|
«La belleza de
tu film no estará en las imágenes sino en lo inefable que ellas
desprenderán» (Robert Bresson).
El cine ha sido siempre eminentemente temático,
diversificando sus contenidos hasta el límite. En el cine se han tratado
todos los temas y se ha filmado casi todo. Las nuevas tecnologías facilitan
el acceso a lugares en los que el ojo humano nunca soñó. Es difícil
encontrar aspectos generales, o cotidianos, o científicos, o filosóficos,
que el cine no haya tratado de alguna forma. El cine, no solamente el
documental, es también documento sobre épocas históricas, filosofías y
pensamientos, modos de vida y costumbres. A partir del cine debe buscarse la
realidad que existe tras la ficción o la ficción que se da tras la realidad.
El interés que entraña el cine, su magia y su belleza, la versatilidad de
sus técnicas y la infinita gama de contenidos es, en muchas ocasiones, la
clave de la investigación sobre otras épocas, historias, relatos o
documentos, o sobre el mismo cine, su lenguaje y su tecnología.
El cine es, además, lenguaje, lenguaje vivo. Un
lenguaje que no estuviera en constante adaptación y crecimiento, moriría.
Por ello avanza, se enriquece, mira al pasado, busca futuro, enriqueciendo
su propio lenguaje y el de la sociedad, acrecentando y mejorando así su
propio lenguaje. El lenguaje del cine es interactivo, enriquecido por el
avance imparable y vertiginoso de la nueva tecnología, por lo que se hace
imprescindible en el debate social y se convierte en inexcusable vehículo de
cultura.
Para nuestros antepasados el cine fue una ventana al
mundo. Vivieron las películas de una forma mágica: veían y admiraban París,
la Costa Azul, el Cañón del Colorado, los maravillosos templos de Egipto, se
internaban en otras civilizaciones y se adentraban en los misterios de la
vida y de la aventura... Pasado más de un siglo, el cine ha ido
evolucionando, ampliando las ventanas y los horizontes. No hay lugar que no
se haya visitado, desde las simas más profundas del mar hasta las
cordilleras más elevadas, el espacio o los inconmensurables mundos de la
vida microscópica y el interior del cuerpo humano. Las cámaras se introducen
en mundos inverosímiles, más aun cuando por medio de la realidad virtual se
pueden rememorar, construir o inventar cualquier situación, persona, paraje
o edificio, haciendo posible cualquier punto de vista o perspectiva por
difícil o arriesgada que sea o parezca.
El cine da la posibilidad de ser utilizado en las aulas
de dos maneras fundamentales: como instrumento técnico de trabajo, en primer
lugar y como sustento conceptual, ideológico y cultural, por otro. Como
instrumento técnico de trabajo, sirve de punto de partida para conocer
diversos modos de acceder a la sociedad y descubrir la realidad. Las
técnicas propias del lenguaje cinematográfico son un soporte ideal para
iniciarse en la investigación de hechos, novedades y formas de
comportamiento social. Como sustento conceptual, ideológico y cultural, lo
que presenta en cine es normalmente reflejo de la misma vida. Esta vida, o
una parte de ella, es la forma de comportarse en un momento dado el país y
el mundo, y merece ser tenida en cuenta para profundizarla más y para
valorarla e incluirla en las acciones de aprendizaje. El análisis, aunque
sea como contraste, debe cuestionar la misma realidad que presentan con
frecuencia los medios de comunicación, con el fin de defenderse de la
manipulación y evitarla en la medida en que se pueda.
El análisis constante de lo que se introduce en nuestra
sociedad a través del cine debe servir para iniciarse en el conocimiento de
la vida en grupo, de la cultura y en el perfeccionamiento de los
comportamientos sociales. Sin el cine es imposible conocer la realidad
contemporánea. Se hace indispensable para el estudio y comprensión de la
geografía, la historia y la cultura, ya que nos podemos remontar a través
suyo, con facilidad hasta finales del siglo XIX. Los documentos que aporta
el cine se pueden cotejar con facilidad en hemerotecas y en archivos de
periódicos, en enciclopedias y en textos especializados.
