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Mujeres protagonistas
en el cine |
Diarios de la calle
La profesora que a través de la escritura ayuda a cambiar las
conductas de sus alumnos
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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Erin Gruwell y los
escritores de la libertad
Diarios de la calle
está inspirada en una historia real, la de la profesora de un instituto,
Erin Gruwell y en los diarios de un grupo de adolescentes «Los escritores de
la libertad», de Long Beach, California, Estados Unidos, tras los disturbios
de 1992 por conflictos interraciales. Está ambientada en los alrededores del
Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los 90 y expone la
fuerza creativa y didáctica de una mujer, que deja sus prejuicios y técnicas
tradicionales para ejercer su tarea con grupo de adolescentes marginales. |
Diarios de la calle. Cómo una
profesora y 150 adolescentes utilizaron la escritura para cambiarse a sí
mismos y su mundo cercano.
4.1. Erin Gruwell
y los escritores de la libertad
Diarios de la
calle
está inspirada en una historia real, la de la profesora de un instituto,
Erin Gruwell y en los diarios de un grupo de adolescentes «Los
escritores de la libertad», de Long Beach, California, Estados Unidos,
tras los disturbios de 1992 por conflictos interraciales. Está
ambientada en los alrededores del Instituto Wilson Classical
en Long Beach, a mediados de los 90 y expone la fuerza creativa y
didáctica de una mujer, que deja sus prejuicios y técnicas tradicionales
para ejercer su tarea con grupo de adolescentes marginales.
Una película que
merece ser tenida en cuenta, basada y bien fundamentada en hechos y
personajes reales, no es la típica película de alumnos imposibles que se
vuelven buenos en unos días. El trabajo docente y sus principales
problemas didácticos están bien reflejados y responden a auténticas
actuaciones de aula. Es de destacar el compromiso de la profesora con
sus alumnos y su entorno y cómo, a partir de sus propias vidas y
problemas, va construyendo la estructura didáctica de la enseñanza de la
lengua.
4.2. Ficha técnica
de Diarios de la calle. Los escritores de la libertad. Freedom
writers
Dirección:
Richard LaGravenese.
2007. Alemania,
EE.UU. 123 min.
Guión:
Richard LaGravenese; basado en el libro «The freedom writers diary» de
Freedom Writers y Erin Gruwell.
Producción:
Stacey Sher, Michael Shamberg y Danny DeVito.
Música:
Mark Isham y will.i.am.
Fotografía:
Jim Denault.
Montaje:
David Moritz.
Interpretación:
Hilary Swank (Erin Gruwell), Patrick Dempsey (Scott Casey), Scott Glenn
(Steve Gruwell), Imelda Staunton (Margaret Campbell), April Lee
Hernandez (Eva), Mario (Andre), Kristin Herrera (Gloria), Jacklyn Ngan (Sindy),
Sergio Montalvo (Alejandro), Jason Finn (Marcus), Hunter Parrish (Ben).
Sinopsis.
A sus 23 años, todavía con aspecto de estudiante, la joven y entusiasta
Erin Gruwell (Hilary Swank) hija de un activista de los Derechos Humanos
que había querido ser abogada para defender a los pobres y excluidos,
intenta comerse el mundo el día que entra en el instituto Wilson para
estrenarse como profesora. Pero su clase lo único que espera es
sobrevivir un día más; son un grupo multiétnico de adolescentes de los
más variados orígenes. Lo único que tienen en común es el odio que se
profesan entre sí y la intuición de que el sistema educativo se está
limitando a almacenarlos en cualquier lugar antes de que tengan edad
para desaparecer. Erin se empeña día tras día en ganarse a sus
estudiantes pese a su obstinado rechazo a toda forma de participación en
las clases.
Sin embargo, la
actitud optimista de la maestra es una bofetada para los endurecidos
alumnos, quizá peor que el cinismo o la indiferencia de los otros
profesores. Un día la profesora intercepta un dibujo donde se insulta a
un joven negro mediante la exageración de rasgos físicos. En un momento
de inspiración, compara el dibujo con las caricaturas que los nazis
hacían de los judíos y les menciona el holocausto. Para su sorpresa, la
gran mayoría de sus alumnos desconoce la historia de la «solución final»
nazi. A partir de ese momento, la maestra modifica el plan de estudio, y
cambia «La Odisea» por «El Diario de Anna Frank».
