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Antropología social: Los conflictos y
encuentros culturales tal como los ve el cine
El encuentro de las
culturas y la Alianza de las Civilizaciones en el cine
A partir de un artículo
(corregido y actualizado) publicado por el autor en «Comunicar» nº 32, 2009
©Enrique
Martínez-Salanova Sánchez |
El
puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas
de cine/Glosario
de cine
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Hablo del cine y el
encuentro de las culturas
Toda mi vida he vivido inmerso en ámbitos
de la cultura muy diferentes. por familia, la riojana, con ascendencias
aragonesas y vascas, la andaluza, con vivencias marroquíes, viajar y
estudiar en Europa, vivir y trabajar en países americanos, Chile,
Brasil, Argentina, Perú, con amistades de culturas y etnias muy
diferentes... Por familia, por matrimonio, por hijos, por amistades muy
queridas, sé de lo que hablo, he aprendido fuera de mi lugar de
nacimiento mucho más de lo que he enseñado.
Y el cine me ha aportado más
conocimientos, más amplitud, en campos y aspectos que nunca hubiera
podido apreciar ni vivir. Estudié, viví, me desarrollé y enseñé
antropología de la cultura, he intentado siempre los encuentros, los
aprendizajes, los contactos, que he desarrollado en muchos otros
lugares, sobre todo americanos.
En esta parcela de mi Web, muy apreciada
por mí, intento poner un granito de arena en este aspecto. Como imagen,
una de
Azur
y Asmar, largometraje de animación realizado en
2004, dirigido por Michel Ocelot,
en una coproducción de varios países europeos. |
La riqueza
intercultural como impulsora de futuro
La sociedad del conocimiento
es necesaria para mejorar las estrategias de convivencia en el mundo
mediante la riqueza y la fuerza impulsora que aportan la diversidad de
civilizaciones y culturas. Los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías incrementan la posibilidad de la interrelación humana
mediante la conexión en redes. El cine, en concreto, presenta nuevas
pautas de conducta, acerca conocimientos y culturas y se hace
imprescindible para mostrar diferentes formas de resolución de
conflictos, aspectos desconocidos del dialogo intercultural y examina la
alianza en la solución de problemas comunes y la búsqueda de respuestas
creativas a los principales problemas de la humanidad, principalmente
los que tienen que ver con la paz y la solidaridad. Se debe ayudar a los
sistemas educativos a promover la formación, instrucción y educación en
el uso de las nuevas tecnologías, clave del futuro social, con el fin de
preparar a las generaciones venideras en el uso crítico de los medios
como instrumento y camino de interrelación humana, búsqueda de
información e instrumento de investigación y de aprendizaje.
El cine, no siempre puede presentar
los encuentros entre culturas en sus aspectos totales. Lo hace
constantemente de forma muy concreta, mostrando mínimos contactos,
respetando creencias e ideologías, manifestando los valores comunes que
unen a los pueblos, presentando las relaciones afables entre gentes de
diferentes grupos humanos. Para que las relaciones interculturales
empiecen a tener distinto perfil, es necesario luchar contra prejuicios
y estereotipos, y el cine es un medio eficaz que contribuye a ello, pues
una película va más allá de su propia historia y del lenguaje
cinematográfico y técnicas con la que está realizada (Castiello, 2001)
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«La diversidad de
civilizaciones y culturas es un rasgo básico de la sociedad humana y una
fuerza impulsora del progreso del hombre. Las civilizaciones y las culturas
reflejan la gran riqueza y legado de la
humanidad; por su propia naturaleza, se solapan, interactúan y evolucionan
en relación unas con otras. No existe una jerarquía de las culturas, pues
todas han contribuido a la evolución de la humanidad. La historia de la
humanidad es de hecho una historia de préstamos y de constante fertilización
mutua».
Del informe del Grupo de
Alto Nivel de la Alianza de Civilizaciones. Foro Mundial 15 y 16 de enero de
2008. |
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Curro:
«Es que nunca he entendido bien qué tipo de árabe eres, Bembi».
Adbembi:
«Te he dicho mil veces que no somos árabes. Nuestro pueblo
[bereber] tiene cinco mil años de historia, y se extiende por
toda África. Tenemos nuestra identidad, nuestra cultura, nuestra
propia lengua».
Curro:
«Tienes suerte de tener raíces».
Adbembi:
«Tus raíces son mis raíces. Nuestros ancestros fueron los
mismos. España fue un país bereber durante muchos siglos».
…Oye, Curro, ¿porqué me has elegido para ser tu socio en
el chiringuito?
Curro: Porque eres mi amigo … y además tenemos
las mismas raíces ¿no?
Diálogo entre Adbembi
(Farid Fatmi) con Curro (José Coronado) en el filme Poniente
(2002), España, de Chus Gutiérrez |
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La brecha
entre las culturas del mundo viene de antiguo
Darío de Persia asentó el germen más
peligroso en la lucha de las civilizaciones al afirmar que al aplastar
al enemigo infiel sus soldados ganarían gloria en la Tierra y felicidad
en el Cielo. Instaló así la simiente de la primera guerra santa en el
mundo, que más tarde repetirían otros creyentes, entre ellos cristianos,
musulmanes y judíos. Dos mil quinientos años más tarde, en 2001, el
mundo recibió la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural, que valora la comunicación entre las culturas, que adquiere un
sentido nuevo en el marco de la mundialización y del contexto político
internacional actual, convirtiéndose así en un instrumento indispensable
para garantizar el mantenimiento de la paz y la cohesión del mundo. La
declaración es un instrumento normativo imprescindible que fundamenta la
necesidad del respeto de la diversidad de las culturas y del diálogo
intercultural como las mejores garantías de desarrollo y de paz (UNESCO,
2001). Estas dos formas de ver la relación entre culturas y pueblos las
han plasmado los medios de información y de comunicación, así como la
novela y el teatro.
Las grandes civilizaciones, no así
las gentes y las culturas, desde el inicio de los tiempos han estado en
conflicto. El totalitarismo es un tema vivo y ancestral. Las diferencias
entre Oriente y Occidente se pueden documentar desde hace dos mil
quinientos años, en los albores de la historia. Los héroes y dioses de
Oriente y Occidente se batieron en una guerra de diez años en Troya.
