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A las cinco de la tarde
El derecho de la
mujer a la educación
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez
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El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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Las mujeres en
Afganistán
A pesar de que han
pasado más de sesenta años desde la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, de que la mujer ha conseguido tras años de lucha
equipararse al hombre en todos los aspectos y ha adquirido en casi todo
el mundo los mismos derechos y obligaciones, aún así existen países
e ideologías que retroceden en el tiempo y niegan a la mujer sus más
básicas aspiraciones y derechos y, por tanto, la capacidad de ser
personas. Esta es la historia: Tras la caída del régimen talibán en
Afganistán, se reabrieron las escuelas para las mujeres. Una de ellas
quiere llegar a ser Presidente de la República. Pero le tiene que
ocultar a su padre conservador que está yendo al colegio, y superar los
terribles obstáculos con los cuales se enfrenta su familia.
Un diálogo de la
película que refleja su espíritu y lo que sucede en la zona:
Profesora: Todas las
alumnas deberían llevar uniforme negro y pañuelo blanco. Noqreh, ¿Por
qué llevas un vestido de color?
Noqreh: Señorita, si
llevara uniforme mi padre no me dejaría venir.
Profesora: ¿Por qué?
Noqreh: Piensa que las
chicas no deberían estudiar. |
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A las cinco de la tarde.
Panj é asr
El
titulo hace referencia al poema de Federico García Lorca «Llanto por
Ignacio Sánchez Mejías»
2003. Irán, Francia.
105 min.
Dirección. Samira
Makhmalbaf
Guión:
Samira Makhmalbaf, Mohsen Makhmalbaf
Fotografía:
Ebrahim Ghafori
Música:
Mohammad Reza Darvishi
Montaje:
Mohsen Makhmalbaf
Intérpretes: Agheleh
Rezaie (Nogreh), Abdolgani Yousefrazi (Padre), Razi Mohebi (Poeta),
Marzieh Amiri (Cuñada)
Sinopsis:
Tras la caída del régimen talibán en Afganistán, se reabrieron las
escuelas para las mujeres. Una de ellas,
Nogreh es una joven que vive en el Kabul
post-bélico. Debe ocultarle a su padre que asiste a la escuela, lugar en
donde manifestará su sueño de ser presidenta.
Inicia la película con
la odisea cotidiana de Nogreh, joven que alterna la diaria búsqueda de
agua y alimentos con la asistencia oculta a una escuela laica,
con el trasfondo de varios aspectos ligados a las problemáticas de Medio
Oriente (el machismo, el fundamentalismo, la extrema pobreza, la
censura). Hija
de un fanático que lamenta la pérdida de valores en la sociedad post
talibán (traslada su precaria vivienda para evitar oír música), Nogreh
desea un cambio en su país, un cambio que no sólo permita la democracia
si no que permita la igualdad entre sexos e, incluso, la oportunidad de
que una mujer alcance la presidencia del país. Pero Nogreh, y todas las
mujeres de Afganistán, lo tienen difícil. Antes y después del paréntesis
escolar, Nogreh debe esforzarse en conseguir sustento para su padre, su
cuñada y para el agónico bebé de ésta. Nogreh, soñando despierta en un
Kabul directamente emparentado con el Berlín de Germannia, anno cero,
ayuda a los numerosos refugiados que regresan de Pakistán a la espera de
mejores oportunidades y que chocan nuevamente con la miserable realidad.
Será uno de ellos, el "poeta" (cuyos hermanos han sido simbólicamente
asesinados por las diversas potencias en liza) quien, admirador de su
fuerza y su vehemencia, entablará amistad con ella y la acompañará en su
deseo utópico de prepararse para la presidencia. Será este mismo poeta
quien hará explícita referencia, aun sin saber de qué trata, al «Llanto
por la muerte de Sánchez Mejías» y, específicamente, a los versos que
citan la nefasta hora de las cinco de la tarde, momento de la muerte del
torero e instante en que Nogreh debe diariamente enfrentarse a la cruda
realidad de la lucha por la supervivencia.
Pero la vida es implacable, especialmente en
Afganistán. No hay espacio para los sueños ni para las esperanzas.
Ocultando la muerte del hijo a las mujeres, incapaz de enfrentarse a la
nueva realidad y a los (escasos) cambios sociales, el padre arrastrará
la fracturada familia en una huída hacia Kandahar, una fuga hacia
ninguna parte. Arrastrando más tras de sí que junto a ellos el caballo y
el carro con sus últimas posesiones, el cuarteto avanza por el desierto.
Las mujeres seguirán buscando sustento, «bajo el sol de las cinco de la
tarde», en una atmósfera de muerte. |
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Samira Makhmalbaf. La
directora
Samira
Makhmalbaf nació el 15 de febrero de 1977
en Teheran, Irán. Es hija del cineasta Mahsen Makhmalbaf y de la
guionista Marziyeh y hermana de
la cineasta Hana Makhmalbaf y del productor Maysam Makhmalbaf.
