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/cineyeducacion/cineprecine.htm.
Desde la antigüedad, una lenta etapa
experimental precedió al «Cinematógrafo» de los Lumière. Ya fuera por
ciencia, curiosidad o espectáculo, se trabajó incansablemente por
ofrecer al publico «lo nunca visto», la «ultima maravilla de la
ciencia».
Sin esta prehistoria, el cine no
hubiera existido. Desde las cavernas, en que la Humanidad dejó plasmados
sus dibujos, entre luces de antorchas y sombras, el mito de la caverna
de Platón, dejaría de existir, enseñar, divertir y entretener mediante
imágenes fue el objetivo de miles de personas, de eruditos e inventores,
de actores y saltimbanquis, de fabricantes de juguetes y de
comerciantes.
El cine, por tanto, fue producto de
una evolución lenta, de una necesidad de la especie humana de expresarse
mediante imágenes utilizando las técnicas y posibilidades de cada
momento. Para ello se utilizaban los propios conocimientos, los mitos,
el folclore y la narrativa, la religión y la ficción creativa.
Durante siglos, la gente quedaba
maravillada por los inventos que se iban sucediendo, por la magia de las
imágenes.
El interés por buscar nuevos caminos
exigió la aplicación constante de la técnica y de la investigación, por
lo que la base del cine está en el desarrollo de la ciencia y la
técnica, en la que se basa y a la que le aportó muchos de sus
descubrimientos.
Uno de los primeros avances
científicos que llevó directamente al desarrollo del cine fueron las
observaciones de Peter Mark Roget, secretario de la Real Sociedad de
Londres, que en 1824 publicó un importante trabajo científico con el
título de Persistencia de la visión en lo que afecta a los objetos en
movimiento, en el que establecía que el ojo humano retiene las
imágenes durante una fracción de segundo después de que el sujeto deja
de tenerlas delante. Este descubrimiento estimuló a varios científicos a
investigar para demostrar el principio, hoy discutido, de la
persistencia de la imagen en la retina.
Concretamente, se descubrió que si
16 imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen pasar
sucesivamente también en un segundo, la persistencia de la visión las
une y hace que se vean como una sola imagen en movimiento.
Un instrumento que se convirtió en
juguete, el zoótropo, es uno de los
antecedentes más claros del cine. Consta de una serie de dibujos
impresos en sentido horizontal en bandas de papel colocadas en el
interior de un tambor giratorio montado sobre un eje; en la mitad del
cilindro, una serie de ranuras verticales, por las cuales se mira,
permiten que, al girar el aparato, se perciban las imágenes en
movimiento. Un ingenio algo más elaborado fue el
praxinoscopio, un tambor giratorio con un anillo de
espejos colocado en el centro y los dibujos colocados en la pared
interior del tambor. Según giraba el tambor, los dibujos parecían cobrar
vida.
Mientras tanto, nació la
fotografía, sin la cual no existiría
el cine. Hacia 1852, las fotografías comenzaron a sustituir a los
dibujos en los artilugios para ver imágenes animadas. A medida que la
velocidad de las emulsiones fotográficas aumentó, fue posible
fotografiar un movimiento real en vez de poses fijas de ese movimiento.
En 1877 el fotógrafo Eadweard Muybridge empleó una batería de 24 cámaras
para grabar el ciclo de movimientos del galope de un caballo.
El
cronofotógrafo portátil, una especie de fusil fotográfico,
movía una única banda que permitía obtener doce imágenes en una placa
giratoria que completaba su revolución en un segundo. Fue un paso
relevante hacia el desarrollo de la primera cámara de imágenes en
movimiento.
Hasta 1890, los científicos estaban
interesados principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en
el de la cinematografía. Thomas Alva Edison construyó un laboratorio en
Nueva Jersey, que se convirtió en el primer estudio de cine del mundo.
Su ayudante William K. L. Dickson está considerado por algunos como el
diseñador de la primera máquina de cine, el
kinetoscopio, que no era propiamente una cámara de cine.
En Francia, los hermanos Louis y
Auguste Lumière llegaron al cinematógrafo,
invento que era al tiempo cámara, copiadora y proyector, y que es el
primer aparato que se puede calificar auténticamente de cine. Se
presentó oficialmente al público el 28 de diciembre de 1895.
1.
Espectáculo de luces y sombras
Las sombras
chinescas
La sombra arrojada por un soporte
opaco, o translúcido o transparente es, sin duda, el método más antiguo
y sencillo de crear imágenes en movimiento, desde que los hombres
primitivos se quedaron por primera vez maravillados ante las formas
proyectadas por el fuego sobre las paredes de sus cavernas.
El arte
de sombras chinescas data de la dinastía Han,
en China,
de hace
unos dos mil años, cuando se veían funciones ofrecidas por pequeños
grupos de sombras chinescas en muchas calles y callejones.
