El
puntero de don Honorato/Bibliografía
Qué es y qué no es eutanasia
Pablo
Simón Lorda, médico de familia, e Inés M. Barrio, enfermera, son
especialistas en bioética y autores de ¿Quién decidirá por mí? (Triacastela,
2004)
EL PAÍS. Opinión.
27-03-2005
Si se pretende un debate
ético crítico y sereno la palabra "eutanasia" debe ser usada con precisión
En los últimos meses los
medios de comunicación de nuestro país se han hecho eco de diferentes
acontecimientos etiquetados con frecuencia como "eutanasia". Así, a la
polémica en torno a la película Mar adentro, que se inspira en el caso de
Ramón Sampedro, ha seguido en la última semana el debate en torno a la
aplicación de un protocolo de sedación paliativa por los médicos de Leganés
(Madrid). También hemos tenido ocasión de contemplar la igualmente
oscarizada película de Clint Eastwood Million dollar baby. Y en estos días
vivimos de cerca las decisiones de los políticos, legisladores y jueces
estadounidenses en torno al caso de Terri Schiavo, una enferma que lleva 15
años en "estado vegetativo permanente" a la que su representante legal desea
retirar la alimentación e hidratación artificial y permitir morir.
Sin embargo, a pesar de
que tanto los medios de comunicación, como los políticos, la Iglesia
católica o incluso los profesionales utilicen el término "eutanasia" para
referirse a ellos, lo cierto es que estos casos son muy diferentes. De
hecho, salvo en el caso de la película de Clint Eastwood, en el que habría
alguna duda, en ninguno de los otros tres citados debería utilizarse la
palabra "eutanasia", si se quiere ser coherente con lo que la bioética
moderna lleva años discutiendo y analizando. Otra cosa es que los cuatro
casos planteen posibles conflictos éticos que deben ser valorados con
sensatez y prudencia.
La palabra "eutanasia"
tiene una fuerte carga emocional, como las palabras "cáncer" o "muerte". Por
eso, si lo que se pretende es generar entre los ciudadanos un debate ético
crítico y sereno debe ser utilizada con precisión. En cambio, si lo que se
quiere es agitar a la opinión pública de uno u otro signo, jugar al
oportunismo político, mantener el control ideológico, ganar audiencia o,
simplemente, vender más, pues entonces no hay problema en que usemos la
palabra "eutanasia" para todo. Pero entonces habremos perdido la oportunidad
de que la ciudadanía de este país realice por fin un debate serio, abierto y
plural sobre esta cuestión.
Etimológicamente la
palabra "eutanasia" sólo significa "buena muerte". Históricamente este
término se ha utilizado para describir actuaciones muy variadas en
contenido, destinadas a facilitar la muerte del enfermo desahuciado.
Habitualmente han sido prácticas realizadas por los médicos, pero no sólo ni
siempre. Para tratar de facilitar la valoración moral de dichas prácticas
variadas se le fueron añadiendo a la palabra eutanasia adjetivos como
"activa o pasiva", "directa o indirecta", "positiva o negativa", que al
final han generado una gran confusión.
La tendencia actual es
restringir la palabra eutanasia a las acciones realizadas por un profesional
sanitario a petición expresa y reiterada de un paciente que padece un
sufrimiento derivado de una enfermedad incurable, que él vive como
inaceptable, en las que existe un vínculo causal directo e inmediato entre
la acción realizada y la muerte del paciente. El personaje interpretado por
Clint Eastwood, al inyectar por vía endovenosa cantidades masivas de
adrenalina hasta producir una parada cardiorrespiratoria a la protagonista,
que se ha quedado tetrapléjica por un golpe de boxeo y le ha solicitado
reiteradamente que la ayude a morir, parece realizar una acción plenamente
eutanásica. Quizás lo único que desdibuja levemente lo que sucede es la poco
lógica secuencia de los actos, que comienza por la desconexión del
respirador de la protagonista, y que quizás pueda achacarse a la condición
de no profesional sanitario del entrenador de boxeo interpretado por
Eastwood.
En cualquier caso, cuando
falta alguna de las condiciones antes expuestas, por ejemplo cuando no
existe petición expresa del paciente, quizás el término más preciso a
utilizar es "homicidio", con el atenuante de la "compasión" o la "piedad".
