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El cine sonoro

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

 


El puntero de don Honorato/Bibliografía


Sonido antes del sonoro

Los primeros intentos

El proceso de sonorización

Llega el sonido Montaje en el sonoro Anécdotas

Una película para conocer el paso del cine mudo al sonoro

Cantando bajo la lluvia

Homenaje al cine mudo:

Banda sonora, de Ricard Carbonell


El sonido antes del sonoro. Ver: El sonido en el cine


Anteriormente al cine sonoro ya existía el sonido en el cine. Los cineastas y proyectistas se habían preocupado de ello, pues el cine nace con voluntad sonora. En las primeras filmaciones cortas en que aparecen actores y actrices bailando, el espectador no oye la música, pero puede observar sus movimientos. Por otra parte, rara vez se exhibían las películas en silencio. Los hermanos Lumiére, en 1897, contrataron un cuarteto de saxofones para que acompañase a sus sesiones de cinematógrafo en su local de París y hubo compositores de valía, como Saint-Saéns que compusieron partituras para acompañar la proyección de una película. Músicos y compositores tenían en el negocio del cine mudo una fuente de ingresos. No sólo la música, también los ruidos y acompañamiento tenían cabida en el cine mudo, por lo que algunos exhibidores disponían de máquinas especiales para producir sonidos, tempestades o trinar de pájaros. Cierto es que este sistema era solamente posible en grandes salas, en ciudades o lugares de público pudiente, y escasamente podía apreciarse en pueblos o lugares alejados. Todos los instrumentos eran válidos para hacer música en el cinematógrafo aunque el piano (y la pianola) era normalmente el más apetecido.

Algunos experimentos habían demostrado que las ondas sonoras se podían convertir en impulsos eléctricos. En el momento en que se logró grabar en el celuloide esta pista sonora, se hizo posible ajustar el sonido a la imagen, y por lo tanto hacer sonoro el cine.

Thomas Alva Edison, uno de los inventores del cinematógrafo, había conseguido grabar la voz humana en su fonógrafo en el año 1877. No fue el primero, ya que Muybridge gravó la progresión del galope de un caballo en 1972. Estos dos precursores sientan las bases de los inventos posteriores. En el caso del cine, el problema que no se conseguirá solucionar de manera rentable y eficaz hasta después de la Primera Guerra Mundial será la sincronización de sonido e imagen.


Los primeros intentos de dar sonido al cine


Extraído de http://www.cinesa.es

En el año 1893, el físico francés Démeny inventó lo que se llamó fotografía parlante. Charles Pathé, uno de los pioneros del cine, combinó fonógrafo y cinematógrafo, llegando a fabricar unas 1900 películas cantadas. Y también en la misma época, Léon Gaumont desarrolló un sistema de sonorización de films parecido, que presentó en la Exposición Universal de París de 1902. Otros inventos posteriores, el de Eugène Lauste y el de Messter Baron y Ruhmer, en la segunda década del siglo XX, son importantes como primeros experimentos, pero no llegaron a buen término a causa de la mala calidad del sonido resultante o problemas con la sincronización.

Así, en 1918, es patentado el sistema sonoro llamado TriErgon, que permitía la grabación directa en el celuloide. Pero no será hasta el año 1922 que Jo Engel, Hans Vogt y Joseph Massole presentan el primer film, Der branstifer, que lo utiliza incorporando las aportaciones del ingeniero norteamericano Lee de Forest. El sistema que usan estos alemanes dará lugar al llamado Movietone, que será utilizado por la Fox antes de la estandarización y al llamado Tobis Klangfilm.

En 1923, el ya mencionado Lee de Forest presenta su invento definitivo y establece las bases del sistema que finalmente se impuso. El Phonofilm resolvía los problemas de sincronización y amplificación del sonido, porque lo grababa encima de la misma película. A pesar del éxito logrado con la proyección de una secuencia de The Covered Wagon, la falta de financiación postergó la implantación del invento hasta el año 1925. Los empresarios que dominaban el sector no creyeron en él en aquel momento, porque la adopción del sonoro implicaba una fuerte inversión, ya que había que adaptar los estudios y todas las salas de proyección.

