Claves temáticas para el trabajo de la película «Bichos» en infantil y primaria

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

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Sentido del tiempo en los niños

Noción de «tiempo» en los niños

Sentido de la tolerancia y la solidaridad

El sentido de la moraleja

La cigarra y la hormiga de Samaniego La cigarra y la hormiga de La Fontaine

La película que hemos seleccionado permite el tratamiento de una serie de temas que pueden ayudar al desarrollo de los contenidos y objetivos que nos hemos propuesto, además de que suponen una trama y desarrollo narrativo altamente significativo para los procesos de aprendizaje en los que se hayan los alumnos y alumnas de Primaria, muy en la línea de sus centros de interés.

El sentido del tiempo en los niños

 Una película, en el que el desarrollo del tiempo es clave en la trama, puede ayudar a los niños a situarse en un lugar o momento determinado, a acercarse al concepto tiempo, a expresar que hay diferentes momentos o situaciones en la historia.

Según Piaget las nociones de espacio y tiempo, hasta los diez u once años de la vida de un niño, surgen y se desarrollan lentamente, casi confusamente. En esas edades, los niños tienen una tarea difícil para comprender cómo avanza el tiempo las razones de los cambios en la historia, la diversidad de vestuario en el tiempo o de lo que significan los espacios que están más allá de lo que él o ella conocen. Los niños hasta los once años representan el mundo social como algo estático, por lo que les es de extrema dificultad comprender los cambios históricos, lingüísticos o de comportamiento.

En los temas que tienen que ver con el área de Conocimiento del Medio, el maestro debe tener en cuenta que lo que el niño no puede comprender, tampoco lo puede asimilar, porque los procesos de la inteligencia influyen en la asimilación y acomodación (Piaget). A un niño del tercer ciclo se le puede colocar delante de una colección de libros de literatura y verá (aunque no lo comprenda), que de los libros que están los primeros (El Cantar del Mío Cid, por ejemplo) no entiende nada, que de los que están hacia la mitad (El Quijote, por ejemplo), entiende bastante, y que de los últimos (Platero y yo, por ejemplo), casi lo entiende todo. Visualmente aprecia los cambios aunque no comprenda el concepto de paso del tiempo, que ya conceptualizará más tarde.

No existe por ello inconveniente en ir preparando el camino del aprendizaje de la historia, de la sociedad, de la lengua o de la comunicación que se base en la narración de hechos, en la visión cinematográfica de relatos antiguos o de hechos sucedidos en otros tiempos y lugares. El niño se hará así «ideas», favoreciendo la aparición de un cierto sentido de conciencia temporal e histórica.

Piaget ya señala la dificultad con que los niños adquieren la noción de edad, sucesión, duración, anterioridad y posterioridad. Muy lentamente llegan a forma el concepto de un largo tiempo histórico anterior a ellos porque no lo pueden hacer objeto de una observación directa.

Puesto que la «historia» y el «tiempo» son conceptos que se desarrollan lentamente en el niño, los maestros y maestras deben aprovechar todas las actividades posibles para hacerles presente que el tiempo pasado ha sido importante y determinante para formar el presente, y que pasado y presente están preparando o determinando el futuro.

La formación de las categorías de tiempo en la mente del niño tiene como finalidad crear conciencia de un conjunto de categorías relacionadas con el desarrollo y cambio en todo lo que existe.

La noción de «tiempo» en los niños

a) De cinco a ocho años

De los cinco a los ocho años aproximadamente la enseñanza deberá partir del entorno en donde se encuentra la escuela, por medio de elementos habituales, locales, geográficos o estacionales, como por ejemplo, la ropa que se lleva en cada estación, el día y la noche, el antes y el después.

Como al niño en esta edad le gusta la emoción, se pueden utilizar actividades de narración dramatizada hecha por los maestros y la dramatización del relato repetida por niños, con disfraces, escenario, etc. La caída de la hoja –que puede verse en Bichos– se puede acompañar con efectos musicales, tal vez música clásica, con el fin de reforzar la vivencia de la película. Al no poseer el niño sentido de espacio ni tiempo, los hechos y acontecimientos deben presentarse en forma anecdótica, con una gran dosis de fuerza expresiva, tal vez con puestas en escena llamativas con el fin de llegar mejor a la imaginación y a la sensibilidad que a la inteligencia.

Los docentes deben aprovechar todas las oportunidades que se les presenten para destacar el transcurso del tiempo en las actividades pedagógicas en que sus alumnos tomen parte. Para ello deben tratar de que sus alumnos constantemente busquen encontrar la secuencia de los tiempos, lo que hay delante y detrás de cada tiempo, lo que viene después, además de crearles interés por descubrir los fenómenos que acompañan a cada situación temporal. En los más pequeños la primavera la relacionarán con las flores; el verano con el calor, las vacaciones y la playa; el otoño puede ser el tiempo de la caída de las hojas (este hecho se aprecia en la película Bichos de forma significativa); y el invierno el tiempo del frío, la nieve, Navidad (asociado en la película con la llegada de la niebla y los saltamontes).

b) De nueve a once años

En esta época el niño se interesa por el origen de las cosas, por los relatos y por las aventuras, se puede identificar ya con otros personajes y aunque comprende la idea de espacio, tiene escasa comprensión del tiempo.

La enseñanza se debería orientar de tal manera que permitiese al niño la observación de los hechos (en la medida en que estos sea observables) en los escenarios naturales o por medio de láminas, vídeos, etc. Ese interés por conocer la vida de los personajes es por un afán imitativo, por lo que se pueden presentar modelos para ser imitados.

El niño ya compara, se pone en diferentes situaciones y puede ver, aunque confusamente, las diferencias entre lo imaginario y lo real.

