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Mujeres protagonistas
en el cine |
Verónica Guerin
Una periodista que investiga y denuncia a la mafia
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine
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Periodismo de investigación
comprometido
A mediados de los 90, Verónica
Guerin, periodista irlandesa del The Sunday Independent, estaba dispuesta
a esclarecer toda la verdad acerca de los señores de la droga de la
ciudad de Dublín. Su cruzada personal la convirtió en el objetivo de todas
las miradas. Sobre su historia, el director John Mackenzie dirigió en el
año 2000 la película ''El
valor de la verdad''. El rol de la periodista lo interpretó Joan Allen. Joel Schumacher dirigió
una nueva versión de los mismos hechos en 2003, un filme
de denuncia, realizado con soltura y agilidad, que pretende ensalzar la
figura de la reportera, interpretada por Cate Blanchett. A modo de
curiosidad, un periódico irlandés publicó que en la prisión de
Portlaoise, donde fueron encarcelados los asesinos de Guerin,
proyectaban esta cinta al menos una vez al mes en la sala común a
petición de los presos.
"El homicidio de
Veronica Guerin significó un vuelco en la guerra contra las drogas pues
galvanizó a Irlanda en la lucha. Miles de personas salieron a las calles
en marchas semanales a protestar contra las drogas que forzaron a los
traficantes a salir de Dublín. Antes de que transcurriera una semana de
su muerte, el Parlamento en una sesión de emergencia modificó la
Constitución de la República de Irlanda para permitir que la Suprema
Corte pudiera congelar los bienes de los sospechosos de traficar
drogas."
Texto que aparece al final de la película
"Verónica Guerin" |
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La película.
El valor de la verdad
El valor de la
verdad. When the Sky Falls
Reino Unido. 2000.
107 min.
Dirección.
John Mackenzie
Guión. Ronan Gallagher, Colum McCann, Michael Sheridan
Música. Pol Brennan
Fotografía. Seamus Deasy
Reparto. Joan Allen, Patrick Bergin, Liam Cunningham, Pete
Postlethwaite, Kevin McNally, Jimmy Smallhorne, Mannix Flynn, Jason
Barry, Owen Roe, Paul Hickey
Coproducción
Reino Unido-Irlanda-Estados Unidos; Bord Scannán Na Héireann / Icon
Productions / Irish Screen / Redeemable Features
Sinopsis.
Sinead Hamilton (un nombre ficticio que se le asigna a la periodista
Verónica Guerin) es una periodista de la sección de sucesos, dispuesta
siempre a llegar al final y a introducirse en el submundo criminal de
Dublín para esclarecer toda clase de actividades ilegales.
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La película. Verónica
Guerin
Veronica Guerin
Irlanda. 2003. 96
min.
Dirección.
Joel Schumacher
Guión. Carol Doyle, Mary Agnes Donoghue
Música. Harry Gregson-Williams
Fotografía. Brendan Galvin
Reparto. Cate Blanchett, Ciarán Hinds, Gerard McSorley, Brenda
Fricker, Don Wycherley, Barry Barnes, Simon O'Driscoll, Emmet Bergin,
Charlotte Bradley, Mark Lambert, Garrett Keogh, Maria McDermottroe,
Paudge Behan, Joe Hanley, David Murray, Colin Farrell.
Coproducción
Irlanda-Reino Unido-Estados Unidos; Touchstone Pictures / Jerry
Bruckheimer Films
Sinopsis. Años
90. Veronica Guerin, una brillante periodista dublinesa, investiga casos
de narcotráfico. Después de acudir a un juicio por exceso de velocidad,
es asesinada por dos hombres enmascarados.
Premios
2003: Globos de Oro:
Nominada a Mejor actriz drama (Cate Blanchett)
2003: Festival de San
Sebastián: Mejor director. |
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La historia real
Verónica Guerin fue
una periodista irlandesa que fue asesinada en 1996 por narcotraficantes
irlandeses. Empezó a escribir en el diario “Sunday Independent” en el
1994, acerca de los criminales de Irlanda, especialmente de la mafia de
la droga; cuando empezó a escribir acerca de ese sector del crimen
empezaron las amenazas de muerte, las envidias de sus compañeros y las
críticas de los políticos.
Ella y sus cuatro
hermanos nacieron y se criaron en Artane, Dublín, Irlanda, y asistió una
escuela católica donde destacó en atletismo, además del baloncesto y el
camogie (un deporte celta). A los 15 años jugó en las finales nacionales
de fútbol con una hernia discal. Se casó con Graham Turley y la pareja
tuvo un hijo, Cathal.
