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 Proyecto de educación «a distancia» de las personas adultas

Marco teórico

Textos e ilustraciones son propiedad del autor

 

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez

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El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


Introducción

Áreas del proyecto

Marco teórico Objetivos Metodología Núcleos temáticos Evaluación Unidad didáctica: la vivienda

La autodidaxia: un objetivo para la educación permanente de adultos

Las características del aprendizaje adulto


La autodidaxia: un objetivo para la educación permanente de adultos


 

El gran desafío que presenta la sociedad en los últimos años, y la vertiginosidad por la que se producen los cambios sociales, medioambientales y políticos, ha hecho revisar en el último decenio todos los planteamientos que se hicieron en la década de los setenta del siglo XX sobre la enseñanza de las personas adultas. Los cambios en el mundo laboral, las nuevas tecnologías, la sociedad de la información, y los fenómenos globalizadores trasforman imparablemente la sociedad y exigen un cambio en los procedimientos educacionales. El trabajo sufre cambios sustanciales y las perspectivas laborales de la sociedad avanzan en pos de cuotas más altas de tecnificación, exigiendo la entrada de la mujer y de una juventud más cualificada. Esto ha supuesto un desafío para los responsables de la formación de los países y para los mismos individuos que se forman, por la competitividad extrema en la que se mueve la especie humana, por la escasez de puestos de trabajo de nivel general y por la necesidad de la consiguiente especialización. Los profundos y radicales cambios, provocan una necesidad de aprender y una situación de constante reciclaje con el fin de estar al día ante un mundo en perpetuo cambio. Los horarios laborales, la lejanía de los centros tradicionales de formación y la demanda educativa fuerzan a sí mismo a promover nuevas estrategias formativas, respeto a los tiempos de aprendizaje individuales y ofertar modalidades muy diferentes de educación.

 Necesidad de educación permanente

Es aprender desde que se nace hasta el final de los días. La especie humana es inmadura en su formación y necesita la adaptación constante al ambiente. Las profundas transformaciones sociales, culturales, científicas, tecnológicas y económicas que tienen lugar en el mundo contemporáneo obligan a otorgar a la educación general y a la formación técnico-profesional de los adultos, el carácter de instrumentos estratégicos para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. El hombre y la mujer de hoy, se ven dentro de una problemática nueva; la evolución demográfica ha aumentado la longevidad, al tiempo que ha modificado profundamente la pirámide de edades y con ello ha incrementado la necesidad de formación a lo largo de toda la vida. En un mundo fuertemente cambiante como el actual, las personas necesitan y requieren oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, que les permitan desarrollar sus competencias para la gestación de su propio proyecto de vida, su permanente enriquecimiento como ciudadanos y ciudadanas, y la adquisición, mejoramiento o reconversión de capacidades profesionales. Este criterio de aprendizaje permanente debe asumir las necesidades y proyectos que las personas definen en distintas etapas de su vida y las oportunidades que encuentran para adquirir o fortalecer conocimientos, saberes y competencias.

 Aprender a vivir en la sociedad de la información.

El mundo se ha informatizado. Esto significa una nueva filosofía global, que redunda, tanto en una mayor facilidad para estar al día y disponer de los recursos, como la pérdida de puestos de trabajo por causa de la disminución de mano de obra humana. Las tecnologías de la información han transformado la naturaleza del trabajo y la organización de la producción. Dichas transformaciones están modificando profundamente la sociedad. No está totalmente demostrado que las nuevas tecnologías hagan disminuir el nivel de empleo. Sin embargo, los cambios tecnológicos y estructurales de la sociedad exigen cambios en las políticas educativas de todos los países, es de las poblaciones campesinas hasta las más urbanas e industrializadas. La competitividad por el puesto de trabajo, diferencia hoy día a los ciudadanos en dos lugares muy claros aunque muy peligrosos: aquellos que poseen las capacidades para aprender, y aquellos que no tienen ni siquiera lo más indispensable para lograr su sustento formativo, y por lo tanto su supervivencia.

