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De la idea al guión

Con finalidad educomunicativa

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez

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El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


De la idea al guión

Aprender a contar historias con imágenes y palabras

Aprender a analizar la ficción

Anexo 1. El lenguaje vehículo de cultura

Anexo 2. Realidad y ficción en el medio televisivo

Anexo 3. Producción de películas Anexo 4. El país de los engaños

De la idea al guión


La base de un programa televisivo o cinematográfico está en un buen guión. El guión, sin embargo, desaparece –no nos damos cuenta de que existe- cuando vemos la película.

El guión

El guión es el relato escrito de lo que va a suceder en un programa de televisión o en una pelícual. Es algo muy sencillo y con un cierto parecido a una novela. Se desarrolla completamente un argumento teniendo en cuenta que todo hay que filmarlo, grabarlo y montarlo. El guión son los diálogos, las escenas, las secuencias, y una descripción minuciosa y pormenorizada de lo que los presentadores, actores y participantes hacen en el plató. El guión es el «montaje en borrador» de un programa de televisión o de una película. Es muy importante que un escritor de guiones sepa de cine, de filmación, montaje, de los entresijos del rodaje, de la dificultad de realizar determinados efectos y que tenga idea de lo que cuesta realizar un programa o una película. En definitiva que sepa lo que se puede y lo que no se puede hacer en un plató para que la filmación llegue a los espectadores.

Las etapas para escribir un guión

Cuando se escribe un guión se hace en varios tiempos que corresponden a diferentes escalas o tramos de un guión.

«Sinopsis». Es un resumen muy breve del relato, que sirve para que el productor se fije en la idea. Suele tener  pocas páginas.

«Redacción novelada o Tratamiento». Es la redacción del relato como si fuera una descripción novelada, de forma lineal en cuanto a la visión que el programa va a dar.

«Guión literario o continuidad dialogada», cuando la redacción novelada se convierte en secuencias y escenas, en las que los diálogos y la explicación de los lugares de acción, lugar y tiempo son especificadas con claridad.

«Guión técnico»: No siempre se exige y es muy variada su forma de realización. Su base es el «Guión literario», que se divide en planos, escenas, secuencias, siendo en realidad un montaje en borrador.

 

La estructura del guión

Un guión se divide en secuencias, que son como los actos de una obra de teatro. Cada secuencia lleva un encabezamiento que indica el lugar y el momento en que se va a desarrollar. La secuencia se subdivide en escenas. Cada escena comprende uno o varios planos, rodados en el mismo ambiente y con los mismos personajes.

La estructura del guión, como se dice más arriba, no tiene normas objetivas. Cada director, productor o guionista, las más de las veces en conjunto, deciden aquello que es necesario que conste en el guión.

Si el guión es para una filmación de ficción. Una serie, por ejemplo, puede comenzar así:

«Secuencia 1ª' Entrada del Zoológico. Exterior. Día». Eso quiere decir que hay que rodar la primera secuencia en el exterior de un parque de zoológico, durante el día.

A continuación se describe la acción de la secuencia. Cuando hablan los personajes que intervienen en la acción, se destacan de manera clara sus diálogos.

Cada vez que cambia el lugar donde se vaya a rodar la escena, o el tiempo -día o noche-, se pasa a otra secuencia.

 

El discurso televisivo

¿Cómo es el discurso televisivo? (Extraído de BELLIDO, A. (1992): El cine y la televisión. Educación Plástica y Visual. Secundaria Obligatoria. Valencia, Generalitat/MEC).

