Helena Antipoff en Belo Horizonte en 1930
Helena Antipoff com M. B. Lourenço Filho (1930)
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Biografía de Helena
Antipoff. De Wikypedia
Hija de un general del ejército imperial, Helena
Antipoff nació en 1892 en la ciudad de Grodno, entonces provincia de
Bielorrusia del Imperio Ruso, hoy es una ciudad bielorrusa de Hrodna
(transliterado de Гро́дна en bielorruso), en el seno de una familia
acomodada de la aristocracia rusa.
Aprendió las primeras letras con su madre,
continuando sus estudios más tarde, después que la familia se estableció
en San Petersburgo, en una institución para niñas y con profesores de
nivel universitario, donde obtuvo en 1909 el diploma de Curso Pedagógico
Normal, habilitándola para la docencia de los cursos infantiles. Estudió
seguidamente el método de enseñanza de "activos y pasivos", siendo los
estudiantes exhortados a no aceptar afirmaciones gratuitas y sin una
revisión de la realidad. La Filosofía y la Psicología eran sus materias
centrales en el currículo seguido.3
Hija de un coronel del ejército ruso y la mayor de tres hijas, Helena
Wladimirna Antipoff nació en una familia aristócrata adinerada el 25 de
marzo de 1892 en la ciudad de Grodno, Bielorrusia, que entonces era una
provincia de la Unión Soviética. Fue educada en el estilo aristocrático
tradicional, aprendiendo a hablar inglés, alemán y francés, y a tocar el
piano. Después de la mudanza de la familia a San Petersburgo, fue a una
institución para niñas donde fue alentada a seguir estudios científicos por
un maestro que era un ex alumno de Pavlov.
Con sólo 17 años, fue con su madre y su hermana
menor a París, donde se matriculó en el curso de Ciencias de la
Universidad de París, en la Sorbona, entonces la más prestigiosa
universidad francesa, que frecuentó de 1910 a 1911, año en que obtuvo
una licenciatura.
Durante su permanencia en la Sorbona asistió a
conferencias sobre psicología impartidas en el Collège de France por
Pierre Janet y Henri Bergson, lo que le despertó gran interés por la
especialidad. En consecuencia, se perfeccionó en el Laboratorio Binet-Simon,
bajo la orientación de Théodore Simon, participando en trabajos
experimentales entonces en curso de mediciones de la capacidad
intelectual de niños en edad escolar.
Entusiasmada con el campo de la psicología, siguió
hacia Ginebra, en Suiza, donde estudió bajo la dirección del psicólogo
Édouard Claparède, pionero del estudio de los mecanismos de aprendizaje
de los niños. En aquella ciudad fue discípula, entre 1912 a 1916, del
primer curso del Instituto Jean-Jacques Rousseau (IJJR), donde obtuvo el
diploma de licenciada en psicología, con especialización en psicología
educativa. Durante su permanencia ginebrina, a invitación de Claparède,
integró el equipo de investigadores del Instituto Jean-Jacques Rousseau,
donde se dedicaba a investigaciones en el área de las mediciones de la
inteligencia y de su relación con el aprendizaje.
En 1916, dejó Ginebra y regresó a Rusia para cuidar de su padre, que resultó
gravemente herido en la Gran Guerra. A pesar del despliegue de los ejércitos
bolcheviques y la inestabilidad social y política que siguió a la Revolución
de Octubre, decidió permanecer en Rusia hasta 1924. Hizo arreglos para que
su padre fuera tratado por parientes lejanos en Crimea y regresó a
Petrogrado (anteriormente San Petersburgo) donde trabajó en un refugio para
niños abandonados que habían perdido a sus familias en la guerra; investigó
los efectos de la guerra en el desarrollo mental de los niños en edad
preescolar. Durante su estancia en Petrogrado, se familiarizó con las
direcciones tomadas por la psicología soviética bajo la influencia del
enfoque histórico-cultural. En 1918, se casó con el periodista y escritor
Victor Iretzky y en 1919 tuvo un hijo, Daniel Iretzky Antipoff, quien más
tarde se convirtió en un famoso agrónomo y educador.
