Arte, erotismo y
representaciones en el Renacimiento
Renacimiento es
el nombre dado a un amplio
movimiento cultural que se produjo en
Europa occidental durante los siglos
xv y
xvi. Fue un
período de transición entre la
Edad Media y los inicios de la
Edad Moderna. En el arte
renacentista, aunque aún predominaba la
temática religiosa característica de la Edad Media,
empezamos a encontrar cada vez más otro tipo de motivos que
utilizan el cuerpo humano y su voluptuosidad como medio para
contar historias y reproducir escenarios ideales.
Vuelve a ser descubierto el cuerpo humano
y aparece desnudo en el centro del mundo. El
universo griego vuelve al pensamiento de los hombres y todo
su arte y belleza llega a los nuevos individuos de una
Europa cansada del razonamiento gótico y medieval. Los ojos
del Renacimiento cayeron sobre Apolo y su desnudez,
planteando inmediatamente el problema figurativo del sexo.
El Renacimiento se aprovecha de la nueva
visión del ser viviente para humanizarlo todo: desnuda a
Santos como si fueran dioses griegos, le pone hermosos senos
a la Virgen, pues hace falta que amamante al niño, así va
desarmando la hipocresía de la sociedad a través de la
fuerza de la verdad y es a través del arte. El desnudo
triunfa pero se detiene en el límite del acto sexual que no
se muestra sino por alegoría o metáfora: siendo esas
imágenes metafóricas la Serpiente, el Cisne, o el Toro de
las mitologías.
La mujer empezó a tomar fuerza erótica y el amor
cortesano tomo repentinamente la mente de los ciudadanos al
leer sobre la Laura de Petrarca, de la Beatriz de Dante o
leer la poesía de Vittoria Colonna y que muchas veces fue
musa y modelo de Miguel Ángel. El culto de la Madona o de
bellas vírgenes fueron el pan del día y los amores de Romeo
y Julieta ilustran la tragedia del amor obstaculizado. El
amor se empezó a ver como un derecho natural, algo que había
desaparecido por mucho tiempo. De
este arte sexual, surgieron artistas que hoy día son
conocidos por todos y que han pasado a este conocimiento no
por sus obras de temática erótica si no por el magnífico
carácter de puro artista que cada uno de ellos lleva dentro.
Tales artistas como Miguel Ángel, Rafael, Mantegna, Leonardo
Da Vinci y tantos otros. |
Las alegorías del amor, s.XVI. Bronzino.
|
Neptuno y ninfa.
Bernard van Orley (Bruselas,
entre 1487 y 1491 – Bruselas, 6 de enero de 1541),
|
Leda y el cisne, 1510. Leonardo Da Vinci |
Miguel Angel Buonarroti. Capilla Sixtina
|
I modi, las posturas. Giulio Romano y Agostino Caracci
Con el Renacimiento y el impulso de las técnicas de
impresión, el grabador Marcantonio Raimondi y el dibujante
Giulio Romano publicaron I Modi, el primer libro
erótico publicado en la historia, una colección de
estampas en las que se reproducían distintas posiciones del
acto sexual.
La publicación original se componía de 16 grabados de
Marcantonio Raimondi basados en las pinturas eróticas
realizadas por Romano, alumno de Rafael. El material se
componía de 16 ilustraciones,
también conocidas como
"Los dieciséis placeres" por ser tal número de
representaciones explícitas de encuentros sexuales
entre personajes de la mitología clásica y de la historia.
La publicación provocó la
reacción del Papa Clemente VII, Romano tuvo que huir a Mantua y Raimondi fue
encarcelado a raíz de que el escritor Pietro
Aretino, al ver esas imágenes, compuso dieciséis
sonetos que, junto a los grabados, constituyeron el volumen
que conoció la iglesia, después de haberse publicado en
1524.
De ese primer libro no se tienen muchos registros pues
fue destruido en su totalidad. Sin embargo, casi un siglo
después, el arquitecto y grabador Agostino Caracci hizo un
nuevo trabajo donde las posiciones del acto sexual las
perpetraban deidades.
A pesar de haber sido destruida la primera edición de
I Modi, este renació de sus cenizas.
En 1527 se realizó una segunda edición, ampliada y, en
cierto sentido, mejorada porque se incluyó la colección de
sonetos de Pietro Arentino. Las ilustraciones copiadas de las
originales de esta edición se adjudican al artista Agostino
Carracci. De nuevo provocó escándalo y atención en la época
renacentista y, por supuesto, el fuego del papa. Aunque
parece no haber un libro completo que se haya salvado de la
persecución papal sí se han conservado varios grabados
originales. A los sonetos de esta segunda edición se les
conoce como "Los sonetos lujuriosos".