Cuando tenía 8 años participó en
la película de su padre The Cyclist. Entre 1994 y 1997 realizó
sus estudios de cine en una escuela privada donde hizo dos cortos:
Desert y
Painting Schools (documental).
En 1997, trabajó como ayudante de
dirección en
The Silence y dirigió su primera película Sib (La
manzana), siendo la realizadora más joven en competir jamás en
el Festival de Cannes de 1998, que ganó numerosos premios en festivales
internacionales.
En 2000 dirigió las películas Takhté
siah, La pizarra y Panj é
asr
(A las cinco de la tarde,
2003), ambas ganadoras del Premio del Jurado en el Festival de Cannes.
Posteriormente ha dirigido una de las historias incluidas en la película
coral
11 de septiembre, (11’09’’01-September 11, 2002) y
Asbe du-pa / Two-Legged Horse, El
caballo de dos patas (2008), que es su cuarto largometraje.
El apellido Makhmalbaf está,
indiscutiblemente, ligado al cine. El patriarca de la familia, Mohsen,
ha sido reconocido, internacionalmente, como uno de los mejores
directores de cine iraníes. Mohsen comenzó a dirigir en 1983, pocos años
después de la revolución iraní. Desde entonces, ha rodado una veintena
de títulos -entre otros, Kandahar,
El silencio o Gabbeh, y ha fundado una escuela de cine en
Teherán, bautizada con su apellido. |
El contexto de
la película. según la directora
«Godard dice que el cine se inventó para mostrar la realidad pero se ha
convertido en un entretenimiento. En esta película, he intentado hacer
cualquier cosa que no fuera ni entretener ni juzgar. Respecto a esto,
esta película es similar a La manzana.
He
intentado entender tanto al padre, que es partidario de los talibanes y
su cultura, como a la chica, que está en contra de esta manera de
pensar. Elegí a personajes normales y corrientes y cogí detalles de sus
vidas. Muchos diálogos surgieron en la búsqueda de actores y
localizaciones, de lo que oía a la gente en la calle y los mercados, y
decidí incluirlos en la película.
En
contraste con los que simplifican los temas realmente complejos, yo no
buscaba ni culpar a los talibanes por todos los problemas del país, ni
reflejar un país feliz, que disfrutaba de la prosperidad tras la
invasión de Rambo.
La
película pretende entender y mostrar el misterio de la recesión de la
región y la guerra camuflada que existe entre las dos generaciones, al
igual que las diferencias que existen entre hombres y mujeres. Con
respecto a la realidad de Afganistán, considero que esta película es
realista. Pero el cine también es poesía, y no solo porque uno de mis
personajes sea un poeta en la película.
Antes de hacer el montaje definitivo aparecía mucho más el poema de
Lorca, pero lo manipulé de tal manera que no pareciera Lorca. Pablo
Neruda escribió que ningún poema pertenece a su autor sino que cada uno
de los lectores es el autor del poema que está leyendo. El poeta de la
película es también el personaje que, del texto de un poema de Lorca
escrito a la muerte de un torero español, crea una elegía a la muerte de
una vaca. El cree que la esencia de la poesía reside en la naturaleza, y
como la naturaleza es consciente, una oveja como parte de esa naturaleza
puede entender un poema escrito a la muerte de una vaca. Sin embargo, en
el montaje final, se utiliza el poema de una forma más alusiva.
Al
principio pensé titular la película Conversación entre un poeta y una
chica, sobre todo por la parte en la que el poeta dice, 'Cuando
alguien tiene miedo de hablar en público pero tiene que hacerlo, como
todos los jefes de estado deben hacer, probablemente empiece leyendo
poemas dedicados a vacas; de esa manera se puede permitir decir cosas
estúpidas sin tener miedo de su audiencia'.
A
la vez, la forma en la que el poema insiste en la parte del día en la
que se encuentra, la repetición de 'a las cinco de la tarde' es algo muy
misterioso para mí. Algo que previene de caer al nivel de la prosa».
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El derecho de la mujer
a la educación
Las mujeres tienen derecho a que se rompa
el sistema de segregación social por género que impide de hecho que, al
llegar a adultas, estas mujeres sean capaces de convertirse en agentes
de su propio futuro. Sin educación su vida permanecerá ligada a la
dependencia familiar, a la dominación del marido o a los trabajos menos
cualificados y con menos responsabilidad o influencia social. Es decir,
sin educación se les priva de ser ciudadanas con voz en su sociedad.
«Compromiso del Estado de eliminar la discriminación contra la mujer y
asegurar igualdad de derechos con el hombre en el ámbito de la
educación.
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar
la discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de
derechos con el hombre en la esfera de la educación y en particular para
asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres: a) Las
mismas condiciones de orientación en materia de carreras y capacitación
profesional, acceso a los estudios y obtención de diplomas en las
instituciones de enseñanza de todas las categorías, tanto en zonas
rurales como urbanas; esta igualdad deberá asegurarse en la enseñanza
preescolar, general, técnica, profesional y técnica superior, así como
en todos los tipos de capacitación profesional; e) Las mismas
oportunidades de acceso a los programas de educación permanente,
incluidos los programas de alfabetización funcional y de adultos, con
miras en particular a reducir lo antes posible toda diferencia de
conocimientos que exista entre hombres y mujeres.