Con el tiempo, pasaron desde el
Extremo Oriente hasta el Oriente Próximo, Persia, Turquía y Grecia,
adquiriendo nuevos repertorios y nuevas modalidades de comedia popular,
y de ahí, a Europa occidental. Fue a partir de 1770 cuando las sombras
chinescas se pusieron de moda en occidente. El propio Goethe fundó su
propio teatro de sombras chinescas. En Inglaterra continuó existiendo
hasta el segundo periodo de la era Victoriana con gran éxito de público,
con abundantes efectos lumínicos que representaban tempestades y
naufragios.
En Francia se mantuvieron hasta la
llegada del cine. El pintor Henri Riviere aportó su arte, inventó
elaborados sistemas de luces y sombras para conseguir efectos visuales,
tales como fundidos, superposiciones de colores y otros, con los que
sólo rivalizaría el cine muchos años más tarde.
Las figuras, articuladas, se
hicieron de infinidad de materiales, pero es de destacar que los chinos
las hacían de piel de asno, engrasadas para que resultaran traslucidas y
luego recortadas y pintadas, se movían mediante sencillos dispositivos a
base de alambres, proyectando sombras coloreadas sobre una pantalla
tensada de papel de seda.
El arte que hace
posible las sombras
chinescas es
peculiar e integrador,
pues
debe
mucho a la acumulación y perfeccionamiento de experiencias de los
artistas folklóricos durante varias generaciones,
posee un
gran
despliegue de imaginación y especial audacia y exageración,
y se basa en la
plástica y en la escultura, al
moldear
los distintos rasgos de los personajes,
los escenarios adecuados a la trama
y los utensilios, paisajes, animales y plantas necesarios. Es arte
integrador pues compendia
muchas
ramas artísticas, ya que se complementan obras teatrales y literarias,
artes plásticas, música, acrobacia y destreza para la manipulación
escénica.
Su utilización se extinguió con la
llegada del cinematógrafo, aunque fue gracias al cine, a las películas
de siluetas animadas de Lotte Reiniger, quien filmó marionetas
utilizando técnicas casi idénticas a las de las sombras chinescas, como
esta antigua tradición de imágenes en movimiento, se vio resucitada.
Para ver en la exposición.
En la exposición se pueden ver entre 5 y 15 figuras de siluetas de
metal, realizadas en Francia en 1772.
El libro VII de la República, de Platón comienza con la
exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza como
explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el
hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al
final del libro VI. De la versión de J. M. Pabón y M.
Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981
(3ª edición)
I
Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el
estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella,
se halla nuestra naturaleza.
Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista
de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo
ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde
niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan
que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz
de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el
fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo
del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a
las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público,
por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres
que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la
de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y
de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores
habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que
estén callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños
prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que
los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus
compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la
parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a
mantener inmóviles las cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que
creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar
ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de
enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que
pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la
sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por
real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos
fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus
cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza,
les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y
obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar
y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor
y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos
objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si
le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y
que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y
vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más
verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y
obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada
uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes
había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces
se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II
-Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees
que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia
aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué
éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a
recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de
haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría
y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la
luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de
ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos
verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver
las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante
todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros
objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos
mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de
noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en
la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo
que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes
reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el
propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo
que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él
quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la
región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas
aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en
eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la
ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no
crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les
compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o
recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por
discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y
acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían
pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que
nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder,
¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que
envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre
aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que
preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro
hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que
vivir en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro
destino antes que aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo,
ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían
los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del
sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían
permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las
sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los
ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que
necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría
de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos
estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una
semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de
echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles
subir?
- Claro que sí -dijo.
III
-Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh
amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la
región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y
la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En
cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de
las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma
hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi
vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la
divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí
lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se
percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez
percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto
y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo
visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el
inteligible es ella la soberana y productora de verdad y
conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera
proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo
estarlo. |
2. Ver la realidad
de forma diferente
Panoramas y
dioramas
Durante todo el siglo anterior al
nacimiento del cine, los artistas se dedicaron a crear imágenes
gigantescas que daban la impresión de realidad rodeando al espectador o
engañando su vista mediante elaborados efectos de iluminación.
Se crearon así cuadros circulares de
enormes dimensiones, sobre la superficie interior de un cilindro o
circunferencia. Los pintores reproducían ciudades y paisajes, en
bastidores giratorios que lograban que todos los espectadores vieran las
pinturas, batallas y otros acontecimientos.
El efecto dependía de privar a los
espectadores de cualquier encuadre o marco de referencia ordinario. La
imagen les rodeaba desde todos los lados, sin bordes o junturas
aparentes. El cielo se extendía más allá de la escena y por detrás de su
campo de visión, ocultándose la parte superior del cuadro a los
espectadores por medio de un dosel. En 1791, Barker, su inventor, lo
llamó «Panorama», del griego, que significa «visión global», y llegó a
tener un edificio especial permanente en Londres, hasta 1863.