El gran problema de la legalización de la eutanasia en Holanda es
precisamente el de no haber conseguido eliminar los entre 800 a 1.000 casos
anuales de muertes en las que la presunta "eutanasia" ha sido en realidad un
homicidio por compasión sin petición expresa de los pacientes. Igualmente,
si el que realiza la acción no es el profesional sanitario sino el propio
paciente, pero aquel le proporciona conocimientos y medios para hacerla,
entonces de lo que hablamos es de "suicidio médicamente asistido". Si en el
caso de Ramón Sampedro hubiera participado un profesional de la salud, éste
sería el término adecuado. En caso contrario hablamos simplemente de
"suicidio" y "ayuda al suicidio".
Pero lo que resulta más
importante es insistir en que en las demás situaciones antes mencionadas no
es correcto utilizar el término "eutanasia". El caso de Terri Schiavo es un
caso de lo que denominamos "limitación del esfuerzo terapéutico", es decir,
la suspensión progresiva de tratamientos en los enfermos irrecuperables o
con pronóstico infausto a corto plazo. Esto es una práctica médica común en
todos los países del mundo, y responde a la necesidad ética de evitar que la
tecnología médica acabe destruyendo la dignidad de las personas. Dejar morir
a aquel al que la enfermedad ya ha vencido definitivamente, aunque nuestras
máquinas retengan, o pudieran retener entre nosotros si se las pusiésemos,
es hacer un ejercicio de humanidad. Bien es cierto que, de toda la
tecnología médica, la que suscita más angustia a la hora de su retirada es
la que tiene que ver con la alimentación y la hidratación artificial. Lo
simbólico-cultural de paliar el hambre y la sed, y la carga moral que lleva
adherido tal simbolismo, remueven emocionalmente de tal forma que hacen
difícil el análisis ético sosegado. Si además, como en el caso de Terri
Schiavo, no tenemos conocimiento preciso de lo que hubiera deseado la
paciente en estos casos, como lo tendríamos de haber cumplimentado la
paciente un testamento vital, pues la toma de decisiones es más compleja,
con más incertidumbre, y por tanto más expuesta a la deriva emocional. En el
caso Schiavo, tal situación la ha hecho fácil presa de la manipulación
ideológica, religiosa y política.
Algo parecido puede
decirse del caso de Leganés. En la sedación paliativa también es una
barbaridad hablar alegremente, como se ha hecho, de "eutanasia". La sedación
paliativa es una práctica médica que, si se hace conforme a los protocolos
estandarizados, es, simple y llanamente, buena práctica clínica. Consiste en
facilitar a los pacientes terminales en agonía que lo autoricen la
posibilidad de recibir medicación que los duerma profundamente mientras
esperan la muerte. Conviene, por tanto, llamar a las cosas por su nombre,
porque lo que tenemos entre manos es algo muy valioso: se trata de aclarar
las posibles formas en las que todos y cada uno, también quien lea este
artículo, habremos de "bien-morir".
Viñeta de Romeu en «El País» |
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El mayor espectáculo del mundo. The
greatest show on earth
EE.UU. 1952. 84 min. Color
Dirección: Cecil B. DeMille
Guión: Fredric M. Frank, Theodore St. John,
Barre Lyndon
Música: Victor Young
Sinopsis: Numerosas historias todas ellas con
el espacio común del circo. El personaje protagonizado por James Stewart es
un médico acusado del homicidio de su esposa, con el fin de evitarle
los sufrimientos de su enfmortal. Se protege con su disfraz de payaso y
siempre aparece con la cara oculta.
Reparto: James Stewart, Cornel Wilde, Betty
Hutton, Charlton Heston, Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy Lamour
Premios: Oscar. Mejor argumento 1952, Mejor
película 1952. Nominaciones: Oscar. Mejor director 1952
El público adoraba a James Stewart. Paradigma del
americano medio, héroe de la Segunda Guerra Mundial y protagonista de
algunos de los filmes más populares de la época, nadie más (o quizá menos)
adecuado para dar la voz de alerta a un tema de permanente actualidad y
polémica: el derecho a una vida digna. Maquillado como un payaso de circo
(caracterización nada casual... el actor más querido dando vida al personaje
más querido de la carpa) durante las más de dos horas y media de metraje,
Stewart era un clown, al que en ningún momento se le ve sin maquillaje, con un terrible secreto del pasado: en su trabajo como
médico ayudó a morir a su esposa, enferma terminal.
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Johnny cogió su fusil . Johnny Got His Gun.
EE.UU.
1971. B/N
Director: Dalton Trumbo.