 Aprender actitudes democráticas y solidarias

La globalización está planteando nuevos temas en torno a la democracia y a la educación de las personas adultas. La globalización económica está conduciendo a la marginalización de un gran sector de la población. Muchos países se están enfrentando a graves problemas en cuanto a los derechos humanos y a la equidad. Aún en los países que están viviendo un gran crecimiento económico, están aumentando las disparidades entre ricos y pobres. Con frecuencia a los gobiernos no les queda otro camino que el de aceptar las estrategias de ajustes estructurales propuestas por organismos externos.

En el ámbito social, esto puede significar desempleo, malas condiciones de trabajo, así como una discriminación en cuanto al acceso a beneficios y servicios. Otro de los peligros es que se comprometan los derechos sociales básicos, tales como el derecho a la educación y a la salud.

La educación de las personas adultas se enfrenta a nuevas situaciones sociales, políticas, económicas y culturales que están vinculadas a la globalización, un concepto básico en nuestra manera de entender el mundo actual. La globalización también está abriendo nuevas posibilidades de intercambio de información y comunicación a escala mundial. Tanto los riesgos globales, como las nuevas oportunidades a las que se enfrentan las sociedades actuales, requieren de la participación, la creatividad y la capacitación de todos los ciudadanos. Esto es fundamental para prevenir la intolerancia y el racismo, así como para crear un mundo democrático.

La educación de las personas adultas para la democracia significa: autodeterminación, capacidad de participación y ciudadanía informada; asumir el compromiso social de formar una sociedad a favor de más libertad, de la igualdad de género, de la solidaridad y la equidad; oportunidades para que todo individuo ejerza sus derechos de participar íntegramente en la construcción de una sociedad más justa, de tomar parte en el proceso social de toma de decisiones y de ejercitar su capacidad de trabajar en conjunto.

La paz y la democracia necesitan nuevas políticas de educación de las personas adultas que incluyan a los excluidos, para que la educación se hagan llegar a quienes actualmente no tienen acceso a sus canales regulares, a quienes no pueden participar en sus programas y a quienes no son considerados como ciudadanos con todos los derechos.

La expectativa de una continua expansión de los mercados económicos dentro de una economía global, asume que la educación es una de las fuerzas impulsoras tras el nuevo sendero del desarrollo económico.

Sin embargo, este tipo de educación tiende a concentrarse en obtener resultados cuantificables, tales como el nivel de lecto-escritura y de nociones aritméticas. Sólo en pocas ocasiones se ocupa de la cultura, la democracia y demás cuestiones menos cuantificables.

Es un hecho lamentable que la educación no se imparta equitativamente; quienes no tienen recursos económicos están en desventaja al competir en un sistema de formación de capital humano incitado por la globalización económica. Pero quizá sea aún más desalentador que la gente posiblemente no se dé cuenta de los beneficios que se derivan de la explosión de recursos humanos y de la educación para todos.

 Aprender la justicia en materia de género

En todas las conferencias de las Naciones Unidas sobre la autonomía de la mujer llevadas a cabo en los últimos 20 años, se ha hecho hincapié en que las mujeres juegan un papel muy importante en la economía, la política y el desarrollo sociocultural. No se puede lograr una democracia real, si no se pone en práctica la democracia en materia de género, que trasciende la clase, el color, el grado de capacitación y el área geográfica. Sin embargo, la situación de la mujer no ha mejorado, sino que en muchos países en algunos casos incluso ha empeorado.

Los temas relacionados con la justicia en materia de género son muy importantes para todos los aspectos de la educación de las personas adultas. Pero los asuntos relacionados con el género tienen que tratarse de manera más real que en el pasado. Solamente es posible que la educación de las personas adultas contribuya a superar las desigualdades de género, si tanto los hombres como las mujeres se comprometen a empeñarse en ello.

La justicia en materia de género es cuestión de derechos humanos y un requisito para la justicia social; no debe considerarse de forma aislada como un asunto solamente de mujeres; involucra a la sociedad en su totalidad, lo que es fundamental para una democracia efectiva a nivel estatal, en la economía y en la sociedad civil, y abarca desde la unidad familiar más pequeña hasta las estructuras económicas y políticas más grandes; no puede aislarse del extenso contexto de discriminación al que se enfrenta la mujer.