Herodoto, nacido en Halicarnaso, en la frontera con Asia, se preguntaba
por qué a los pueblos de Asia y a los de Europa les costaba tanto vivir
en paz. Lo intentaba explicar a base de leyendas y mitos de la tradición
oral y de testimonios directos de sus coetáneos que resistieron cuatro
décadas atrás las invasiones de Grecia por Jerjes y su ejército y que
recogió y relató el historiador a la manera de un actual reportero. El
hecho es que la confrontación ya existía en su tiempo, al igual que la
manipulación de la información y que el mundo occidental se defendía de
las intromisiones del invasor persa, Rey de Reyes, que intentó dominar
el mundo desde Oriente, al mismo tiempo que mantenía a raya a los
pueblos del norte de Asia y dominaba una considerable porción de los
pueblos africanos. Herodoto relató la batalla defensiva que del paso de
las Termópilas hizo el rey Leónidas con sus trescientos espartanos
(además de miles de hoplitas y otras ayudas), que permaneció como un
mito a seguir, inspiró a escritores, historiadores y poetas, y mitificó
para la posteridad occidental a un pueblo puro y valeroso, el espartano,
cantado y recreado por escritores y políticos de todos los tiempos y
admirado por dictadores, Hitler y Franco entre otros. Alejandro, el
Magno, desde Occidente, devolvió la mano a los orientales años más tarde
y dominó al mundo persa, aunque no completamente su cultura. Se
repitieron las invasiones con la civilización romana, con los hunos de
Atila sobre Europa, las tribus de Gengis Kan desde China hasta las
puertas de Occidente, y el mundo musulmán, que al mismo tiempo que se
extendía como una mancha de aceite impregnaba con sus ideas y las de los
griegos el pensamiento y la ciencia europea. España, Portugal e
Inglaterra construyeron sus imperios y llevaron su lengua y su religión
por toda la Tierra y, aunque impusieron sus idiomas y creencias,
destruyeron civilizaciones y avasallaron a las gentes, muchas culturas
se mantuvieron en la clandestinidad y afloran aún hoy por todas partes.
Se sabe que quién realizó el primer intento de dominar el mundo fue
Sargón, acadio, hacia el 2200 a J.C. muchos otros lo intentaron a lo
largo de los siglos, en Europa Napoleón y Hitler (a una de sus
escuadrillas aéreas la denominó «Leónidas»), por la fuerza o por el
comercio, o ambas, como el dominio norteamericano de tierra y mares. Las
ideas, a partir de las revoluciones francesa y rusa, se exportaron a los
cinco continentes. Con todos estos avatares se destruyeron gobiernos y
se desmoronaron civilizaciones, aunque las pautas culturales emergieron
siempre de diferentes formas, en muchas ocasiones de forma cruenta, y
sus residuos irrumpieron con fuerza desde las cenizas y las ruinas,
manteniéndose hoy día con mayor o menor estabilidad y coexistiendo con
las culturas dominantes. «La diferencia entre Oriente y Occidente es
arbitraria y varía alrededor del globo» Edgard Gibbon (1737-1794),
citado por Kurht (1995).
Hoy, a través de la globalización,
se hace más patente la existencia de grandes brechas al mismo tiempo que
los conflictos emergen con peligrosa fiereza. Sin embargo, es tesis
controvertida por los historiadores que las civilizaciones estén
abocadas al choque cruento, en algunos casos existe
un rechazo rotundo de la opinión errónea de
que las culturas están llamadas inevitablemente a enfrentarse. Las voces
que claman por el entendimiento, la alianza y el diálogo son cada vez de
mayor calidad, más aún en un mundo tecnificado, globalizado (Mayor
Zaragoza 2006), en el que los cauces para el diálogo y la comunicación
debieran ser más fluidos y eficaces, en el que la imposición puede dar
paso a la cooperación y al abandono de la idea de que la única solución
a la amenaza que las diversas culturas tienen de sus valores es la
confrontación, la guerra, la victoria total y la destrucción final de
las civilizaciones que son consideradas como amenaza para unos u otros.
En plena sociedad de la información y la comunicación, también
entreverada por la del espectáculo, tienen gran fuerza y poder los
medios de comunicación, la información y las nuevas tecnologías
telemáticas, que llevan y traen por el mundo conceptos e ideas, que
relacionan a las personas, que aportan alternativas informativas e
ideológicas a las de los poderes dominantes y que permiten el trasvase
de pautas de cultura, mitos, descubrimientos, datos, realidades y
creencias entre unos y otros pueblos. |
Las personas son
diferentes, al igual que sus culturas
De Shirin Ebadi, Premio
Nobel de la Paz 2003
Las personas son
diferentes, al igual que sus culturas.
Las personas viven
de diferentes formas y por igual difieren las civilizaciones.
Las personas se
comunican en una variedad de lenguas.
Las personas se
rigen por diferentes religiones.
Las personas llegan
al mundo de diferentes colores y son muchas las tradiciones que matizan sus
vidas con diversos tintes y tonalidades.
Las personas se
visten de maneras diferentes y se adaptan a su entorno de diversas formas.
Las personas se
expresan de manera diferente y asimismo su música, su literatura y su arte
reflejan modos diferentes.
Pero a pesar de
estas diferencias, todas las personas tienen un único atributo en común:
todas ellas son seres humanos, nada menos, nada más.
Y no importa cuán
diferentes sean, todas las culturas comparten algunos principios:
Ninguna cultura
tolera la explotación de los seres humanos.
Ninguna religión
permite la matanza de inocentes.
Ninguna civilización
acepta la violencia o el terror.
La tortura es
aborrecible para la conciencia humana.
La brutalidad y la
crueldad son detestables en cualquier tradición.
Dicho más
escuetamente, estos principios compartidos por todas las civilizaciones
reflejan nuestros derechos humanos básicos. Estos derechos son atesorados y
cuidados por todos, en todas partes.
Así, la relatividad
cultural no se debería utilizar nunca como pretexto para violar los derechos
humanos, puesto que estos derechos simbolizan los valores más fundamentales
de las civilizaciones humanas.
(Tomado de PNUD, Informe de Desarrollo Humano 2004: La libertad
cultural en el mundo diverso de hoy, pp. 23) |
Shirin Ebadi |
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Encuentros y
desencuentros culturales en los medios de
comunicación y en el cine
El mundo está intercomunicado debido a
la revolución tecnológica y, de hecho, se convierte en un mundo en
crecimiento intercultural. Aunque la cultura dominante posee todos los
medios para difundirse e imponer su voz, la red de redes permite que se
generen productos culturales alternativos, que logra que los países más
pobres, cuyas culturas son desconocidas en occidente, se visibilicen en el
panorama icónico internacional. La cinematografía es un ejemplo: el cine
hindú, el iraní, el bosnio, el chino, el de la mayoría de los países
latinoamericanos, compiten en las salas de cine con el europeo o el
norteamericano, exponen visiones diferentes y presentan a occidente una gran
diversidad de culturas, etnias, ideas, filosofías, comportamientos y
religiones.
