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Josefa y Elisa Úriz Pi
pioneras de la
Escuela Moderna en España
© Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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Josefa (1883-1958) y Elisa Úriz Pi (1893-1979) |
Josefa (1883-1958) y Elisa Úriz Pi (1893-1979), dos profesoras progresistas
que en la Dictadura franquista defendieron los derechos de la mujer y de la
infancia ante Naciones Unidas, lucharon con la resistencia francesa en París
durante la Segunda Guerra Mundial y se enfrentaron a la Iglesia en defensa
de una educación igualitaria, entre otros hitos.
"Maestras de profesión, se considera a Josefa y a Elisa como las precursoras
de la escuela moderna en España. Introdujeron los
avanzados métodos educativos de María
Montessori, Celestine Freinet, Ovide Decroly y Jean Piaget, entre otros,
décadas antes de que comenzaran a generalizarse en el país.
Poseedoras de una mentalidad progresista y una conciencia crítica, la vida
de las hermanas Úriz Pi está plagada de episodios, dentro y fuera de España,
en defensa de los valores democráticos. Ambas militaron en el Partido
Comunista, y tuvieron que exiliarse en 1939. Con la Transición, y el regreso
de la democracia tras cuatro décadas de dictadura sus nombres quedaron
silenciados.
A Elisa se le puede considerar una de las precursoras del feminismo, pues
impulsó las primeras organizaciones defensoras de los derechos de la mujer.
Estuvo en la Federación Democrática Internacional de Mujeres. A Josefa se le
debe entre otras cosas, la progresiva implantación de la educación mixta, en
el año 1910, consiguiendo una mayor integración de las niñas en el sistema
educativo general.
Democratizaron las aulas eliminando las tarimas, se opusieron a los
castigos, promovieron las asociaciones de padres y madres, sustituyeron los
manuales por apuntes e introdujeron el comentario de texto sobre lecturas
relacionadas con la realidad social. Josefa Úriz, Pepita, que dirigió la
escuela normal de Magisterio de Lleida, creó la primera cátedra de estudio
del catalán, abrió una residencia laica para que las jóvenes no se tuvieran
que alojar en conventos y modernizó la biblioteca de la escuela, con una
sala de lectura y gestión de préstamo de libros, antes inexistente.
"Eran mujeres muy activas; estuvieron en París, en el Congreso de la Paz, y
becadas en Europa" relata Olga. En concreto, Pepita trabajó en Bélgica con
el doctor Decroly y Elisa en Ginebra, estudiando los nuevos métodos de
aprendizaje musical de Dalcroze.
Sensibilizadas con las víctimas más débiles de la Guerra Civil, los niños,
ambas hermanas participaron en la ayuda de retaguardia. "Estuvieron muy
activas en las colonias pedagógicas, alimentando a los niños", indica Olga.
Llegaron a dar hasta 100.000 comidas al día. Pepita fue, desde
septiembre de 1938, directora general de Evacuación y Refugiados, nombrada
por el gobierno de la República. Ayudaron también a cientos de profesores a
partir hacia el exilio.
Antes del estallido de la guerra, las hermanas se habían afiliado al Partit
Comunista de Catalunya, donde también militaba el que fuera marido de Elisa,
el secretario general de la UGT catalana Antonio Sesé, al que asesinaron el
día que iba a tomar posesión de su cargo de ministro. El matrimonio junto a
la hermana mayor, Pepita, promovió la fundación del Partit Socialista
Unificat de Catalunya (PSUC). Esta última, además, fue elegida secretaria
general de la rama catalana del principal sindicato de trabajadores de la
enseñanza, FETE-UGT, en agosto de 1936, y elevada a presidenta año y medio
después, según consta en la documentación que Olga conserva de las hermanas.
Con una trayectoria a sus espaldas en defensa del progreso y la democracia
-en 1934 impulsaron la asociación Mujeres Antifascistas Españolas. En
febrero de 1939, dos meses antes de que los militares sublevados, con Franco
a la cabeza, proclamaran su victoria en Burgos, las hermanas navarras
abandonaron el país para no volver nunca más.
