|
Documentales para
el recuerdo
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
|
El
puntero de don Honorato/Bibliografía
|
Alain Resnais: El documental
militante de la «Rive gauche»
Nuit et brouillard (Noche y niebla),
de Alain Resnais
Noche y niebla no fue solo un documental de
denuncia. Fue el comienzo de una nueva generación de cineastas que
transformaron los principios de la semántica y de la sintaxis
cinematográfica. El giro de la «Nouvelle Vague» era imposible sin una
reflexión profunda sobre el contenido moral y ético del nuevo mundo.
Noche y niebla es un punto culminante de esta reflexión: montaje,
timbre, cadencia, son elementos que constituyen un quiebre en la
historia del cine y marcan un nuevo punto de partida. La influencia de
Eisenstein y Vertov, de Brecht y Bretón, de Buñuel e Ivens son decisivas
en este proceso, punto de referencia para varias generaciones.
Alain Resnais (Francia, 1922)
Resnais, director, montador y guionista
del cine francés. Estudió en el IDHEC (Instituto de Altos
Estudios Cinematográficos), antes de comenzar su carrera como
realizador de cortometrajes a mediados de los años 40. Su primer
largometraje Hiroshima mon amour (1959), inusual drama
romántico, lo colocó como uno de los más importantes directores
de la «Nouvelle vague», fue una película aclamada por la crítica
en Francia
Su fama le llegó ya como documentalista,
en la década de 1950, tras el cortometraje Las estatuas
también mueren, 1953, codirigida con Chris Marker realizó,
en 1956, Nuit et brouillard (Noche y niebla),
sobre los campos de concentración, en él muestra su maestría
formal, lo que le permite reflejar como nadie la tragedia del
holocausto y Toute le mémoire du monde (Toda la
memoria del mundo), documental que evoca el estilo literario
de Jorge Luis Borges sobre la Biblioteca Nacional de Francia y
en 1958 Le chant du Styrène, una visita a las fábricas
Péchiney.
Sus filmes de ficción, el ya nombrado
Hiroshima mon amour (1959) y El año pasado en Mariembad
(1961), con guiones de Marguerite Duras y Alain Robbe-Grillet
respectivamente, reflejan las preocupaciones de la nueva
novelística francesa por reformular las convenciones existentes
en cuanto a la articulación del tiempo y del espacio, en una
mezcla de literatura, documental y ficción que Resnais siempre
buscó.
En 1967 produjo Lejos de Vietnam, (Loin
du Vietnam), un documental sobre la guerra de Vietnam, en el que
participaron también Godard, Lelouch y Joris Ivens, en el que se
aprecian las tendencias que haría famosas la insurrección
estudiantil del año siguiente.
Otras películas de Alain Resnais son Muriel (1963),
Providence (1976), Mio tío de América (1980) y
Melo (1986). De 1993 son sus filmes Smoking y No
Smoking, basados en unas piezas teatrales breves de Alan
Ayckbourn. Recibió dos premios honoríficos, el León de Oro del
Festival de Venecia en 1995 y el Oso de Plata en el de Berlín en
1998. En 1998 realizó On connaît la chanson, que obtuvo
el César a la mejor película francesa y el premio Louis Delluc. |
Anécdota
Nuit et brouillard
se retiró de la programación del festival de Cannes el
año de su estreno, por las protestas del gobierno de la
República Federal Alemana y el deseo del gobierno
Francés de no levantar polémicas
innecesarias. Resnais replicó: «No sabía yo que la
Alemania Nazi iba a estar representada en el festival de
Cannes» |
|
«Trato de poner al espectador en un estado
mental crítico, incluso considerando que el impacto puede no ser
inmediato. Mi objetivo es poner al espectador en un estado
mental en que en una semana, o seis meses, o incluso un año
después, confrontados con un problema, el o ella puedan evitar
la trampa, se sientan impulsados a actuar libremente… La gente
necesita que la sacudan de sus certezas, que los despierten, que
cuestionen la intangibilidad de sus valores convencionales.»
