|
El documental de la naturaleza y la sociedad
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
|
El
puntero de don Honorato/Bibliografía
A
propósito de Niza
(A propos de Nice)
1930 |
Sinfonías de la gran ciudad: Jean Vigo
Hacia
1925 varios cineastas dieron a conocer la gran ciudad, el movimiento durante
todo el día: Alberto Cavalcanti, brasileño, realizó Rien que les heures
(1926) ambientada en París, Walter Ruttmann rodó Berlín, Sinfonía de una
gran ciudad (Berlin die Symphonie des Gross-stad, 1927) y Henri Stork
realizó Images d'Ostende (1929). Muy pronto prácticamente todas las grandes
ciudades se pusieron a rivalizar unas con otras para rodar su propia
«sinfonía de la gran ciudad».
La más
importante de todas estas películas es A propos de Nice (1930), rodada por
Jean Vigo en Niza, a donde llegó buscando alivio para su mala salud. Filmó
la vida de la riqueza, las fiestas, el deterioro de sus personajes
arquetípicos, los barrocos cementerios de los ricos y las contradicciones de
la vida burguesa. Utilizó en ocasiones la cámara oculta para conseguir
interesantes tomas de los habitantes de la ciudad. La película se convirtió
en un documento ideológico de protesta. Antes de morir, todavía pudo filmar
Zéro en conduite (1933), sobre la vida en un internado para niños pobres y
el largometraje L'Atalante (1934). En aquellos años Luis Buñuel rodaba en
España Las Hurdes, tierra sin pan (1933) un tremendo documento filmado sobre
el hambre y las miserables condiciones de los habitantes de una zona de
Extremadura.
|
Jean Vigo
París 1905- 1934. Hijo de un periodista y militante anarquista
catalán -Miguel Almereyda; en realidad Eugène-Bonaventure de Vigo-
muerto ahorcado en una prisión francesa en 1917. En su infancia y
adolescencia estuvo en un internado de Milla y quizás por las malas
condiciones de vida que tuvo allí, contrajo tuberculosis en su
juventud, por lo que se instaló en Niza. En esta ciudad fue ayudante
en un estudio fotográfico y posteriormente parte muy activa del
cineclub de Niza, lo que le procuró contacto con experimentadores
cinematográficos de todo el mundo.
En 1929 Jean Vigo invitó a Boris Kaufman (hermano de Dziga Vertov)
para trabajar con él y realizaron la obra Sobre Niza (À
Propos de Nice, 1930). Puede definirse como una visión sobre una
sociedad superficial en proceso de putrefacción. En esta corto mudo,
y por regla general, cuando trabajaban juntos, Kaufman filmaba y
Vigo dirigía. Con frecuencia Vigo llevaba a Kaufman a pasear en
silla de ruedas con una cámara
entre las piernas y tapada por una manta (la silla de ruedas pasaba
desapercibida en una ciudad como Niza). Así eran capaces de filmar a
las personas sin que se diesen cuenta, que era lo que ambos buscaban
porque eran partidarios de la teoría kino-pravda (cinéma
vérité).
Luego
realizó el documental sobre el campeón de natación Taris.
Zero de condutei es su primer largo y relata el conflicto
entre estudiantes y profesores en un internado. Este film fue
censurado por considerarlo sedicioso.
El último film que hizo fue la historia de amor L´Àtalante.
Al poco de realizarla murió con 29 años. A pesar de su escasa
filmografía es considerado uno de los mejores cineastas franceses |
|
«El documental realista, con sus
calles, ciudades y suburbios pobres, mercados, comercios y fábricas,
ha asumido para sí mismo la tarea de hacer poesía donde ningún poeta
entró antes y donde las finalidades suficientes para los propósitos
del arte no son fácilmente observables. Eso requiere no sólo de
gusto, sino también de inspiración, lo que supone, por cierto, un
esfuerzo creativo laborioso, profundo en su visión y en su simpatía»
Grierson
|
|
El
documental social: Grierson
Uno de
los más importantes empujes al documental lo dio John Grierson, británico,
basándose en las aportaciones «realistas» del cine soviético como
instrumento de información y formación. Grierson, en Drifters (1929), se
acerca al mundo de la pesca del arenque en una película educativa en la que
no cabe esperar encontrarse con temas exóticos o cosmopolitas, sino
incidencias en aspectos sociales. Grierson entendía que los documentales
debían tener una función social, pedagógica y de educación cívica.
Drifters 1929 |
John Grierson. (1898-1972)
Productor, director, teórico y fundador del movimiento
documentalista Escocés. Nació en el seno de una familia de maestros
presbiterianos y socializantes.
