Los museos secretos
Ha sido una constante a lo
largo de la Historia. El ser humano, el mismo que ha construido
museos para exponer cañones, carabinas, espadas, arcos y flechas,
metralletas, lanzas, obuses, dagas, floretes, espingardas,
culebrinas y todo tipo de instrumentos o armas destinada a lo que se
ha dado en llamar el “arte de la guerra”, ese mismo ser humano, ha
decidido en demasiadas ocasiones ocultar en gabinetes y salas
secretas de esos u otros museos pinturas y esculturas que, por
mostrar a las claras los entretenimientos a los que solemos
entregarnos las personas cuando nos vemos arrebatadas por el deseo,
han sido consideradas demasiado pornográficas como para ser
expuestas.
Esa motivación represora de
inspiración inquisidora ha hecho que algunos de los museos más
importantes del mundo hayan poseído en algún momento de su historia
su propia sala secreta, una especie de museo erótico secreto dentro
del propio museo al que sólo podían acceder cuatro privilegiados y
que estaba llena de obras que, por uno u otro motivo, atentaban, al
decir de las mentalidades más puritanas de la época, contra el pudor
y la moral de los mortales. Así, el armario 55 del British Museum o
el Gabinete de Objetos Obscenos de Nápoles son algunos de esos
espacios secretos que algunos museos tuvieron o tienen reservados al
erotismo y a los que nosotros hemos dado en llamar museos eróticos
secretos.
La museología actual abomina de los gabinetes
secretos, pero hasta fechas bastante recientes era normal
que ciertas piezas de contenido erótico, o no tanto -el
pecado está en los ojos del que mira-, se reservaran en
alguna sala solo accesible para personas de sólida
formación, que solían ser las que daban una propinilla al
vigilante.
Hacia 1838 se desarticuló en España la Sala Reservada en la que se
exponían las llamadas poesías, desnudos mitológicos y bíblicos que
algunos artistas pintaban para saloncitos y gabinetes privados
adonde solían retirarse los monarcas después de comer. Ciertos
Tiziano, Guido Reni y Annibale Carracci serían considerados
indecentes, por lo que no resulta extraño que en el año 1957 aún se
conservara bajo llave la colección de cerámica de corte sexual y
erótico del Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima,
Perú. El conjunto reunía piezas provenientes de varias culturas,
resaltando "La mochica", por la cantidad de obras como por la
variedad de posturas y acciones sexuales reflejadas.
Mi relación con el
arte erótico comenzó con mi interés por el arte y su historia en general, y
algunos atisbos de que había colecciones y Museos de todo el mundo que
poseían fondos secretos. Los monarcas españoles, poseían fondos de cuadros
ocultos, entre ellos algunas tan conocidos hoy como La Maja desnuda de Goya,
y otros muchos, a salvo de miradas indiscretas y para uso y disfrute
exclusivo de aquellos gobernantes de sexualidad exacerbada para su tiempo. Por cierto.
Intenté en vano entrar en alguno de esos Museos, Nápoles, Lima, pero mi edad primero y la
época de represión que se vivía en aquellos tiempos de mi juventud no me lo
hicieron posible.
El detonante fue
cuando una vez llegué a Lima, Perú, intenté ver lo que creo que se llamaba
el Museo secreto, o Museo erótico, hoy decididamente el Museo Larco, que
tiene una espléndida colección de vasijas eróticas. El taxista al que le
indiqué el Museo y dirección no me quiso llevar, enfadado además de que le
pidiera semejante y prohibida dirección. Tuve que tomar otro taxi y, por
fin, pude admirar el prohibido y maravilloso museo. Ahí comenzó mi afición a
coleccionar fotos, láminas, textos, documentos sobre la relación entre arte y
erotismo y a investigar en la medida de mis posibilidades sobre el mismo.
Tampoco me permitieron en 1964 ver, en
el Museo Arqueológico de Nápoles, el llamado Gabinete
Secreto, hoy abierto al público, que expone una serie de
frescos, esculturas y mosaicos eróticos, provenientes de las
excavaciones que se realizaron hace 200 años en las ciudades
de Pompeya y Herculano.