«La diversidad de civilizaciones y
culturas es un rasgo básico de la sociedad humana y una fuerza impulsora del
progreso del hombre. Las civilizaciones y las culturas reflejan la gran
riqueza y legado de la humanidad; por su propia
naturaleza, se solapan, interactúan y evolucionan en relación unas con
otras. No existe una jerarquía de las culturas, pues todas han contribuido a
la evolución de la humanidad. La historia de la humanidad es de hecho una
historia de préstamos y de constante fertilización mutua». (Del informe del
Grupo De Alto Nivel de la Alianza de Civilizaciones. Foro Mundial 15 y 16 de
enero de 2008).
La idea de la solución armada de los
conflictos, ha resucitado bajo el signo de la política imperialista de los
Estados Unidos y de quienes la apoyan. Quienes abogan por el choque de las
civilizaciones están patrocinando una lucha de necios, que a corto plazo
puede subvertir las ansias de regeneración de la convivencia en el planeta.
(Martínez-Salanova, 2008)
Las redes telemáticas
y los medios de comunicación de masas, necesarias hoy para el acercamiento
interciudadano, serán más positivas si se apoyan en sistemas de valores
desde los que las instituciones básicas de la sociedad promuevan la
aceptación participativa y crítica de los medios de comunicación y de
información y hagan posible que las personas de culturas, etnias y
civilizaciones diferentes unan sus esfuerzos y realicen proyectos comunes
Existe el debate de si los conflictos –y
las alianzas- son entre civilizaciones, incluso hay quien afirma que en la
actualidad solamente existe una civilización. Se denominen de una u otra
forma, es indudable que existen grandes corrientes ideológicas basadas en
siglos de cultura y religión, de crecimiento y de lucha, y que entre los
grupos humanos existen profundas relaciones y abismales desencuentros. Estos
grandes movimientos, a estas alturas de la vida de la Especie Humana están
entremezclados, son mestizos, y gradualmente devienen en civilizaciones, o
por lo menos así los ha ido denominando la historia desde la antigüedad.
Pero dejemos las palabras y no las convirtamos en fetiches. Sea conflicto
entre civilizaciones o entre culturas, lo cierto es que son las personas las
que poseen ideas y razones, las que sufren los conflictos y las que deben
convivir, aliarse entre ellas para mejorar los usos de la civilización que
comparten (Fernando Savater, 2005).
Cuando hablamos de diálogo
intercultural, no estamos planteando conseguir terceras culturas. Es un
peligro hablar irresponsablemente de integración, cuando la cultura
receptora exige que el recién llegado acepte todas y cada una de las pautas
culturales y se comporte como uno más en el grupo humano que lo recibe. No
es conveniente ni posible la simbiosis de culturas que se encuentran en
permanente conflicto ni destruir parte o la totalidad de los elementos,
rasgos o patrones que dificultan las relaciones entre los pueblos. En
algunos momentos de la historia, incluso de la más reciente, se han hecho
intentos por la fuerza de unificación de pueblos, etnias y conocimientos
que, pasados los años, han vuelto a salir a flote reivindicando su riqueza
cultural con un agravante, el de que quienes se han visto sojuzgados, se han
levantado con violencia y provocado grandes masacres. Es importante por ello
facilitar una comunicación intercultural más efectiva, sin imposiciones ni
violencias, en un proceso interactivo y mutuamente beneficioso para los
participantes, que facilite el desarrollo de maneras nuevas, efectivas y
aceptables que aporten bases comunicativas comunes (Shohat y Stam, 2002).
Los medios de comunicación pueden ayudar
a reducir la incertidumbre y la ansiedad que provoca el encuentro
intercultural. El cine, por ejemplo, puede ayudar a conocer y valorar mejor
otras culturas, otras normas de vida y convivencia (Gurpegui 2000). La base
es compartir información y expectativas o lo que es lo mismo, valorar sus
aspectos cognitivos, acrecentar las habilidades para enfrentarse a los
diferentes retos que supone entender, relacionarse con personas de otras
culturas en sus aspectos afectivos, y la capacidad para actuar creativamente
con vistas a mejorar relaciones entre personas, pueblos y culturas, y
favorecer el intercambio comunicativo. (UNESCO, 2001). Es imprescindible
pues que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías se impliquen
para formar un inmenso clamor popular, que, pacíficamente, reoriente los
rumbos actuales guiados por intereses a corto plazo de una minoría. (Mayor
Zaragoza, 2006)
El concepto de cultura
Como sucede con
tantos conceptos de interés filosófico y científico, no tenemos razones para
pensar que hay o que debe haber un único concepto de «cultura» que sea el
correcto. Hay muchos significados del concepto y la elección del más
adecuado debe ir en función de los problemas que queramos comprender.
Aunque tampoco existe un único concepto antropológico de cultura, muchos
autores reconocen como un buen punto de partida la ya clásica definición de
E.B. Taylor: «La cultura o civilización (...) es aquel todo complejo que
incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las leyes, las
costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el
hombre en cuanto miembro de una sociedad».
En su sentido más
amplio, la cultura puede considerarse actualmente como «el conjunto de los
rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que
caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las
artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser
humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias».
Declaración
de México sobre las Políticas Culturales. 6 de agosto de 1982 |
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Invasiones, guerra y colonialismo en el
cine
En Occidente, fundamentalmente el cine
norteamericano, ha realizado conocidas películas en las que los conflictos,
base del progreso y de la civilización, se resuelven por la fuerza de las
armas y la derrota de otras civilizaciones. Son películas en las que se
ensalza el valor de los colonizadores como arriesgados y heroicos pioneros,
aunque las culturas indígenas desaparezcan bajo el impulso
de la «civilización». Hay centenares de ejemplos, sobre todo el que supone
la conquista de los pueblos indios, de las guerras en Asia y Oriente
próximo. También se ha filmado con frecuencia, en algunos casos con dura
crítica hacia la imposición cultural y la violencia, la invasión que una
civilización hace de otra: 1492: La conquista del paraíso (The
Conquest of Paradise, 1991) de
Ridley Scott, narra de forma épica la conquista el descubrimiento y
conquista de las tribus americanas; en La Misión (The Mission,
1986), de Roland Joffé, se aprecian los conflictos culturales y la violencia
con la que en ocasiones se han solucionado; El piano (The
Piano, 1993), de Jane Campion,
cuyo trasfondo son las grandes diferencias sociales y culturales entre la
colonización anglosajona y los aborígenes neozelandeses;
Apocalypse Now,
1979, de Francis Ford Coppola, exhibe la violencia, locura y destrucción de
la guerra; La batalla de Argel (La battaglia di Algeri, 1966)
de Gillo Pontecorvo, es una despiadada y dura crítica sobre la actuación
colonial francesa en Argelia; La hora de los Hornos, 1968, del
argentino Fernando Solanas, es un canto a la rebelión contra el
colonialismo; Apocalypto (2006), de Mel
Gibson, narra el final de la gran civilización maya, cuando su
idílica existencia es brutalmente interrumpida por el ataque de una violenta
fuerza invasora, o La guerra del opio (Yapian
zhanzheng, The Opium War),
1998, dirigida por Xie Jin, una coproducción entre Hong-Kong y Gran Bretaña,
que cuenta la histórica desde un punto de vista chino, de la entrada del
colonialismo inglés en China mediante la guerra por adueñarse del comercio
del opio.
