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Bajo el fuego.
Under Fire
Periodistas que toman
partido
Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine
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Imagen fotográfica.
Opinión, intención, verdad...
Bajo el fuego es una de las películas norteamericanas
más comprometidas de los años ochenta. Por una parte, supone una
atrevida denuncia de la intervención estadounidense en las dictaduras de
América Latina; por otra, plantea el dilema del grado de compromiso de
los informadores de la prensa internacional con la «causa más justa».
Hay numerosos textos
que opinan tanto que el periodista debe tomar partido lo contrario. No
obstante, cuando alguien pone el ojo en una cámara, acude a un lugar
determinado del mundo a realizar un reportaje, o escribe algo, ya está
poniendo su mirada, contaminada en la mayoría de los casos, sobre una
situación, conflicto o problema.
El mito de la
objetividad periodística se basa en dos premisas falsas. La primera es
que el periodista no está contaminado con nada y que puede trasmitir la
realidad tal y como es, sin ninguna clase de distorsión. Para empezar,
quien busca la noticia o la fotografía, ya tiene una intención previa,
solamente con el hecho de participar en aquello. No existe la noticia
sin que alguien intervenga para contarla. Si es un fotógrafo, el
encuadre es un hecho subjetivo sobre una parcela minúscula de la
realidad. La segunda premisa falsa es que el periodista no ideología ni
punto de vista propio para abordar la información. La observación de la
realidad se hace siempre desde el conocimiento, en el que influyen las
historias y vivencias personales del que aborda el suceso.
Si a esto añadimos
que muchos periodistas trabajan «a sueldo» de las grandes empresas de la
información, con intereses muy claros y personales, aunque el periodista
tenga su propia visión, siempre hay quien en la redacción le hará los
cambios oportunos, le dará otros puntos de vista o redactará los
titulares apropiados para que la noticia parezca otra cosa.
«Maldigo la poesía
concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien
no toma partido hasta mancharse»
Gabriel Celaya en
«La poesía
es un arma cargada de futuro»
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«Porque la verdad de un texto
iconográfico se encuentra más allá de la imagen misma, ya que depende de
quién la realizó, de quién la lee así como de todo el proceso
comunicativo desarrollado a partir de ella. La verdad, entonces, se
encuentra, en que dicho texto es una representación de la realidad y el
lector es capaz de conocerla como tal, así como afirma Yepes Stork. Y se
encuentra, además, en la intención de quien la produce, en cuanto ponga
o no los medios necesarios para buscarla y comunicarla. En pocas
palabras, la verdad se encuentra en la dinámica pragmática que implica
la lectura de dicho texto».
«La verdad, para que sea plena –afirma
Yepes Stork (1996: 146)-, no sólo hay que conocerla, sino también
vivirla. No se trata sólo de entenderla teóricamente, sino de
incorporarla a nosotros, de vivir la vida desde la inspiración que ella
nos inocula. La verdad y la vida humana se necesitan mutuamente para
quedar cumplidas. Las grandes verdades transforman nuestra vida, como le
pasó a Frodo. Aquí se puede ver la estrecha relación entre verdad y
libertad: la primera es la que le da sentido a la segunda, pues la
verdad es el bien que busca una inteligencia libre».
YEPES STORK, Ricardo. 1996. Fundamentos de
antropología. Un ideal de la excelencia humana. Pamplona: Eunsa. Citado
de: «Generación de opinión pública a partir de fotografía periodística»,
de Humberto Cadavid Álvarez y Juan Pablo Cadavid Álvarez, de la
Universidad de La Sabana.
¿Puede ser
objetivo el periodismo?
Artículo de Marcelo
Colussi
El último diálogo de la película
Claire (Joanna Cassidy):
¿Crees que nos hemos implicado
demasiado?