El lenguaje vivo del cine
La fotografía dio paso al cine, al mismo tiempo que
ayudó a la pintura y al dibujo. Los caballos de Velásquez hubieran sido
otros de haberse conocido la fotografía. Los lenguajes de las artes, de la
imagen, de la literatura, de los países, de los idiomas, de las nuevas
tecnologías, se entremezclaron, se enriquecieron mutuamente, se
complementaron y se inspiraron entre sí para dar lugar a productos
artísticos más ricos, más integrados en la vida cotidiana, más accesibles a
la mayoría.
El cine ha aportado grandes realizadores e inventores,
ha cambiado sus formas de expresión gracias a directores como Griffith, que
dio al cine infinidad de elementos, o como Orson Welles, o como tantos otros
que han puesto su grano de arena en la expresión cinematográfica. El cine
actual debe mucho a los ‘jóvenes’, tan denostados en su tiempo, que dieron
lugar al ‘neorrealismo’ italiano o la ‘nouvelle vague’ francesa, y a muchos
más. Estamos viendo en la actualidad a realizadores jóvenes lograr productos
de muy buena calidad, algunos ya son obras de arte. Debemos esperar aún a
los que están por venir.
Si no aceptáramos la novedad, el riesgo, la tecnología,
las ideologías de hoy, incluso la competencia de otras tecnologías y de
otros espectáculos, estamos condenando al cine a ser lengua muerta y por lo
tanto a enterrarlo en vida, a considerarlo ‘no arte’, ‘no lenguaje’. Las
guerras mundiales hicieron cambiar profundamente el lenguaje
cinematográfico; dada la carencia de medios económicos se inventaron otras
formas de expresión, mucho más baratas pero no por ello menos creativas,
Nacieron así, después de la segunda guerra mundial el neorrealismo y el
realismo americano. Cuando el cine de Hollywood estaba en un lamentable
declive, surgieron otras corrientes, el cine de autor, el cine con ‘firma’,
que es el resultado de las carencias económicas y del riesgo corrido por los
directores para realizar películas en las que ellos mismos aportaban
ideología y formas de expresión. El cine se hizo así más libre.
El camino hacia la
investigación
La investigación se ha convertido en uno de los desafíos que la metodología
didáctica debe abordar para conseguir un aprendizaje integrado, útil para el
individuo y la sociedad, eficaz de cara al mercado laboral y significativo
en cuanto a la vocación persona y a la profesionalización que requiere un
mundo en constante tecnificación al mismo tiempo que produce grandes bolsas
de miseria y conflicto. Los métodos didácticos deben ser acordes con la
transformación social, haciendo posible que desde la enseñanza de los más
pequeños prime la motivación, la creatividad y el fomento de la curiosidad,
hasta la enseñanza universitaria, en las que las técnicas de investigación
se conviertan en el hilo conductor del aprendizaje.
Si lo que se pretende en todos los niveles del aprendizaje es que los
alumnos adquieran un razonamiento global e integrado de sus experiencias de
aprendizaje, necesariamente debemos proponerles experiencias de trabajo que
les permitan adquirir dicho razonamiento. La consecuencia es que debe
cambiar el estilo de presentación de los contenidos, pasando de ser
diferenciado por contenidos, ciencias, materias o disciplinas, a ser
unitario, es decir, interdisciplinar.
Esto supone un cambio en la lógica de la enseñanza. Los contenidos deben
estructurarse de otra forma, integradamente, y los métodos y técnicas para
conseguir los objetivos deben a su vez ser integradores. La relación entre
objetivos, contenidos y métodos se convierte en imprescindible.
El cine llevado al aula puede servir de punto de partida y de estrategia de
trabajo por lo que tiene de lúdico y creativo por una parte y por lo que
posee de técnica, lenguaje, planificación, contenidos e investigación por
otra. El lenguaje vivo del cine permite presentar a los alumnos estrategias
que les pueden llevar desde la percepción global, pasando por el
análisis y la síntesis, hasta la creación de algo distinto, la
verdadera síntesis creativa. El trabajo con el cine convierte las
actividades del aula en algo significativo, tangible y experimental.
La razón didáctica de todo esto es que la motivación es el elemento
primordial del aprendizaje, ya que es configurada por la propia estructura
biológica, social, histórica y psicológica del que aprende.
