Arte, erotismo y
representaciones en la Roma antigua
El
arte erótico romano no solo se inspiró en las relaciones
legitimas e ilegitimas de los romanos, también en las
perversiones de los emperadores, en algunas festividades
religiosas y en la vida cotidiana.
La
sociedad romana estaba regida por unas normas de conducta y
ética determinadas, era muy promiscua y liberal,
sobre todo durante el período del fin de la República y el
Alto Imperio, donde las relaciones sexuales fuera de la
pareja eran consideradas totalmente normales y donde, para
los ciudadanos libres, existía una
gran libertad sexual.
Sin embargo, un
ciudadano romano podía mantener relaciones sexuales
fácilmente y paralelamente con su mujer en casa, con un
hombre en las termas, con una prostituta en un burdel, o
obviamente también con uno o varios esclavos, y sólo ser
criticado si no era capaz de mantener cada cosa en su sitio.
La homosexualidad tampoco era mal vista en la antigua Roma,
y consentida por los
hombres que asumieran una actitud activa en las relaciones
sexuales. Estas relaciones mantenían unas reglas muy
precisas, en la que siempre existía un amo y un sometido,
siendo estos últimos casi siempre jóvenes de clase social
inferior o esclavos.
Las prostitutas eran educadas para la conversación y el
placer, debían llevar vestimentas diferentes, teñirse el
cabello o llevar pelucas amarillas y eran inscritas en un
registro. En I d.C. el registro contaba con 32.000
prostitutas inscritas.
Los Lupanares eran las casas de citas de la época.
Sus paredes exteriores eran decoradas con murales alusivos
al sexo para ser visiblemente identificados. Además, durante
la noche, eran identificados con un gran falo iluminado.
Uno de los rituales de la antigua Roma con más carga sexual
y cuya finalidad era la exaltación de la fertilidad, era la
festividad de los Lupercales, que cada 15 de Febrero se
realizaban en torno al monte Palatino.
Su nombre deriva de lupus (lobo), en referencia al
Fauno Luperco, romanización del griego Pan, dios de los
bosques, la agricultura y el pastoreo. Luperco era el dios
de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada,
dotado de una gran potencia y apetito sexual.
Escultura de
mujer. Museo de Agen |
Señales en las calles pompeyanas que
dirigían al lupanar |
|
Vaso
romano-corintio IV ac
Mosaico. Mérida |
Pene en una portada en
Pompeya, con la inscripción "Hic habitat felicita", (aquí
está la felicidad)
Amuleto s I aC.
Amuleto de época
romana formado por un enorme pene volador sobre el que
cabalga una joven. Museu D'Arqueologia de Catalunya. |
El culto al falo
El culto al
falo, tiene una antigua y considerable tradición en casi todas las culturas
antiguas de cualquier punto del globo, ya que la supervivencia del grupo
estaba muy ligada tanto a la fertilidad de la mujer como a la fertilidad de
la propia naturaleza, por lo que el culto al falo era un medio de garantizar
esta fertilidad.
El falo en la
cultura latina fue venerado, además, como la personificación del dios
Fascinus: las matronas lo adornaban con coronas de flores y su culto
fue confiado a las Vestales romanas, que tenían como misión alejar el
fascinum o mal de ojo, producir la germinación de las plantas secas y
favorecer el alumbramiento de hembras estériles. Para ello, realizaban una
procesión por el campo entre cánticos lujuriosos, que nos remite a su
primigenia función agrícola; para después ser depositado en el templo
situado en una de las colinas más antigua de Roma, la Velia.
El falo era símbolo de la fertilidad
En la
mitología greco-latina existen numerosas divinidades representadas con el
pene erecto. Dionisio (Baco), y su hijo Príapo (Fascinus), así como también
Hermes (Mercurio) y su hijo Pan. Cada una de estas divinidades tuvo mayor o
menor influencia según épocas y lugares. En la cultura romana destacan las
imágenes de Príapo con su falo descomunal, que se situaban en la entrada de
jardines y huertos, para ahuyentar a ladrones y alimañas.