Giulio Romano fue muy
conocido y se conserva de él una gran cantidad de obras. Su obra maestra de arquitectura y pintura
de frescos se halla en un suburbio de Mantua, llamado Tè, la residencia de verano de los duques de Mantua, el Palazzo Tè (1525-1534), con sus famosos frescos
ilusionistas, como el conjunto llamado El Olimpo
caracterizado por su estilo extravagante y pleno de énfasis.
|
|
Giulio Romano |
Giulio Romano |
Palazzo Té |
Apolo y Cipariso. 1596 |
Marte y Venus, 1524. Impreso
por Marcoantonio Raimondi
|
|
Speculum
al foder
Speculum al foder (que podía
traducirse al castellano como Espejo del joder o, más
propiamente, Manual del joder), es un pequeño manuscrito de
finales del siglo XIV o principios del XV, escrito en
catalán por un autor o autores anónimos, en el cual se dan
toda una serie de consejos relacionados con la vida sexual,
y del cual sólo se conservan dos ejemplares (uno entero, el
manuscrito 3356, y otro fraccionario, el 10162
-perteneciente en su momento al Marqués de Santillana)
depositados ambos hoy en día en la Biblioteca Nacional de
Madrid.
En su mayor parte está basado
en la traducción del tratado latino 'Liber minor de coitu',
que a su vez bebe del 'Liber de coitu', obra escrita en el
siglo XII por Constantino el Africano, el cual se basó para
su redacción en textos árabes y semitas. Que esta obra haya
sido escrito en catalán no debe sorprendernos, ya que el
Reino de Aragón era territorio de frontera entre diversas
culturas y seguramente nuestro 'Speculum al Joder' se deba a
la conjunción de muy diversas fuentes: por un lado, tenemos
la enorme influencia de la literatura árabe, una literatura
de enorme carga erótica, como ya vimos en anteriores post;
por otro lado, tenemos toda una tradición del amor cortés
proveniente de la Occitania francesa y por último, el
esplendor de la literatura medieval catalana, que tiene en
autores como Ramón Llull o Ausiás March o el 'Tirant lo
Blanch' de Joanot Martorell como sus máximos representantes.
Aunque ante la primera
lectura del tratado nos pueda parecer una obra de carácter
libertino, este manual no busca excitar ni utilizar un
lenguaje licencioso, ya que su lenguaje sobrio y didáctico,
es similar a cualquier otro manual médico de la época.
Además a diferencia de los tratados eróticos orientales, que
suelen tener como trasfondo una carga espiritual o
teológica, esta obra simplemente trata el sexo como un
factor más para una buena salud general. |
|
Gárgolas
eróticas en
La lonja de la seda, Valencia, siglo XV
La antigua Lonja de la Seda, en Valencia, es una joya de la
arquitectura civil levantada con los últimos retazos del gótico
tardío, iniciada su
construcción a finales del siglo XV. Algunas de las esculturas
presentan mensajes sobre la oscuridad del
pecado, la brujería y, por tanto, el mal, lo peor del ser humano,
con el fin de aleccionar a una población iletrada capaz de
comprender aquellos tétricos mensajes.
una recreación de los pecados capitales, historias
macabras y, en definitiva, algo parecido a la imagen que se
tenía del infierno en la época medieval cuando lo usual
era leer a través de las pinturas y las estatuas. oscurantismo predominante en
esta construcción civil. Se la denomina “puerta de los pecados”
y a partir de la misma es difícil no hallar una figura que no
sea de un monstruo, un pecado capital o una escena más propia
del infierno que del mundo terrenal.
En el propio pórtico de los pecados y a la vista de la Virgen
María con el niño Jesús nos percatamos de este toma y daca entre
tres personas completamente desnudas que se persiguen con las
que parecen escobas, las cuales tratan de introducir por el ano
a quien tienen delante.
En la Edad Media la lujuria era, quizás, el pecado capital más
castigado. Era un momento con la prostitución severamente
arraigada en la población civil de Valencia y, por tanto, uno de
los temas más concurridos en la imaginería dispuesta en las
estatuas de la Lonja de la Seda. No hay que olvidar que la
ciudad del Turia estaba considerada como uno de los mayores
prostíbulos de toda Europa en el siglo XV. En este detalle de la
fachada principal nos encontramos un hombre fornicando con el
propio edificio, con el mismo muro del edificio civil más
importante de la ciudad. No se le advierte si quiera su cabeza
pero sí sus genitales.
|
Brujas en ritual sexual,
en el pórtico de los pecados
de la Lonja de Valencia, uno de los más hermosos edificios del
gótico civil en España, del siglo XV, se puede ver cómo tres
personas, posiblemente brujas, completamente desnudas, se
persiguen con escobas que tratan de introducir por el ano a
quien tienen delante.