Si añadimos a lo anterior que el cine posee su propio proceso de
elaboración, su lenguaje y sus sistemas de investigación y de procesamiento
de datos, estaremos ante una verdadera estrategia interdisciplinar que como
tantas otras, pueden aportar al proceso de aprendizaje los elementos
necesarios que ayuden a los alumnos a sintetizar-globalizar su aprendizaje y
ser fundamento de un nuevo proceso.
El espectador es parte del lenguaje de los medios
Las limitaciones del lenguaje cinematográfico son evidentes. En el cine no
existen los olores, los aromas. Aquello a lo que los cineastas denominan
‘atmósfera’, se enriquecería si pudieran añadirse, a la imagen y al sonido,
otros ingredientes que afectaran a los sentidos. Cierto es que se han hecho
experiencias cinematográficas en las que había olores, movimientos de
butacas, salpicaduras de agua, etc, para hacer sentir otras sensaciones;
esas experiencias están limitadas a unas pocas salas en todo el mundo. La
atmósfera, los cineastas deben crearla con medios ligados a la imagen y al
sonido. No obstante, también hay mejores o peores logros. En la película
Missing, de Costa Gavras, lo he escrito en otros artículos, no solamente no
huele a muerto, a pesar de tanto cadáver, sino que además los cadáveres son
asépticos, ajenos, de plástico. Sin embargo en ‘La batalla de Argel’ (Gino
Pontecorvo 1966), aunque tampoco huele a muerto, es difícil no implicarse en
las violentas escenas de tortura, de represión en los que la atmósfera se
recrea con mucha mayor dureza. No pretendo juzgar una película como mejor o
peor que otra. Simplemente afirmo que hay una intencionalidad diferente en
cada caso, y por lo tanto una aplicación de lenguajes diversos.
Probablemente en el caso de Costa Gavras, uno de los directores de cine que
mejor han encarado el cine político, su intención era llamar la atención del
público norteamericano hacia una realidad, sin pasarse excesivamente en la
dosis de crueldad. (El mismo Costa Gavras ha dirigido películas mucho más
‘fuertes’, ‘La confesión’ o ‘Z’). En la otra, el director, Gino Pontecorvo,
desea dejar un duro documento para la posteridad, en la que los actores son
en su mayoría los mismos protagonistas que sufrieron los hechos
Para iniciar la investigación cine/literatura. Un
ejemplo: William Shakespeare
Ver más en:
Cine y Shakespeare
He elegido a Shakespeare por la importancia que tiene en la literatura y el
cine, pues da sobre todo cantidad y calidad en su tratamiento
cinematográfico y es posible, a través de su obra llevada al cine, iniciar
la explicación de un tratamiento investigador. Así lo entendía MacLuhan
cuando, en El aula sin muros, hacía referencia al estudio de la obra
del dramaturgo y sus adaptaciones cinematográficas.
Ya en la era del cine mudo se realizaron alrededor de cuatrocientas
adaptaciones de obras de Shakespeare. Algunas de ellas, han pasado a la
historia como documento valioso al reproducir los estilos de interpretación,
los escenarios, iluminación, gestos, vestuario y atrezzo que se utilizaba a
finales del siglo XIX. Esto, para un historiador no tiene precio. Sin
embargo, al no poder oírse ni una sola palabra la mayor parte de esas
adaptaciones no duraban más de diez minutos, a los que había que incluir los
rótulos con los textos para que los espectadores siguieran la
representación. Las obras de Shakespeare, comedias y tragedias, con
argumentos que no dejan de ser actuales, llenos de acción, romanticismo y
violencia, han estado siempre a disposición de los productores de cine.
William Shakespeare es el autor clásico más adaptado al cine. Lo han puesto
en cine Griffith, Kurosawa, Olivier, Polanski, Welles, Branagh y muchos
otros cineastas. Se han llevado sus argumentos a todas las épocas y
ambientes, se han hecho parodias y se han trasformado en dibujos animados.
La primera película rodada sobre un texto de Shakespeare de la que se tiene
noticia es King John, filmada por Sir Herbert Beerbohm Tree en 1899.