En muchas bodas romanas, durante los ritos
prematrimoniales, a la novia romana se le sentaba a horcajadas sobre la
imagen de un falo, que representaba a Mutinus Tutinus, deidad fálica
del matrimonio, como preparación para el coito y para prevenir la
esterilidad.
Servía como protección contra el mal de ojo
El mal de ojo
(fascinación) era una creencia muy extendida en la sociedad romana,
era la influencia perniciosa, que una persona puede ejercer sobre todo lo
que le rodea, sin recurrir a ninguna ceremonia ni fórmula mágica, a veces
sin proponérselo o en contra, incluso, de su voluntad. Los romanos eran muy supersticiosos y temían al mal de ojo casi
tanto como a la muerte. Así que buscaron en la magia, en la brujería y en la
superstición las causas y soluciones a todo aquello que la medicina
tradicional no podía curar. Por lo que existía todo un repertorio de
amuletos, hechizos y talismanes contra el mal de ojo, donde destacaba,
especialmente, el uso de los símbolos fálicos.
Amuletos fálicos (Fascinum), de
uso muy extendido para niños, hasta la toma de la toga viril a los 17 años y
para mujeres,
especialmente entre las embarazadas. Estos amuletos eran de diferentes formas, tamaños y materiales,
aunque normalmente eran pequeños y se colgaban al cuello mediante
una argolla, suspendidos mediante una pequeña cadena o tira de
cuero.
El
"amuleto del puño y el falo" era frecuente entre los soldados. Eran
colgantes fálicos con la representación de un puño cerrado en la
parte inferior del eje, en dirección opuesta al glande. Varios
ejemplos muestran el puño haciendo el manus fica o "figa", símbolo
de buena suerte. Gracias a las excavaciones de Pompeya y Herculano, hemos podido
comprobar como el uso de representaciones fálicas también estaba muy
extendido en negocios particulares, casas privadas, muros,
calles, lugares públicos.
También podemos destacar el uso símbolos fálicos sobre elementos
arquitectónicos de gran calibre como murallas, puentes,
acueductos, etc. y siempre en lugares bien visibles, lo que indica
la intencionalidad de no esconderlos, sino que se labraron para que
fueran bien vistos.
|
Falo tallado en una piedra de sillería
de la muralla de Mérida |
|
|
Fauno autosodomizándose. Detalle del sepulcro de la
Bacanal. II dC.
Sarcófago. Bacanal
Bacanal, reproducción |
Las
fiestas romanas
Las bacanales.
Ritos báquicos
Por Tito Livio o Plauto
sabemos que los ritos báquicos eran
siempre un ejemplo de desorden y de juerga. En ellos actuaban bacantes,
sacerdotes, maestros, ministros, magistrados y promagistrados. Tras pasar una etapa de castidad y
abstinencia, los iniciados en los cultos báquicos se integraban en sus
orgías, en las que
se bebía y se danzaba en un ambiente frenético, con gritos y posesiones
rituales. Se nos describe como las mujeres casadas poseídas por el dios Baco
corrían frenéticamente disfrazadas de Ménades.
Para las mujeres, que
vivían tradicionalmente bajo el mando de sus maridos, fueron
una válvula de escape del tradicional poder de los hombres, una oportunidad para reunirse, lejos
de las miradas de sus maridos y padres, rompiendo con algunas de las
prohibiciones a las que estaban sujetas por su condición de mujer, como
beber vino, exponer con libertad un lenguaje obsceno y quizá también disponer libremente de su cuerpo y de su
sexualidad.
Las
lupercales
Uno de los rituales de la
antigua Roma con más carga sexual y cuya finalidad era la
exaltación de la fertilidad, era la festividad de los
Lupercales, que cada 15 de Febrero se realizaban en torno al
monte Palatino.
Su nombre deriva de lupus (lobo), en
referencia al Fauno Luperco, romanización del griego Pan, dios de los
bosques, la agricultura y el pastoreo. Luperco era el dios de la fertilidad
y de la sexualidad masculina desenfrenada, dotado de una gran potencia y
apetito sexual.