El rival más serio del «Panorama»
fue el «Diorama», creado en Paris en 1822 por Daguerre, pionero de la
fotografía, que realizó montajes con zonas traslúcidas, que iluminaba a
su gusto, dando la sensación de cambio entre día y noche, las estaciones
de año, o tempestades y otros efectos, alguno de ellos muy efectistas y
terroríficos. Los panoramas se hacían también en formatos reducidos,
como juguetes u objetos de diversión familiar.
Para ver en la exposición:
Uno panorama reducido, plegable, de vistas en perspectiva, construido
con cartulina en Francia a principios del siglo XIX, se puede ver en la
exposición.
3. La cámara oscura. De fuera hacia
adentro
Los antecedentes de la linterna
mágica están en la cámara oscura. Posiblemente nunca se sabrá con
precisión quién y cuándo descubrió la cámara oscura; pero sí es posible
asegurar que antes de ser utilizada para realizar imágenes fotográficas,
fue considerada como una herramienta útil para profundizar en el
conocimiento.
Esto condujo a los filósofos (la
utilizó Aristóteles para estudiar los eclipses de sol) a observar los
efectos de la luz en todas sus manifestaciones y fue utilizada por
observadores de la naturaleza, experimentadores y alquimistas con
intereses científicos. Esto permitió que con el paso del tiempo se
lograra perfeccionar de tal manera que, después de varios siglos de una
presencia casi imperceptible, con algunas modificaciones se convirtiera
en una de las herramientas indispensables para la obtención de imágenes
fotográficas. La utilización de ella por infinidad de magos para
realizar sus trucos, hizo que durante siglos se recibiera el nombre de
«caja mágica».
No fue sino hasta la segunda mitad
del siglo XV cuando se volvió a tener noticia de la cámara oscura a
través de Leonardo da Vinci, quien redescubrió su funcionamiento y le
adjudicó una utilidad práctica por lo que se le ha otorgado el crédito
de su descubrimiento. En el siglo XVI un físico napolitano, Giovanni
Battista Della Porta, antepuso al orificio una lupa y con ella obtuvo
mayor nitidez y luminosidad en la imagen. A partir de este avance varios
científicos se dedicaron a perfeccionarla. Esta aportación fue
fundamental para el desarrollo de la fotografía, ya que marcó el
principio de lo que hoy conocemos como el objetivo de la cámara, el cual
permite la captura de imágenes a diferentes distancias y ángulos
obteniendo como resultado imágenes nítidas y luminosas. La cámara de
Della Porta es ya, en potencia, una cámara fotográfica, pues dispone de
lentes de precisión y de espejos para reinvertir la imagen.
A todo lo largo de los siglos XVII y
XVlll, en Europa y otros lugares, los titiriteros viajaban con sus
linternas mágicas para deleitar, asombrar y aterrorizar a sus sencillos
espectadores.
Para ver en la exposición.
En la exposición se puede ver una cámara oscura fabricada en Gran
Bretaña en 1830, realizada con tela negra.
4. Para ver el movimiento
La teoría de la persistencia
de la imagen en la retina
Aunque el
descubrimiento del principio de persistencia de las impresiones
retinianas se remonta al siglo II, uno de los primeros avances
científicos que llevó directamente al desarrollo del cine fueron
las observaciones de Peter Mark Roget, secretario de la Real
Sociedad de Londres, que en 1824 publicó un importante
trabajo científico con el título de: «Persistencia de la visión
en lo que afecta a los objetos en movimiento», en el que
establecía que el ojo humano retiene las imágenes durante una
fracción de segundo posterior al momento en que el sujeto deja
de tenerlas delante. Este descubrimiento estimuló a varios
científicos a inventar diversas vías para demostrar el
principio.
En 1828, Joseph Plateau, belga, estableció que una impresión
luminosa recibida sobre la retina persiste una fracción de
segundo después de la desaparición de la imagen. Las imágenes
que se suceden a más de 10 por segundo dan la ilusión del
movimiento. Una fácil ilustración de este fenómeno lo constituye
el efecto producido cuando un punto de luz, por ejemplo una
linterna, se mueve rápidamente en la oscuridad, con lo que el
ojo percibe la ilusión de un círculo continuo de luz.
En 1833, y sin que ninguno de los dos supiese nada de lo que
estaba haciendo el otro, Joseph Plateau en Bruselas y Simon
Stampfer en Viena, idearon un juguete destinado a demostrar este
principio. Alrededor de la circunferencia del disco se trazaban
una docena de pequeñas imágenes que representaban fases
sucesivas de una acción continuada. Entre imagen e imagen había
una ranura. Cuando se hacia girar rápidamente el disco, que se
reflejaba en un espejo y se contemplaba su reflejo a través de
las ranuras según iban pasando por delante de los ojos. El
efecto logrado era el de una única imagen en movimiento. El
invento se popularizo rápidamente como juguete educativo con el
nombre de Phenakistiscope, y con el tiempo se fue perfeccionando
y diversificando.
