El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
El guión original
Cuando el guión se escribe
exclusivamente para la película. El cine tiene su propia forma de narrar
historias. Es lógico, por tanto, que muchas películas se basen en guiones
originales. Desde los inicios del cine, los grandes escritores han
colaborado en los guiones cinematográficos. En 1914, el escritor italiano
Gabriele D'Annunzio escribió el argumento para Cabiria, en la que
había combates navales, erupciones de volcanes y numerosos ejércitos
atravesando los Alpes. Cobró por este argumento cincuenta mil liras, que en
aquellos tiempos era una cifra exorbitante. En Estados Unidos todos los
escritores importantes han escrito para el cine. Incluso el famoso premio
Nobel William Faulkner.
En la actualidad, otro premio
Nobel muy famoso, el colombiano Gabriel García Márquez, además de sus
novelas, escribe argumentos sólo para el cine.
El guión adaptado o adaptación
cinematográfica
Es la adecuación de una historia a
los requerimientos específicos de la narración cinematográfica. Comúnmente
suele denominarse de este modo la transposición a guión cinematográfico de
cuentos, novelas u obras teatrales. |
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La novela y el guión de cine
La novela ha sido y sigue siendo,
una frecuente fuente de inspiración para el cine. Cientos de obras conocidas
se han llevado a la pantalla. Desde los cuentos infantiles como «Blancanieves
y los siete enanitos», hasta novelas como «El Quijote», «Oliver Twist», «La
Colmena», y muchas más. Casi todos los personajes populares de la literatura
han pasado a las imágenes.
Los principales problemas para
convertir una novela en guión de cine son la extensión y la complejidad
psicológica de los personajes y de las situaciones. Para trasladar sin
distorsionar, o para llevar al cine con dignidad, una novela larga como «Los
Hermanos Karamazov» serían necesarias muchas horas de película. Para evitar
ese problema, un buen guionista debe seleccionar la acción principal de la
novela y procurar contarla en no mucho más de cien páginas. Esa es la medida
aproximada de una película que dura hora y media. La novela antes citada se
ha llevado al cine en varias ocasiones y nunca se ha podido entrar con
profundidad en sus personajes.
En cuanto a la extensión, la
dificultad mayor es el tiempo y el metraje de la película. «El nombre de la
rosa», de Humberto Eco, es una magnífica novela. Convertida en película se
convierte en un thriller desacafeinado, escaso de
contenido. No todas las
películas se han de adaptar de la misma manera. Al ver la película El
nombre de la rosa (1986) de Annaud, una digna película por otra
parte, se aprecian elementos en todo el film, sobre todo al final en
las secuencias de la biblioteca-laberinto, que están en la novela pero que
no encajan en la película, lo que hace entrever que llegaron a filmarse pero
no se montaron de forma coherente o se descartaron en la sala de montaje,
como tantas veces en la historia del cine posiblemente para reducir el
metraje. Este problema queda atenuado cuando las películas se hacen
directamente para la televisión en forma de series de varios capítulos.
Entonces admiten mayor extensión argumental.
También existe la dificultad de
fotografiar los sentimientos y pensamientos íntimos o poéticos que se
describen en las novelas. En ocasiones hay directores que consiguen traducir
en imágenes esos sentimientos, pero lo cierto es que son más adecuadas para
llevar al cine las novelas en las que predominan las aventuras, las
situaciones cómicas y las claramente dramáticas o sentimentales.
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Teatro y guión de cine
En los primeros tiempos del cine
se hicieron muchas películas basadas en obras de teatro. Los productores,
antes de arriesgarse a buscar argumentos originales, consideraban más seguro
proyectar en pantalla escenas de actores y actrices de teatro famosos
representando obras dramáticas. Así, por ejemplo, se hicieron cortas
películas interpretadas por la gran actriz dramática Sarah Bernhardt.
El teatro llevado al cine se ha
realizado de muchas formas, desde la adaptación libre de teatro al cine,
como algunas adaptaciones de Shakespeare, Campanadas a media noche (1965)
de Orson Welles, que se inspira en varias obras respetando personajes y
ambientes, o totalmente libres como West Syde Stori (1961), de Jerome
Robbins y Robert Wise que utiliza la idea de Shakespeare «Romeo y Julieta»
con total libertad ambientándola en lugares y situaciones de un barrio de
Nueva York, hasta versiones que reproducen en su totalidad el texto
literario, incluso respetando el verso, como El perro del hortelano
(1995) de Pilar Miró, según la obra de teatro de Lope de Vega. |
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Biografía-Biopic
Un buen número de películas
reproducen historias de personajes conocidos o interesantes de dar a
conocer. Una vida llevada al cine se denomina Biografía o Biopic. Es una
línea argumental muy adecuada para realizar películas históricas, musicales,
científicas o cómicas. Personajes históricos de los que su historia ha sido
llevada innumerables veces al cine, como Napoleón, Colón, Juana de Arco,
rivalizan con músicos, Mozart, Bethooven, o con escritores... viajeros,
aventureros, Lawrence de Arabia, o científicos como Madame Curie y tantos
otros.
Algunas de estas películas son de
indudable valor cinematográfico y en algunos casos, por su importancia
documental, histórica, ejemplificadora o científica, debieran ser llevadas a
las aulas. |
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Los 10 personajes
más representados en el cine
Sherlock Holmes, 207 películas.
Napoleón, 196 películas.
Drácula, 164 películas.
Jesucristo, 152 películas.
Frankenstein, 116 películas.
Tarzán, 98 películas.
Lenin, 88 películas.
Hitler, 76 películas.
Zorro, 70 películas.
Robin Hood, 62 películas.
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© Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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