La Lupercalia es una fiesta de purificación
colectiva, donde se usa la flagelación como símbolo para transmitir las
energía fecundadora y la virilidad del macho cabrío, personificado en los
jóvenes Lupercos, como portadores de una vitalidad relacionada con la
naturaleza salvaje.
Las Floralias: La fiesta de las prostitutas
En la época imperial la principal atracción de las Floralia
fueron las prostitutas, que según cuentan diversos autores,
desfilaban en procesión y participaban de forma activa en
los celebraciones. En época romana,
ninguna mujer decente aceptaría aparecer desnuda en público,
por lo que las prostitutas serían las únicas mujeres que
aseguraban continuar con esta tradición.
Durante los ludi florales no sólo se celebraba el
florecimiento de las plantas, sino también fue una fiesta
relacionada con el deseo sexual, por lo que las
meretrices romanas identificaron estas fiestas con su
profesión. A última hora de la tarde, los ciudadanos acudían
a las inmediaciones del Templo, cerca del Circo Máximo,
donde asistían al desfile de las cortesanas, donde se
desnudaban y realizaban toda clase de gestos obscenos.
Estos desfiles eran enormemente populares, y acudían gentes
pertenecientes a todas las clases sociales, en un ambiente
de cierto libertinaje y chanza cómica. |
La
expansión de las figuras eróticas en el Imperio Romano
Esculturas romanas
encontradas en Grecia, esculturas griegas en Roma, la
influencia griega en el arte etrusco, el comercio tenía
mucha importancia en aquellos tiempos y uno de los comercios
tenía que ver con los objetos y arte erótico. El negocio del
arte griego quedó finalmente en manos romanas, que pasearon
las obras eróticas por todo el imperio, para venderlo o
simplemente para enseñarlo.
Ánforas, objetos de adorno, amuletos,
esculturas, bajorrelieves, llegaron a todo el Imperio Romano
y se contagiaron a los artistas locales qye reprodujeron las
obras.
Lucerna
procedente de Chipre. Cunnilingus y fellacio |
Ágata del
siglo I aC. |
Fragmento de camafeo |
Pareja en el lecho. Venus
péndula |
Lucerna con postura "more
ferarum" |
Vaso monocromo hallado en
Arezzo. Museo arqueológico de Barcelona. Foto de
Enrique Martínez-Salanova |
Reverso de espejo de bronce.
Roma, 69-96 dC. |
|
Molde encontrado en Nimes, Francia, 98-118 dC.
Copa Warren. Museo Británico, 15-30 dC.
Balsamario de vidrio, de camafeo,
precedente de Estepa, España
Herculano, siglo I,
mujer y asno
|
Pompeya y Herculano
Cuando las excavaciones a gran escala de Pompeya se
emprendieron en los años 1860, gran parte del arte erótico
de los romanos salió a la luz, conmocionando a los
victorianos, que se veían a sí mismo como herederos
intelectuales del Imperio romano. No supieron qué hacer con
las representaciones sexualmente explícitas y procuraron
esconderlas de todos los que no formasen parte de la elevada
clase de investigadores clásicos. Los objetos transportables
fueron encerrados en el Gabinete Secreto del Museo
Arqueológico de Nápoles, y los que no podían moverse fueron
cubiertos o acordonados para que no corrompieran la
sensibilidad de los visitantes, sobre todo de mujeres,
niños. Las primeras leyes inglesas (y mundiales)
criminalizando la pornografía fueron promulgadas con la
aprobación de la Obscene Publications Act de 1857. A pesar
de su ocasional represión, las representaciones de temas
eróticos han sido comunes durante miles de años.
Dentro de los restos descubiertos en las excavaciones de
estas ciudades, se han hallado numerosas piezas de arte
denominado "erótico", las cuales forman una colección de más
de 300 piezas, pertenecientes al Museo Arqueológico de
Nápoles (Italia). En su mayoría corresponden al período
romano y las restantes al griego y etrusco junto con
representaciones traídas de otros sitios. Son numerosas las
representaciones de escenas de sexo explícito en la que
participan desde hombres y mujeres hasta seres mitológicos y
animales. Los "juegos" eróticos de Júpiter y Zeus, y de
hermafroditas, ninfas y sátiros son reflejados en pinturas y
relieves, mientras el falo -un amuleto protector, según la
idea de los romanos- aparece como elemento decorativo en
lámparas, vasos y adornos de jardín.