En el primer tercio del siglo XIX, los físicos, incluyendo a
Michael Faraday y Peter Mark Roget, habían estudiado ya el
fenómeno de la persistencia de la visión. Se descubrió que si 16
imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen
pasar sucesivamente también en un segundo, la persistencia de la
visión las une, haciendo que se vean como una sola imagen en
movimiento. |
Taumatropo
En 1824, el Dr. John
Ayrton Paris (inglés) puso a la venta en Londres el taumatropo. Primer
juguete óptico que explota la persistencia de la imagen sobre la retina,
compuesto de un disco y de hilos vinculados a las extremidades de su
diámetro. Sobre cada cara hay un dibujo; al hacer girar sobre un eje el
disco, se ven simultáneamente los 2 dibujos.
Tales instrumentos
utilizan una técnica comparable a las modernas películas de dibujos
animados. El principio es este: Se dibujan una serie de imágenes cada
una mostrando una etapa de un movimiento. Mostrando estas imágenes en
tan rápida sucesión que el cerebro no tenga tiempo para registrarlas
como imágenes separadas, una a continuación de otra, se hacen pasar
rápidamente para dar la impresión de movimiento continuo.
Para ver en al exposición. En la exposición se puede practicar
con varios taumatropos.
Zoótropo
El zoótropo, denominado también tambor mágico, fue inventado por William
George Hörner (inglés). Se puso de moda hacia 1860, sustituyó el sistema
de disco y espejo del Phenakistiscope, mediante un tambor hueco y
abierto por arriba, con ranuras a todo lo largo de su borde, en cuyo
interior se colocaban tiras de papel que llevaban impresas las
necesarias series de dibujos.
Consta de una serie de dibujos impresos en sentido horizontal en bandas
de papel colocadas en el interior de un tambor giratorio montado sobre
un eje; en la mitad del cilindro, una serie de ranuras verticales, por
las cuales se mira, permiten que, al girar el aparato, se perciban las
imágenes en movimiento. La tira de papel es de igual longitud al
perímetro de la circunferencia interna del tambor. En dicha tira de
papel se dibuja una figura en movimiento, de la que se hacen tantas
imágenes o fases de movimiento como ranuras tenga el tambor. Al hacer
girar el tambor y observar su interior a través de las ranuras, se ve
como las diversas figuras adquieren movimiento.
Para ver en la exposición.
En la exposición se puede ver un Zoótropo fabricado en 1867 en Gran
Bretaña y practicar con dos réplicas de zoótropos y sus correspondientes
tiras de dibujos.
Praxinoscopio
En 1877, el francés Emile Reynaud
sustituyó las ranuras, el equivalente del obturador en un moderno
proyector de películas, por un dispositivo de espejos en forma de
prisma, situados en el centro. Así eliminó la
distorsión en la visión de las imágenes causada por la luz insuficiente
que pasa a través de las pequeñas ranuras del Zootropo. La mejora en la
calidad de la imagen se tradujo en una inmediata popularidad.
Combinó tecnología y arte, pues la atracción que despertaba el juguete
radicaba no solo en las imágenes en movimiento, sino también en las
tiras de imágenes que Reynaud creaba para el mismo. Había hasta treinta
y seis modelos diferentes. Todos ellos impresos en color, y entre los
personajes animados figuraban juglares, funambulistas, forzudos,
payasos, un mono que tocaba el violonchelo, y un bebé que devoraba su
desayuno.
Más adelante creó el llamado Theatre Optique (Teatro Óptico o Teatro
Praxinoscópico) en el que se situaba la acción del personaje en el
centro de una escenografía fija. A través de una combinación de espejos
se movían en un escenario tenues figuras luminosas. En él, las pequeñas
imágenes «vivas» se contemplaban en una especie de proscenio y se
superponían sobre escenas en miniatura, lo que representaba una notable
anticipación de la sobreimpresión y las dobles exposiciones del cine.
El Teatro Praxinoscópico llegó a ser muy popular. Más aún cuando la
convirtió en una propuesta visual completa, a la que se agregó un breve
argumento y una banda sonora con música combinaba con la imagen.
Finalmente, Reynaud adaptó los principios del Praxinoscopio para
proyectar en una pantalla lo que eran en la práctica las primeras
películas de dibujos animados.
Para ver en la exposición. En la exposición se puede ver un
Praxinoscopio-teatro, francés, de 1879.
5. Los entretenimientos ópticos
Fue en la segunda mitad del siglo
XVIII cuando se hicieron famosos los entretenimientos ópticos, que
continuaron hasta la llegada del cinematógrafo. A ello contribuyó
notablemente la proliferación popular de imágenes impresas, los
periódicos y la facilidad del trasporte y la comunicación.