Fornicador
|
¿Orina o se masturba? |
Les agarra de los
genitales |
Mujer se masturba |
Leyenda de la
Papisa Juana (Entre la Edad Madia y el Renacimiento
La leyenda de la papisa Juana
sostiene que Juana, nacida en el 822 cerca de Maguncia, era
hija de un monje. Su padre, Gerbert, formaba parte de los
predicadores anglos para difundir el Evangelio entre los
sajones. La pequeña Juana creció inmersa en ese ambiente de
religiosidad y erudición, y tuvo la oportunidad de poder
estudiar, oportunidad vedada a las mujeres de la época. Puesto
que sólo la carrera eclesiástica permitía continuar unos
estudios sólidos, Juana entró en la religión como copista bajo
el nombre masculino de Juan el Inglés.
Según Martín el Polaco, la
suplantación de sexo se debió al deseo de la muchacha de seguir
a un amante estudiante. En su nueva situación, Juana pudo viajar
con frecuencia de monasterio en monasterio y relacionarse con
grandes personajes de la época. Juana se trasladó a Roma en 848,
y allí obtuvo un puesto docente. Siempre disimulando hábilmente
su identidad, fue bien recibida en los medios eclesiásticos, en
particular en la Curia. A causa de su reputación de erudita, fue
presentada al papa León IV y enseguida se convirtió en su
secretaria para los asuntos internacionales. En julio de 855,
tras la muerte del papa, Juana se hizo elegir su sucesora con el
nombre de Benedicto III o Juan VIII.
Dos años después, la papisa, que
disimulaba un embarazo fruto de su unión carnal con el embajador
Lamberto de Sajonia, comenzó a sufrir las contracciones del
parto en medio de una procesión y dio a luz en público. Según
Jean de
Mailly , Juana fue lapidada por el gentío
enfurecido. Según
Martín de
Opava o Martín el Polaco, murió a consecuencia del
parto.
Y aunque no existe documentación
oficial que pueda verificar que la historia llegase a ocurrir
realmente, en los siglos XIV y XV, esta Papisa era ya
considerada como un personaje histórico, y nadie dudaba de su
existencia. Ocupaba un lugar entre los bustos de la Catedral de
Siena. Bajo el Pontificado de Clemente VIII y debido a su
solicitud fue transformado en el Papa Zacarías. El teólogo
protestante
Jan Hus
hace mención de la Papisa Juana y nadie cuestionó
históricamente su existencia. Este teólogo veía a la Papisa
Juana como la encarnación de la prostituta o
Ramera de
Babilonia descrita en el Apocalipsis.
A partir de ahí, cuando era
elegido un papa, un eclesiástico estaba obligado a palpar sus
genitales utilizando una silla perforada. Luego exclamaba
“Duos habet et bene
pendentes”, que significa “tiene dos y cuelgan
bien”. |
Papisa Juana. Grabado
“Duos habet et bene pendentes”
|
Sátiro hermafrodita en el
retablo barroco de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada,
en la Rioja, del siglo XVI. Se realizó a pesar de que a partir
del Concilio de Trento se prohibió que en las iglesias se
exhibieran imágenes de la mitología o del paganismo. Foto
de Enrique Martínez-Salanova Sánchez |
Mujer onanista en Cáceres,
una gárgola del Palacio de la Isla, una construcción del siglo
XVI en lo que había sido el barrio de la Judería Nueva. El
Palacio de la Isla es hoy biblioteca y archivo municipal, y fue
sinagoga. |
Escultura en la fachada de la
catedral de Notre Dame, en París.
|
La lujuria, gárgola en la
Catedral de Valencia, España |
Risus Paschalis.
Misa con excesos sexuales
Una de las mayores manifestaciones de la
sexualidad y el humor dentro del espacio sagrado era la Risus
Paschalis en la que se celebraba la alegría de la Pascua frente
a la tristeza de la Cuaresma, ensalzando a través de la burla el
triunfo de Cristo sobre la muerte. El sacerdote debía provocar la
risa en el pueblo durante la misa de la mañana de Pascua. Para
conseguirlo utilizaba los medios que tenía a su alcance, pero
sobre todo un buen puñado de recursos cargados de contenido
sexual. Contaba chistes picantes, usaba expresiones
eróticas, utilizaba marionetas, hacía gestos obscenos, simulaba
relaciones sexuales y hasta enseñaba los genitales para arrancar
las carcajadas de sus fieles. El pueblo reía las gracias,
se contagiaba de la alegría y alimentaba con nuevas bromas y burlas
la celebración de la Pascua.
La tradición nació en Francia durante el
siglo IX, se extendió por todo el norte de Europa, Italia y
España. Sin embargo, donde realmente caló esta celebración fue
en Baviera. Se cuenta que allí la Risus Paschalis rozó
el desenfreno total y que incluso varios actos sexuales
explícitos se celebraron dentro del templo.