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Oriente y occidente en las Termópilas
En la película
300
(2006), de Zack Zinder, basado el cómic de Frank
Miller, se describe con originalidad y maestría, cómo en la batalla de las
Termópilas el primer choque frontal entre Oriente y Occidente se materializa en una
guerra sangrienta y feroz. El director se inspiró en otra película
estadounidense dirigida por Rudolph Maté titulada El león de Esparta
(The 300 Spartans, 1962), que Miller vio cuando era niño. Hoy,
infinidad de películas de todos los países, incluido el mismo cine
norteamericano, cuestionan esta actitud guerrera, y cada día más son más los
films críticos hacia los dominios imperialistas, presentando una actitud
favorable al dialogo y a la convivencia como forma eficaz e ineludible de
resolver los conflictos.
La película 300 produjo hondo malestar en el mundo musulmán, pues presenta a los
invasores persas de forma anacrónica, con fisonomías, características y
adornos propios del mundo árabe actual. Aunque sea cierto que Oriente era un
complejo de culturas, la civilización persa que dominaba Jerjes, lejos
estaba de parecerse a la iconografía con la que se la ha representado dos
milenios y medio más tarde. El cine ha mostrado en infinidad de ocasiones el
intercambio cultural como conflicto armado, desprestigiando al adversario, a
pesar de que el conflicto cultural, en la historia de la humanidad, no
siempre ha sido solucionado, dirimido o finalizado mediante sangre u
opresión, pues es una interacción constante, fluida y viva, que circula
desde los albores de la humanidad y que ha dado lugar a la gran riqueza de
las civilizaciones. |
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Las guerras religiosas en el cine
El concepto de
Guerra Santa específicamente se refiere a la deseada y ordenada por Dios,
que conduce de inmediato al Paraíso a las almas de los que mueren en ella.
Ese concepto no es único de esas interpretaciones del Islam o el
Cristianismo, sino que se encuentra en muchas mitologías, como la
nórdica-germánica (el Walhalla). La muerte en combate se considerado siempre
como especialmente honrosa, y morir sin las armas en la mano como una
deshonra que prefería evitarse incluso con el suicidio.
Las
cruzadas fueron un tipo de guerra santa autorizada y mandada predicar por el
papado en defensa de la Iglesia y los cristianos, o contra los enemigos de
la Iglesia, que podía tener tanto carácter defensivo como ofensivo y, por lo
tanto, podían tener lugar en cualquier escenario. Aunque se suelen numerar a
las cruzadas que tuvieron por objetivo Tierra Santa, esto es una medida un
tanto imaginaria. Salvo la primera, ninguna otra fue numerada por sus
contemporáneos. Las cruzadas no se limitaron a Tierra Santa y a esos siglos
centrales de la Edad Media, sino que se siguieron realizando hasta bien
entrada la Edad Moderna y contra diversos enemigos. Así, tenemos varias
cruzadas en los siglos XIV y XV a lo largo de toda Europa y el Mediterráneo.
Incluso la Liga Santa naval que se formó para la batalla de Lepanto (1571)
también tuvo el rango de cruzada.
El cine ha filmado la guerra santa, en
ocasiones para ensalzarla y mitificarla. Existen al menos seis versiones
sobre la confrontación entre Cristianismo e Islam, desde la visión
cristiana. Una de ellas es Las cruzadas, de Cecil B. DeMille (1935).
Por la parte oriental, Saladino (Youssef Chahine, 1963), es una
superproducción egipcia que muestra a un árabe egipcio, Saladino (realmente
no era árabe, sino de origen kurdo, algo que se silencia en el film), que es
capaz de unir a todos los pueblos árabes frente a los invasores cruzados
cristianos. Otro tipo de cine pone en entredicho la guerra santa, como
El
reino de los cielos (Kingdom of Heaven, 2005), de Ridley Scott,
sobre las Cruzadas, en el que se muestra la violencia en la defensa de la fe
de algunos fanáticos en contraposición con otras posturas, tanto de
cristianos como de algunos musulmanes, entre ellos Saladino y
cuyo mensaje más claro es salvaguardar la paz y
trabajar por la armonía entre las diferentes religiones y culturas.
Algunas
películas sobre las guerras de religión
(Algunos datos los he extraído de Jose Manuel Rodriguez García)
1912, Jerusalén
liberada, La Gerusalemme liberata,
película italiana dirigida por Enrico Guazzoni, basada en la obra de Tasso..
1923. Ricardo,
corazón de León, de Ch. Whitley
1935. Las
cruzadas, The Crusades, de
Cecil B. DeMille. Se mezclan varias cruzadas, sobre todo las tres primeras
en lo que resulta, al final, un relato de la tercera cruzada, la de Ricardo
Corazón de León a Tierra Santa a fines del siglo XII. Adapta la novela «Las
cruzadas: santos y hombres de hierro», de Harold Lamb, que tomaba como
personaje central al Rey Ricardo «Corazón de León».
1938. Alexander
Nevsky, de Sergei Eisenstien, URSS, narra la historia del
Príncipe Alexander Nevsky desde su aparente posición de humilde pescador
hasta su condición de héroe de guerra que llevó a su país a la victoria en
el año 1242 contra la invasión de las tropas Mongolas a Rusia.y contra los
caballeros teutones, poniendo fin a la invasión alemana.
1938. Robin Hood.
The Adventures of Robin Hood, de Michael
Curtiz, con su correspondiente trasfondo de las Cruzadas.
1951. La
conquista de Constantinopla, La Conquête
de Constantinople, del turco Aydin Arakon.
1952. Ivanhoe,
de Richard Torpe, sobre los caballeros que vuelven de Las cruzadas, basada
en la novela de Walter Scott..