Estudió Filosofía en la Universidad de Glasgow y durante la Primera
Guerra Mundial sirvió en la marina. En 1924 partió hacia Estados
Unidos con una beca de la Fundación Rockefeller y durante tres años
estudió prensa, radio, televisión y cine, impactado por el efecto
que este tenía sobre el público y por el sensacionalismo que
practicaba la prensa de William Hearst. Analizando la forma de
construcción de la noticia, llegó a definir al documental como el
tratamiento creador de la actualidad, término que aplicó por
primera vez refiriéndose al film Moana, de Robert Flaherty.
Convencido de que el cine debía tener una función propagandística
social, decidió formar un grupo de producción de documentales. Tras
alguna experiencia en cine dramático, fundó la escuela Grierson con
universitarios provenientes de Cambridge. Realizó Correo nocturno
(Night Mail, 1936), con Harry Watt, Mar del Norte (North
Sea, 1938), La canción de Ceylán (The Song of Ceylon,
1934-35), con Basil Wright e Industrial Britain (1933).
En 1937 fundó el Film Center con la intención de independizarse. En
1938 lo llamó el gobierno de Canadá y en 1939 creó el National Film
Board, con el que formó otro grupo de documentalistas, entre los que
se encontraba Norman Mac Laren. En 1945 volvió a Inglaterra y fundó
la Internacional Film Associated, de la que formaron parte Robert
Flarherty y Jean Benoit-Lévy, entre otros. Hoy es considerado el más
importante teórico del documental y su obra es vista como un
antecedente del neorrealismo italiano y del Free Cinema inglés.
«El documental no
es más que el tratamiento creativo de la realidad. De esta forma, el
montaje de secuencias debe incluir no sólo la descripción y el
ritmo, sino el comentario y el diálogo» |
|
|
La teoría del Cine-Ojo
Vertov creó la teoría del cine-ojo, una actitud más filosófica que
técnica, que promulgaba una objetividad total e integral en la
captación de las imágenes, captar las imágenes sin una preparación
previa y que rechazaba el guión, la puesta en escena, los decorados
y los actores profesionales.
Acepta el uso del montaje para unificar los fragmentos extraídos de
la realidad y es un defensor a ultranza de que la cámara ve mejor
que el ojo humano.
La meta de Vertov era la de desembarazar a la captación de imágenes
de todos sus artificios para conseguir una objetividad integral, que
él creía posible debido a, según sus palabras, la inhumana
impasibilidad de la pupila de cristal de la cámara. |
|
El
documental reportero: Vertov
Dziga
Vertov, ruso, otro documentalista de importancia, es considerado como uno de
los padres del llamado «cinema verité». Entendía que la finalidad del cine
era la transformación social. Su «Manifiesto del cine» (1923) es la
propuesta del «cine rojo», toda una teoría del discurso
cinematográfico. Utilizaba la cámara oculta, los planos largos y la
iluminación natural. Su película más conocida es El hombre de la cámara
(1929), donde explica cómo se hace una película y presenta a los operadores
de cámara como verdaderos héroes populares. Ejerció una influencia decisiva
en el estilo y los métodos de la mayoría de los documentales televisivos.
Filmando
desde una motocicleta
|
Dziga Vertov (1895-1954)
Su verdadero nombre: Denis Arkad'evic Kaufman.
Hijo de bibliotecarios. Cursó estudios de música y de medicina y
escribió poesía y novela. Atraído por el futurismo, tomó el
pseudónimo de Dziga Vertov (¡Gira, peonza!, en ucraniano).
Dziga Vertov filmaba cuanto veía y lo compaginaba de modo singular,
en sucesiones vertiginosas de imágenes. «Soy un ojo fílmico, soy un
ojo mecánico, una máquina que les mostrará el mundo como solamente
yo puedo verlo», decía en la proclama del movimiento «Cine Ojo».
Cineasta
innovador, teórico, poeta, agitador, editor, propagandista y pilar
indispensable de un cine documental auténtico que respondiera a las
necesidades políticas, económicas y sociales del momento histórico
en que se hallaba inmerso. Vertov fue, sobre todo, un inventor y un
imaginativo baluarte del cine experimental; demasiado para las
mentes cuadradas de los burócratas del partido, que llegaron a
humillarlo, bloquearlo, desanimarlo, desmovilizarlo, buscando
sofocar su espíritu. Fue acusado de formalismo, antirrealismo,
narcisismo y tratamiento reaccionario' de la realidad soviética.