En 1925, la compañía Western Electric decide apostar por Lee de Forest y, en el año 1926, se inició la producción bajo la tutela de la Warner Brothers que, con esta apuesta, pretendía superar una mala situación económica. Y así ese año presentaban cinco cintas en que la imagen convivía con el sonido gracias al sistema Vitaphone de sincronización disco-imagen. Éstas consistían en un discurso de William Hays, una pieza interpretada por la New York Philarmonic Orchestra, una pieza de violín tocada por Mischa Elman, una audición de la cantante Anna Case y la película de Alan Crosland, Don Juan, con John Barrymore como protagonista y en la que se había añadido una partitura interpretada por la orquesta antes citada.

Eugène Lauste

El proyector de Lauste. 1911


El cine sonoro: una nueva forma expresiva


Las nuevas técnicas, el espíritu creativo y emprendedor de los cineastas y la búsqueda del más difícil todavía, hizo que se impusiera el cine sonoro, acabando, no sin dificultades y dejando a mucha gente en el camino, con el cine mudo. Cuando el cine sonoro demostró su rentabilidad, las películas mudas, a pesar de su arte, quedaron condenadas a pasar a la historia. El cine mudo había durado 35 años.

En 1926 se estrenó en Nueva York Don Juan, con efectos sonoros y una partitura sincronizada y posteriormente varios cortos que fueron perfeccionando los dos sistemas, el Vitaphone (la Warner) y en competencia el Movietone (la Fox). El 6 de octubre de 1927 se estrenó El cantor de jazz (The Jazz Singer), considerada la primera película sonora de la historia del cine, que hizo tambalear todos los planes del momento del cine mudo. Hacia 1930 el sonoro era un hecho, y el cine mudo había sido definitivamente vencido.

En el mundo de los actores se produjo el pánico, ya que temieron, y con razón, que sus voces no fueran adecuadas a los cambios, y todos fueron obligados a «pruebas de voz». A pesar de que la mayoría de los actores superaban las pruebas, actores significativos, aunque no por causa de la voz, quedaron en el camino (John Gilbert, Buster Keaton...).

«El cine sonoro no era simplemente el mudo con sonido incorporado, sino una nueva forma de expresión que tenía que reconciliar lo real (la grabación precisa de palabras y sonidos) con lo irreal (la imagen bidimensional), mientras que el cine mudo había sido una unidad armoniosa, completa por sí misma». (Planeta, 1982).

Algunos directores de fotografía afirman que el cine sufrió un inmenso retroceso al llegar el sonoro, pues limitó enormemente las posibilidades creativas del mismo. Cierto es que perdió con celeridad cierta fluidez, creatividad y ritmo, y tal vez sufrió unos años de retraso el avance imparable en el que se veía inmerso el lenguaje cinematográfico. Las cámaras hacían mucho ruido, y las filmaciones debían hacerse en riguroso silencio. Los micrófonos lo captaban todo y al mismo tiempo no se entendían correctamente las voces de los actores. El operador, encerrado en una cabina insonorizada no se enteraba de nada que no veía, lo que ralentizaba el trabajo y hacía perder agilidad a los movimientos narrativos.

Algunos historiadores del cine dicen, no obstante, que afirmar lo anterior es magnificar el problema, ya que en muy poco tiempo se montaron las cabinas para la cámara sobre ruedas y enseguida se blindaron las cámaras insonorizándolas totalmente, con lo que recuperaron la movilidad anterior. Hacia 1928 se habían superado la mayoría de los problemas técnicos con los que se inició el cine sonoro, se inventó la «jirafa», el micrófono que se coloca en lo alto de la escena y se evitaron así las cámaras insonorizadas, pesadas y aparatosas, que impedían la movilidad en las escenas.


La primera película sonora: Don Juan (1926)


Aunque no es exactamente el primer largo con sonido sincronizado de la historia, ya que se trata de uno mudo en el que se incluye música (interpretada por la Filarmónica de Nueva York) y efectos (ruido del entrechocar de espadas, campanadas, etc.) sincronizados, la película Don Juan, dirigida por Alan Crosland y protagonizada por John Barrymore, fue el film pionero, el que dio el pistoletazo de salida a la gran carrera por llevar con mayor calidad el sonido al cine. La productora Warner, con el concurso de la compañía Western Electric, había desarrollado un sistema llamado Vitaphone de grabación de sonido sincronizado para cines y que experimentó primero con cortometrajes en los que actuaban famosos cantantes y, a continuación, en Don Juan, su producción más costosa hasta entonces y una de las más rentables.