1954. El
talismán, King Richard and the Crusaders,
de David Butler, basada en la novela de Walter Scott, con graves errores
históricos narra cómo durante la III Cruzada, y en plena lucha por recuperar
el Santo Grial, el rey Ricardo Corazón de león es víctima de una traición
que le arrebata el mando de las tropas.
1954. La espada
del sarraceno, La Scimitarra del
Saraceno, de Piero Pierrotti
1954. La espada
del sarraceno, The Saracen blade,
de William Castle, una aventura en Las Cruzadas con graves errores
históricos.
1957. El séptimo
sello, The Seventh Seal, de
Ingmar Bergman, pelícual sueca que narra las desventuras del caballero sueco
Antonius Blovk ue regresa a su país con su escudero, tras diez años de
inútiles combates en las Cruzadas por Tierra Santa, como un hombre
atormentado y lleno de dudas, y la Muerte se presenta reclamándolo.
1957. Jerusalén
libertada, La Gerusalemme liberata,
de Carlo Ludovico Bragaglia.
1957. Los
caballeros de la tabla cuadrada, Monty
Python and the Holy Grail, del Reino Unido, comedia sobre los
caballeros del rey Arturo dirigida por Terry Jones y terry Gilliam.
1960. Los
caballeros teutónicos/La cruz negra,
Krzyzacy/Black Cross, película polaca de Aleksander Ford, sobre
los desmanes de Los caballeros teutónicos que, amparándose en la cruz,
cometen todo tipo de actos inmorales y desmanes en Polonia y se enfrentan a
los príncipes católicos polacos del siglo XIII.
1961. El Cid,
The Cid, de Anthony Mann, sobre la vida del legendario caballero
que tanto combatió a los musulmanes como se alió con ellos.
1961. La espada
del Islam, Wa Islamah, de Andrew Marton, una coproducción de
Egipto, Italia y Arabia, sobre las invasiones tártaras sobre Egipto en el
siglo XIV.
1963. Saladino,
El Naser Salah el Dine, de Youssef
Chahine, superproducción egipcia que muestra a Saladino como árabe egipcio
(realmente no era árabe, sino de origen kurdo, algo que se silencia en el
film), que es capaz de unir a todos los pueblos árabes frente a los
invasores cruzados cristianos.
1963. El valle
de las espadas, película española de Javier Setó, en la que en
las batallas contra los musulmanes aparecen Santiago y San Millán,
dirigiendo las huestes cristianas. Muy del estilo de la ideología de la
época.
1967. Brancaleone y las cruzadas,
Brancaleone alle crociate, de Mario Monicelli, sobre un caballero medieval
que forma parte de una expedición que marcha de cruzada a Jerusalén,
liderada por un monje visionario, pero bastante desorientado a la hora de
llegar a Tierra Santa.
1972. La última cruzada,
The Last Crusade,
sobre las luchas por la unificación de Rumanía, durante la última década del
s. XVI-XVII. Algo que empezó o que tuvo momentos de estar amparada por la
cruzada contra los Turcos.
1975. Los caballeros de la tabla
cuadrada, Monty phyton and the Holy Grial, de Terry Guiliam y Terry Jones,
Monty Phyton, en la que con su acostumbrado absurdo humor británico hacen
una feroz burla de diferentes mitos medievales y de películas que se han
hecho sobre ese tiempo.
1976. Robin and Marian, de Richard Lester,
en la que se muestra la cara más oscura de Ricardo corazón de León.
1987. Corazón de León,
Lionheart, de
Franklin J. Schaffner, sobre las aventura sde un joven caballero cruzado que
se impone la obligación de defender a los niños y llevarlos a la seguridad
que les proporcionará el Rey Ricardo.
1990. La batalla de los tres
reyes/Tambores de Fuego, de
Souheil
Ben-Barka, una coproducción entre España, Marruecos, Portugal
e Italia, sobre la llamada, «Cruzada africana» en la que interviene el rey
Don Sebastián de Portugal (con la oposición de su tío Felipe II e incluso
con reticencias del papado) al norte de África y que acabaría con su muerte
en la trágica batalla de Alcazarquivir, en 1578, conocida históricamente
como «La batalla de los Tres Reyes»
1991. Robin Hood, principe de los
ladrones, Robin Hood, prince of thieves, 1991, de Kevin Reynolds, como todas
las de Robin Hood, parte del marco histórico son las Cruzadas.
1992. Las Cruzadas,
Les Croisades, de Jim
Goddard, es una versión novelada para TV sobre las Cruzadas relatada por un
niño de corta edad.
1995. Las Cruzadas,
The Crusades, una
serie para la TV de la británica History Channel, coproducida con EEUU.
1997 Destiny, película franco egipcia de
Youssef Chahine, contra la intolerancia, en la que sobre la base de la vida
de Averroes se hacen referencias a la cruzada contra los albigenses, las
campañas cristianas contra los musulmanes en andalucía, las campañas de
Saladino en Oriente y los movimientos fanáticos dentro del reino almohade.
2001, Los caballeros que cumplieron su
empresa, I Cavalieri que fecero l´impresa/
Knights of the Quest, de Pupi
Avati, sobre las aventuras de cinco jóvenes que en el marco de la última
cruzada de San Luis (Túnez, 1270) parten hacia Tebas para hacerse con el
Santo Sudario y entregárselo a la familia real francesa.
2002. Las Cruzadas, Crociati, versión
italiana dirigida por Dominique Othenin-Girard.
2004. El Reino de los cielos, Kingdom of
Heaven, de Riddley Scott, que describe los sucesos que llevaron a la derrota
de los cruzados en la gran batalla de Hattin de 1187, frente a Saladino.
Presenta las dos visiones, la cristiana y la musulmana y manifiesta la
dureza de una guerra injusta e intolerante.
2004. Soldado de Dios, Soldier of God, de
David Hogan, un fanatico caballero templario se replantea el porqué del
conflicto entre cristianos y musulmanes, sus propios votos, su función como
caballero templario y la naturaleza de sus enemigos (Saladino) en el marco
del desastre de Hattin (1187) y los comienzos de la tercera cruzada dirigida
por Ricardo de Inglaterra y Felipe de Francia.
2007. Arn, el
caballero templario,
Arn-Tempelriddaren,
de Peter Flinth, basada en la obra «La Trilogía de las Cruzadas», del
escritor sueco Jan Guillou que relata las aventuras de un caballero
templario en las cruzadas, que deberá defender los reinos francos del
imperio árabe, al mismo tiempo que se enfrenta a una lucha interior por el
deseo de regresar a su patria.