La igualdad en las aulas es
necesaria por motivos de justicia social. Disfrutar del derecho a la
educación no debe depender de ser hombre o mujer, sino que ha de darse
las mismas oportunidades a toda persona, indistintamente de su género».
Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
(CEDAW, 1979), artículo 10.
«La educación es un derecho humano y
constituye un instrumento indispensable para lograr los objetivos de
igualdad, desarrollo y paz. La educación no discriminatoria beneficia
tanto a las niñas como a los niños y, de esa manera, producirá en el
futuro relaciones más igualitarias entre mujeres y hombres. La igualdad
de acceso a la educación y el hecho de obtención de cualificaciones
educativas son condiciones necesarias para que un mayor número de
mujeres se conviertan en agentes de cambio. La alfabetización de las
mujeres es un factor clave para mejorar la salud, la alimentación y la
educación en la familia, así como para empoderar a las mujeres para que
participen en la toma de decisiones en la sociedad. La inversión en
formación y educación tanto en el nivel formal como no formal para las
niñas y las mujeres ha demostrado ser como uno de los mejores medios
para lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento económico a la vez
sostenido y sostenible, con un rendimiento social y económico muy alto».
Plataforma de Acción de Beijing, 1995
«La alfabetización de las mujeres es
un factor clave para mejorar la salud, la alimentación y la educación en
la familia, así como para el empoderamiento de las mujeres para que
participen en la toma de decisiones en la sociedad» IV Conferencia
Mundial de la Mujer en Beijing
«No existe un instrumento de
desarrollo más eficaz que la potenciación de la mujer». Kofi Annan,
Ex Secretario General de las NNUU |
Situación
mundial de la educación de la mujer
(Datos tomados de
Entreculturas.org)
Por pobreza se
entiende tanto el no tener cubiertas las necesidades básicas (atención
sanitaria, nutrición, educación), como la falta de oportunidades y
opciones para poder acceder a préstamos, tierra, herencia, el
reconocimiento de su trabajo y la participación en decisiones del hogar
y de la comunidad.
Teniendo en cuenta
esta definición, se puede afirmar que las mujeres siguen siendo las
pobres entres los pobres. Las mujeres constituyen el 70% de la población
que vive en estas circunstancias.
La educación es una
pieza clave para salir de esta situación. La privación del acceso a este
derecho se agrava en el caso de las mujeres. A pesar de las metas
marcadas por los Objetivos de la Declaración del Milenio, en cuanto a la
educación primaria, (promover la equidad de género y la autonomía de la
mujer – con la meta de eliminar las desigualdades de género en la
educación primaria y secundaria preferiblemente para el año 2005, y en
todos los niveles de la educación antes del final de 2015), todavía la
población femenina representa dos tercios de la población analfabeta.
Por otra parte, de las evaluaciones realizadas sobre el cumplimiento de
los compromisos con las mujeres suscritos en Beijing en 1995, se
concluye que «en todas las regiones del mundo hay muchas mujeres que
están realmente peor ahora de lo que estaban diez años atrás» (WEDO,
«Beijing Traicionada», 2005).
Algunos datos
sobre el estado de la educación de la mujer:
-
De cada 100 niños
sin escolarizar, hay 115 niñas en la misma situación. Aunque la
brecha de género se ha ido cerrando a un ritmo constante en las
últimas décadas, aproximadamente 1 de cada 5 niñas que se matriculan
en la escuela primaria no llegan a finalizarla. (UNICEF: Estado
Mundial de la Infancia. 2007).
-
569 millones de
mujeres no saben leer ni escribir. («En lucha. Las mujeres y sus
derechos» de Nikkita Van Der Gaag. 2005)
-
86 millones de
mujeres jóvenes son analfabetas. («En lucha. Las mujeres y sus
derechos» de Nikkita Van Der Gaag. 2005)
-
87 millones de
niñas no van a la escuela. («En lucha. Las mujeres y sus derechos»
de Nikkita Van Der Gaag. 2005)
-
Los países de
mayor disparidad entre los géneros en la educación primaria han
logrado aumentar el porcentaje de niñas matriculadas en las
escuelas. Aún así, esta disparidad sigue siendo un motivo de suma
preocupación en Asia meridional, el África subsahariana y Asia
occidental. (Informe Secretario General ONU, 2005.).
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Aunque actualmente
existen evidencias de progresos a favor del derecho a la educación
de las niñas en Bangladesh, Brasil, Camboya, Gambia, Sri Lanka y
Túnez, la situación de desventaja en casi todo el mundo no ha
variado sustancialmente («La Educación como derecho humano», UNESCO
Etxea, 2005)
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En la mayoría de
las regiones en desarrollo, las niñas tienen menos probabilidades
que los niños de terminar la escuela. En Sierra Leona, 300.000 niños
en edad escolar no están matriculados: el 60% son niñas («La
Educación como derecho humano», UNESCO Etxea, 2005)
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