Alain Resnais |
|
|
Chris Marker: El
documental revolucionario y anticolonialista |
Anécdota
Era muy difícil fotografiar a
Chris Marker. Cada vez que alguien le solicita una fotografía
suya para ilustrar un reportaje, un libro o una entrevista,
cuando quería enviaba una foto de su gato preferido o una
caricatura. |
|
«Recuerdo aquel mes de enero en Tokio o, más
bien, recuerdo las imágenes que filmé del mes de enero en Tokio. Se han
sustituido a sí mismas en mi memoria. Ellas son mi memoria».
Chris Marker en San
soleil
Para Marker el olvido es ley de Historia: «Así
es como avanza la Historia, taponando su memoria de la misma forma que
uno tapona sus oídos». El documental intenta sacar los hechos a flote.
En el terreno político, todas sus
películas son comprometidas, son una revolución en el sentido más
amplio: habla de Pekín, de Cuba, de la Siberia comunista; de la lucha
contra la opresión, la independencia de Argelia y el proceso de los
generales que participaron en el intento de golpe de estado de Argel,
guerra, conflictos, Vietnam, Bosnia o la lucha sindical y obrera.
En Sans soleil (1983), supera
los límites de lo que se puede llamar documental y realiza un ensayo, en
el que se entremezclan partes de documentales y de ficción con
comentarios filosóficos, con, lo que genera una atmósfera onírica y de
ciencia ficción. Con Sans soleil, muestra su interés hacia la tecnología
digital, con la que dirigió la película Level 5 (1997) e
Inmemory (1998), un CD-ROM multimedia interactivo, producido por el
centro Georges Pompidou.
La «rive gauche» que surgió a la vera de la
revista Positif, se ha enmarcado erróneamente en la «Nouvelle
Vague», con la que
compartirían temas y trabajos posteriormente,
con cineastas teóricamente más vanguardistas como
Alain Resnais, Chris Marker, y los escritores Marguerite Duras y Alain
Robbe Grillet. El cine de éstos se caracterizaba por ser más retórico,
literario, elaborado y cuidado que sus colegas de la «Nouvelle Vague».
Destacan los primeros films de Resnais (Hiroshima, mon amour,
El año pasado en Mariembad, Te amo, te amo), La Jetée,
de Marker, Trans Europe Express de Robbe-Grillet e India Song
de Duras.
|
Sans Soleil,
de Chris Marker (1982)
«La ciudad entera es como una tira de
cómic. Es el Planeta Manga. ¿Cómo no reconocer (referido a
enormes viñetas de cómic reproducidas en muros y edificios de
Tokio) estas caras gigantes con ojos que pesan sobre los
lectores de cómics, imágenes mucho más grandes que ellos,
mirando a los que las miran»; un mundo donde incluso la
televisión nos observa: «Cuanto más se ve la televisión
japonesa más se tiene la sensación de ser mirado por ella».
En estas dos frases extraídas de
Sans Soleil se aprecia el diálogo —bidireccional por
propia definición— que se establece entre el observador y la
imagen que mira y es mirada, una imagen que, por tanto, hay que
entender como entidad consciente y autónoma, reina absoluta del
mundo que nos rodea.
Sans soleil
parte de unas imágenes
registradas en Japón y las mezcla con imágenes procedentes de
otros países y tiempos diversos.. Se trata de encontrar
una contemplación pura de las imágenes, ajena a la cultura del
espectáculo y a la interpretación simbólica. Film de una extrema
sensibilidad e inteligencia, anota una nueva concepción del
cine, que nada tiene que ver con la representación
institucional. |
|
El choque de culturas en América latina: Jorge Sanjinés |
Jorge Sanjinés, como Eisenstein en Octubre,
filma al pueblo reconstruyendo la historia reciente de su país, en un
ejercicio entre el documental y el cine de ficción, con la misma gente
que participó en los hechos más sangrientos representándose a sí misma,
recordando las tragedias vividas, rememorando las masacres
generalizadas, reconstruyendo situaciones genocidas.