Cruzaron la frontera por los Pirineos, y en el exilio en Francia volvieron a
vivir de manera intensa otra guerra. Lucharon contra el nazismo al
lado de la resistencia española en París, formando parte del núcleo dirigido
por los hermanos Miret. Cuando este grupo fue desarticulado, en 1942, Josep
Miret fue asesinado en el campo de concentración de Mauthausen. Elisa y
Pepita lograron escapar.
Tras años escasos de tranquilidad en París, el gobierno francés expulsó a
los militantes comunistas en el marco de la denominada 'Operación Bolero',
en 1950. Las hermanas navarras recibieron su expulsión en abril de 1951. La
Guerra Fría las obligaba a vivir en su lado ideológico del mundo, y
cruzaron el Telón de Acero para instalar su residencia en Berlín Oriental.
Pepita murió y fue enterrada en esta ciudad. La hermana menor continuó su
actividad intelectual.
Elisa Úriz, en el marco de la Federación Democrática Internacional de
Mujeres (FDIM), donde llegó a la secretaría general, propuso que cada 1 de
junio se celebrara en todo el mundo una jornada para la infancia equiparable
al 8 de marzo para la mujer. Tras años de trabajo, Naciones Unidas proclamó
el Día Mundial del Niño, cita que muchos países siguen recordando.
Con esta organización, la menor de las Úriz denunció las condiciones en que
vivían las presas en las cárceles de Franco, y logró en 1948 que una
comisión de juristas visitara las prisiones madrileñas de Las Ventas y
Yeserías. Elisa formó además parte de la Unión de Mujeres Españolas,
organización integrada por grupos que actuaban en la clandestinidad durante
la dictadura, y participó en el consejo de redacción de la revista Mujeres
Antifascistas Españolas con Dolores Ibárruri, Victoria Kent y Teresa
León, entre otras.
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Pepita toca el piano, en
1936, en la Biblioteca Rosa Sensat, de Barcelona
Misiones pedagógicas
Las hermanas Úriz en Postdam
Elisa con niños en San Petersburgo. |
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Pepita Úriz Pi, Pepita
Natural de Badostain, Navarra, 15 de marzo de 1883. Formada como maestra en
la Normal de Madrid, 1907 y como profesora normalista en la Escuela de
Estudios Superiores del Magisterio, sección ciencias, 1913. Profesora de
psicología y de historia de la pedagogía en la Escuela Normal de Maestras de
Lérida. Directora de la Normal de maestras (después mixta) de Lérida
(1932-36). En 1937 pasa a la Normal de Barcelona. Considerada pensionada por
la Junta para Ampliación de Estudios, en Francia y Alemania (1921-22), para
estudiar métodos y procedimientos de la enseñanza musical. Directora de
Escola. Milita en el Partit Socialista Unificat de Catalunya. Participa, en
representación de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza, de
la Unión General de Trabajadores (FETE-UGT), en el primer Consell d'Escola
Nova Unificada, ponencia de la enseñanza artística, 1936. Separada del
cuerpo de profesores de escuelas normales y dada de baja en el escalafón.
Pasa por Francia y realiza tareas de ayuda a los exiliados. Exiliada en la
República Democrática Alemana, desde el Partido Comunista realiza trabajo en
favor de los exiliados españoles.
La llegada de Pepita Úriz a la escuela normal de Magisterio de Lleida, con
sus métodos avanzados, llamó pronto la atención de los estamentos más
conservadores de la ciudad. "El obispo Josep Miralles la denunció ante el
rectorado de la universidad por haber recomendado a sus alumnas que leyeran
un libro de Margarita Nelken", cuenta Olga. La denuncia derivó en un
expediente que acabó convirtiéndose en una cuestión de estado.
"Intelectuales de la época como Menéndez Pidal, Ramón y Cajal y Julián
Besteiro firmaron un manifiesto de apoyo a Pepita", explica.