Los instrumentos ópticos han sido
tradicionalmente de dos tipos, los que reciben la imagen desde el
exterior y la plasman en el interior, (la cámara oscura, la cámara
fotográfica, las cámaras cinematográficas, las filmadoras de todo tipo)
o las que proyectan las imágenes hacia el exterior (Linterna mágica y
todo tipo de proyectores, el proyector cinematográfico, etc.).
De todos los entretenimientos
ópticos que existieron antes del cine, la linterna mágica fue el de
mayor utilidad y el más duradero. La linterna mágica, cuya forma básica
todavía sobrevive en el proyector de diapositivas, encarna los mismos
principios esenciales que cualquier proyector de imágenes en movimiento:
una poderosa fuente lumínica, concentrada por medio de un condensador y
que atraviesa una imagen transparente para proyectar una impresión
ampliada de la misma, con todo su color y detalle, sobre una pantalla
blanca.
Visor
estereoscópico
El estereoscopio es un aparato que
consta de unos binoculares que permiten observar la realidad con un
efecto 3D y que más tarde y unido al descubrimiento de la cámara de
fotos dieron lugar a la cámara estereoscópica.
Su inventor fue Charles Wheatstone,
físico experimental inglés, que fue el primero en tomar una imagen con
efecto 3D apoyándose en el aparato previamente inventado por él en 1833.
Ha sido utilizado por topógrafos
para hacer mediciones topográficas hasta que aparecieron los
procedimientos mediante satélite observando las fotos tomadas por
aviones con estereoscopios
La imagen
estereoscópica
Una imagen
estereoscópica es una imagen en 3D. Está compuesta por dos imágenes
superpuestas con una diferencia mínima entre sí. Estas dos imágenes se
pueden ver por separado con la ayuda de unas lentes especiales (lentes
3D). Las lentes lo que hacen es filtrar las imágenes haciendo que un ojo
perciba una imagen y el otro perciba la otra imagen, haciendo que el
cerebro mezcle las imágenes y den la sensación de 3 dimensiones.
La visión
estereoscópica se basa en la visión real de los seres humanos, la
visión binocular
(dos ojos) que produce la sensación de una imagen en tres dimensiones,
al ser procesadas por el
cerebro, a
la vez, las dos imágenes que captan las retinas oculares.
Para ver en la exposición.
En la exposición se puede ver un Visor estereoscópico fabricado en
Francia a finales del siglo XIX y otro visor estereoscópico múltiple (Multiphote
Stereo), fabricado en Francia en 1910.
6. Instrumentos ópticos para captar
imágenes
La
cámara fotográfica
La cámara fotográfica es en realidad una cámara oscura, con una abertura
en uno de los extremos para que pueda entrar la luz, y una superficie de
grabación que captura la luz en el otro extremo. La gran diferencia con
la cámara oscura es que la superficie en la que se recibe la luz posee
una placa cubierta de una emulsión sensible a la luz, que permite
realizar posteriormente el proceso de revelado y por lo tanto conservar
la imagen. Lentes, fuelles, obturadores y diafragmas, permiten enfocar,
graduar las distancias, permitir el paso de mayor o menor luz, etc., con
le fin de perfeccionar la imagen obtenida.
Para ver en la exposición. En la exposición se puede ver una
cámara fotográfica fabricada en Francia, de la década de 1900.
La fotografía
Las primeras fotografías, llamadas
heliografías, fueron hechas en 1827 por el físico francés Nicéphore
Niépce. Unos años después el pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre
realizó fotografías en planchas recubiertas con una capa sensible a la
luz de yoduro de plata: el daguerrotipo. Ambos descubrieron que,
haciendo pasar vapores de yodo sobre una placa de plata, se produce en
esta última una capa de yoduro de plata que se ennegrece con la luz.
Luego eran tratadas con vapores de mercurio que fijaban las imágenes. Se
obtenía una imagen única en la plancha de plata por cada exposición.
En 1861, el físico británico James
Clerk Maxwell logró con éxito la primera fotografía en color mediante el
procedimiento aditivo de color.
Pero la fijación de la imagen
perdurable y resistente, flexible, liviana, se logró en 1869 con la
invención del celuloide. Hacia fines del siglo XIX fueron fabricadas en
escala comercial. La fotografía se constituyó poco a poco en un arte y
en una importante forma de documentar la historia.
El invento de la película en rollo
marcó el final de la era fotográfica primitiva y el comienzo de una
etapa durante la cual aparecieron miles de fotógrafos aficionados que se
interesaron en el nuevo invento. Estos nuevos descubrimientos hicieron
posible el desarrollo del cinematógrafo, ya que sin este invento previo
no existiría el cine. Hacia 1852, las fotografías comenzaron a sustituir
a los dibujos en los artilugios para ver imágenes animadas.