Son célebres las pinturas eróticas de las Termas Suburbanas
de Pompeya. Los frescos del vestuario (apodyterion),
decorado con estuco y concebido para hombres y mujeres, es
todo un «catálogo erótico» de la época. Representan las
prácticas sexuales de los romanos del año 79 en que Pompeya
fue sepultada por las cenizas del Vesubio. Las escenas de
las pinturas fueron sacadas a la luz entre 1985 y 1987 por
la arqueóloga Luciana Jacobelli.
Dos hombre y una mujer en los
vestidores de las Termas de Pompeya. 79 aC.
|
Fresco en Pompeya, en la casa
Centenario |
|
Villa del Vetti, Pompeya,
amantes en la cama
Pompeya, fresco en las Termas
|
Fresco de Pompeya. |
Fresco de Pompeya |
Fresco de Pompeya |
Fresco en un
lupanar de Pompeya |
Fresco en la casa de
los Vetti |
Relieve
de vaso pompeyano |
Fresco de Príapo en casa
de los Vetti, en Pompeya |
Príapo
en Pompeya y Herculano
Príapo era
una antigua divinidad grecoromana que se representaba como un
pequeño hombre barbudo, normalmente un viejo, con un pene
desproporcionadamente grande. Su mayor presencia estaba en el
mundo rural, puesto que era el símbolo del instinto sexual, de
la fecundidad masculina, y el protector de las huertas y
jardines. En este sentido, la población rústica empleaba este
deidad y sus representaciones como
fórmula mágica para neutralizar
el mal de ojo contra la envidia de las personas y para
potenciar la sexualidad.
En
general,
tanto en
Grecia como Roma antiguas, los falos grandes eran motivo de
burla entre las clases altas y los artistas del periodo. «Ciegos
humanos, semejantes a la hoja ligera, impotentes
criaturas hechas de barro deleznable, míseros mortales que,
privados de alas, pasáis vuestras vida fugaz como vanas, sombras
o ensueños misteriosos», se burla de los cuerpos
desproporcionados Aristófanes,
autor de obras de teatro, en una de sus obras. No obstante, en
otros grupos sociales, sobre todo en las regiones rurales, se
destilaba la adoración a un dios grotesco de un enorme falo:
Príapo, el dios que fue maldecido por los pecados de su madre.
Según la mitología griega,
Príapo era hijo de Dionisio,
dios del vino y el éxtasis, y de Afrodita, diosa de la belleza,
el amor y el deseo. Esto es, el resultado de los dioses más
desinhibidos del panteón clásico. No en vano, otras leyendas le
achacan su paternidad a Hermes,
Pan,
Zeus e incluso
Adonis. En esta
versión, la diosa quedó embarazada de su antiguo amor durante
uno de sus viajes a la India, sin que Dionisio lo supiera nunca.
Como castigo por engañar al ingenuo de Dionisio, Hera –hermana y
esposa del dios Zeus– castigó su falta de compromiso maldiciendo
al fruto de su relación extramatrimonial.
A causa de los celos de
Hera, Príapo fue condenado a
tener su falo siempre en erección y, lo que es más
grave para el dios del instinto sexual, a no poder reproducirse
(otras versiones dicen que su maldición era a no ser amado por
ninguna mujer). Hoy, de hecho, se denomina priapismo a la
dolorosa enfermedad que provoca la permanente erección del pene
sin apetito venéreo. |
Lupanar de Pompeya. Príamo bifalico |
Príapo-Mercurio en el Museo nacional
de Nápoles, Gabinete Secreto |
Priapo casa de los Vetti |
Timgad, siglo I aC. |
Hércules orinando, S.