En esta edad el niño puede figurar mediante su propia expresión o dibujando, el paso del tiempo en una línea horizontal (cronograma), pudiendo representar cualquier espacio de tiempo que comprenda: uso de escalas, números, lustros, decenios, siglos, sucesos importantes en la historia, en el desarrollo biográfico del niño, en biografía familiar, etc. El niño habla de sus padres, hermanos, abuelos, clasificándolos por edades y tiempos. Pueden preguntar a sus familias sobre hechos sucedidos, ya que conocen los números, a los que pueden asignar fechas que comparan con la de su naci­miento, etc. Pueden hacer una línea del tiempo en la clase, con una cinta o con un dibujo en la pared, en la que pueden ir colgando sus propias fotografías con fecha de cuando nacieron entraron a la escuela, etc.

El sentido de la tolerancia y la solidaridad

 La educación en valores nos parece muy necesaria y pensamos que es imprescindible trabajar en ella desde que los niños son pequeños. La película de Bichos permite iniciarles mediante actitudes que imitar, modelos reales e icónicos que ver y admirar, y actividades que realizar, en el concepto de tolerancia y su necesidad para la construcción de la convivencia, la paz y la democracia.

En ella se muestran ejemplos de diversidad, diferencia, señas de identidad, tratamiento de los más débiles… extrapolar éstos a las rela­ciones humanas pude ser bastante motivadora a la hora de trabajar la educación en valores. Pueden abordarse temas y problemas en torno a: los más débiles que son quienes padecen en mayor medida los abusos y las discriminaciones; los derechos de la infancia pues niños de todo el mundo son víctimas de la intolerancia de los adultos, al mismo tiempo que es necesario educarse para hacer frente a ello, o la reivindicación de la desigualdad, ya que la diver­sidad nos enriquece.

La película Bichos presenta multitud de relaciones entre individuos de diverso sexo, clase (en el hormiguero), y entre los diferentes tipos de insectos. Uno de los mensajes de la película es la defensa de la libertad en el trabajo, la exclusión de la esclavitud y la lucha por una vida sin colonialismo. La situación de esclavitud de las hormi­gas, oprimidas por el trabajo de la recolección de comida para los saltamontes, se supera de una manera creativa, en la que la solida­ridad, el trabajo en grupo, la aceptación de las diferencias… etc. son los motores de la liberación.

El sentido de la moraleja: Las cuatro estaciones

Aprovechando que la película Bichos se fundamenta en el paso del tiempo y siendo significativo el transcurrir de la vida de las hormigas, sobre todo desde el verano al invierno, como en las fábulas de Esopo, Samaniego y La Fontaine, se puede y debe trabajar el sentido del tiempo en las cuatro estaciones, teniendo en cuenta las limitaciones y facilidades que tiene para cada ciclo.

Las fábulas nos permitirán que podamos ahondar con los niños en el sentido de la película y tratar de forma más coherente los diferentes temas que de ella se derivan garantizándose una perspectiva interdisciplinar.

La cigarra y la hormiga

de Félix María de Samaniego

(1745-1801)

Cantando la Cigarra

pasó el verano entero,

sin hacer provisiones

allá para el invierno;

los fríos la obligaron

a guardar el silencio

y a acogerse al abrigo

de su estrecho aposento.

Vióse desproveída

del precioso sustento:

sin mosca, sin gusano,

sin trigo, sin centeno.

Habitaba la Hormiga

allí tabique en medio,

y con mil expresiones

de atención y respeto

la dijo: «Doña Hormiga,

pues que en vuestro granero

sobran las provisiones

para vuestro alimento,

prestad alguna cosa

con que viva este invierno

esta triste Cigarra,

que alegre en otro tiempo,

nunca conoció el daño,

nunca supo temerlo.

No dudéis en prestarme;

que fielmente prometo

pagaros con ganancias,

por el nombre que tengo.»

La codiciosa Hormiga

respondió con denuedo,

ocultando a la espalda

las llaves del granero:

«¡Yo prestar lo que gano

con un trabajo inmenso!

Dime, pues, holgazana,

¿qué has hecho en el buen tiempo?»

«Yo, dijo la Cigarra,

a todo pasajero

cantaba alegremente,

sin cesar ni un momento.»

«¡Hola! ¿conque cantabas

cuando yo andaba al remo?

Pues ahora, que yo como,

baila, pese a tu cuerpo.»

La cigarra y la hormiga

de Jean de la Fontaine

1621-1695

 Llegado ya el invierno riguroso

la cigarra (que el tiempo caluroso

del esto pasó sólo cantando),

se halló desproveída

de lo preciso a conservar la vida;

y al duro extremo su escasez llegando

de no tener de mosca o gusanillo,

ni aun siquiera el más leve pedacillo.

A casa de la hormiga,

su vecina y amiga,

fue a implorar para su hambre algún socorro,

y le rogó quisiese de su ahorro

algún grano prestarle

para su subsistencia

que juzgaba poder reintegrarle,

sin que mediase apremio ni violencia,

en la estación siguiente:

«Yo te ofrezco pagar puntualmente,

como soy animal –le dijo– antes

del agosto futuro,

el principal y el interés constantes».

La hormiga (esto es seguro)

no gusta de prestar, y, el tal defecto

es en ella el menor. Conque, en efecto

preguntó a la cigarra: «¿Qué te hacías

en los tan largos y ardorosos días

de verano?». «Cantaba,

a todo el que pasaba

sin excepción de hora»

«¿Cantabas? Está bien, pues baila ahora».

 

 (Hay una página preciosa en Internet con muchas ilustraciones sobre su vida y obra: https://www.lafontaine.net).

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez y María Amor Pérez Rodríguez