En 1917, regresó a Rusia, donde su padre había sido
gravemente herido en una de las batallas de primera guerra mundial.
Decidió allí permanecer, a pesar de la implementación del bolchevismo y
de toda la concomitante inestabilidad social y política que siguió a la
Revolución de Octubre. Trabajó entre 1919 y 1924 como psicóloga
infantil; y se casó con el periodista y escritor Viktor Iretzky, con
quien tuvo un hijo, el agrónomo, pedagogo y ensayista Daniel Iretzky
Antipoff (1919 — 2005). Mientras permaneció en Rusia, trabajó como
psicóloga observadora de la Estación Médico-Pedagógica de Petrogrado e
de Viatka, dedicándose a los diagnósticos psicológicos y a la
elaboración de proyectos educativos para la reeducación de niños que
habían perdido la familia en la guerra.
Poco después decidió reiniciar su investigación,
trabajando a partir de 1921 como colaboradora científica del Laboratorio
de Psicología Experimental de Petrogrado, colaborando con el psicólogo
Aleksandr Petrovich Nechaev en la investigación de la influencia de la
guerra en el desarrollo mental de infantes en edad preescolar. Sin
embargo, los resultados presentados donde se concluía y afirmaba que el
nivel mental de los hijos de intelectuales era mayor en comparación con
los otros niños, fue duramente criticado por los intelectuales ligados
al régimen soviético recién implementado; acabando por excluirla de los
círculos académicos y ser finalmente perseguida. Lo mismo sucedió con su
esposo, cuyo trabajo no fue del agrado del régimen, viéndose obligado
él, en 1923 a partir para el exilio, en Alemania. Después de que su
esposo fuese expulsado de Rusia, Helena Antipoff fue obligada, en 1924,
también a dejar la Unión Soviética, exiliándose en Berlín, donde pudo
juntarse con su marido. Al año siguiente se separará definitivamente del
marido, y parte a Ginebra, donde retomó su colaboración con Édouard
Claparède y con el Instituto Jean-Jacques Rousseau,4 institución donde
enseñó Psicología.
Entusiasmada con el campo de la psicología, fue a Ginebra, Suiza, para
estudiar con el psicólogo Edouard Claparede, quien fue pionero en el área
del aprendizaje de los niños. Recibió su formación en el Instituto jean
jacques rousseau (IJJR) de 1912 a 1916, donde obtuvo un diploma en
Psicología de la Educación. Aceptó la invitación de su supervisor Claparede
para unirse al equipo de investigadores del IJJR y se dedicó a la
investigación sobre las pruebas de inteligencia y el aprendizaje de los
niños. Adquirió un amplio conocimiento de los métodos de la "Escuela
Activa", un enfoque específico desarrollado en Ginebra que enfatizó
principalmente la autonomía y la creatividad de los niños en su proceso de
aprendizaje de habilidades básicas. Mientras estaba en Ginebra, también
trabajó como maestra de escuela en la escuela experimental Maison de Petits,
que estaba conectada al IJJR con el propósito de experimentar con nuevos
métodos de educación.
Durante su permanencia en Ginebra, entre los años
de 1926, y 1928, publicó diversos artículos científicos en revistas
especializadas, en particular Archives de Psychologie, Intermédiaire des
Éducateurs, y Nouvelle Éducation. En esos estudios y publicaciones, es
evidente la influencia de los enfoques funcionalistas e interaccionistas
desarrollados por Claparède, y del abordaje sociohistórica rusa. En esos
trabajos defiende el Método de Experimentación Natural que utilizará
durante sus experiencias de evaluación del desarrollo cognitivo en
Rusia, siendo una de las destacadas pioneras en ese campo fuera de la
Unión Soviética.