I aC.
encontrada en
Herculano |
Escena de flíaco. Crátera de campana
apulia de figuras rojas, segundo cuarto del siglo IV a. C.
Nacimiento de Helena de
Troya. Crátera Apulia, c. 375-350 a.C. |
La farsa flíaca.
Comedia griega en el sur de Italia
Llamada también
farsa fliácica,
farsa fliax o farsa phlyax, también conocida como
hilarotragedia, fue una comedia dramática burlesca que se
desarrolló en las colonias dóricas de la Magna Grecia, sobre
todo en el sur de Italia, en el
período helenístico, entre los siglos IV y III a. C.
Su nombre puede
derivar del griego antiguo phlyakes, o «chismosos»,
del verbo «charlar», en dialecto dórico, que
indicaba los actores o mimos que protagonizaban estas
representaciones o del verbo phlein, «hincharse», por las
prendas abultadas que vestían mediante relleno. Además,
solían levar también máscaras grotescas, medias y túnica
corta que les daban un aspecto ridículo u obsceno.
Probablemente recitaban sobre el escenario y no en la
orchestra.
Era un tipo de teatro
muy especial, tal vez originado en el mismo sur de Italia,
aunque gracias a las influencias de Grecia. De los títulos
que han sobrevivido, parece que son una suerte de farsa
burlesca mitológica donde se satirizan y mezclan los
personajes del panteón griego como Zeus, Dioniso o Heracles
con personajes y situaciones cotidianas de la Nueva Comedia
ática. Influyó en el nacimiento del teatro latino.
Aunque presenta la misma afinidad del
traje cómico que la comedia, la farsa dórica megarense, del
sur de Italia, que más tarde, con Rintón de Siracusa (sobre
el 300 a.C.) adquirió formas más o menos literarias como
Hilarotragodia, fue en mayor medida que la comedia
política de los áticos, una representación de figuras
típicas con Heracles como personaje predilecto. Autores como
Epicarmo, Aristóxeno de Selinunte, Dinóloco de Siracusa o
Acragas, forman parte de la estipe de poetas de la Magna
Grecia de los que, por desgracia, apenas nos han llegado
nada de sus obras o solo fragmentos de los títulos a ellos
adjudicados. “La cerámica suritálica está llena de
reminiscencias y de citas teatrales, que trascienden el
marco del escenario”
Este tipo de farsa, en el sur de
Italia, vemos como mitos, ritos y política, están
absolutamente entrelazados y unidos en la Comedia griega
que, sin duda alguna, formaba uno de los núcleos
educacionales de sus gentes, rehace el mito de la cultura
antigua con cierta visión que entenderíamos por barroca de
reírse de lo antiguo utilizando su propia tradición y el
sexo explícito ligado a la fuerza apotropaica de lo obsceno.
|
Sprintia, moneda de
pago en los prostíbulos romanos
Una
spintria (spintriæ en plural) es una ficha
romana, normalmente representando actos o símbolos sexuales,
Suelen estar acuñadas en latón o bronce, y rondar los 20 mm de
diámetro.
Las
spintriae pudieron haber sido usadas para pagar prostitutas,
que a veces hablaban un idioma diferente. Aunque esto es objeto
de debate, los números que incluyen coinciden con los precios
conocidos para las prostitutas romanas. Hay quien teoriza que
eran fichas para jugar, y pudieron haber sido producidos solo
durante un periodo corto, probablemente en el siglo I.
Tal vez fueran una tasa o precio público regulando durante un
tiempo el ejercicio de la prostitución.
La teoría más extendida sobre la
creación de la sprinta fue para el uso en burdeles y
prostíbulos. Dichas monedas eran usadas para romper las barreras
idiomáticas. El idioma oficial del imperio romano era el latín,
pero gran parte de las prostitutas provenían de otros países,
así como los extranjeros que visitaban diferentes ciudades
tampoco lo conocían. Se evitaba así el uso de monedas corrientes
donde apareciera la efigie del emperador, evitando mancillar la
figura ilustre de este personaje.
Hay otras hipótesis para
explicar su uso, que
fueran fichas donde el/la cliente elegía el servicio que le
iban a prestar, con lo cual pagaba anticipadamente, y que
servían para comunicar esto entre clientes de paso y esclavos
que podrían ser de variadas lenguas. Posiblemente son del periodo de Tiberio,
aunque no se da con precisión el lugar en el se encontraron,
aunque parece ser que ninguna se encontró en burdeles, a no ser
que algunas de las casas de Pompeya o Herculano en las que se
encontraron, lo fueran.
Otra posible teoría también atribuida al
emperador Tiberio, fue que creó dichas monedas con el objetivo
del pago a los soldados que formaban las legiones, para evitar
el pago con la moneda imperial y premiarles de este modo los
servicios prestados al imperio. En este contexto aparecen los
burdeles móviles, acompañando a las legiones en sus recorridos.
Suetonio relata la historia de un ecuestre noble condenado a
muerte por haber pagado los servicios de un burdel con una
moneda en la que aparecía el rostro del emperador acuñado en
ella.
En el anverso aparecen representados gran cantidad de actos
sexuales, siendo tan explicitas que no dejaban lugar a la
imaginación. Mientras que en el reverso aparece representada
una numeración la cuál indiciaba el precio del tal servicio, que
variaba desde I hasta XVI ases, el cuál era el máximo valor.
Se ha especulado también que la numeración del reverso pudiera
indicar el número de las habitaciones del prostíbulo donde se
realizaba dicho servicio. De todos los servicios, la felación
era uno de los servicios más caros, debido a que esta práctica
se consideraba como una de las más indignas. |
Brithis museum
|
Estatuilla de bronce posiblemente
del dios romano de la fertilidad Príapo, hecha en dos partes
(que se muestra aquí ensamblada y desarmada), data de finales
del siglo I d. C.
Fue encontrada en Rivery, en
Picardía, Francia en 1771 y es el objeto galorromano más antiguo
de la colección del Museo de Picardía.
Esta figurilla representa a la
deidad vestida con un "cuculus", un abrigo galo con capucha, y
puede ser un ejemplo de Genii cucullati. Esta sección superior
es desmontable y oculta un falo. |
|
Referencias
Alvar Nuño, A.; Envidia y fascinación: El mal de ojo en el
Occidente Romano, Arys: Antigüedad: religiones y
sociedades, Nº. Extra 3, 2012, págs. 1-306.
ANGELA
, A., “Amor y sexo en la Antigua Roma”. La esfera de los libros.
Madrid, 2015.
ARISTÓTELES. Poética. Trad. Introducción y notas: Alicia Villar
Lecumberri Clásicos de Grecia y Roma. Alianza Editorial: Madrid, 2010
Bacanales.
https://www.bloganavazquez.com/tag/senadoconsulto-sobre-las-bacanales/
Bacanales.
https://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/8272/bacanales_escandalo_que_sacudio_republica.html#gallery-0
Bermejo Tirado, J.; El resurgimiento tardorromano de lo dionisiaco
desde una perspectiva social, Latomus: revue d'études latines,
Vol. 70, Nº. 3, 2011, págs. 755-771.
Blázquez Martínez, J.M.; El Edicto sobre las bacanales del año 186
antes de Jesucristo, Jano, Nº 63, 1973, pp. 105-108.
BROWN,
P., El Cuerpo y la Sociedad. Los Cristianos y la Renuncia Sexual,
Barcelona, 1993.
CUATRECASAS, A., “Amor y sexualidad en la Antigua Roma”.
Editorial, difusión jurídica y temas de actualidad.
Madrid, 2009.
DUPONT,
F., ELOI, TH., L'Érotisme Masculin dans la Rome Antique, París,
2001.
EASTERLING,
P.F. Y KNOX, B.M.W. (Eds).
Literatura griega, Historia de la literatura clásica, I. Madrid, Gredos, 1990.
Texto nº 6. p. 390-437.
FAYER,
C., “La famiglia romana, Aspetti giuridici ed antiquari. Sponsalia.
Matrimonio. Dote. Parte Seconda” en Problemi e Recerche di Storia
Antica 21, Roma: “L’Erma” di Bretschneider , 2005.