Guión:
Dalton Trumbo
Fotografía: Jules Brenner
Música: Jerry Fielding
Intérpretes: Don Barry, Timothy Bottoms, Craig Bovia, Brocco, Judy
Howard Chaikin, Kendell Clarke, Eric Christmas, Robert Cole, Maurice
Dallimore, Robert Easton, Kathy Fields, Larry Fleischman, Eduard Franz,
Anthony Geary, Ed Gilbert, Donald Sutherland
Sinopsis:
El
último día de la Primera Guerra Mundial, Joe resulta gravemente herido. En
el hospital, sin brazos, ni piernas, sin poder ver, ni alimentarse
normalmente, recibe la mejor atención médica. Sólo su consciencia funciona,
lo que le permite enfrentarse al horror en que se ha convertido su vida. El
joven empieza a reflexionar sobre su existencia, pero sobre todo piensa en
su enfermera, que consigue que él pueda comunicarse. Gradualmente, se va
consolidando un gran amor entre ambos. Una obra mayor, quizás irrepetible de
Dalton Trumbo, sobre su propia novela.
Premios: Gran premio del Jurado en el festival de Cannes de 1971
Nominada
a los Globos de Oro 1972
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La novela en la que se basa la película
se publicó dos día antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.
Es una película dura, antibelicista, que
trata con crudeza el tema de la eutanasia, basada en la novela del mismo
nombre y mismo director.
¿Qué es mejor? ¿Matar a Johnny o
prolongar su tortura mientras se encuentra como un vegetal? ¿Es la mejor
opción? ¿La menos mala? Indudablemente, sigue teniendo vida, sigue siendo un
ser humano, sigue sufriendo. Pero ¿hasta qué punto es lícito mantener el
dolor de un ser humano en favor de su derecho a la vida? ¿No es cruel en
este caso?
El jefe del hospital le pregunta a
través de su intérprete cuáles son sus deseos. ¡Qué pregunta! ¿Es que puede
querer Johnny en estas condiciones otra cosa que la muerte? Pero de repente
aquel medio cuerpo se agita... Ha tenido una idea: Podría ser entre la gente
un testimonio vivo en contra de la guerra. Y dice:
«Quiero que me saquéis de aquí, que me
llevéis por los caminos, que me exhibáis por esos circos... Y que la gente
aplauda, silve, ría o llore, pero que se entere de que este muchacho de
veinte años es un trozo de carne por haber cometido la torpeza de coger un
fusil.» |
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Danzad, danzad, malditos.
They Shoot Horses, Don't They
- ¿Por qué la has matado? -preguntó el
policía que estaba sentado junto a mí.
- Ella me lo pidió.
- ¿Lo has oído, Ben?
-Es un chico muy servicial -dijo Ben por
encima de su espalda.
-¿Ese es el único motivo que tenías?
-preguntó el policía.
- ¿Acaso no matan a los caballos?
-respondí.
(Fragmento final del libro ¿Acaso no
matan a los caballos?, de Horace McCoy, en el que está basada la
película Danzad, danzad malditos. )
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EE.UU. 1969. 119 min.
Color
Director: Sydney Pollack
Guión: James Poe y Robert E. Thompson (Novela:
Horace McCoy)
Música: Johnny Green
Fotografía: Philip H. Lathrop
Reparto: Jane Fonda, Michael
Sarrazin, Susannah York, Red Buttons, Gig Young, Michael Conrad, Bonnie
Bedelia, Bruce Dern
Sinopsis: Basada
en una novela de Horace McCoy. Partiendo de una
maratón de baile, lleva a cabo un duro, pero realista retrato de la
sociedad americana en los años de la Gran Depresión. Un
profundo análisis de la naturaleza del hombre entre las cuatro
paredes de un salón de baile, lleno de personajes, en
su mayoría desesperados. Una perfecta simplificación del universo humano.
Premios: 1969: 1
Oscar: mejor actor secundario (Gig Young). 9 Nominaciones. varios Globos de
Oro.
En los
últimos momentos del film, las mentes de los danzantes están tan
interconectadas que la actitud de Gloria es rápidamente comprendida por
Robert, que se
presta a ayudarla cuando ella no tiene valor para dispararse en la sien.
Pollack y McCoy comparan el acto de matar a una persona que está sufriendo
con la acción de sacrificar a un caballo herido
(mostrado en imágenes cuando muere Gloria).
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Cuando el destino nos
alcance.
Soylent Green
EE.UU.,
1973. 97 min. Colo
Director:
Richard Fleischer
Guión:
Stanley R.