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Encuentros y desencuentros culturales
en el cine
El cine documental, desde sus orígenes,
desde Flaherty, que encontró en el celuloide una herramienta complementaria
para presentar los vínculos y relaciones culturales del pueblo esquimal,
Nanook, el esquimal (Nanook of the North 1922), ha mostrado y
apoyado la idea de que nada es puro, de que siempre hay mezclas de cultura,
influencias de muchos lugares, como los documentos visuales de Margaret Mead
y Gregory Bateson, que hacia 1930 analizaron las pautas de conducta de los
habitantes de Bali y Nueva Guinea. El cine de ficción, ha reproducido en
innumerables ocasiones las invasiones de unos pueblos sobre otros, la
defensa de los indígenas contra la invasión y los encuentros culturales que
se daban en ocasiones entre invasores e invadidos. El cine norteamericano es
un ejemplo de narraciones sobre los pioneros conquistadores de tierras
vírgenes en Canadá, la conquista del Oeste, la eliminación de los pueblos
indígenas, el extrañamiento de sus propias tierras de caza y la reducción de
las tribus a territorios definidos por el Gobierno.
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Películas
que tienen que ver con la violencia contra los nativos, la colonización y la
adaptación a otras culturas
-
Aguirre, la cólera de Dios.
Aguirre, der zorn gottes.
1973. Werner Herzog. La conquista de la selva en la aventura equinoccial de
Lope de Aguirre.
-
Bailando con lobos. Dances with wolves.
1990. Kevin Costner. Respeto a culturas autóctonas.
-
Pequeño
gran hombre,
Little Big Man. 1970, dirigida
por Arthur Penn, en la que un blanco convive durante muchos años con
los indígenas norteamericanos.
-
Caminante sobre el viento.
Hablada en cheyennne. Una de las etnias que más ha respetado el medio en el
que vive.
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Donde
sueñan las verdes hormigas.
Wo die grunen ameisen
traumen. 1984.
Werner
Herzog. Aborígenes
australianos se desplazan a la capital para luchar por su tierra sagrada,
amenazada por una compañía minera.
-
El
Dorado.
1988. Carlos Saura. La conquista de la naturaleza en la aventura de Lope de
Aguirre.
-
El gran combate. Cheyenne Autumn.
1964. John Ford. El pueblo cheyenne busca territorios para asentarse,
impedido por el ejército, que rompe todos los pactos con los antiguos dueños
de las mejores tierras.
-
El último Mohicano. The
Last of the Mohicans. 1992. Michael Mann. La naturaleza salvaje y el respeto a las etnias durante
la expansión y conquista de Norteamérica por parte de ingleses y franceses.
-
Fitzcarraldo.
1982. Werner Herzog,. Intentos de llevar el modo de vida occidental a la
selva peruana.
-
Jugando en los campos del Señor. At
Play in the Fields of the Lord.
1991. Héctor Babenco. Destrucción de tribus y de la naturaleza.
-
La misión.
The Mission.
1986. Roland Joffé. La selva sudamericana y la lucha del indígena por su
tierra.
-
La selva esmeralda.
The Emerald Forest.
1985. John Boorman. La intromisión
de occidente en la Amazonía y cómo reaccionan las tribus nativas.
-
Las aventuras de Jeremías
Jonson. Jeremiah Jonson. 1972.
Sydney Pollack. La vida en las Montañas
Rocosas en plana naturaleza entre las tribus autóctonas.
-
Los dientes del diablo.
The Savage Innocents. 1960.
Nicholas Ray. Con Anthony Quinn en su personaje de esquimal
-
Apocalypto, 2006,
realizada por Mel Gibson,
presenta Guatemala, antes de la llegada de los primeros colonizadores
españoles, como una historia de violencia entre pueblos y culturas.
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Agurre
Bailando con lobos
La misión
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Cruzando el polvo
En tierra de nadie
Cartas desde Iwo Jima
Banderas de
nuestros padres
Agua
Tierra |
Cuando el cine rompe estereotipos
Para que las relaciones interculturales
empiecen a tener distinto perfil, es necesario luchar contra prejuicios y
estereotipos, y el cine es un medio eficaz que contribuye a ello, pues una
película va más allá de su propia historia y del lenguaje cinematográfico y
técnicas con la que está realizada (Castiello, 2001)
Una interesante película,
Cruzando el polvo (Crossing The Dust, 2006), del director
kurdo Shawkat Amin Korki, narra una historia en el contexto de la invasión
norteamericana de Irak en 2003, cuando un niño árabe, llamado Saddam, de
cinco años se pierde en el fragor de la guerra. Dos soldados kurdos que
lucharon contra las tropas de Saddam Hussein le encuentran entre el caos de
la contienda. Uno de ellos, alegre y optimista, quiere devolverlo a su
familia, el otro, prefiere dejarlo a su suerte. Es un acercamiento a los
conflictos internos que generan los combates y una aproximación al
acercamiento cultural desde la sencillez de las historias personales. El
director dice de su película que anima a todas las personas a «dejar de lado
todo el odio que sienten, fruto de su propio sufrimiento y de las guerras
que han vivido, y a que siempre vean la parte noble de los seres humanos, a
que digan no a la guerra, a los prejuicios raciales y sociales, a que tengan
una mirada nueva, optimista y pura hacia los demás».
En tierra de nadie
(Ničija Zemlja, 2001), del director bosnio Danis Tanović se muestra,
en una dura crítica contra el salvajismo de la guerra y de los conflictos
interculturales, cómo dos soldados de dos bandos diferentes, uno bosnio y el
otro serbio, en pleno conflicto de las Balcanes, se encuentran atrapados en
una trinchera entre sus respectivas líneas, en tierra de nadie, durante la
guerra de Bosnia de 1993. Mientras intentan salir de su situación, un
sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas les ayuda en contra de
las órdenes de sus superiores, provocando un show mediático de carácter
internacional. Entre otros premios ganó ese año el Oscar a la Mejor película
habla no inglesa, en Cannes el Premio Mejor Guión y en San Sebastián el
Premio del Público.
Un solo director, Clint
Eastwood, en 2006 ha realizado dos películas,
Cartas desde Iwo Jima
(Letters
From Iwo Jima) y
Banderas de
nuestros padres
(Flags
of Our Fathers), exponentes de un cine bélico de reflexión, que busca en
cada uno de los films una mirada diferente, cada película narra la misma
historia desde el bando contrario, los sufrimientos y sentimientos
de los contendientes en una misma batalla, la de Iwo Jima, en la II Guerra
Mundial, en la que ambos bandos están imbuidos con la creencia de que es
necesario defender su propia civilización, amenazada por otra.
