La historia real a partir de un artículo
El
cura que abusó de 130 niños
El caso del sacerdote
John Geoghan desata una ola de denuncias contra el clero pederasta en EE
UU
Rosa Townsend
Boston 21 MAR 2002
El padre de Patrick
McSorley se acababa de suicidar y su madre, esquizofrénica, apenas podía
sacar a la familia adelante. Por eso, cuando el padre John Geo-ghan,
párroco de Weston (suburbio de Boston), se ofreció a ayudarla con el
niño, fue un gran alivio. Corría la primavera de 1986. El mismo día que
el sacerdote fue a dar el pésame sacó a Patrick, de 12 años, a tomar un
helado para consolarle. Al volver en coche a casa le empezó a tocar los
genitales y a masturbarse. 'Me quedé paralizado y asustado, sin saber
qué hacer', recordaba esta semana Patrick durante una entrevista en
presencia de su abogado.
El sacerdote le dijo
que ambos debían guardar el secreto y Patrick lo cumplió por un tiempo,
mientras batallaba con depresiones y alcoholismo. La semana pasada
logró, en parte, cerrar ese oscuro capítulo de su vida, cuando la
archidiócesis de Boston se comprometió a proporcionarle una
indemnización de medio millón de dólares.
Al ser descubierto,
la archidiócesis le cambiaba de parroquia para evitar el escándalo.
Cumple condena por 10 años y 127 víctimas han logrado acuerdos de
indemnización
El de Patrick era uno
de los 86 casos cerrados tras lograrse un acuerdo extrajudicial entre la
archidiócesis y el abogado de las víctimas, Mitchell Garabedian. Esos
pactos suelen incluir una cláusula de confidencialidad para evitar la
publicidad, pero Patrick puede hablar con la prensa porque su defensor
se negó a firmar el acuerdo bajo esas condiciones. 'No quise aceptar,
porque el secretismo es la raíz de todo el problema', señala Garabedian.
El ahora ex sacerdote
Geo-ghan, de 66 años, cayó en la tentación con, al menos, 130 menores:
41 casos, además de los citados 86, se cerraron con indemnizaciones; en
dos le han retirado los cargos por haber prescrito, y por otro cumple
condena de 10 años. A diferencia de los otros casi 70 sacerdotes
supuestos pederastas que protagonizan, por abusar de adolescentes, el
mayor escándalo de la Iglesia católica en Boston, Geoghan lo hizo
mayoritariamente con niños. Uno de ellos tenía sólo cuatro años. A veces
el abuso duró años con las mismas víctimas, hasta que era descubierto y
las autoridades de la archidiócesis le iban trasladando de parroquia en
parroquia, negligencia por la que ahora al cardenal Bernard Law le piden
la renuncia la mayoría de los feligreses.
Los relatos de las
compulsiones sexuales de Geoghan, descritos en los sumarios de las
demandas presentadas contra él en el tribunal de Boston, producen
escalofríos. Siempre elegía a víctimas vulnerables. A mediados de los
años setenta, por ejemplo, las víctimas fueron siete niños de una misma
familia en Forrest Hills. Maryetta Dussourd, madre soltera y pobre,
agradecía la ayuda del párroco, que no faltaba ni un día a su cita con
los pequeños. Los llevaba de paseo, los cuidaba cuando ella tenía que
salir y los acostaba de noche. Era en ese último momento cuando les
tocaba en los genitales y les forzaba a que le tocaran a él,
frecuentemente mientras rezaban.
'El señor Geoghan'
-como se refiere a él el padre Christopher Coyne, portavoz del cardenal
de Boston, para hacer hincapié en que ha sido expulsado de la Iglesia-
no es el único 'pederasta en serie' en la ciudad, cuya archidiócesis se
ha convertido en el epicentro de la crisis que atraviesa la Iglesia
católica en EE UU. Por ejemplo, James Porter abusó de más de 100 niños y
adolescentes, provocando el primer escándalo en 1992. Su expulsión de la
Iglesia marcó el comienzo de una purga silenciosa de pederastas ordenada
por el cardenal Law.
Los casos los
pudieron mantener en silencio las autoridades eclesiásticas hasta hace
unas semanas, cuando explotó con la fuerza de un volcán a raíz de que un
juez decidiera hacer públicos los sumarios de Geoghan, a petición del
diario The Boston Globe. El
escándalo se ha extendido como la pólvora por numerosas diócesis del
país, que afrontan cientos de acusaciones similares. Hoy, según el
periódico National Catholic, el Papa incluirá una referencia a la crisis
en una carta apostólica. La misma publicación indica no obstante que
fuentes vaticanas señalan que el problema sólo afecta 'al 2% o 3%' del
clero de EE UU, y que debe ser considerado 'el contexto'.
El detonante de las
revelaciones sobre los curas pederastas fueron documentos publicados por
The Boston Globe que muestran cómo
Law y otras altas esferas eclesiásticas permitieron que los abusadores
volvieran al ministerio público, tras cortas estancias en centros de
rehabilitación. Ello pese a un informe confidencial de la Conferencia
Episcopal de EE UU realizado en 1985 y que, sobre los casos de curas
pederastas, advertía claramente de que 'no hay esperanza de que se
curen' y proponía un plan a escala nacional.
Ningún experto ha
podido explicar aún las causas del alto porcentaje de pederastia contra
varones menores que se registra en la Iglesia católica. Una teoría
radical es la de Philip Saviano, que
fue víctima hace años y es actualmente coordinador de la Red de
Sobrevivientes de Víctimas de Abusos por el Clero de Massachusetts.
'Hacerse sacerdote es un buen escondite para los pederastas', afirma. El
sacerdote que abusó de él en 1970, David Holley,
deambuló por parroquias hasta su arresto en 1993, y ahora cumple una
condena de 275 años por molestar a ocho adolescentes.
Uno de los obispos
que ha tenido que renunciar, acusado de abusar de un adolescente, lo
achaca a la revolución sexual característica de los años sesenta. En una
confesión pública al presentar su renuncia hace dos semanas, el todavía
popular obispo de Palm Beach (Florida), Anthony O'Connell, afirmó: 'En
aquellos años, Masters and Johnson [autores de un famoso estudio sobre
los hábitos sexuales en EE UU] estaban de moda, y había por doquier un
ambiente de experimentación sexual'.
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Cardenal Law |
Philip Saviano, denunciante |
David Holley,
sacerdote pederasta |
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