Séraphine, de
Martin Provost, 2008
Séraphine es un heterodoxo biopic
sobre la figura de Séraphine, en el que Martin Provost intenta
desentrañar la naturaleza del enigma que se intuía en la obra de esta
artista casual, autodidacta, que experimentaba y creaba sus propios
tintes basándose en la naturaleza, reflejándola en cada uno de sus
trazos, que comenzó a pintar a una edad tardía, cuando contaba con 42
años y una miserable vida. El director quiso explorar su vida silvestre
y mística y la compleja relación que la unió con su descubridor, Wilhelm
Uhde.
No hay apenas información de la vida
de la pintora. El mérito de la creación del personaje se reparte entre
Martín Provost, que conoció la vida de su personaje a través de unos
amigos y lo poco que pudo localizar en Internet, y Yolanda Moreau, la
actriz, que se enamoró del personaje, con el que tenía cierta similitud
física, y al que representó con toda sensibilidad, ayudada por unas
clases de pintura y unos zapatos de época con la suela de hierro que le
hacían moverse pesadamente.
Séraphine
2008.
Francia y
Bélgica. 125 min.
Dirección:
Martin Provost.
Guión:
Martin Provost y Marc Abdelnour.
Producción:
Miléna Poylo y Gilles Sacuto.
Música:
Michael Galasso.
Fotografía:
Laurent Brunet.
Montaje:
Ludo Troch.
Dirección
artística:
Thierry François.
Vestuario:
Madeline Fontaine.
Interpretación:
Yolande Moreau (Séraphine), Ulrich Tukur (Wilhem Uhde), Anne Bennent (Anne
Marie), Geneviève Mnich (Sra. Duphot), Nico Rogner (Helmut Kolle),
Adélaïde Leroux (Minouche), Serge Larivière (Duval), Françoise Lebrun
(madre superiora).
7 Césares, entre ellos el de la
Mejor actriz para
Yolande Moreau, Mejor
película y mejor Guión..
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Séraphine Louis
(Séraphine de Senlis)
Nació en 1864 en Assy (Oise).
Fue pastora y más tarde sirvienta
en el convento de las
Hermanas de la Providencia, en Clermont (Oise).
En 1901 comenzó a
trabajar como criada en diferentes casas de Senlis.
Nunca estudió pintura. Tuvo la suerte de encontrarse con
Wilhem Uhde, coleccionista,
marchante, galerista y crítico de Arte, que, impresionado por
las imaginaciones de Rousseau, seguía la huella de los modernos
primitivos. Wilhem
Uhde se trasladó a
Senlis en 1912 buscando al paz del campo, y contrató Séraphine
para que le limpiara la vivienda.
Un día vio en una casa un
bodegón de manzanas que le llamó la atención. Cuando se enteró
que lo había pintado su sirvienta, que guardaba rigurosamente el
secreto de su pintura. Nadie podía mirar cuando ella pintaba,
cuando mezclaba los colores y preparaba el lienzo para que todo
se efectuara con perfección artesana. Vivía en una pequeña
habitación, sobre cuya chimenea siempre ardía una eterna luz a
la Virgen. Su técnica era
muy
personal y como pigmento utilizaba la pintura más común en el
mercado, Ripolin, mezclada con tierra extraída del campo, cera
de velas y de su propia sangre.
Pintaba como en trance,
según decía, por indicación de los
ángeles y la Virgen. Cuando salía del aislamiento de su
habitación iba a hablar y abrazar a los árboles y las flores.
Murió el 11 de diciembre de 1942, a los 78 años, en un anexo del
hospital de Villers-sous-Erquery, a causa de las dosis masivas
de tranquilizantes, de las privaciones físicas y la falta de
alimento durante la ocupación alemana de Francia en la II Guerra
Mundial. Fue enterrada en una fosa común. |
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