La televisión plantea un discurso (el discurso televisivo) que posee unas determinadas características:

a) Lo inmediato. Para algunos autores es lo realmente específico de la televisión. Naturalmente cualquier suceso puede contemplarse (se haya producido donde sea) en el mismo momento en el que se desarrolle. El mundo entero puede formar parte del espectáculo televisivo.

b) Lo accesible. Es como una conclusión de lo anterior: el espectador posee la sensación de que todo es válido y posible, el mundo se encuentra _por difícil que parezca_ al alcance de su manos (de su vista).

c) El espectáculo. La televisión es, y debe ser fundamentalmente, espectáculo. «La realidad es siempre filtrada, reorganizada, descontextualizada... El espectáculo se cotidianiza, de tal forma que se desacraliza» (González Requena).

d) El presente. Los hechos se unen en la televisión en lugares, época (en espacio y tiempo), de manera que todo forme parte de una única realidad: aquella que vemos. No hay más que un tiempo y un espacio: el señalado por la propia televisión.

e) La publicidad. Posibilita la unión de los programas . Es el aglutinante de la televisión. De cualquier forma la publicidad no se marca sólo por los anuncios reales (los espots) sino que se señala por la propia estructura publicitaria del discurso televisivo.

f) Lo fragmentario. Los programas de televisión aparecen enlazados entre sí por las horas y por los diferentes días, adecuándose a los espectadores según su clase, ideología, sexo.

g) La continuidad. La fragmentación en horas y días es lo que posibilita la continuidad de un determinado discurso adecuado a unos determinados condicionantes socio_culturales.

h) Lo heterogéneo. Es en realidad una consecuencia de los puntos anteriores.

i) Lo plural. Existen diferentes emisiones simultáneas (en los diversos canales) que el espectador puede recibir.

j) Carencia de clausura (eternidad). El discurso televisivo se multiplica hasta el infinito sin alcanzar su final.

El mensaje y el masaje

Desde el momento en que cualquier actuación comunicativa nace de una intención, posee ya en su contenido un mensaje. Las expresiones, "el medio es el mensaje" y "el medio es el masaje" de Mcluhan son, desde esta óptica, consecutivas y al mismo tiempo complementarias e idénticas en su mensaje. Por esta razón toda comunicación de los medios tiene una lectura, y es susceptible de análisis. "Mensaje" y "Masaje" pasan de ser mero juego ingenioso de palabras para pasar a identificar una nueva y diversa forma de trasmitir la información.

Un inédito estilo comunicativo caracteriza a la tecnología de los medios audiovisuales eléctricos, electrónicos o cibernéticos y la diferencia de los anteriores. El bombardeo de las ideas (masaje), crea nuevas formas de trasmitir los contenidos (mensaje), que obligan a analizar el medio como elemento primordial e imprescindible en la comunicación.

La cultura entra en el cerebro humano a través de millones de estímulos exteriores en su mayoría no controlados. La sociedad tampoco puede dominar los impactos que sus miembros reciben desde el mundo exterior hacia su propia cultura. En una familia, por ejemplo, se entremezclan pautas culturales recibidas por cualquiera de sus miembros desde diferentes espacios por infinidad de cauces incontrolables.

"Es imposible comprender los cambios sociales y culturales - como afirma Mcluhan - si no se conoce el funcionamiento de los medios". (Martínez-Salanova)

 

El lenguaje cinematográfico


Los planos en el lenguaje cinematográfico

En 1915, Griffiht estableció, a partir de las distancias más usadas por los realizadores, lo que se llamó escala de planos, que definen las diferentes distancias que pueden existir entre la cámara y el sujeto, determinando de esta forma el tamaño que el personaje aparece en la pantalla. Los planos son la unidad más pequeña de una película que se compone de secuencias (unidades temáticas a manera de un capítulo de un libro) y de escenas (que corresponde a todas las acciones desarrolladas en un mismo espacio). Dentro de éstas se encuentran los planos, que corresponden al tiempo en que la cámara graba ininterrumpidamente, hasta llegar al corte.

Podemos diferenciar:

Planos cortos:

Plano detalle: Focaliza la imagen en un detalle concreto.

Primer plano: Selecciona la cabeza del personaje (denominado en inglés: close-up).

Planos medios:

Plano americano: Toma al personaje desde las rodillas (tres cuartas partes).

Plano intermedio: Selecciona al personaje u objeto desde la cintura.

Plano panorámicos:

Plano general: Sitúa los personas y objetos en su espacio.

Gran plano general: centrado en el paisaje y entorno.

