cojo.
Mediante algunas argucias, consigue dejar embarazadas a
todas las mujeres del pueblo. Al regresar de la guerra
los hombres del poblado vieron lo que había sucedido.
Como castigo le cortaron uno de sus brazos. Con el paso
de los años, entendieron que lo que había hecho Min era
asegurar la descendencia del pueblo. En muchas
tradiciones y culturas la fertilidad siempre ha estado
vinculada a la figura femenina. Por este motivo es
importante el caso del dios Min, donde el vigor y el
apetito sexual masculino se sitúa en un primer plano.
|
|
Min, 664-332 aC. Museo Arqueológico de Madrid.
Foto de Enrique Mz-Salanova |
|
Estela con los
dioses Min, Qadesh (Siria) y Reshef (Canaán), en Deir
el-Medina, Egipto.
|
Detalle del papiro
funerario de Tamenio, British Museum. El dios de la
Tierra Geb y la diosa del cielo Nut, en posición
arqueada.
Con el color verde característico de Geb. (III
periodo intermedio XI-VIII sec.
Geb es una de las más
antiguas deidades egipcias, siendo la personificación de
la Tierra. Es el marido de Nut, otra de las deidades
originales. Es el padre de cuatro de los más importantes
dioses egipcios: Seth, Osiris, Isis y Netfis. En la
antigua religión egipcia, el dios de la Tierra y el
soporte físico del mundo.
Geb y su hermana Nut
pertenecían a la segunda generación de deidades en
Heliópolis. En el arte egipcio solía representarse
yacente a los pies del dios del aire, Shu, con Nut, la
diosa del cielo, arqueada sobre ellos. Era el tercer
gobernante divino entre los dioses y los faraones
afirmaban descender de él. |
|
Los
colosos de Coptos
En Coptos, ciudad próxima a Tebas,
en pleno Alto Egipto, excavando en la zona del templo,
el famoso Flinders Petrie encontró en 1894, entre otras
piezas de alto valor, los fragmentos de tres estatuas
gigantescas talladas en piedra caliza. Lo sorprendente
del hallazgo aconsejó a su descubridor especular con
aquellos seres monstruosos.
Representaba cualquiera de ellas
un cuerpo de varón desnudo, incluso más que desnudo.
Cada imagen solo estaba vestida con el consabido
ceñidor, la prenda que la imaginería más antigua tenía
reservada para subrayar el contraste con lo que al
desnudo pudiera quedar, algo de lo que las buenas
costumbres enseñan que conviene no exhibir aun en la
mejor edad. Sostenían aquellos extraordinarios hombres
con una mano una vara de madera, o un objeto similar,
hoy desaparecido, y con la otra con seguridad su propio
pene erecto, fabulosa pieza tallada aparte en piedra y
que desgraciadamente en todos los casos también había
desaparecido, pero de tal manera alojada en la imagen
cuando se talló que representaba sin duda ser propio,
porque el ánima donde encajaba el cilindro ha quedado
como mudo testimonio, horadado en el lugar
correspondiente al pubis, de la grandeza del miembro.
Las piezas están en el
Ashmolean Museum, de Londres |
|
Venus ptolemaica
Arte ptolemaico. Figura de terracota de Baubo, una mujer
enseña su sexo. Encontrada en Grecia, lo más probable es
que llegara de Egipto, En la tradición orphica de la
mitología giega, Baubo (en griego antiguo Βαυϐώ/Baubố
es una figura femenina asociada a los misterios de
Eleusis y a la historia de Demeter y Coré.
La dinastía
ptolemaica es la fundada por Ptolomeo I Sóter, general
de Alejandro Magno. Gobernó en Egipto durante el período
helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año
30 a. C., en que se convirtió en provincia romana.
También se le conoce con el nombre de dinastía lágida,
pues Lagos se llamaba el padre (o presunto padre) de
Ptolomeo I.
Ptolomeo I
estableció la capital de este reino en Alejandría, un
pequeño pueblo en aquella época que se transformó en el
principal centro comercial e intelectual de la
antigüedad. Esta dinastía adoptó desde el principio las
costumbres egipcias y fue una constante enemiga de la
dinastía macedonia seléucida. Durante el reinado de uno
de sus monarcas (Ptolomeo V) fue cuando se publicó (en
el 197 a. C.) un decreto en tres tipos de escritura
sobre una piedra negra que se conoce hoy en día como
Piedra de Rosetta. |
Referencias
BOURDIEU,
Pierre; Darbel, A. 1969; L´amour de l´art. Les musées d´art
européens et leur public, Minuit, Paris.
MACLEAN, G.B, 1970; Iconographie populaire de l´érotisme,
Maisonneuve- Larose, Paris.
NACHO ARES.
1997. Misterios de la Arqueología y
del pasado, nº 7 abr. 1997
PARRA
JM. 2001. La vida amorosa en el antiguo Egipto.
Ed Aldebarán. Madrid.
STRAZ,
C.H, 1926; La figura humana en el arte, Salvat, Barcelona.
|
|
|