Shakespeare guionista
Shakespeare figura como el autor más veces adaptado a la pantalla con cerca
de quinientas versiones más o menos fieles, 41 modernizadas e innumerables
parodias. En la lista de historias que han sido filmada más veces figuran
Hamlet (7 versiones), Romeo y Julieta (5 versiones) y Macbeth (33
versiones). De las primeras pantomimas mudas hasta los más recientes
experimentos de Kermeth Braghan, se ha recorrido un largo camino.
Macbeth (1948), de Orson Welles, fue la primera incursión
cinematográfica de Welles en el mundo de Shakespeare, siendo probablemente
la mejor adaptación de esta obra que se ha realizado. La rodó en un tiempo
récord, improvisó los vestuarios y aunque fue un gran fracaso en su tiempo
de crítica, público y económico, es una maravillosa película. Romeo y
Julieta es una de los dramas más adaptados al cine. Zeffirelli realizó en
1968 Romeo y Julieta (I giovanni amanti di verona), producida por el
Reino Unido e Italia, en la que por primera vez los protagonistas son
adolescentes de verdad y situando la acción en los lugares originales. En
los últimos años, 1996, Romeo y Julieta (Romeo and Juliet), dirigida
por Baz Luhrmann fue una película bastante vapuleada por la crítica pero muy
aplaudida por los adolescentes debido a la presencia en el reparto
protagonista de Leonardo DiCaprio y Claire Danes.
El cine soviético hizo en 1969 El Rey Lear (Korol Lir) de Grigori
Kozintsev, a la que se considera la mejor adaptación de esta obra de
Shakespeare. Es una película en blanco y negro, con decorados esenciales y
una sobriedad de espacios en un paisaje duro e inhóspito. Se ha convertido
en un clásico. También el cine japonés hizo en 1985 otra adaptación de El
rey Lear, Ran, en la que en el siglo XVI, en Japón, Akira
Kurosawa, con magnificencia de medios, impresionante fotografía y excelentes
batallas, adapta la obra de Shakespeare.
De Otelo existen tres magníficas versiones: la de Orson Welles, en
1952, The Tragedy of Othello: The Moor of Vence, Palma de Oro en
Cannes, la que realizó en 1965 Laurence Olivier y la que hizo en 1995 Oliver
Parker, con Kenneth Branagh en el papel de Yago.
La mejor obra de Shakespeare llevada al cine es, posiblemente, la versión
que en 1964 hizo de Hamlet (Gamlet) Grigori Kozintsev, el mismo
director ruso que hizo El Rey Lear. Hamlet ha sido llevado al cine
infinidad de veces. Se debe destacar una versión de 1913, británica, muda,
dirigida por Sir Johnston Forbes-Roberson, una verdadera joya del cine mudo
que tiene el valor documental de ser una filmación de la escena británica de
finales del siglo XIX. En 1948, Hamlet, de Laurence Olivier, se llevó
cinco Óscars de Hollywood. Como curiosidad, los niños han visto una versión
muy libre de Hamlet en 1994. El Rey León, producida por la factoría
Disney. Si se desea entrar en ambientaciones de la época, es indispensable
ver y analizar películas como Enrique V hecha en 1944 por Laurence
Olivier y Reginald Beck, que además de ser la primera versión en color de
una obra de Shakespeare es muy interesante la ambientación y recreación del
teatro The Globe. Otra película reciente muy interesante es
Shakespeare enamorado (Shakespeare in love) de John Madden, en 1998, que
refleja, con muy buena ambientación y siguiendo multitud de fragmentos de
Shakespeare, la juventud del dramaturgo, el modo de hacer teatro de la
época, la recreación del ambiente teatral y el vestuario y una cuidadísima
expresión literaria y lingüística.
Con una película basada en la obra de un autor se pueden hacer infinidad de
actividades que promueven la investigación: estudiar el autor y su época,
las razones y características de su obra, comparar la ambientación y el
vestuario con grabados de la época o analizar el arte de su tiempo. Sobre la
película se puede entrar en su lenguaje, su fidelidad a los textos, la forma
de encarar el director la puesta en escena. Sobre la obra literaria se puede
leer la obra y entresacar algún texto que permita compararlo con su
secuencia en la película. Una investigación se sabe cuando comienza, no
cuándo termina.
Cine y arte
Ver más en:
Cine y arte
En el cine se manifiestan todas las tendencias artísticas, de pintura,
música o arquitectura.