Primer sonido conocido sobre película, patente de Eugène Lauste (Francia, 1857-1935) mientras trabajaba en los talleres de Edison.


El montaje en el sonoro. La moviola


Con la llegada del sonoro también cambió el montaje de las películas y se formaron multitud de profesionales al amparo del mismo. De la misma manera que cambiaron los guiones, al añadirse la música y los sonidos el montaje se hizo mucho más complejo. Antes había un trozo de película, la imagen. Ahora eran necesarios dos trozos de película (la imagen y los diálogos). Se añadieron enseguida más bandas, las correspondientes a las músicas y a los efectos sonoros. Todo se hizo posible gracias a la moviola, la máquina de montaje, que aunque existía antes, «la moviola muda», sin ella hubiera sido imposible montar las películas musicales que tanto influyeron en los primeros momentos del sonoro.


Banda Sonora Original (BSO)


En inglés Original Soundtrack (OST), a veces simplemente conocido como soundtrack, como también se la conoce muy a menudo en el argot cinematográfico, o simplemente banda sonora -significando en este caso alguna versión o parte- es el conjunto de palabras, sonidos y música que acompaña a una película. Puede ser de dos tipos: magnética, óptica o digital. En el primer caso, una o varias bandas de grabación magnética discurren por los bordes de la tira de película. Al ser leídas estas líneas por un aparato en sincronía con la proyección, se generan los sonidos de una manera parecida a como lo haría un lector de cassettes. En el caso de las bandas sonoras ópticas, se trata de zonas de oscuridad y luz en uno o dos lados de la cinta del film. Las distintas intensidades de luz, se convierten en impulsos eléctricos creando el conjunto de la banda sonora.

Actualmente se utiliza el sonido digital. (Wikipedia)



El proceso de sonorización


Para dar sonido al cine se utilizaron una gran variedad de técnicas que atravesó las diferentes etapas de las primeras décadas del cine. Se comenzó por  hablar o producir ruidos detrás de la pantalla, complementado por el acompañamiento musical en vivo durante las proyecciones y la utilización de un locutor que añadía comentarios a los rótulos. Más tarde, la técnica vitapohone sustituyó en las salas de cine a las orquestas por altavoces y se limitó a la música y los ruidos. El procedimiento photophone, de Alexandre Grahan Bell consigió transmitir la voz utilizándose  la luz. La voz se proyectaba a través de un tubo para un espejo fino, que vibraba y actuaba como un transmisor, y se dirigía hacia otro espejo que hacía el proceso inverso actuando como receptor. Los sonidos registrados en disco de huellas sonoras fotográficas, permitieron inscribir sonidos e imágenes en una misma cinta, tanto para la producción como para el registro. El resultado final fue la incorporación a la cinta de una pista sonora que reprodujo música, efectos ambientales y diálogos de los actores.


Anécdotas


  • El sonido era un problema en los primeros tiempos del cine sonoro. Una amenaza mayor para la libertad de la imagen consistía en la necesidad de que el actor hablase cerca de los micrófonos. Los equipos de sonido de la época exigían que la persona que hablaba se dirigiese al micrófono y a corta distancia. Los micrófonos se escondían en los floreros, tras las cortinas o en la peluca de los actores. En muchos filmes de aquellos tiempos se puede apreciar el envaramiento de los actores y su cercanía extraña hablando con los objetos más diversos.

  • Uno de los grandes problemas del cine sonoro se debió a la insonorización que debió hacerse de los platós. El primer plató para sonido de la Warner en los antiguos estudios Vitaphone de Nueva York era una especie de gigantesca caja, de unos 14 metros cuadrados y 8,5 metros de altura, con cortinajes colgando por todos lados, en un intento por ahogar los sonidos no deseados.

  • El conocido león del emblema de la Metro tuvo que ponerse también delante del micrófono.

  • La llegada del cine sonoro supuso un duro golpe para Charles Chaplin quien, en principio, se negó a aceptarlo, negándole validez artística. Evitó hablar en dos películas ya sonoras: Luces de la ciudad (1931) y Tiempos modernos (1936), que no eran en realidad sino películas mudas con músicas y efectos ingeniosamente sincronizados. Todo hacía pensar que Chaplin, el gran mimo, sería una más de aquellas estrellas que no supieron adaptarse a la llegada del cine sonoro. Chaplin no habló en la pantalla hasta El gran dictador (1941), pero cuando lo hizo, volvió a tener los éxitos de siempre.