Fundó una compañía de
relaciones públicas antes de unirse al Sunday Business Post y el Sunday
Tribune. En 1994, comenzó a escribir sobre el mundo del crimen
organizado irlandés para el Sunday Independent, utilizando seudónimos
para referirse a las personas implicadas para evitar denuncias por
libelo. A consecuencia de estos artículos, recibió numerosas amenazas de
muerte. El primer atentado contra ella se produjo en octubre de 1994,
cuando alguien hizo dos disparos a su casa después de su historia sobre
el asesinato del capo Martin Cahill. Guerin rechazó la "advertencia".
En 1995 recibió un
disparo en la pierna en su casa, como una advertencia de la mafia de la
droga para que se quede callada; aunque mucha gente creyó que lo hacía
por publicidad. Sin embargo, siguió con sus investigaciones. El diario
“Sunday Independent” instaló un sistema de seguridad y la policía
irlandesa le ofreció protección las 24 horas lo que ella rechazó, ya que
podría afectar con su trabajo. Ella fue una mujer que siempre se
preocupó por la búsqueda de la verdad, el silencio era sinónimo de
complicidad, hubiera sido casi igual para ella que los crímenes que los
capos cometían, aunque ella era una persona dedicada al trabajo no le
quitaba horas a su familia.
El periódico para el
que trabajaba desembolsó 25.000 libras en la instalación de un complejo
mecanismo de seguridad en el domicilio de la periodista amenazada, y la
policía ofreció a Verómica protección especial. Algunos comisarios con
los que Guerin mantenía contacto pensaron que el más grave error de la
reportera fue revelar en el reportaje un detalle demasiado íntimo de
Cahill, el dato de que le era infiel a su esposa. Guerin rozó por fin la
frontera fatal escribiendo sobre las andanzas siniestras de Tony Felloni,
el último gran jefe en el negocio del tráfico de heroína. Felloni, un
dublinés, cumple actualmente condena de 20 años de cárcel, pero las
ramificaciones de su banda son enormes. La Gardai -policía irlandesa- ha
desplegado amplias fuerzas para atrapar a Ios dos matones que acabaron
con la vida de Verónica Guerin el pasado miércoles, pero, como la propia
ministra de Justicia irlandesa ha recalcado, no sería de extrañar que
los culpables quedaran impunes.
En la noche del 25 de
junio 1996, Brian Meehan, Peter Mitchell y Seamus Ward, miembros de la
banda de Gilligan, se reunieron secretamente en sus instalaciones de
Greenmount Industrial Estate con Charles Bowden, quien les entregó un
revólver Colt Python cargado con balas calibre 357 Magnum.
El 26 de junio de
1996, mientras Guerin conducía despreocupadamente su Opel Calibra, se
detuvo en un semáforo en rojo en la autopista M7 Naas, cerca de Newlands
Cross, en las afueras de Dublín, sin saber que la estaban siguiendo dos
hombres en una motocicleta. Uno de ellos bajó y le disparó fatalmente
seis veces.
Guerin fue asesinada dos días antes de que ella dictara una conferencia
en el Foro de la Libertad en Londres con el tema de "Morir para contar
la historia. Periodistas en riesgo".
Tras la muerte de
Veronica Guerin, el clamor de la gente se hizo oír y obligó al
Parlamento Irlandés a tomar cartas en el asunto, incrementó los
impuestos que pudieran afectar a los criminales y creó la CAB (Criminal
Assets Bureau) embargó las propiedades y todo bien que se hubiera
adquirido de manera ilícita. |
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John Gilligan fue
enjuiciado y encarcelado por narcotráfico con una sentencia de 28 años
de cárcel, aunque una apelación redujo la condena a 20 años. En 2002 sus
propiedades fueron confiscadas por el CAB. El 15 de octubre de 2013
Gilligan fue liberado después de 17 años en prisión. El 1 de marzo de
2014 sufrió un atentado efectuado por sicarios pero milagrosamente salió
con vida.
John Traynor, después del
asesinato de Guerin, viajó por Europa tratando de escapar de la justicia
irlandesa, pero fue arrestado en Holanda en septiembre de 2010 y está luchando
para evitar su extradición a Dublín. Sus bienes fueron confiscados por el CAB?
Guerin
hacía un escalofriante relato íntimo de un famoso traficante de heroína, Tony
Felloni, un sujeto que introdujo personalmente a su hija en el mundo de las
drogas e intentó envenenar a su propia esposa.
John Gilligan |
John Traynor |
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Veronica Guerin: el
asesinato de la periodista que cambió Irlanda
* Este artículo
apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de junio de 1996, de
Forum Libertas, on-line
Jaime Alberto Madero Muñiz; Voceador de El Informador, Santa
Marta, Magdalena, Colombia. Tiroteado por vender ejemplares del diario,
que contenía información sobre la captura de seis reconocidos
paramilitares. Asesinado el 30 de septiembre del 2004.
Jorge Tortoza; Reportero gráfico del diario 2001, Caracas,
Venezuela. Tiroteado el 11 de abril del 2002, mientras cubría los
choques violentos entre partidarios y opositores del gobierno del
presidente Hugo Chávez.