 Aprender a vivir en comunicación intercultural

El desafío del siglo XXI, por lo que se refiere a la educación de personas adultas, es afrontar los problemas de la globalización y la marginalización, pasando de una confrontación cultural a una comunicación intercultural, y reconociendo que la diversidad cultural es un valor humano positivo.

Así como la comunicación y el entendimiento intercultural son procesos permanentes, la cultura es dinámica y continua. Estos procesos son de gran importancia en una época en que las comunidades se están esforzando por defender sus propias identidades locales contra los efectos de la globalización y la marginalización. El propósito de estos procesos locales es promover la democracia, fomentando el diálogo, la solidaridad y la recuperación de la identidad perdida.

 Aprender a participar en la sociedad

Los asuntos sociales y riesgos globales a los que se ven enfrentadas las sociedades de hoy en día, solicitan la participación, la creatividad y la capacitación de todos los ciudadanos. En resumen, la educación de las personas adultas tiene que fomentar una sociedad civil activa.

La educación de las personas adultas a favor de una sociedad civil activa requiere:

  1. la formación de una coalición de ciudadanos responsables, comprometidos y activos

  2. la creación de nuevos vínculos económicos y culturales globales alternativos, mediante la reorganización de las relaciones y responsabilidades sociales, para que partan del nivel local y nacional al nivel global

  3. la creación de un nuevo orden global que involucre a los gestores que se identifiquen y comprometan claramente con el bienestar de la comunidad y del sistema ecológico.

  4. un equilibrio de tensiones entre la libertad individual y la solidaridad colectiva;

  5. un mayor sentido de solidaridad y responsabilidad

  6. sensibilidad para percibir tanto las alegrías como las necesidades de los demás

  7. la capacitación de los sectores más débiles de la sociedad, fomentando los puntos fuertes de sus culturas y promoviendo su autonomía personal y social

  8. el reconocimiento de las múltiples opciones de la globalización, en vez de la creación de polaridades

  9. orientación para que a la gente aprenda a definir sus propias metas de desarrollo y realización.

 Aprender a crear

En algunos casos, la excesiva utilización de métodos deductivos puede llegar a hacer del alumno un sujeto pasivo y refrenar la imaginación. La observación, el sentido común, sensatez, la curiosidad, el interés por el mundo físico y social que nos rodea, la voluntad de experimentación, son calidades descuidadas y poco consideradas. Son, sin embargo, ellas quienes permitirán formar creadores y no solamente gestores de la tecnología.

El individuo adulto que necesita prepararse para un puesto en el mercado laboral, necesita de una gran dosis de aprendizaje creativo y de creatividad, ya que en el futuro de la capacidad de tomar decisiones puede depender su puesto de trabajo.

Las bases del “aprender a aprender”, están situadas en la necesidad de cada alumno, y sobre todo, en su propia situación vital, su experiencia e intereses personales y en el esfuerzo creativo para construir sus propios procesos de aprendizaje.

 Aprender a investigar

La capacidad de juzgar y elegir es la última capacidad indispensable para la comprensión del mundo. Supone criterios de elección, la memoria del pasado y la intuición del futuro.

Los criterios de elección se forman a partir de los valores de la sociedad, de los métodos adquiridos para desentrañar la complejidad del mundo, de la ética personal de los individuos.

Por último, la intuición del futuro sólo se cultivará presentando el mundo, no como un mundo construido, sino como un mundo por construir.

Es, por tanto, una metodología, una forma de hacer, que trata de promover el desarrollo comunitario y conseguir la participación efectiva de los Adultos en la solución de sus problemas sociales...

 Investigación participativa

La investigación participativa representa un modelo o un enfoque de la Educación de Adultos que concibe a la misma desde una perspectiva crítica, socialmente comprometida y liberadora.

Desde un punto de vista pedagógico guarda relación con otras modalidades de formación humana: investigación práctica e investigación - acción.

El desarrollo de una colectividad local, regional, etc. no sólo puede darse por la planificación de programas desde el «exterior» a la colectividad sino que sólo puede ser logrado desde una perspectiva de iniciativa e intervención activa de los habitantes, considerados como actores de este desarrollo. Educación y desarrollo son dos conceptos íntimamente enlazados.