En 1971, el Grupo
UKAMAU, dirigido por Sanjinés, filma en los campamentos mineros de Siglo
XX, la reconstrucción de un genocidio ocurrido en 1967 y conocido como
la Masacre de la noche de San Juan. Comenzando con una breve pero muy
intensa memoria de las masacres precedentes ocurridas en el país se
llega a los días anteriores a la festividad de la noche de San Juan.
Víctimas sobrevivientes y testigos presenciales de los hechos, relatan
su experiencia. La masacre, que tenía como objetivo impedir el apoyo
obrero a la guerrilla que en esos días ocurría en la zona de la selva
boliviana y que comandaba el Ché Guevara, es reconstruida
minuciosamente. Los propios protagonistas se desenvuelven como actores.
Vi varias de sus películas antes de
1973. He intentado conseguirlas para poder verlas otra vez y enseñarlas,
pero me ha sido imposible encontrarlas. Parece que el director, muy
celoso con sus productos, los enseña solamente en pases privados en su
propia residencia. Merecerían darse a conocer al mundo.
|
Jorge Sanjinés Aramayo.
(1936)
El director boliviano Jorge Sanjinés tiene una dilatada carrera
y un fuerte compromiso con los indígenas y otros grupos
desfavorecidos. Se inicia con documentales, dada la precariedad
de la industria boliviana en aquellos momentos.
Estudió cine en la facultad
de Chile. Al volver a Bolivia en 1959, funda el grupo de
artistas y técnicos Kollasuyo y realiza dos cortos que cambiaron
el cine boliviano: Sueños y realidades y Revolución,
el Potemkin boliviano, Ukamau, en aymara, y luego La sangre
del cóndor (Yawar Mallku, hablado en quechua) son la
expresión de su lucha. En 1973 tiene que dejar Bolivia y rueda
sus siguientes películas en Perú, Ecuador. En 1984 vuelve a
Bolivia. Con su compañera Beatriz Palacios realiza sus tres
últimas películas.
En sus películas hay dos etapas bien marcadas. Una hasta 1978 -
momento en el que se reinstala la democracia en Bolivia -, tuvo
como eje la denuncia: Sangre de Cóndor (1969), El coraje del
pueblo (1971), Fuera de aquí, El enemigo principal
(1973),
entre otras producciones. Más tarde, hizo películas más
reflexivas, La nación clandestina (1989), para analizar por
ejemplo el tema de la identidad cultural o Para recibir el canto de los
pájaros (1995), que trata el complejo problema del racismo y de la
discriminación. Realizó
en 2004
Los hijos del
último jardín.
Las banderas del amanecer (1982)
Es un largometraje de carácter documental, reconstruye
minuciosamente los hechos acaecidos en Bolivia entre
1979 y 1982, años llenos de acontecimientos dramáticos
que, la memoria colectiva no debiera olvidar. Apelando
al testimonio de los protagonistas y a escenas captadas
durante los hechos mismos pasa repaso a los tres
procesos electorales registrados en 1978, 1979 y 1980,
el intento de golpe de estado encabezado por el coronel
Alberto Natush y la masacre de Todos Santos, el
asesinato de importantes personalidades políticas tales
como Luís Espinal y Marcelo Quiroga Santa Cruz; las
grandes movilizaciones obreras, campesinas,
estudiantiles, el sangriento golpe del general García
Mesa, la lucha en la resistencia y finalmente la
reapertura del proceso democrático el 10 de octubre de
1982. La dirigió junto a Beatriz Palacios, su compañera. |
|
|
|
|
El cine de la memoria.
Patricio Guzmán |
|
«Un país sin cine documental es como una familia
sin álbum de fotografías. Una memoria vacía». Es la convicción íntima de
Patricio Guzmán, que desde muy joven fue atraído por los documentales,
tras haber visto obras de Chris Marker y Louis Malle.
El documental es un derecho del ciudadano, ver
ensayos cinematográficos, análisis, miradas agudas de problemas, pues el
documental es mostrar la vida del ser humano en cualquier manifestación.