En Ávila, en la catedral, hace décadas
intenté ver, en la sillería del coro, una serie de tallas
que, bajo los asientos de los canónigos reproducen escenas
sexuales. No lo logré. Años después, un tanto
clandestinamente me introduje y descubrí que esos asientos,
entrando a mano izquierda, estaban clavados para que no se
pudieran observar. |
Aunque no es un museo erótico propiamente, el Museo Larco en
Lima (Perú) posee una sala de arte erótico prehispánico. |
El
secretum del Museo Británico |
El Secretum o museo secreto
del Museo Británico
Fue una sección del Museo
Británico creado oficialmente en 1865 para almacenar todos
los artículos históricos considerados obscenos. Fue creado
formalmente en respuesta a los requisitos de la Ley de
Publicaciones Obscenas de 1857. La sala Secretum del Museo
Británico se llamó originariamente el “Gabinete de objetos
obscenos”. En ese año, un coleccionista privado, George
Witt, donó al British Museum una magnífica colección de
objetos eróticos y fálicos que había ido recolectando
durante sus viajes por todo el mundo. Las autoridades
rectoras del museo valoraron positivamente la importancia
antropológica e histórica de las piezas legadas pero
decidieron ocultarlas a la vista del público. Es decir:
crearon un museo erótico secreto dentro del mismo museo.
En la época
victoriana, el museo contenía una sala muy especial para
objetos considerados demasiado obscenos o perversos para
sentarse junto al resto de la colección. El Armario 55 fue
creado en respuesta a la Ley de Objetos Obscenos (1857), y
designado el "Gabinete de Objetos Obscenos". Tenía otro
nombre coloquial: la sala del porno.
Para entrar en el Secretum, se necesitaba un permiso
especial. Esto se dio solo a los caballeros que podían
demostrar que eran de "años maduros y una moral sólida". Es
comprensible que la mojigata era victoriana fuera un terreno
fértil para crear un Secretum, pero lo que es más impactante
es cuánto tiempo duró. Los artículos se agregaron tan tarde
como en la década de 1950.
Muchos artículos considerados obscenos se mantuvieron bajo
llave ya en 1830. Uno de los primeros artefactos fue la
Estatua de Tara, que estuvo oculta durante treinta años a
partir de la década de 1830.
A partir de la década de 1960, los artefactos se eliminaron
de esta colección especial y se incorporaron a las secciones
pertinentes en las salas abiertas al público, como por
ejemplo el libro Recreations with the Muses, ubicado
posteriormente en la Galería de la Ilustración. Hoy en día,
solo unos pocos artículos permanecen bajo llave en el
Armario 55 y 54 en el Departamento de Antigüedades
Medievales. Entre muchos otros artículos, anteriormente
contenía la colección de erótica antigua que George Witt
(1804-1869), médico y coleccionista de antigüedades fálicas.
Inaccesible para el público, era un depósito de exhibiciones
de naturaleza erótica.
Colección de George
Witt
432 piezas en total conformaban la
colección de George Witt. En su mayor parte, ésta estaba
formada por falos de las más diferentes culturas. Asirios,
egipcios, griegos, romanos, medievales, con ojos, con alas,
chinos, japoneses… los falos que formaban la colección
legada por Witt al British Museum demostraba cómo el hombre,
a lo largo de los siglos, no había dejado de prestar
atención ni de rendir pleitesía a una parte tan concreta de
su anatomía.
Dentro de la colección de Witt hay que
destacar también nueve álbumes que, encuadernados en cuero,
recogían dibujos, acuarelas, descripciones e ilustraciones
diversas de objetos recogidos en otras colecciones públicas
y privadas repartidas por el mundo.
Todas estas piezas conformaron el que
se puede considerar uno de los museos eróticos secretos más
importantes del mundo. Junto a ellas hay que destacar
igualmente las contenidas en el llamado Gabinete de Objetos
Obscenos de Nápoles. Éste fue, sin duda, un ejemplo
prototípico de hasta qué modo la mentalidad censora de las
autoridades civiles y eclesiásticas condenaban a estas
piezas de incalculable valor antropológico a la oscuridad de
estos museos eróticos secretos. |
|
|
|
Una lámpara de
terracota romana que representa a una mujer desnuda sentada
sobre un cocodrilo. Excepto que la mujer en realidad está
sentada en un enorme falo humano que emerge de la cola del
cocodrilo. El Museo Británico sugiere que la mujer podría
ser una oscura caricatura de Cleopatra (esta está en
exhibición en el museo) |
Escultura de un sátiro
involucrado en actos sexuales con una cabra (todavía
propiedad del museo, actualmente no en exhibición) |
|
Un ejemplo más reciente de contenido problemático es la Copa
Warren, que presenta escenas de actos homosexuales. La copa
se ofreció al Museo Británico, pero debido al tema se pensó
que era demasiado contenciosa para comprarla. El objeto
finalmente se compró a un precio mucho más alto y ahora es
uno de los artefactos importantes del museo. |
La
estatua de Tara, una de las primeras adquisiciones
de la colección, ahora se encuentra en la Galería
José E. Hotunges, pero estuvo escondida durante
treinta años a partir de 1830 |
|
Gabinete
secreto del Museo del Prado de Madrid |
Un gabinete
solamente para el rey
La pintura dominante durante
siglos en España ha sido de temática religiosa. Sin embargo, por
las mismas fechas en que pías instituciones, conventos y
familias católicas patrocinaban esa inflación de imágenes
religiosas, Carlos V y su hijo Felipe II encomendaban a
reputados artistas, Tiziano principalmente, la reproducción de
apetitosos desnudos femeninos con destino a sus camerinos
privados (así denominados a veces en los papeles contractuales).
En el caso de Felipe IV, otro gran aficionado, sabemos que su
camerino era el llamado Cuarto Bajo de Verano, en la zona norte
del Alcázar madrileño, el aposento «al que Su Majestad se retira
después de comer».
Los desnudos encargados a Tiziano
se denominaron ‘poesías’, que es como llamaban entonces a las
fábulas mitológicas: Dánae, Venus y Adonis… Tiziano, que era un
gran profesional, tenía en cuenta las preferencias de su real
cliente y procuraba complacerlas. «Como la Dánae que he enviado
a su majestad se ve de frente, quiero variarla en esta nueva
poesía y mostrarla del otro lado (o sea de espaldas, con
exhibición de glúteos) para hacer la cámara donde deben
exhibirse más atractiva» leemos en la carta de presentación de
su nuevo lienzo Venus y Adonis, fechada en 1554.
Museo de
Jaén
En vísperas de la apertura
del Museo Íbero de Jaén, los técnicos se estarán preguntando
sobre el emplazamiento ideal de su escultura más turbadora:
un torso masculino que, como diría Quevedo, se presenta
«amancebado con su mano», lo que puede resultar embarazoso
en un museo para todos los públicos.
Museo del
Prado
El gabinete secreto más
relevante ha sido, sin duda, el del Museo del Prado.
Curiosamente los reyes de España, el país más represivo en
materia de moral sexual, fueron grandes aficionados a la
pintura erótica. Cuando esas colecciones reales se pusieron
a la vista de sus súbditos, se creyó necesario encerrar
ciertos lienzos y esculturas en ‘salas reservadas’.
Adán y
Eva de Durero
En la Nochebuena de 1734
el Alcázar de Madrid resultó destruido por un incendio,
pero por suerte las dos obras de Durero fueron evacuadas
y pasaron al Palacio del Buen Retiro. Décadas después,
el rey Carlos III ordenó que ambos cuadros de Durero,
junto a otros desnudos, fuesen quemados por su contenido
supuestamente obsceno. Por consejo de miembros de su
corte y del pintor Mengs, el rey accedió en 1762 a que
dichas pinturas de desnudo se trasladasen a la Academia
de San Fernando para que sirvieran de ejemplos de
enseñanza para los jóvenes artistas. Pero tal medida no
se adoptó hasta 30 años después, periodo en el cual Adán
y Eva hubieron de permanecer almacenados en el Buen
Retiro. En 1792 Bernardo Iriarte retomó la propuesta de
enviar a la Academia los desnudos almacenados, que el
nuevo rey Carlos IV aceptó. Esta medida se aprobó a
condición de que dichos cuadros de desnudo se
mantuviesen reunidos en una sala de acceso restringido.
Durante el gobierno de José Bonaparte la sala
restringida es desmantelada, colgándose las obras de
desnudo en salas de libre acceso, pero tal medida sería
revertida con el nuevo régimen de Fernando VII. |
Durero: El placer
del rey. Felipe IV dedicaba las siestas a ver los
desnudos tizianescos. Incluso comisionó a Velázquez para
que comprara para su colección este ‘Adán y Eva’ de
Durero |
Tiziano
muestra a Júpiter poseyendo a Dánae en forma de lluvia
de oro. |
Secreto del Museo del Prado
En 1827, tras la creación
del Museo del Prado, 70 desnudos se confinaron en una
sala reservada. Representaban desnudos y se confinaron
en una sala reservada entre 1827 y 1838. Estos lienzos,
según Mérimée, solo se enseñan a las personas portadoras
de un billete especial […], pues contienen todas las
desnudeces que hubieran podido asustar a las damas. Hoy,
los lienzos voluptuosos están repartidos en las
distintas salas a las que corresponden por autores,
épocas y estilos. |
|
Gabinetto segreto
del Museo de Nápoles |
En 1819, el futuro rey de
Nápoles, Francisco I, visitó, acompañado de su mujer y de su
hija, el museo donde se exponían los objetos hallados en las
excavaciones de Pompeya y Herculano. Quedó tan escandalizado
ante aquellas obscenidades que ordenó recogerlas en un gabinetto
segreto, solo visitable por personas «de edad madura y de moral
reconocida» a las que se expendería un permiso especial. Este
gabinetto ha sufrido diversos avatares a lo largo de su
historia. clausurado en 1850, Garibaldi lo abrió, Mussolini lo
cerró de nuevo y hoy está abierto al público, aunque se
desaconseja su entrada a los menores de 14 años a no ser que
vayan acompañados por sus tutores. Si bien no es en sí un museo
del sexo, el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles abrió su
extensa colección de arte erótico histórico en su Gabinete
Secreto al público en 2000. La mayoría de las exhibiciones son
de la época griega y romana, y muchas fueron recuperadas de la
cercana Pompeya .
En los más de 150 años
transcurridos desde la creación de la colección erótica, el
destino de esta manifestación artística "impúdica" y "lasciva"
ha estado ligado a la historia de Italia y de Europa. Se ha
mostrado al público -siempre minoritario y con autorización espe-cial-,
en los breves periodos de liberalismo que vivió el Reino de
Nápoles en el siglo XVIII, y ha sido cerrada a cal y canto, en
los más frecuentes de "rearme moral". En 1819, el rey de Nápoles
Francisco I decidió cerrar las salas a toda persona que no
encajara en la definición de "edad madura y reconocida moral".
Uno de los escasos momentos de "puertas abiertas" casi total fue
el que coincidió con la entrada de Garibaldi a Nápoles, aunque
el cambio fue fugaz porque la Casa de Saboya que ocupó el trono
de Italia optó, de nuevo, por los cerrojos. Otro tanto ocurriría
en la etapa fascista, dominada por un sentido estricto del pudor
y una rígida visión de la moral sexual. Tras la II Guerra
Mundial, hay que esperar a 1967 para que el Gabinete Secreto sea
accesible al público. Pero tanto liberalismo se esfuma en 1971,
cuando las salas que hospedan la colección son cerradas por
reforma.
|
Tintinnabula de bronce,
suspendidos de cadenas en las entradas de las casas o
tiendas con la función de defenderlas del mal de ojo
mediante el recurso de provocar la risa. El
tintinnabulum clásico es un pene erecto con un cuerpo
fuerte y poderoso y dos alas abiertas, al que se puede
añadir un cuerpo fálico, una cola fálica, piernas
fálicas, brazos fálicos y así sucesivamente, a los que,
por último, se sumaban campanillas colgadas de cadenas
con el objetivo de que su sonido ahuyentara a los malos
espíritus. Para que la risa ayudara también en este
cometido, algunos tintinnabula tienen además formas
grotescas: destaca un gladiador que, con la ayuda de una
daga curva, combate contra su propio pene erecto
convertido, en una pantera agresiva; un enano que monta
un caballo-falo, sin darse cuenta de que va a ser
penetrado por su cola fálica. |
|
|
|
|