Edward Muybridge, un fotógrafo
inglés que vivía en Estados Unidos, en 1878, realizó una serie de
fotografías, con una batería de cámaras, que se disparaban, primero
mecánicamente y luego eléctricamente, según una persona o animal en
movimiento pasaba por delante de ellas. Muybridge perfeccionó su invento
en 1879, cuando reconstruyó los movimientos proyectando un disco de
dibujos estrechamente basado en las imágenes fotográficas de manera
serial y continuada para crear una imagen animada sobre la pantalla. La
imagen podía desacelerarse para mostrar los detalles del movimiento.
Fueron las primeras imágenes fotografiadas y proyectadas en movimiento.
El
cronofotógrafo
En Europa, Etienne Marey,
experimentó durante muchos años con métodos gráficos para captar el
movimiento de las aves y de los animales aplicando la fotografía a sus
investigaciones. En 1874, el astrónomo Jules Janssen, logró captar el
paso del planeta Venus por delante del Sol mediante un «revolver
fotográfico». En forma de arma de fuego, ésta cámara utilizaba una sola
placa circular que giraba cada vez que se abría el obturador.
Basándose en los descubrimientos de
Muybridge y de Jules Janssen, Marey perfeccionó en 1882 el fusil
fotográfico, capaz de tomar doce fotografías individuales en solo un
segundo.
En 1885, en Estados Unidos, George
Eastman perfeccionó su rollo de película fotográfica, que se popularizó
mucho para la foto fija cuando la adaptó a su cámara Kodak en 1888. Este
avance dio nuevo impulso a los experimentos de Marey y representó un
considerable paso adelante hacia el descubrimiento de la cámara
cinematográfica. El Cronofotógrafo de Marey patentado en 1888, utilizaba
una tira continua de película para captar una secuencia de fotos
individuales. En 1893, sugirió la construcción de un proyector destinado
a mostrar las imágenes individuales que había captado en forma de acción
continua.
Cámara
estereoscópica
Es una cámara fotográfica que toma
dos imágenes normales que superpuestas en 2\3 de su superficie y
observadas producen un efecto 3D en nuestros ojos
Consta de dos lentes que reflejan la
misma imagen en nuestros ojos las cuales son captadas por una cámara de
fotos convencional
La fotografía en tres dimensiones,
nació casi con la fotografía misma. De hecho, al inventarse la
fotografía en 1839, ya se sabía lo suficiente de la visión
tridimensional, pero fue unos 10 años después, alrededor de 1850, cuando
se toman y dan a conocer las primeras imágenes fotográficas
tridimensionales. Un factor decisivo en la propagación de la fotografía
tridimensional fue cuando la reina Victoria de Inglaterra, cautivada por
ellas, ordenó le fueran tomadas imágenes de ese tipo. Ese hecho marca el
inicio de la gran popularidad que tuvo la fotografía en 3D en el siglo
XIX.
7. Para proyectar imágenes
La linterna
mágica. De dentro hacia afuera
Su invención de debe al jesuita
alemán Atanasius Kircher (1602-1680), quien en el siglo XVII, basándose
en el diseño de la cámara oscura, la cual recibía imágenes del exterior
haciéndolas visibles en el interior de la misma, pensó en invertir este
proceso, y llevar las imágenes de dentro a afuera. Pudo así proyectar
textos a más a 150 m.
En ocasiones proyectaba diversas
fases de un movimiento mediante grabados en cristales, que cambiaba de
forma mecánica, por lo que es considerado un precursor de la animación.
El artefacto consistía en una cámara
oscura con un juego de lentes y un soporte corredizo en el que colocaban
transparencias pintadas sobre placas de vidrio. Estas imágenes se
iluminaban con una lámpara de aceite (faltaba mucho para el invento de
la luz eléctrica), y para que el humo pudiera tener salida se dotaba al
conjunto de una vistosa chimenea.
Posteriormente, el italiano
Cagliostro (1743-1795), y más tarde Giuseppe Balsamo, médico y
charlatán, mejoraron los dispositivos, de modo que con un juego de
ruedas se podía aumentar o disminuir el tamaño de la imagen proyectada.
Paulatinamente se popularizó la
linterna mágica, y se le fueron encontrando aplicaciones prácticas.
Mollet y Charles la introdujeron en la Sorbona, los primeros que
utilizan en la didáctica un soporte visual proyectado para apoyar sus
enseñanzas.
Hacia 1790, un belga, Etienne
Robertson, consiguió un notable éxito en Paris con su Phantasmagoria: el
interior de su teatro estaba decorado como una capilla gótica, y toda
clase de fantasmas, brujas y demonios aparecían proyectados sobre una
pantalla. Montando la linterna sobre un dispositivo con ruedas situado
detrás de la pantalla traslúcida y ajustando el objetivo para mantener
el foco, Robertson consiguió que sus aterradoras imágenes parecieran
crecer o disminuir, con asombrosos efectos.
