Don Quijote en la cultura

Don Quijote de la Mancha y Cervantes en dibujos de Mingote

 © Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía



En un lugar de La Mancha.... Año cervantino. Dibujo de Mingote.

'Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo' Don Quijote de la Mancha" - Miguel de Cervantes. Ilustración de MIngote.
Don Quijote armado caballero. "...y así os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero, y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado.". Del capítulo III del Quijote. Ilustración de Mingote.

Don Quijote, Mingote
Sancho Panza visto por Mingote.
En un lugar de La Mancha.... Dibujo de Mingote.
"La del alba sería cuando Don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo.". Del capítulo cuarto de El Quijote, De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta. Ilustración de Mingote.
De "El Quijote", cap IV. "Un mozo de mulas de los que allí venían, que no debía de ser muy bienintencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas. Y, llegándose a él, tomó la lanza y, después de haberla hecho pedazos, con uno dellos comenzó a dar a nuestro don Quijote tantos palos, que, a despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera". Nota erudita: cibera: ‘grano que se echa entre las muelas del molino para cebarlo’. Viñeta de Mingote.
Año cervantino. Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo. Capítulo VI de El Quijote. Ilustración de Mingote.
"—Has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza, antes pienso aventajarme en ella: porque ellos algunas veces, y quizá las más, esperaban a que sus escuderos fuesen viejos, y, ya después de hartos de servir y de llevar malos días y peores noches, les daban algún título de conde, o por lo mucho de marqués, de algún valle o provincia de poco más a menos; pero si tú vives y yo vivo bien podría ser que antes de seis días ganase yo tal reino, que tuviese otros a él adherentes que viniesen de molde para coronarte por rey de uno dellos." Capítulo VII del Quijote. Viñeta de Mingote.
"Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas: —Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete." Del capítulo VIII de la Primera parte de El quijote. Viñeta de Mingote.
Del capítulo XXII de la primera parte de El Quijote: ..." y que así como Sancho Panza los vido, dijo: —Esta es cadena de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras. —¿Cómo gente forzada? —preguntó don Quijote—. ¿Es posible que el rey haga fuerza a ninguna gente?. —No digo eso —respondió Sancho—, sino que es gente que por sus delitos va condenada a servir al rey en las galeras de por fuerza. —En resolución —replicó don Quijote—, como quiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad. —Así es —dijo Sancho.  —Pues, desa manera —dijo su amo—, aquí encaja la ejecución de mi oficio: desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables." Ilustración de Mingote
"...desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante. Y es lo bueno que no tenía los ojos abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el gigante: que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer, que le hizo soñar que ya había llegado al reino de Micomicón y que ya estaba en la pelea con su enemigo; y había dado tantas cuchilladas en los cueros, creyendo que las daba en el gigante, que todo el aposento estaba lleno de vino." Capítulo XXXV de El Quijote. Ilustración de Mingote.
 Ilustración de mingote sobre el capítulo XLVII de El Quijote: Del estraño modo con que fue encantado don Quijote de la Mancha, con otros famosos sucesos: "Cuando don Quijote se vio de aquella manera enjaulado y encima del carro, dijo: —Muchas y muy graves historias he yo leído de caballeros andantes, pero jamás he leído, ni visto, ni oído que a los caballeros encantados los llevendesta manera y con el espacio que prometen estos perezosos y tardíos animales, porque siempre los suelen llevar por los aires con estraña ligereza, encerrados en alguna parda y escura nube o en algún carro de fuego, o ya sobre algún hipogrifo o otra bestia semejante; pero que me lleven a mí agora sobre un carro de bueyes, ¡vive Dios que me pone en confusión!"
Capítulo XVII de El Quijote. De donde se declaró el último punto y estremo adonde llegó y pudo llegar el inaudito ánimo de don Quijote con la felicemente acabada aventura de los leones. Ilustración de Mingote.
Ilustración de Mingote para Don Quijote, Primera parte, Capítulo XVIII. "¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores?. —No oigo otra cosa —respondió Sancho— sino muchos balidos de ovejas y carneros. Y así era la verdad, porque ya llegaban cerca los dos rebaños."
Recuperación del asno por parte de Sancho. Apéndice. Adición al capítulo XXX de El Quijote. "—¿Cómo has estado, bien mío, rucio de mis ojos, compañero mío?. Y con esto le besaba y acariciaba como si fuera persona. El asno callaba y se dejaba besar y acariciar de Sancho sin responderle palabra alguna. Llegaron todos y diéronle el parabién del hallazgo del rucio, especialmente don Quijote...". Ilustración de Mingote

Capítulo XVII de El Quijote. "Quiso la mala suerte del desdichado Sancho, que entre la gente que estaba en la venta se hallasen cuatro perailes de Segovia, tres agujeros del potro de Córdoba, y dos vecinos de la heria de Sevilla, gente alegre, bien intencionada, maleante y juguetona; los cuales casi como instigados y movidos de un mismo espíritu, se llegaron a Sancho, y apeándole del asno, uno dellos entró por la manta de la cama del huésped, y echándole en ella alzaron los ojos y vieron que el techo era algo más bajo de lo que habían menester para su obra y determinaron salirse al corral, que tenía por límite el cielo, y allí puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarla en alto y a holgarse con él como un perro por carnastolendas. Las voces que el mísero manteado daba fueron tantas, que llegaron a los oídos de su amo, el cual, deteniéndose a escuchar atentamente, creyó que alguna nueva aventura le venía, hasta que claramente conoció que el que gritaba era su escudero, y volviendo las riendas, con un penado golpe llegó a la venta, y hallándola cerrada, la rodeó por ver si hallaba por donde entrar; pero no hubo entrado a las paredes del corral, que no eran muy altas, cuando vió el mal juego que se le hacía a su escudero. Vióle bajar y subir por el aire con tanta gracia y presteza, que si la cólera le dejara, tengo para mí que se riera." Ilustración de Mingote.

Capítulo LXI de El Quijote. Quijote Sancho van a Barcelona y ven por primera vez el mar. "Tendieron don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta entonces dellos no visto; parecióles espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera que en la Mancha habían visto; vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua; dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos." Ilustración de Mingote
Ilustración de Mingote, el caballero de los espejos, el bachiller Sansón Carrasco, en el CAPÍTULO XV, Segunda parte de El quijote, 1615: Donde se cuenta y da noticia de quién era el Caballero de los Espejos y su escudero.
1998. Sello de Dulcinea. Ilustración de Mingote. España.
Don Alonso y Sancho se reciclan profesionalmente en el siglo XXI. Viñeta de Mingote. 

Don Quijote. Segunda parte. Capítulo LIII. Reflexiones de Sancho cuando encontró a su burro. "—Venid vos acá, compañero mío y amigo mío y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos. Y en tanto que estas razones iba diciendo, iba asimesmo enalbardando el asno, sin que nadie nada le dijese. Enalbardado, pues, el rucio, con gran pena y pesar subió sobre él, y encaminando sus palabras y razones al mayordomo, al secretario, al maestresala y a Pedro Recio el doctor, y a otros muchos que allí presentes estaban, dijo: —Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos que quisieren acometerlas. Mejor se me entiende a mí de arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos." Ilustración de Mingote.

La cueva de Montesinos, ilustración de Mingote.
Sancho gobernador. Ilustración de MIngote.
La princesa de El Toboso de Mingote
Clavileño de Mingote.