El arte del siglo XX está presente en el cine en multitud de películas, que
hay que buscar. Por dar algunas pautas. El expresionismo alemán, por
ejemplo, se caracteriza por su representación fílmica ligada a las
vanguardias arquitectónicas, El gabinete del Dr. Caligari ¨(Das
Kabinett des Dr. Caligari, 1919), con grandes decorados
arquitectónicos, o el surrealismo representado por Dalí y Buñuel, o el pop-art
de El Submarino amarillo (Yellow Submarine 1968). Son también
muchas las películas que en sus argumentos se refieren al mundo del arte, la
construcción de las pirámides en Tierra de faraones (1955), de Howard
Hawks, El loco del pelo rojo (Lust for life, 1956) de Vincente
Minnelli, que relata la vida del pintor Van Gogh, Buenos días, Señor
Gauguin (Bonjour Monsieur Gauguin, 1988) de Jean-Claude Labrecque
sobre la obsesión de un ladrón de cuadros por la obra del pintor, Goya en
Burdeos (1999) de Saura, sobre los últimos días del pintor aragonés, y
muchas otras.
La música en el cine
El mundo de la música esta también presente en el cine, no solamente como
acompañamiento sonoro, con miles de películas con las que se puede trabajar
y disfrutar, sino como elemento argumental. Se da la música por la música
como en Fantasía, de Walt Disney (1940); películas musicales como
West Syde Story, de Robert Wise (1961), Cantando bajo la lluvia,
de Gene Kelly, (1952) o Cabaret, de Bob Fosse (1972); películas que
filman ballets, sinfonías, óperas o zarzuelas; las que en su argumento
narran la biografía de celebridades de la música como Amadeus (1984)
de Milos Forman, sobre Mozart, Canción inolvidable (A Song to
remember 1945) de Charles Vidor sobre la vida de Frederic Chopin o
Gayarre (1958) de Domingo Viladomat con Alfredo Kraus en el papel de
Gayarre. Otras tienen la música en su argumento y expresión como Barroco
(1988), de Paul Leduc, inspirada en el Concierto Barroco de Alejo
Carpentier en un mundo de música e imágenes o el cine semidocumental de
Flamenco (1995) de Carlos Saura. Las músicas de películas y el mundo de
la música e el cine es relativamente fácil, si se desea, llevarlo a las
aulas.
La historia es uno de los fundamentos de la narrativa, el argumento, la
ambientación y la atmósfera cinematográfica. Toda película, fundamentalmente
las que reflejan la misma época en que se filman, documentan un momento
histórico. Las primeras películas que se filmaron, de un minuto de duración,
son un documento histórico de un minuto. La salida de los obreros de la
fábrica, de los Hermanos Lumière, una de los primeros filmes proyectados
al público, es un documento histórico sobre ambiente, máquina de tren,
vestuario, gestos y estilo. Las imágenes filmadas reflejan situaciones,
modos de vivir y de sentir, que convierten el celuloide en documental de una
época determinada. Las películas realizadas desde el nacimiento del séptimo
arte, con temática y localización en este siglo, determinan una forma de ver
la realidad en cada momento, se adecuan a las formas, filosofías y maneras
de pensar de cada tiempo y son, de alguna forma, los cronistas que nos
permiten conocer cómo han ocurrido los hechos de los últimos cien años. Es
impensable entender lo que ocurrió y cómo se vivía en la Europa de la
posguerra sin ver películas como Ladrón de bicicletas, o Los
cuatrocientos golpes. Podemos conocer la ideología dominante en la
España del posfranquismo viendo películas de la época. Raza, película
cuyo guión realizó el mismo Franco con seudónimo de J. de Andrade, es de
vital importancia para conocer los valores en los que nos movimos varias
generaciones de españoles.
El llamado «cine de época», intenta rememorar épocas y episodios,
pensamientos y sucesos, que pueden también ser analizados y cotejados con lo
que se conoce desde otro tipo de documentos. Nada hay que descartar, ya que
en cine, todo se puede y debe debatir y cuestionar. La labor del profesor
será orientar los trabajos para que sean eficaces en orden a la adecuación
de currículum, contenidos y métodos de trabajo.