FISHBURN, G.,
“That a Sprintia in your Pocket, or Are You Just Pleased To See Me?” en Regarding
the past proceedings of the 20 Conference of the History of Economic
Thougt Society of Australia held at The Women`s College Published by:
The School of Economics University of Queensland (11-13 July,
Australia, 2007).
GRIMAL,
P., El Amor en Roma, Barcelona, 2000 (París, 1963).
LANGLANDS,
R., Sexual Morality in Ancient Rome, Cambridge, 2006.
LEE, B., “Brass
Cheks” Return: An Excursus in Erotic Numismatic, or The Sprintiae Roll
Again“ en The Journal of Popular Culture, September 1983.
LESKY,
A. La Comedia y La Comedia política, Historia de la literatura
clásica. Editorial Gredos 1976. Versión española de Díaz Regañón, J.
M. y Romero, B. p. 260-267 y 446-480.
LÓPEZ
EIRE, Antonio. Reflexiones sobre la Comedia aristofánica.
Universidad de Salamanca.https://dialnet.unirioja.es/servlet/busquedadoc?t=REFLEXIONES+SOBRE+LA+COMEDIA+ARISTOFÁNICA&db=1&td=todo
López Velasco, R.; Representaciones fálicas protectoras a propósito
de un hallazgo de época romana, Trabajos de arqueología Navarra,
Nº 20, 2007-2008 , págs. 165-196.
Ludi Florares en honor a la diosa Flora en
https://www.bloganavazquez.com/2010/05/02/ludi-florales-o-floralia-romanos-en-honor-de-la-diosa-flora/
Floralia en
https://themaskedlady.blogspot.com.es/2013/11/las-floralia.html
Museo
Arqueológico Nacional (M.A.N.)
https://www.man.es/man/coleccion/catalogos-tematicos/Vasos-griegos-3D/magna-grecia.html
Noël Robert, J.; Eros Romano. Sexo y moral en la Roma Antigua,
Editorial Complutense, S.A, 1999.
OLESTI,
O., "Sin Tabúes: La Roma más Libertina”,Clio 79 (Mayo de 2008),
24-37.
Pavón Torrejón, P.; "Y ellas fueron el origen de este mal..." (Liv.
39. 15. 9)"mulieres contra mores" en las Bacanales de Livio, Habis,
Nº 39, 2008 , págs. 79-95.
PEREA, S. ed.,
Erotica Antiqua.
Sexualidad y Erotismo en
Grecia y Roma,
Madrid, 2007.
PUCCINI-DELBEY,
G., La Vie Sexuelle à Rome, París, 2007.
RICHLIN, A.,
"Sexuality in the Roman Empire", D. S. POTTER ed., A companion to the
Roman Empire, Oxford, 2006, pp. 327-353.
ROBERT, J. N.,
Eros Romano.
Sexo y Moral en la Roma
Antigua, Madrid,
1999.
Sanahuja Yll, M.E. y Prieto Arciniega, A.; El papel de la mujer
en las bacanales romanas, Memorias de historia antigua, Nº 5,
1981 (Ejemplar dedicado a: Paganismo y cristianismo en el occidente del
Imperio Romano), págs. 143-152.
Vázquez Hoys, A.M. y Del Hoyo Calleja, J.; Clasificación funcional
y formal de amuletos fálicos en Hispania, Espacio, tiempo y forma.
Serie II, Historia antigua, Nº 9, 1996, págs. 441-466.
VEYNE,
P., La Homosexualidad en Roma, Madrid, 1987.
VEYNE,
P.,. La Elegía Erótica Romana. El Amor, la Poesía y el Occidente,
Madrid, 1987.
VEYNE,
P.,., Sexo y Poder en Roma, Madrid, 2010 (París, 2005).
VOUT, C.,
Power and Eroticism in Imperial Rome, Cambridge, 2007.
WRIGHT, J.,
Abandoned to Lust. Sexual Slander and Ancient Christianity, Nueva
York, 2006. |
|
|