Los primero en tomar medidas fueron los
protestantes cuya austeridad no casaba con esta celebración. Sin
embargo y tras la reforma el Concilio de Trento en el XVI, la
Iglesia Católica también decretó su prohibición. Así, la alegría y el sexo quedaron
desterrados de las homilías y los templos. Excepto en Alemania y
Baviera donde continuaron, muy rebajadas de tono, hasta el año
1911. No obstante, era algo tan arraigado que pervivió en
Alemania hasta bien entrado el siglo XIX, cuando el
Compendium constitutionum
ecclesiasticarum Diocesis Ratisbonensis dejó bien
claro que de “ningún modo se
harán las prédicas pascuales del tipo que el pueblo denomina
ostermärlein”. Se refería a las fábulas de Pascua que el
sacerdote narraba a los feligreses y que revestían un marcado
carácter escabroso como resto de la antigua risa de Pascua. Aún
así todavía se pudieron ver en
Alemania, aunque muy rebajadas de tono, hasta el año
1911. |
|
Una escultura
de autofelación en el Ayuntamiento de Colonia, en Alemania
La catedral de Colonia, la mayor
del mundo, cuya primera piedra fue colocada por el Arzobispo
Konrad von Hochstaden en 1248, en el mismo lugar de la antigua
catedral erigida en el siglo IX. El Ayuntamiento de Colonia, el
más antiguo de Alemania, quiso honrar al arzobispo con la
colocación de su escultura en la fachada principal de la villa,
acompañado de otros ilustres personajes.
En el capitel que soporta la
imagen del arzobispo, hay una imagen grotesca y jocosa de un
hombre haciéndose una felación. Lo que sucedió es que los
miembros del gremio de la construcción tenían bien claro a quien
querían burlar y de quien querían hacer mofa (se cree que fue la
protesta silenciosa ante ese hombre siniestro con tanto poder
que, para financiarse la carísima y auto propagandista nueva
catedral de Colonia lo que hizo fue subir los impuestos al
pueblo sobre el lúpulo (el componente que se añade a la
cerveza). |
|
Referencias
Boureau,
Alain (1993). La papesse Jeanne.
Champs (en francés).
Flammarion.
Chipp, H. (1995),
Teorías del Arte Contemporáneo: fuentes artísticas y opiniones críticas.
Madrid. Akal.
Cross, Donna W.
(1996). La papisa. Pope Juan. A Time Under Heaven; traducción de la
versión inglesa: César Aira. Barcelona: Emecé editores.
Eduard Fuchs,
"Historia ilustrada de la moral sexual" (3 tomos) Madrid: Alianza
Editorial, 1996
Giorgio Vasari
(1511-1574): Le vite de’piú eccellenti Architetti, Pittori et Scultori
da Cimabue insino a’tempi nostri (1ª ed., Florencia, 1550; Ed. Clásica
de G. Milanesi, Florencia, Sansoni, 1878-85, 10 vol.).
Hilaire, Yves-Marie,
ed. (2003). Histoire de la papauté. 2000 ans de mission et de
tribulations. Points (en francés). Paris: Seuil.
Jarry, Alfred;
Saltas, Jean (1981). La Papesse Jeanne, roman médiéval (en francés).
traducción al francés de la obra de Emmanuel Royidis, seguida de Le
Moutardier du Pape, Opérette Bouffe, 1907 y 1908, con un prefacio de de
Marc Voline que describe la posteridad literaria de la leyenda.
Nouvelles éditions Oswald. ISBN 2-7304-0076-1.
Lambert, Rosemary
(1994), El siglo XX. Barcelona. Gustavo Gili. 4ª ed.
Lucie-Smith, Edward.
"La Sexualidad en el Arte Occidental Ediciones" Destino, 1992 1º Edición
Lynda Nead El desnudo
femenino. Arte, obscenidad y sexualidad (Ed. Tecnos, Madrid, 1998)
Ortega Blake, Arturo
(2005). La papisa Juana (Ioannes Angelicus, La mujer que se convirtió en
Papa). México: Grijalbo Random House Mondadori.
Royidis, Emmanuel
(2000). La papisa Juana. traducida por Estela Canto de la versión
inglesa de Lawrence Durrell. Barcelona: Edhasa. ISBN 84-350-9979-2.
Winckelmann, Historia
del Arte en la Antigüedad (1764), Renacimiento y Barroco. I. De Giotto a
Leonardo da Vinci. Madrid. Akal. Argan, G.C. (1987), Checa Cremades,
Fernado ; Falomir, Miguel ; Cuyás, María Margarita
Zuffi, Stefano,
Estudios sobre iconología. Madrid. Alianza. |
|
|