No hay que olvidar tampoco las posibilidades que proporciona el cine
documental, que desde el punto de vista histórico es muy rico en
aportaciones, ya sean películas hechas sobre referencias filmadas, icónicas,
pictóricas, musicales o sobre textos, de momentos históricos o sus
personajes.
Cine y medio ambiente
Ver más en:
Cine y medio
ambiente
El cine no solamente ha puesto en contacto al hombre
con la naturaleza, los paisajes exóticos y el documental de naturaleza, sino
que además ha sido, y sigue siendo en ocasiones, militante activo en la
lucha por la defensa del medio ambiente.
Desde que en 1922, en Nanuk el esquimal, Robert
Flaherty, expuso la difícil relación entre el hombre y su entorno natural,
abriendo así el campo de la cinematografía al cine etnográfico, el mundo se
llenó de películas defensoras de costumbres exóticas y más tarde entró en el
mundo de la defensa de los pueblos, de los valores culturales y de la
defensa del mundo.
En el cine español de los últimos años, algunos
directores se han aproximado al tema: Tasio (1984), de Montxo
Armendáriz, Lo más natural (1990), de Josefina Molina, La nave de
los locos (1996), de Ricardo Wullicher, Las ratas, de Antonio
Jiménez-Rico, basada en la novela del mismo nombre de Miguel Delibes, obra
que explora en la relación entre los animales y los humanos y La lengua
de las mariposas (1999), de José Luis Cuerda cuyo guión lo realizó
Manuel Rivas, experto en medio ambiente.
Las películas de Tarzán o King Kong, ya basaban sus relatos en la
intromisión del hombre blanco en las selvas vírgenes. Las novelas de
Burroughs o de Kipling, dieron lugar a decenas de películas. Desde El
libro de la selva (The jungle Book, 1942), producida por Korda,
sobre el niño salvaje al que cuidaron los lobos en la selva hasta Gorilas
en la niebla (1988), de Michael Apted, basada en la historia real de una
investigadora que se decide a estudiar los gorilas africanos acercándose a
su entorno.
Robert Redford, dirigió Un lugar llamado Milagro (1987), su segunda
película como realizador, que desarrolla la lucha por la conservación de la
naturaleza basándose en una novela de John Nichols. Posteriormente, a partir
de una historia de Nicholas Evans, el mismo director dirigió El hombre
que susurraba a los caballos. Otros directores, Jean Jacques Anaud con
El oso (1988), o Kevin Costner con Bailando con lobos
(Dances with wolves 1990), se suman a la reivindicación por la
defensa del medio ambiente, incluyendo el respeto por toda la vida, como
aquello que promueven la defensa de la Amazonía, con títulos entre los que
destacan La selva esmeralda (1985), de John Boorman, y Los últimos
días del Edén (1992), de John McTiernan. La cinematografía ha sido algo
más pródiga con películas que denuncian los desastres ambientales, en
películas como El síndrome de China (1979), de James Bridges, sobre
los efectos del uso de la energía nuclear.
Cine y derechos humanos
Ver más en:
cine y Derechos Humanos
Imágenes, noticias, fotografías, reportajes, películas, documentales y
eslóganes nos impactan jornada a jornada poniendo ante nuestros ojos la
violación en todo el mundo de los derechos fundamentales del ser humano.
Pareciera que los derechos no existen, sí las violaciones de los mismos. La
noticia es o suele ser precisamente esa, la ruptura de las más elementales
normas de convivencia y solidaridad y no lo contrario. La solidaridad, salvo
cuando las situaciones llevan a límites terribles, no generan noticia.
Uno de los últimos premios «Goya» al mejor cortometraje
documental se lo llevó una película de Silvia Munt, Lalia, sobre la
vida del pueblo saharaui en los campos de refugiados en Argelia. En
infinidad de ocasiones, ciertos países del tercer mundo, nos sorprenden con
la filmación de su existencia. A veces son películas de muy buena calidad,
realizadas con precariedad de medios indiscutible, pero que no se exhiben en
salas comerciales, por lo que su difusión es mínima. Pueden ser proyectadas
en la televisión en las madrugadas de «la dos» o en cadenas de pago. Nos
aportarían visiones muy completas de la manera de vivir y dificultades de
otros pueblos, etnias y culturas, diferentes a la europea o norteamericana,
que es el que continúa dominando.