A las cinco de la tarde
(Panj é asr, 2003), película dirigida por la iraní Samira Makhmalbaf,
presenta Afganistán tras la caída del régimen talibán, cuando se reabrieron
las escuelas para las mujeres. La directora intenta entender, tanto al padre
de la protagonista, partidario de los talibanes y su cultura, como a su
hija, una niña que quiere estudiar, que está en contra de esta manera de
pensar. La película pretende entender y mostrar el misterio de la recesión
de la región y la guerra camuflada que existe entre las dos generaciones, al
igual que las diferencias que existen entre hombres y mujeres.
Profesora:
Todas las alumnas deberían llevar uniforme negro y pañuelo blanco. Noqreh,
¿Por qué llevas un vestido de color?
Noqreh:
Señorita, si llevara uniforme mi padre no me dejaría venir.
Profesora: ¿Por qué?
Noqreh:
Piensa que las chicas no deberían estudiar.
(De la película iraní A las cinco de
la tarde (Panj é asr, 2003), de Samira Makhmalbaf) |
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En la película
Agua
(Water,
2005), de la directora hindú Deepa Mehta, se muestran los conflictos entre
generaciones en lo cultural e ideológico. Por causas de fanatismo,
incomprensión y negación del diálogo, fue de rodaje complicado. En la India
no pudo rodar, debido a las amenazas de ciertos grupos fundamentalistas y
debió hacerlo en Sri Lanka. Una niña de 8 años es obligada a casarse con un
anciano. Viuda ya, encuentra su camino al enamorarse de un activista de
Ghandi, de casta superior. Se narra con eficacia el choque de culturas y su
superación dentro de un mismo entorno.
Un film como Tierra,
Earth, de Deepa
Mehta (India, 1998), provoca en el espectador la pregunta: ¿por qué las
personas que conviven en paz se vuelven unas contra otras?, al narrar cómo
en 1947 estallaron las revueltas entre pakistaníes e hindúes y el cambio que
sufrieron varios amigos pertenecientes a diferentes culturas.
La película,
También la lluvia,
2010, de Icíar Bollain, rodada en
Bolivia, narra el intento de filmar la conquista española por parte de una
productora, y finaliza en un encuentro cultural entre quienes han ido a
realizar la película y los que hacen de extras en la misma, inmersos en sus
propios problemas de lucha por el acceso al agua y contra la marginación.
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El cine de los países con mayores
necesidades y la integración cultural
En una gran parte de las temáticas
elegidas por países pobres para hacer su cine, coexisten pacíficamente
culturas diversas, presentando sus propios problemas, sus dificultades de
convivencia y su necesidad de emigrar para subsistir. En los productos de
este tipo de cine se muestran con frecuencia temas de la emigración,
internas, éxodo rural y llegada a la ciudad, o externas, que buscan el sueño
del trabajo y del bienestar en países lejanos y las dificultades que tienen
para su integración en ellos.
Son los países pobres los que mejor
reproducen la necesidad de la convivencia cultural. Una película como
Petirrojo (2006), iraní, es un canto a la coexistencia entre religiones
y etnias, una metáfora de las normales relaciones entre grupos de diferentes
creencias que conviven en un remoto paraje de Irán, con sus desavenencias,
tragedias, conflictos grandes y pequeños. Mereció el Premio Especial del
Jurado en 2007, en Madrid, en el Festival internacional de cine para la
infancia y la juventud.
Este cine, cada vez más visto y valorado
en Occidente, abre la puerta para conocer elementos de las culturas en su
origen y permite adentrarse en sentimientos, dramas, opiniones o diferentes
ideologías. La imagen sirve así, en algunos casos como denuncia, otras veces
aporta datos sobre una determinada cultura o sirve como iniciación –o
soporte en una investigación etnográfica- de una línea de investigación.
Un dato. En Nigeria (Nollywood): se
realizan 1.200 películas al año, todas en video. Aunque es un
cine de muy baja calidad, es la tercera cinematografía del
mundo, por detrás de Hollywwod y Bollywood. África es un
continente a descubrir, pero nunca lo descubriremos porque no
llega a las salas comerciales de occidente, con narraciones
ajenas, lejanas, difíciles, controvertidas, que molestan porque
muestran un mundo de pobreza, de miseria que amenaza la
tranquila vida burguesa que se lleva en la parte rica del mundo.
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El color del paraíso, Irán
Ni uno menos, China
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La incidencia de los medios en la
educación para un diálogo intercultural
El impulso que la sociedad de la
información está dando a la inclusión de los medios audiovisuales y las
nuevas tecnologías incide profundamente en el desplazamiento de las
tradicionales fuentes y formas de información, que están siendo sustituidos
ellos.
La facilidad que aportan
actualmente las nuevas tecnologías para la filmación, montaje y
sonorización, deben animar a centros educativos y
profesores a promover la realización de
productos audiovisuales y telemáticos concretos, lo que obligará a crear,
investigar, diseñar, redactar, producir, montar y editar en los diversos
soportes y formatos que tienen a su disposición. Y será necesario promover,
en respuesta a la diversidad cultural de los interlocutores en nuestras
sociedades, alianzas y dinámicas que ayuden a conformar redes locales que se
opongan a la exclusión de las minorías, en réplica al poder y la fortaleza
de los encuadramientos sociales y culturales dominantes.
Los sistemas educativos están en
ocasiones de espaldas a estos cambios, y en los centros educativos se obvian
con frecuencia la importancia de los actuales medios y en especial de sus
contenidos, plagados en ocasiones de referentes históricos, geográficos y
culturales, en unos procesos que se enmarcan en la lucha por la recuperación
de la justicia y la democracia, en la construcción de otro mundo posible,
sostenible y respetuoso con las diferencias de sus habitantes, pueblos y
culturas. Hay infinidad de documentos que pueden ayudar a la reflexión,
tanto en el cine y la televisión como en las alternativas que ofrece
Internet. es posible comunicarse, intercomunicarse, con ciudadanos de todo
el mundo, conocer en la lejanía otras culturas, recibir informaciones
alternativas a las oficiales.
Cada vez es más común un cine en el que
se concede la prioridad al diálogo de las culturas y las civilizaciones, que
obliga al conocimiento y la reflexión activa, que prioriza los casos de
interacción y aportación mutua, que sensibiliza a nuevos interlocutores, en
especial a los jóvenes, hacia el concepto y las dimensiones de un diálogo
entre culturas y civilizaciones.
En Un novio
para Yasmina, de Irene Cardona Bacas, en 2008,
una joven marroquí culta y atractiva que ha llegado a
España con la intención de continuar sus estudios universitarios, que no
encaja ni con la cultura española ni se siente a gusto con sus compañeros
marroquíes, se analiza el desencuentro, als dificulyades de adaptación
cultural y las vías de acercamiento que pueden darse entre personas de
culturas diferentes.