En 1929, Helena Antipoff aceptó la invitación que
el profesor Francisco Campos, al frente de la Secretaría de Interior de
Minas Gerais, el Departamento responsable por la educación en aquel
Estado, y así partió al Brasil. Se ubicó entonces en Belo Horizonte,
Minas Gerais, con el objetivo de fundar una Escuela de Perfeccionamiento
Pedagógico donde pudiese aplicar sus conocimientos pedagógicos.
Bajo el liderazgo de Francisco Campos, un político
interesado en el desarrollo de la enseñanza y la renovación pedagógica,
que apostaba por el sistema educativo de Minas Gerais y que luego pasó
por una fase en la que se consideró indispensable la enseñanza de nuevas
técnicas y concepciones de los problemas pedagógicos provenientes de los
países más avanzados. Y además de Helena Antipoff, fueron invitados
otros pedagogos extranjeros para colaborar en la organización de un
Centro de Formación del profesorado y de Mejora de las técnicas en
psicología pedagógica. La Institución fundada en 1929 fue bajo la
denominación de Escuela de Mejoramiento Pedagógico. Helena Antipoff fue
contratada como profesora de psicología, con un contrato inicial de dos
años, que fue sucesivamente renovado a lo largo de la década de 1930.
Simultáneamente fue nombrada directora del
Laboratorio de Psicología de la Escuela de Perfeccionamiento Pedagógico,
donde con la colaboración de sus alumnas, promovió un variado programa
de estudios sobre el desarrollo mental, los ideales y los intereses de
los niños mineiros. Como resultado de esas investigaciones promovió la
introducción de los ideales y los intereses de los infantes mineiros.
Con el resultado de sus investigaciones promovió la introducción de las
pruebas de inteligencia en las escuelas primarias y el alargamiento del
proceso de homogeneización de las clases.
En noviembre de 1932, con el fin de poner en
práctica las enseñanzas de Johann Heinrich Pestalozzi fundó, con la
colaboración de algunas exalumnas de la Escuela de Perfeccionamiento
Pedagógico, la primera Sociedad Pestalozzi del Brasil, con sede en Belo
Horizonte. Aquella Sociedad, al año siguiente, logró abrir un
consultorio médico-psico-pedagógico donde pasó a atender infantes y sus
padres.
Entretanto, Helena Antipoff guiaba reuniones
semanales en el Laboratorio de Psicología de la Escuela de
Perfeccionamiento Pedagógico, de la que fue directora, la que estaba
abierta a maestros interesados en la educación de niños con
discapacidad.
A partir de finales de 1933, la Sociedad Pestalozzi
pasó a ofrecer aulas destinadas a alumnos con discapacidad, y en 1934
consiguió construir un pequeño edificio donde instaló salas de aula y
consultorios médicos y psicológicos. En el mismo edificio funcionaba
también un laboratorio de investigaciones endocrinológicas. En las aulas
de la Sociedad Pestalozzi los alumnos con problemas y alteraciones
conductuales o de aprendizaje complementarían sus actividades escolares
y de educación psicomotriz, con actividades manuales y agrícolas de
semiinternado. Con ese fin la institución operaba oficinas diversas,
huertas pedagógicas y servicios domésticos adaptados a las necesidades
de los jóvenes que frecuentaban sus aulas.
Tras la creación de la Sociedad Pestalozzi, y por
influencia directa de Helena Antipoff, en 1935 la Secretaría de
Educación de Minas Gerais creó el Instituto Pestalozzi de Belo
Horizonte, que funcionaba como órgano técnico para la realización de
investigaciones en las áreas relacionadas con la educación especial,
apoyando estudios sobre temas diversificados, que iban desde la
psicopatología y la psicología de aprendizaje, a la genética,
endocrinología, y la farmacología.
