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La piel dura
La marginación y la
escuela
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
El mundo de las aulas
François Truffaut denuncia en esta
película la actitud de los adultos que no son capaces de percibir a los
niños como personas: o son autoritarios o les ignoran; les inculcan el
miedo y también la culpabilidad. En la versión literaria del film,
Truffaut escribe: «La piel dura quisiera plantear esta pregunta: ¿Por
qué se olvida tan frecuentemente a los niños en las luchas que emprenden
los hombres?».
[Una secuencia de la película La
piel dura, de Truffaut, señala magistralmente la diferencia entre el
mundo de los niños y el de la escuela, la lejanía entre maestros y alumnos.
La maestra, mademoiselle Petit, intenta sin ningún éxito que los alumnos
reciten un texto de «El Avaro», de Moliére, en el que Harpagnon dice:
«¡Al ladrón, al ladrón, al asesino, al criminal…!». Los alumnos, y sobre
todo uno de ellos, Bruno, lo recita de memorieta, dando la sensación de que
no lo comprende en absoluto. La maestra insiste varias veces, pero todo es
inútil, el alumno, recita sin ningún tono, sin inflexiones de voz, sin
gestos… La misma maestra lo interpreta con el fin de hacerle comprender cómo
se debe hacer, pero ni por esas. Bruno vuelve a comenzar sin entusiasmo, en
tono rutinario e inexpresivo; por suerte para él, es interrumpido por un
profesor que entra y sale con la maestra de la clase. En ese momento todo
cambia. Cuando la maestra hace su salida y Bruno se cerciora de que va hacia
el patio, radicalmente se transforma y dice: «Os voy a demostrar cómo lo
haría Harpagnon». Bruno da en ese momento una lección de interpretación
deslumbrante, magistral, moviéndose por toda la clase, vibrando en su
interpretación; un verdadero actor, que no quiso sorprender a su maestra,
pues hubiera caído en ridículo ante los demás. En este caso Bruno es el
ganador en la escaramuza.]
Fuente: Enrique
Martínez-Salanova Sánchez. Intereses comunes o contienda feroz. La
relación entre profesores y alumnos tal y cómo se trata en los medios
(1999, marzo). Comunicar.
También en:
Lecturas de
cine
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La secuencia central del film
es el accidente de Gregory, una caída desde el noveno piso de un
rascacielos al abismo de un niño de dos años que apenas sabe
caminar, y del que sale totalmente ileso. La escena es
sorprendente. A pesar de que traspasa los límites de la
verosimilitud, la siguiente conversación entre el profesor
Richet y su embarazadísima esposa convierte al film en algo
mágico, y a esta escena en metáfora fundamental de la película.
-Es pavoroso pensar en cómo
los niños están en peligro constantemente.
-Eso no es verdad del todo.
Un adulto hubiera muerto por el impacto, pero un niño no; los
niños son como una roca. Tropiezan por la vida sin quedar
lastimados. Ellos se encuentran en estado de gracia y eso les
permite tener la piel dura. Son mucho más resistentes que
nosotros.
En otras palabras, al haber
perdido la inocencia y espontaneidad de los primeros años de
vida, el adulto, a medida que endurece su corazón, hace blanda
su piel; por el contrario, los niños tienen el corazón blando y
la piel dura. |
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La piel dura, L'Argent de Poche
Francia. 1976. 101 min. Color.
Director: François Truffaut.
Intérpretes:
Jean-François Stévenin (Jean-François
Richet), Chantal Mercier (Chantal Petit), Virginie Thévenet (Lydie Richet),
Geory Desmouceaux (Patrick Desmouceaux), Philippe Goldman (Julien Leclou),
Claudio et Franck Deluca (Mathieu et Franck Deluca), Richard Golfier
(Richard Golfier), Laurent Devlaeminck (Laurent Riffle), Bruno Staab (Bruno
Rouillard), Sébastien Marc (Oscar Doinel), Sylvie Grézel (Sylvie), Pascale
Bruchon (Martine), Corinne Boucart (Corinne), Eva Truffaut (Patricia), Laura
Truffaut (Madeleine Doinel), Marcel Berbert (director), Vincent Touly
(conserje).
Los habitantes
de Thiers (Puy-de-Dôme). Con la participación de François Truffaut (el padre
de Martine).
Sinopsis: El mundo de los niños ha
sido fuente de inspiración para Truffaut, en numerosas ocasiones. Su
ingenio, imaginación, vulnerabilidad y fuerza, vuelven a quedar reflejados
en esta deliciosa historia que aúna drama, comedia y fantasía. Las
experiencias de un grupo de niños, de diferentes edades y situaciones
familiares, todos ellos de la pequeña ciudad de Thiers, Francia. Patrick
vive con su padre inválido, tan sólo quiere encontrar el amor y pronto
recibirá su primer beso. Julien vive en un hogar desbaratado, su madre,
alcohólica, lo maltrata, el director del colegio lo califica de "caso
especial" y termina convertido en ladrón, mentiroso y delincuente. Es en
definitiva, un superviviente. Alrededor de estos dos personajes gira la vida
de otros tantos niños, de los que se irán conociendo sus historias.
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Reflexiones sobre los niños y el cine
En relación con su
importancia en la vida real, el niño desempeña un papel ínfimo
en el cine. Por supuesto, existen varias películas en las que
aparecen niños, pero hay pocas películas sobre niños. ¿Por qué?