Triet Le; columnista del la revista
vietnamita Van Nghe Tien Phong. Fue asesinado el 22 de
septiembre de 1990, junto a su esposa, dentro de su automóvil frente a
su casa en Baileys Crossroads, Virginia. Se cree que fue asesinado por
un grupo de refugiados anticomunistas. Estados Unidos.
La lista es muchísimo
más larga. En esa lista se encuentra también Verónica Guerin, periodista
irlandesa asesinada en Dublín el 26 de junio de 1996. Su “delito”:
buscar la verdad. Como todos los demás. La FIP (Federación Internacional
de Periodistas) reivindica la libertad de palabra y de información como
fundamentos del periodismo.
“Una violación de la
libertad puede ser una bala asesina, dirigida a matar a un periodista
investigador e intimidar y silenciar a sus colegas. Puede ser un toque
de la policía a la puerta, llevando a un reportero o reportera a
cuestionar sus fuentes, o a llevarle a la cárcel con o sin un debido
juicio. Puede ser una ley de medios restringida, que coloque el poder
sobre el contenido editorial en manos de censores y juicios a la
prensa”.
Verónica fue
asesinada por utilizar la palabra y la información. Como todos los
demás. La historia de Verónica es la historia de una madre, una esposa,
una hija, una hermana. Pero sobre todo, es la historia de una periodista
comprometida: de una “periodista ciudadana”. El director de cine Joel
Schumacher conoció su historia a través de Jerry Bruckheimer, vio que
había buen material para hacer una película, y en octubre de 2003 se
estrenaba en las pantallas americanas.
La película empieza
y termina con su muerte, con una cruz – una iglesia, un entierro -.
Verónica buscó la verdad y murió por ella. Escribía para el Sunday
Independance sobre el negocio de la droga, e investigaba para conectarla
con las mafias. Su marido, su hermano, su madre, los tres intentaban
hacer primar en ella la idea de seguridad, al fin y al cabo era madre y
debía pensar en su hijo; tal vez porque pensaba en su hijo Cathal
arriesgaba su seguridad para asegurar la de él.
Estaba harta de
escribir chorradas que sólo eran de interés social. Estaba convencida de
que alguien debía hacer lo que ella hacía, escribir sobre la droga. Una
droga que mataba a niños, utilizados por los capos porque la policía no
los tocaba. Niños como su hijo, incluso más pequeños, jugaban con las
jeringuillas tiradas a paladas por la calle. Niños que consiguen el
dinero para un pico amenazando a mujeres como ella con contagiarles el
sida.
Los tres, marido,
madre, hermano, sufrían por ella; no como sus colegas, periodistas que
la menospreciaban, a ella y a su trabajo. Los tres, en mayor o menor
medida, se sientes responsables y quieren que Verónica deje de husmear
entre las mafias de la droga. Bernie, su hermano, es el más directo:
tras el primer disparo de advertencia, sólo rompen una ventana, Verónica
le dice que uno se va acostumbrando a esas cosas, pero Bernie no está de
acuerdo, “te acostumbras al agua fría, no a las balas”.
Su marido, Graham,
es el que hace la campaña más constante. Verla en la cama del hospital,
tras el balazo en la pierna, le hace creer que ya no seguirá con su
cruzada. Tú siempre has querido escribir sobre política. La respuesta de
Verónica es contundente: la droga es política. Su madre, Bernadette,
también intenta “desengancharla”: “a veces es más interesante que el
viejo se quede la pelota”, tiene más valor retirarse.
No para Verónica.
Ella nunca muestra su miedo, nadie se carga al mensajero. Pero tras su
paso por el hospital, las amenazas telefónicas, la paliza de Gilligan,
las advertencias de Traynor, empieza a tener dudas respecto a la
conveniencia de seguir con el tema: ahora siente el miedo.
Música celta, niños
indefensos, cambio de los roles en la familia, responsabilidad y
compromiso. Verónica Guerin, en busca de la verdad es una historia de
lucha, de batalla ganada a medias. Verónica es asesinada, pero estaba
encantada su trabajo, por fin estaba haciendo algo que podía cambiar las
cosas. Su muerte es portadora de cambios en las leyes irlandesas contra
los traficantes, sus artículos hacen que los irlandeses pasen a la
acción, y las manifestaciones semanales de la asociación de padres
contra la droga pasan de ser irrelevantes a multitudinarias.
Su
trabajo es ejemplo de periodismo de investigación, de trabajo de campo,
nada de llamadas telefónicas ni citas de terceros. Su tenacidad por
conocer la verdad hace que a la policía y a los políticos les importe
algo más que una simple lucha entre bandas del norte y del sur que se
matan entre ellos. Su denuncia consigue que se llame a los traficantes
por su nombre real, no con apodos ni ensalzándolos cual estrellas de
cine. |
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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