Azur y Asmar
Azur
y Asmar . Largometraje de animación
2004. Francia, Bélgica, España, Italia. 99 min.
Director : Michel Ocelot
Sinopsis. Dos niños que fueron acunados por la misma mujer.
Azur, rubio de ojos azules, hijo del señor del castillo y Asmar,
moreno de ojos negros, hijo de la nodriza. Pero después de criarlos
como hermanos, los separan de cuajo. Azur, impresionado por la
leyenda del Hada de los Djins –que le contaba su nodriza- no podrá
parar hasta encontrarla más allá de los mares.
Los dos hermanos de leche, una vez mayores, A cual más intrépido,
parten cada uno por su lado en busca del Hada rumbo a unas ignotas y
mágicas tierras donde sortean grandes peligros y descubren
increíbles maravillas. |
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César y Zaín
2005. España. 86 min.
Dirección: Larry Levene.
Género:
Documental.
Guión:
Santiago Tabernero, Larry Levene y Luis Alaejos.
Producción: Agustín Almodóvar y Larry Levene.
Música:
Carlos Vega y Eduardo Dorda.
Fotografía: Juan Carlos Gómez.
Montaje:
Iván Aledo.
Sinopsis:
Dos chicos, uno español, católico, (César), y otro musulmán que vive
en Delhi, India (Zaín), han entrado en contacto por Internet movidos
por su afición al ajedrez. Un lenguaje ancestral y un medio novísimo
que no conoce fronteras. Se puede apreciar cómo dos muchachos de
orígenes culturales tan distintos hacen compatibles sus definiciones
de valores verdaderamente universales en la turbulenta situación
actual. |
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Valores comunes.
Lo que nos une
Una iniciativa de varios colectivos
europeos, entre ellos el Grupo Comunicar, fue la de plasmar en relatos y en
comics, con el fin de ser llevados a una reflexión en las aulas, los puntos
comunes que existen entre las diferentes culturas y creencias.
El proyecto,
denominado Valores Comunes tuvo como principal objetivo promover la
cultura de la paz a través del encuentro y el diálogo entre distintas
religiones y culturas que actualmente viven en Europa, utilizando el cómic
como medio de comunicación y desarrollo. El aumento de un pensamiento
religioso agresivo e intolerante, está en la base de muchos de los problemas
que impiden la solución de conflictos, pero es posible demostrar que las
distintas religiones y visiones laicas comparten algunos valores éticos que
hacen posible un diálogo intercultural marcado por el respeto mutuo, la no
violencia, la igualdad, el perdón o la concordia.
El proyecto Valores
Comunes ha planteado acciones específicas a realizar en el territorio
europeo para destacar el valor de los puntos de encuentro e intercambio
entre los distintos sistemas de pensamiento. El guión de cada uno de los
cinco comics fue elaborado a partir del relato de cinco diferentes autores
europeos y africanos, y dibujado y coloreado por artistas africanos. La guía
didáctica que acompaña a los materiales de trabajo, es muy completa y aporta
multitud de datos, comentarios, citas y textos que ayudan a la reflexión. |
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La apuesta por un cine digital para el acercamiento intercultural.
Tus ojos
Cada vez son más las iniciativas y
productos audiovisuales que procuran un mundo en diálogo, que presentan
alternativas y reflexiones para lograr el encuentro intercultural. La
productora «Tus ojos», se fundó con el objetivo de crear un marco de
referencia en el mundo audiovisual, capaz de conjugar el lenguaje del cine
con la sensibilización sobre problemas actuales de la infancia. La
productora ha apostado por la tecnología digital, para la filmación y para
la distribución, que se realiza en centros educativos y culturales, con el
fin de que el film y las situaciones que lo hacen posible, se analicen y
procuren la reflexión y la concienciación. Toda su
filmografía gira, hasta
el momento, en torno a la visión de las diferentes culturas y de la riqueza
de los encuentros entre las personas. En el mundo a cada rato, 2004,
cinco historias de cinco niños de diferentes lugares del planeta, dan pie a
reflexionar sobre las actitudes hacia los demás. En su largometraje,
Pobladores, 2006, de Manuel García Serrano, sigue a varios niños
emigrantes y a sus familias en un viaje de ida y vuelta hasta sus países de
origen. Cooperantes, 2008, rodado en Guatemala y dirigido por el
mismo director, es una expresión del respeto de quienes ayudan a personas de
culturas diferentes a desarrollar sus propias iniciativas sin inmiscuirse en
sus planteamientos culturales. De los tres film se han realizado guías
didácticas que, en los centros educativos, permiten ayuda, debate y
reflexión sobre los contenidos y características de las películas.
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Referencias
Castiello, Ch. (2001). Huevos de serpiente. Racismo y
xenofobia en el cine. Madrid: Talasa Ediciones.
Gurpegui, J. (2000). El relato de la desigualdad.
Estereotipo racial y discurso cinematográfico.
Zaragoza: Ediciones Tierra AC.
Herodoto
(1994).
Historia.
Obra completa: Tomo IV, Libro VII.
Madrid: Biblioteca clásica Gredos.
Kurht, A. (1995).
The Ancient Near East c. 3000-330 BC,
vols 1 y 2.
Londres: Routledge.
Martínez-Salanova, E. (2007). Medios de comunicación y nuevas
tecnologías para la cultura de la paz, en Aguiar M. V. &
Farray J. (coords): Sociedad de la Información,
Educación para la Paz y Equidad de Género, 5-13. La
Coruña: Netbiblo.
Martínez-Salanova, E (2008). Cine y migraciones en España.
Cine y educación. (http://www. uhu.es/cine.educacion)
Martínez-Salanova, E. (2008). Cine e inmigración: Otra
ventana abierta para el debate. Cómo expresan los medios
de comunicación la emigración, el mestizaje y las
relaciones interétnicas, en Francisco Checa (ed.): La
emigración sale a la calle, 231-252. Barcelona:
Icaria.
Mayor-Zaragoza, F. (2006). Civilizaciones y culturas: del
diálogo a la alianza. Actas del Simposio internacional
Túnez, 30 enero–1 de febrero 2006.
Paseta, M. (2001): Ni globalizados ni globalizadores: las
nuevas tecnologías de la comunicación como herramientas
para el desarrollo. Comunicar 16; 13-24
Shohat, E. y Stam, R. (2002). Multiculturalismo, cine y
medios de comunicación. Barcelona: Paidós.
UNESCO (2001). Informe Mundial sobre Cultura 2000-2001.
Diversidad cultural, conflicto y pluralismo. España:
UNESCO/Mundiprensa.
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