Greenberg sobre la novela
Hagan sitio, hagan sitio de
Harry
Harrison
Música:
Fred Myrow
Fotografía:
Richard H. Kline
Intérpretes:
Charlton Heston,
Leigh Taylor-Young, Edward G. Robinson, Chuck Connors, Joseph Cotten, Brock
Peters, Paula Kelly, Stephen Young, Mike Henry, Whit Bissell
Sinopsis:
Nueva York, 2022: la
población ha crecido hasta los cuarenta millones de habitantes, que viven en
una gran miseria, hacinados sin la menor esperanza de progreso. Hace unas
semanas ha aparecido un nuevo alimento sintético. El policía Thorn y el
viejo Roth, superviviente de otra época, sospechan que hay algo raro.
La película reflexiona
sobre varios temas, entre ellos la eutanasia,
aunque el más importante sea la comida cuando en el mundo ya no hay matera
prima de la que extraerla, si no fuera por la posibilidad de globalizar la
eutanasia. Es emocionante la muerte programada de uno de los protagonistas
mientras se le
proyectan imágenes de naturaleza, amaneceres, animales... de un mundo
definitivamente perdido. |
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Mi vida es mía. Whose Life Is It Anyway?
EE.UU. 1981. 118 min. Color
Director: John Badham
Guión: Reginald Rose
Música: Arthur B.
Rubinstein
Fotografía: Mario Tosi
Intérpretes: Richard
Dreyfuss, John Cassavetes, Bob Balaban, Kenneth McMillan, Christine Lahti,
Kaki Hunter
Es una película basada en
la obra teatral del mismo título de Brian Clark.
Ken Harrison (Richard
Dreyfuss) es un escultor que sufre un accidente de circulación muy grave.
Queda paralizado en todo el cuerpo, de manera que sólo puede hablar. En el
hospital dispone de una pequeña zona aislada, y todos los que le atienden
simpatizan con él ya que es amable y tiene sentido del humor a pesar de su
trágica situación. Con el tiempo Harrison llega a la determinación de que
quiere morir, debido a que su vida carece de sentido. Deberá enfrentarse a
los tribunales, ya que sólo ellos pueden autorizar a los médicos a dejarle
salir del hospital, que para él
equivale a la muerte ya que le dejan sin la ayuda necesaria para su
supervivencia.
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El sabor de las cerezas.
Ta'm e guilass.
Taste of cherry
Irán. 1997. 98 min.
Director:
Abbas Kiarostami
Intérpretes:
Homayoun Ershadi, Abdolhossein Bagheri y Afshin Bakhtiari.
Sinopsis:
Un hombre busca un testigo de su propia muerte, quiere suicidarse y necesita
a alguien que le ayude en su objetivo, alguien que le dé
sepultura después de que se haya suicidado.En
el tiempo que dura esa búsqueda, van apareciendo individuos que le recuerdan
instintos, sentimientos, placeres, convicciones... por las que él ha vivido
hasta ahora y por las que, tal vez, debería seguir adelante. Si
consigue o no su propósito, ya es otra historia.
Tras una trama livianísima, se susurra la trascendencia de la vida humana y
el misterio de la libertad. Se trata de un ejercicio de cine puro, mucho
menos sencillo y transparente de lo que parece.
Un film obsesivo de intensidad penetrante, una parábola engañosamente
sencilla de la condición humana, contada con un incomparable sentido poético
y lírico que recibió con todo merecimiento la Palma de Oro en el último
festival de Cannes.
En esta película
lo que importa es la reflexión sobre la vida y la muerte, la decisión de un
hombre cansado de vivir en un mundo que no desea.
El film esquiva la más mínima exposición de las
razones que hicieron que Badii decidiera suicidarse. Con lo que el público,
inevitablemente, comenzará a imaginarlas por su lado. Y cuando queda en
claro que nunca se sabrán los motivos, las especulaciones son reemplazadas
por la intriga intelectual: lo evidente, de ahora en más, es que el film no
expondrá las razones para aislar esa decisión. Para preguntar, y
preguntarse, si se puede justificar el suicidio
independientemente de las circunstancias
que lo susciten. De algún modo Kiarostami está anticipando que, para él, el
suicidio no puede justificarse jamás. El problema es el modo mediante el
cual llega a dicha conclusión. |
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Cosas que importan. One true thing
1998.
EEUU. 127 m.