Los planos cortos son muy expresivos y llamativos, muestran aspectos concretos y hacen llevar al espectador al foco de atención que el creador audiovisual selecciona, por lo que la subjetividad es mayor. En televisión, al ser una pantalla muy pequeña frente a la panorámica del cine, se utilizan con bastante frecuencia. Los planos intermedios se acercan más a una visión objetiva de la realidad, situando a los personajes en sus espacios. Son los más empleados y neutros desde el punto de vista de su significatividad icónica. Los planos generales tienen son especialmente informativos y de localización. En televisión se usan con poca frecuencia debido a la miniaturización de los personajes que pierden por reducidos su expresividad.

 

Los puntos de vista de la imagen: angulaciones

 Son las diversas posiciones, los diferentes ángulos que puede adoptar la cámara al captar un objetivo.

Ángulo normal: a la altura del ojo humano.

Ángulo picado: Captación del objeto desde una posición superior a la vista.

Cenital: Toma vertical desde arriba (cielo/techo).

Ángulo contrapicado: Captación del objeto desde una posición inferior a la vista.

Cenital: Toma vertical desde abajo (suelo).

Frente a la visión más objetiva, por cercana al punto de vista humano, del ángulo normal, el picado y contrapicado aportan valores subjetivos a las imágenes. La cámara alta ofrece una visión omnisciente (casi divina) que hace aplanar a los personajes y localizarlos en su entorno. La cámara baja enfatiza la importancia de los personajes u objetos, al resaltarlos y magnificarlos.

 

Los movimientos en el espacio: la imagen dinámica

 (Basado libremente de Fuenzalida, V. y Edwards, P. (1984): Educación para la TV. Chile, Ceneca.

Frente a la fotografía que recoge sólo instantes y fragmentos de la realidad, la imagen cinematográfica y televisiva, al igual que las personas, puede captar la vida en su transcurrir temporal, mediante una sucesión permanente de imágenes que se mueven al compás del continuo movimientos de la cámara. Los movimientos de la cámara recogen ese dinamismo humano a través de dos procedimientos: los desplazamientos en el espacio como las personas y el movimiento en su propio eje por mecanismos electrónicos.

a) Movimientos por desplazamiento en el espacio

Travelling: La cámara acompaña al personaje al compás de su movimiento, desplazándose por raíles.

Acercamiento: La cámara avanza hasta llegar al sujeto.

Alejamiento: La cámara se aleja desde el sujeto hacia atrás.

Grúa: La cámara se localiza en una grúa que tiene facilidad de movimientos en todos los sentidos.

Cámara móvil: La cámara se desplaza libremente al compás del movimiento humano, utilizando como soporte el hombre o las propias manos.

b) Movimientos desde el propio eje de la cámara

Panorámica horizontal: La gira sobre su propio eje, horizontalmente, de un lado hacia el otro.

Panorámica vertical: La cámara se mueve de arriba a abajo o viceversa.

Zoom. La cámara se acerca o aleja del sujeto mediante lentes ópticas de distanciamiento o acercamiento del objeto. Este movimiento puede tener diferentes velocidades.

Funciones de la palabra ante la imagen

(Fuenzalida, V. y Edwards, P. (1984): Educación para la TV. Chile, Ceneca.

Función de anclaje

Frente a la imagen estática, la palabra generalmente ancla -detiene- la polisemia de la imagen. La palabra ayuda a denominar los signos hacia las interpretaciones que desea provocar el emisor y, limita y encauza la gran capacidad de significación de la imagen.

Función de relevo

Esta función ocurre generalmente ante la imagen dinámica; en secuencia narrativa (una historia gráfica, una serie de TV, un film). En este caso, palabra e imagen se complementan entregando cada una -alternadamente- una parte de la información narrativa. La función de relevos se puede captar fácilmente si se mira una serie de TV, sin audio y luego se escucha el audio sin ver la imagen televisiva: palabra e imagen se alternan -relevo- para entregar la narración. En ambos casos, resulta evidente al ausencia de uno de los elementos.