Además de su actividad en el campo de la psicología
de la educación, Helena Antipoff ejerció también una importante acción
social en favor de la infancia y juventud desfavorecidos, en especial de
los portadores de deficiencias. En esa acción, en 1934 lideró la
fundación del "Caso do Pequeno Jornaleiro" (Caja para el Canillita),
institución destinada a proporcionar abrigo, alimentación y
escolarización para niños que trabajaban como vendedores de diarios. En
ese mismo año inició su colaboración con la Asociación Mineira de
Exploradores, institución que había sido fundada en 1927 con el decidido
apoyo del Gobierno del Estado de Minas Gerais, como institución
extracurricular en las escuelas del Estado llevando, más tarde, a la
constitución de la Asociación de Exploradores Fernão Dias, un grupo
escultista abierto a niños y jóvenes con discapacidad. También en el
campo social, aunque en un área distinto, Helena Antipoff estuvo
involucrada en la fundación de una casa de reposo para escritores,
artistas, y profesores.
En el campo académico, Helena Antipoff fue la
primera profesora, y fundadora de la cátedra de Psicología Educacional
en la Universidad Federal de Minas Gerais.
Hacia finales de la década de 1930, Helena Antipoff
se interesó en la situación de los estudiantes y maestros de las zonas
rurales, estableciendo como objetivos el mantener a la gente en el
campo, con mejores condiciones de vida, a través de la escuela, por lo
que sería necesario elevar el nivel de preparación de los maestros
rurales sin moverlos de su entorno. Para ello propuso y defendió la
creación de una escuela rural, con métodos adecuados a las condiciones
sociales y las aspiraciones de las comunidades a las que debería servir.
Con ese objetivo se llevó a cabo una campaña de recolección de fondos,
consiguiendo por ende adquirir la Hacienda de Rosario, una granja con
cerca de 220 ha (45 alqueires de tierra) en Ibirité, a 26 km de Belo
Horizonte. Y en esa quinta abrió, en enero de 1940 un internado,
inicialmente frecuentado por cinco niños.
La educación impartida en la institución, fue
creciendo y se convirtió progresivamente en el principal foco de la obra
de Helena Antipoff, estando centrada en las actividades agrícolas, en la
creación del grado académico en puericultura. Así fue una experiencia
pionera en el Brasil, y en el marco de la historia de la pedagogía,
siendo la primera vez que surgía un currículo específicamente centrado
en las materias que más interesaban a las comunidades rurales.
En 1946, el año en que desapareció el Laboratorio
de Psicología de la Escuela de Perfeccionamiento Pedagógico,6 colaboró
con el psicólogo Emílio Mira Lopes en la fundación del Centro de
Orientación Juvenil (COJ), en la ciudad de Río de Janeiro.7 Esa
institución era tutelada por el Ministerio de Educación y Salud] (MES)
en el ámbito del Departamento Nacional de la Infancia (DNCr), y fue
diseñada para estudiar técnicas de trabajo, demostración y formación de
orientación, teniendo en cuenta las características de los jóvenes y
para apoyar a sus familias.
Para mediados de la década de 1950, Helena Antipoff
pasó a defender la necesidad de crear una Federación de Sociedades
Pestalozzi que reuniese y promoviera los esfuerzos y experiencias de
diversas instituciones que defendían los ideales pestalozzianos. Sin
embargo, a pesar de su considerable influencia y numerosas reuniones, el
proyecto sólo ganó adeptos en un número suficiente, en 1970, y en agosto
de aquel año, después de convocar a todas las entidades Pestalozzi, fue
fundada en el Río de Janeiro la Federación Nacional de las Sociedades
Pestalozzi] (Fenasp). Esta Federación asumió desde entonces la promoción
de la expansión de las instituciones, proveyendo apoyo técnico a las
instituciones que integran y defienden una política de educación
adecuada para las personas con discapacidad. La creación de Fenasp dio
cuerpo a los ideales de Helena Antipoff y fortaleció notablemente al
movimiento pestalozziano.8
Helena Antipoff falleció en la Hacienda de Rosário,
el 9 de agosto de 1974, dejando un legado de gran educadora que marcó no
solo a quienes convivieron con ella, sino también de la sociedad en
general. De su obra debe extraerse una nueva comprensión de las
cuestiones relacionadas con la educación, y en particular con la
educación especial.
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