Veíamos hace poco en un documental, a occidentales que
llegaron a tomar contacto con una tribu amazónica y a los indígenas
desconcertados ante la pregunta: ¿de quién es esta tierra?. La tierra no es
de nadie en las antiguas culturas, todos la defienden, y en ello radica la
solidaridad. No existe el concepto de propiedad de la tierra. Si
entendiéramos la solidaridad como ellos, evitaríamos la colonización sobre
el medio-ambiente y nuestros patrones culturales podrían ser más comunales.
Una película magnífica para entender este concepto es La selva esmeralda.
Bibliografía.
AGUILAR, P. (1996): “Manual del espectador inteligente”. Fundamentos.
Madrid.
ARIJÓN, D. (1988): “Gramática del lenguaje audiovisual”. Andoain.
Guipúzcoa. Escuela de cine y teatro.
ALONSO BARAHONA, F. (1992): "Antropología del cine", Centro de
investigaciones literarias españolas e iberoamericanas, C.I.L.E.H.,
Barcelona.
BALLÓ, J. y PÉREZ, J. (1997): “La semilla inmortal. Los argumentos
universales en el cine”. Anagrama. Barcelona
CABRERA INFANTE, G. (1997): “Cine o sardina”. Alfaguara. Madrid.
CAPARRÓS LERA, J.M. (1997): “100 películas sobre Historia contemporánea”.
Alianza Editorial. Madrid.
GAUDREAULT, A. y JOST, F. (1995): "El relato cinematográfico",
Ediciones Paidós, Barcelona.
GUBERN, R.: (1995): "Historia del Cine". Editorial Lumen. Barcelona.
GUBERN, R.: (1995): "Historia del cine español". Cátedra. Madrid.
LILLO REDONET, F. (1997): “El cine de tema griego y su aplicación
didáctica”. Ediciones clásicas. Madrid.
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (1981): "Hacia una nueva concepción de la
tecnología educativa". ICE de la UPM. Madrid.
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (1990): "El celuloide no se enrancia, o de
cómo llevar el cine a las aulas". Revista AULARIA de Educación, nº 6.
Almería.
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (1995): "El poder de la publicidad.
Educación y crítica activa." en el libro "Educación y
Televisión". Educación y medios de Comunicación I. Grupo Pedagógico Andaluz
«Prensa y Educación», Comisión Provincial de Sevilla.
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. y PERALTA FERREYRA, I. (1994): "Aprender la
realidad con los medios de comunicación", Sevilla, Grupo Pedagógico
Andaluz «Prensa y Educación».
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (1995): "La manipulación de la imagen en
vídeo, esencial para transmitir el mensaje didáctico", en el libro "Hoy
ya es mañana", Tecnologías y Educación: Un diálogo necesario. Publicaciones
M.C.E.P., Cuadernos de cooperación Educativa. Sevilla. Págs. 195-206.
MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (2002): “Aprender con el cine, aprender de
película. Una visión didáctica para aprender e investigar con el cine”.
Huelva. "Grupo Comunicar". 400 págs.
MOIX, T. (1995): "La gran historia del cine". Blanco y negro. Madrid.
MOSCARDÓ GUIILLÉN, J. (1997): “El cine de animación en más de 100
largometrajes”. Alianza Editorial. Madrid.
ORTEGA CAMPOS, I. (1987): “La imagen en el taller de imagen”.
Córdoba. Fundación Paco Natera.
PLATAS TASENDE A. Coord. (1994): “Literatura, cine, sociedad”. La Coruña.
Tambre.
PORTER, M., GONZÁLEZ, P. y CASANOVAS, A. (1994): “Las claves del cine y
otros medios audiovisuales”. Planeta. Barcelona.
SARTORI, G. (1998): “Homo videns, la sociedad teledirigida”. Taurus.
Madrid.
TORRES, A. (1995): "100 años de cine". Alianza editorial. Madrid.
VARIOS (1982): "Historia universal del cine". Planeta. Barcelona.
VARIOS (1994): "Historia del cine". País Aguilar. Madrid.
VILCHES, L. (1992): "La lectura de la imagen. Prensa, cine y televisión".
Paidós comunicación. Barcelona.
VIRILIO, P. (1988): “Estética de la desaparición”. Barcelona.
Anagrama. |