Linternistas rivales perfeccionaron
otros avances, como por ejemplo Henry Langdon Childe que consiguió la
disolución y sobreimpresión de imágenes proyectándolas desde dos
linternas mágicas distintas.
La linterna mágica alcanzo la
cúspide de su perfeccionamiento en la Inglaterra de finales del siglo
XIX.
Sufrió un cambio fundamental en su
diseño cuando fueron descubiertos la lámpara incandescente y el arco
voltaico, y su aplicación sustituye con inmensa ventaja la iluminación
por lámpara de aceite. Al aparecer la fotografía, las transparencias
pintadas fueron sustituidas por diapositivas. La linterna mágica se
convirtió en una ampliadora fotográfica antes de convertirse en
proyector cinematográfico.
Desde el primer momento, los hombres
del espectáculo intentaron proporcionar a su público el atractivo extra
de movimientos en la pantalla. Moviendo la imagen en el proyector se
podía dar una impresión convincente de figuras que se desplazaban. Toda
una serie de ingeniosos dispositivos destinados a manipular o hacer
girar cristales circulares eran capaces de producir movimientos
mecánicos en las imágenes.
Cuando en el periodo comprendido
entre 1850 y 1860, se adaptó el disco rotativo del Phenakistiscope a la
linterna mágica, se consiguió proyectar sobre una pantalla en
movimiento. En 1892, el Teatro Óptico de Reynaud adaptó los principios
del Praxinoscopio que había sido inventado por el propio Reynaud, para
proyectar lo que eran en la práctica las primeras películas de dibujos
animados.
Para ver en la exposición.
En la exposición se puede ver una Linterna mágica de dos objetivos, en
vertical, fabricada en Gran Bretaña en 1880 y las correspondientes
placas de cristal, en colores, para ver el efecto de superposición.
La Linterna
Kinora
Fue inventada por los hermanos
Lumiere en 1896. Era un aparato para uso doméstico y se situaba entre la
técnica del folioscopio y la del mutoscopio. Consistía en un aparato de
sobremesa donde se visualizaban las imágenes a través de una lente y la
rotación del rollo se realizaba mediante un mecanismo de relojería. Al
accionar una manivela giraba el rollo, de manera que cada foto iba a
apoyarse contra un pequeño dispositivo que la inmovilizaba un instante
para su visualización. La imagen de cada tarjeta correspondía a un
fotograma de una película cinematográfica.
Para ver en la exposición.
En la exposición se pueden ver dos Linternas Kinora, fabricadas en Gran
Bretaña, una Kinora Viewer de 1912 y otra de 1913.
Linterna
mágica rotativa
La linterna mágica se conocía desde
el siglo XVII. Consistía en una caja con una fuente de luz y lentes de
aumento, entre estos elementos se colocaba una placa de vidrio con
pequeños dibujos que, de esta manera, se proyectaban sobre lienzos en
forma aumentada. Para agregar movimiento a los dibujos proyectados,
éstos se pintaban sobre un cilindro que giraba en el interior del
aparato, provocando en los espectadores la ilusión de estar observando
el movimiento
Para ver en la exposición.
En la exposición se puede ver una Linterna Mágica rotativa, fabricada en
estados Unidos, preparada para funcionar con petróleo y modificada para
funcionar con electricidad.
Mutascopio,
Mutoscopio, Mutoscope
El mutoscopio es un
aparato que contiene una serie de tarjetas que representan diferentes
fases de una escena en movimiento. En el interior hay un cilindro que
mueve esas imágenes fijas, dotándolas de movimiento a ojos del
espectador.el Mutoscopio,
inventado por Herman Castler en 1895, se basa en un principio con el que
estamos familiarizados. Cuando doblamos un libro y dejamos las hojas
correr debajo del pulgar, las imágenes aparecen a la vista en tan rápida
sucesión que se produce una muy buena sucesión de imágenes en
movimiento.
Estamos familiarizados con la
colección de imágenes montadas en las hojas de un libro, doblando el
libro y dejando las hojas correr debajo del pulgar, las imágenes
aparecen a la vista en tan rápida sucesión que se produce una muy buena
sucesión de imágenes en movimiento.
Folioscopio (flipbooks)
Un folioscopio, es la forma más
primitiva de animación visual. Es un libro que contiene una serie de
imágenes que varían gradualmente de una página a la siguiente, para que,
cuando las páginas se pasen rápidamente, las imágenes parezcan animarse
simulando un movimiento u otro cambio. Los flipbooks son ilustrados
usualmente por niños, pero pueden estar también orientados a adultos y
emplear una serie de fotografías en lugar de dibujos. Los flipbooks no
siempre son libros separados, pueden aparecer como una característica
más en libros comunes o revistas, usualmente en las esquinas de las
páginas. Existen programas de ordenador y sitios Web que convierten
archivos de video digital en flipbooks personalizados.