El propio presidente de las Cortes salió en su defensa, paralizando el
proceso y provocando la dimisión del ministro de Educación. Pero la llegada
de la dictadura de Primo de Rivera reabrió el expediente, y fue expulsada
a 100 kilómetros de la ciudad sin empleo ni sueldo durante un año. Hubo
una campaña a su favor y sus compañeros hicieron una colecta para poder
pagarle durante un año el salario.
Falleció en Berlín Este el 2 de agosto de
1958 |
Elisa, en el centro, junto a varias representantes
asiáticas en la FDIM |
Elisa Úriz Pi
Nació en la localidad navarra de
Tafalla el 24 de enero de 1893. Como su hermana Pepita, cursó estudios en la Escuela de Magisterio
de Madrid. El año 1922 está trabajando como profesora de Música en la
Escuela Normal de Maestras de Girona y el año 1929 consigue el traslado,
igualmente como profesora de Música, a la Escuela Normal de Tarragona. Allí
se casaría con el dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT)
Antonio Sesé, que sería asesinado durante “los sucesos de Barcelona”,
probablemente por un piquete anarquista, el 5 de mayo de 1937.
Junto con su hermana impulsó la Unión de
Mujeres Antifascistas en 1934 y ese mismo año formó parte de la delegación
española (junto con Dolores Ibárruri y Irene Falcón) que participó en el
Congreso Mundial de Mujeres Contra el Fascismo. Poco antes de comenzar la
guerra civil española militaba en el Partido Comunista de Cataluña, y junto
con su hermana ingresó en el Partido Socialista Unificado de Cataluña
(PSUC). En noviembre de 1937 fue nombrada secretaria administrativa del
Secretariado Regional de UGT y delegada de la FETE al Comité de Cataluña de
UGT.
En febrero de 1939 se exilió en Francia
con su hermana. Durante la ocupación francesa por los nazis colaboraron con
la Resistencia francesa dentro del grupo de José Miret y Musté y su hermano
Conrad hasta que éste fue detenido en 1942. Después se integró a la Unión
Nacional Española dirigida por el militante comunista Jesús Monzón Reparaz.
Durante este tiempo militó en el PSUC y la UGT, y en 1945 formó parte de la
dirección a Toulouse, fiel a Juan Negrín.
En el exilio colaboró con Dolores Ibárruri
en la Unión de Mujeres Españolas y secretaria general de la Federación
Democrática Internacional de Mujeres. Desde este cargo propuso que cada 1 de
junio se celebrara el Día de la Niñez. Desde este organismo denunció la
situación de las mujeres en las cárceles franquistas y consiguió que el 1948
que una comisión de juristas visitara las cárceles de mujeres de Las Ventas
y Yeserías. También participó en la redacción de la revista Mujeres
Antifascistas Españolas con Dolores Ibárruri, Victoria Kent y María Teresa
León.
Al terminar la segunda guerra mundial las
autoridades españolas le incoar un expediente del Tribunal de
Responsabilidades Políticas. Debido a su militancia comunista en abril de
1951 fue expulsada de Francia con su hermana. Cruzó el Telón de Acero y se
estableció en Berlín oriental, donde estudió medicina y se dedicó a ayudar a
los refugiados españoles. A pesar de que lo intentó no se le permitió
regresar a España sin consecuencias. Murió en 1979. |
Pepita Úriz, con un parche negro, junto a otras dirigentes comunistas,
entre ellas La Pasionaria. Tras ella, también con gafas, su hermana
Elisa. / Imagen cedida por Olga García Domínguez
Las hermanas Uriz y la escuela republicana
Las hermanas Úriz estudian las nuevas corrientes
pedagógicas que iban surgiendo en los inicios del siglo XX, así conocen los
nuevos proyectos de Emile Jacques Dealcroze, María Montessori, Ovide Decroly,
Eduardo Claparede, Celestin Freinet y Jean Piaget. Todos estos conocimientos
fueron puestos en práctica en las Escuelas de Magisterio donde ellas
impartían su docencia.
Ellas se adelantaron medio siglo en desarrollar lo
que se denomina “la escuela moderna” y las aportaciones de los
anteriores pedagogos que son hoy totalmente aceptadas por el mundo
educativo.