Dirección: Carl Franklin
Guión: Karen Croner
Fotografía: Declan Quinn
Música: Cliff Eidelman
Montaje: Carole Kravetz
Intérpretes: Mery
Streep (Kate), Renée Zellweger (Ellen), William Hurt (George), Tom Everett
Scott (Brian), Lauren Graham (Jules)
Sinopsis:
Basada en la
novela de Anna Quindle, periodista del New York Times y ganadora del Premio
Pulitzer.
Ellen Gulden es una
ambiciosa periodista que tan sólo vive para su trabajo. Cuando un día recibe
la noticia de que su madre está gravemente enferma, se ve en la obligación
de regresar a su pueblo natal. La intensa convivencia con sus padres (Meryl
Streep y William Hurt) le permitirá conocerlos a fondo, descubrir aspectos
singulares de su pasado y madurar como persona.
El
problema de la eutanasia está latente en el film, con referencias a ella y
explícita petición de la madre, hasta el desarrollo final.
Mery Streep fue
nominada al oscar como mejor actriz.
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Las invasiones
bárbaras. Les invasiones barbares
Canadá, Francia. 2003. 99 min.
Director: Denys Arcand
Guionista: Denys Arcand
Fotografía: Guy Dufaux
Intérpretes: Rémy Girard,
Séphane Rouseeau, Marie-Josée Croze, Marina Hands, Dorothée Berryman.
Sinopsis: Rémy,
divorciado, 50 años y pico, está hospitalizado. Louise, su ex mujer, llama a
Sébastien, el hijo de ambos, que vive en Londres. Sébastien se lo piensa;
hace tiempo que él y su padre no tienen nada de que hablar. Por fin decide
volver a Montreal para ayudar a su madre y apoyar moralmente a su padre.
El director canadiense muestra
en esta obra coral los beneficios del uso de los drogas con fines
terapéuticos y de defender con firmeza y naturalidad una muerte digna para
quienes así lo elijan, convirtiendo en un auténtico drama esta amarga
comedia. La extraordinaria forma de narrar la etapa final del protagonista
cubierta con dignidad, emotividad y hasta alegría, en un final en el que
cada uno encuentra espacio para su propia reconciliación.
Oscar 2004 a la mejor película en
lengua extranjera y Premio al mejor guión y Premio a la Mejor interpretación
femenina de Cannes 2003. |
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Mar Adentro
España. 2004
Director: Alejandro
Amenábar
Fotografía: Javier
Aguirresarobe
Guión: Mateo Gil,
Alejandro Amenábar
Música: Alejandro
Amenábar
Producción:
Fernando Bovaira, Alejandro Amenábar
Intérpretes:
Javier Bardem, Lola Dueñas, Belén Rueda, José Maria Pou, Mabel Rivera, Celso
Bugallo, Clara Segura, Joan Dalmau, Alberto Jimenez, Tamar Novas, Francesc
Garrido, Alberto Amarilla
Sinopsis: Basada en
hechos reales, narra la historia de Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico
que durante 25 años luchó para conseguir una muerte digna y cuyo caso
desencadenó un gran debate social. Prohibida la eutanasia en España,
Sampedro acudió varias veces a los tribunales expresando su deseo de morir
legalmente, pero fue inútil. Ramón lleva casi treinta años postrado en una
cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su
habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente
que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es terminar con
su vida dignamente. Pero su mundo se ve alterado por la llegada de dos
mujeres: Julia, la abogada que quiere apoyar su lucha y Rosa, una mujer del
pueblo que intentará convencerle de que vivir merece la pena. La luminosa
personalidad de Ramón termina por cautivar a ambas mujeres, que tendrán que
cuestionar como nunca antes los principios con que rigen sus vidas. Ramón
sabe que sólo la persona que de verdad le ame será la que le ayude a
realizar ese último viaje.
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¿Muerte con dignidad?. Secuencia fílmica de la película Mar adentro
(El Padre Francisco es un
sacerdote que, en silla de ruedas, va a ver a Ramón Sanpedro para
convencerle de que deponga su actitud de acabar con su vida)
Padre Francisco: Bueno chicos,
vamos allá.
Marido de Manuela: ¡Que no cabe! Por
aquí no cabe…
Manuela: Ramón dice que
comprende la situación, pero que él no va a bajar.
Padre Francisco: Ya. Bueno, no
importa. Hermano Andrés, venga, vete tú arriba, por favor ¿eh? y dile a
Ramón lo siguiente, dile…
Hermano Andrés: …y, como
estamos dentro de la eternidad, no nos pertenece la vida…entonces,
claro, llevamos a un extremo ridículo el sentido burgués de la propiedad
privada.
Ramón: (risas) ¡Pero si
… pero si la iglesia fue siempre la primera en sacralizar la propiedad
privada!
Hermano Andrés: Pero eso no se
lo puedo decir…
Ramón: ¿Cómo que no?
Hermano Andrés: ¿Se lo digo? …
libertad para elegir mis creencias… no… sus creencias … y decidir sobre
su vida.
Padre Francisco: Bueno pues
tú dile que… (El hermano Andrés sube por la escalera musitando las
palabras del Padre Francisco)
Ramón: ¿Por qué la Iglesia
mantiene con tanta pasión esta postura de terror a la muerte? Porque él
sabe que perdería gran parte de su clientela si la gente pierde el miedo
al más allá.
Hermano Andrés: …Y le recuerda
que según las encuestas, el 67% de los españoles están a favor de la
eutanasia.
Padre Francisco: Muy bien, muy
bien… Bueno pues tú dile que las cuestiones morales, no se resuelve
mediante encuestas.
Hermano Andrés:
(El hermano Andrés sube por la
escalera musitando las palabras del Padre Francisco)
…porque la mayoría del pueblo alemán
también estaba a favor de Hitler. |
Ramón: ¿Ahora va y me compara
con Hitler? (refunfuñando) …si pudiera bajaría…
Hermano Andrés: (repite las
palabras de Ramón) Si pudiera bajaría…
Ramón: No eso no… Pregúntele
qué tiene que ver Hitler con la magnesia y la gimnasia.
Hermano Andrés: (murmurando)…
la magnesia con la gimnasia…
Ramón: No, espera… Padre
Francisco ¿me oye usted?
Padre Francisco: Sí, le
oigo, Ramón, le oigo.
Ramón: Pero ¿por qué mezcla el
culo con las tetas? Espero que no haya venido aquí a hacer demagogia que
de eso ustedes los jesuitas saben mucho.
Padre Francisco: No, claro que
no. Pero ya que habla usted de demagogia, amigo Ramón ¿no le parece a
usted que lo demagógico es decir «muerte con dignidad»? ¿Por qué no se
deja de eufemismo y lo dice simple y llanamente, con toda su crudeza,
«me quito la vida»?.Y ya está.
Ramón: No deja de sorprenderme
que demuestre tanta sensibilidad ante mi vida, teniendo en cuenta que la
institución que usted representa acepta el día de hoy nada menos que la
pena de muerte y ha condenado durante siglos a la hoguera a los que no
pensaban correctamente.
Padre Francisco: Ahora el que
está haciendo demagogia es usted.
Ramón: Sí claro, pero
dejándonos de eufemismos, como usted dice, eso el lo que habrían hecho
conmigo ¿no? quemarme vivo, quemarme por defender mi libertad.
Padre Francisco: Amigo Ramón…
Ramón: Amigo dice…
Padre Francisco: Amigo Ramón,
una libertad que elimina la vida no es libertad.
Ramón: ¡Y una vida que elimina
la libertad tampoco es vida! Y no me llame amigo. Y déjeme en paz,
hombre.
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Million dollar baby
Ver:
«Million Dollar Baby (2004) y los cuidados paliativos», de José Elías
García Sánchez, Enrique García Sánchez y María Lucila Merino Marcos
EE.UU. 2004.
137 min.
Director. Clint Eastwood
Guión: Paul Haggis; basado
en relatos recogidos en "Rope burns" de F.X. Toole.
Producción: Clint Eastwood,
Albert S. Ruddy, Tom Rosenberg y Paul Haggis.
Música: Clint Eastwood.
Fotografía: Tom Stern.
Montaje: Joel Cox.
Intérpretes: Clint
Eastwood (Frankie Dunn), Hilary Swank (Maggie), Morgan Freeman (Eddie Scrap-Iron
Dupris), Jay Baruchel (Danger Barch), Mike Colter (Big Willie Little), Lucia
Rijker (Billie), Brian O'Byrne (Padre Horvak), Anthony Mackie (Shawrelle
Berry), Margo Martindale (Earline Fitzgerald), Riki Lindhome (Mardell),
Michael Peña (Omar), Bruce McVittie (Mickey Mack).
Sinopsis. Frankie
Dunn (Clint Eastwood) ha entrenado y representado a los mejores púgiles
durante su dilatada carrera en los cuadriláteros. La lección más importante
que ha enseñado a sus boxeadores es el lema que guía su propia vida: por
encima de todo, protégete primero a ti mismo. Tras una dolorosa separación
de su hija, Frankie ha sido incapaz durante mucho tiempo de acercarse a otra
persona. Su único amigo es Scrap (Morgan Freeman), un exboxeador que cuida
del gimnasio. Maggie
Fitzgerald (Hilary Swank) aparece un día en su gimnasio. Mag-gie lo que
desea es a alguien que crea en ella. Frankie acepta a regañadientes entrenarla. Inspirándose y exasperándose mutuamente según les va el día,
ambos van descubriendo que comparten un espíritu que trasciende el dolor y
las pérdidas de su pasado, y encuentran el uno en el otro ese sentimiento de
familia que perdieron hace mucho tiempo. Lo que no saben es que pronto
tendrán que afrontar una batalla que exigirá más esfuerzo y coraje que
ninguna otra que hayan conocido.
Premios.
Cuatro Oscar de los siete a los que aspiraba (mejor película, mejor
dirección, mejor actriz y mejor secundario).
El duro desenlace, con unos personajes que sufren el
conflicto de conciencia ante la muerte, y que se acercan al abismo que les
espera si traicionan sus convicciones, respira auténtico respeto y
sensibilidad ante el dolor y quien lo sufre, y se percibe sinceridad en su
director al plantear la duda moral entre un pretendido “derecho a morir” y
la licitud al dejar de poner medios extraordinarios para mantener la vida.
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Tapas
Director: José Corbacho y Juan Cruz
2005.
España.
Música: Pablo Sala
Fotografia: Guillermo
Granillo
Productor: Julio Fernández
y Luisa Matienzo
Guion: José Corbacho y
Juan Cruz
Reparto: Ángel de Andrés
López (Lolo), Anna Barrachina (Águeda), Alberto de Mendoza (Don Mariano),
María Galiana (Doña Conchi), Elvira Mínguez (Raquel), Amparo Moreno
(Rosalía), Rubén Ochandiano (César), Rosario Pardo (Carmela), Darío Paso (Opo)
Sinopsis: Cinco historias
se entrelazan en un barrio de la gran ciudad. Cinco mundos unidos en el día
a día, con el bar, los comercios y el mercado como punto neurálgico, y que
nos muestran sus inquietudes, miedos, esperanzas y sueños.
El miedo a la enfermedad o
la soledad de Mariano y Conchi, dos jubilados del barrio; la esperanza y
tristeza de Raquel, mujer de mediana edad que vive su amor vía internet; la
incertidumbre del futuro de César y Opo, dos jóvenes que trabajan en el
supermercado del barrio y que preparan sus vacaciones; o el descubrimiento
por parte de Lolo de que hay algo más que su bar a través de su relación con
Mao, su nuevo cocinero, nos conducen a través de la vida de un barrio de
trabajadores en un guión lleno de ternura, comedia y amargura.
El tema de la eutanasia,
en una las historias, la de Mariano y Conchi,
los jubilados del barrio |
Good
2008.
Países: Reino Unido y
Alemania.
96 min.
Dirección: Vicente Amorim
Guión: John Wrathall; basado en la obra
de C.P. Taylor, dramaturgo nacido en Glasgow en 1929.
Producción: Miriam Segal, Sarah Boote,
Kevin Loader, Dan Lupovitz y Billy Dietrich.
Música: Simon Lacey.
Fotografía: Andrew Dunn.
Montaje: John Wilson.
Interpretación: Viggo Mortensen (John
Halder), Jason Isaacs (Maurice), Jodie Whittaker (Anne), Mark Strong (Bouhler),
Steven Mackintosh (Freddie), Gemma Jones (madre de Halder), Anastasia
Hille (Helen), Ruth Gemmell (Elisabeth), David de Keyser (Mandelstam).
Sinopsis: En plena Alemania nazi, John
Halder, mediocre profesor de Literatura,
recibe el encargo de escribir
una novela en la que
explora sus circunstancias familiares y defiende la eutanasia. Varios
políticos usan el libro para apoyar la propaganda gubernamental, y la
carrera de Halder como escritor despega. Un hombre bienintencionado pero
débil de carácter que, en un proceso no buscado pero por el que se deja
llevar, sustituye el dominio que sobre él ejercen su esposa y su madre
por el de su joven amante y, sobre todo, el partido nazi y las SS, de
las que termina formando parte como una especie de «legitimador ético».