8. Los inmediatos antecedentes del cine
Zoopraxiscopio/zoopraxinoscopio
El zoopraxinoscopio
es un artefacto que fue importante en el desarrollo inicial de las
películas cinematográficas, anterior al cinematógrafo. Fue creado por
Eadweard Muybridge
en 1879, proyectaba imágenes situadas en discos de cristal
giratorios en una rápida sucesión para dar la impresión de movimiento.
En el primer proyector las imágenes eran pintadas en el cristal como
siluetas. Una segunda serie de discos, realizados entre 1892 y 1894,
usaba dibujos perfilados impresos en los discos fotográficamente y
coloreados a mano. Algunas de las imágenes animadas eran muy complejas,
incluyendo múltiples combinaciones de secuencias de movimientos de
animales y humanos.
Sin embargo, lo que
hizo famoso a Muybridge, a partir de su relación con Stanford,
magnate norteamericano e inspirándose en los estudios del médico y
fotógrafo francés Étienne Jules Marey, fueron las investigaciones sobre
los movimientos que realizaban los caballos para caminar, trotar y
correr. Intentó demostrar que durante el galope el caballo tenía
momentos en que sus cuatro patas estaban simultáneamente en el aire.
Tras varios intentos y dispositivos, en 1878 incorporó el uso de
gatillos electromagnéticos activados por el paso del caballo, logrando
dos series de 12 fotografías cada una al paso de ella. Proyectó en
público los resultados utilizando el
zoopraxinoscopio,
logrando un enorme éxito en la prensa de la época. Con ello se había
logrado la descomposición fotográfica del movimiento rápido, quedando
libre la vía para la transición del dibujo a la fotografía en la ilusión
del movimiento.
Al enterarse de los
éxitos de Muybridge, Marey redobló su interés y esfuerzos por la
descomposición del movimiento, buscando nuevas mejoras, pues se había
interesado por el registro de movimientos más difíciles aún, como el del
vuelo de las aves. Adaptando el revólver fotográfico, inventado por
Jules Jansson en 1874 para registrar el movimiento de los planetas, a
los avances logrados por Muybridge, logró en 1882 registrar el
movimiento de aves en vuelo gracias a su «fusil fotográfico», cuyo
mecanismo de obturación y apertura era análogo al de un fusil común.
Los descubrimientos
de Edison. El Kinetoscopio
Hasta 1890, los científicos estaban
interesados principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en
el de la cinematografía. Esto cambió cuando el inventor
Thomas Alva Edison construyó un
laboratorio para realizar experimentos sobre imágenes en movimiento y el
primer estudio de cine del mundo.
Edison inventó el fonógrafo en 1877,
y se convirtió en el entretenimiento más
popular del siglo. Para proporcionar un acompañamiento visual al
fonógrafo, Edison encargó a William Kennedy-Laurie Dickson, un
joven asistente de laboratorio, un sistema de movimiento de imágenes, en
1888. Dickson se basó en el trabajo de Muybridge y Marey, pero fue el
primero en combinar los dos fundamentos de la cara de imágenes en
movimiento y la tecnología de la proyección. Estos fueron un dispositivo
para asegurar el movimiento intermitente pero regular de la tira de
película de la cámara y una tira de película de celuloide con
perforaciones regularmente distribuidas para asegurar el transporte de
la película
9. Los Hermanos
Lumière y el Cinematógrafo
Los Hermanos Lumière
son considerados históricamente como los padres del cine. Inventaron el
cinematógrafo (considerado el primer aparato de cine) basado en el
kinetoscopio de Edison.
Los hermanos Louis y
Auguste Lumière, en su fábrica de placas fotográficas en Lyon en 1894,
crearon el cinematógrafo, invento que era al mismo tiempo cámara,
copiadora y proyector, y que es el primer aparato que se puede calificar
auténticamente de cine.
La presentación
oficial de su invento fue el 28 de diciembre de 1895, ante el público
del Gran Café Boulevard de París. La fecha se considera universalmente
como la del inicio del cine tal y como lo hemos conocido.
Los hermanos Lumière
produjeron una serie de cortometrajes con gran éxito, de género
documental, en los que se mostraban diversos elementos en movimiento:
obreros saliendo de una fábrica, olas rompiendo en la orilla del mar y
un jardinero regando el césped. Uno de sus cortometrajes más efectistas
para demostrar las posibilidades del nuevo invento fue el que mostraba a
un tren correo avanzando hacia el espectador, lo que causó el susto de
los que lo veían. Pronto, en varios países, sobre todo en Gran bretaña y
en Estados Unidos, Edison, siguiendo el modelo del cinematógrafo de los
hermanos Lumière, las películas se comenzaron a comercializar a escala
internacional.
Para ver en la
exposición.
En la exposición se puede ver un Cinematógrafo
Lumière, fabricado en Francia en
1896. |