Tuvieron una gran importancia en la vida de estas
dos hermanas profesoras, la Institución Libre de Enseñanza y también la
Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, que les
ayudaron mediante becas en sus investigaciones pedagógicas.
Con estas becas, Josefina Úriz se traslada a
Bélgica para conocer en profundidad los planteamientos de Ovide Decroly.
Realizó el curso ·Pedagogía y Organización Escolar” en París. Elisa fue a
Ginebra para conocer “los nuevos métodos de aprendizaje musical” de
Jacques Dalcroze. Elisa presentó un proyecto sobre “Gimnasia rítmica”.
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Pioneras. Según Manuel Martorell
https://www.txalaparta.eus/eu/berriak/en-todo-esto-fueron-pioneras-las-hermanas-uriz-pi
Fueron pioneras en la defensa de los derechos de la mujer, figurando
en la fundación de las primeras organizaciones feministas tanto en Madrid
como en Cataluña y colocándose al frente de la Federación Democrática
Internacional de Mujeres, la mayor organización de este tipo que ha existido
en el mundo.
Fueron pioneras en la defensa de los derechos de la infancia,
proponiendo que las Naciones Unidas establecieran tanto una Declaración
Universal de los Derechos del Niño como la instauración de un Día
Internacional de la Infancia, tal y como realmente estableció la ONU en los
años 50.
Fueron pioneras en la lucha contra el nazismo,
participando al nivel de dirigentes en los primeros grupos de la Resistencia
francesa que comenzaron a combatir la ocupación alemana, sobre todo en
París, por lo que el Gobierno de la República Democrática de
Alemania concedió a Elisa Úriz la Medalla de la Lucha contra el Fascismo.
Fueron pioneras en impulsar el vasto movimiento por la paz
mundial y el desarme que se extendió por todo el planeta durante la
Guerra Fría, periodo en el que fueron víctimas de en Francia la
llamada Operación Bolero-Paprika, uno de los episodios más vergonzosos y
desconocidos en la historia contemporánea de Europa. En una vasta redada
policial del Gobierno francés, cientos de militantes comunistas, muchos de
ellos antiguos miembros de la Resistencia, como las hermanas Úriz,
fueron detenidos y deportados en condiciones inhumanas entre los años 1950 y
1951.
Fueron pioneras en la asistencia y auxilio a los refugiados
republicanos recluidos en campos de concentración por el sur de
Francia, formando el primer comité de ayuda en Toulouse en febrero de 1939.
Anteriormente ya habían asumido responsabilidades de primer orden en el
auxilio a las familias que huían de los combates durante la guerra.
Fueron pioneras en la búsqueda de una gran alianza antifranquista sin
tener en cuenta el bando en que hubieran combatido durante la Guerra
Civil, al respaldar la Unión Nacional impulsada por el dirigente
comunista Jesús Monzón.
Fueron pioneras en la introducción de
los avances pedagógicos que, a
comienzos del siglo XX, se extendían por toda Europa y que ellas
introdujeron en un sistema educativo español anclado en el pasado,
interviniendo igualmente en la Misiones Pedagógicas durante la Segunda
República.
Fueron pioneras en la defensa de la libertad de cátedra ya
que el expediente abierto a Pepita Úriz por el carácter moderno de sus
clases provocó el primer gran movimiento de intelectuales por este motivo,
con más de 400 firmas y el aval de figuras tan prestigiosas como Unamuno,
Antonio Machado, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Giner de los Ríos y
Menéndez Pidal.
Fueron pioneras en la sindicación del profesorado,
creando e impulsando, a comienzos de los años 30 en Cataluña la Federación
Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT), el principal sindicato
de este sector. Pepita fue elegida secretaria general de la federación
catalana mientras que Elisa formaría parte de la ejecutiva de la UGT formada
en Toulouse el año 1945.
Fueron, en definitiva, pioneras en el protagonismo social de la
mujer y en la defensa de los valores democráticos universales durante el
siglo XX, asumiendo además un gran valor en su compromiso y
posiciones de vanguardia durante la Segunda República, la Guerra Civil, el
exilio y contra la dictadura franquista.
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