Para él, lo más importante que ha ocurrido en el
cine documental es la innovación en el lenguaje, los recursos
narrativos. Antes eran planos sueltos y una voz, y más o menos
funcionaba. Después, cuando vino el sonido directo, se trasformó en
entrevistas y planos. Hoy, lo que más se quiere hacer no es entrevistar,
sino construir personajes. Para ello, el cineasta conoce íntimamente a
sus entrevistados, a sus amigos y familia, su entorno, su casa, hasta
tal punto que dejan de ser simples entrevistados y se convierten en
personajes que piensan y sienten, que se desenvuelven en su familia, que
usan unas determinadas expresiones. Por ahí va, para Patricio Guzmán, el
documental, que ha dejado de ser realista, se ha innovado mucho en las
elipsis, antes había que explicarlo todo, ahora el público es mucho más
receptivo, con cuatro palabras basta y sobra, lo demás sale solo. Hemos
perdido el sentido educativo, irritantemente pedagógico, las películas
se han vuelto más poéticas, más metafóricas.
Patricio
Guzmán (1941) Chile
Productor, director y guionista de
documentales filmados en América Latina y Europa y profesor de
cine documental.
Estudió cinematografía en el Instituto
Fílmico de la Universidad Católica de Chile y, más tarde, en la
Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid, donde obtuvo el
título de director-realizador en 1970. En 1971 dirigió su primer
largo documental, El primer año (sobre los primeros doce
meses del gobierno de Allende), que se estrenó ese mismo año en
las salas comerciales de Chile.
Dos años más tarde, filmó La batalla de
Chile (una trilogía documental de cuatro horas y media sobre
el último año de Allende). El rodaje de este filme se prolongó
hasta el mismo día del golpe de Estado. A partir de ese momento,
Guzmán estuvo preso en el estadio nacional de Santiago por
espacio de quince días. Con ayuda de su mujer y otros amigos,
consiguió sacar los rollos de películay viajó a Europa, donde
empezó a buscar, junto con Chris Marker, los medios económicos
para montar la película. Guzmán terminó el montaje en La Habana.
En 1987 realizó En nombre de Dios,
sobre la lucha de la Iglesia católica chilena en favor de los
derechos humanos. Entre 1990 y 1992, dirigió La cruz del sur,
sobre la religiosidad popular en América Latina. En 1995, tocó
el turno a Pueblo en vilo, sobre la memoria histórica de
una aldea mexicana.
En 1997, el director presentó La
memoria obstinada, sobre la amnesia política chilena y en
1999, La isla de Robinson Crusoe, sobre la isla chilena
del mismo nombre. En 2001, El caso Pinochet, sobre el
juicio contra el ex-dictador en Londres. En 2002, realizó
Madrid, sobre la capital de España, y, finalmente, en 2004,
Salvador Allende, largometraje seleccionado en la Sección
Oficial del Festival de Cine de Cannes. |
|
|
Reflexión
sobre los totalitarismos: Rithy Panh |
Rithy Panh es un cineasta
camboyano contemporáneo y uno de los más activos documentalistas sobre
la temática de la historia de la Kampuchea democrática. Tocado como
muchos camboyanos por los acontecimientos dramáticos que vivió el país
entre 1975 y 1979, Pahn a llevado al cine varias obras cinematográficas
de reconocido nombre y validez profesional. Una de sus últimas y que
obtuvo un amplio reconocimiento internacional, fue S-21: La máquina
de matar de los jemeres rojos (2003), con varios premios
internacionales.
|
Rithy Panh.