El film se fija en aquellos que componían la gran masa, que nunca fueron
en vanguardia ni jugaron al juego político, pero terminaron apoyando y
respaldando la maquinaria asesina de la represión y los campos de
exterminio. |
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La dama y la muerte
España. 2009. 7 min.
Director:
Javier Recio
Gracia
Es un cortometraje de humos negro a ritmo
trepidante, en el que se relata la disputa, entre la guadaña y un médico
engreído, por la vida de una anciana.
El filme, revestido
de comedia, cuenta la historia de una anciana que vive sola en su
granja, esperando la llegada de la muerte para poder reencontrarse con
su marido muerto. Una noche se desvanece mientras duerme y recibe la
visita de la muerte (bastante patosa) que la invita a cruzar el umbral.
Pero, cuando está a punto de hacerlo, despierta en la sala de urgencias
de un hospital rodeada de personal sanitario. Un médico arrogante y
conquistador la ha traído de vuelta a la vida, tras hacer lo imposible
-lo cual incluye el ensañamiento terapéutico- y librará una pelea con la
muerte para recuperar la vida de la anciana. |
No conoces a Jack
No conoces a Jack.
You Don't Know Jack
2010. EEUU. 134 min.
Director.
Barry Levinson
Guión.
Adam Mazer (a partir de la novela de Neal Nicol y Harry Wylie)
Música.
Marcelo Zarvos
Reparto.
Al Pacino (Dr. Kevorkian), Danny Huston, John Goodman (Neal Nicol, amigo
de Jack, y autor del libro homónimo y co-autor del guión de este film),
Brenda Vaccaro, Susan Sarandon (la activista Janet Good, quien influyó
positivamente en el doctor), Cotter Smith, James Urbaniak, Eric Lange
Sinopsis.
Biopic del doctor Jack Kevorkian, más conocido como «Doctor Muerte»,
médico anátomo-patólogo, de ascendencia Armenia, un adalid de los
derechos a morir con dignidad, en pacientes terminales. Desde principios
de los años 90 hasta hoy, fue la principal figura pública en el debate
sobre la eutanasia. Al mismo tiempo que se implicó en más de 130 casos
de suicido asistido, Kevorkian protagonizó un frenesí mediático con
interminables batallas legales en las que defendía el derecho a morir de
sus pacientes.
Premios:
2010: 2 premios Emmy: Actor, Guión. 13 nominaciones incluyendo Mejor TV-movie. |
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La decisión de Anne.
Sister's Keeper
EEUU. 2009. 106
min.
Director. Nick Cassavetes
Guión. Jeremy Leven, Nick Cassavetes
(Novela: Jodi Picoult)
Música. Aaron Zigman
Fotografía. Caleb Deschanel
Reparto. Cameron Diaz, Alec Baldwin,
Abigail Breslin, Joan Cusack, Jason Patric, Thomas Dekker, Elizabeth
Daily, Sofia Vassilieva, Evan Ellingson, Nicole Marie Lenz
Sinopsis. La vida de Sara (Cameron
Diaz) y Brian Fitzgerald (Jason Patric) cambia radicalmente cuando a su
hija Kate (Vassilieva), de sólo dos años, le diagnostican una leucemia.
Inmediatamente, Sara abandona su carrera de abogado para dedicarse por
entero al cuidado de su hija. Su única esperanza para salvarla es tener
otro hijo. La ingeniería genética es un campo que plantea aún cuestiones
morales muy espinosas, pero para los Fitzgerald es la única opción. Así
es cómo nace Anne (Breslin), y entre ella y Kate se establece una
relación mucho más profunda de lo normal, sobre todo porque ambas
tendrán que someterse a diversos tratamientos médicos y compartirán
largas estancias en el hospital. En tales circunstancias, Jesse, el
único hijo varón de la familia, queda relegado a un segundo plano. Sin
embargo, cuando Anne cumple once años toma la decisión de emanciparse
médicamente y, para ello, contrata a un abogado (Baldwin) que inicia un
proceso legal que divide a la familia y deja la vida de Kate en manos
del destino.
La razón de que
esta película la traiga a un debate sobre eutanasia es porque la
película estable en tema en estructura argumenta. Se descubre al final
de la película que Anne toma la decisión de ponerse en manos de un
abogado con la ayuda de sus dos hermanos, el mayor, Jesse, y la niña
enferma, que desea morir. Lo hacen así para hacer entender a la madre,
que debe dejar sus obsesiones y obcecaciones y comprender la evidencia:
su hija se muere y no hay razón para implicar a toda la familia en una
salvación imposible. |
© Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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