Personaje masculino con enorme miembro viril, que se
anuda a su pecho en una clara alusión a la fertilidad.
Encontrado en Campeche. Museo Nacional de Antropología,
México
Homosexualidad en
Nah Tunich (Casa de piedra) en el Petén,
Guatemala |
Sexualidad en las culturas
mesoamericanas
Tomado de
Alejandro López, Cultura Colectiva, de Wikypedia, de enciclopedias de arte..
La civilización maya se desarrolló
dentro del área cultural mesoamericana, del norte de México hacia el sur en
América central, Mesoamérica fue una de las seis cunas de la civilización en
el mundo, y dio origen a un desarrollo cultural que incluía la formación de
sociedades complejas, agricultura, monumentos, escritura, calendarios y
astronomía.
La dualidad maya, presente en distintas culturas
mesoamericanas, concebía al erotismo como un principio organizador del
mundo, lo mismo que ocurre en otros aspectos de la vida, tan amplios como
los puntos cardinales, los colores o el día y la noche.
Para los mayas, la masturbación era un acto sagrado
vinculado con la fertilidad; de la misma forma que el agua favorece a la
tierra y hace brotar vida.
Entre los vestigios históricos que dan cuenta de la
vida y el pensamiento prehispánico, los hallazgos de esculturas y objetos
fálicos con fines rituales y masturbatorios, demuestran que el placer y
descubrimiento del propio cuerpo era una práctica aceptada antes de la
conquista. Objetos sexuales parecidos a los consoladores modernos, tallados
en madera y relieves con escenas sexuales demuestran la apertura sexual.
El culto fálico sin lugar
a dudas como en la mayoría de los pueblos estuvo presente en la cultura
maya, testimonio de esto son las múltiples representaciones escultóricas que
se han encontrado en Uxmal, Tulum, Xcaret, Oxkintok, Chichen Itza y otras
muchas, además de otros muchos sitios, en donde además han sido descubiertas
piezas referentes al tema, muchas de ellas en el Museo Nacional de
Antropologia de la Ciudad de México.
En Chichen Itza,
uno de los principales sitios arqueológicos de la
península de Yucatán,
en una parte no abierta al
público de encuentra el denominado Templo de los Falos, en el que se rendía
culto fálico relacionado con rituales de la lluvia, ya que consideraban a la
lluvia como representación del semen divino que fertilizaba a la tierra que
por su parte simbolizaba lo femenino. En casi todo los sitios de hecho se
distinguen tres tipos de representaciones fálicas: los falos monumentales,
los falos portátiles y los falos adheridos.
Los primeros son
elaborados en piedra, como si fueran dólmenes, de grandes dimesiones y fuera
de toda proporción humana, pueden encontrarse en Uxmal, Oxkintok y Chichen
donde sirvieron como monumentos colocados en las plazas para marcar eventos
cosmológicos o míticos antiguos. Los mayas yucatecos los llaman
xkebtunich
de los que en la actualidad se encuentran registrados alrededor de cuarenta
y siete, la mayoría de estos localizados en los sitios de los estados de
Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Suelen compartir dos características
principales, una el material con que fueron construidos, y la segunda que
son representaciones de un falo en erección donde se aprecia la anatomía
masculina, de glande, frenillo y meato urinario.
Homosexualidad en la cultura maya
La homosexualidad en estas culturas se ha llegado a
conocer gracias a elementos arqueológicos como cerámicas y otras artesanías,
pero sobre todo gracias a las múltiples crónicas de los colonizadores
europeos.
Los mayas eran
bastante tolerantes con la homosexualidad. Se conoce la existencia
de rituales sexuales que incluían relaciones homosexuales, aunque,
jurídicamente la sodomía estaba condenada a
muerte. No obstante la sociedad maya era muy diferente, ya que
se consideraba preferible la homosexualidad
al sexo prematrimonial. Se sabe que muchos nobles mayas requerían
los servicios de esclavos sexuales para sus hijos.
Pese a que los roles
masculino y femenino estaban perfectamente establecidos como en toda
sociedad existieron sus variantes de preferencias sexuales. Pocos o nulos
registros se tienen de la homosexualidad entre los mayas pero un hallazgo
reciente ha puesto en debate este tema. En las cuevas de Nah Tunich (Casa de
piedra) en el Petén, Guatemala , donde se encontró en sus paredes una imagen
de dos hombres mayas abrazados de frente en un preludio de acto sexual;
aunque se sabe que el sexo sodomita era castigado con la muerte por horno
ardiente. |
Semillas de
vida/la sexualidad en occidente
Estuve
hace un tiempo en el templo Mayor de la Ciudad de México, en
una exposición itinerante, de la que e traje su belleza,
muchos interrogante y un montón de fotos. A partir de ahí
seguí buscando e investigando.
Como
sociedades agrícolas, las culturas de Mesoamérica, y en
particular las de esta región, vivían en un mundo donde lo
natural y lo sobrenatural se entrelazaban.
la
concepción del cuerpo y la sexualidad de los pueblos
prehispánicos de los actuales estados de Michoacán, Colima,
Jalisco y Nayarit, región que formó parte del antiguo
occidente mesoamericano.
Como
consecuencia de la observación del Universo, lo femenino se
asociaba con la germinación, el agua, el frío, la oscuridad,
la debilidad y la muerte, mientras lo masculino con la
maduración, el fuego, el calor, el cielo, la fuerza y la
vida.
La
exposición muestra una concepción de la sexualidad en la
cual lo opuesto sirve de complemento. Está
compuesta por acervos de los museos regionales de
Guadalajara, Colima y Michoacano así como del Soumaya, que a
través de figuras de barro, piedra y concha cuenta del
pensamiento de los artistas mesoamericanos.
Las
piezas reflejan sus roles como elementos sociales, al
diferenciar las relaciones entre lo femenino y lo masculino.
Las representaciones de mujeres se da frecuentemente con
vientres y pechos prominentes, en ocasiones decorados;
acuclilladas para dar a luz o amamantando.
En el
caso de figuras masculinas, algunas presentan ausencia
intencional del falo, ya que fueron encontradas por personas
que se los destruían por considerarlo obsceno. Otras son una
metáfora de la penetración de la tierra, en las que la
masturbación buscaba ofrendar el flujo vital: el semen; tal
acto y la punición del pene para sangrarse eran actos
rituales que simbolizaban la fecundación.
La exposición,
con representaciones hechas por las primeras sociedades del
Occidente prehispánico, como las de "El Opeño" y "Chupícuaro",
siguiendo con las piezas de la Tradición de Tumbas de Tiro,
realizadas entre 200 a.C. y 400 a 600 de nuestra era, época
en que las imágenes se caracterizaron por mostrar el cuerpo
de manera natural.
Cerámica policromada de Colima |
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Xochiquétzal aparece desdoblada. A la
izquierda, vestida con quechquémitl y falda, toma por los cabellos
a un hombre cuyo sexo se identifica por la serpiente entre las piernas. A la
derecha, Xochiquétzal, semidesnuda y con quechquémitl, es tocada
por el hombre. Códice Borgia, lám. 59.
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Xochiquétzal y Tlazoltéotl. Diosas mexicas del amor y la sexualidad
De
un artículo de Silvia Trejo.
Silvia Trejo.
Historiadora de arte prehispánico e iconografista y doctora en antropología.
Fue coordinadora de las Mesas Redondas de Palenque del INAH. .Artículo
completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:
https://raices.com.mx/tienda/revistas-cultura-olmeca-AM087
Xochiquétzal es una
metáfora de la joven que da placer sexual a los jóvenes y que representa la
tentación que hace caer a los hombres castos; es naturalmente hermosa, joven
y alegre. Tlazoltéotl en cambio era diosa de la pasión y de la lujuria, la
barredora de la transgresión sexual, del adulterio.
La mayor parte de la
información que ha llegado hasta nosotros sobre los dioses que adoraban los
mexicas, pueblo politeísta como todos los mesoamericanos, nos viene de las
crónicas de los evangelizadores que llegaron al Nuevo Mundo después de la
Conquista. De entre ellos, los que más abundaron sobre las divinidades –sus
mitos y ritos– fueron fray Bernardino de Sahagún y fray Diego Durán. Es a
partir de sus investigaciones y las de otros cronistas, obtenidas de sus
informantes indígenas, que nos es posible conocer a dos de sus divinidades
femeninas relacionadas con el amor y la sexualidad: Xochiquétzal y
Tlazoltéotl.
Xochiquétzal
A Xochiquétzal se le
conoce como diosa del amor y a Tlazoltéotl, como diosa de la sexualidad. Sin
embargo, ambas son diosas de la sexualidad desde dos distintos puntos de
vista y ninguna parece ser diosa del amor, estrictamente hablando, ya sea
porque sobre este sentimiento no profundizaron los cronistas españoles o
porque el amor es culturalmente muy reciente. Mediante sus historias y
algunos datos que nos proporciona Sahagún se podrá llegar a un acercamiento
sobre la sexualidad entre los mexicas y cómo la vivían.
A diferencia de
Tlazoltéotl, de Xochiquétzal se cuentan muchos mitos. Se dice que su belleza
era inigualable, que era “preciosa como una flor”. Representa los encuentros
juveniles, espontáneos, pero sobre todo libres, los cuales no eran
sancionados entre los varones.
Xochiquétzal, “flor
preciosa”, nació de los cabellos de la diosa madre. En los mitos de creación
se menciona que fue mujer de Piltzintecutli, hijo de la primera pareja de
hombres: Cipactónal y Oxomoco. Con Piltzintecutli tuvo un hijo, Cintéotl,
dios del maíz, y en otros mitos se cuenta que también engendraron a
Nanahuatzin, quien se sacrificaría en el fogón divino para convertirse en el
Quinto Sol, y a Xochipilli, dios de las flores y también conocido como dios
del amor.
Tuvo varios consortes y
amantes. Primero habitaba en Tamoanchan, “cerro de la serpiente”, uno de los
paraísos situado en el primer cielo, el Tlalocan, el cual se localizaba en
la cumbre del Cerro de la Malinche. Esta morada era una región llena de
deleites y pasatiempos agradables en donde había fuentes, ríos, florestas y
lugares de recreación. En este sitio había un árbol florido, y el que
alcanzaba a coger una de sus flores o era tocado por alguna de ellas sería
dichoso y fiel enamorado. Xochiquétzal era atendida por otras diosas y
estaba acompañada y guardada por mucha gente, de tal manera que ningún
hombre la podía ver. Los que la cuidaban eran enanos, jorobados, payasos y
bufones, que la divertían con música y bailes, y que también desempeñaban el
oficio de embajadores cuando mandaba mensajes a los dioses que ella cuidaba.
Tomado de Trejo, Silvia,
“Xochiquétzal y Tlazoltéotl. Diosas mexicas del amor y la sexualidad”,
Arqueología Mexicana
núm. 87, pp. 18-25. |
Tlatilco
Tlatilco fue una
civilización del valle de México, una de las primeras en
asentarse en el Anáhuac, en las orillas del lago de Texcoco,
al Noroeste de la Ciudad de México. Su ubicación histórica
se encuentra entre 1500 aC. y 500 aC.
Por los restos encontrados,
se sabe que los habitantes de Tlatilco conocían y dominaban
la alfarería (de fuerte influencia olmeca) y la cerámica.
Además, practicaban la deformación craneana y la
mutilización dentaria.
Estatuilla cerámica de Tlatilco |
Estatuillas eróticas de Tlatilco |
Estatuilla erótica de Tlatilco |
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Xipe-Totec
(el Desollado), dios de la fertilidad, con su órgano sexual
muy destacado. Museo de América. Madrid |
Mujer desnuda. Estela huasteca |
Diosa desnuda. Michoacán, México, 300-100 aC. |
Figuras de mujeres desnudas de barro. Museo Nacional de
Arqueología de México- Cultura huasteca, |
Mujer dando a
luz. Cultura Chupícuaro, Guanajuato, México. 200 aC-500 aC |
Parturienta
de la Colección Bliss, una mujer, con un gesto de dolor y
esfuerzo, que con las manos abre sus genitales para ayudar
al parto, en tanto que la cabeza del niño sale de la vulva.
Se ha cuestionado su autenticidad y estudios recientes han
sugerido que se trate de una concepción idealizada del siglo
XIX de la expresión artística azteca. |
Referencias
Códice Madrid estuvo dividido en dos
partes desde muy temprano en su historia europea, y por lo
tanto viajó a través de caminos diferentes en Europa hasta
1880, cuando el francés Léon de Rosny dedujo que las dos
partes eran un solo códice, ahora comunmente llamado el
"Madrid", o el "Tro-Cortesianus". Las dos partes han sido
llamadas el “Troano” (nombrado por el primer dueño, Don Juan
Tro y Ortolano, un profesor de paleografía española) y el “Cortesanius”.
El Troano comprende páginas 22-56, 78-112 y el Cortesianus
páginas 1-21, 57-77 del Madrid. Como las páginas 77 y 78
estuvieron siempre al revés dentro del códice por alguna
razón, se pensaría que la página 78 estaría antes que la 77.
Ambas partes se unieron en 1888, y el Códice Madrid está
ahora en el Museo de América, en Madrid, España.
Catálogos y otras informaciones recogidas por mí
en el Museo del templo Mayor. Las fotografías son realizadas por mí.
Trejo, Silvia,
“Xochiquétzal y Tlazoltéotl. Diosas mexicas del amor y la sexualidad”,
Arqueología Mexicana
núm. 87, pp. 18-25. |
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