Cuando los directivos
de la escuela se niegan a pagar los nuevos libros y otras actividades
que Gruwell planea, la profesora toma dos empleos adicionales para
financiar su proyecto, lucha contra superiores y parientes, para quienes
su nivel de compromiso resulta exagerado e inapropiado. Los jóvenes, en
cambio, reaccionan positivamente al desprendimiento de la mujer, y se
integran por completo.
Sabiendo que cada uno
de sus estudiantes tiene una historia que contar, Erin les anima a que
escriban un diario con sus pensamientos y experiencias. Los diarios de
los chicos pronto dejan de ser deberes de clase y se convierten en un
instrumento de afirmación vital. Cuando Gruwell les regala cuadernos
para que hagan anotaciones diarias sobre su vida y pensamientos, los
cuadernos se convierten en un remedio y pronto se llenan con el dolor y
la angustia de los jóvenes. Sin embargo, el contacto con sus estudiantes
afecta a Erin en su familia y en su matrimonio. |
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Mapa
conceptual: Cuadro elaborado por el autor de la página
Erin Gruwell & Hillary Swank
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4.3. La verdadera
Erin Gruwell
Erin Gruwell nació en
California en 1969. Se graduó de la Universidad de California en Irvine.
Estudió en la Universidad Estatal de California en Long Beach donde
obtuvo el grado de Master y sus credenciales para enseñar.
Comenzó su práctica
universitaria para ser profesora en 1994 en el colegio Woodrow Wilson
High School, en Long Beach, California. Como estudiante en prácticas
le fue asignada la clase con los alumnos de más bajo desarrollo
estudiantil.
La escuela era dura,
racialmente dividida e infestada de bandas y drogas. Peleas y asesinatos
eran parte de las experiencias de los estudiantes. Algunos de los niños
no tenían hogar. Otros venían de hogares destruidos o abusivos.
Gruwell era blanca,
llevaba traje para parecer perteneciente a una clase bien educada,
producto de una vida suburbana segura. Los administradores esperaban que
ella se arrojaría la toalla, tan pronto se pronunció en contra de la
violencia y el odio en su clase. En vez de eso, renunció al programa de
clase y se dedicó a aprender acerca de la paz y la tolerancia.
Un estudiante, al que
en sus memorias se refiere como Sharaud, parecía determinado a volver su
antigua vida de droga y miseria. Una de las alumnas le dio a la
profesora un dibujo que otro alumno realizó de Sharaud
(afro-estadounidense) con labios extremadamente grandes. Muy enfadada,
Erin Gruwell le dijo a la clase que este tipo de caricaturas fueron
utilizadas por los nazis durante el Holocausto. Cuando se dio cuenta que
solo un alumno sabía lo que era el Holocausto cambió el foco del curso
hacia la tolerancia. Gruwell llevó a los estudiantes a ver La lista de
Schindler, Schindler´s list, les compró libros con dinero de su propio
bolsillo e invitó a conferenciantes, reales supervivientes del
Holocausto a su clase. Sus primeras armas fueron la lectura de “El
Diario de Ana Frank” y lecciones acerca del Holocausto, pues pensó que
sus estudiantes podrían sentirse identificados con la situación de Ana
Frank. (Gruwell, 2007).
En clase se leyó el
«Diario de Zlata», escrito por una adolescente acerca de sus
experiencias de la Guerra de Bosnia. Una vez más, los estudiantes
encontraron similitudes entre su situación y la de ella. Admiraron el
valor del autor y su determinación por trabajar por la paz. Recolectaron
dinero para traer a Zlata Filipovic desde Irlanda (donde estaba
viviendo), para visitar su colegio y compartir lo que había aprendido
viviendo en una guerra. Zlata animó a los estudiantes en sus esfuerzos
para luchar contra prejuicios raciales y estereotipos en sus propias
vidas y se convirtió en su amiga y modelo.
Inspirados por sus
lecturas y viajes de campo, los estudiantes de Gruwell empezaron a
mantener diarios en los cuales escribían sobre sus experiencias y
batallas diarias. Para algunos de ellos, la clase de Gruwell era el
único lugar donde cualquiera quería escuchar sus historias. Para otros,
éste era el único lugar seguro para compartirlos.
La clase de Gruwell
se convirtió como en una familia. Ellos hicieron un «honor por el
cambio» por una vida llena de alteraciones cuando todos acordaron en
darse una oportunidad para empezar una vida de nuevo.
Inspirados por las
historias quienes lucharon por la segregación y el prejuicio, ellos se
llamaron a sí mismos «Los Escritores de la Libertad». Entre 1994 y 1998,
los Freedom Writers lograron una gran cobertura de los medios,
incluyendo apariciones en programas estelares de televisión en directo,
como The View y Good Morning America.
Los jóvenes se
graduaron de la escuela y fueron a escuelas superiores gracias a la
Fundación de la Educación para la Tolerancia, una organización que Erin
Gruwell ayudó a establecer para ayudar a pagar por su instrucción. Su
éxito continúa creciendo y mientras, viajan por el país, visitando
prisioneros y reformatorios, convertidos en embajadores de la paz y la
tolerancia.
Erin Gruwell compitió
para el Congreso (Distrito 38) en 2000 y, mientras da clases en la
universidad de California, ha escrito una autobiografía sobre sus
experiencias, publicada al mismo tiempo que la entrega de la película,
está desarrollando un currículum de materiales para que otros profesores
puedan ayudar a sus estudiantes a seguir el camino de “Escritores de la
libertad”. |
4.4.
Escribir para cambiar de conducta
Erin Gruwell hizo
llegar a los estudiantes periódicos, para que los tomaran como ejemplo y
escribieran sobre noticias pasadas, presentes o futuras, sobre buenos
tiempos, o malos. Cuando leía lo que los alumnos habían escrito se
quedaba maravillada, por la calidad y el fondo de los artículos.
Les dio unos
cuadernos para que se expresaran como quisieran, por medio de dibujos,
poemas o un diario escrito. Los resultados fueron asombrosos: por
primera vez aquellos chicos y chicas comprendieron el lugar que ocupaban
en el mundo y vieron que había alguien dispuesto a escuchar lo que
tenían que decir, se sintieron unidos por algo y, si antes no se
soportaban entre sí, comenzaron a considerarse como una gran familia que
les proporcionaba identidad y orgullo, y empezaron a llamarse a sí
mismos «Los Escritores de la Libertad». Los estudiantes se convirtieron
en escritores por la libertad. Por eso Erin decidió publicar un libro
con la recopilación de los artículos, The Freedom Writers Diary, que fue
editado en 1999. Fue toda esta fuerza la que impresionó al director, y
que la profesora no pretendía
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4.5.
El
valor pedagógico de “The Freedom Writers
A diferencia de otros
métodos pedagógicos, Gruwell no crea materiales o manuales que enseñen
al maestro a ser sincero, sensible o desprendido. Apenas aporta algunos
consejos. “Escritores de la Libertad” es el testimonio de un momento
único, de un salón que fue laboratorio, donde profesor y alumnos
aportaron accidentalmente los ingredientes de un experimento
importantísimo, y no pudieron conservar la fórmula exacta.
Con el tiempo, las
historias de los Escritores de la Libertad llamaron la atención de los
medios de comunicación. Empezaron a viajar alrededor del país,
presentando sus ideas sobre la educación al Secretario de Educación en
Washington, D.C., aceptando premios y concertando entrevistas en diarios
y televisión. Incluso, testificaron ante el Congreso, donde recibieron
ovaciones de pie.
Erin Gruwell dice:
«Mis estudiantes desean ser un catalizador para el cambio. Ellos dicen
‘Yo vengo de donde tú vienes y lo logré... porque aprendí a leer,
aprendí a escribir y aprendí a retar a la autoridad. Aprendí de gente
como Thoreau y Emerson a como ser independiente. Si eres independiente,
tú lo puedes hacer.’ Esa es una de las virtudes que mis hijos tratan de
darle a la gente, que ellos también lo pueden hacer.»
Cuando fue preguntada
Erin Gruwell sobre cuáles eran sus héroes, ella respondió: “¡Eso es
fácil!” Miep Gies, quien salvó a Ana Frank, todos los Escritores de la
Libertad originales, porque ellos eran esencialmente adolescentes
quienes tuvieron la voluntad de poner sus vidas en la línea para todos
nosotros, el adolescente que se paró delante del tanque en la plaza de
Tianamen, Ana Frank, obviamente, y Zlata Filipovic... y pienso que
cualquiera con la voluntad de pelear una buena lucha por las razones
correctas».
Gruwell enseña ahora
en la Universidad del Estado de California, Long Beach y está
desarrollando un currículum de materiales para que otros profesores
puedan ayudar a sus estudiantes a seguir el camino de Los Escritores de
la Libertad. Está escribiendo un segundo libro, ayudando a terminar un
documental sobre Los Escritores de la Libertad y realizando consultas
sobre una película sobresaliente acerca de ella y los héroes de sus
estudiantes. Su historia muestra cómo las acciones de una persona contra
la violencia, pueden hacer rodar una pelota de nieve que se convierta en
un movimiento para la tolerancia y la paz.
4.6. Diálogos de la película “Diarios de la calle”
EVA. Usted no sabe
nada, no sabe el dolor que sentimos, no sabe lo que tenemos que hacer.
No tiene ningún respeto por cómo vivimos. Nos tiene aquí aprendiendo
esta mierda de gramática y luego tenemos que volver ahí fuera, ¿qué me
dice de eso? ¿Qué hace usted que suponga un puto cambio en mi vida?
ERIN GRUWELL. No te
sientes respetada. ¿Es eso lo que dices Eva? Y puede ser, pero para que
te respeten tienes que respetar.
EVA. Eso es mentira.
ERIN GRUWELL. ¿Qué?
EVA. ¿Por qué voy a
respetarla? ¿Porque es una profesora? No la conozco. ¿Cómo sé que no es
usted una mentirosa? ¿Cómo sé que no es usted una mala persona? No
pienso respetarla sólo porque sea una profesora. Los blancos siempre
quieren que les respeten como si se lo merecieran gratis.
ERIN GRUWELL. Yo soy
profesora, no importa de qué color sea.
EVA. Todo lo que
importa es el color porque hay gente que decide lo que te mereces, gente
que quiere lo que no se merece. Porque los blancos se creen que mandan
en el mundo pase lo que pase y yo odio a los blancos.
ERIN GRUWELL. ¿Me
odias?
EVA. Sí.
ERIN GRUWELL. ¿Pero
si no me conoces?
EVA. Pero sé lo que
puede hacer. Vi como unos polis blancos mataban a mi amigo por la
espalda por meterse la mano en el bolsillo. Vi como unos polis blancos
entraban en mi casa y se llevaban a mi padre sin ningún motivo, sólo
porque les daba la gana. Sólo porque pueden y pueden porque son blancos.
Así que odio a los blancos que veo.
ERIN GRUWELL. Vamos a
repasar el primer nombre de la lista: Homero, la Odisea de Homero.
ALUMNO. Yo conozco a
Homer el de los Simpsons.
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4.7. La
actividad didáctica del diario, en la película
La profesora lo
plantea con total libertad, casi sin estructurar, les permite contarlo
en forma de relato, poema, letra de rap, etc. Gracias a ello chicos y
chicas escriben, se desahogan, cuentan su vida, lo que permite a la
profesora apoyarles y ayudarles en el complicado camino de la
rehabilitación social, la unión entre ellos y la búsqueda de un cambio
social en su entorno. Cuando llega el momento de escribir el libro que
unió sus vidas y cohesionó sus expectativas, hubo que mejorar el estilo,
la ortografía, el modo de presentarlo. También la profesora sufre
cambios importantes en su vida, en su situación afectiva, en su
compromiso con el mundo de sus alumnos, en su relación con otros
profesores y con su responsabilidad hacia una didáctica activa.
4.8.
Algunas claves para
analizar la película
Observar la forma en
que la profesora se introduce en el mundo cultural de sus alumnos.
¿Cómo es posible, a
partir de la expresión de las propias vivencias y experiencias, cambiar
sus comportamientos?
¿Cómo se logra pasar,
de una actitud de confrontación entre los alumnos, a una situación de
cohesión y de apoyo?
Valorar los
principales aspectos de la película:
·
El
modelo de integración en el sistema educativo
·
la
educación como instrumento para el desarrollo personal.
·
La
convivencia intercultural.
·
Sociedad multicultural y los problemas que presenta la película.
·
Cómo
enfrenta la profesora la lucha frontal de identidades de sus alumnos.
·
Valorar
y/o cuestionar las actitudes de los diversos personajes de la película. |
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El
director: Richard LaGravenese
(Extraído de Wikypedia)
Richard LaGravenese (Brooklyn, Nueva
York, 30 de octubre de 1959) es un guionista estadounidense y,
ocasionalmente, director de cine. Es conocido por haber escrito el guión
de El rey pescador, por el que fue nominado a un Oscar de la
Academia de Cine de Estados Unidos.
Filmografía.
Toda las referencias están hechas
como guionista, salvo que se indique lo contrario:
El rey pescador (1991)
The Ref (1994)
A Little Princess (1995)
Los puentes de Madison (1995)
Unstrung Heroes (1995)
The Mirror Has Two Faces
(1996)
El hombre que susurraba a los
caballos (1998)
Living Out Loud (1998) (de la
que fue también director)
Beloved (1998)
The Secret Life of Walter Mitty
(2006)
Freedom Writers (2007) (de la
que fue también director)
P.S., I Love You (2008) (de la
que será también director) |
Erin Gruwell
Erin Gruwell & Hillary Swank
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La verdadera Erin Gruwell
Erin Gruwell nació en California en 1969.
Se graduó de la Universidad de California en Irvine. Estudió en la
Universidad Estatal de California en Long Beach donde obtuvo el grado de
Master y sus credenciales para enseñar.
Comenzó su practica universitaria para ser profesora en 1994 en el
colegio Woodrow Wilson High School, en Long Beach, California. Como
estudiante en practica le fue asignada la clase con los alumnos de más bajo
desarrollo estudiantil.
La escuela
era dura, racialmente dividida e infestada de gangs. Peleas y áun asesinatos
eran parte de las experiencias de los estudiantes. Algunos de los niños no
tenían hogar. Otros venían de hogares destruidos o de hogares abusivos.
Veían gente que ellos sabían que usaban drogas todos los días. Habían pocos
lugares para ir que sean seguros y poca gente con la que podían contar.
Gruwell era
blanca, llevaba traje para parecer perteneciente a una clase bien educada,
producto de una vida suburbana segura. Los administradores esperaban que
ella renunciaría pronto tan pronto se pronunció en contra de la violencia y
el odio en su clase. En vez de eso, ella tiró su currículum y dedicó su
clase a aprender acerca de la paz y la tolerancia.
Sus primeras
armas fueron la lectura de The Diary of Anne Frank (El Diario de Ana
Frank) y lecciones acerca del Holocausto, pues pensó que sus estudiantes
podrían sentirse identificados con la situación de Ana Frank.
Un estudiante, al que en sus memorias se
refiere como Sharaud, parecía determinado a volver su vida miserable. Fue
transferido a WiIlson desde un colegio rival donde supuestamente había
amenazado a un profesor con un arma. Sin embargo, a los pocos meses en el
colegio, una de sus estudiantes paso una nota con un dibujo de Sharaud
(afro-estadounidense) con labios extremadamente grandes. Muy enfadada, Erin
Gruwell le dijo a la clase que este tipo de caricaturas fueron utilizadas
por los nazis durante el Holocausto. Cuando se dio cuenta que solo un alumno
sabía lo que era el Holocausto cambió el foco del curso hacia la tolerancia.
Gruwell llevó a los estudiantes a ver La lista de Schindler,
Schindler´s list, les compró libros con dinero de su propio bolsillo e
invitó a conferenciantes, reales supervivientes del Holocausto a su clase.
En clase se leyó el
«Diario de Zlata», escrito por una adolescente acerca de sus experiencias de
la Guerra de Bosnia. Una vez más, los estudiantes encontraron similitudes
entre su situación y la de ella. Admiraron el valor del autor y su
determinación por trabajar por la paz. Recolectaron dinero para traer a
Zlata Filipovic desde Irlanda (donde estaba viviendo), para visitar su
colegio y compartir lo que había aprendido viviendo en una guerra. Zlata
animó a los estudiantes en sus esfuerzos para luchar contra prejuicios
raciales y estereotipos en sus propias vidas y se convirtió en su amiga y
modelo.
Inspirados por sus
lecturas y viajes de campo, los estudiantes de Gruwell empezaron a mantener
diarios en los cuales escribían sobre sus experiencias y batallas diarias.
Para algunos de ellos, la clase de Gruwell era el único lugar donde
cualquiera quería escuchar sus historias. Para otros, éste era el único
lugar seguro para compartirlos.
La
clase de Gruwell se convirtió como en una familia. Ellos hicieron un «honor
por el cambio» por una vida llena de alteraciones cuando todos acordaron en
darse una oportunidad para empezar una vida de nuevo.
Inspirados por las historias quienes lucharon por la segregación y el
prejuicio, ellos se llamaron así mismos «Los Escritores de la Libertad».
Entre 1994 y 1998, los Freedom Writers lograron una gran cobertura de los
medios, incluyendo apariciones en programas estelares de televisión en
directo, como The View y Good Morning America.
Los jóvenes se graduaron
de la escuela y fueron a escuelas superiores gracias a la Fundación de la
Educación para la Tolerancia, una organización que Erin Gruwell ayudó a
establecer para ayudar a pagar por su instrucción. Su éxito continúa
creciendo y mientras, viajan por el país, visitando prisioneros y
reformatorios, convertidos en embajadores de la paz y la tolerancia.
Erin Gruwell compitió para el Congreso
(Distrito 38) en 2000 y, mientras da clases en la universidad de California,
ha escrito una autobiografía sobre sus experiencias, publicada al mismo
tiempo que la entrega de la película,
está
desarrollando un currículum de materiales para que otros profesores puedan
ayudar a sus estudiantes a seguir el camino de Escritores de la
libertad, escribe actualmente un segundo libro, y colabora en la
finalización de un documental sobre este tema.
Los escritores
de la libertad. Freedom Writers Diary
Las anotaciones de
sus diarios y detalles más excitantes de sus experiencias han sido
reunidas en «El Diario de Los Escritores de la Libertad: Cómo una
profesora y 150 adolescentes utilizaron la escritura para cambiarse
a sí mismos y al mundo a su alrededor».
«Escribir acerca
de las cosas que nos suceden nos permite mirar objetivamente a lo
que está sucediendo alrededor nuestro y volver una experiencia
negativa en algo positivo y útil. Este proceso requiere mucho
trabajo, esfuerzo y de una gran fuerza de voluntad, pero sí es
posible, y Los Escritores de la Libertad lo demostraron: Ellos
eligieron un sendero difícil pero poderoso». (Zlata Filipovic, de la
introducción de «Los escritores de la libertad»)
Otro chico apunta en el texto: «Los únicos
héroes que he leído alguna vez corren por todas partes con coloridas
y apretadas ropas interiores y se arrojan edificios los unos a los
otros por diversión. Pero el día de hoy, todo eso ha cambiado. Un
verdadero héroe saltó de las página de un libro para darle a mi
clase una visita especial. Su nombre es Miep Gies y ella es la
señora que cuidó de Ana Frank. ¡No puedo creer que aquella mujer
responsable de mantener a Ana Frank viva en el ático viniera a
hablarnos en persona!» |
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Escribir para cambiar de
conducta
Cuando
Erin Gruwell conoció a sus alumnos, que la recibieron colocándose de
espaldas a ella, decidió utilizar métodos no convencionales. la mayoría
de los alumnos eran marginales, habías sido pasto de la segregación y el
racismo, maltratados o víctimas de agresiones. Vio el paralelismo que
había entre ellos y las víctimas de la segregación judía por la Alemania
nazi y les habló de aquello. «No sabían lo que era el Holocausto. Traté
de explicarles el paralelo que existía entre la discriminación y el
dolor, pero no entendían estos términos. Todos ellos habían sufrido
discriminación pero no lo entendían cuando lo veían expresado con
palabras. Empecé a gritarles, perdí el control por primera vez. Ya no
era una persona simpática y animosa. Al verme tan airada, tan llena de
pasión, me miraron y empezaron a pensar que iba en serio.»
Hizo
ver a sus alumnos lo que entre ellos tenían en común, pues todos tenían
heridas de arma blanca o disparos, fruto de su recorrido por las calles,
y lo que tenían así mismo en común con otros segregados. Fue entonces
cuando se le ocurrió hablarles de «El diario de Ana Frank» y de otras
historias sobre la intolerancia y las penalidades vividas por chicos
jóvenes como ellos». Comenzaron a trabajar con todo tipo de textos y
canciones, de poesía o de rap que ellos conocían o admiraban, hasta
leyeron textos de Homero y Shakespeare, analizando similitudes con su
propia vida. Les hizo ver que quien escribe, sea novelista o cantante,
cuenta su propia odisea, y les animó a ellos a hacer lo mismo con su
experiencia.
Erin Gruwell hizo llegar a los
estudiantes periódicos, para que los tomaran como ejemplo y escribieran
sobre noticias pasadas, presentes o futuras, sobre buenos tiempos, o
malos. Cuando leía lo que los alumnos habían escrito se quedaba
maravillada, por la calidad y el fondo de los artículos.
Les dio unos cuadernos para que se
expresaran como quisieran, por medio de dibujos, poemas o un diario
escrito. Los resultados fueron asombrosos: por primera vez aquellos
chicos y chicas comprendieron el lugar que ocupaban en el mundo y vieron
que había alguien dispuesto a escuchar lo que tenían que decir, se
sintieron unidos por algo y, si antes no se soportaban entre sí,
comenzaron a considerarse como una gran familia que les proporcionaba
identidad y orgullo, y empezaron a llamarse a sí mismos «Los Escritores
de la Libertad».
Los estudiantes
se convirtieron en escritores por la libertad. Por eso Erin decidió
publicar un libro con la recopilación de los artículos, The Freedom
Writers Diary, que fue editado en 1999.
Fue toda esta fuerza la que
impresionó al director, y que
la profesora no pretendía redimir a sus alumnos, sino que era una
historia en la que profesora y estudiantes aprendían a colaborar y a
respetarse mutuamente. Por eso se puso en contacto con su productora,
Stacey
Sher, a la que animó
en el proyecto, y la que decía posteriormente: «Hay todo un género de
películas protagonizadas por curtidos profesores que les enseñan un par
de cosas a los pobres chicos. Pero Erin es diferente, tiene un sentido
de la armonía y la integración muy poco realista. La ecuación racial de
la clase le hace poner los pies en tierra y son los chicos los que la
enseñan a ser mejor profesora».
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El valor pedagógico de
The Freedom Writers
A
diferencia de otros métodos pedagógicos, Gruwell no crea
materiales o manuales que enseñen al maestro a ser sincero,
sensible o desprendido. Apenas lega algunos consejos.
Escritores de la Libertad es el testimonio de un momento
único, de un salón que fue laboratorio, donde profesor y alumnos
aportaron accidentalmente los ingredientes de un experimento
importantísimo, y no pudieron conservar la fórmula exacta.
Con el tiempo, las historias
de los Escritores de la Libertad llamaron la atención de los
medios de comunicación. Empezaron a viajar alrededor del país,
presentando sus ideas sobre la educación al Secretario de
Educación en Washington, D.C., aceptando premios y concertando
entrevistas en diarios y televisión. Incluso, testificaron ante
el Congreso, donde recibieron ovaciones de pie.
Erin
Gruwell dice: «Mis
estudiantes desean ser un catalizador para el cambio. Ellos
dicen ‘Yo vengo de donde tú vienes y lo logré... porque aprendí
a leer, aprendí a escribir y aprendí a retar a la autoridad.
Aprendí de gente como Thoreau y Emerson a como ser
independiente. Si eres independiente, tú lo puedes hacer.’ Esa
es una de las virtudes que mis hijos tratan de darle a la gente,
que ellos también lo pueden hacer.»
Cuando fue preguntada Erin
Gruwell sobre cuáles eran sus héroes, ella respondió: «¡Eso es
fácil! Miep Gies, quien salvó a Ana Frank, todos los Escritores
de la Libertad originales, porque ellos eran esencialmente
adolescentes quienes tuvieron la voluntad de poner sus vidas en
la línea para todos nosotros, el adolescente que se paró delante
del tanque en la plaza de Tianamen, Ana Frank, obviamente, y
Zlata Filipovic... y pienso que cualquiera con la voluntad de
pelear una buena lucha por las razones correctas».
Gruwell enseña ahora en la
Universidad del Estado de California, Long Beach y ella está
desarrollando un currículum de materiales para que otros
profesores puedan ayudar a sus estudiantes a seguir el camino de
Los Escritores de la Libertad. Está escribiendo un
segundo libro, ayudando a terminar un documental sobre Los
Escritores de la Libertad y realizando consultas sobre una
película sobresaliente acerca de ella y los héroes de sus
estudiantes. Su historia muestra cómo las acciones de una
persona contra la violencia, pueden hacer rodar una pelota de
nieve que se convierta en un movimiento para la tolerancia y la
paz.
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©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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