Sencillamente porque no hay estrellas de cine de su edad. Como
las películas comerciales se basan en la exhibición de las
estrellas, al niño sólo se le puede utilizar como algo
secundario, al margen de la acción y a menudo de forma
decorativa.
Sin embargo, en el pasado
hubo, en Hollywood, estrellas infantiles que el público adoraba
encontrar película tras película en una serie de aventuras;
pero, en mi opinión, estas películas, que muchas veces eran
excelentes y ofrecían diversión de calidad, no podían enriquecer
nuestros conocimientos de la infancia e incluso corrían el
riesgo de dar al público una idea falsa de la infancia;
normalmente eran irreales, puesto que estaban dirigidas a un
público juvenil al que se quería llenar de optimismo.
En algunas películas el niño
se ve traicionado por un vicio de forma del guión, es decir, se
le arrincona en beneficio de un elemento considerado poético de
entrada, un objeto, a veces un animal. Como los niños ya traen
automáticamente consigo la poesía, creo que se ha de evitar
introducir elementos poéticos en una película infantil, para que
la poesía nazca de sí misma, como algo más, como un resultado y
no como un medio, ni incluso como un objetivo que alcanzar.
Le Courier de l'Unesco, numero
especial Niños. 6 de febrero de 1975
«Finalmente -y ésta
es evidentemente la razón de ser de La piel dura-
yo no me canso de rodar con niños».
(La
piel dura, prólogo, 1975) |
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Escena
para recordar
El profesor se dirige a los
alumnos después de que Julien es llevado con la gente de la
asistencia pública.
Profesor:
Sé que todos estamos pensando
en Julien Leclou. Lo leyeron en los periódicos, oyeron a sus
padres hablar de eso entre ellos o con ustedes. Antes de que nos
vayamos de vacaciones quiero hablarles de Julien. Para empezar
no sé mucho más que ustedes ignoren pero les diré lo que pienso.
Como me siento. Primero, la beneficencia pública cuidará de
Julien. Lo colocarán con alguna familia. Y les aseguró que a
donde vaya, estará mejor que con su familia que lo maltrataba
tanto, donde en sus propias palabras: «lo golpeaban». Su madre
perderá sus derechos maternales. Para Julien, pasarán muchos
años antes de que esté en libertad de ir y venir a donde quiera.
El caso de Julien es tan terrible que no podemos evitar el
comparar nuestras vidas con la suya. Mi infancia no fue tan
trágica pero créanme estaba ansioso por crecer. Me daba cuenta
que los adultos tenían todos los derechos. Son dueños de si
mismos, pueden vivir sus vidas como quieran. Un adulto que no es
feliz puede comenzar su vida en otra parte, desde cero. Pero un
niño que no es feliz esta condenado a la impotencia. Sabe que es
infeliz pero no puede expresar esa infelicidad con palabras y lo
que es peor algo dentro de él le impide poder dudar de sus
padres o de los que lo hacen sufrir. Si un niño no es amado y
sufre, él cree que es culpable y ¡Eso es lo terrible! De todas
las injusticias de la humanidad .. la injusticia hacia los niños
es la peor, la más despreciable. La vida no siempre es justa y
nunca lo será |
La primera
lección del maestro:
La primera lección que el
maestro (Profesor François Richet) de La piel dura
imparte a sus alumnos. Se puede interpretar que habla, en
boca del propio Truffaut:
«Quería deciros que si elegí
el oficio de maestro fue porque guardo un mal recuerdo de mi
juventud y porque no me gusta la forma en que se trata a los
niños. La vida no es fácil, es dura, y es importante que
aprendáis a endureceros para que podáis enfrentaros a ella, ojo,
endureceros no ser insensibles. Por una especie de extraño
equilibrio, aquéllos que tuvieron una infancia difícil están
generalmente mejor dotados para enfrentarse a la vida adulta que
aquellos otros que disfrutaron de protección o de un exceso de
cariño. Es una especie de ley de compensación. Más adelante
tendréis hijos, y yo espero que vosotros los queráis y que ellos
os quieran. En realidad, ellos os querrán si vosotros los
queréis. Si no, traspasarán su amor o su afecto, su ternura, a
otras personas o a otras cosas. Porque la vida está hecha de ese
modo: no podemos vivir sin querer y ser queridos». |
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Los
maestros
Truffaut realiza en La
piel dura un esfuerzo para presentar, no solamente niños,
sino también a sus maestros. Hace un contraste manifiesto entre
el profesor Richet (Jean-Francoise Stévenin) y la maestra Petit
(Chantal Mercier). Richet es agradable y dispuesto, empático con
su grupo, flexible con el programa del curso y que sabe
dosificar tanto la formación como la información en sus alumnos,
se comporta amigablemente sin que por ello se le vaya el orden
de las manos. Con este personaje, Truffaut hace un homenaje a
quienes encarnan el maestro que se preocupa por sus alumnos, que
los conoce y aprecia, que es a veces padre y a veces amigo, un
ser humano cálido, que acompaña al alumno en algunos difíciles
años de su vida. Al
contrario, a
la
señorita Petit, la presenta como autoritaria e inflexible, a la
que preocupa más la tarea y el contenido que los alumnos. |
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©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
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