Las ventajas de enseñar investigando:

  1. favorece la inteligencia

  2. desarrolla el espíritu de orden

  3. desenvuelve la conciencia de la limitación

  4. desenvuelve la sinceridad y la autenticidad académica.

  5. desarrolla la capacidad de análisis

  6. relaciona al alumno con su medio

  7. le capacita para realizar actividades por sí mismo

  8. hace posible su compromiso científico con el entorno

  9. afianza lo aprendido en etapas anteriores de su vida

  10. fortalece el espíritu científico

  11. le obliga a tomar decisiones

  12. le afianza su responsabilidad individual y social.


Las características del aprendizaje adulto


Autodidaxia: aprender a aprender

Aprender por uno mismo a partir de conocimientos básicos y experiencias. Son planteamientos para tener en cuenta en el aprendizaje adulto. Los conocimientos básicos constituyen la base sobre la que se construye la aptitud individual para la vida, la comunicación social, el trabajo y la supervivencia. En la educación básica el adulto debe encontrar necesariamente un buen equilibrio entre la adquisición de conocimientos y las competencias metodológicas que permiten aprender por uno mismo.

La aptitud para el trabajo de un individuo, su autonomía, su posibilidad de adaptación están vinculadas  a la manera que podrá combinar estos diferentes conocimientos y hacerlos evolucionar. Aquí, el individuo se convierte en el agente y constructor principal de su cualificación: es apto para combinar las competencias transmitidas por las instituciones formales y las competencias adquiridas a través de su práctica profesional y sus iniciativas personales en materia de formación.

Reflexionar sobre la propia experiencia

La razón de esta posibilidad concedida a la Educación del Adulto, debe buscarse en el hecho de que la capacidad operativa de la persona adulta se fundamenta en sus actos reflexivos. El acto de reflexión, sin embargo, no requiere una experiencia inmediata para ponerse en movimiento. Pero cuando la persona aprende, es la reflexión la que constata el grado de concordancia o de discrepancia entre el plan de acción propuesto y el éxito o fracaso conseguido.  Por esto, para aprender algo, debe plantearse previamente con entera claridad la meta a que desea llegar, para después poder comprobar si la ha logrado o no, y en qué medida.  De tal constatación surgirá el aprendizaje humano propiamente dicho, que permitirá al sujeto conocerse mejor a sí mismo y enunciar más objetivamente sus metas posteriores de conducta.

De esta manera, el adulto adquiere no sólo las experiencias de sus actos, sino que además va asimilando vivencialmente las leyes del aprendizaje humano, que se hallan a la base de su comportamiento.  Es así cómo la persona, a medida que pasan los años, se vuelve cada vez más capaz de aprender y por lo tanto de cambiar sus conductas.

Aprender experiencias personales

La edad adulta pues, lejos de ser una edad en la cual la persona debe ser considerada como un ser deficitario, especialmente si no ha concurrido a la Enseñanza Básica, es una edad en la que el hombre y la mujer se encuentran en la plenitud de sus posibilidades de aprender, no por mera repetición o imitación como ocurre en el niño y también en los animales superiores, sino de una manera plenamente humana, o sea, por medio de un aprendizaje reflexivo, que le permite aprender, en la escuela de la vida, experiencias personales.  Por ello, la Educación del Adulto consistirá sencillamente en llamar su atención a fin de que comience a reflexionar sobre sus actividades, trabajos y posibilidades.

Vivir experiencias personales

Aprender, se dice, significa hacer experiencias.  Sin embargo para que una experiencia logre modificar la conducta del sujeto a partir del contenido de lo aprendido, dicha experiencia debe ser asumida en un acto de reflexión.  Porque solamente así la experiencia anterior le podrá servir de trampolín para una nueva conquista, que contribuya al perfeccionamiento de su ser.  Educar al adulto, sea quien fuere, significará, pues, ayudarle a comportarse conscientemente en el mundo en que vive, de modo que todas sus experiencias las asuma con la responsabilidad de quien sabe lo que quiere y lo que hace.