Experimentó en su «laboratorio del oído»
experimentando «músicas de ruidos», montaje de fonogramas y
palabras. Hacia 1920 Vertov hizo un descubrimiento notable: el ojo
humano era capaz de registrar un plano cinematográfico de apenas dos
o tres fotogramas. Ello implicaba la posibilidad de montar
fragmentos diminutos en cortes aparentemente ilógicos que no sólo
desafiaba por entero la temporalidad de la visión natural sino las
estructuras del pensamiento.
En 1925, Vertov anticipaba: «En un futuro próximo, el hombre
podrá transmitir simultáneamente por radio, para el mundo entero,
los hechos visibles y sonoros grabados por una radio-cámara'».
Los tiempos posteriores le dieron la razón. El uso de cámaras
portátiles impulsaron la corriente documentalista (el cine directo),
el auge posterior de las telecomunicaciones y las aportaciones
tecnológicas han posibilitado la utilización, cada vez mayor, de las
microcámaras y la circulación abierta de imágenes generadas por
multitud de individuos y grupos sociales a nivel mundial..
Su experiencia en los frentes de combate lo
llevó a realizar
Historia de la
guerra civil en 1922, y entre ese año y 1925 desarrolló su
serie Cine
Verdad (Kinopravda); en 1926 hizo La sexta parte del
mundo, en 1928 El undécimo año, y en 1929
El hombre de la
cámara, su película más conocida a nivel internacional.
Entusiasmo, en 1930, es su primera obra en el cine
sonoro, por la cual Charles Chaplin le envió felicitaciones y le
dijo: «Considero Entusiasmo como una de las sinfonías más
emocionantes que haya oído jamás».
Tres cantos
sobre Lenin, en 1934, marca su apogeo como cineasta cuyo
desarrollo creativo, desde entonces, fue obstaculizado por el
partido. |
|
|
El
documental explorador: Flaherty
Ver: Biofilmografía de Flaherty
Quien
hizo que el documental cinematográfico adquiriera la mayoría de edad fue
Robert J. Flaherty, al que muchos comparan con Griffith ya que, al igual que
el creador de El nacimiento de una nación, Flaherty consolidó una manera de
entender y narrar a través del cine.
A
diferencia de Griffith, Flaherty es un francotirador aislado, viajero
empedernido y enamorado de la idea del «buen salvaje». Encontró en el cine,
no un medio para sublimar sus aspiraciones artísticas, sino una herramienta
complementaria a su vocación de explorador. Su primera película sobre la
vida de los esquimales se vio accidentalmente destruida pero la compañía
peletera Révilion Fréres le contrató para que rodase Nanook, el esquimal (Nanook
of the North 1922). Flaberty utilizaba las tomas largas, los planos
generales y la acción espontánea, sin puesta en escena. Atraído por el tema
de su película no reparó en que la compañía Révillon Fréres era de los
mayores explotadores de los esquimales. Sus experiencias le llevaron a
buscar una manera de acercarse más profundamente a la realidad de los
esquimales, con quienes había convivido varios años. Nanuk el esquimal es
considerado el primer gran documental de la historia del cine. La obra de Flaherty incluye al menos otras dos obras maestras:
El hombre de Arán (1934)
y Lousiana Story (1948).
Tanto
para Vertov como para Flaherty el documental no representa la realidad como
en un espejo, sino que es necesario interrelacionar las imágenes obtenidas
dándoles un nuevo significado que tenga una finalidad pedagógica.
La
influencia del documental en el cine de ficción. Sabú
A
partir de la obra de estos documentalistas se rodaron otras películas, tanto
documentales como de ficción cuyos motivos principales se desarrollaban en
espacios naturales. Con Zorda filmó Flaherty un semidocumental, Tbomai, el
niño de los elefantes (Elephant Boy, 1937), primera aparición de Sabú, el
niño hindú que los Korda convertirían en un mito del cine de aventuras
exóticas. Robert Amstrong hizo King-Kong (1933), que pretendió ser una
película documental y terminó convirtiéndose en una de las obras de ficción
más imaginativas y fantásticas.
En la
mayoría de las ocasiones las películas de selva se rodaban en inmensos
platós, pues la cámara dejó de salir al ambiente, dejando para la posteridad
en una serie de films, una imagen del mundo indígena y de las culturas
primitivas que pervive hasta nuestros días y que sigue reproduciéndose en
nuevos films que degradan hasta límites insospechados las culturas indígenas
bajo el paraguas de la libertad creadora y del entretenimiento.
|
|
|
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
|
|