Russel Price
(Nick Nolte):
Volvería a hacerlo |
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Bajo el fuego
Bajo el fuego. Under Fire
1983. EEUU. 128 min.
DIRECTOR: Roger Spottiswoode
GUIÓN: Ron Shelton & Clayton Frohman
MÚSICA: Jerry Goldsmith
FOTOGRAFÍA: John Alcott
REPARTO: Nick Nolte, Gene Hackman,
Joanna Cassidy, Jean-Louis Trintignant, Richard Masur, Ed Harris, Martin
Lasalle, Holly Palance, Hamilton Camp
PREMIOS: 1983: Nominada al Oscar:
Mejor banda sonora original
SINOPSIS: Trata
sobre los últimos días del régimen de Somoza en Nicaragua
durante el año 1979. La historia es ficticia, pero está inspirada en
hechos reales. Tres periodistas americanos van a Nicaragua, donde la guerrilla sandinista amenaza con derrocar al dictador Somoza, que cuenta con la
ayuda de la CIA. Russell Price (Nick Nolte) es un fotógrafo al que la
reportera de radio Claire (Joanna Cassidy) presiona para que se
involucre en la revolución sandinista. En la misma situación se
encuentra otro colega de profesión (Gene Hackman). Les cuesta
informar con neutralidad a la vista de la crueldad de la lucha de la
población civil contra el ejército. Cuando la guerrilla encarga a Price una
fotografía de uno de sus líderes, del cual se dice que está muerto, Price se ve involucrado en los acontecimientos
y, junto a su compañera Claire,
se verán en el dilema
de ayudar a los rebeldes, olvidando su carácter apolítico como
periodistas y arriesgando así sus vidas.
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Roger Spottiswoode. El director
Nació en Canadá en
1945, trabajó con Sam Peckinpah en la película Straw Dogs.
Sus otros créditos
como editor incluyen cintas como Pat Garrett and Billy the Kid, The
Gambler, Hard Times y The Getaway protagonizada por Steven McQueen.
Comenzó a realizar su
transición del cuarto de edición hacia estar detrás de cámaras cuando en
1982 escribió 48 Hrs protagonizada, e hizo su debut como director con
Terror Train. Ha dirigido películas como The Pursuit of D.B. Cooper,
Under Fire, The Best of Times, Shoot to Kill, Turner and Hooch, y Air
America, incluso un thriller de James Bond, Tomorrow Never Dies. Ha
dirigido una gran cantidad de películas para televisión, las cuales han
ganado numerosas nominaciones y premios. |
Frases de Henri Cartier-Bresson
(1908-2004). Padre del fotorreportaje
«A veces, uno tiene
sentimiento de haber tomado la mejor foto posible y, sin embargo, sigue
fotografiando porque no puede prever con certeza de qué manera el
acontecimiento se desarrollará. Es necesario, por el contrario, evitar
gatillar inútilmente, evitar fotografiar rápido y maquinalmente,
cargándose así de croquis inútiles que recargan la memoria y perturban
la nitidez del conjunto.
El fotógrafo no puede
ser un espectador pasivo, no puede ser realmente lúcido si no está
implicado en el acontecimiento. La memoria es muy importante, la memoria
de cada foto tomada al galope, a la misma velocidad que el
acontecimiento; durante el trabajo uno debe estar seguro de no haber
dejado agujeros, de haber expresado todo, porque después será demasiado
tarde; no se podrá hacer desandar el tiempo.»
«El tema no consiste
en coleccionar hechos, porque los hechos en sí mismo no ofrecen interés.
Lo importante es elegir y tomar el hecho verdadero en relación con la
realidad profunda, situarse, en suma, en relación con lo que se percibe.
En fotografía la cosa
más pequeña puede ser un gran tema, el detalle humano más pequeño puede
convertirse en leit-motiv.»
«La composición debe
ser una de nuestras preocupaciones constantes, pero en el momento de
fotografiar no puede ser sino instintiva, porque estamos frente a
instantes fugitivos durante los cuales las relaciones son inestables.» |
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©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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