Camboya (1964)
Su infancia la vivió en un
tiempo de gran convulsión política para su país: en 1970,
Camboya se vio inmersa en la Guerra del Vietnam, tras el golpe
de estado del general Lon Nol, que desató la guerra. En 1975,
los victoriosos jemeres rojos, fundan la Kampuchea Democrática,
evacuan los centros poblados y declaran a la gente de la ciudad
enemigos políticos. Las familias fueron dispersadas y
Panh, de once años, fue internado en un campo de
rehabilitación, uno de los sistemas de concienciación que se
aplicaban a los muchachos que habían crecido en las ciudades
para rehabilitarlos de los vicios de la burguesía. Toda
su familia pereció en las largas caminatas que los jemeres rojos
obligaron a hacer a los habitantes de las ciudades. La invasión
vietnamita de enero de 1979, le dio la oportunidad al joven
Panh de escapar y llegó a los campos de refugiados de
Tailandia,con 15 años. Como muchos menores de edad que estaban
solos, el muchacho fue acogido en Francia en 1980. Estudió cine
en la Escuela Nacional de Cine de Francia.
Con su primer documental
Site II, ganó el Grand Prix du Documentaire en el
Festival de Amiens. Entre sus documentales más significativos
están, Los arroceros (The Rice People, en 1994) en
el que muestra el drama de una familia camboyana que tiene que
luchar por la subsistencia en la era post-jemeres rojos, La
tierra de las ánimas errantes (The Land of Wandering
Souls) del 2000, muestra las luchas de una familia por la
supervivencia en un país que empieza a entrar en la vida
moderna, S-21: La máquina de matar de los jemeres rojos
(S-21: The Khmer Rouge Killing Machine) del 2003 y El
teatro incendiado (The Burnt Theater), en 2005. |
|
|
|
Marta Rodríguez y Jorge Silva. Colombia
«Marta, el discurso político se acabó, hay que buscar la poesía». Jorge
Silva
El reto
en el que se comprometieron Marta Rodríguez y Jorge Silva obedeció a la
actitud cinematográfica y política que guiara a su generación: Camilo
Torres fundaba en 1959 el primer departamento de sociología en Colombia;
la academia salió de la universidad, trasladándose por obra y gracia de
Torres al barrio Tunjuelito, en el sur de Bogotá, donde el viejo
monstruo de dos cabezas, la teoría y la práctica, tendrían un terreno
propicio para solucionar sus dilemas. Recurriendo a la sociología, a la
antropología y al cine, en filmaciones plagadas de dura poesía, Marta
Rodríguez y Jorge Silva buscaron trasmitir al mundo la dignidad, aunque
estuvieran hasta el cuello en la pobreza y el barro, de los
trabajadores colombianos.
Marta Rodríguez y
Jorge Silva, pareja de documentalistas colombianos,
autores entre otros de Chircales, filme sobre la precariedad de
unos trabajadores fabricantes de ladrillos al sur de Bogotá.Han
sido considerados como pioneros del documental antropológico en
América Latina, su trabajo ha cubierto los movimientos agrarios,
sindicales, estudiantiles, las comunidades indígenas y las
culturas afrocolombianas, convirtiendo sus obras en testimonios
vivos de la historia de Colombia desde 1965.
Marta estudió cine en Francia, con el
antropólogo y cineasta Jean Rouch. En 1965 regresó a Colombia, y
se une profesional y sentimentalmente con el fotógrafo Jorge
Silva, con quien realiza Chircales, considerado como uno
de los documentales más relevantes del Nuevo Cine
Latinoamericano.
Marta y Jorge trabajaron juntos desde
finales de los años sesenta hasta la muerte de él, en 1987.
Realizaron también Planas: testimonio de un etnocidio, estrenada
en 1973 y la primera parte de su documental Campesinos, que ganó
numerosos premios en festivales europeos de documentales a lo
largo de los años 1975 y 1976.
Jorge Silve murió en 1987 cuando todavía
no se había terminado la realización de Nacer de nuevo, que
narra la historia de algunos sobrevivientes a la tragedia de
Armero, el pueblo colombiano que quedó sepultado por la erupción
del nevado del Ruiz. Tras la muerte de Jorge, Marta ha
continuado con tesón una obra que da cuenta, sobre todo, de la
miseria y explotación a que son sometidos los indígenas, en un
trabajo en donde ha sabido combinar con maestría la
alfabetización audiovisual. |
|
|
Enrique Martínez-Salanova Sánchez |
|