  • Hubo películas sonoras, basadas en una variedad de sistemas, hechas antes de los años 1920, generalmente con intérpretes sincronizando los labios con grabaciones de audio previamente hechas. La tecnología era mucho más adecuada para propósitos comerciales, y durante muchos años los jefes de los principales estudios de cine de Hollywood vieron poco beneficio en producir películas sonoras. Estas películas fueron relegadas, junto con las películas de color, al estado de curiosidad.

  • La primera película sonora en recibir una aprobación crítica casi universal fue El ángel azul (Der blaue engel) estrenada el 1 de abril de 1930, fue dirigida por Josef von Sternberg. La primera película hablada estadounidense en ser ampliamente respetada fue Sin novedad en el frente, dirigida por Lewis Milestone, estrenada el 21 de abril. Se considera la película francesa La edad de oro, dirigida por Luis Buñuel, que apareció en octubre de 1930, una de las importaciones más estéticas, aunque más como una señal de expresión del movimiento surrealista que como cine en sí. La película sonora más antigua ahora reconocida por la mayoría de historiadores de cine como un obra maestra es M de Nero-Film, dirigida por Fritz Lang, que se estrenó el 11 de mayo de 1931.

  • Eisenstein, después de su viaje a Hollywood y México, tras llegar  a la Unión Soviética puso música, usando sistemas de sonorización, a varias de sus películas mudas. Destaca Alexander Nevski, 1938, con una fantástica banda sonora compuesta por Prokofiev.

 


Una película que describe con bastante precisión lo que sucedió el 6 de agosto de 1926, cuando se estrenó en el Warner Theatre de Nueva York la película Don Juan.

Cantando bajo la lluvia. Singin' in the Rain


EEUU. 1952. 102 min.

Director: Stanley Donnen, Gene Nelly

Guión: Betty Comden & Adolph Green

Música: Lennie Hayton, Arthur Freed, Nacio Herb Brown

Fotografía: Harold Rosson & John Alton

Intérpretes: Gene Kelly, Donald O´Connor, Debbie Reynolds, Jean Hagen, Cyd Charisse, Millard Mitchell, Rita Moreno, Douglas Fowlwy

Productora: MGM.

Sinopsis: Antes de conocer a la aspirante a actriz Cathy Seldon (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo; fama, fortuna y éxito. Pero, tras conocerla, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar los musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen).

Es poco conocido que realmente quien cantaba era la actriz Jean Hagen, a la que supuestamente doblaba pos su espantosa voz Debbie Reynolds, que bailaba, pero que no cantaba.

Sugerencias didácticas:
  • Ver la película completa y, mediante un cuadro cronológico, trazar el desarrollo del cine sonoro  a partir del mudo.

  • Volver a ver la escena en la que un productor de Hollywood ofrece una fiesta a sus amigos y empleados y les agasaja con una sorpresa: proyecta una breve película en la que un hombre de aspecto ridículo pide a los espectadores que se fijen en que el movimiento de sus labios se corresponde con las palabras que están oyendo.

  • Recordar las dificultades que trajo al mundo del cine la conversión al sonoro

  • Recordar e interpretar algunos de los gags de la película que tienen que ver con el cine sonoro: hablar a un jarrón, ruidos en la grabación, etc.

  • Representar la secuencia en la que Cathy Seldon (Debbie Reynolds), dobla a Lina Lamont (Jean Hagen). En la realidad fue al revés, ver  las anécdotas en Los sonidos en el cine

  • Realizar ejercicios de doblaje y de sonorización

Banda sonora

Homenaje al cine mudo

España. 2003. Cortometraje

Dirección, fotografía y montaje: Ricard Carbonell

Festival Internacional de cine Independiente de Barcelona «l'Alternativa»

En él, Buster Keaton llega a la vía de tren (cita a su film El Maquinista de la General) y descubre, en el celuloide, la banda sonora, como si se hubiera metido en el proyector. Anonadado por la nueva sensación que le produce el sonido, el cine sonoro lo decapita.

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez