Milada Horáková, biografía
Milada Horáková
(1901-1950) fue una abogada y política checa, víctima de los procesos
políticos de los años 50 en Checoslovaquia. Fue la única mujer ejecutada
durante estos procesos y gracias a su firmeza y lucha por sus ideales se
convirtió en el símbolo de la resistencia contra el régimen comunista.
Nació en Praga, como
Milada Králová, y ya en su juventud se caracterizó por sus ideas
progresistas. Como adolescente fue expulsada del instituto por haber
participado en las manifestaciones pacíficas. Luego, gracias a la
independencia de Checoslovaquia del Imperio Austro-Húngaro pudo comenzar
sus estudios en la Universidad Carolina, donde se licenció en Derecho.
Al terminar su
carrera se casó con Bohuslav Horák, un economista que conoció ya en la
universidad y que trabajaba en la radio checoslovaca. En 1933 nació su
única hija, Jana.
En 1929 entró al
Partido Socialista Nacional Checo, pero sobre todo luchó por la igualdad
de las mujeres y se convirtió en la persona clave del Consejo Nacional
Femenino, la organización de las mujeres más importante del país. Como
socialista participaba en las cuestiones de la solidaridad, sobre todo
en el campo de la justicia y diligencia social. Colaboraba con la Cruz
Roja Checoslovaca y con otras asociaciones sociales.
Para ampliar sus
conocimientos lingüísticos viajó a Inglaterra, Francia y a la Unión
Soviética. Hablaba inglés, francés y alemán.
Durante la ocupación
alemana colaboró con los movimientos de resistencia y, a través del
Consejo Nacional Femenino, organizó un socorro social relacionado no
sólo con la crisis económica mundial, sino que también ayudó a la gente
perseguida. Por eso, en 1940 fue encarcelada junto con su esposo. Estuvo
dos años en la cárcel de Pankrác, y la Plaza de Carlos en Praga y
después del atentado a Heydrich la trasladaron al campo de concentración
de Terezín. Más tarde todavía pasó por varias cárceles en Alemania.
Después de la
liberación en mayo de 1945 volvió a Praga, donde se encontró con su
marido, que también sobrevivió a la guerra. Ingresó otra vez en su
partido político y también renovó el Consejo Nacional Femenino, donde
fundó en 1947 un periódico femenino llamado Vlasta, que sigue
publicándose hasta el día de hoy.
Después del golpe de
estado comunista de febrero de 1948, decidió dimitir de su puesto en el
Parlamento, pero continuó colaborando con la oposición del nuevo
régimen. Aunque tenía posibilidades de abandonar el país, se quedó para
luchar por la libertad. El 27 de septiembre de 1947 la arrestaron por
espionaje y conspiraciones que iban hacia la caída del régimen y después
de un proceso el 8 de mayo de 1950 fue condenada a muerte con tres de
sus colegas. Fue la primera vez que una mujer, madre de una adolescente
de 17 años, murió como víctima de un proceso político.
Aunque personas
importantes como Albert Einstein, Winston Churchill o Eleanor Roosevelt
intentaron pedir clemencia por los condenados a través de cartas, todo
fue inútil. Finalmente el presidente Gottwald firmó las penas de muerte.
El 27 de junio 1950,
Milada Horáková, a la edad de 48 años, fue ejecutada en la cárcel de
Pankrác en Praga, la única mujer de las 234 víctimas políticas en
Checoslovaquia desde 1948 hasta 1960.
El 27 de junio de
2004, coincidiendo con el aniversario de la condena de Milada Horáková,
se proclamó este día como El día del recuerdo de las víctimas del
régimen comunista.
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El martes 27
de junio a las 5 horas 35 minutos Milada Horáková subió a la
horca en el patio del presidio de Pankrác en Praga, siendo la
última de los cuatro condenados a muerte. Tres horas antes se
despidió de sus prójimos:
"Los pájaros
se están despertando ya - empieza a amanecer. Voy con la cabeza
erguida - hay que saber perder. No es una vergüenza. Incluso el
enemigo no pierde el honor al ser veraz y honrado. En la lucha
se cae, pero la vida no es otra cosa que una lucha".
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